El proyecto consiste en la construcción de un bloque de viviendas -29 pisos y un parking subterráneo con 110 garajes- y un edificio de 750 metros cuadrados que será un centro cívico cultural. Para ello, la empresa Sidecan invertirá ocho millones de euros. El precio de los pisos oscilará entre los 166.000 y los 270.000 euros y el de los garajes, entre los 39.000 y los 56.000 euros. Hace unos meses, la promotora declaró que casi el 80% de la promoción ya estaba vendida.
Antes de comenzar la obra los vecinos ya estaban preocupados por las consecuencias. El antiguo colegio está pegado a otro edificio que hace esquina en la calle Santa Lucia con Pizarro, y cerca de las viviendas y bajos de la Gómez Oreña. La antigüedad de éstos se une al peligro de la excavación necesaria para construir el garaje – 3 plantas de sótano- y sus habitantes ya adivinaban que tendrían problemas.
A pesar de estas incertidumbres técnicas que surgían antes de empezar, se continuó sin garantizar la estabilidad de las viviendas colindantes y ha sucedido lo que todos temían. Además del ruido, suciedad y las molestias habituales de una edificación, ya han aparecido las primeras grietas en el edificio de Pizarro.
Debido al temor por el posible perjuicio a sus casas, los vecinos pidieron un informe al inicio del proyecto en el que figura que los edificios colindantes estaban en buenas condiciones y eran absolutamente habitables.
Un grupo de unos 35 residentes ya ha denunciado la situación y la Policía Local acudirá al lugar en las próximas horas para informarse y documentar la queja. Además, el arquitecto hará hoy una valoración del estado de los inmuebles afectados. Hace dos días, Técnicos del servicio de Arquitectura del Consistorio ya revisaron la fisura aparecida en la tercera planta y aseguraron que no suponía ningún riesgo, ya que la fachada en la que se encuentra no tiene ninguna función estructural. Por el momento, el Ayuntamiento vigilará la evolución de las grietas, pero no llevará a cabo ninguna acción más.
En un principio, estaba estipulado un plazo final en otoño de 2018, cuando los pisos y garajes serían ya entregados a sus propietarios. Sin embargo, el arquitecto de la empresa promotora explicó hace unos días que no quieren verse obligados a acabar en un plazo, ya que lo importante es que se realice el trabajo con precaución. A pesar de ello, también aseguró que por el momento no hay incidencias y que no se deben crear alarmas innecesarias.
UN CONFLICTO MÁS
A la preocupación de las grietas se suma la petición de los vecinos de que se respete un árbol situado en un patio interior. Temen por su futuro cuando se comience con la excavación y quieren conservarlo por tratarse de una antigua Araucaria Excelsa. Es un gran ejemplar catalogado como singular y recogido en la obra “Árboles singulares de Cantabria”, por lo que está protegido.
