ALGO MÁS QUE PALABRAS

RAZONES PARA LEVANTAR LA VOZ

 

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor | 30.04.2014


                Hay razones para levantar el tono, acentuando el timbre de las palabras, y mucho más en el ámbito de una Europa basada en la sensatez, lo que representa para los centros de enseñanza superior una fuente de oportunidades, pero también de considerables desafíos. Precisamente, la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), lo viene haciendo desde el inicio de la crisis, cuestión insistida en estos últimos años. Por tanto, me parece un acto de justicia proclamar en viva voz la finalización de las medidas excepcionales que afectan al estudio, a la actividad docente y a la investigación, en suma a la libertad de pensamiento y a la igualdad de acceso. Si en verdad queremos avanzar y abrirnos a la amplitud de la razón, y no a la negación de su grandeza, tenemos que avivar la actividad docente y ser más sensibles con los jóvenes que no tienen medios económicos para formarse. Desde luego, no se pueden endurecer los requisitos académicos, los derechos laborales y las expectativas profesionales de una juventud afanada en el conocimiento, algo que, por otra parte, es propio del ser humano.

                Fuertes razones, hacen fuertes acciones. Por consiguiente, bravo por los Rectores de las Universidades Españolas por  reivindicar otra manera de hacer las cosas, por pedir que los recortes en formación no los sufran quienes más necesitan de las ayudas, por hacerlo claro y profundo. Sin duda, el incremento de los precios públicos de los grados, el de los másteres, afecta a las posibilidades formativas de nuestros universitarios, en un momento especialmente negativo para el empleo, que está ocasionando verdaderas penurias en las familias. Me parece que ningún gobierno, que se precie de democrático y social, puede truncar las esperanzas de la juventud, el derecho a ser dinámicos y a poder explorar el maravilloso mundo de la ciencia y el arte, de la sabiduría en definitiva.  No tiene sentido producir tantos licenciados científicos y técnicos y luego no prestarles atención alguna.

                Los rectores piden que, ante las afirmaciones de una perspectiva de mejoría económica en España, se supriman dichas medidas excepcionales, y dentro de una gestión eficiente y austera, retornen a las Universidades el sentido de las becas y ayudas como garantes de la equidad, volviendo la autonomía de gestión de la actividad docente e investigadora a fluir en un marco de criterios presupuestarios dignos. Téngase en cuenta, que no hay mejor inversión para un país que la formación de sus jóvenes. Para ello, merece la pena consensuar posturas, modernizar estructuras y funcionamiento, recuperar la normalidad de la vida académica, docente e investigadora.  Las limitaciones normativas han provocado que las plantillas de profesores, investigadores y personal de administración y servicios, trabajen en precario, lo que, indudablemente, dificulta la función universitaria, docente, investigadora y de gestión.

                Considero, pues, esencial que el gobierno español priorice y estabilice los temas educativos. Centros universitarios o de investigación no pueden ser víctima de políticas absurdas y necias. Es cuestión de ética racional. El país difícilmente puede salir adelante si no rescata con urgencia la enseñanza superior y el sistema I+D+i. La prosperidad del sistema de ciencia y tecnología depende de los jóvenes investigadores que, por desgracia, muchos se han tenido que ir a otros países en busca de un mayor reconocimiento. Como ya en su momento denunció la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, lamentamos y reprobamos la descoordinación total entre gobiernos y otras instituciones autonómicas y locales, que lo único que han generado es desolación entre personas entusiasmadas. Con estos fatídicos recortes presupuestarios, mientras siguen en abundancia los casos de corrupción y los derroches, una vez más, perdemos el tren de la modernidad y el futuro bienestar basado en la innovación y en el avance del conocimiento, se queda como el cuento de la lechera, en decadencia y miseria. Así no se puede llevar a buen puerto un país, llámese España o Mundo.

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
30 de abril de 201
4