COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

RENIEGO DE TODA POBREZA ESPIRITUAL

 

 

Víctor Corcoba Herrero/ Escritor | 20.08.2017


 

Quién es nadie para cortar a nadie la vida,
pues la vida no es tuya ni tampoco mía,
sino del verbo que nos da aire para soñar,
para ser pulso que camina en el tiempo,
y diálogo que requiere reencontrarse y ser;
un ser de asombro que se maravilla ante sí,
al conocerse y reconocerse obra de Dios.

Hay que salir de esta pobreza espiritual,
tomar otros andares, vivir otros caminos,
construir otros lenguajes más auténticos,
para entrar en el alma de lo que somos:
una lágrima que derrama desconsuelos
y un consuelo que solloza en la esperanza
de volver a la unidad, plegándonos al verso.

La poesía, siempre la poesía para enterrar
a los que siembran el terror en este mundo,
para que salten de su furia y huyan de sí,
se despojen de sus perversos abecedarios,
hasta arrancarse el último nervio de rencor
y, así, pueda resurgir un esqueje de sosiego,
pues calmados los corazones, la paz llega.

Porque podrán construirse puentes de luz,
donde unirse y reunirse para perdonarse,
donde poder darse y donarse para quererse,
y hasta tendremos tiempo para despojarnos
de este calvario inhumano que nos repele,
ya que no somos parte, pues al fin nada soy:
si el amor no vive en mí y yo vivo en el amor.

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
20 de agosto de 2017