COMPARTIENDO DIÁLOGOS CONMIGO MISMO

 

CADA CUAL EN SU REALIDAD… Y DIOS EN LA DE TODOS

 

 

 

 

 

Víctor Corcoba Herrero, Escritor | 10.08.2019


 

 

Me gustaría rescatarme, salvar la ternura, esperanzarme;
gozaría con abrazar el verso que me alienta y ser poesía,
pues quiero ser para los demás, un naciente latido sin más.

Necesito liberarme de tantas tristezas que me envenenan;
hago propósito de enmienda y mi ánimo se reconforta,
forjo el entusiasmo en reconocerme como familia de todos.

Quiero recobrarme, sembrar hermosura en cada paso;
descubrirme poeta, ser níveo cantautor del universo;
quererme, crearme y recrearme en la vida sin dañar a nadie.

Quizás sea el momento de emprender nuevos caminos.
Quizás también sea el instante preciso para reprenderme.
Quizás entre vueltas y revueltas, amanezca y renazca.

Hay que escucharse más para sentirse algo y oír a Dios.
La cuestión no es ver, sino sentir al creador dentro de uno.
Hay que dejarse llevar por sus manos y acoger su voz.

Quien de verdad se deja comprender, halla el sosiego.
Todo en esta vida tiene su percusión y transcendencia,
es cuestión de dejarse interpelar y de clarear los ojos.

Así, el agua de la muerte nos lleva al manantial de vida.
Porque tras esta corriente mundana, el espíritu hallará
consuelo, y purificados por la cruz, encontraremos la luz.

Ayudémonos a madurar y a crecer en el amor de amar.
Socorrámonos y reconozcámonos como gentes de bien.
Hagámoslo antes de que la noche nos deje sin amanecer.

Porque después de todo lo vivido, hemos de entender:
Que no hay caída de la que no pueda uno levantarse,
como tampoco hay tropiezo que no podamos evitar.

No perdamos las ganas de vivir y de experimentar.
Las vivencias de este mundo nos resplandecen,
vale la pena hallarse para vivirlas a pleno corazón.

Fraternicémonos en el camino, hagámonos comunidad,
atrevámonos a vivir con pasión los pasos del encuentro,
que si es bueno conversar, ¡compasivo es hacerse pueblo!

 

Víctor Corcoba Herrero
corcoba@telefonica.net
10 de agosto de 2019