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Servicio diario | - |
10
de mayo de 2006
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Santa Sede
A través de los sucesores de los apóstoles, «Cristo llega a
nosotros»; asegura el Papa
En el mes de María, el Papa alienta a llevar serenidad donde
hay soledad
Benedicto XVI recibe la máxima distinción del Consejo General
de Colegios de Enfermería
Las Obras Misionales Pontificias, en asamblea a modo de
«Cenáculo Apostólico»
El Vaticano y el Consejo de las Iglesias tras un código de
conducta sobre conversión religiosa
Mundo
Conmoción por la muerte (tras una paliza) de un adolescente
católico en Irlanda del Norte
Belén: Resolución de la ocupación y asedio de la Basílica de la
Natividad, «victoria del diálogo»
Entrevista
Cada vez hay más laicos en las universidades pontificias de
Roma
Audiencia del miércoles
Benedicto XVI: A través de la sucesión apostólica, Cristo llega
a nosotros
Informe Especial
Cardenal Joseph Zen Ze-kiun: Todos los católicos chinos
«quieren ser guiados por el Papa»
Nuevos movimientos
Claire Amitié
Carmelo Misionero Seglar
Asociación San Francisco de Sales
Asociación San Benito Patrón de Europa
Santa Sede
A través de los sucesores de los
apóstoles, «Cristo llega a nosotros»; asegura el Papa
En su mirada, nos sentimos «amados» por Dios, afirma
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
A través de la sucesión de los apóstoles, que a través de los siglos ha tenido
lugar mediante los obispos, «Cristo llega a nosotros», aseguró Benedicto XVI
este miércoles durante la audiencia general.
«En la palabra de los apóstoles y de sus sucesores», los obispos, «Él nos habla;
mediante sus manos Él actúa en los sacramentos; en su mirada, su mirada nos
envuelve y nos hace sentirnos amados, acogidos en el corazón de Dios», dijo al
concluir su tradicional catequesis.
De este modo, gracias al ministerio de los obispos, «hoy, al igual que al inicio
--añadió ante más de 50.000 personas congregadas en la plaza de San Pedro del
Vaticano--, Cristo mismo es el verdadero pastor y guardián de nuestras almas, a
quien nosotros seguimos con gran confianza, gratitud y alegría».
El Papa continuaba con la serie de reflexiones que ha comenzado en estos
encuentros semanales sobre la relación entre Cristo y la Iglesia, concentrándose
particularmente en esta ocasión en «La sucesión apostólica».
El pontífice explicó cómo Cristo nombró a los apóstoles como sus sucesores y
éstos, a su vez, fueron nombrando a otros sucesores para que transmitieran la
«palabra y vida» que el Señor les había confiado.
De este modo, a través de la obra del Espíritu Santo, esta «cadena histórica»
permite a los cristianos de todos los tiempos entrar en relación con Jesús y en
relación entre sí.
Pero, ¿cómo es posible estar seguros de que los obispos de hoy son auténticos
sucesores de los primeros apóstoles? El Papa respondió a esta pregunta con la
respuesta que ofreció en el siglo II san Ireneo de Lyón, considerado como un
Padre de la Iglesia por los cristianos.
El obispo y teólogo buscaba la «máxima garantía de la perseverancia en la
palabra del Señor» y la encontró en la Iglesia de Roma, fundada por los
apóstoles Pedro y Pablo».
De este modo, reconoció el Papa «para Ireneo y para la Iglesia universal, la
sucesión episcopal de la Iglesia de Roma se convierte en el signo, el criterio y
la garantía de la transmisión sin interrupción de la fe apostólica».
Por eso, decía el obispo de Lyón, en su famoso tratado «Contra los herejes», «es
necesario que cualquier Iglesia esté en armonía con esta Iglesia, cuya fundación
es la más garantizada» y que ha «conservado la Tradición apostólica».
«La sucesión apostólica, verificada en virtud de la comunión con la de la
Iglesia de Roma, es por tanto el criterio de permanencia de cada una de las
Iglesias en la Tradición de la fe común apostólica, que a través de este canal
ha podido llegar hasta nosotros desde los orígenes», reconoció el Papa.
Gracias a la «cadena» humana de la sucesión de los apóstoles y obispos,
concluyó, «también hoy, al igual que al inicio, Cristo mismo es el verdadero
pastor y guardián de nuestras almas, a quien nosotros seguimos con gran
confianza, gratitud y alegría».
Tras despedirse de los fieles, el Papa pidió que se detuviera el vehículo que lo
transportaba para mostrar su cercanía a un grupo de muchachos discapacitados.
ZS06051005
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En el mes de María, el Papa alienta a
llevar serenidad donde hay soledad
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
En pleno mes de mayo, Benedicto XVI alentó este miércoles a los católicos a
llevar serenidad allí donde hay preocupación y soledad, siguiendo el ejemplo de
la Virgen María.
Al final de la audiencia general, al despedirse de más de 50.000 peregrinos
congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre dirigió un
particular saludo a los jóvenes.
«En este mes dedicado de manera especial a la Virgen», les dijo, «os invito a
seguir el ejemplo de María, confiando siempre en su maternal intercesión para
que os ayude a llevar un rayo de serenidad donde hay preocupación y soledad».
Luego se dirigió a los enfermos presentes, algunos de ellos en sillas de ruedas,
para exhortarles a «vivir vuestra condición confiadamente abandonados en las
manos del Señor, apoyados por Aquella que en el Calvario permaneció fiel bajo la
Cruz de Cristo».
Y al ver a los recién casados, algunos vestidos con sus trajes de bodas, deseó
que «la Virgen santa os acompañe en la vida familiar para que podáis
experimentar la alegría que surge de la recíproca fidelidad y seáis siempre
testigos del amor divino».
Al saludar a unos 5.000 polacos, el Papa constató en su idioma que tiene
conocimiento de las «funciones marianas» típicas de ese país durante el mes de
mayo. «Me alegro por esta tradición vuestra. Que estas oraciones consoliden en
la fe y en el amor mutuo a vuestras familias y a vuestras comunidades».
Entre los grupos presentes en esta ocasión había 110 sacerdotes, religiosos y
fieles llegados de Vietnam, acompañados por el arzobispo de la ciudad de Ho Chi
Min, el cardenal Jean-Baptiste Phan Minh Man.
ZS06051006
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Benedicto XVI recibe la máxima
distinción del Consejo General de Colegios de Enfermería
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
El presidente del Consejo General de Colegios de Enfermería, Máximo González
Jurado, entregó este miércoles a Benedicto XVI el Gran Collar de Oro al Mérito
Colegial, que supone la máxima distinción de la profesión.
Hasta la fecha, esta condecoración sólo se había concedido (de modo honorífico)
a San Juan de Dios, patrón de la profesión y verdadero creador e impulsor de la
Enfermería en España, según informó la entidad.
El Papa saludó al final de la audiencia general de este miércoles a una
representación de la Organización Colegial de Enfermería, que se encontraba en
Roma para participar en la celebración de la II Conferencia Anual de la
Federación Europea de Órganos Reguladores de Enfermería (FEPI), organismo
dedicado a velar por la excelencia profesional, calidad asistencial y seguridad
de los pacientes.
Tras conversar con el Santo Padre, González Jurado confesó en declaraciones a la
agencia EFE que había sido «el momento más emotivo de mi vida» y destacó que
Benedicto XVI le dijo que se sentía «muy honrado» con la distinción.
ZS06051013
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Las Obras Misionales Pontificias, en
asamblea a modo de «Cenáculo Apostólico»
A propuesta de su presidente, monseñor Henryk Hoser
ROMA, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Hacer del encuentro un «Cenáculo Apostólico», una escuela de espiritualidad y
misión, imitando la actitud de los Apóstoles reunidos con María en espera del
Espíritu Santo: es la propuesta del presidente de las Obras Misionales
Pontificias (OMP) a los 114 directores nacionales reunidos en Roma en Asamblea
General.
Las OMP son una institución de la Iglesia universal y de cada Iglesia
particular, surgidas con el objetivo de apoyar la actividad misionera de la
Iglesia en las regiones no cristianas.
Se configuran en una única institución con cuatro Obras diferentes: la Obra de
la Propagación de la Fe, la Obra de San Pedro Apóstol, la Obra de la Infancia
Misionera y la Pontificia Unión Misional del Clero.
Dependen de la Congregación vaticana para la Evangelización de los Pueblos, cuyo
órgano informativo --«Fides»-- se hizo eco de la exhortación del arzobispo
polaco Hoser: «Hagamos de esta reunión un Cenáculo Apostólico».
Dirigida en la apertura --el martes--, de la segunda parte de la Asamblea
General de las OMP, la propuesta del prelado se enmarca en este período pascual,
que vive la Iglesia Católica hasta la solemnidad de Pentecostés –el próximo 4 de
junio--.
Estos días los 114 directores nacionales de la institución están escuchando los
informes de los cuatro secretarios generales de las OMP; deberán decidir el
destino y distribución de los fondos recogidos en todo el mundo a través de las
oficinas nacionales, según las peticiones que han llegado este año desde los
países de misión.
El presidente, monseñor Hoser, agradeció a los presentes su labor de animación,
oración y recogida de fondos para la misión que promueven en cada país.
Igualmente hizo un repaso de la actividad de las OMP en el ultimo año y pidió
imitar el espíritu --enunciado a inicios de su pontificado-- del Papa Benedicto
XVI. «Todos somos siervos en la viña del Señor. Nuestro trabajo será útil si nos
sentimos instrumentos en manos del Señor», dijo el prelado.
El sábado pasado, la Asamblea aprobó el nuevo reglamento interno de las Obras,
denominado «Manual»; sustituye al de 1964. Estará en período de prueba durante
tres años.
ZS06051007
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El Vaticano y el Consejo de las
Iglesias tras un código de conducta sobre conversión religiosa
GINEBRA, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
La Santa Sede y el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) emprenden un estudio
conjunto que tratará durante tres años de elaborar un código de conducta común
sobre la cuestión controvertida de la conversión religiosa.
Según informa un comunicado enviado por el CMI a Zenit, el proyecto de estudio,
titulado «Reflexión interreligiosa sobre la conversión: de la controversia a un
código de conducta común», se va a iniciar con una reunión en Velletri, cerca de
Roma, del 12 al 16 de mayo de 2006.
Con unos 30 participantes en representación de diferentes tradiciones religiosas
y regiones, la reunión tendrá por objeto constatar la realidad actual de la
conversión religiosa desde un punto de vista interreligioso.
«Los siguientes pasos del proyecto serán, primeramente, un debate sobre la
conversión religiosa desde una perspectiva cristiana, y después el
establecimiento de un código de conducta común», añade el comunicado.
«Se prevé una distinción entre testimonio y proselitismo, de manera que el
respeto a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión de los demás
sea un valor primario en todo encuentro entre personas de diferentes credos».
El proyecto de estudio se inicia conjuntamente por el Consejo Pontificio para el
Diálogo Interreligioso, cuyo nuevo presidente es el cardenal Paul Poupard, y la
Oficina del CMI para las Relaciones y el Diálogo Interreligiosos.
Se cuenta con la participación en el diálogo no sólo de cristianos, sino también
de representantes de tradiciones religiosas budistas, hindúes, judías y de
pueblos indígenas.
«La cuestión de la conversión religiosa sigue teniendo una dimensión
controvertida en muchas relaciones interconfesionales e interreligiosas», dice
el reverendo Hans Ucko, director de la oficina de relaciones interreligiosas del
CMI.
«Esperamos que al final de este proyecto de estudio estaremos en condiciones de
proponer un código de conducta que afirme que la adhesión a nuestra fe nunca se
traduzca en menosprecio de la del prójimo», añade.
El Consejo Mundial de Iglesias, fundado en 1948, reúne a 348 iglesias
protestantes, ortodoxas, anglicanas y otras que representan a más de 560
millones de cristianos. La Iglesia católica no forma parte del mismo, aunque
mantiene relaciones de colaboración. Su secretario general es el pastor Samuel
Kobia, de la Iglesia Metodista de Kenia. Su sede se encuentra en Ginebra
(Suiza).
ZS06051014
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Mundo
Conmoción por la muerte (tras una
paliza) de un adolescente católico en Irlanda del Norte
BALLYMENA, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
La segunda mayor diócesis irlandesa, Down y Connor, está conmocionada por la
muerte de un joven, ocurrida tras un ataque perpetrado sólo por su condición de
católico.
Cuando se dirigía a su casa en la noche del pasado domingo, Michael McIlveen, de
15 años, fue golpeado con bates de béisbol por un puñado de jóvenes protestantes
en un aparcamiento de Ballymena (condado norirlandés de Antrim). Murió al poco
tiempo.
Se trata de «un trágico homicidio que tiene por víctima a un chaval jovencísimo,
asesinado sólo porque era católico»: es el comentario del portavoz de la
diócesis católica de Down y Connor, el sacerdote John McManus, recogido por el
servicio «Sir» del episcopado italiano.
«Es un hecho que ha conmocionado a toda nuestra comunidad», reconoció.
«Nuestras oraciones y nuestros pensamientos están con la familia, privada de la
vida de este hijo aún en tierna edad, recién salido de la infancia», expresó.
Excluyendo cualquier connotación política de sus palabras, el sacerdote añadió:
«Este homicidio nos recuerda lo trágica que es la pérdida de la vida humana, el
don más sagrado que tenemos. Este chico fue asesinado sólo porque era un
católico. El proceso de paz marcha muy lentamente, pero debemos creer que los
antiguos días de la violencia pertenecen al pasado».
«Debemos hallar razones de esperanza para mirar el futuro aún en estas trágicas
circunstancias y permanecer unidos --prosiguió--. Debemos abandonar la violencia
política del pasado y concentrarnos todos juntos en la dignidad de la vida
humana».
De un millón de habitantes, los católicos en la diócesis de Down y Connor son
300 mil.
ZS06051008
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Belén: Resolución de la ocupación y
asedio de la Basílica de la Natividad, «victoria del diálogo»
Recuerda el padre Faltas a los cuatro años del suceso
BELÉN, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
«No triunfaron las balas, sino el diálogo»: con estas palabras el padre Ibrahim
Faltas recuerda el suceso de la ocupación y sucesivo asedio de 39 días de la
Basílica de la Natividad de Belén, resuelto hace cuatro años.
El asedio israelí comenzó el 2 de abril de 2002 cuando 240 palestinos, algunos
armados, se atrincheraron en la Basílica, un hecho sin precedentes en la
centenaria historia de los Santos Lugares cristianos.
En ese tiempo el sacerdote franciscano, que era párroco en Belén, se contó entre
cuantos se prodigaron para evitar el derramamiento de sangre, si bien ocho
palestinos perdieron la vida en aquellos sucesos. Concluyó el asedio el 10 de
mayo.
Recordando esos días, el padre Faltas recalcó: «Fue la victoria del diálogo y no
de la violencia».
Actualmente párroco en Jerusalén, el sacerdote comentó tal experiencia ante la
Federación Italiana de los Semanarios Católicos (FISC) y el servicio de
información religiosa del episcopado italiano (SIR), presentes recientemente en
Tierra Santa.
«En aquella ocasión se dio un gran testimonio al mundo: no triunfaron las balas,
sino el diálogo», subrayó.
En su opinión, «el momento más difícil fue el 15 de abril», cuando acudió en
visita el entonces secretario de Estado americano, Colin Powell», quien en un
encuentro con los líderes religiosos «prometió una solución veloz».
«Pero cuando volvió a los Estados Unidos sin ningún resultado concreto las
esperanzas se desvanecieron. Palestinos e israelíes se preparaban al choque que
ya parecía inevitable», relata el padre Faltas, según recoge «Sir».
«Lo que nos devolvió la esperanza fue la llamada telefónica de Juan Pablo II
--admite--. Las primeras palabras que me dijo fueron: No tengáis miedo, estoy
con vosotros y oro por Belén».
Junto a los numerosos palestinos atrincherados, se vieron bloqueados también más
de treinta religiosos franciscanos de 17 países, junto a armenios, griegos y
varias religiosas.
«El diálogo entre las partes llevado a cabo con mediación de los religiosos es
todavía hoy la demostración de que es posible hablarse», observa el padre
Faltas.
Y afirma: «Israelíes y palestinos quieren la paz. Ésta no será frenada por el
muro --que como todos los muros será abatido, antes o después-- y menos por la
política».
De ahí que sintetice en «reconciliación y diálogo» «las palabras clave para
acercar a palestinos e israelíes».
«Dos términos que pertenecen al patrimonio de fe cristiano --apunta--. Los
seguidores de Cristo en Tierra Santa son ya una pequeña minoría, pero a ellos
les corresponde construir puentes entre judíos y musulmanes, entre palestinos e
israelíes».
«La Iglesia universal está llamada a orar por Tierra Santa y a sostener
materialmente a las comunidades locales sobre todo con la peregrinación»,
concluye.
El mismo día del final del asedio de la Basílica de la Natividad, el entonces
ministro general de la Orden de los Frailes Menores, el padre Giacomo Bini, en
un mensaje enviado a Zenit expresó su gratitud hacia quienes estuvieron cerca de
los franciscanos y franciscanas que durante 39 días permanecieron encerrados en
el convento de la Natividad: a Juan Pablo II, a los políticos y diplomáticos que
les ayudaron, y a los periodistas, que informaron de su situación.
La presencia franciscana en los Santos Lugares hunde sus orígenes en el siglo
XIII.
ZS06051001
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Entrevista
Cada vez hay más laicos en las
universidades pontificias de Roma
Entrevista con el rector del «Angelicum», el padre Joseph Agius
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
El número de laicos en las universidades pontificias de Roma aumenta año tras
año y también el de los estudiantes que quieren clases en inglés.
En esta entrevista concedida a Zenit, el padre dominico Joseph Agius, rector de
la Universidad Pontificia Santo Tomás, conocida como «Angelicum», testimonia el
caso de su universidad.
Rector desde 2005, el padre Agius antes fue decano de Teología (1992-2001) y
responsable de la sección bíblica de esta institución. Es profesor de Teología y
Exégesis del Antiguo Testamento y fue profesor en Malta --su tierra natal--,
Italia y Estados Unidos.
Entre otras afirmaciones, en esta entrevista presenta a santo Tomás como hombre
de «verdad y diálogo».
--El «Angelicum» es una universidad que se ha convertido en punto de
referencia para los universitarios de lengua inglesa en Roma. ¿Es una opción que
han tomado?
--P. Agius: Es verdad que es la única Universidad eclesiástica en Roma en la que
los alumnos pueden optar por programas enteros en italiano o en inglés.
Ofrecemos una programación completa en ambos idiomas, en el primer ciclo de
Filosofía y de Teología, y programas completos en inglés en las
especializaciones en Espiritualidad y Ecumenismo (segundo ciclo).
Hacia finales de los años sesenta, junto a las otras universidades eclesiásticas
de Roma, abandonamos el latín como lengua de enseñanza y empezamos a dar clases
en italiano. En aquel momento, no había ninguna intención de iniciar programas
en inglés. Pero muchos estudiantes de lengua inglesa tenían dificultades para
seguir los cursos en italiano y pidieron a algunos profesores de lengua inglesa
clases privadas en inglés para repesar lo que enseñaban en italiano. Nuestros
profesores aceptaron la petición y en seguida constatamos que el número de
estudiantes de lengua inglesa aumentaba progresivamente.
A principios de los setenta, la Facultad de Teología decidió ofrecer programas
completos en inglés junto a los programas en italiano. Tras la experiencia
positiva de la Facultad de Teología, la de Filosofía lanzó un programa en
inglés, junto al de italiano en el curso 2000-2001.
--¿Qué tiene que decir santo Tomás a un mundo en el que la categoría de la
verdad está tan debatida?
--P. Agius: En la tradición cristiana, siempre hemos creído que existe la verdad
y que la verdad se puede conocer. Hay verdades que pertenecen al orden natural y
se pueden descubrir a la luz de la razón, y nosotros creemos que hay también
verdades que pertenecen al orden sobrenatural, que se conocen por medio de
revelaciones divinas, y a la luz de la fe. El autor del orden natural y del
orden sobrenatural es el mismo, Dios, y entre las verdades que se conocen por la
razón y las que se conocen por la fe no puede haber contradicción o
incompatibilidad. Por este motivo, santo Tomás buscó siempre una armonía entre
fe y razón. Por una parte, usa la razón para explicar las verdades reveladas y,
por otra, demuestra que las verdades reveladas no son contrarias a la razón.
Santo Tomás fue al mismo tiempo un hombre de diálogo. Siguiendo a Nuestro Señor,
no trató nunca de imponer las verdades que conocía a los demás, y estaba siempre
dispuesto a escucharles, creyentes y no creyentes. Nosotros tratamos de proponer
la verdad buscando la armonía entre fe y razón, entrando en diálogo con todas
las corrientes de pensamiento.
--El porcentaje de laicos en su Universidad es alto. ¿Se prevé un aumento?
--P. Agius: En el curso 2001-2002, de 1.317 alumnos, 403 eran laicos (171
mujeres y 231 hombres), el 31%. En 2002-2003, de 1.372 alumnos, los laicos eran
también 403 (173 mujeres y 230 hombres), el 29,4%. En 2003-2004, de 1.251
alumnos, 427eran laicos (185 mujeres y 242 hombres), el 34%.
Como se ve, el número de laicos tiende a aumentar debido a varios factores.
Donde hay escasez de vocaciones, algunas tareas que en el pasado desempeñaban
sacerdotes, como la enseñanza de las ciencias sagradas, hoy se confían a laicos
y religiosas. Los laicos y religiosas que estudian las ciencias sagradas pueden
encontrar una colocación no sólo en escuelas y universidades católicas, sino
incluso en los seminarios. Algunos han sido enviados por los obispos. Muchos
laicos alumnos del «Angelicum» son de lengua inglesa y sin duda la enseñanza en
inglés les atrae. Además, algunas de nuestras facultades, como la de Ciencias
Sociales, han lanzado con éxito programas que pretenden atraer a estudiantes
laicos al «Angelicum».
--El Papa acaba de aludir al tema de la mujer en el gobierno de la Iglesia.
En su Universidad hay desde hace años mujeres profesoras. ¿Es también una
tendencia en alza?
--P. Agius: El «Angelicum» la primera, o al menos, seguramente, una de las tres
primeras universidades eclesiásticas que dio una responsabilidad docente a una
mujer. Nella Filippi empezó a dar clases en la Facultad de Teología en el curso
1970-71, poco después de haber obtenido aquí el doctorado. Desde entonces, el
número de mujeres ha ido aumentando.
Este año, treinta mujeres, laicas y religiosas, que dan clases en varias
facultades e institutos de nuestra Universidad, y es previsible que a medida que
hay más mujeres que obtienen la licenciatura en ciencias sagradas, aumentará su
número en el claustro.
Pero aparte de las profesoras, no hay que olvidar el papel de las mujeres en la
administración de la Universidad. El «Angelicum» fue la primera universidad
eclesiástica romana que tuvo a una religiosa como vicerrectora, sor Françoise
Lamoureux. Una religiosa, sor Helen Alford, es desde hace muchos años decana de
la Facultad de Ciencias Sociales; una laica es vicedecana de la Facultad de
Teología y otra laica es directora de nuestro Instituto de Santo Tomás. Hay
además mujeres que no forman parte del claustro pero prestan sus servicios en
diversas oficinas de la Universidad.
--¿En qué medida se pueden crear sinergias con otras universidades
pontificias para abrir espacios a la palabra cristiana en el mundo
universitario?
--P. Agius: En este sector queda mucho por hacer. Hasta hace poco tiempo, nos
limitábamos a invitar a profesores de otras universidades a dar cursos y a
permitir a nuestros profesores dar clases en otras instituciones, o a permitir a
nuestros estudiantes seguir cursos de especialización en otras instituciones.
Recientemente, algunas de nuestras facultades han tratado de colaborar más de
cerca con otras facultades romanas, organizando por ejemplo seminarios o
coloquios con otras facultades. La Facultad de Teología está preparando un
proyecto de colaboración con la Russell Berrie Foundation de Estados Unidos y la
Karev-Center for Christian-Jewish Study [Hartman Institute] de Israel para
instituir una cátedra que cubra el diálogo interreligioso. La Facultad de
Filosofía se ha adherido, junto a otros centros académicos romanos, al proyecto
«Science, Theology and Ontological Quest» (STOQ) (Ciencia, Teología e
Investigación Ontológica) promovido por el Consejo Pontificio de la Cultura.
La Facultad de Ciencias Sociales ha colaborado con otras cinco universidades y
con el Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz en la organización de un
congreso en el Vaticano, con motivo del 40 aniversario de la constitución
pastoral «Gaudium et Spes» del Concilio Vaticano II. Junto al Instituto
Internacional Jacques Maritain y la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad Pontificia Gregoriana, la misma facultad celebró un seminario sobre
el pensamiento de Jacques Maritain. El «Proceso de Bolonia» [iniciativa
promovida por el Centro Europeo de Educación Universitaria de la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO-CEPES)
ndr.] prevé más colaboración entre las universidades de Europa y, como la Santa
Sede se ha adherido a este proceso, las universidades eclesiásticas romanas
están dentro y probablemente en el futuro habrá más colaboración entre ellas.
--Usted personalmente ¿qué desearía que fuera el «Angelicum» en los próximos
años?
--P. Agius: Santo Tomás de Aquino es el patrón de nuestra Universidad y el guía
de nuestra enseñanza. Reflexionando sobre los principios fundamentales del
pensamiento de santo Tomás, querría que basándonos en esos principios lográramos
comprender que santo Tomás hubiera afrontado los problemas que afronta la
Iglesia en la nueva evangelización. Problemas como los del secularismo y el
relativismo en occidente, o como el del integrismo religioso en otras partes.
Si lográramos comprender que santo Tomás hubiera afrontado estos problemas,
seríamos capaces de hacer hablar a santo Tomás de nuevo para hacer propuestas a
los problemas que afronta el hombre de hoy. Santo Tomás era un hombre abierto al
diálogo porque estaba dispuesto a aceptar la Verdad donde la encontraba, y
haciendo nuestras propuestas basándonos en los principios fundamentales del
pensamiento de nuestro maestro, también nosotros debemos estar abiertos al
diálogo con todos.
ZS06051002
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Audiencia del miércoles
Benedicto XVI: A través de la sucesión
apostólica, Cristo llega a nosotros
Intervención en la audiencia general de este miércoles
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la intervención de Benedicto XVI en la audiencia general de este
miércoles dedicada a explicar en qué consiste «La sucesión apostólica».
* * *
Queridos hermanos y hermanas:
En las últimas dos audiencias hemos meditado en lo que es la Tradición de la
Iglesia y hemos visto que es la presencia permanente de la palabra y de la vida
de Jesús en su pueblo. Pero la palabra, para estar presente, tiene necesidad de
una persona, de un testigo. De este modo nace esta reciprocidad: por una parte,
la palabra tiene necesidad de la persona, pero, por otra parte, la persona, el
testigo, está ligado a la palabra que le ha sido confiada y que él no ha
inventado. Esta reciprocidad entre contenido --palabra de Dios, vida del Señor--
y persona que lo transmite es una característica de la estructura de la Iglesia,
y hoy queremos meditar sobre este aspecto personal de la Iglesia.
El Señor lo había comenzado, como habíamos visto, al convocar a los doce, que
representaban al futuro Pueblo de Dios. En la fidelidad al mandato recibido por
el Señor, en un primer momento, los doce, tras su Ascensión, completan su número
con la elección de Matías en lugar de Judas (Cf. Hechos 1,15-26), y luego
asocian progresivamente a otros a las funciones que les han sido confiadas para
que continúen su ministerio. El Resucitado mismo llama a Pablo (Cf. Gálatas 1,
1), pero Pablo, a pesar de que había sido llamado por el Señor como apóstol,
confronta su Evangelio con el Evangelio de los doce (Cf. ibídem 1,18), se
preocupa por transmitir lo que ha recibido (Cf. 1 Corintios 11, 23; 15, 3-4) y
en la distribución de las tareas misioneras es asociado a los apóstoles, junto a
otros, por ejemplo, Bernabé (Cf. Gálatas 2, 9). Así como al inicio de la
condición del apóstol se encuentra una llamada y un envío del Resucitado, del
mismo modo la sucesiva llamada e invitación a otros tendrá lugar, con la fuerza
del Espíritu, por obra de quien ya ha sido constituido en el ministerio
apostólico. Este es el camino por el que continuará este ministerio que,
después, comenzando por la segunda generación, se llamará ministerio episcopal,
«episcopé».
Quizá es útil explicar brevemente lo que quiere decir obispo. Es la forma
italiana [el adejetivo «episcopale», nota del traductor] de la palabra griega «epíscopos».
Esta palabra hace referencia a uno que tiene una visión de lo alto, uno que mira
con el corazón. De este modo, el mismo san Pedro, en su primera Carta, llama al
Señor Jesús «pastor y guardián de vuestras almas» (2, 25). Y, según este modelo
del Señor, que es el primer obispo, guardián y pastor de las almas, los
sucesores de los apóstoles han sido llamados después «obispos» «epíscopoi». Se
les confía la función del «episcopé». Esta función precisa del obispo se
desarrollará progresivamente con respecto a los inicios hasta asumir la forma,
ya claramente testimoniada por Ignacio de Antioquia, en los inicios del siglo II
(Cf. «Ad Magnesios», 6,1: PG 5,668), de la triple función de obispo, presbítero
y diácono. Es un desarrollo guiado por el Espíritu de Dios, que asiste a la
Iglesia en el discernimiento de las formas auténticas de la sucesión apostólica,
definidas cada vez mejor entre una pluralidad de experiencias y de formas
carismáticas y ministeriales, presentes en la comunidad de los orígenes.
De este modo, la sucesión en la función episcopal se presenta como continuidad
del ministerio apostólico, garantía de la perseverancia en la Tradición
apostólica, palabra y vida, que nos han sido confiadas por el Señor. El lazo
entre el Colegio de los obispos y la comunidad originaria de los apóstoles se
entiende, ante todo, en la línea de la continuidad histórica. Como hemos visto,
a los doce se les asocia en primer lugar Matías, y después, Pablo, y luego
Bernabé, y más tarde otros, hasta la formación, en la segunda y tercera
generación, del ministerio del obispo. Por tanto, la continuidad se expresa en
esta cadena histórica. Y en la continuidad de la sucesión se encuentra la
garantía de perseverancia en la comunidad eclesial, en el Colegio apostólico,
reunido a su alrededor por Cristo. Pero esta continuidad, que vemos antes en la
continuidad histórica de los ministros, debe entenderse también en sentido
espiritual, pues la sucesión apostólica en el ministerio es considerada como
lugar privilegiado de la acción y de la transmisión del Espíritu Santo. Un eco
claro de estas convicciones puede constatarse, por ejemplo, en este texto de
Ireneo de Lyón (segunda mitad del siglo II): «la Tradición de los Apóstoles ha
sido manifestada al universo mundo en toda la Iglesia, y podemos enumerar a
aquellos que en la Iglesia han sido constituidos obispos y sucesores de los
Apóstoles hasta nosotros […] [Los apóstoles] querían que aquellos a quienes
dejaban como sucesores fuesen en todo "perfectos e irreprochables" (1 Tim 3,2;
Tt 1,6-7), para encomendarles el magisterio en lugar suyo: si obraban
correctamente se seguiría grande utilidad, pero, si hubiesen caído, la mayor
calamidad» («Adversus haereses», III, 3,1: PG 7,848).
Ireneo, después, al presentar esta red de la sucesión apostólica como máxima
garantía de la perseverancia en la palabra del Señor, se concentra en esa
Iglesia, entre «las más antiguas y de todos conocidas, la Iglesia fundada y
constituida en Roma por los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo»,
subrayando la Tradición de la fe anunciada, que en ella llega hasta nosotros a
través de los apóstoles mediante las sucesiones de los obispos. De este modo,
para Ireneo y para la Iglesia universal, la sucesión episcopal de la Iglesia de
Roma se convierte en el signo, el criterio y la garantía de la transmisión sin
interrupción de la fe apostólica: «Es necesario que cualquier Iglesia esté en
armonía con esta Iglesia, cuya fundación es la más garantizada -me refiero a
todos los fieles de cualquier lugar-, porque en ella todos los que se encuentran
en todas partes han conservado la Tradición apostólica» («Adversus haereses»,
III, 3, 2: PG 7,848). La sucesión apostólica, verificada en virtud de la
comunión con la de la Iglesia de Roma, es por tanto el criterio de permanencia
de cada una de las Iglesias en la Tradición de la fe común apostólica, que a
través de este canal ha podido llegar hasta nosotros desde los orígenes: «Por
este orden y sucesión ha llegado hasta nosotros la Tradición que inició de los
apóstoles. Y esto muestra plenamente que la única y misma fe vivificadora que
viene de los apóstoles ha sido conservada y transmitida en la Iglesia hasta hoy»
(ibídem, III, 3, 3: PG 7,851).
Según estos testimonios de la Iglesia antigua, la apostolicidad de la comunión
eclesial consiste en la fidelidad a la enseñanza y a la práctica de los
apóstoles, a través de los cuales se garantiza la unión histórica y espiritual
de la Iglesia con Cristo. La sucesión apostólica del ministerio episcopal es el
camino que garantiza la fiel transmisión del testimonio apostólico. Lo que
representan los apóstoles en la relación entre el Señor Jesús y la Iglesia de
los orígenes, lo representa análogamente la sucesión ministerial en la relación
entre la Iglesia de los orígenes y la Iglesia actual. No es una mera
concatenación material; es más bien el instrumento histórico del que se sirve el
Espíritu para hacer presente al Señor Jesús, cabeza de su pueblo, a través de
quienes son ordenados por el ministerio por medio de la imposición de las manos
y de la oración de los obispos. Entonces, a través de la sucesión apostólica,
Cristo llega a nosotros: en la palabra de los apóstoles y de sus sucesores Él
nos habla; mediante sus manos Él actúa en los sacramentos; en su mirada, su
mirada nos envuelve y nos hace sentirnos amados, acogidos en el corazón de Dios.
Y también hoy, al igual que al inicio, Cristo mismo es el verdadero pastor y
guardián de nuestras almas, a quien nosotros seguimos con gran confianza,
gratitud y alegría.
[Traducción del original italiano realizada por Zenit. Al final de la
audiencia el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. Estas fueron sus
palabras en castellano:]
Queridos hermanos y hermanas:
Por voluntad de Jesús y en torno a Él, la Iglesia comenzó su camino en la
historia. Confiada inicialmente al grupo de los Doce, éstos asociaron a su
ministerio a otros, que recibieron el Espíritu y fueron constituidos sucesores
de los Apóstoles para continuar la misión de Cristo a través de los tiempos.
Esta sucesión, avalada por la unión en la fe y la caridad con la Iglesia y el
Obispo de Roma, es principio de la íntima comunión del Colegio apostólico y
garantía de la permanencia de la fe apostólica en cada comunidad, llegando hasta
nuestros días, como vínculo histórico y espiritual de la Iglesia con Cristo.
Los obispos, sucesores de los Apóstoles, son el instrumento histórico del que se
sirve el Espíritu Santo para hacer presente entre nosotros al Señor Jesús,
Cabeza de su pueblo. A través de ellos lo escuchamos, recibimos su gracia y nos
sentimos amados y acogidos en el corazón de Dios.
Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española, en particular a los
seminaristas de Valladolid, al Círculo Sabadellés con su Obispo diocesano, así
como a los siguientes grupos: Organización Colegial de Enfermería,
Guardiamarinas, y peregrinos de Guadalajara, México. Invito a todos a orar por
vuestros pastores, con gratitud a Dios por el don precioso de su ministerio en
la Iglesia.
¡Muchas gracias!
[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
ZS06051004
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Informe Especial
Cardenal Joseph Zen Ze-kiun: Todos los
católicos chinos «quieren ser guiados por el Papa»
Aclara el cardenal arzobispo de Hong Kong a las autoridades del país
HONG KONG/PEKÍN, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
El cardenal Joseph Zen Ze-kiun, arzobispo de Hong Kong, ha salido al paso de las
declaraciones de la Oficina estatal de Asuntos Religiosos chinos advirtiendo que
«en China hay sólo una Iglesia Católica, y todos quieren ser guiados por el
Papa».
El gobierno chino permite la práctica religiosa en el país sólo con personal
reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo
el control de la «Asociación Patriótica» (AP) --cuyo estatuto recoge la creación
de una Iglesia nacional desgajada de la Santa Sede--.
De ahí que afirmen una diferencia entre una Iglesia «oficial» y los fieles que
tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del
Papa, formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».
La intervención del purpurado chino, difundida por escrito el lunes, se ha
producido en el contexto de las dos ordenaciones episcopales ilegítimas (sin el
consentimiento del Papa) recientemente celebradas en China, un hecho que ha
representado «una grave herida a la unidad de la Iglesia» y «una grave violación
a la libertad religiosa» --dadas las presiones a la que se vieron sometidos
candidatos y sacerdotes--, como denunció el portavoz de la Santa Sede (Zenit, 4
mayo 2006).
Tal declaración vaticana recibió el pasado 6 de mayo la crítica de la Oficina
china de Asuntos Religiosos –confirma la agencia del Pontificio Instituto de
Misiones Extranjeras «AsiaNews»--; para el organismo la declaración publicada
por la Sala de Prensa de la Santa Sede carece de sentido.
La Oficina de Asuntos Religiosos afirma «querer un diálogo franco y sincero con
el Vaticano», pero apunta que «elegir nuevos obispos» es una «necesidad
urgente», pues hay «40 diócesis vacantes», cita la agencia del PIME.
La declaración gubernamental --añade-- entra en terrenos teológicos diciendo:
«Donde no hay obispo, no hay Iglesia».
Igualmente, tal Oficina estatal dice que desde hace más de medio siglo se eligen
y consagran obispos de manera autónoma en el país asiático.
Desmiente éste y otros puntos el cardenal Joseph Zen Ze-kiun en su intervención
escrita, pues en China, tras las década del maoísmo, cada vez más obispos,
sacerdotes y fieles han luchado para que los obispos pueden gozar de la
aprobación papal.
«En China hay sólo una Iglesia Católica, y todos quieren ser guiados por el
Papa», declara el purpurado.
Publicamos a continuación su intervención, cuya traducción del chino difundió la
agencia del PIME.
Mientras tanto –según se hace eco además la agencia especializada en el contexto
asiático--, obispos «clandestinos» en China piden a todos los fieles,
«oficiales» o «subterráneos», que recen por los sacerdotes de la Iglesia
«oficial» a fin de contrarrestar la labor de la AP, que después de las recientes
ordenaciones episcopales ilegítimas está presionando enormemente a los
sacerdotes para cortar vínculos con Roma.
Un obispo de la Iglesia «oficial» ha confirmado a «AsiaNews» que los dos
candidatos de las recientes ordenaciones ilegítimas --30 de abril y 2 de mayo--
estaban bajo presión y que algunos de los obispos consagrantes fueron engañados,
diciéndoseles que había aprobación de la Santa Sede. Al menos uno de los dos
candidatos ha sido impuesto por la AP a toda la diócesis.
* * *
«Aclaremos algunos asuntos»
La Declaración del portavoz de la Oficina de Asuntos Religiosos del 6 de mayo
[afirma] que en la Iglesia Católica china, reconocida por el gobierno chino, «la
auto-elección y la auto-consagración de los obispos es continua desde hace más
de 50 años». Ésta es la táctica fundamental para la autogestión de la Iglesia
china. Ellos saben que en la Iglesia Católica existe una jerarquía; que si ahí
no hay obispo, no hay Iglesia Católica. Pero en la Iglesia Católica los obispos
son nombrados por el Papa. Ellos quieres obispos, pero no quieren el
nombramiento ni la aprobación del Papa. ¿Puede de esta forma tal Iglesia decirse
todavía verdaderamente Iglesia Católica?
Los obispos consagrados «durante más de 50 años» con «la auto-elección y la
auto-consagración» conocían su situación, y su corazón no estaba realmente en
paz. Al final de los años ’70 y comienzo de los ’80, mientras se fueron haciendo
más fáciles los contactos con el extranjero, estos obispos, a través de algunas
personas, confiaron su petición de «perdón y reconocimiento» a la Santa Sede.
Siempre que ha sido posible, el Papa aceptó muchas de estas peticiones, y les
pidió que lo hicieran saber a los sacerdotes y a los fieles laicos, sin ponerse
en oposición directa con las instituciones del gobierno. Esto permitía a los
obispos, sacerdotes y laicos vivir con tranquilidad sus actividades de fe, aún
estando bajo el control del gobierno.
En los últimos 20 años, al final de este «medio siglo», en la Iglesia oficial la
importancia para los obispos de ser nombrados por el Papa ha sido, poco a poco,
reconocida por todos.
Por lo tanto, todos los candidatos episcopales «elegidos» «por el Consejo de los
obispos chinos» [una especie de conferencia episcopal china no reconocida por el
Vaticano. Ndr] y reconocidos por la Oficina de Asuntos Religiosos , todos envían
a la Santa Sede la petición de ser aprobados por el Papa –y saben que es
necesario. Sólo después de haber obtenido la aprobación del Papa, reciben la
consagración.
Precisamente por esto, en la ordenación episcopal organizada por la Asociación
Patriótica a principios de 2000, cuando había 12 candidatos, sólo se presentaron
5, y fueron a la ordenación con los ojos llenos de lágrimas. Hasta los
seminaristas del seminario nacional de Pekín, dependiente de forma directa de
Liu Bainian [vicepresidente de la AP, el principal responsable de las recientes
ordenaciones ilegítimas. Ndr], rechazaron esa ordenación. Después de aquello, la
Santa Sede recordó a todos que el canon
1382 del Código de
Derecho Canónico estaba aún vigente.
Aquellos que fueron obligados a ser ordenados obispos de forma ilegítima [sin el
permiso de la Santa Sede] no enfrentan una situación fácil: los sacerdotes
rechazan en general concelebrar con ellos; los fieles no quieren participar en
sus misas.
De esta actitud de sacerdotes y fieles surge un significado muy claro. Y yo
mismo digo por ello que «en China hay sólo una Iglesia Católica, y todos quieren
ser guiados por el Papa».
En estos años varios candidatos al episcopado han recibido la aprobación de la
Santa Sede, pero han sufrido muchas dificultades. El gobierno no les permite
hacer pública la aprobación de la Santa Sede, y así en las celebraciones están
obligados a emplear la fórmula «aprobado por el Consejo de los obispos chinos»
que sustituye la aprobación del Papa. Sólo fuera de la ordenación, se hace saber
a los sacerdotes que el candidato ha sido confirmado y aprobado por la Santa
Sede (todos los chinos conocen este tipo de disimulo).
Pero el papel no puede tapar el fuego: de este modo era imposible para la
Asociación Patriótica y la Oficina de Asuntos Religiosos realizar sus intereses.
Todos saben que para las consagraciones del año pasado de los obispos de
Shanghai y Xian, los dos consagrados fueron antes nombrados por la Santa Sede;
después los obispos y los sacerdotes, para cumplir [en apariencia] las normas
del gobierno, llevaron a cabo una elección. El gobierno tuvo que aceptar a los
dos candidatos. Respecto a estas dos consagraciones, el gobierno fue más bien
silencioso; sólo el señor Liu Bainian, en una entrevista a Reuters, dijo que en
estos últimos tiempos el gobierno chino se había hecho «muy tolerante».
La realidad es que China y Vaticano, ambos, afirman querer colaborar en una
sociedad armónica, pero en una «colaboración pasiva». Lamentablemente, entre
Santa Sede y gobierno chino no hay pacto. Por ello esperamos que en las
conversaciones entre China y Vaticano se pueda hallar un acuerdo aceptable para
las dos partes.
Un acuerdo es nuestra esperanza de hoy. Pero la Asociación Patriótica y la
Oficina de Asuntos Religiosos han obligado a dos sacerdotes a aceptar la
consagración episcopal sin la aprobación dela Santa Sede. No comprendemos este
hecho y nos lleva a perder la esperanza. En conclusión: ¿quién es el que está
haciendo retroceder las cosas?
Cardenal Joseph Zen Ze-kiun
8 de mayo de 2006
[Traducción del original inglés realizada por Zenit]
ZS06051003
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Nuevos movimientos
Claire Amitié
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de Claire Amitié.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: CLAIRE AMITIÉ
FUNDACIÓN: 1946
HISTORIA: Claire Amitié nació en Francia por iniciativa de Thérèse Cornille
(1917- 1989), mujer joven formada en la Acción Católica y en la Juventud Obrera
Cristiana Femenina, que a la edad de 29 años decidió dedicar su vida al servicio
de muchachas y mujeres jóvenes en dificultad o con problemas de adaptación
social, creando lugares en los que pudiesen encontrar una casa donde vivir como
en una familia, donde confrontarse con el testimonio de la fe en Cristo, donde
encontrar nuevas posibilidades de crecimiento y donde aprender a organizar y
gestionar la propia vida. Animada por el cardenal Achille Liénart, entonces
arzobispo de Lille, en 1946 abrió la primera casa de acogida en Roubaix, a la
que en los años sucesivos siguieron otras, primero en Francia y después en
África, en Asia y en América Latina. La Asociación se constituyó oficialmente en
1975. El 13 de mayo de 1993 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el
reconocimiento de Claire Amitié como asociación internacional de fieles de
derecho pontificio.
IDENTIDAD: Claire Amitié busca la recuperación de muchachas jóvenes marcadas por
recorridos de vida dolorosos y de marginación. Acogidas en pequeñas comunidades
de animadoras, reciben una formación global que les ayuda a encontrar de nuevo
el equilibrio personal y la formación necesaria para la inserción o reinserción
en el mundo del trabajo. Durante la estancia en los centros “Clair Logis” –cuya
apertura generalmente es una respuesta a la solicitud de los obispos– las
jóvenes alojadas, de tradiciones culturales y religiosas distintas,
frecuentemente experimentan por primera vez la realidad de una familia y el amor
fraterno dado y recibido que es el único que nos capacita para caminar hacia el
Dios uno y trino. Para el cumplimiento de su misión, los miembros de Claire
Amitié tienen contactos regulares con las instancias eclesiásticas y relaciones
de colaboración con las comunidades parroquiales, los movimientos y los
distintos grupos eclesiales presentes en las diócesis donde surgen las casas de
acogida. El proceso de formación de las animadoras inicia con un período de
prueba de seis meses y dura cinco años. Teniendo en cuenta la propia misión,
reciben además una formación permanente a nivel humano, espiritual, doctrinal,
misionero, pedagógico y profesional.
ESTRUCTURA: Claire Amitié está dirigida por la Presidente y la Directora general
asistida por su Consejo. A la Asociación se puede pertenecer como miembros
permanentes y como miembros asociados. Son miembros permanentes las animadoras,
laicas llamadas por Dios a la virginidad y a la vida comunitaria, para rezar y
dedicarse al servicio de la promoción humana, espiritual y cristiana de la
jóvenes con más dificultades. Los miembros asociados son laicos –hombres y
mujeres casados o no– que comparten el espíritu y las finalidades de la
Asociación, su amor por los pobres, su dimensión eclesial y universal y ofrecen
la propia aportación en la gestión de las asociaciones de apoyo, en la formación
de las jóvenes y en la vida de las casas de acogida.
DIFUSIÓN: Claire Amitié cuenta con 277 entre miembros permanentes y miembros
asociados y está presente en 7 países distribuidos del siguiente modo: África
(4), Asia (1), Europa (1), Sudamérica (1). OBRAS Por iniciativa de Claire Amitié
se han creado quince casas de acogida “Clair Logis” gestionadas con la
colaboración de ocho asociaciones de apoyo.
PUBLICACIONES: Parfum d’Ici et d’Ailleurs, boletín mensual.
SEDE CENTRAL: Claire Amitié
59, rue de l’Ourcq - 75019 Paris (Francia)
Tel. [+33]1.53264683 - Fax 1.53264680
E-mail: claire.amitie@wanadoo.fr
[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
ZS06051012
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Carmelo Misionero Seglar
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
del Carmelo Misionero Seglar.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: CARMELO MISIONERO SEGLAR
SIGLA: CMS
FUNDACIÓN: 1988
HISTORIA: El CMS nació por iniciativa de Morelia Suárez, una joven laica que,
atraída por la espiritualidad carmelitana y por el dinamismo misionero de San
Francisco Palau en 1987 le propuso a la Provincia de las Carmelitas del Sagrado
Corazón de Medellín, en Colombia, la creación de una asociación laical que
compartiera su carisma. Acogida la solicitud, el XVI Capítulo general de la
Orden invitó a la Congregación a responder a las exhortaciones del Sínodo de los
Obispos sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia, dedicando
particular atención a la formación integral de los fieles laicos favoreciendo la
constitución del CMS en todos los países donde está presente. El 20 de marzo de
1996 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento del Carmelo
Misionero Seglar como asociación internacional de fieles de derecho pontificio.
IDENTIDAD El CMS reúne fieles laicos de todas las edades que se proponen
promover la figura y la misión del laico en la Iglesia, a través del compromiso
de descubrir la grandeza de la vocación cristiana en el misterio de la comunión
eclesial; vivir la oración como signo de amistad con Dios y como experiencia de
la universalidad de la Iglesia, a la luz de la Palabra y de la historia;
cultivar la escucha, la reflexión, la contemplación; tener una actitud de
servicio hacia los demás, prestando particular atención a las urgencias de la
Iglesia y de la sociedad; contemplar a María como modelo, Madre y compañera en
la constante tensión hacia la comunión con Dios y con los hermanos; tener un
estilo de vida sencillo, alegre y trabajador; trabajar para la construcción de
una sociedad más justa y solidaria. La pedagogía del CMS mira hacia la unidad de
la vida de los fieles laicos y privilegia la dimensión humana, cristiana y
misionera según la espiritualidad propia de Francisco Palau, Carmelita descalzo,
predicador, director espiritual y catequista. Los miembros del CMS desarrollan
actividades de apostolado, sea en grupo que individualmente, dando testimonio
con la propia vida de los valores evangélicos; se preparan para ayudar a los
marginados; tratan de responder con acciones concretas a las necesidades del
propio ambiente y de la Iglesia.
ESTRUCTURA: El CMS se organiza en grupos autónomos, cuya acción está coordinada
por una Junta directiva, constituida por un Coordinador, un Secretario, un
Tesorero, uno o dos miembros nominados por los mismos grupos. Los componentes de
la Junta pueden ser hombres o mujeres. A nivel nacional, la comunión y la
colaboración entre los grupos están aseguradas por un Comité de animación.
Garante último de la asociación a nivel internacional es la Superiora general de
las Carmelitas Misioneras.
DIFUSIÓN: El CMS cuenta con unos 500 miembros y está presente en 12 países
distribuidos del siguiente modo: África (2), Asia (3), Europa (1), Norteamérica
(3), Sudamérica (3).
SEDE CENTRAL: Carmelo Misionero Seglar
Via del Casaletto, 115
I - 00151 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.535472 / 5827216 - Fax 06.58232279
E-mail: carmis@rm.nettuno.it
[© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana]
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Asociación San Francisco de Sales
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de la Asociación San Francisco de Sales.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: ASOCIACIÓN SAN FRANCISCO DE SALES
OTRA DENOMINACIÓN: Rama laica de la Sociedad de las Hijas de San Francisco de
Sales
SIGLA: ASBPE (Associatio Sanctus Benedictus Patronus Europae)
FUNDACIÓN: 1872
HISTORIA: Los orígenes de la Asociación se remontan a 1872 cuando, por
iniciativa del P. Henri Chaumont y de la señora Caroline Colchen Carré de
Malberg, se constituyeron en París, en Francia, las Catequistas misioneras de
María Inmaculada, agregación de laicas que viven en el corazón del mundo,
erigida canónicamente en la arquidiócesis de París en 1891. En 1911 la Santa
Sede aprobó la Sociedad de las Hijas de San Francisco de Sales. En 1954 las
Catequistas adoptaron la denominación de Salesianas Misioneras de María
Inmaculada y en 1968 fueron reconocidas dentro de la Sociedad de las Hijas de
San Francisco de Sales como congregación religiosa, unida a la rama laica
(Asociación San Francisco de Sales) por un órgano común, el Consejo superior. El
22 de mayo de 1994 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el
reconocimiento de la Association Saint François de Sales como asociación
internacional de fieles de derecho pontificio.
IDENTIDAD: La Asociación es una familia espiritual que se propone la
santificación personal de sus miembros, llamados a evangelizar el propio
ambiente de vida, según la espiritualidad de san Francisco de Sales, mediante
una devoción particular al Espíritu Santo y a la Virgen. El itinerario de
formación de las asociadas, basado sobre el método de la probación, tiene una
duración de dos años y concluye con una consagración sin votos, la renovación
personal de las promesas bautismales y la consagración a la Santísima Trinidad y
a María. Las asociadas son libres para asumir otros compromisos eclesiales
ESTRUCTURA: La Asociación, dirigida por un Consejo general presidido por una
Directora general, está dividida en regiones correspondientes a zonas
geográficas que, a su vez, se dividen en grupos. Regiones y grupos están guiados
por Directoras regionales y Directoras de grupo. Para su obra de evangelización
la Asociación se sirve de la colaboración de grupos de sensibilización y de
reflexión, como los “Encuentros San Francisco de Sales”, agregación aprobada por
el Obispo de Versalles, los “Grupos de pensamiento salesiano” guiados por
miembros consagrados, las “Amistades salesianas”, para personas solas. La
admisión de hombres, iniciada en forma experimental en 1968, ha llevado a la
creación de una rama masculina autónoma.
DIFUSIÓN: La Asociación cuenta con 3.029 miembros y está presente en 19 países
distribuidos del siguiente modo: África (5), Asia (1), Europa (7), Norteamérica
(3), Sudamérica (3). Los hombres asociados son 105.
PUBLICACIONES: Le lien salésien, revista bimestral editada en francés, inglés,
polaco y alemán; Ecos, boletín trimestral en español
SEDE CENTRAL: Association Saint François de Sales
57-59, rue Léon Frot - 75011 Paris (Francia)
Tel. [+33]01.43676060 - Fax 01.43704473
E-mail: centresa@wanadoo.fr
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Asociación San Benito Patrón de Europa
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 10 mayo 2006 (ZENIT.org).-
Publicamos la descripción que presenta el «Repertorio» de «Asociaciones
Internacionales de Fieles», editado por el Consejo Pontificio para los Laicos,
de la Asociación San Benito Patrón de Europa.
* * *
DENOMINACIÓN OFICIAL: ASOCIACIÓN SAN BENITO PATRÓN DE EUROPA
SIGLA: ASBPE (Associatio Sanctus Benedictus Patronus Europae)
FUNDACIÓN: 1967
HISTORIA: La ASBPE se fundó después de la proclamación de san Benito como Patrón
de Europa, realizada en 1964 con la carta apostólica Pacis nuntius de Pablo VI.
A la luz del impulso que san Benito dio al consorcio de los pueblos europeos, a
la ordenación de la Europa cristiana y a su unidad espiritual, el fin principal
de la Asociación consiste en promover y difundir la cultura cristiana en una
Europa espiritualmente unida. Sus fines han sido ulteriormente confirmados con
la carta apostólica Sanctorum altrix de Juan Pablo II sobre la actualidad de la
regla benedictina y sobre la identidad cristiana de la cultura europea,
documento que llama a una nueva evangelización alimentada por esa linfa que ha
impregnado los pueblos de Europa y la formación de las naciones europeas. El 11
de julio de 1988 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento
de la Asociación San Benito Patrón de Europa como asociación internacional de
fieles de derecho pontificio.
IDENTIDAD: Conforme a la Regla de san Benito, los miembros de la ASBPE aspiran a
no “anteponer nada a Cristo” y obedecen incondicionalmente los mandamientos de
Dios Creador. Alimentan su oración personal con la lectura asidua de la Sagrada
Escritura, sacan enseñanzas de vida de la tradición patrística de Occidente y de
Oriente, aman con fidelidad a la Iglesia, defienden sus derechos y cultivan sus
tradiciones. Participan activamente en la vida sacramental y litúrgica de sus
Iglesias locales y se comprometen a ayudarla en sus necesidades. Guiados por la
jerarquía eclesiástica, colaboran a preparar el camino hacia la unidad de los
cristianos en la Iglesia católica, se comprometen a conocer los principios de la
doctrina social de la Iglesia, propugnan y defienden con tenacidad la santidad
de la familia, se interesan por el desarrollo y la subsistencia de la escuela
católica como instrumento eficaz y apto para difundir la cultura cristiana.
Promueven también el uso de la lengua latina, un tiempo lengua común en toda
Europa y eminente medio de comunicación, de cultura, de ciencia y de educación.
ESTRUCTURA: Los miembros de la ASBPE, religiosos y laicos, se admiten por
cooptación, previo compromiso expresado por escrito a vivir y actuar según los
principios de la Asociación. La ASBPE está dirigida colegialmente por un Comité
de dirección compuesto por doce miembros. Como responsable de la Asociación hay
un Presidente, asistido por dos Vicepresidentes y un Secretario general que,
entre otras cosas, tiene la misión de organizar los Congresos internacionales
anuales que la Asociación realiza en colaboración con las abadías benedictinas
sobre temas en relación con la vida cristiana en Europa. El Presidente, los dos
Vicepresidentes y el Secretario general son elegidos por el Comité de dirección.
Los miembros de la ASBPE domiciliados en la misma ciudad o región se unen en
grupos locales. Todos, en la medida de lo posible, frecuentan un monasterio
benedictino o cisterciense con el que mantienen relaciones espirituales.
DIFUSIÓN: La ASBPE cuenta con más de 500 miembros y está presente en 14 países
distribuidos del siguiente modo: Europa (13), Norteamérica (1).
SEDE CENTRAL: Dra. Maddalena Gasperi
Miembro del Comité de dirección
Piazza Albania, 10
I - 00153 Roma (Italia)
Tel. [+39]06.5758729
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