EL EVANGELIO DEL DOMINGO

 

 

por Gervasio Portilla García

18.11.2018


 

XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario (B)

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS (13, 24-32)

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

̶  «En aquellos días, después de esa gran angustia, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, los astros se tambalearán. Entonces verán venir al Hijo del Hombre sobre las nubes con gran poder y gloria; enviará a los ángeles y reunirá a sus elegidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo. Aprended de esta parábola de la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, deducís que el verano está cerca; pues cuando veáis vosotros que esto sucede, sabed que él está cerca, a la puerta. en verdad os digo que no pasará esta generación sin que todo suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. En cuanto al día y la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles del cielo ni el Hijo, solo el Padre».

 

Palabra del Señor


 

COMENTARIO:

 

En el Evangelio de este Trigésimo Tercer Domingo del Tiempo Ordinario, nos dice claramente que Dios permanece fiel a los suyos y que volverá pare reunir a los elegidos de los cuatro vientos.

La fidelidad de Dios, con su venida nos debe impulsar a vivir conforme a sus preceptos, confiados de que un día nos encontraremos con Él.

Con un lenguaje peculiar, que no debe tomarse al pie de la letra y con la parábola de la higuera, se nos dice que el Reino de Dios, llegará definitivamente.

Debemos mirar con esperanza y con confianza al futuro, Dios permanece fiel a los suyos y esta fidelidad es eterna e inamovible.

 

Hasta el próximo Domingo si Dios quiere. Paz y bien.