Fe y Obras

 

Santos Inocentes: una (falta de) vergüenza anual

 

 

 

26.12.2019 | por Eleuterio Fernández Guzmán


 

Casi ya es el día en el que recordamos una impresentable (nunca podría ser presentable) e ilegítima matanza de un matarife llamado Herodes a manos de sus esbirros soldados. Por eso llamamos inocentes a los que, por serlo y por causa de quién los mataban, merecen ser llamados santos.

Esto debería ser motivo de oración y de especial recuerdo. Un recuerdo que debería contener todo aquello que, de bueno, hay en tal martirio y, sobre todo, debería hacernos pensar que hay determinadas cosas que, a costa de tal día y recuerdo, no se deberían hacer nunca.

En esto, reconocemos, no somos demasiado políticamente correctos. Y eso lo decimos porque el día de los Santos Inocentes hace muchos años que se usa y utiliza para hacer chanzas y echarse unas risas a costa de eso, de tal matanza.

No se nos puede decir que eso no es así porque no se celebra un día como tal en cualquier otro día del año sino, precisamente, el día 28 de diciembre que no es, por casualidad, el día que es sino que es, exactamente, el día que es: Fiesta de los Santos Inocentes.

El que esto escribe lleva algunos años haciéndolo en contra de la malsana y corrupta perversión que hay en querer hacer risas de una cosa como fue la que fue. Y es que, al parecer, al común de mortales le importa un bledo qué se celebra el día de los Santos Inocentes.

No puedo menos que decir que produce verdadera tristeza que haya risas a costa de los Santos Inocentes. Y sí, es seguro que muchas personas que lean esto digan que, al fin y al cabo, la cosa no es para tanto porque sólo se trata de simples bromas...

Sin embargo, ¿no es síntoma de distorsión de la realidad hacer eso?

Seguramente, podrían hacer tales gracietas otro día cualquiera del año pero cuando todo se centra, precisamente, en el día 28 de diciembre… en fin, que la cosa pasa de castaño a oscuro.

Tenemos que decir, por si alguien se deja cambiar el corazón en esto, que estamos seguros de que los Santos Inocentes, aquellos niños (seguramente pocos) que fueron asesinados por mandato del corrupto Herodes, van a perdonar a los que hagan según qué cosas, precisamente, el día que debería ser dedicado a honrar la memoria de sus cuerpos pequeños y mutilados. Sin embargo, como nosotros no somos tan santos como ellos, preferimos dejar claro que nos asquea tal tipo de comportamientos por medio de los cuales hay quien va a pasar un “buen” rato. Quizá deberían preguntarse qué pensarían si algunos de sus hijos fueran incluidos, hoy mismo, en un aquelarre como aquel.

¿A que ya no tendría tanta gracia?

 

Eleuterio Fernández Guzmán
eleu@telefonica.net