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¿Qué votamos en la ONU?

Parece que nadie va a defender los valores que hicieron Europa y España

 

 

Francisco Rodríguez Barragán | 26.11.2017


 

La ONU presentó a votación tres propuestas: la educación sexual de los niños y adolescentes desde los diez años, los derechos de los niños y de los niños discapacitados. De acuerdo con la orientación anti-familiar de los intereses que manejan los organismos especializados de la ONU, se buscó marginar a los padres de la educación de sus hijos, pero el resultado de la votación fue contrario y las propuestas no fueron aprobadas.

Es curioso que votaran a favor los países europeos y los americanos, con la excepción de los Estados Unidos que voto en contra y también lo hicieron en contra los países africanos y musulmanes, que mantuvieron el derecho de los padres a la educación sexual de sus hijos. Naturalmente que en una próxima ocasión las fuerzas que pretendan ir arrinconando a la familia volverán a intentarlo ejerciendo las presiones correspondientes.

Aunque de las cosas que pasan en la ONU nuestros medios de comunicación no suelen informarnos, al menos con la misma intensidad que el fútbol o la violencia de género, es necesario poner de manifiesto que el canciller español votó con el bloque contrario al derecho de los padres, sin duda siguiendo las instrucciones del gobierno.

Si alguna vez el partido gobernante pareció defender nuestros valores, ello ya está olvidado y continua el seguidismo en la senda de Zapatero con sus leyes sobre el aborto, el divorcio exprés, el matrimonio homosexual y el decidido apoyo al feminismo feroz, la ideología de género y la manipulación educativa bajo el eufemismo de educación para la ciudadanía. Prueba de ello es que en sus cuatro años de mayoría absoluta, el PP, no hizo absolutamente nada y los recursos que presentó ante el Tribunal Constitucional hace más de siete años siguen sin resolverse, durmiendo en algún cajón por orden de quien sea.

Los graves problemas económicos que encontró este Gobierno en sus primeros cuatro años y el también grave de Cataluña, que está tratando de resolver después de haberlo dejado engordar demasiado tiempo, ocultan la falta de ideas claras, de valores auténticos, de un programa que vaya más allá de conservar (y disfrutar) del poder, hacen que este gobierno y este partido no respondan a las necesidades de los españoles. Quizás en Europa están contentos con el Sr. Rajoy y con eso se siente seguro.

 Pero Europa y en Europa España están envejeciendo a gran velocidad, a menos niños más viejos, es un suicidio anunciado. Hay activistas de la ecología y el calentamiento global que quieren reducir la población mundial en mil millones para, dicen, salvar el planeta. Anular la familia es el camino.

Al mismo tiempo,  la llegada de otros pueblos, especialmente musulmanes, a Europa no cesa. El proceso de islamización está en marcha, no porque los europeos se hagan musulmanes,  ni los yihadistas nos conquisten, sino porque cada vez habrá menos europeos e irán colmando el vacío, como ya lo están haciendo: ocupando barrios, hospitales, colegios…

No sé si habrá tiempo de reaccionar, pienso que no. Alguien está interesado en que Europa deje de existir y camine hacia la extinción.

¿Podremos hacer algo? Con estos políticos, seguro que no, pero el problema es que no hay otros mejores a la vista.

 

Francisco Rodríguez Barragán