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Sospechosas unanimidades

 

Comparando el ayer y el hoy ¿es verdad que somos más libres?

 

 

 

Francisco Rodríguez Barragán | 13.08.2019


 

Recuerdo cuando en el pasado régimen una todopoderosa oficina, la Secretaría General del Movimiento, decidía cada día, de forma inapelable, lo que se podía o no publicar en aquellos periódicos que entonces eran nuestros canales de información. (También podíamos buscar de noche y a poco volumen la radio España independiente, estación pirenaica,  que nos contaba historias truculentas que no comentábamos con nadie, por si acaso, podíamos tener algún disgusto)

Para solicitar algún trabajo en la administración era imprescindible presentar el oportuno certificado de adhesión al régimen, cosa que podía frustrar les esperanzas de más de uno.

Seguramente nuestros sucesores pensarán que aquello pasó y con la llegada de la democracia todos alcanzamos el deseado estado de libertad.

Siento desencantarlos si les digo que es falso que vivamos en el mejor de los mundos posibles. Efectivamente ya no existe la secretaría general del movimiento pero alguien sigue decidiendo lo que hay que publicar u ocultar en las extensas redes de comunicación que nos rodean.

¿No les resulta rara la unanimidad en el tratamiento de las noticias que cada día nos llegan a través de las diversas cadenas televisivas, tanto en los noticiarios como en las tertulias de “listísimos periodistas” que todo lo han averiguado y todo lo saben?

Hay espacios fijos sobre la violencia de género o el machismo hetero-patriarcal, y la insistencia machacona en que denuncies cualquier trato vejatorio por parte del varón de cualquier pareja. (Si los vejámenes son por parte de la mujer a su compañero o ex compañero, no hay ningún teléfono al que llamar y mejor no hacerlo que seguro que es peor).

Cada vez que muere una mujer a manos de un hombre se decretan por los ayuntamientos correspondientes tres día de luto oficial, que ignoro para lo que sirven, pero el número de mujeres asesinadas sigue creciendo cada año. De los hombres que mueren o se suicidan a raíz del incidente no se publica el número. A nadie se le ha ocurrido que algo estamos haciendo mal y que habrá que repensar la educación que se viene impartiendo.

De manadas y violaciones también la sección es fija. Si son españoles se publican sus fotografías pero si son extranjeros se les tapa la cara en todos los telediarios ¿no les resulta rara esta unanimidad?

Mencioné antes el certificado de adhesión al régimen para trabajar en la administración, ahora te exigen un certificado de penales si colaboras en alguna organización benéfica o desde las redes de comunicación se estigmatiza a cualquiera que no piense como “alguien” ha decidido que tenemos que pensar pues de no hacerlo no eres “progre” sino “facha” y formas parte de una “derechona” que no tiene derecho a existir, frente a la más que discutible superioridad moral de la izquierda.

Ahora nos golpea con insistencia el problema de los “manteros” y los enfrentamientos con la policía. Nadie ha reparado, o yo no lo he oído, que los artículos que ofrecen en las aceras o en las arenas de la playa no los han hecho ellos sino poderosas organizaciones de falsificación de marcas que los utilizan como mano de obra barata. ¿Por qué en lugar de correr tras estos desgraciados no se procede a la ilegalización de las mafias que sin duda no están lejos en cualquier polígono industrial?

Lo dejamos por hoy.

 

Francisco Rodríguez Barragán