Colaboraciones
No cerremos nuestro corazón a la misericordia de Dios
08 noviembre, 2022 | Javier Úbeda Ibáñez
En un mundo donde la incertidumbre marca el futuro de la humanidad, la angustia y el miedo suelen posicionarse en nuestro corazón. Además de hacernos infelices, pueden enturbiar nuestras relaciones interpersonales, afectar nuestro trabajo y a nuestra familia. Pero lo más doloroso, no solo podemos alterarnos afectivamente, sino también espiritualmente, cerrándonos a la misericordia de Dios, a su gracia, pues donde la desesperanza y desesperación se instalan, la fe suele opacarse entre el miedo y la angustia. En estos casos, no perdamos tiempo, acudamos a Cristo, Rey de Misericordia, aunque al principio sea difícil tener esperanza, hay que confiar en el Señor. Por grandes que sean nuestros pecados, nuestros problemas y nuestra desilusión, no cerremos nuestro corazón a la misericordia de Dios, tengamos plena confianza en sus palabras, Él nos infundirá una nueva esperanza, enderezará nuestro camino y curará nuestras heridas.