Colaboraciones

 

No hay una moral universal

 

 

 

13 marzo, 2023 | Javier Úbeda Ibáñez


 

 

 

 

Lo que se pretende imponer es el llamado relativismo moral. Consiste en afirmar que lo que está bien y lo que está mal lo determinan las mayorías a través de las leyes aprobadas en el parlamento. Sería el consenso de las mayorías el que determinaría la moral. Por lo tanto, ya no cabría hablar de principios inmutables ni de ley natural. El bien y el mal dependerían de la mayoría que gobernara en cada momento. Las mayorías, en lo que a moral se refiere, nunca han tenido la razón. La moral siempre ha sido asunto de personas especialmente virtuosas: los maestros en asuntos morales han sido siempre los santos y los sabios. Y santos y sabios auténticos siempre ha habido pocos. Pero han sido esos pocos los que nos han enseñado a los que no somos tan santos ni tan sabios la diferencia entre el bien y el mal.

Si el parlamento dictamina que matar indiscriminadamente a los niños no nacidos está bien o que matar a los enfermos y a los viejos es bueno y lo hace con el respaldo de la mayoría de los ciudadanos, eso no significa que el aborto o la eutanasia sean moralmente aceptables. El aborto y la eutanasia, para un católico, siempre serán crímenes moralmente reprobables, por muy legalmente que sean perpetrados y por mucha gente que piense lo contrario.

No hay una moral universal. Ni tiene por qué haberla. En un país democrático deben convivir pacíficamente y respetarse las distintas concepciones del mundo y del hombre sin que nadie pretenda imponer sus principios a nadie.