Colaboraciones

 

Sobre la mujer (V)

 

 

 

20 mayo, 2023 | Javier Úbeda Ibáñez


 

 

 

 

Fue el cristianismo el que de manera más directa contribuyó a devolver a la mujer toda su dignidad y derechos de igualdad con el hombre.

Una cosa es la igualdad de derechos ante la ley del hombre y de la mujer, lo cual es justo; y otra que la mujer se ponga a imitar en todo al hombre, perdiendo sus características femeninas que tanto la enriquecen.

«Feminismo es aquella cualidad de la mujer por la cual ella se hace atractiva y agradable, y hace agradable y atractivo todo cuanto la rodea».

Pretender hacer de la mujer otro hombre es una equivocación. La mujer tiene sus cualidades específicas que no debe perder, y deben ser para ella de gran valor. La familia es el fundamento de la sociedad, y sin verdaderas mujeres no es posible la familia.

A propósito de la igualdad de derechos de hombres y mujeres, con frecuencia se oye añadir el femenino detrás del masculino: alumnos y alumnas, trabajadores y trabajadoras, cantores y cantoras, etc.

Esto es necesario cuando el masculino no incluye el femenino: señoras y señores, actores y actrices, poetas y poetisas, etc. Pero generalmente es innecesario, pues en castellano el masculino incluye el femenino. «Todos» incluye «todas». «Todos los hombres» incluye también a «todas las mujeres», pues se refiere a la humanidad entera.

En cambio «todas las mujeres» no incluye a «todos los hombres». «Los padres católicos» incluye también a las madres. Pero cuando se habla de «las madres solteras» no se incluye a los padres. Cuando en la misa se dice que Jesucristo redimió a todos los hombres, no excluye a las mujeres. En cambio, cuando se habla de las mujeres que abortan, se habla de las madres abortistas, no de los médicos abortistas. Así es el modo correcto de hablar: el masculino incluye el femenino, pero no viceversa.

El feminismo que reivindica los mismos derechos para la mujer que para el hombre ante la ley, es normal y sano, pues hombre y mujer tienen la misma dignidad como persona humana.

Delante de Dios no hay distinción entre hombre y mujer.

Pero hay otro feminismo revanchista que resulta ridículo. Hay mujeres feministas que quieren ocupar el sitio del hombre en todo. Y algunas lesbianas hasta en el uso del sexo. Las lesbianas suelen ser feministas revanchistas.

La mujer debe ser mujer. El querer ser como el hombre es una equivocación, pues es considerarse inferior al hombre. Y la mujer no es inferior al hombre, es diferente, que no es lo mismo. El hombre y la mujer son distintos en su cuerpo y en su psicología. Dice la Biblia que Dios «los creó hombre y mujer». No «unisex».

La feminidad es un gran valor para la mujer.

Lo que engrandece a la mujer es ser muy femenina, no el masculinizarse.

Así opinaba Juan Pablo ll: «A menudo es penalizado, más que gratificado, el don de la maternidad, al que la humanidad debe su supervivencia. Ciertamente que aún queda mucho por hacer para que el ser mujer y madre no comporte una discriminación. Es urgente alcanzar, en todas partes, la efectiva igualdad de los derechos de la persona y, por tanto, igualdad de salario respecto a igualdad de trabajo, y tutela de la trabajadora-madre» (Mulieris  dignitatem); «la mujer no puede convertirse en objeto de placer y explotación, pero tampoco debe invadir el terreno propio del hombre, masculinizándose y apropiándose de las características masculinas, y haciéndose un marimacho» (Mulieris  dignitatem); «la igualdad de derechos de la mujer y el hombre no debe consistir en su masculinización, en deterioro de los auténticos valores femeninos»; «la identidad de la mujer no puede consistir en ser una copia del hombre; puesto que ella está dotada de cualidades y prerrogativas propias, que le confieren una personalidad autónoma, que siempre se ha de promover y alentar» (Juan Pablo II, Diario ABC de Madrid, 7-XII-95).

En estos días en los que la sociedad está tan permeada de conceptos como feminismo y machismo, es necesario aclarar la diferencia entre feminidad y feminismo.

La feminidad son todas las características que hacen a la mujer ser mujer, en cambio el feminismo no es otra cosa más que el machismo disfrazado.