Colaboraciones

 

Ciencia y fe (II)

 

 

 

10 julio, 2024 | Javier Úbeda Ibáñez


 

 

 

 

 

 

No puede haber oposición entre la ciencia y la fe. ¿Porqué? Porque las dos vienen de Dios. ¿Qué es la fe? Fe es el conocimiento de las verdades de la religión, que Dios nos revela. Yo creo porque acepto unas verdades de religión que Dios me comunica, que Dios me transmite. Yo las acepto. Yo creo. Yo me fío. Esto es fe. Eso es religión. El conjunto de verdades religiosas que Dios me comunica. ¿Qué es ciencia? El conocimiento de las leyes que Dios ha puesto en la naturaleza. Las leyes de la naturaleza son objeto de la ciencia. Estudiando la naturaleza se formulan esas leyes. Después la técnica las aplica para el progreso.

Pero, ¿quién ha puesto estas leyes en la naturaleza? ¿Los hombres? No. Estas leyes no son de los hombres. Los hombres descubren y formulan las leyes, pero no las ponen. Newton y Kepler formularon las leyes que rigen los movimientos de los astros. Pero esas leyes no las hicieron ni Newton ni Kepler. Esas leyes regían el movimiento de las estrellas mucho antes que nacieran Newton y Kepler. Lo que hacen Newton y Kepler, es que, estudiando el movimiento de las estrellas, deducen y formulan unas leyes según las cuales se rige el movimiento de las estrellas; pero ellos no hacen esa ley. La ley existía antes que ellos nacieran.

Luego si Dios es el autor de la ciencia, porque es el que pone las leyes en la naturaleza; y Dios es el autor de la fe, porque la fe es la aceptación de las verdades de la religión que Dios ha revelado; ciencia y fe vienen de la misma Verdad, y por lo tanto no puede haber contradicción entre ciencia y fe, porque las dos vienen de Dios. Y Dios no va a contradecirse en lo que nos comunica por la Revelación y lo que nos comunica por la naturaleza.

El que no se puede equivocar es Dios. Y si Dios te revela un dogma de fe, todo hombre que crea descubrir una verdad que vaya en contra de ese dogma de fe, podemos afirmar que se equivoca. La verdadera ciencia nunca puede encontrar nada contra la fe. Porque ciencia y fe, las dos vienen de Dios.

Como la Iglesia sabe esto, por eso la Iglesia apoya la ciencia, apoya el progreso. La Iglesia no tiene miedo a la ciencia. La Iglesia tiene interés en que la ciencia progrese. Porque la Iglesia sabe que la ciencia cuanto más profundiza y avanza más confirma la fe.

La Iglesia no le tiene miedo a la ciencia. La Iglesia procura el progreso de la ciencia. La Iglesia sabe que los nuevos descubrimientos nos irán confirmando nuestra fe.

El hombre ha logrado saber que el universo no sólo no es eterno, sino que la ciencia averigua la edad que tiene el universo. Y dice: alrededor de los quince mil millones de años.

La ciencia nos confirma algunas verdades de la fe. No sólo que la ciencia nunca puede oponerse a la fe, sino que la ciencia va confirmando la fe.

Algunos, que tienen alergia a Dios, hablan de una energía preexistente. Pero esa energía tiene que ser inteligente y eterna, es decir, que es Dios. Eddington, considerado como uno de los más grandes astrofísicos de los últimos tiempos, dice: «El principio del proceso mundial presenta dificultades insuperables a no ser que convengamos en considerarlo como sobrenatural». Y Edmundo Whittaker, Profesor de la Universidad de Edimburgo, se convirtió al catolicismo como fruto de las investigaciones sobre el origen del universo.

Los católicos sabemos que hay un Dios eterno. Porque lo dice la Biblia. Y la Metafísica lo confirma.