Colaboraciones

 

Conocer la verdad significa conocer la realidad

 

 

 

14 agosto, 2024 | Javier Úbeda Ibáñez


 

 

 

 

 

 

Conocer la verdad significa conocer la realidad como es en sí misma. Sólo cuando se conoce la verdad se puede estar en la realidad. Las posibilidades de salirse de la realidad por deficiencias en el conocimiento son múltiples, de ahí que interese analizar algunas condiciones fundamentales que garantizan el conocimiento verdadero.

La condición inicial consiste en reconocer que las cosas poseen su propia verdad, independientemente de que yo las conozca, es decir, que tienen su propia constitución, su propio modo de ser y sus propias leyes que las rigen. Esto vale para todos los seres: desde una piedra cualquiera, que está sometida a la ley de la gravedad por su constitución material; o un objeto artificial, como un coche, en el que hay que observar unas leyes de funcionamiento derivadas de su fabricación —si, por ejemplo, se accionan los frenos en lugar del embrague para hacer el cambio de velocidad, o se presionan simultáneamente los pedales del freno y del acelerador, el automóvil se echará a perder por no respetar sus leyes—, hasta el ser humano, creado por Dios con unas leyes correspondientes a su naturaleza, que ha de cumplir si desea perfeccionarse como persona y llegar al fin para el que ha sido creada: son leyes que existen independientemente de que el sujeto las conozca —como la obligación de respetar la vida de los demás, vivir la justicia, honrar a los propios padres—, porque no surgen de ese conocimiento —el hombre no las crea al conocerlas—, sino de la misma naturaleza humana.

La persona realista, por tanto, se sitúa ante las cosas con la intención de descubrir la verdad que está en ellas, lo cual tiene mucha importancia porque se opone a la tentación frecuente de querer considerar al sujeto como autor de la verdad, como si la existencia de la realidad, su constitución y sus leyes dependieran del acto humano de conocer: «Esto es así porque yo así lo veo»; «aquello otro es bueno porque a mí me lo parece»; etc.