Colaboraciones
Semana Santa
09 abril, 2025 | Javier Úbeda Ibáñez
La Semana Santa es una de las celebraciones más significativas del calendario cristiano. Marca el tramo final de la vida de Jesús de Nazaret, desde su entrada en Jerusalén hasta su crucifixión y posterior resurrección, según la tradición católica.
En 2025, la Semana Santa comienza el 13 de abril con el Domingo de Ramos y se extiende hasta el sábado 19 de abril.
Los días más importantes de Semana Santa y su significado:
- Domingo de Ramos: marca el inicio de la Semana Santa y conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén.
- Jueves Santo: se conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos, la institución de la Eucaristía y el lavatorio de los pies.
- Viernes Santo: se recuerda la muerte de Jesús en la cruz. La Iglesia católica establece el ayuno y la abstinencia de carne como aspectos centrales de esta fecha.
- Sábado Santo: es un día de duelo en el que se contempla el tiempo que Jesús pasó en el sepulcro después de su crucifixión y antes de su resurrección.
- Domingo de Resurrección o Domingo de Pascua: es el día más importante de la Semana Santa y se celebra la resurrección de Cristo. Se realizan procesiones y actividades litúrgicas, y una tradición habitual es decorar Huevos de Pascua.
La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.
A la Semana Santa se le llamaba en un principio «La Gran Semana». Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta Semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.
Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.
Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.
La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.
El pueblo judío celebraba la fiesta de Pascua en recuerdo de la liberación de la esclavitud de Egipto, el día de la primera luna llena de primavera. Esta fecha la fijaban en base al año lunar y no al año solar de nuestro calendario moderno. Es por esta razón que cada año la Semana Santa cambia de día, pues se le hace coincidir con la luna llena.
En la fiesta de la Pascua, los judíos se reunían a comer cordero asado y ensaladas de hierbas amargas, recitar bendiciones y cantar salmos. Brindaban por la liberación de la esclavitud.
Jesús es el nuevo Cordero Pascual que nos trae la nueva liberación, del pecado y de la muerte.
La Semana Santa, es la verdad actualizada por medio de las celebraciones litúrgicas, por parte de la Iglesia católica de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, y cómo es la semana más importante de la cristiandad, se le llama Semana Mayor.
La Liturgia dedica especial atención a esta Semana, a la que también se le ha denominado «Semana Mayor» o «Semana Grande», por la importancia que tiene para los cristianos el celebrar el misterio de la Redención de Cristo, quien, por su infinita misericordia y amor al hombre, decide libremente tomar nuestro lugar y recibir el castigo merecido por nuestros pecados.
Para los cristianos la Semana Santa no es el recuerdo de un hecho histórico cualquiera, es la contemplación del amor de Dios que permite el sacrificio de su Hijo, el dolor de ver a Jesús crucificado, la esperanza de ver a Cristo que vuelve a la vida y el júbilo de su Resurrección.
La Resurrección del Señor nos abre las puertas a la vida eterna, su triunfo sobre la muerte es la victoria definitiva sobre el pecado. Este hecho hace del domingo de Resurrección la celebración más importante de todo el año litúrgico.
La muerte de Cristo nos invita a morir también, no físicamente, sino a luchar por alejar de nuestra alma la sensualidad, el egoísmo, la soberbia, la avaricia… la muerte del pecado para estar debidamente dispuestos a la vida de la gracia.
Así, mediante la contemplación del misterio pascual y el concretar propósitos para vivir como verdaderos cristianos, la pasión, muerte y resurrección adquieren un sentido nuevo, profundo y trascendente, que nos llevará en un futuro a gozar de la presencia de Cristo resucitado por toda la eternidad.
«En el misterio pascual, Dios Padre, por medio del Hijo en el Espíritu Paráclito, se ha inclinado sobre cada hombre ofreciéndole la posibilidad de la redención del pecado y la liberación de la muerte» (Juan Pablo II).
Hay cuatro ceremonias importantes durante la Semana Santa:
- El domingo de Ramos recuerda la llegada de Jesús a Jerusalén. Los católicos ese día organizan procesiones con ramas de olivo y palmas bendecidas.
- El Jueves Santo se conmemora la traición de Judas y la Última Cena, donde Jesús instituyó la Eucaristía. Por la mañana, los obispos se reúnen con los sacerdotes de sus diócesis y bendicen los santos óleos. El lavatorio de los pies tiene lugar más tarde ese día durante la Misa de la Última Cena.
- El Viernes Santo es el día más triste del año para los católicos. Rememora la agonía y el sufrimiento del prendimiento, el juicio y la muerte de Jesús. Ese día no hay Misa. Jesús ha muerto.
- Al anochecer del sábado Santo tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual. Se conmemora la Resurrección de Jesús.
La Semana Santa se celebra desde los comienzos de la Iglesia. Hay documentos que datan que ya en el siglo IV, cristianos en Egipto, Palestina, y la actual Turquía y Armenia, conmemoraban la Pasión de Cristo. A Europa esta costumbre llegó en el siglo V.