Colaboraciones

 

Sincretismo religioso. Los Padres Jacques Dupuis y Anthony de Mello (I)

 

 

 

27 mayo, 2025 | Javier Úbeda Ibáñez


 

 

 

 

 

Para aquellas personas que no estén acostumbrados a esta terminología, conviene aclarar lo siguiente:

Por sincretismo religioso se entiende la presunción de conciliar doctrinas o religiones diferentes, por ejemplo, entre judíos, musulmanes y cristianos.

Hoy no son pocas las personas que piensan que «todas las religiones son iguales», «que es lo mismo una religión que otra», o que «el catolicismo es una más de entre todas las confesiones cristianas».

Tales aseveraciones no son conformes a la verdad revelada. En efecto:

  • Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre; El Hijo Unigénito del Padre; El Camino, La Verdad y La Vida; El único Salvador del hombre. Quien libre y voluntariamente rechace a Cristo, se expone a su perdición eterna. No es equiparable la persona divina de Jesús a Moisés, Mahoma o Buda, etc...
  • Jesucristo fundó una sola Iglesia sobre Pedro: «Tú eres Pedro y sobre ti, edificaré mi iglesia».
  • Históricamente, del tronco de la Iglesia católica se separaron las demás confesiones cristianas: ortodoxos, protestantes (en sus diversas y múltiples ramas) así como los anglicanos.
  • En la Iglesia católica, presidida por Pedro y sus sucesores, los Papas, reside la plenitud de la verdad.
  • Las demás confesiones tienen parte de verdad y son caminos subjetivos de salvación.
  • Quienes, según el Concilio Vaticano II, rechazan libre y voluntariamente, conociendo a la Iglesia católica, presidida por el Papa, como medio de salvación querido por Cristo, se extravían en el camino y se hacen responsables de su suerte eterna.
  • Pedro y sus sucesores los Papas tienen, por voluntad de Cristo, el Primado sobre toda la Iglesia; es decir, el poder de jurisdicción, y no sólo de honor, sobre toda la Iglesia, sobre los fieles y sus pastores.
  • El pretender hacer un sincretismo religioso o un ecumenismo indiscriminado, en plan de igualdad, entre todas las enseñanzas o religiones existentes, no es conforme a la voluntad de Jesucristo.
  • Los gestos o imágenes gráficas que pueden llegar a la gente por los medios de comunicación de ver al Papa reunido o acompañado con otros líderes religiosos, no debe llevar a la conclusión de que la Iglesia católica es una más entre todas las demás confesiones religiosas.

 

Quien tenga estas ideas claras y fundamentadas por la Biblia, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, sabrá dar razón de su pertenencia a la única Iglesia de Cristo y no caerá en el sincretismo o falso ecumenismo denunciado por S.S. el Papa Juan Pablo II.

La relación del cristianismo con las demás religiones puede establecerse a dos niveles: uno teórico o teológico; otro práctico o espiritual.

El padre Jacques Dupuis (conocido teólogo belga, 1923-2004) junto con Anthony de Mello (el Magisterio consideró un deber declarar que sus enseñanzas no sólo son incompatibles con la fe católica, sino que pueden causar grave daño a quienes las leen o usan para meditar; sacerdote jesuita nacido en Bombay, India, 1931-1987), bien de diverso modo, se alejan del terreno católico.

Enseñanzas de De Mello:

1) Su teoría de la contemplación como autoconciencia es, por lo menos, ambigua.

2) Equipara la noción de la revelación cristiana y la de Lao-Tse, con una cierta preferencia por este último.

3) Tiene afirmaciones sobre Dios que ignoran, si no niegan explícitamente, su carácter personal y lo reducen a una vaga realidad cósmica omnipresente. Se proclama un Dios impersonal.

4) Ironiza y critica con frecuencia todo intento de lenguaje acerca de Dios.

5) Afirma que la Biblia no nos da a conocer a Dios.

6) Diluye la filiación divina de Jesús en la filiación divina de los hombres. Jesús es un maestro entre tantos.

7) Reduce la presencia de Jesús en la Eucaristía a un mero símbolo.

8) Parece afirmar que el ser del hombre está llamado a la disolución, como la de la sal en el agua.

9) Enseña que el mal no es más que ignorancia y falta de iluminación. Es más, llega a afirmar que «no hay nada bueno ni malo, sino que el pensamiento lo hace tal».

 

Y se podrían seguir señalando errores.

La Congregación vaticana encargada de velar por la integridad del depósito de la fe, constató que el libro de J. Dupuis Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso, (Sal Terrae, 1997), contenía ambigüedades y dificultades notables sobre puntos doctrinales de relevante importancia, que podían conducir al lector a opiniones erróneas y peligrosas. Jacques Dupuis enseñó durante décadas en la India. Aquella experiencia pedagógica le influyó decisivamente y, al estar en contacto con las tradiciones religiosas asiáticas, quiso adentrarse en una nueva senda.

El padre Dupuis dio especial importancia al diálogo del cristianismo con el hinduismo y el budismo.

Su ideal es llegar a vivir al mismo tiempo la fe cristiana y la hinduista o budista, aunque en el fondo sean incompatibles.

Su término clave es el «Reino», concebido como instauración de la justicia social en categorías marxistas. E. P. Dupuis fue uno de los grandes teóricos de la teología de la liberación para Asia; siguió el modelo latinoamericano.

En varias ocasiones, Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) descalificó las enseñanzas del P. Dupuis por ser peligrosas para la fe católica.

El punto que descalifica el cardenal Ratzinger es el relativismo (no hay verdades absolutas, todas las afirmaciones valen igual) que expresa Dupuis ante verdades fundamentales de la fe y que se concreta en un uso arbitrario del término bíblico «el Reino» con valor exclusivamente sociológico. En su teología no cuenta ni Dios, ni Jesucristo, ni la Iglesia. Se trata sólo de un «reinocentrismo» como deber común de las religiones, es decir, la unificación de las religiones es algo social; las religiones se unen en el trabajo por la justicia social como hacen los teólogos de la liberación.

Si los sacerdotes del magisterio paralelo (los sacerdotes que se han unido al magisterio paralelo, no se identifican ni asumen como propio el contenido de la encíclica Evangelium vitae del Papa Juan Pablo II donde se presentan muy claramente la posición de la Iglesia ante temas como el aborto y la eutanasia. Para los sacerdotes del magisterio paralelo sólo hay pecados sociales y no personales o se da mucha más importancia a aquellos que a estos. Desde ese punto de vista, nunca se habla de salvar las almas, sino de cambiar las estructuras. Para los sacerdotes del magisterio paralelo, no hay actos en sí mismos buenos o malos. En la moral del magisterio paralelo no hay referencias sobrenaturales, no se habla de la llamada de Dios al hombre para llevarle a la felicidad eterna. Por eso, el pecado, aunque sea mortal, nunca lo consideran una ofensa a Dios, Catecismo de la Iglesia Católica, 1850, es simplemente una ruptura con los demás. Para el P. Ruiz Amescua entre la postura extrema, según él, que condena las relaciones fuera del matrimonio y el uso libre del sexo, se pide la madurez para aceptar las consecuencias) primero redujeron la fe católica a un simple esfuerzo social, muchas veces con inspiración marxista, ahora extienden esto a todas las religiones.