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INVERSIONES PARA CANTABRIA

 

Miguel del Río | 19.06.2016


 

No se hace otro cosa que hablar de tiempo y paciencia para la mejora de la economía de Cantabria, pero la otra España cercana a nosotros vive de la inversión que supone la mejora de sus infraestructuras en general. En efecto, el gran despegue viene de la inversión pública estatal. Nada como que un cambio a mejor lo impulse la mejora de carreteras, puertos, accesos por tren y la ampliación de dotaciones en general para ciudades y pueblos. Lo que no sea esto resulta un brindis al sol. Cantabria necesita de una mayor atención del Estado, porque es más que notorio que las inversiones durante los años que llevamos en crisis han destacado por su ausencia. Corremos el serio peligro de hacer crónica la teoría de que un territorio pequeño en población tiene menos derechos de desarrollo que otra autonomía de mayor extensión y número de habitantes. Y es que así es como se actúa en España.

Es evidente que esto le está pasando a Cantabria con el tren, al ser la única comunidad española que no cuenta hoy por hoy con una vía de altas prestaciones en velocidad, o que no esté en permanente avería la línea ferroviaria habitual que nos acerca a la meseta. Las carreteras, en lo que es la conexión con otras regiones, para la mejora de la industria y especialmente del Puerto de Santander, es otro déficit permanente que resulta un lastre total para la implantación de nuevas empresas y la creación de más zonas industriales. Cuando se habla de planes a largo plazo hay poco que objetar, siempre y cuando desde este mismo instante en que lo hablamos se pongan las bases, es decir, proyectos y partidas económicas para ellos dentro del próximo Presupuesto General del Estado. Uno se acostumbra en Cantabria a que las obras principales tarden veinte años en concluirse. Así es como se pierden los trenes de desarrollo y, en cambio, los cogen quienes han tenido mayor inversión del Estado, especialmente en las comunicaciones, como ha sido el caso tradicional del País Vasco, Asturias, Castilla y León, La Rioja y Navarra, por citar lo que tenemos más cercano. La crisis ha cambiado el paso en muchas cuestiones, y para Cantabria es tiempo ya de poner orden en lo que debe ser la aportación continuada del Estado Central para lo que es la mejora global de todas y cada una de sus infraestructuras.

 

Miguel del Río