De “la noche me confunde” a poner de madrugada la lavadora

 

 

Miguel del Río | 06.06.2021


 

 

 

 

 

Para arreglar una grave crisis con la subida de todo, no hace falta tener una licenciatura en económicas. Precisamente ahora, encarecer la electricidad de manera brutal para los bolsillos de los consumidores, encuentra críticas en todos los sectores. Tampoco se puede hablar de confianza en el futuro si todo está más caro, y no se vislumbra control sobre los precios, como ocurre también con la subida de la gasolina. Estas situaciones, sobre todo para no perjudicar más a las clases desfavorecidas, hay que reconducirlas, porque solo crean enfado y desaliento ciudadano.

 

Uno de esos personajes extraños que crea la televisión y también decide su olvido (hablo de Dinio), dijo aquello de “La noche me confunde”, cuando fue preguntado sobre el por qué de estar siempre metido en líos de noches locas. Dentro y fuera, España siempre ha sido considerada zona alegre donde las haya, tanto por su clima, como por el número de bares, restaurantes y discotecas, que amenizan la vida tanto de residentes como de turistas extranjeros. Evidente que lo que ya ha sucedido se conoce mejor que lo que está por venir, y la era post Covid y lo que cambiarán las cosas resulta una incógnita, aunque no preocupe a todos por igual. El ejemplo más actual y chocante, también aberrante, es que aquí se suba la luz una auténtica burrada, y encima nos recomienden a los ciudadanos ahorrar energía, y para ello pongamos de noche la lavadora, el lavavajillas o enchufemos la plancha.

Desde luego, atajar una tremenda crisis económica como la que está en ciernes encareciéndolo todo, empezando por lo más básico, la comida y la luz, es tremendamente desacertado, pero sobre todo, y aquí es donde la herida duele, tremendamente injusto para las clases sociales más desfavorecidas. Otra certeza no menos dramática es que la subida de la luz siempre es un mal preludio de todo lo demás que se va a disparar. Ahora ya nos ocurre también con el precio de cada litro de gasolina. Toda una locura.

Paul Krugman, el famoso economista, señala con toda la razón que arreglar los males de la economía no tendría que ser doloroso ni implicar sacrificios. Muy al contrario, mantiene que para terminar con una depresión como la actual habría que hacer que la gente se sintiera bien. A pesar de haber sido galardonado el 13 de octubre de 2008 con el Premio Nobel de Economía, es evidente que hay muchos mandatarios y bloques político-económicos en el mundo, como la Unión Europea, que no siguen los buenos consejos de Krugman.

 

“Krugman, el famoso economista, señala con razón que arreglar los males de la economía no tendría que ser doloroso ni implicar sacrificios”

 

De aquí que la economía actual irrite y genere mayormente desconfianza sobre poder salir con éxito de la gravedad social que ha creado la pandemia de Covid-19, empezando por los miles de empleos perdidos. Incluso se pueden poner en cuestión los fondos o ayudas europeas, con las que se espera generar proyectos, arreglar desfases presupuestarios, solucionar e invertir, en definitiva, en el presente para el futuro, especialmente de nuestros jóvenes. Pero si la mala situación por la que pasan muchos ciudadanos la tienen que arreglar ellos mismos, con la aportación de su propio y escaso dinero, entonces el no entender nada se convierte de repente en una nueva e incomprensiblemente injusta economía.

Ayudar a la gente con una espectacular subida de la electricidad está dentro de esta contradicción. Mermar salarios, economías familiares y bolsillos, supone lo mismo. Aunque el colmo son las recomendaciones de cuando tenemos que lavar, fregar o planchar, algo que me hace pensar, ya muy seriamente, que los ciudadanos estamos perdiendo libertad a la hora de hacer las cosas cuando más nos apetezca. Se han hecho ya tantos chistes y enviado tantos memes sobre a que nos tenemos que dedicar a partir de ahora por las noches, que no hace falta reproducir ninguno. Tras todo lo que hemos sufrido, la gente tiene que recuperar su ocio, alegría, y las noches deben servir mayormente para hacer lo que siempre hemos hecho: unos salir, y otros dormir y descansar. ¿A quién se le ocurre plantear que mejor que esto es poner la lavadora a las tres de la mañana?

No es asumible, y se debe rectificar, una subida eléctrica tan irracional como la que se nos plantea en las actuales circunstancias. Si estuviéramos mejor económica y socialmente, también diría lo mismo, porque hay que ser siempre razonables con lo que trabaja y gana la gente en un país mileurista como el nuestro, que tiene unas energías tan caras, que no te puedes permitir utilizar en los fríos inviernos ni en los calurosos veranos. En este de 2021 va a ser todo un privilegio disfrutar de aire acondicionado, ya que todo no se podrá al tiempo, al tener que elegir entre la lavadora, la plancha o el aparato refrigerador. ¡Dinio, vuelve!

 

“El colmo son las recomendaciones de cuando tenemos que lavar, fregar o planchar, algo que hace pensar que estamos perdiendo libertad”

 

 

Miguel del Río