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NO SE JUEGA CON LAS COSAS DE COMER

 

Gervasio Portilla | 17.02.2016


Días pasados tuve la oportunidad de hablar con una persona, que se dedica como profesional en buscar edificios y terrenos como inversiones tanto de particulares como de fondos inversión.

Si hace quince días tenía cierta preocupación, en las últimas fechas la preocupación es total.

Una operación cerrada y con pre contrato en Madrid por parte de un fondo de inversión que pretendía adquirir dos edificios en una zona noble de la capital ha quedado paralizada, por miedo de los inversores a la inestabilidad política.

El dinero, siempre se ha dicho es miedoso y mucho más cuando se ve que algunos nos quieren retrotraer a la economía más retrograda, que siempre que se ha aplicado, sólo ha creado dolor y pobreza.

Con las cosas de comer no se juega; aunque vemos que algunos están empeñados en llevarnos a la ruptura social y por consiguiente como ocurre siempre al enfrentamiento entre personas.

El patrimonio de la democracia española es de todos y unos pocos aunque sean muy activos y vociferantes no nos pueden despeñar por el desfiladero del desastre.

Los dirigentes de algunas televisiones, que viven en las mejores urbanizaciones de Madrid, junto con el campo abonado de la corrupción han creado un monstruo de siete cabezas, que nos puede devorar a todos.

Estos demagogos, sólo pueden desarrollarse cuando las personas que deben tener más responsabilidad actúan mal y tarde y sus comportamientos dejan mucho que desear.

Ojo al asunto, porque muchos de los logros conseguidos están en juego y no les quiero asustar, basta con leer las promesas demagógicas de estas personas.

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista