REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

«CUANDO LAS BARBAS DE TU VECINO VEAS CORTAR PON LAS TUYAS A REMOJAR»

 

 

Gervasio Portilla | 04.01.2021


 

 

 

Dice el refrán que “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”.

Este refrán castellano, viene como anillo al dedo en el momento que atravesamos la pandemia del coronavirus, que tantas mentiras se han dicho y que tantos perjuicios ha creado por no decir la verdad.

Resulta que la fundadora de la empresa Theranos, Elizabeth Holmes, una compañía tecnológica del  campo de la sanidad muy prestigiada en su momento y que llegó a tener un valor de 10.000 millones de dólares, ha sido declarada culpable de defraudar a inversores, en un juicio histórico que ha durado varios meses en California y que acaba de finalizar.

Los miembros del Jurado del Tribunal que la juzgó, encontraron a Holmes de ser culpable de conspiración para cometer fraude contra inversores y tres cargos más de fraude electrónico, los cargos que ella negó, llevan una pena máxima de 20 años de cárcel cada uno.

La corporación Theranos, fue en su día destacada dentro del mundo tecnológico-sanitario, por supuestamente inventar un sistema que analizaba la sangre con un mínima cantidad, lo que permitiría detectar afecciones de enfermedades como diabetes o cáncer revolucionando el mercado sanitario.

Sin embargo, y según demostró en su día el reportero del WALL STREET JOURNAL John Carreyrou, el sistema realmente no funcionaba.

A partir de ese momento, los acontecimientos se precipitaron y el asunto llegó a los Tribunales, donde varios directores de laboratorio, testificaron haber advertido a la señora Holmes sobre los fallos de la tecnología de Theranos, pero recibieron ordenes de restar importancia a sus preocupaciones, por otro lado, al mismo tiempo, Holmes siguió insistiendo que su tecnología funcionaba según lo previsto.

Para el fiscal del caso la actitud de Holmes, “no fue sólo insensible, fue criminal”.

Holmes, por su parte reconoció errores en la operación de su compañía, pero aseveró “que nunca defraudo a sabiendas a pacientes o inversores”.

Este caso, se conoce en un momento en el que hay muchas dudas y muchos debates abiertos en el mundo sobre la crisis del COVID-19, nada extrañaría que en pocos años o meses se pudieran producir juicios del mismo o mayor calibre. Estemos atentos.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista