REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

DE NOSOTROS DEPENDE

 

 

 

Gervasio Portilla | 06.02.2021


 

 

 

El sabio romano, Marco Tulio Cicerón, dijo en su día que “cuando un imperio colapsa, sus leyes se vuelven locas”.

Es muy importante preguntarse, los motivos por los cuales una gran parte de los medios de comunicación, están ocultando, minimizando, desprestigiando, las grandes manifestaciones que se están produciendo en medio mundo, contra la vacunación obligatoria del COVID-19 y la restricción de libertades.

Se llama “negacionista” a todo aquel que discute cualquier medida, tomada por los diferentes Gobiernos, se desprestigia a científicos con gran trayectoria profesional, nunca hasta ahora cuestionada, se corta en las redes a todos aquellos que discuten cualquier cuestión impuesta por algunos gobiernos.

Estamos en un proceso, que levanta tantas sospechas, que su final puede ser muy doloroso.

Si no hay nada que ocultar, la pregunta es clara, sería inexplicable el coartar diferentes opiniones y mucho menos desprestigiar a grandes científicos.

El problema esta ahora en dos lugares: por un lado las grandes cantidades de dinero que pagan las farmacéuticas implicadas en este proceso a asociaciones y personajes con grandes conflictos de intereses, que tienen la poca vergüenza de salir en televisión a defender cuestiones indefendibles, con explicaciones utópicas y extrañas.

Por otro lado, el proceso de control, que aprovechando la pandemia, se quiere imponer para el futuro,

Contratos para la compra de vacunas con “tachones” cambio de normas sin apenas control, falta de debate y muchas mentiras a través del miedo y con la colaboración de una parte de los medios de comunicación.

Por supuesto de que no se trata de negar la pandemia, sino su utilización y las medidas absurdas tomadas que están dejando a la sociedad postrada ante una clase dirigente que responde a intereses desconocidos.

En Canadá se esta produciendo una manifestación  histórica de miles de camioneros, que colapsan carreteras y reciben la solidaridad de la población, sin  embargo en Europa o no se informa de ello o se les desprestigia, llamándoles “negacionistas”; es un proceso de guerra social contra la libertad y contra la verdad.

De nosotros depende el que salgamos de esta situación.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista