REFLEXIONES DESDE EL CORAZÓN

 

“LA MENTIRA, LA MARCA DEL DIABLO”

 

 

 

Gervasio Portilla | 31.10.2022


 

 

 

Estamos viviendo tiempos muy difíciles para la verdad y para su búsqueda permanente.

Vivimos tiempos, en los que parece querer institucionalizarse y admitir como normal la mentira, con graves consecuencias por ello en todos los campos, incluso, en la investigación científica, donde también se miente con casi normalidad.

Mentir a sabiendas, es un corrupción muy grave, por el daño que hace a la personas en las relaciones personales y a la sociedad en su conjunto.

Ha sido la vida política, es decir una importante parte de los políticos, algunos de forma desaforada, los que están extendiendo el mentir como algo normal y no como algo dañino y corrupto.

Cuando se legisla con datos basados en mentiras o en medias verdades, se esta corrompiendo gravemente el sistema.

No sólo es corrupto el político que por ejemplo, se apropia indebidamente de dinero, sino el que miente a sabiendas y lo hace de forma habitual.

Al mentirse tanto en la sociedad, se está produciendo una especie de “locura” derivada de seguir a las mentiras dichas, es algo así, como no poder pisar tierra firme en casi ninguna materia.

Hace años en algunas democracias como la norteamericana y otras del norte de Europa, el mentir suponía tener que dimitir y pedir perdón, ahora en plena crisis de criterios y valores parece que también se consiente.

Decía Benedicto XVI, el Papa Emérito, que la mentira era la marca del diablo y creo firmemente que así es, máxime, viendo los resultados sociales y relaciones tan catastróficas como las que vivimos.

Nadie que mienta de forma habitual debiera ocupar ningún cargo relevante en la sociedad, por ser pernicioso para el bien común y para consolidar las bases firmes de una sana convivencia.

 

 

Gervasio Portilla García,
Diácono permanente y periodista