El fracaso de la Misión Joven

Permalink 28.08.07 @ 14:58:09. Archivado en Iglesia en España

Hace unos días, vi que varios comentaristas del blog de la Cigüeña criticaban mucho la Misión Joven, que ha tenido lugar este año en Madrid por iniciativa del Cardenal Rouco. Incluso daba la impresión de que, por alguna razón, deseaban su fracaso. Se me ha ocurrido pedir a un primo mío que dé su testimonio personal de lo que hicieron en su parroquia, para que los lectores puedan juzgar por sí mismos.

No sé que pensarán los lectores, pero yo estoy convencido de que todos los que lo presenciaron no olvidarán nunca el signo de un grupo de chicos que, temblando de miedo, daban testimonio de su fe en el lugar más difícil que pudieron encontrar. Enviados por la Iglesia, han podido experimentar el cumplimiento del mandato de Jesús: Id al mundo entero a proclamar el Evangelio. ¡Y luego nos da vergüenza decir en el trabajo que somos cristianos…!

Si esto es un fracaso, ojalá fracasemos más a menudo los cristianos madrileños.

El de la foto es mi primo (el de la derecha, claro; al de la izquierda supongo que ya le conocen).

…………………………………………………………

Tengo 13 años y he tenido la suerte de participar en la Misión Joven de este año. Soy miembro de una Comunidad Neocatecumenal de la Parroquia de Santa Rita, en Madrid. Cuando pidieron voluntarios para salir a llevar la Buena Noticia a los jóvenes de Madrid, nos ofrecimos unos 25 jóvenes de la parroquia.

Íbamos en grupo, con guitarras, cantando salmos por la calle y con la cruz por delante, hasta llegar a los sitios donde habíamos planeado hacerlo. Fuimos dos días a la zona del Intercambiador de Moncloa y otros dos a la Plaza de los Cubos, en Princesa. Íbamos por la noche, para que hubiera más jóvenes, desde las 11:30 de la noche hasta las 2:00 de la mañana, más o menos.

En la Plaza de los Cubos el ambiente era mejor, pero la zona del intercambiador es una zona con mucho botellón y drogas. Empezábamos cantando salmos en la calle y luego varios jóvenes iban dando por un micrófono su experiencia personal de fe y encuentro con Cristo. Cada uno contaba la forma en la que Dios había actuado en su propia vida.

Los otros jóvenes que estaban por allí, bebiendo y de marcha, se reían, se burlaban de nosotros y, de vez en cuando, nos insultaban. Incluso nos tiraron una botella. A veces la gente se acercaba a nosotros para preguntarnos qué hacíamos y de dónde veníamos. Los que podían se ponían a charlar con ellos, para hablar individualmente sobre la fe. Les decíamos que estábamos participando en la Misión Joven, enviados por el Cardenal, para anunciar el Evangelio a los jóvenes de Madrid y les hablábamos de Dios.

Mi padre y el hermano de mi abuelo dicen que no habían visto nunca una cosa así en España en toda su vida y que ya era hora, que menos documentos, anteproyectos, esquemas que no lee nadie y más ponerse manos a la obra.

Supongo que “predicar” en esas condiciones podría parecer ineficaz o ridículo, pero estoy seguro de que la palabra de Dios es más fuerte que todos los botellones del mundo y que de algún modo hará efecto. Y eso hay que pedírselo al Señor.

Como final de esta misión peregrinamos hasta Roma para encontrarnos con el Papa. El ambiente era excelente, solamente por hacer tantos amigos y tan buenos valía la pena el viaje. Fuimos y volvimos en autobús, pero no se hizo en absoluto pesado. Estuvimos viendo Asís, Florencia, Génova etc. Todos los días rezábamos laudes y vísperas. En Roma estuvimos viendo las Catacumbas de San Calixto (¡ésos sí que eran cristianos!) y, como no, el Vaticano.

Tuvimos un encuentro con Kiko Arguello, el fundador del Camino Neocatecumenal, que nos habló sobre el arte cristiano y sus símbolos. También celebramos una Eucaristía con el Cardenal en Asís y otra en la basílica de San Pedro.

Estuvimos en Castelgandolfo, donde el Papa nos animó en un español perfecto. Nos dijo que el Evangelio atrae a los jóvenes, pese a lo que se pueda pensar. También me llamó la atención que habló de “salir al descubierto” a evangelizar, porque pensé en lo que nosotros habíamos hecho en Madrid.

El Cardenal Rouco le dijo al Papa que podía contar con los jóvenes de Madrid y así es. El curso que viene seguirá la Misión Joven, así que seguro que volveremos a salir a anunciar el Evangelio.