22.01.13

 

Aunque la noticia final indica que se celebrarán, es muy conveniente que se sepa la verdad de lo ocurrido. Y esta es que los obispos decidieron suspender las jornadas de pastoral que, con motivo del Año de la Fe, habían convocado y organizado desde Escuelas Católicas. El primero que tomó la decisión de impedir la celebración de dichas jornadas fue Mons. Sanz Montes, arzobispo de Oviedo. No le gustaba ni el programa ni algunos de los ponentes. Y, desde luego, no estaba dispuesto a que se puenteara su autoridad episcopal, que es exactamente lo que ocurre cuando se quiere hacer una labor pastoral sin tener en cuenta a los obispos.

Dio la casualidad de que la medida tomada por don Jesús ha coincidido con los ejercicios espirituales a los que estaban asistiendo conjuntamente el resto de los obispos afectados menos Mons. Ureña, que fue informado y dijo que adoptaría la decisión que tomara el resto. Todos manifestaron desconocer que se celebraban esas jornadas en sus diócesis. Y todos estuvieron de acuerdo en que era necesario suspenderlas o, si acaso, intentar acordar su contenido y ponentes con Escuelas Católicas. De esa manera se podrían celebrar, pero ya bajo la supervisión directa de los pastores.

Y eso es lo que finalmente ha ocurrido. Mons. Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe-Castellón y presidente de la comisión episcopal para catequesis y enseñanza de la Conferencia Episcopal Española, se reunió con representantes de Escuelas Católicas para buscar una salida “airosa” a la situación. De momento, Sor Lucía Caram y Emilio Pinto ya no participarán en estas jornadas. Y si digo de momento, es porque no descartaría que algún obispo “recomendara vivamente” que algún otro ponente tampoco participara en el acto que se celebre en su diócesis.

Es obvio que algunos “periolistos” les van a vender ahora la burra de que había obispos que no estaban de acuerdo con Sanz Montes y que aun así accedieron para no dejar mal al arzobispo de Oviedo. Si dicen eso, faltarán a la verdad. La unanimidad ha sido total.

Es posible igualmente que les digan que esto es una medida dictatorial encaminada a desprestigiar a las Escuelas Católicas de este país y, de paso, a las congregaciones religiosas que son las titulares de la mayor parte de los colegios católicos. Pues no, nada de eso. El tema es tan simple como que los obispos quieren gobernar sobre la pastoral que se da en sus diócesis. Que haya que explicar eso, da hasta vergüenza ajena.

Hay quienes han señalado que Escuelas Católicas llevan más de veinte años organizando jornadas similares. No sabemos si siempre han ido a su aire, sin consultar con los obispos los contenidos y los conferenciantes. De ser así, es obvio que las cosas se han hecho mal durante todos estos años atrás. A partir de ahora, se harán bien o sencillamente no se harán.

Ni que decir tiene que los obispos no van a consentir que entre los ponentes de unas jornadas de pastoral existan personas que se han manifestado públicamente en contra del Magisterio de la Iglesia. Da igual si los desacuerdos con dicho magisterio es en materias dogmáticas o no. Como bien dice el Concilio Vaticano II

Porque los Obispos son los pregoneros de la fe que ganan nuevos discípulos para Cristo y son los maestros auténticos, o sea los que están dotados de la autoridad de Cristo, que predican al pueblo que les ha sido encomendado la fe que ha de ser creída y ha de ser aplicada a la vida, y la ilustran bajo la luz del Espíritu Santo, extrayendo del tesoro de la Revelación cosas nuevas y viejas (cf. Mt 13, 52), la hacen fructificar y con vigilancia apartan de su grey los errores que la amenazan (cf. 2 Tm 4,1-4).
Los Obispos, cuando enseñan en comunión con el Romano Pontífice, deben ser respetados por todos como testigos de la verdad divina y católica; los fieles, por su parte, en materia de fe y costumbres, deben aceptar el juicio de su Obispo, dado en nombre de Cristo, y deben adherirse a él con religioso respeto. Este obsequio religioso de la voluntad y del entendimiento de modo particular ha de ser prestado al magisterio auténtico del Romano Pontífice aun cuando no hable ex cathedra; de tal manera que se reconozca con reverencia su magisterio supremo y con sinceridad se preste adhesión al parecer expresado por él, según su manifiesta mente y voluntad, que se colige principalmente ya sea por la índole de los documentos, ya sea por la frecuente proposición de la misma doctrina, ya sea por la forma de decirlo.
Lumen Gentium

Es decir, no cuela la idea de que “como esta doctrina no es dogma de fe, yo puedo oponerme públicamente a lo que enseña la Iglesia sobre la misma". Y mucho menos cuela en unas jornadas de pastoral.

La opinión pública dentro de la Iglesia es necesaria, pero no a costa del disenso del magisterio ni a costa de poner alfombras de seda a los que quieren una Iglesia sorda y muda a todo lo que no sea la denuncia -ciertamente necesaria- del sistema económico que nos ha llevado a la actual crisis. En otras palabras, la opción preferencial por los pobres no está reñida con la opción preferencial por los principios no negociables marcados por el Papa Benedicto XI en materia de derecho a la vida, familia y educación.

No es la primera vez que se produce un choque de trenes entre Escuelas Católicas (FERE-CECA y EyG) y los obispos. Cuando estos se oponían a Educación para la Ciudadanía, representantes de FERE participaban en jornadas a favor de esa asignatura. Cuando los prelados decían no a la EpC, Zapatero alabó la actitud de la FERE públicamente desde la Tribuna del Congreso de los Diputados y condecoró con la Orden de Alfonso X el Sabio a su por entonces presidente.

Puede que haya gente que piense que los colegios católicos pueden seguir siendo católicos al margen de la autoridad pastoral de los obispos. Pero ha llegado la hora de que nuestros pastores, aun respetando la autonomía de dichos centros, tomen las medidas oportunas para garantizar que no son instrumentos de laicización o de securalización interna de la propia Iglesia. En otras palabras, se acabó el “vale todo".

Por último, Escuelas Católicas debería de tomar nota de lo que ha ocurrido en la CONFER una vez que el P. Elías Royón se ha puesto al frente de la misma. Las relaciones con los obispos han mejorado claramente. Quizás es hora de que se busque otro P. Royón para ser la cabeza visible de los colegios católicos.

Luis Fernando Pérez Bustamante

PD: Como me suponía, ha aparecido Jesús Bastante a contar mentiras. En su último post dice que los obispos le han leído la cartilla a Mons. Jesús Sanz Montes y que la decisión de que Sor Lucía Caram y Emilio Pinto no participara en las jornadas ha sido tomada por ellos mismos. La realidad es que el veto a ambos lo tomaron los obispos el viernes por la noche y le fue comunicado al represetante de la FERE el sábado. Cualquier otra cosa que cuenten es contraria a la verdad.