2.05.13

 

La colonia de Plymouth fue la primera establecida por ciudadanos británicos en lo que hoy es el territorio de los Estados Unidos. Los peregrinos llegados a tierras americanas en el barco Mayflower, decidieron firmar un pacto, cuyo texto es el siguiente:

En el nombre de Dios, Amén. Nosotros, cuyos nombres están escritos debajo, los sujetos leales de nuestro Temible Soberano Señor Rey Jaime, por la Gracia de Dios, de Gran Bretaña, Francia e Irlanda, Rey, Defensor de la Fe. Habiendo emprendido para la Gloria de Dios, y el Avance de la Fé Cristiana y el Honor de nuestro Rey y Patria, una travesía para plantar la primera colonia en las Partes Norteñas de Virginia; hacemos por estos presentes, solemne y mutuamente en la Presencia de Dios y unos con otros, pacto y nos combinamos juntos en un Cuerpo Político Civil para nuestro orden y preservación y fomento de los fines antedichos; y por virtud de esto establecemos y aprobamos, constituimos y formamos, tales justas e iguales leyes, Ordenanzas, Actas, Constituciones y Oficios, de tiempo en tiempo, según sea considerado muy propio y conveniente para el Bienestar General de la Colonia, a la cual prometemos toda la Obediencia y Sumisión debidas. En fe de lo cual hemos suscripto nuestros nombres a esto en Cape Cod el once de Noviembre, en el Reino de Nuestro Soberano Señor Rey Jaime de Inglaterra, Francia e Irlanda, el dieciocho y de Escocia, el cincuenta y cuatro. Anno Domini, 1620.

El Pacto del Mayflower no era, como ven ustedes, ninguna declaración de independencia o cosa que se la pareciera, aunque sin duda marcó las bases para la que en un futuro sería la Constitución de los Estados Unidos.

Es evidente que la fe cristiana, aunque fuera en la versión herética del protestantismo (*), era una de las raíces profundas de aquella pequeña colonia. Curiosamente lo que buscaban esos peregrinos era la libertad de culto, que no estaba garantizada en ninguna nación europea, fuera protestante o católica.

Mucho ha cambiado en esa tierra para que se pase de una profesión de fe cristiana a la persecución de dicha profesión si el que la hace está en el ejército. El país del “In God we trust” se dedica ahora a perseguir a los que confían en Dios, lo dicen y lo comparten. Se habla del término proselitismo, que por alguna razón tiene una connotación negativa. Pero lo cierto es que el cristiano tiene no solo el derecho sino incluso el deber de dar testimonio de su fe en cualquier ámbito. El laboral también. El que no quiera escuchar a los cristianos es libre de no hacerles ni caso.

Supongo que la normativa que pretende aplicar el Pentágono será recurrida al Supremo de los EE.UU. Pero el mero hecho de que el lobby anticristiano haya conseguido ser un referente para la administración Obama en esta cuestión, indica bien a las claras lo que se está jugando en esa sociedad. Si el país que nació de la búsqueda de libertad religiosa se dedica ahora a censurar y limitar dicha libertad, ¿qué otra cosa no podrán limitar? En todo caso, tiene lógica que si se empieza por no respetar el derecho a la vida, se acabe atacando al resto de derechos.

Espero que la próxima vez que Obama sugiera siquiera que es cristiano, alguien le acuse públicamente de farsante, hipócrita y traidor como Judas. EE.UU tiene como presidente a un totalitario disfrazado de demócrata. Lo bueno es que está ya en su última legislatura. Lo malo es que en su partido hay muchos como él.

Luis Fernando Pérez Bustamante

(*) Cuando digo versión herética del protestantismo, lo digo no solo desde la perspectiva católica sino desde la del protestantismo “confesional” presente en Europa.