28.09.13

Reflexiones sobre el naturalismo metodológico en la ciencia –3

A las 1:29 PM, por Daniel Iglesias
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Para leer las dos primeras partes de este trabajo, pulse aquí y aquí.

Según todo lo dicho hasta aquí, deberíamos distinguir dos variantes del naturalismo metodológico:

• El naturalismo metodológico fuerte supone que el naturalismo filosófico (fuerte o débil) es verdadero. Prescinde totalmente de la acción de Dios en el mundo porque no cree que esa acción exista. Considera que la ciencia debe proceder como si el naturalismo fuera verdadero porque en realidad es verdadero.
• El naturalismo metodológico débil no supone que el naturalismo filosófico es verdadero. Prescinde metodológicamente de la acción de Dios en el mundo porque (según su definición de ciencia) la ciencia no puede tener en cuenta en absoluto esa acción, aunque exista. Considera a la ciencia como una especie de juego definido por una regla convencional: “veamos hasta dónde podemos llegar en nuestro conocimiento del universo material procediendo como si el naturalismo fuera verdadero”. La aplicación estricta de esta regla conduce al científico creyente a un comportamiento práctico indistinguible del de un científico naturalista.

El naturalismo metodológico fuerte es falso porque el naturalismo filosófico es falso. Demostrar la falsedad del naturalismo filosófico excede el propósito de este artículo. En cambio me interesa destacar aquí que esta variante del naturalismo metodológico combate contra todas las formas posibles de influencia de la fe religiosa en la actividad científica (incluyendo las formas legítimas de influencia que describí en el segundo artículo de esta serie) porque equipara a la religión con la superstición. Por eso esta corriente tiende en última instancia hacia una suerte de censura y de persecución incruenta contra los científicos creyentes (especialmente los cristianos), aceptando a éstos en la comunidad científica sólo si, al entrar al laboratorio, cuelgan su fe religiosa en el perchero junto con su sombrero y su abrigo. Se trata pues de una forma de secularismo radical, lleno de hostilidad hacia la religión.

Del naturalismo metodológico débil no se puede decir que sea verdadero o falso (ya que no afirma nada sobre la realidad), sino que, estrictamente considerado, es inconveniente o infructuoso. A quien ve a la ciencia como un juego determinado ante todo por la regla “procede como si el naturalismo fuera verdadero” podemos contestarle sencillamente que no nos interesa jugar a ese juego, porque su regla determinante es una limitación arbitraria de la ciencia. Debemos seguir la evidencia científica hacia donde nos lleve, incluso si nos lleva hacia la negación del naturalismo.

Aunque estas dos variantes del naturalismo metodológico suelen aliarse en la lucha contra lo que consideran injerencias indebidas de la religión en la ciencia, no deben ser confundidas. (Continuará).

Daniel Iglesias Grèzes