13.05.14

 

El National Catholic Reporter es, sin duda, el medio de comunicación del “catolicismo” progre-liberal más influyente de EE.UU. O sea, para que se hagan ustedes una idea, es como el portal digital español de las viñetas blasfemas, pero sin blasfemias ni obsesiones enfermizas contra el cardenal Rouco y otros obispos.

Si uno quiere saber por dónde respira el mundillo del progre-eclesialismo yankee, tiene que darse un paseo por la web del NCR. Pues bien, ahorita mismo tienen como cabecera el siguiente artículo de la teóloga Jamie L. Manson:

Time to face facts: Pope Francis agrees with the doctrinal assessment of LCWR

Traducido: “Es tiempo de afrontar los hechos: el Papa Francisco está de acuerdo con la evaluación doctrinal de la LCWR”. O sea, esta buena gente ha llegado a la conclusión de que el papa argentino no tiene la menor intención de dar vía libre a las religiosas heterodoxas de Estados Unidos. Y que, al contrario, desde que accedió al papado no ha hecho otra cosa que reforzar al que ellas consideran su principal “castigador": el cardenal Müller.

Dado que el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe tuvo a bien dirigir a las religiosas de la LCWR el discurso más duro que se recuerda de un prefecto de dicho dicasterio en el último medio siglo y no parece que nadie le haya “tosido” por ello, el progre-eclesialismo estadounidense ha asumido que el cardenal alemán está dispuesto a llegar hasta donde haga falta para acabar con la disidencia eclesial de esas religiosas.

La autora del artículo hace referencia a unas declaraciones del papa Francisco en junio del año pasado, en las que dirigiéndose a los responsables de la vida religiosa del continente americano, les dijo que si les llegaban una carta de Doctrina de la Fe pidiéndoles que aclararan tal o cual postura “…no se preocupen. Expliquen lo que tengan que explicar y sigan adelante“. Los progres pensaron que el Papa les estaba diciendo que importaba un pimiento lo que hiciera el dicasterio que promueve y defiende la sana doctrina y que los heterodoxos podían seguir adelante como si tal cosa. Pero no, el Santo Padre les pidió que explicaran o aclararan lo que fuera menester, lo cual no quiere decir que si las explicaciones y aclaraciones no convencen a Doctrina de la Fe, toca decir aquello de “aquí paz y después gloria".

En relación a las religiosas de la LCWR no hay ni paz ni gloria, ni acuerdo, ni otra cosa que no sea la desobediencia abierta por parte de ellas. Y eso no hay Papa que lo pueda consentir. De hecho, Manson recuerda que el cardenal Müller usó en su discurso una frase en latín “sentire cum ecclesia” que el Papa había pronunciado en mayo del año pasado en su discurso a la Unión internacional de superioras generales. Cito:

Vuestra vocación es un carisma fundamental para el camino de la Iglesia, y no es posible que una consagrada o un consagrado no «sientan» con la Iglesia. Un «sentir» con la Iglesia, que nos ha engendrado en el Bautismo: un «sentir» con la Iglesia que encuentra su expresión filial en la fidelidad al Magisterio, en la comunión con los Pastores y el Sucesor de Pedro, Obispo de Roma, signo visible de la unidad.

Manson da por bastante probable que Müller estuviera citando literalmente al papa Francisco en su discurso a las religiosas heterodoxas de EE.UU. Y añade:

Sin embargo, algunos católicos todavía quieren establecer una distancia entre Francisco y el último ataque de la congregación para la Doctrina de la Fe, como si Müller estuviera de alguna manera trabajando en una iglesia paralela que existe fuera del control papal.

Y, a continuación, Manson da una serie de ejemplos que indican que esa teoría está lejos de la realidad:

1- En el 2010, el Papa, siendo cardenal, escribió un libro, “Sobre el cielo y la tierra", en el que criticó frontalmente el feminismo. Tal que así:

… el feminismo, como filosofía única, no le hace ningún favor a quienes dice representar, porque las pone en un plano de lucha reivindicativa y la mujer es mucho más que eso. La campaña de las feministas del veinte logró lo que querían y se acabó. Pero una filosofía feminista constante tampoco le da la dignidad que merece la mujer. Caricaturizando, diría que corre el riesgo de convertirse en un machismo con polleras (faldas en Argentina).

2- Como Papa ha seguido manifestando su rechazo a ese feminismo que no deja de ser otra cosa que un machismo con faldas. Cita de la entrevista que concedió al P. Spadaro, sj:

Es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Temo la solución del “machismo con faldas”, porque la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una ideología machista

3- Ha reafirmado la sentencia doctrinal definitiva de San Juan Pablo II sobre la ordenación de mujeres.

4- Permaneció en silencio cuando los obispos filipinos presionaron para que no se aprobara la ley que legalizaba los anticonceptivos.

5- No hizo nada cuando Mons. Cyprian Lwanga, arzobispo de Uganda, aplaudió públicamente las leyes contra los homosexuales en su país.

Tras dar esos ejemplos, la teóloga asegura que no hay que sorprenderse por el hecho de que el Papa apruebe la actuación de la Iglesia para poner coto a las desviaciones doctrinales de las religiosas de la LCWR.

Y concluye con una interesante observación:

El Papa Francisco considera que las religiosas deben seguir haciendo el trabajo de la iglesia mientras que permanecen obedientes a la voz de la jerarquía católica romana. Las religiosas, por otra parte, creen que su trabajo y su fe exigen que permanezcan radicalmente obedientes, ante todo, a la voz de Dios.

Lo que puede parecer un conflicto sobre feminismo, guerras culturales y “evolución consciente” es, en última instancia, una lucha cósmica acerca de cuál voz elegirán seguir las hermanas.

Jamie L. Manson es una de las teóloga feministas más conocidas de su país. Pero lo que plantea al final de su artículo demuestra que no ha entendido nada de lo que significa ser católico. Plantear la dicotomía entre obedecer al Magisterio u obedecer a Dios, como si el primero se opusiera a la voluntad divina, es exactamente la misma tesis que llevó a Lutero y compañía a dejar la Iglesia Católica. En realidad, lo que está en juego no es si las religiosas de la LCWR obedecen a la Iglesia o a un “dios” hecho a imagen y semejanza de sus herejías, sino si son o no son católicas. Parece cada vez más claro que no lo son. Y cuanto antes se asuma esa realidad, mejor para todos.

El de Manson no es el único artículo interesante en la portada del NCR. También podemos leer otro de David Gibson que se titula “El Vaticano amenaza con la censura a un teólogo jesuita de la India”. Es otra actuación de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que pidió al P. Michael Amaladoss, sj, experto en el diálogo inter-religioso, que se retractara de algunas de sus tesis teológicas. En caso de no hacerlo, se le ordenaría el silencio. El jesuita aceptó las indicaciones de Roma y no ha sido “censurado", pero Gibson aprovecha la ocasión para señalar que el Papa no hace nada para impedir que la Congregación para la Doctrina de la Fe haga la labor que se le tiene encomendada, incluso aunque haya un jesuita de por medio.

Conclusión. En el medio de referencia del progre-eclesialismo de EE.UU. han dejado de creer que este Papa va a hacer lo que ellos quisieran que hiciera. Y empiezan a mostrar su desolación ante la evidencia. Al menos son honestos. Justo lo que no son la mayor parte de sus homólogos en España.

Luis Fernando Pérez Bustamante