Otro enemigo de Francisco: frei Betto

 

En marzo escribí un post que titulé “Quiénes son los enemigos de Francisco”. Cuatro meses después no solo lo sigo suscribiendo, sino que lo firmo, lo reafirmo y lo confirmo.

Mala suerte está teniendo Francisco con los que se llaman sus amigos. Para empezar porque el papa, creo yo, lo que necesita, más que amigos, es fieles católicos que, unas veces más de acuerdo y otras menos, como es natural, estén atentos a su magisterio, recen por su ministerio y mantengan hacia el sucesor de Pedro respeto y afecto. Y esto vale igual para san Juan XXIII, el beato Pablo VI, Juan Pablo I, san Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Igual.

Otra cosa es que luego a uno le pueda gustar más el estilo de predicación de Juan Pablo II o el de Benedicto XVI, la forma de celebrar de Pablo VI o la de Francisco, igual que Pepe prefiere las homilías del P. Gutiérrez, mientras que a Juan le parecen insoportables. Cosas de gustos y colores.

Es igual. Al papa le pedimos que sea testigo de Jesucristo, que nos anime a vivir la fe, que nos muestre al que es Camino, Verdad y Vida y nos anime a la conversión. Le pedimos que no tenga miedo ante los poderes de este mundo, que denuncie, exhorte, mueva a arrepentimiento, cambie los corazones y se deje la vida en el empeño de construir el Reino de Dios. Que sea de Cristo, transparente a Cristo, anuncie a Cristo, anime a la vuelta de todos a Jesucristo.

Hay supuestos amigos del papa que, pensando que le hacen un gran favor, insisten en colocarlo en el mundo según otros parámetros. No me digan que no es penoso encontrarte unas declaraciones del mediático fraile dominico frei Betto afirmando que “El papa Francisco está mucho más cerca de Correa y Morales que de Obama y Merkel”. Directamente váyase a hacer gárgaras, hermano.

El papa de quien tiene que estar cerca es de Jesucristo y punto final. Y como seguidor de Cristo y anunciador de Cristo es libre, no se casa con nadie ni se debe dedicar a repartir sus personales simpatías, que Bergoglio las puede tener, pero el papa carece de las mismas. El papa cerca de Cristo, de la Verdad, y de la doctrina de la Iglesia, y desde ahí es desde donde debe, insisto, denunciar, exhortar, animar y lograr que todos los corazones se conviertan a Jesucristo.  

Nada de nada. Los “amiguetes” jamás emplean palabras como Cristo, salvación, conversión… A cambio mantienen un abuso de la palabra profeta con todas sus variantes: profeta, profetismo, profetizar… para acabar afirmando en este caso, como prueba de la grandeza de Francisco, que está mucho más cerca de Correa y de Morales que de Obama y de Merkel, y eso que Obama es moderado, aunque sea a la norteamericana.

Terrible sería que la vida de la Iglesia universal tuviera que medirse por ser más amigos de Evo Morales que de la Merkel o la española por ser más o menos cercanos o condescendientes con las chiquilladas de los muchachos y muchachas de Pablo Iglesias, y miren que me lo barrunto. 

El papa, el obispo, el sacerdote… ¡DE CRISTO! Otra cosa es cargarse su vida y su ministerio. Y esos no son amigos, son amiguetes que sonríen por fuera mientras torpedean en profundidad.