Servicio diario - 22 de julio de 2016


 

El Papa escribe una Constitución Apostólica sobre la vida contemplativa femenina
Posted by Rocío Lancho García on 22 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Un número incontable de mujeres consagradas, a lo largo de los siglos y hasta nuestros días, han orientado y siguen orientando toda su vida y actividad a la contemplación de Dios, como signo y profecía de la Iglesia virgen, esposa y madre; signo vivo y memoria de la fidelidad con que Dios sigue sosteniendo a su pueblo a través de los eventos de la historia. Así lo recuerda el papa Francisco en la Constitución Apostólica publicada hoy, Vultum Dei Quaerere, sobre la vida contemplativa femenina.
En el breve documento, el Santo Padre se dirige a las “queridas hermanas contemplativas”, y observa “¿qué sería de la Iglesia sin vosotras y sin cuantos viven en las periferias de lo humano y actúan en la vanguardia de la evangelización?” La Iglesia –reconoce el Papa– aprecia mucho vuestra vida de entrega total. “La Iglesia cuenta con vuestra oración y con vuestra ofrenda para llevar la buena noticia del Evangelio a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo. La Iglesia os necesita”.
Por otro lado, asegura que no es fácil que este mundo, por lo menos aquella amplia parte del mismo que obedece a lógicas de poder, de economía y de consumo, “entienda vuestra especial vocación y vuestra misión escondida”. Y sin embargo la necesita inmensamente.
A propósito del documento presentado hoy, el Pontífice explica que cincuenta años después del Concilio Vaticano II, tras las debidas consultas y un atento discernimiento, ha considerado necesario ofrecer a la Iglesia esta Constitución “que tuviera en cuenta tanto el intenso y fecundo camino que la Iglesia misma ha recorrido en las últimas décadas a la luz de las enseñanzas del Concilio Ecuménico Vaticano II, como también las nuevas condiciones socio-culturales”.
Así, para ayudar a las contemplativas a alcanzar el fin propio de su específica vocación, el Santo Padre invita a reflexionar y discernir sobre doce temas de la vida consagrada en general y, en particular, de la tradición monástica.
Formación
Considerando el actual contexto sociocultural y religioso, el Papa pide a los monasterios que presten mucha atención al discernimiento vocacional y espiritual, sin dejarse llevar por la tentación del número y de la eficiencia. Igualmente, pide que aseguren un acompañamiento personalizado de las candidatas y promuevan itinerarios formativos aptos para ellas, quedando entendido que a la formación inicial y a la formación después de la profesión temporal se debe reservar un amplio espacio de tiempo, en la medida de lo posible no inferior a nueve años, ni superior a los doce.
Oración
El Papa les pide que recuerden que la vida de oración y la vida contemplativa no pueden vivirse como repliegue en ellas, sino que deben ensanchar el corazón para abrazar a toda la humanidad, y en especial a aquella que sufre. Así las exhorta a ser fieles “a la oración litúrgica y a la oración personal, que es preparación y prolongación de la anterior”.
Centralidad de la Palabra de Dios
Indudablemente la oración y la contemplación son los lugares más aptos para acoger la Palabra de Dios, pero al mismo tiempo, tanto la oración como la contemplación brotan de la escucha de la Palabra. “Que vuestra jornada, personal y comunitaria, esté ritmada por la Palabra de Dios. Vuestras comunidades y fraternidades llegarán así a ser escuelas donde se escucha, se vive y se anuncia la Palabra a cuantos se vayan encontrando con vosotras”, pide el Papa.
Sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación
A este propósito, asegura que “es loable, por tanto, la tradición de prolongar la celebración con la adoración eucarística, momento privilegiado para asimilar el pan de la Palabra partido durante la celebración y continuar la acción de gracias”.
De la experiencia gozosa del perdón recibido por Dios en este sacramento –añade– brota la gracia de ser profetas y ministros de misericordia e instrumentos de reconciliación, que tanto necesita hoy nuestro mundo.
Vida fraterna en comunidad
La vida monástica –asegura Francisco en el documento– conlleva la vida comunitaria en un proceso continuo de crecimiento, que lleve a vivir una auténtica comunión fraterna, una koinonia. Esto pide que todos los miembros se sientan constructores de la comunidad y no sólo consumidores de los beneficios que de ella pueden recibir.
La autonomía de los monasterios
En este punto, el Papa precisa que la autonomía favorece “la estabilidad de vida y la unidad interna de cada comunidad”, garantizando las mejores condiciones para la contemplación. Dicha autonomía, añade, no debe sin embargo significar independencia o aislamiento, en particular de los demás monasterios de la misma Orden o de la familia carismática.
Las Federaciones
El Pontífice explica que las federaciones tienen como principal finalidad promover la vida contemplativa en los monasterios que las componen, según las exigencias del propio carisma, y garantizar la ayuda en la formación permanente e inicial, como también en las necesidades concretas, intercambiando monjas y compartiendo los bienes materiales; y tendrán que favorecerse y multiplicarse en función de estas finalidades.
La clausura
El Santo Padre recuerda que “la pluralidad de modos de observar la clausura en una misma Orden ha de considerarse como una riqueza y no como un impedimento para la comunión, armonizando diversas sensibilidades en una unidad superior”. Dicha comunión –indica Francisco– podrá concretarse en varias formas de encuentro y de colaboración, sobre todo en la formación permanente e inicial.
El trabajo
Para que el trabajo no apague el espíritu de contemplación y para que su vida sea pobre de hecho y de espíritu para consumarse en sobriedad trabajada, como les impone el voto solemne de pobreza evangélica, Francisco les pide que realicen el trabajo con devoción y fidelidad, sin dejarse condicionar por la mentalidad de la eficiencia y del activismo de la cultura contemporánea.
El silencio *
En la vida contemplativa el Santo Padre considero importante “prestar atención al silencio habitado por la Presencia, como espacio necesario de escucha y de ruminatio de la Palabra y requisito para una mirada de fe que capte la presencia de Dios en la historia personal, en la de los hermanos y hermanas que el Señor da y en los avatares del mundo contemporáneo”.
Los medios de comunicación
En este punto, el papa Francisco las exhorta a un prudente discernimiento para que estén al servicio de la formación para la vida contemplativa y de las necesarias comunicaciones, y no sean ocasión “para la distracción y la evasión de la vida fraterna en comunidad”, ni sean “nocivos para vuestra vocación o se conviertan en obstáculo para vuestra vida enteramente dedicada a la contemplación”.
La ascesis
Finalmente, el Santo Padre las recuerda que “vuestra vida enteramente entregada adquiere un fuerte sentido profético; sobriedad, desprendimiento de las cosas, entrega de sí en la obediencia, transparencia en las relaciones, todo se hace más radical y exigente para vosotras por la opción de renunciar también al espacio, a los contactos, a tantos bienes de la creación como modo singular de ofrecer el cuerpo”.


Francisco pide a los jóvenes “construir puentes y volar alto” como Madre Teresa
Posted by Redaccion on 22 July, 2016



(ZENIT – Roma) “Deseo que estas páginas hagan bien a vuestro corazón como han hecho bien al mio”. El papa Francisco termina con estas palabras la prefacio que ha escrito para el libro “Amamos a quien no es amado. Textos inéditos de Madre Teresa de Calcuta”, en las librerías desde el próximo 29 de julio.
En el volumen, realizado bajo la supervisión de Mother Teresa Center, se publican dos discursos de la Madre Teresa hechos en octubre de 1973 en Milán, dirigiéndose a jóvenes y religiosas. El libro presenta también el amplio y vivaz intercambio de preguntas y respuestas entre Madre Teresa –que será canonizada por el Santo Padre el próximo 4 de septiembre en la plaza de San Pedro– y el auditorio después de ambas conferencias.
Por tanto, páginas ricas de detalles, en los que los temas principales son los que vivió la beata: el amor por los pobres y la libertad de ponerse a su servicio, la práctica de las obras de misericordia, el primado de la oración, la elección de “amar a quien no es amado”.
En su prefacio –adelantada hoy por el diario italiano Corriere della Sera— el papa Francisco concreta en cinco palabras-clave los rasgos destacados de la personalidad y la acción de Madre Teresa: oración, caridad, misericordia laboriosa, familia y jóvenes.

La Madre Teresa de Calcuta (1910 – 1997) (Fto. Wiki commons)
Precisamente, el Santo Padre se dirige a los jóvenes exhortándoles a “no perder la esperanza” y “no dejarse robar el futuro, que está en sus manos”. Permanecer en el Señor y amar como Dios nos ama –anima Francisco–, y a ser constructores de puentes para romper la lógica de la división, del rechazo, del miedo los unos de los otros, ponerse al servicio de los pobres, afrontar con valentía la vida, que es don de Dios”. “¡Vuelen alto, como el águila símbolo del país de Madre Teresa!”, exclama, haciendo referencia al escudo de Albania.
Los jóvenes son además llamado a involucrar a sus coetáneos y a “alimentarse a menudo de la Palabra de Dios” abriendo los propios corazones “a Cristo, al Evangelio, al encuentro con Dios, al diálogo mutuo para ofrecer un testimonio al mundo entero”. Mundo en el que, afirmaba la beata albanesa, “la enfermedad más grave no es la lepra o la tuberculosis, sino la soledad… Esta es la causa de tantos desórdenes, divisiones y guerras que hoy nos afligen”.
El Papa cita otra expresión de Madre Teresa para reflexionar sobre la Iglesia: “No somos una ONG. Las ONG’s trabajan para un proyecto; nosotros trabajamos para Alguien”. Y el Papa añade: la Iglesia no es una ONG porque trabaja para Cristo y para los pobres en los que vive Cristo, y en ellos nos tiende la mano, invoca ayuda, pide nuestra mirada misericordiosa, nuestra ternura.
Hablando de la oración, el Santo Padre remarca la invitación de la futura santa “a extraer de la fuente del Amor, a Jesús crucificado y resucitado, presente en el sacramento de la Eucaristía, para después tener la fuerza de socorrerlo en los más pobres entre los pobres, con el corazón lleno de alegría”.
Madre Teresa –añade el Pontífice– empezaba su jornada participando en la santa misa y la cerraba con la adoración a Jesús Sacramento, Amor infinito. Así es posible transformar el trabajo en oración. No olvidemos nunca tener un pequeño evangelio en el bolsillo, leer una página y entrar también nosotros en la historia que leemos. Y recuerda que Madre Teresa hizo de las obras de misericordia corporales y espirituales, “la guía de su vida, el camino hacia la santidad”, escribe el papa Francisco. Así, dice, “podría serlo también para nosotros”.
El Papa concluye reflexionando finalmente sobre la familia, donde aprendemos de mamá y papá a sonreírnos, a perdonarnos, recibirnos, sacrificarnos los unos por los otros, donar sin pretender nada a cambio, rezar y sufrir juntos, alegrarse y ayudarnos recíprocamente.
Por esto Madre Teresa, en una de las respuestas del libro, decía: “Tienen que ser cada vez más la alegría y el consuelo de Dios, transmitiendo la oración en vuestras familias. La familia necesita amor, comunión y arduo trabajo. Y esto será el don más grande que se puede ofrecer a la Iglesia”.


Mate, oración y charla del Papa con un grupo de jóvenes argentinos
Posted by Redaccion on 22 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Un grupo de jóvenes argentinos que participará en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebra en Cracovia del 26 al 31 de julio, fue recibido por el papa Francisco este martes en la Casa Santa Marta en el Vaticano.
El Santo Padre compartió una tarde de oración, mates y conversación con los muchachos que se dirigen a Polonia. Según indica la agencia AICA, el Papa recibió a los 40 jóvenes porteños pertenecientes a la comunidad parroquial y educativa de Nuestra Señora de las Nieves; parroquia San Pedro; parroquia Jesús Sacramentado; parroquia San Isidro Labrador; parroquia Nuestra Señora de Luján de los Patriotas, y de la pastoral juvenil diocesana.
Este grupo de jóvenes estaba acompañado por los presbíteros Juan Pablo Rossetti, Sebastián Sibilia, Facundo Fernandez Buils; por el vicario parroquial, presbítero Guido Petrazzini, y dos seminaristas del Seminario Metropolitano de Buenos Aires, Francisco y Tomás, participará en la JMJ junto a peregrinos de todas partes del mundo.
El Santo Padre entró en la sala en la que estaban los jóvenes y les dijo: “‘Siéntense en el piso. Tomemos unos mates y charlemos’, fue increíble”, contó a AICA uno de los jóvenes. El encuentro duró unos 40 minutos en los que el Papa respondió preguntas de los jóvenes y charló con ellos.
“Nos recibió como si fuéramos a tomar mate, uno más de la casa. Nos sentamos en el piso. Fue siempre muy simple, muy sencillo, dispuesto a escucharnos, como uno más”, contó a AICA Ileana Glusko, de la parroquia Nuestra Señora del Valle, quien destacó “la sencillez, la humildad y la predisposición” del Santo Padre.
Los jóvenes –prosigue la nota– le preguntaron sobre cómo descubrir a Dios en la vida cotidiana, cómo jugarse por la vocación, cómo superar la crisis de fe, y Francisco habló sobre la vida sacerdotal y religiosa.

“El Papa es muy contundente, expresivo, nos habló mirándonos a los ojos diciendo cosas que nos interpelaron mucho. Habló de la juventud, de las vocaciones, de las maneras y formas de ser cristiano”, relató Agustín Lanzetta de la parroquia Nuestra Señora de Luján de los Patriotas. Asimismo manifestó su alegría por este “encuentro íntimo” con Francisco y destacó “la naturalidad de la reunión, la cercanía y cómo el papa Francisco lo hace tan tangible a Dios a pesar de lo difícil que debe ser Papa”.
Nos habló con ese ejemplo y esa actitud de un Dios muy cercano, que nos acompaña cotidianamente y no es inalcanzable”, precisó.


“En la nueva Constitución se ha escuchado fuertemente la voz de las contemplativas”
Posted by Rocío Lancho García on 22 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La Constitución Apostólica del Santo Padre, Vultum Dei quaerere, sobra la vida contemplativa llega después de 66 años de la publicación de la precedente Constitución Sponsa Christi del papa Pío XII.
Lo ha recordado este viernes monseñor José Rodríguez Carballo, O.F.M, secretario de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida apostólica, en la presentación del nuevo documento a los medios de comunicación.
Este documento –ha explicado monseñor Carballo– es fruto de dos años y medio de trabajo. La Congregación envió un cuestionario a todos los monasterio federados, después también a los no federados, con preguntas muy precisas. Una vez recibidas las respuestas, el dicasterio hizo una síntesis. Primero una más amplia y después otra más reducida. Y basándose en estas dos síntesis que se entregaron a las autoridades competentes el Santo Padre escribió la Constitución. Tal y como ha asegurado el secretario, en este documento que se presenta hoy se reflejan bastante bien las respuestas. Asimismo indica que en el texto han colaborado contemplativas de distintas órdenes e instituciones. “Se ha escuchado fuertemente la voz de las interesadas”, ha precisado.

Benedictina confeccionando paramentos sacros en un telar (Abbaye-annonciation.org)
Por otro lado, ha explicado que a la Constitución en la que el Papa da las líneas generales, le seguirá una instrucción que elaborará el dicasterio a la luz de este documento del Papa. Y se espera que esté preparado para el próximo mes de octubre.
Respondiendo a una pregunta de un periodista sobre la indicación que da el Papa en la Constitución respecto a “evitar en modo absoluto el reclutamiento de candidatas de otros Países con el único fin de salvaguardar la supervivencia del monasterio”, monseñor Carballo ha recordado que esta preocupación del Pontífice ya la manifestó en su encuentro con la Unión de Superiores generales en noviembre de 2013, cuando pidió evitar la “trata de novicias”. No se trata de cerrar la puerta a vocaciones de otros continentes –ha explicado– sino de atender al discernimiento. Si un monasterio llama vocaciones de otro continente, tienen que preguntarse ¿por qué? Y si es –ha advertido– para mantener un número, esto no es justificación evangélica. También la monja debe preguntarse ¿por qué voy?
Otro de los temas abordados en la Constitución que ha destacado monseñor Carballo ha sido el de la formación. Así ha recordado que las hermanas llamadas a ejercer el delicado servicio de la formación pueden “participar en cursos específicos de formación aunque sea fuera de su monasterio, manteniendo un clima adecuado y coherente con las exigencias del propio carisma”.
Por otro lado ha observado que, en el documento, el Pontífice da indicaciones respecto a varios elementos esenciales para una vida de contemplación.
Sobre los aspectos más novedosos ha subrayado dos elementos que son actualmente para los monasterios de vida contemplativa fuente de discernimiento y de reflexión: la autonomía, a la que está unida el rol de las federaciones, y la clausura.
A propósito de la autonomía, son dos los aspectos evidenciados: la atención a que la autonomía no se convierta en sinónimo de aislamiento y autorreferencialidad; la verificación de que la autonomía jurídica corresponde a una autonomía real de vida, con criterios claramente especificados.
Todos los monasterios –ha explicado monseñor Carballo– salvo casos particulares considerado por la Santa Sede, deberán estar federados. Al respecto ha indicado que es interesante la posibilidad contemplada de que las federaciones sean configuradas ya no solo por criterio geográfico, sino más bien por “afinidad de espíritu y de tradición”.
Respecto a la clausura, se re-definen los tipos tipos de clausura: papal, constitucional y monástica. En este punto, el Santo Padre precisa que “la pluralidad de modos de observar la clausura en una misma Orden ha de considerarse como una riqueza y no como un impedimento para la comunión, armonizando diversas sensibilidades en una unidad superior”.


La Habana tendrá su JMJ en la que ‘soñarán’ y ‘harán lío’
Posted by Sergio Mora on 22 July, 2016



(ZENIT – Roma). En Cuba, la Jornada Mundial de la Juventud con carácter nacional se celebrará del 28 al 31 de julio en La Habana. Para ello, han sido realizadas presentaciones del programa oficial en los centros catequéticos escogidos como sedes del magno evento juvenil católico.
“El objetivo fundamental de las presentaciones es que los jóvenes participantes puedan saber con exactitud el programa de la jornada y desde ahora comiencen a vivirla. Esto es sumamente importante para el equipo organizador, ya que la JMJ de La Habana durará solo cuatro días, pero los efectos de un encuentro personal con Cristo duran para siempre”, indicaron los organizadores.

Logo de la JMJ en La Habana
En vista del evento, los jóvenes cubanos le enviaron una carta al papa Francisco, en la cual recuerdan que “en la JMJ de Río nos invitó Ud. a regresar a nuestras diócesis y crear lío, nos dijo que esperaba lío como fruto de la Jornada. En La Habana nos animó a soñar, y a soñar cosas grandes. Nos hemos tomado en serio estas dos invitaciones: hemos soñado en grande y estamos preparando un gran lío”.
Añaden que “en la misma fecha de la JMJ en Cracovia, con el mismo esquema y con los mismos temas, hemos preparado una Jornada en La Habana” y que “no queremos que sea algo solo nuestro, sino que queremos, desde aquí, unirnos en Comunión a Ud. y a todos los jóvenes allí reunidos”.
“Seremos 1400 jóvenes que, desde aquí, queremos vivir el Jubileo Joven junto a la Iglesia, que esos días tendrá su corazón en Cracovia” indican. Y si bien la lejanía y costos impiden ir a Polonia “desde aquí, viviremos la Bienvenida y proclamaremos el Evangelio. El jueves 28; rezaremos el Vía Crucis y atravesaremos la Puerta Santa de la catedral habanera. El viernes 29 tendremos nuestra vigilia, rezaremos ante Jesús Sacramentado, y tendremos la Tienda del Encuentro para acompañar a Jesús en la madrugada del sábado 30. Y finalmente, nuestros obispos cubanos nos enviarán a ser Testigos de la Misericordia en la Misa de Envío, el domingo 31″.
Esos días –prosiguen– tendremos también las catequesis con los obispos, una Feria de la Misericordia, una Misión Joven para anunciar a la Ciudad la gran noticia: “Dios es Padre de amor y misericordia”.
“Soñamos, sí –concluyen los jóvenes– estamos soñando mucho, y queremos que este sueño produzca un lío tal en los corazones de cada joven, que se sienta luego en cada rincón de nuestra Patria, Cuba. Y por ello le piden “un favor especial”: “Rece por nosotros, ténganos en sus oraciones”.
Concluyen la carta enviándole la credencial ‘número uno’ que identifica a los peregrinos en La Habana, y así con él serán “1.401 jóvenes cubanos”.


Al menos tres mil migrantes murieron en el Mediterráneo en lo que va del año
Posted by Redaccion on 22 July, 2016



(ZENIT – Roma).- En lo que va de año, son al menos 2.954 las personas que murieron en el intento de cruzar el mar Mediterráneo, en comparación con las 1.906 muertes registradas en el mismo período del 2015. Lo informó hoy, en un comunicado, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), indicando que hasta la fecha más de 240 mil migrantes y refugiados han entrado en Europa por vía marítima.
Solo el mes pasado, la guardia costera griega tuvo que intervenir en operaciones de búsqueda y rescate en 58 pedidos de ayuda en el mar, detuvo a diez presuntos traficantes y se incautaron 16 embarcaciones. Desde principios de año, se han detenido a 132 traficantes y los guardacostas han intervenido en casi mil incidentes.

Rescate de migrantes en el Mar
Es el tercer año consecutivo que el número de muertes supera las tres mil personas pero este año esa cifra se alcanzó ya a mitad del año.
En Italia han desembarcado más de 93 mil y en Grecia casi 130 mil. Los datos sobre las muertes de migrantes fueron recopilados por la OIM. Todas las cifras son estimaciones mínimas. El cálculo de las llegadas se basa en información de los respectivos Gobiernos y las oficinas exteriores de la OIM.
“En total, 1.128 migrantes fueron salvados en el Estrecho de Sicilia durante 8 operaciones de rescate. (…) Durante la jornada fueron recuperados también 17 cuerpos sin vida”, indica el informe diario de ayer de la Guardia Costera Italiana, que llega a la redacción de ZENIT, con cifras similares que se repiten diariamente.


Croacia: 70 años después anulan la sentencia contra el cardenal Stepinac
Posted by Redaccion on 22 July, 2016



(ZENIT – Roma).- Un tribunal croato anuló este viernes la sentencia de 16 años de prisión a la que fue condenado en 1946 el arzobispo de Zagreb, Alojzie Stepinac, por el régimen comunista de Tito.
Lo hizo 70 años después al reconocer el proceso farsa que lo acusó de colaboracionismo con el régimen filo-fascita de los Ustascia croatos durante la II Guerra Mundial. Ya en 1992 el Parlamento de Croacia votó una resolución de rehabilitación del arzobispo, quien fue proclamado cardenal en 1952 mientras se encontraba preso.
Juan Pablo II, en 1998, proclamó beato a Stepinac, el arzobispo venerado por los católicos croatas como un mártir del comunismo, al defender la libertad religiosa y las raíces cristianas del país balcánico. El cardenal, una vez en prisión, fue envenenado con emisiones de rayos x.
Para que la figura del beato sea un modelo tanto para los croatas, que son en su gran mayoría católicos, como para los serbios, mayoritariamente ortodoxos, el papa Francisco invitó a que se forme una comisión mixta que haga una lectura unívoca con bases históricas y científicas de lo sucedido en ese difícil período.
Leer también: La comisión mixta serbocroata permitirá que el beato Stepinac sea un modelo para todos


¿Qué es la virtud del ocultamiento?
Posted by Catholic.net on 22 July, 2016



Cuando leemos la vida y obra de varios santos; sobre todo, tratándose de los que fueron místicos, aparece frecuentemente una virtud, llamada “del ocultamiento”. Hoy día, es un término poco usado, pero que vale la pena recuperar, no tanto en cuanto a la palabra, sino sobre su significado. Antes de empezar, hay que aclarar varias cosas para evitar malas interpretaciones. Por “ocultamiento”, no se refiere al periodo del “Oscurantismo” o a la falta de transparencia. Todo lo contrario. Significa evitar aparecer más de la cuenta, algo así como “robar cámara”. Trasladándolo al día a día, hay que reconocer el riesgo de caer en la tentación de los aplausos, de figurar, de ser vistos y admirados. Justo a eso se refiere.
Obviamente, hay que dar la cara, siendo asertivos. Por ejemplo, un rector no puede excusarse de subir al pódium a pronunciar un discurso, pero debe saber reconocer que hay otras personas que lo ayudan en la gestión universitaria. Aquí está la verdadera diferencia entre ser un jefe y actuar como líder. El segundo sabe incluir, medir hasta dónde conviene aparecer para que los otros no queden marginados. Claro que, tristemente, en nombre del “ocultamiento”, aparecen muchas formas y/o actitudes relacionadas con la evasión de responsabilidades, pero entendiéndolo como lo hacían los santos, no tendremos ningún problema. Es decir, no se trata de delegar exageradamente, para quedarnos encerrados en una oficina, sino de lograr un punto medio entre figurar y absolutizar la propia imagen que sería el error a evitar en todo momento. Muchas veces, el que no hizo nada por el grupo juvenil, aparece en la entrega de reconocimientos o delante de la autoridad como alguien muy trabajador. Aquí estamos ante una variante de la hipocresía. De ahí la importancia de ser sinceros con Dios y con nosotros mismos.
¿Quién es el modelo por excelencia de dicha virtud? La Virgen María. Cuando tuvo que dar la cara, lo hizo. Así fue de las pocas que se mantuvo al pie de la cruz; sin embargo, no andaba por los caminos exagerando, con palabras y gestos para llamar la atención. La fe pasa por la sencillez. No hay que olvidarlo. Es triste cuando alguien confunde liderazgo con búsqueda de aplausos, de reconocimiento, en vez de preocuparse por la evangelización que no es otra cosa más que compartir lo que uno cree de forma coherente. María estaba presente, sin querer opacar o tomar un protagonismo fuera de lugar. Fue sencilla y eso la hizo un punto de referencia para todos.
Pero, entonces, ¿hay que ocultar las habilidades y talentos? No, pero ponerlas a disposición con humildad; es decir, reconociendo los puntos fuertes, pero sabiendo que eso no nos hace autosuficientes. El ocultamiento, dentro de la tradición católica, puede entenderse también como evitar resultar pesado para los demás. Nuestras complicaciones, pueden ser un tipo de protagonismo negativo. En este sentido, hay que dejar que Dios lleve a cabo su obra, siendo disponibles y, al mismo tiempo, viviendo con naturalidad lo que él nos proponga.
Comentarios al autor cdiazr1989@gmail.com

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Carlos J. Díaz Rodríguez, joven laico, comprometido con la causa de la nueva evangelización, a partir de la presencia en el ciberespacio.
Nació el 28 de octubre de 1989, en la Ciudad y Puerto de Veracruz, México.
Del año 2008 al 2010 fue coordinador general del Movimiento Vocacional Espíritu y Vida, el cual, a su vez, se encuentra presente en México y Costa Rica.
Como parte de sus intereses, además del diálogo entre la fe y la razón, se encuentra el estudio del derecho, poniéndole un acento especial al aspecto notarial del mismo.
Ha tenido la oportunidad de organizar y participar en algunos foros y encuentros juveniles de inspiración cristiana.
Carlos J. Díaz Rodríguez, es autor, editor y responsable del Blog Duc in altum!, alojado en el espacio web de www.religionenlibertad.com


En las manos del Padre
Posted by Enrique Díaz Díaz on 22 July, 2016



Génesis 18, 20-32: “No se enfade mi Señor, si sigo hablando”
Salmo 137: “Te damos gracias de todo corazón”
Colosenses 2, 12-14: “Les dio a ustedes una vida nueva con Cristo, perdonándoles todos sus pecados”
San Lucas 11, 1-13: “Pidan y se les dará”
Con frecuencia me preguntan qué es lo que más me ha sorprendido de los pueblos indígenas. Es cierto que es maravilloso su sentido de comunidad, su amor a la madre tierra, sus danzas, ritos y cantos, sus ceremonias tan llenas de signos y significados… pero lo que más me sorprende es su sentido de Dios. Viven en el ambiente de Dios. Todo se encuentra en relación con Dios. Y así la milpa, la lluvia, el terremoto, el sol… por todo hay que alabar y bendecir al Señor. En todo momento hay que pedirle y ofrecerle. Nuestra vida está en sus manos. Aunque ahora con el ataque despiadado del neoliberalismo, las nuevas generaciones desconcertadas van perdiendo estos sentimientos. “Nuestra vida toda está en manos de Dios y todo el día estamos haciendo oración al Señor”.
El pueblo judío, igual que nuestros pueblos, tenía un especial sentido de la presencia de Dios. Como lo podemos deducir de la primera lectura, Dios está detrás de todos los acontecimientos. Los fenómenos naturales, el día o la noche, la lluvia o la sequía, todo tiene sentido delante de Dios y todos nuestros actos están en relación con Dios. No se entiende la vida sin Dios. Pero no es un Dios lejano, es un Dios con el que se puede dialogar, discutir, pedir, rogar. Ha llegado la modernidad y hemos perdido ese sentido de Dios y su providencia. No es que pretendamos ignorar los avances científicos o nos pongamos irresponsablemente en manos de Dios cuando debemos actuar nosotros. No es el sentido mercantilista del que prende una veladora y espera un milagro, no es comprar a Dios o renunciar a las propias responsabilidades, es vivir en la presencia y en manos de Dios lo que nos enseña esta actitud.
Sin darnos cuenta hemos ido expulsando a Dios de nuestra vida, nos llenamos de cosas, de actividad, de preocupaciones y evadimos disimuladamente a Dios. Siempre tenemos otra cosa más importante que hacer, algo más urgente o más útil. ¿Cómo ponerse a orar cuando uno tiene tantas cosas en qué ocuparse? Y así, nos acostumbramos a vivir “cómodamente” sin la necesidad de orar, pero llevando una vida cada vez más apagada e ineficaz.
San Lucas en su Evangelio nos da una rica enseñanza: Jesús siempre y en todos los momentos hace oración. Y no es que tuviera pocas cosas que hacer. Antes de escoger a sus discípulos, hace oración; antes de curar un enfermo, hace oración; antes de iniciar su vida apostólica, hace cuarenta días de oración. No es raro que el pasaje de este domingo nos lo presente haciendo oración. Y esto llama la atención de sus discípulos. ¿Qué verían en el rostro de Jesús que también quieren hacer oración? Cierto que había maestros de oración, como los hay ahora. Pero este ejemplo de Jesús mueve a los discípulos, y debería despertar en nosotros el deseo de aprender a orar.
Quizás sabemos alguna oración aprendida de pequeños que rezamos de vez en cuando. Está bien, como una fórmula de inicio, pero no basta, se requiere mucho más. Y esto es lo que Jesús nos enseña. La oración no es una fórmula, la oración es la experiencia más hermosa de Dios que podemos tener. Por eso inicia así su oración “Padre”. “PADRE” es la palabra con la cual Jesús nos enseña a llamar a Dios. La noticia más bella que nos trajo Cristo es que Dios es nuestro Padre y que le agrada que lo tratemos como a un papá muy amado. San Pablo dirá: “no hemos recibido un espíritu de temor sino un espíritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: ¡Abbá, Padre! (Rom 8,15). No tenemos a un Dios lejano, es un papá cercano. Ninguno de nosotros es un huérfano. Ninguno de nosotros se sienta desamparado; todos somos hijos del Padre más amable que existe. Y si tenemos un mismo Padre, somos todos hijos de Él, por lo tanto debemos reconocernos y amarnos como hermanos. Si lo llamamos “Padre”, amémoslo como a un buen Padre y no seamos faltos de cariño para con Él. Dios, pues, es un Padre que conoce muy bien todo lo que necesitan sus hijos y se deleita en ayudarlos y siente enorme satisfacción cada vez que puede socorrerlos. Él nos ayuda no porque nosotros somos buenos, sino porque Él tiene un corazón lleno de misericordia y generosos sentimientos. Quizás no nos habríamos atrevido a llamar a Dios, Padre, si Jesús no nos hubiera enseñado a llamarlo así. No lo olvidemos, la oración es el medio más seguro para obtener de Dios las gracias que necesitamos para nuestra salvación.
La experiencia de Dios como Papá sólo Cristo nos la puede enseñar. La oración a Dios como Padre, Él nos la compartió. Él es el maestro, por eso necesitamos hoy también nosotros decirle: “enséñanos a orar”. Pero, a caminar se aprende caminando, a nadar se aprende nadando y a orar se aprende orando, cada día, a cada momento, en toda ocasión. ¿Acaso no podemos sentirnos amados a toda hora y en todo momento por Papá Dios? Pues hacer consciente este amor, es inicio de oración.
Pero sumergirnos en el amor de Dios no excluye el compromiso con los hermanos, sino todo lo contrario, nos compromete a pedir por ellos. Muy acorde con este texto el papa Francisco nos descubre la riqueza de la intercesión: “Interceder no nos aparta de la verdadera contemplación, porque la contemplación que deja fuera a los demás es un engaño. Es un agradecimiento constante por los demás… Cuando un evangelizador sale de la oración, el corazón se le ha vuelto más generoso, se ha liberado de la conciencia aislada y está deseoso de hacer el bien y de compartir la vida con los demás. Podemos decir que el corazón de Dios se conmueve por la intercesión, pero en realidad Él siempre nos gana de mano, y lo que posibilitamos con nuestra intercesión es que su poder, su amor y su lealtad se manifiesten con mayor nitidez en el pueblo”.
Nos quejamos de nuestro mundo, criticamos a toda institución, renegamos de cómo van las cosas, pero si el tiempo que dedicamos a renegar o a quejarnos sin sentido, lo dedicáramos a hacer oración, seguramente el mundo iría mejor y cada unos de nosotros también, porque nos sentiríamos más amados por Dios.
Padre, que a través de tu Hijo nos enseñaste a pedir, buscar y llamar con insistencia, escucha nuestra oración y concédenos la alegría de sabernos amados y escuchados, de sentirnos seguros en tus manos. Amén.


Beata Margarita María López de Maturana – 23 de julio
Posted by Isabel Orellana Vilches on 22 July, 2016



(ZENIT – Madrid).- «Permanecer en la misión, si lo exige el bien de nuestros hermanos, aún cuando hubiere riesgo de perder la vida», es el espíritu que anima el cuarto voto que la beata confirió a su fundación. Esta vasca, nacida el 25 de julio de 1884 en la popular calle de Tendería, sita en el casco viejo de Bilbao, España, inicialmente no se planteó la vida religiosa. Era una joven atractiva, casi adolescente, cuando un marino se apoderó de su corazón. Los padres querían otro futuro para ella, y esperando que se olvidara de ese amor precoz la matricularon como interna en el colegio de las Mercedarias, de Bérriz. ¡Quién iba a pensar que allí le aguardaba el verdadero «dueño» de su corazón! Pero así fue. Pilar, nombre de bautismo, veía el ejemplo de las religiosas: su alegría, su disponibilidad, la paz y felicidad que emanaba de sus rostros y quehacer; le atrajo tanto esta forma de vida que se propuso seguir a Cristo por esta vía, reforzada por los ejercicios impartidos por el jesuita, padre Olasagarre.
Su madre no se opuso; únicamente le rogó que demorase su decisión hasta los 19 años. No esperó ni un minuto más. En 1903, el mismo día en que cumplió esa edad, ingresó en el convento de clausura de la Vera Cruz. Con gran alegría vivió la elección de su hermana gemela Leonor, que también se consagró, aunque ambas tuvieron que separarse físicamente por haber elegido para ello dos instituciones distintas. En 1904 profesó y en 1906 comenzó a ejercer la docencia ganándose el cariño y confianza de las alumnas a las que sensibilizaba ante las numerosas carencias sociales del momento.
Era dichosa; tenía todo lo que soñó, el ambiente propicio para escalar la añorada unión con la Santísima Trinidad: «Aquí el silencio es algo que vive y que da vida, vida elevada, vida divina… Aquí se respira a Dios, a quien tiende el alma con todas sus fuerzas». Este gozo, del que se congratulaba su familia, se tiñó de dolor con la pérdida de dos de sus hermanos ese mismo año de 1906, hecho que ella acogió inmersa en la fe y en la esperanza. Por lo demás, fácilmente infundió en su alrededor el amor a Dios, ya que poseía un carácter excepcional que revertía en la labor apostólica. Cuando se vive un estado de oración continua los signos de esta amorosa entrega son notorios. Pilar era amable, llana, alegre, fuerte, audaz, tenía una gran fuerza de voluntad, todo lo cual se sintetiza recordando que había abierto las puertas a Cristo de par en par y la gracia manaba a raudales. En el colegio fue asumiendo distintas responsabilidades hasta llegar a convertirse en directora del mismo en 1923.
Entre tanto, espiritualmente había seguido escalando los peldaños de la vida mística. Su afán era «vivir ocupada únicamente en los intereses de Jesús, que son la gloria del Padre y la salvación de las almas». «Yo no deseo más que glorificarle en la tierra, como Él glorificó al Padre y darle a conocer a los que me ha encomendado que es el mundo entero». Conocía el valor restaurador del amor que resumía diciendo: «Todo se resuelve amando». Conmovida por la visión del Redentor que contemplaba en la cruz, brotó de su interior un ferviente e imparable anhelo de evangelizar incansablemente. Fue, como ella reconoció, la fuente de la que extrajo «el anhelo irresistible» de ser misionera junto a sus hermanas. La ocasión providente se presentó con la visita de dos misioneros, uno de ellos jesuita, que iba a China, y otro carmelita que partía a la India. Ellos enardecieron con sus palabras a las religiosas y a las alumnas contagiándolas con su entusiasmo, pidiéndoles sus oraciones. A partir de ahí, comenzaron a entrecruzarse cartas, a realizar acciones solidarias para recabar recursos destinados a las misiones, etc.
En 1924 las religiosas de clausura sopesaron su futuro como misioneras y unánimemente lo llevaron a la oración. Una mayoría estaba de acuerdo en introducir este cariz. Además, unos años antes Pilar, en el transcurso de una visida del padre general, le había confiado este sentir que les embargaba, y contaban con su aprobación. Se hicieron las gestiones pertinentes y en septiembre de 1926, una vez obtenida la dispensa de la clausura, un primer grupo de religiosas en el que iba Pilar comenzó su acción en China; luego llevaron el evangelio a Japón. Llenas de fe superaron los conflictos de la guerra y sortearon los riesgos de la persecución y de la cárcel. Si veían venirse abajo la obra que tanto les había costado poner en pie, volvían a impulsarla con el vigor del primer momento. Llegó un punto en el que se plantearon la profunda transformación que requería la vida que habían adoptado. Ello suponía emitir su juicio respecto al paso de la clausura a otra nueva forma: un Instituto Misionero. Y el 23 de mayo de 1930 en votación secreta todas las monjas dieron el veredicto afirmativo, con lo cual se cumplió el sueño de la beata.
El nuevo Instituto de las Mercedarias Misioneras de Bérriz sería aprobado por la Iglesia. Pilar viajó por las fundaciones confortando a las hermanas que se hallaban en ellas. En 1933 mantuvo una audiencia con Pío XI que alabó el espíritu apostólico de su obra. Poco después, el cáncer que padecía, y del que había sido intervenida en dos ocasiones, se la llevó de este mundo. Fue el 23 de julio de 1934, en San Sebastián. Antes aseguró a sus hermanas que las ayudaría desde el cielo. Estaba a punto de cumplir medio siglo de vida y apenas pudo ejercer como superiora general. Fue beatificada el 22 de octubre de 2006 en la catedral de Bilbao por el cardenal Saraiva en representación del papa Benedicto XVI. Su hermana Leonor, carmelita de la Caridad, murió en Buenos Aires en 1931. Tiene abierta causa de beatificación.