Servicio diario - 12 de agosto de 2016


 

El Papa visita mujeres salvadas de la prostitución en viernes de la misercordia
Posted by Redaccion on 12 August, 2016



(ZENIT- Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha visitado por sorpresa este viernes por la tarde a un grupo de la comunidad Juan XXIII, fundada por don Oreste Benzi. La visita se sitúa en el ámbito de los viernes de la misericordia, gesto que está realizando una vez al mes desde que empezó el Jubileo.
De este modo, el Pontifice ha estado hoy con 20 mujeres liberadas de la esclavitud de la prostitución. Seis de ellas proceden de Rumanía, cuatro de Albania, siete de Nigeria, y las otras tres de Túnez, Italia y Urania, la edad media es de 30 años.
Todas ellas han sufrido graves violencias físicas y ahora viven protegidas. Junto a ellas estaba también el responsable de la comunidad, Giovanni Paolo Ramonda, el asistente espiritual, dos trabajadores y la responsable de la casa en la que viven.
La visita de hoy — indica la nota de la oficina de prensa de la Santa Sede– es otra llamada para combatir la trata de seres humanos, que el Santo Padre ha definido en varias ocasiones como un delito contra la humanidad y una plaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una plaga en la carne de Cristo.


“Sirvió a la paz y a la justicia”. Mensaje del Papa al funeral de monseñor Daly
Posted by Redaccion on 12 August, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La catedral de san Eugenio de Derry llena de gente este jueves por la tarde para el funeral de monseñor Edward Daly, ha sido el testimonio de la unión inseparable entre la comunidad católica de Irlanda del norte y el prelado fallecido el pasado 8 de agosto, a los 82 años tras una larga enfermedad.
La celebración fue presidida por monseñor Donald McKeown, actual obispo de Derry. Al inicio de la misa, monseñor Amaury Medina Blanco, encargado de la nunciatura apostólica en Irlanda, leyó un mensaje enviado por el papa Francisco.
El Pontífice expresó su pésame por la desaparición del prelado y recordó su “generoso” ministerio episcopal “al servicio de la paz y de la justicia”. Y así, manifestó su cercanía a la familia y a la comunidad de Derry.
El obispo de Derry, monseñor Donal McKeown, lo definió como un “sacerdote ejemplar al servicio de Dios y de la gente, comprometido con la predicación del Evangelio de la paz en tiempos difíciles y siempre disponible para los demás”.
Monseñor Daly fue obispo en Derry entre 1974 y 1993, es decir, al inicio del conflicto entre católicos y protestantes en la provincia británica. Un enfrentamiento que causó más de 3.000 muertos en casi cuatro décadas de violencia. El prelado es recordado por una mítica fotografía en la que se le veía agitando un pañuelo blanco ensangrentado delante de cuatro personas que cargaban con un joven herido de muerte, durante el llamado ‘Domingo Sangriento’.


Los obispos colombianos destacan la masiva participación para defender la familia
Posted by Redaccion on 12 August, 2016



(ZENIT – Roma).- El episcopado de Colombia ha agradecido al pueblo colombiano “su masiva participación en las marchas que expresaron la defensa de la familia y el rechazo a la imposición de la ideología de género en los colegios”.
Desde su cuenta en twitter el cardenal Rubén Salazar Gómez, arzobispo de Bogotá, felicitó la participación del pueblo colombiano. “Felicito a todos los que con respeto y valentía, marcharon ayer en defensa de la #familia en#Colombia. Dios los bendiga”
Por su parte el arzobispo de Bucaramanga, monseñor Ismael Rueda Sierra calificó de extraordinaria y apoteósica la marcha que se realizó en su ciudad. “Fue una respuesta espontánea, generosa y muy consciente de las familias”, aseguró el prelado tal y como publica la Conferencia Episcopal de Colombia en su web.
También el obispo electo de Soacha, monseñor José Daniel Falla Robles, también a través de su cuenta en Twitter, calificó de valiente la actitud de la población. Además, acompañó el mensaje de varias fotografías donde se puede apreciar la gran multitud que llenó las calles de la ciudad.
Asimismo, el obispo de Valledupar, monseñor Óscar José Vélez Isaza, aseguró que “con las propuestas del Ministerio de Educación y el querer imponer la ideología de género en los colegios se ha tocado una fibra muy sensible de la población, por ello esto se expresó en estas manifestaciones multitudinarias”.
En esta misma línea se manifestó el obispo auxiliar de Barranquilla, monseñor Víctor Tamayo Betancourt, quien subrayó además que la participación de la población fue espontánea. “El pueblo escucha la voz de Dios, y su voz hoy es que uniéramos mente y corazón para dar testimonio de unidad y una petición para que cambien de orientación quienes nos están dirigiendo”, precisó el prelado.



Los salesianos piden seguir rezando por el misionero indio secuestrado hace cinco meses
Posted by Redaccion on 12 August, 2016



(ZENIT – Roma).- Han pasado más de cinco meses del secuestro ocurrido el pasado 4 de marzo en Aden, Yemen, y la suerte del misionero salesiano indio, padre Thomas Uzhunnalil, todavía se encuentra envuelto en incertidumbre. Tal y como ha indicado monseñor Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia del Sur, “no tenemos información fiable, pero creemos que algo está pasando, pero no tenemos la seguridad”, indican desde la agencia de información salesiana, ANS.
Después del secuestro del padre Uzhunnalil —junto con la matanza perpetrada por el grupo de rebeldes en la Obra de las Misioneras de la Caridad que mataron a 4 religiosas y 12 laicos— han circulado numerosos rumores e informaciones sin fundamento ni pruebas. Incluso, en algunos casos, totalmente sin soporte evidente, como su supuesta crucifixión el Viernes Santo.
Recientemente, recuerdan desde ANS, se publicaron fotos en Facebook y vídeos que demostrarían la presencia del padre Uzhunnalil golpeado y deteriorado que provocaron nuevas especulaciones en la red. “Es indudable que las imágenes difundidas del supuesto padre Tom golpeado y malherido fueron descartadas y cuestionadas por los hermanos indios y por expertos consultados del Ministerio de Asuntos Exteriores de la India”, precisan.
El pasado 4 de agosto, cuando se cumplían 5 meses del secuestra, el ministro, Sushma Swaraj, reiteró que “el Gobierno de la India está haciendo todo lo necesario para su liberación”. Además, en una reunión con los familiares del padre Uzhunnalilm, al mismo tiempo que confortó, manifestó el trabajo que están realizando por buscar al padre Tom.
Mons. Hinder ha señalado que en la actualidad “nadie ha tenido contacto directo con el padre Tom. Lo que nos falta es tener prueba de que realmente se encuentre bien”. Como ha expresado a menudo a través de declaraciones y comunicados oficial, el vicario del Rector Mayor, padre Francesco Cereda, “es importante mantener viva la atención sobre este asunto, así como en el de los muchos cristianos perseguidos en varias partes del mundo, y continuar rezando”.




Jóvenes católicos europeos evangelizan en las playas de Gandía
Posted by Redaccion on 12 August, 2016



(ZENIT – Madrid).- Jóvenes católicos españoles y de otros países europeos, pertenecientes al movimiento “Comunidad Abraham”, inician este jueves la misión evangelizadora “YouHope Gandia 2016” (Tú espera), en colaboración con las parroquias de la ciudad gandiense.
En la misión, que se desarrollará hasta el próximo 18 de agosto, “se combinan diferentes actividades deportivas y socio-culturales con la oración y la evangelización por las calles a través del “anuncio kerigmático con música, bailes y mimos se invita a la gente a entrar en la iglesia para tener ratos de espiritualidad, hablar con sacerdotes o confesarse”, según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes de la organización.
La iniciativa se desarrolla por tercer año consecutivo en la parroquia de San Nicolás de Bari, del Grao de Gandia, y, entre las actividades programadas este verano, destaca una peregrinación por el Año de la Misericordia desde la propia parroquia a la colegiata de Gandía, que es templo jubilar, y dos celebraciones de adoración eucarística en el Paseo Marítimo, han añadido.
La Comunidad Abraham, informa AVAN, fundada en Italia en 1989 y asentada en Valencia desde hace tres años, tiene como principal objetivo “llevar a los alejados de la Iglesia a Dios”. Durante todo el curso realizan diferentes iniciativas en la archidiócesis, entre ellas, la oración “una hora para Dios” que se celebra todos los miércoles en la iglesia de Santa Catalina de Valencia a las 19.15 horas y que se reanudará el 7 de septiembre. En este encuentro “se vive un tiempo de adoración eucarística acompañado por la oración de alabanza y escucha de la Palabra de Dios”.



Decálogo para saber envejecer
Posted by Catholic.net on 12 August, 2016



El verano y las vacaciones son, sin duda, una época propicia para rejuvenecer, para mostrar nuestra mejor silueta, para considerarnos más en forma.
Todo el mundo quiere ser joven y parecerlo. Incluso las personas de edad más avanzada. Quizás porque, como decía alguien, “nada nos hace envejecer con mayor rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos”. Por eso, lo mejor será pensar que aún somos jóvenes.
Como suele decir Manuel Alcántara, con su fino humor: “Y dentro de cien años, cuando todos seamos jóvenes…”. Pues, eso. Acaso lo más interesante, y además, gran verdad, sea pensar que “toda edad tiene sus propios frutos; hace falta saberlos recoger”. Para quien quiera conocer los secretos de “saber envejecer”, valga este decálogo fácil y sencillo.
1. “Cuidarás tu presentación cada día”. Arréglate como si fueras a una fiesta. ¡Qué más fiesta que la vida! Que al verte se alegren los ojos de los demás.
2. “No te encerrarás en tu casa ni en tu habitación”. Saldrás a la calle y al campo de paseo: “El agua estancada se pudre”.
3. “Amarás el ejercicio físico”. Un rato de gimnasia, una caminata razonable dentro o fuera de casa, por lo menos abrir la puerta, regar las rosas, contestar el teléfono.
4. “Evitarás actitudes y gestos de viejo derrumbado”. La cabeza gacha, la espalda encorvada, la mirada perdida, no favorecen nada. Que la gente diga un piropo cuando pasas: “¡Qué recto va el señor! ¡Qué guapa la señora!”.
5. “¡No hablarás de tu edad, ni te quejarás de tus achaques reales o imaginarios!”. Acabarás por creerte más viejo y más enfermo de lo que eres. A la gente no le gusta oír historias de hospital. Cuando te pregunten cómo estás, dirás que. ¡muy bien!
6. “Cultivarás el optimismo sobre todas las cosas”. Al mal tiempo, buena cara. Sé positivo y`de buen humor. La vejez no es cuestión de años sino un estado de ánimo. El corazón no envejece.
7. “Tratarás de ser útil a los demás”. Ayuda con una sonrisa, un consejo, un servicio. No te coloques el cartel de “inservible”.
8. “Trabajarás con tus manos y con tu mente”. Haz lo que puedas. El trabajo es la terapia infalible.
9. “Mantendrás vivas y cordiales las relaciones humanas”. Desde luego, las que se anudan en el hogar, integrándote a todos los miembros de tu familia.
10. “No pensarás que todo el tiempo pasado fue mejor”. Deja de estar condenando tu mundo y maldiciendo tu momento.
Fáciles consejos que todos podemos poner en práctica. Nos irá fenomenal.
Comentarios al autor: cordoba.sanlorenzo@diocesisdecordoba.com


San Juan Berchmans – 13 de agosto
Posted by Isabel Orellana Vilches on 12 August, 2016



(ZENIT – Madrid).- Es uno de los tres grandes santos jóvenes que florecieron en la Compañía de Jesús, junto a Luís Gonzaga y Estanislao de Kostka. Vino al mundo en Diest, Bélgica, el 13 de marzo de 1599. Juan, su padre, era un honrado zapatero y curtidor de pieles, propietario del taller «La luna grande». Su madre Isabel procedía de una influyente familia; era hija de un regidor y burgomaestre de la ciudad. Ambos se impusieron a la diferencia de clases y crearon un hogar bendecido con cinco vástagos; tres ofrendaron su vida a Dios. El primogénito Juan mostró precoces rasgos de piedad y una excelsa devoción a la Inmaculada. Quizá una misteriosa intuición acerca de la brevedad de su vida infundió en él este sentimiento: «Si no llego a santo mientras soy joven nunca llegaré a serlo». Acudía a misa al alborear el día ayudando al oficiante en cuantas celebraciones hubiera. Y si al regresar del colegio hallaba la puerta de su casa cerrada, aprovechaba para ir a rezar ante la Virgen. Su inocencia y candor le granjearon la simpatía de quienes le conocían. Valoraban su entrega y la diligencia que mostraba a sus 10 años de edad asistiendo a su madre paralítica tras una enfermedad. Sabían que hacía malabarismos para seguir sus estudios.
El padre Emmerich, canónigo premonstratense de la abadía de Tongerloo, le proporcionó una formación básica, y despertó en su corazón el anhelo de ser sacerdote. Feliz al poder vestir el traje talar, como usualmente hacían los pupilos de un eclesiástico, acrecentó su piedad y su oración. En la biblioteca devoraba la Biblia y las biografías de los santos. A los 14 años, su padre, cercado por graves problemas económicos, le propuso seguir su oficio, lo que suponía relegar por completo su preparación. Juan expuso su ideal con tal convicción, que logró vencer la disconformidad de su progenitor. Con la ayuda de dos tías religiosas beguinas entró al servicio del canónigo padre Froymont en Malinas. Era el primer paso para obtener una beca; con su trabajo podría costeársela. La estancia junto al sacerdote no fue sencilla, aunque Juan tenía cualidades naturales para hacer las delicias de los que convivían a su lado. Dos de los tres niños que le asignaron para que les tutelase ingresaron a su tiempo en la Compañía de Jesús. La Orden se había instalado en Malinas en 1611 y tres años más tarde inauguró un colegio. Juan ingresó en él para disgusto de Froymont, que acogió esta decisión con desagrado. También su padre, que había pensado en su brillante futuro, se resistió; no tenía intención de costear sus estudios.
En el colegio se afilió a la Congregación Mariana. Tras la lectura de la vida de Luís Gonzaga tuvo claro que quería ser jesuita. Además, le impactaba la posición de los religiosos ante la reforma luterana, tenía noticia de las cartas de Francisco Javier y de las gestas de los mártires ingleses. Envío a sus progenitores cartas verdaderamente edificantes, maduras y radicales defendiendo su vocación: «Me causa maravilla, en verdad que vosotros, que deberíais alabar al Señor […] me exhortéis a no escuchar a Dios Nuestro Señor y a diferir cinco o seis meses la ejecución de mi designio […]. He resuelto en mi corazón hallarme, dentro de catorce días entre mis hermanos, en la Santa Religión […] ‘Os saludo y adiós’, lo mismo que vosotros a mí, cuando entreguéis a este vuestro hijo al Señor Dios, quien me dio a vosotros». Su padre no claudicaba. Apoyaron a Juan el arzobispo y el padre Froymont. La última palabra del Sr. Berchmans fue que aceptaba, pero mantuvo su negativa a correr con los gastos. La réplica del joven, una parecida a la del Poverello, fue que estaba dispuesto a despojarse de todas sus prendas, si era preciso, para cumplir su más ferviente anhelo.
En el noviciado que comenzó en 1616, marcado en su inicio por la prematura muerte de su madre, constataron su caridad, fidelidad y amor a la oración. Todo lo ejercitada con la persistente urgencia que guiaba su acontecer: «Quiero ser santo sin espera alguna. Seré fiel en las cosas pequeñas. Haré‚ cada cosa como si fuera la última de mi vida». Juan influyó en su padre, que a la muerte de su esposa se ordenó sacerdote y fue canónigo de Diest. Murió un día antes de que él emitiera sus votos, un hecho que le produjo gran consternación y contrariedad, ya que nadie le dio noticias del óbito; lo conoció porque le escribió para fijar la cita de despedida antes de partir a Roma en 1618. Llegó a la ciudad después de recorrer a pie 1.500 km., junto a su compañero Penneman. En el Colegio Romano su piedad y consciencia de la presencia de Dios, que le ayudaba a sobrenaturalizar las cosas, fue de alta y continua edificación para todos. Así lo atestiguaron sus formadores, el padre Piccolomini y el padre Massucci, quien decía que después de san Luís Gonzaga, al que trató, no había conocido a «un joven de vida más ejemplar, de conciencia más pura y de más alta perfección que a Juan».
Aprovechaba cualquier ocasión para santificarse. Superaba los pequeños escollos de la convivencia con paciencia y ternura, aunque humildemente reconocía cuánto le costaba: «Mi mayor penitencia, la vida común». Alegre, bondadoso, brillante desde el punto de vista intelectual, inocente, casto, servicial, con cualidades artísticas reconocidas para el teatro, fue como un ángel para la comunidad. Le guiaba su devoción por la Eucaristía y por María: «Si yo amo a María, estoy seguro de mi salvación y de mi perseverancia. También puedo obtener de Dios todo lo que deseo y soy casi omnipotente. No descansaré hasta haber conseguido un amor tierno hacia mi Madre». Murió tras una breve e inesperada afección pulmonar, influido por la canícula romana que le afectó gravemente, el 13 de agosto de 1621. Su confesión final fue: «no haber quebrantado nunca, en mi vida religiosa, regla alguna ni orden de mis superiores, a sabiendas, y advertidamente, y el no haber cometido nunca un pecado venial». Pío IX lo beatificó el 28 de mayo de 1865. León XIII lo canonizó el 15 de enero de 1888.