Servicio diario - 26 de mayo de 2017


El Papa a las monjas de Don Orione: “Sean misioneras libres que vive sin nada de propio”
Redacción

El Papa en Santa Marta: el lugar del cristiano es el mundo, para predicar a Jesús
Redacción

Fiesta Nacional Argentina en Roma: homilía del cardenal Leonardo Sandri – Texto completo –
Redacción

Asamblea en Roma de las Obras Misionales Pontificias
Redacción

Construyendo un cielo – la Ascensión del Señor
Enrique Díaz Díaz

San Agustín de Canterbury – 27 de mayo
Isabel Orellana Vilches

Renovación carismática festeja sus 50 años. El Papa presidirá la vigilia y una misa
Redacción

Programa del papa Francisco a Génova – Sábado 27 de mayo de 2017
Redacción


 

26 mayo 2017
Redacción

El Papa a las monjas de Don Orione: “Sean misioneras libres que vive sin nada de propio”

Audiencia a las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 26 May. 2017).- El santo padre Francisco concedió este viernes por la mañana en el Vaticano, una audiencia a las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, instituto religioso fundado por san Luis Orione, que está realizando en Roma su Capítulo General.

El tema del capítulo de este año que se realiza del 1º al 30 de mayo es: “Donarse todas a Dios para darnos todas al prójimo: discípulas misioneras, testigos alegres de la caridad en las periferias del mundo”.

“En nombre de la Iglesia, de los tantos pobres, en modo especial mujeres y niños, y de los tantos enfermos físicos y písquicos que asisten les agradezco por su labor apostólica en las diversas actividades de pastoral juvenil, en las escuelas, en las casas para ancianos, en los pequeños ‘Cottolengos’, en las catequesis y en los oratorios, con las nuevas pobrezas y en todos aquellos lugares en los cuales las ha puesto la Divina Providencia” les dijo.

“Se llaman y son por vocación –añadió el Papa– ‘misioneras’, es decir, evangelizadoras y, al mismo tiempo, están al servicio de los pobres. Hermanas, sean misioneras sin fronteras. A todos, especialmente a los pobres en los cuales están llamadas a reconocer la carne de Cristo, llévenles la alegría del Evangelio que es Jesús mismo”.

“Muestren a todos la belleza del amor de Dios que se manifiesta en el rostro misericordioso de Cristo. Con esta belleza, llenen el corazón de todas las personas que encuentren”. Les invitó por ello a “cultivar la comunión con el Señor”, en la oración y en la comunión”, porque “en la Iglesia la misión nace del encuentro con Cristo”.

Para el misionero, aseguró el Papa, “no vale el cómodo criterio de ‘se hizo siempre así’. No vale. Piensen nuevamente a los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos de la misión”. Estamos viviendo un tiempo en el cual es necesario tener “la mirada de Jesús, que es la mirada del Buen Pastor”.

Les indicó que al misionero “le es pedido también ser una persona libre que vive sin nada de propio”. Y añadió: “No me canso de repetir que la comodidad, la acidez y la mundanidad son fuerzas que le impiden al misionero ‘salir’, ‘partir’, ponerse en camino y, en definitiva, compartir el don del Evangelio”.

El Misionero “no puede ponerse en camino con el corazón lleno de cosas (comodidad), con el corazón vacío (acidez), o buscando cosas fuera de la gloria de Dios (mundanidad)”. En cambio debe estar libre de todo este lastre y cadenas, viviendo solo para el Señor, en un camino constante de conversión personal y trabaja sin tregua para la conversión pastoral. O sea, “una persona habitada por el Espíritu Santo”. Que sea “el viento que empuja hacia los lugares más impensables para anunciar el Evangelio”.

“Déjense provocar –exhortó Francisco– por el grito de ayuda de tantas situaciones de dolor y de sufrimiento. Como profetas de la misericordia, anuncien el perdón y el abrazo del Padre, fuente de alegría, de serenidad y de paz. Junto a los demás institutos fundados por el Padre Orione, formen una familia. Las animo a recorrer caminos de colaboración entre todos los componentes de esta rica familia carismática. Nadie en la Iglesia camina ‘solitario’. Cultiven entre ustedes el espíritu del encuentro y el espíritu de familia y de cooperación”.

Y concluyó proponiendo “como ejemplo para vuestra misión y servicio a los pobres, la imagen de la Visitación”. Para que “anuncien a los hombres y mujeres de hoy que Dios es amor y puede colmar de significado el corazón de quien le busca y se deja encontrar por él”.

 

26/05/2017-09:48
Redacción

El Papa en Santa Marta: el lugar del cristiano es el mundo, para predicar a Jesús

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 26 May. 2017).- En lugar del cristiano es el mundo y allí anunciar a Jesús. Entretanto su mirada está puesta en el cielo, para estar unidos a él.
Esta fue la idea central del papa Francisco en su homilía realizada este viernes en la residencia Santa Marta del Vaticano.
El Santo Padre parte de la memoria y señala que el primer encuentro de los apóstoles con Jesús fue en Galilea. “Cada uno de nosotros tiene su Galilea”, aseguró el pontífice, dónde lo hemos conocido, y es necesario la memoria de este momento que “en los momentos de prueba me da certeza”.
Un segundo punto es la oración. Y que Jesús ya en el cielo, está “conectado con nosotros para interceder”. Y “hace ver al Padre sus llagas, el precio que pagó por nosotros y por nuestra salvación”.
Y después el Papa señala otro punto: “Jesús Antes de irse, lo hemos escuchado ayer en el evangelio de la Ascención, dice a los discípunos: ‘Vayan al mundo y hagan discípulos’. Vayan, el lugar del cristiano es el mundo, para anunciar la Palabra de Jesús, para decir que hemos sido salvado, que él vino para darnos la gracia, para llevarnos con él delante del Padre”.
Así, “la topografía del espíritu cristiano” son la oración y la misión, y las tres palabras para nuestro camino: Galilea, cielo y mundo.
Pidiendo siempre “la gracia de la memoria: “Que no me olvide del momento en que me has elegido, que no me olvide de los momentos en que nos hemos encontrado”. Además “mirar hacia el cielo, porque él está para interceder”. E ir en misión, o sea en nuestra vida “dar testimonio del Evangelio”, porque no sirve decir como Jesús si “vivo como un pagano”.
“Haciendo memoria, con la oración y en misión, la vida cristiana es hermosa y alegre”, asegura el Papa.

 

26/05/2017-13:31
Redacción

Fiesta Nacional Argentina en Roma: homilía del cardenal Leonardo Sandri – Texto completo –

(ZENIT – Roma, 26 May. 2017).- Con una misa en la Iglesia Nacional Argentina, y un acto ante la estatua equestre del general José de San Martín, fue celebrado en Roma el aniversario patrio de Argentina, con la presencia de los tres embajadores de Argentina: ante Italia, Tomás Ferrari; ante la Santa Sede, Roger Pfirter, y ante la FAO, Claudio Rozencwaig,

Proponemos a continuación el texto completo de la homilia del cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, pronunciado con motivo de la misa en la Fiesta Nacional Argentina.

Reverendo Señor Rector de la Iglesia Nacional Argentina,
Excmo Señor Rogelio Pfirter, Embajador de la República Argentina ante la Santa Sede,
Excmo Señor Tomás Ferrari, Embajador de la República Argentina ante la República
Italiana,
Excmo Señor Embajador ante la FAO y Organismos Internacionales,
Excma Señora Cónsul General de Argentina en Roma,
Excmos Embajadores y Distinguidos Diplomáticos,
Hermanas y Hermanos en el Señor:
La Palabra de Dios que acabamos de escuchar nos ubica en el contexto del tiempo litúrgico que la Iglesia católica está celebrando: Es la Pascua del Señor y el tiempo de espera del Espíritu Santo prometido, Espíritu de consuelo y de paz. Jesucristo ha resucitado y, como se acostumbra en Oriente, al saludo de Pascua: “Cristo ha resucitado”, se responde: “Si, verdaderamente ha resucitado!” Es la expresión de una certeza de fe, repetida mil veces, que ha dado vida a la naciente Iglesia apostólica.
Y esta certeza es la que lleva a Pablo a predicar el Evangelio sin miedo ni temor, saliendo al encuentro de los paganos para anunciar a Jesucristo Resucitado. Este el “clima” pascual que cambió el rumbo de la historia... “Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me volverán a ver”... “ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo en cambio se alegrará. Ustedes están tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo”.
Los discípulos han visto a Cristo Resucitado, lo han tocado, le han hablado, se han colmado de paz y de alegría. El cristiano, el discípulo sabe que la realidad de un mundo que aparentemente se aleja de Dios, o que da pie a la persecución y a la incomprensión respecto de la Iglesia, es transitoria. Lo definitivo, lo eterno es el gozo de haber encontrado a Jesús Resucitado, es la certeza de no perderlo nunca más. Cristo Resucitado y viviente es el que da sentido último a la historia y a nuestra vida.
A veces subrayamos la oscuridad y las tinieblas del presente, la indiferencia y la pérdida de la fe. Otras veces vemos signos de renovación y crecimiento de los valores espirituales o de una vuelta a la fe en nuestro tiempo. Lo cierto es que hay momentos en los que se siente viva la presencia de Dios y, otros, en los que se lamenta su silencio. Sin embargo Cristo Resucitado estará siempre con nosotros y nos guiará gracias al Espíritu Santo que nos has enviado.
Por eso en los momentos oscuros de nuestra vida y de nuestra patria, en los momentos de dificultad y de tristeza, de desorientación personal y social, de pérdida de los valores cristianos, nuestra actitud no tiene que ser como la de los discípulos que pensaron que Jesús se había ido y que los había abandonado. Al contrario nuestra fe cristiana nos impulsa a trabajar por nuestra patria con entusiasmo y participación, con respeto y diálogo con todos, con espíritu constructivo y con una fundamental sensibilidad para con los más necesitados.
El recuerdo de nuestra patria es hoy más vivo y cariñoso: como siempre rezamos por ella, por sus autoridades, por todas sus componentes sociales y políticas. Nuestra confianza en Dios es hoy más fuerte que nunca y la certeza de nuestra fe pascual nos animará a construir día tras día la patria que soñaron nuestros próceres y que nosotros queremos ver hecha realidad para bien de nuestro pueblo.
Nuestra acción de gracias, expresada con esta celebración eucaristica, es profunda y sincera. Cuánto ha recibido de Dios nuestra Argentina desde el primer grito de libertad de 1810! Generosamente Dios nos ha acompañado como un Padre pone sobre sus hombros a sus hijos e hijas. Gracias Señor!
Hoy ponemos a los pies de nuestra Patrona, Nuestra Señora de Luján, todo lo que anhelarnos para nuestro país: paz, serenidad, justicia, libertad y respeto de la ley, para poder convivir como hermanos reconciliados y solidarios en la construcción de un futuro de esperanza para nuestros conciudadanos.
Santa María de Luján bendice a nuestra patria y haz que vivamos siempre el amor que nos trajo tu Hijo Jesús. Amén.

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26/05/2017-16:41
Redacción

Asamblea en Roma de las Obras Misionales Pontificias

(ZENIT – Roma).- Los trabajos de la Asamblea General Anual de las Obras Misionales Pontificias (OMP), se abren el próximo lunes 29 de mayo en la Casa de Ejercicios de los Salesianos, en Roma y concluirán el sábado, 3 de junio con una audiencia del santo padre Francisco.
Los directores nacionales de las OMP provenientes de todos los continentes, junto al Presidente y a los Secretarios generales de las cuatro Obras Misionales, se reúnen para su cita anual que prevé “jornadas pastorales” (29 y 30 de mayo) sobre el tema “La misión en el corazón de la fe cristiana” y la sesión ordinaria de la asamblea (del 31 de mayo al 3 de junio).
Lo indica la Agencia Fides, precisando que tras la ponencia del Arzobispo Rugambwa y el dominico Juan Antonio Barreda, OP. se presentará una conferencia sobre el tema “La misión, corazón de la iglesia, a la luz de la Evagelii Gaudium”. Por la tarde habrá un debate y profundización sobre la conferencia, y luego la ponencia del cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
El día 30 de mayo estará dedicado al tema del “common brand” con los informes, el trabajo individual y de grupo, los debates y las propuestas. El miércoles, 31 de mayo se iniciará la Asamblea Ordinaria, con una sesión dedicada a las propuestas para el Octubre Misionero 2019, y el trabajo en grupo a nivel continental sobre la animación misionera 2018. Por la tarde, después de una sesión dedicada al Portal de las OMP, los participantes viajarán al Colegio de San Pedro Apóstol, que celebra el 70 aniversario de la fundación, para la misa presidida por el Card. Filoni.
El jueves, 1 de junio, los secretarios generales de las cuatro Obras Misionales Pontificias presentarán sus informes, la previsión del balance, las peticiones de subsidios para proyectos recibidas. Tomaran la palabra: el Secretario General de la Obra Pontificia de la Propagación de Fe, P. Ryszard Szmydki, OMI; el Secretario general de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, P. Fernando Domingues, MCCJ; la doctora J. Baptistine Ralamboarison, Secretaria general de la Obras Pontificia de la Infancia Misionera; el P. Fabrizio Meroni, PIME, Secretario general de la Pontificia Unión Misional, Director del CIAM y de FIDES.
A estos informes seguirán las intervenciones de los presentes, la discusión en aula y la aprobación de proyectos. El informe final lo realizará Mons. Carlo Soldateschi, Encargado de la Administración.
El programa del viernes 2 de junio prevé varios requisitos finales de la Asamblea y el discurso de clausura del Presidente de las OMP, Mons. Rugambwa. El sábado, 3 de junio, la audiencia con el Santo Padre Francisco dará por terminada la Asamblea.

 

26/05/2017-06:12
Enrique Díaz Díaz

Construyendo un cielo – la Ascensión del Señor

Hechos 1, 1-11: “Serán mis testigos... hasta en los rincones de la tierra”.
Salmo 46: “Dios asciende entre aclamaciones”.
Efesios 1, 17-23: “La esperanza a la que ustedes han sido llamados”
San Mateo 28, 19-20: “Vayan a todas las naciones”

México se ha caracterizado en los últimos tiempos por una tendencia escandalosa al suicidio, sobre todo de adolescentes y jóvenes. “No le encuentro sentido a mi vida. Todo me parece oscuro, difícil. ¿Para qué seguir viviendo esta vida estúpida? Todo se desmorona, todo se cae a pedazos”. Son, en resumen, las confesiones de un adolescente que me presentan unos agobiados padres. Varias veces ha intentado suicidarse de diferentes maneras y constantemente se hace daño cortándose en diferentes partes del cuerpo. Tiene miedo a vivir, tiene miedo a todo. Nada le entusiasma. ¿Cómo darle sentido a su vida?
La vida es difícil, muy difícil para muchas personas. Cuando hacemos un análisis serio de la realidad, con frecuencia terminamos agobiados por los graves problemas que se nos presentan: creciente narcotráfico, crímenes horrendos que nos hacen estremecer, profecías que auguran desabasto de alimentos, pérdida de valores, crecientes conflictos individuales y entre las naciones, y, lo más triste, sólo unos cuantos parecen estar contentos con esta situación y salir beneficiados. La mayoría de las personas se sienten cada vez más agobiados, más inseguros, sin perspectivas en su vida. Esto provoca más violencia y más tensión. Muchos se repiten esa pregunta: “¿Vale la pena seguir viviendo, seguir luchando?”. Hoy, al celebrar la Ascensión del Señor, tenemos una gran oportunidad de descubrir el verdadero sentido de nuestra vida, reflexionar sobre nuestra situación, examinar hacia dónde se dirigen nuestros pasos y llenarnos de esperanza.
Cristo se nos presenta triunfante y glorioso. Lleno de símbolos de victoria: la nube, las alturas, el ascender, pero todo esto después de haber asumido con valentía y generosidad la misión que Dios le había confiado. Sí, el Cristo que se ha encarnado, que ha asumido nuestro dolor y nuestra muerte, que comprende nuestro caminar, hoy es exaltado y elevado a los cielos. El libro de Los Hechos de los Apóstoles nos narra con un sentido de Pascua como Jesús es ha sido introducido en un ámbito de trascendencia y en el mundo de lo divino. Y en el Evangelio Jesús mismo asume que le ha sido dado todo poderío: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra”. Sí, el crucificado, el ignorado, el despreciado, ahora es reconocido como el Rey de cielo y tierra. No en el sentido del poderío humano que destruye y traga todo, que lo somete todo, sino en el sentido del Rey que da vida, que armoniza y que humaniza y al mismo tiempo diviniza. Los discípulos no lo entienden y preguntan si ahora sí va a restablecer la soberanía de Israel. ¡Qué lejos están todavía de entender el reinado de Jesús!
A nosotros también nosotros nos pasa: qué lejos estamos de comprender a Jesús. Equivocamos el camino, confundimos reino con poder, evangelio con conquista, paz con pasividad y sufrimiento con fracaso. El mismo Cristo que se encarnó, ahora nos muestra el camino del triunfo. Desde la nada hasta la plenitud de la vida. Nosotros queremos triunfar sin seguir el camino. Nos han presentado triunfos fáciles, inflables, aparentes y lo hemos creído. Después cuando creíamos haber llegado al final nos sorprendemos con las manos vacías, con el corazón destrozado, ¡qué desilusión! Cuando descubrimos que el placer no es el amor, que el poder no es la felicidad, que el tener no es esencia del hombre, nos quedamos sin nada y sin deseos de volver a intentarlo.
La Ascensión de Jesús despierta en nosotros la esperanza, nos lanza en búsqueda de las alturas y del cielo, pero fuertemente cimentados en este suelo, partiendo de nuestra realidad. No podemos vivir de angelismo. Cuando se quiere construir un cielo, se comienza con la tarea muy concreta y básica de poner los pies sobre la tierra. Cristo hoy nos manifiesta la belleza y grandiosidad de ese cielo y nos encomienda la misión de construirlo con nuestras propias fuerzas, con nuestros débiles recursos, pero contando con su presencia. Construir un cielo es posible. No ese cielo pasivo, angelical, donde no se hace nada, donde se tiene todo, donde se vive de recuerdos y de músicas. Sino ese cielo que es presencia plena del amor de Dios que a todos nos hace hermanos. Cristo no promete bienes inalcanzables, sino nos ordena compartir todo con todos, empezando por la gran noticia de su Evangelio. No promete abundancia para unos cuantos, sino pone las bases para una vida integral y plena para todos: un mismo Padre, un mismo Espíritu que habita en nosotros.
San Pablo, uno de sus más entusiastas seguidores, tuvo que caer y transformarse para comprender el verdadero mensaje de Jesús. Ahora, el apóstol incansable, nos anima y nos exhorta: “Le pido a Dios que les ilumine la mente para que comprendan cuál es la esperanza a la que han sido llamados y cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da a los que son suyos”. Toda una trayectoria y todo un proyecto de vida. Saber dónde estamos y saber a dónde vamos. No es podemos seguir vagando sin sentido. Cada persona tiene una misión hermosa, cada no de nosotros hemos sido llamados a participar de la rica herencia de Dios.
Contemplar la Ascensión de Jesús nos invita a poner los pies en la tierra pero mirando el cielo. No en vano se nos presenta la Ascensión con una cumbre, pues debemos subir a lo alto, pero poniendo atención al camino para no tropezar. Al caminar se pisa firme, se mira el suelo, pero no se puede perder de vista la meta trazada para no desviarse. ¡Ah! No olvidemos, Cristo promete: “y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. El significado de la nube, desde el antiguo testamento, es doble: por un lado significa la trascendencia, pero por otro significa fuertemente la presencia de Dios que camina con su pueblo. “Yo estoy contigo”, nunca caminamos solos. Siempre ha nuestro lado camina Jesús.
¿Qué sentido tiene nuestro diario caminar? ¿Somos los hombres y mujeres de la esperanza? ¿Nos comprometemos en la lucha por la justicia y la igualdad, al mismo tiempo que miramos más de lo terreno? ¿Construimos el cielo aquí en la tierra?
Señor Jesús, en este día de tu Ascensión, te pedimos que no permitas que nos esclavicemos mirando nuestras realidades pero que tampoco nos olvidemos de luchar por la justicia y la verdad ignorando tu Reino. Concédenos que con una sana esperanza construyamos tu Reino aquí en la tierra pero mirando siempre hacia el cielo donde Tú nos esperas. Amén.

 

26/05/2017-04:25
Isabel Orellana Vilches

San Agustín de Canterbury – 27 de mayo

(ZENIT – Madrid).- Nació en el siglo VI. Fue monje y prior del monasterio de San Andrés que había sido fundado por san Gregorio Magno en Roma. Este pontífice le envió a evangelizar la fecunda Inglaterra en la que tantos monasterios y santos habían florecido pese a las invasiones sufridas, como las de los sajones que indujo a muchos a la idolatría. Gran parte de los contemporáneos de Agustín, que eran ingleses, aún persistían en ella y el cristianismo estaba en trance de desaparecer. Sin embargo, hasta el Santo Padre habían llegado noticias del ferviente anhelo y disposición a abrazarse a la fe que mostraban numerosos anglosajones. Así que maduró en su oración el sueño de evangelizar y afianzar la Iglesia en ese país. Simplemente necesitaba obreros para atender tanta mies. Y dio un primer paso. Alentó la conversión de las gentes ordenando a su administrador en los territorios provenzales, el presbítero Cándido, que le proporcionara algunos esclavos oriundos de esas tierras con objeto de formarlos y enviarlos después a predicar entre sus compatriotas. Pero se dio cuenta de que era una labor lenta. Y un apóstol se caracteriza por la urgencia; no mide el tiempo por las agujas del reloj. Es la fe rompiendo toda barrera la que marca una ruta a seguir que jamás se detiene. Desde el punto de vista espiritual un segundo perdido es irreparable; no se puede volver a recuperar.
De modo que el año 596, el papa escogió a Agustín, conocido por su virtud y celo apostólico. Y éste, con treinta y nueve monjes, partió en la primavera de ese mismo año a Gran Bretaña. Al llegar a la Provenza hicieron un alto en el monasterio de Lérins. Allí constataron la dificultad que revestiría su misión. Los compañeros del santo se aterrorizaron ante los relatos trazados por los monjes que ilustraban los peligros que podrían hallar subrayando la crueldad del pueblo. Entonces Agustín se vio obligado a regresar a Roma para informar al papa del carácter belicoso de los sajones. Éste no dio marcha atrás y animó a todos a enfrentarse a las circunstancias con fe. Les entregó cartas de recomendación para prelados y reyes, designando abad a Agustín. El retorno lo hicieron por Autun, donde pasaron el invierno. Después recorrerían Orleáns y Tours, para embarcar después rumbo a Gran Bretaña desde Boulogne.
En la primavera del año 597 llegaron a la isla de Thanet, siendo recibidos personalmente por el rey Ethelberto. Entraban en ella portando la cruz y recitando procesionalmente las letanías. Conmovido el rey, pidió que le explicaran las verdades de la fe, les autorizó para predicar el evangelio y les condujo a una residencia en Canterbury, que fue origen de la conocida abadía. Siguiendo retazos de la historia, el primer encuentro entre ambos debió producirse en campo abierto, seguramente al abrigo de un corpulento roble, ya que el monarca tendría sus reservas pensando en algún maleficio obrado por Agustín. No tardó en percatarse de su error. El hombre que tenía ante sí era un dechado de sencillez, de prudencia y sabiduría. Le hablaba de un Dios amor tan poderoso que enseguida quedó seducido por Él. Fue constatando la autenticidad de todos los misioneros, la fortaleza que mostraban ante las dificultades, su entrega sin paliativos..., y se convirtió. Pidió ser bautizado ante el asombro de sus súbditos, a quienes dio plena libertad para seguir sus pasos. No usó su poder para ello. Hizo saber a Agustín su convicción de que debía respetar la creencia primitiva que había formado parte de su pueblo durante tanto tiempo. Pero las gentes cuando vieron que quien les gobernaba seguía la enseñanza del santo, quisieron secundarle. Miles de ellos fueron instruidos y se abrazaron también a la religión cristiana en las navidades del año 597. Ethelberto colaboraba con esta ingente obra apostólica y legó hasta su propio palacio que fue monasterio y sede del obispo.
En esa época, Agustín fue consagrado obispo en Francia. Entre tanto, comunicó al papa estos hechos a través de dos monjes que envió al efecto. Y san Gregorio respondió enviando nuevos colaboradores que portaron valiosos recursos para las gentes. Asimismo eran custodios del palio y el nombramiento de Agustín como arzobispo primado de Inglaterra. Llevaban indicaciones expresas del pontífice en las que, con gran prudencia, proporcionaba al nuevo primado paternales y lúcidos consejos. Respecto a los templos decía: «no conviene derribarlos, sino solamente los ídolos en ellos existentes». Y en cuanto a las tradiciones del pueblo advertía: «como hay costumbre de hacer sacrificios de bueyes a los demonios, es conveniente cambiarla en una fiesta cristiana. Así las fiestas de la Dedicación y de los Mártires podrían celebrarlas por medio de banquetes fraternales». Otras previsiones del papa concernientes a la organización jerárquica eclesial del país tuvieron que esperar.
La comunidad presidida por Agustín vivía bajo la regla benedictina. En ese momento era el único obispo que había para la Gran Bretaña sajona. Y mientras se progresaba en la evangelización, mantuvo diversas entrevistas con responsables de la iglesia bretona. No solo buscaba ayuda con nuevos misioneros, sino la conciliación entre los dos pueblos que estaban enfrentados. En el año 601 todavía no se había llegado a un acuerdo. La autoridad de Agustín no era reconocida por los bretones y tampoco estaban dispuestos a evangelizar a los anglosajones. Así que Agustín y sus compañeros se volcaron con más brío en la tarea apostólica.
En el 604 murió el papa y ese mismo año se establecía un segundo obispado en Rochester, y quedaban abiertas las puertas a un tercer obispado en Londres. Para ello Agustín contó con la ayuda incondicional de Ethelberto. Pero este nuevo despliegue acontecía cuando este gran apóstol de Inglaterra se hallaba al final de su vida. Murió el 26 de mayo del año 605 dejando en marcha esta magna obra que, aunque impulsada por el pontífice, fue materializada por él.

 

26/05/2017-16:12
Redacción

Renovación carismática festeja sus 50 años. El Papa presidirá la vigilia y una misa

(ZENIT – Roma, 26 May. 2017).- Renovación carismática festejará sus 50 años con una serie de celebraciones que iniciarán el 31 de mayo y concluirán el domingo 4 de junio con una misa en la basílica de San Pedro presidida por el papa Francisco, y una vigilia la noche del sábado en el Circo Máximo, también con la participación del Santo Padre.
El programa será presentado oficialmente este 30 de mayo en Roma, en la sala Marconi de la Radio Vaticano.
Intervienen en la presentación Michelle Moran, presidente del ICCRS (International Catholic Charismatic Renewal Services); Gilberto Gomes Barbosa, presidente de la Catholic Fraternity; Introduce, Salvatore Martinez, presidente nacional de Renovación en el Espíritu Santo (RnS) Modera, Luciano Castro, periodista de la oficina de prensa del Jubileo de oro del RCC.
Las celebraciones prevén otras tres misas, una en la basílica de Santa María la Mayor y otras dos en San Juan de Letrán. Además de una serie de talleres en alemán, español, francés, inglés, italiano y portugués, con la participación de diversos exponentes, entre los cuales el sacerdote capuchino, Raniero Cantalamessa.
Las diversas actividades se realizarán en varias iglesias de la Ciudad Eterna, entre ellas: San Pablo extramuros, Santa Anastasia, San Lorenzo extramuros, Trinitá dei Monti y María Auxiliadora.

 

26/05/2017-16:45
Redacción

Programa del papa Francisco a Génova – Sábado 27 de mayo de 2017

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El programa oficial de la Visita Pastoral del Papa Francisco a Génova (Italia) será este sábado 27 de mayo de 2017.ç
De acuerdo al programa que ha publicado la Oficina de prensa de la Santa Sede.
– 8:15 de la mañana, el Santo Padre llegará al aeropuerto de Génova. Será recibido por el Arzobispo de la Ciudad acompañado por las Autoridades civiles.
– 8:30 El Papa se trasladará a la fábrica siderúrgica “Ilva”, donde tendrá lugar el Encuentro con los representantes del Mundo del trabajo.
– 10.00 En la catedral de San Lorenzo de Génova, el Papa Francisco encontrará a los obispos, el clero, los seminaristas y religiosos de la Región Eclesiástica de Liguria y a los representantes de otras confesiones religiosas.
– 12:00 El Pontífice saludará a los Jóvenes de la misión diocesana de Génova en el Santuario de Nuestra Señora de la Guardia.
-13:00 El mismo Santuario, el Santo Padre almorzará con los pobres, los refugiados, los sin techo y los encarcelados.
– 15:15 Papa visitará el hospital pediátrico “Giannina Gaslini”, para saludar a los niños hospitalizados en este centro de salud.
– 17:00 El sucesor de Pedro presidirá la Santa Misa en la “Plaza Kennedy”, con todos los fieles allí congregados. Culminada la Celebración Eucarística, el Papa Francisco se despedirá del Arzobispo de Génova y de las Autoridades civiles en el aeropuerto de la ciudad y tomará un vuelo hacia Roma para regresar al Vaticano.