Servicio diario - 22 de marzo de 2018


 

El Sacramento de la Penitencia es "recibir el abrazo de amor del Señor"
Rosa Die Alcolea

Reunión pre-sinodal: 4 jóvenes valoran la oportunidad de participar
Rosa Die Alcolea

Día Mundial del Agua: "Defender el agua es defender la vida", tweet del Papa
Rosa Die Alcolea

JMJ Panamá: Abiertas las inscripciones para los voluntarios
Redacción

Tribunal Eclesiástico: Francisco nombra a 3 nuevos jueces
Redacción

Secretaría de Estado: El Papa nombra Jefe de Protocolo a Mons. Joseph Murphy
Redacción

BIOGRAFÍA: Arzobispo Adolfo A. Suárez Rivera — 10 años de su muerte (I)
Redacción

San José Oriol, 23 de marzo
Isabel Orellana Vilches


 

 

22/03/2018-18:15
Rosa Die Alcolea

El Sacramento de la Penitencia es "recibir el abrazo de amor del Señor"

(ZENIT — 22 marzo 2018).- El Papa Francisco recordó la fidelidad de Dios y dijo que acercarse al Sacramento de la Penitencia "no es como ir a la tintorería, sino recibir el abrazo de amor del Señor".

El Papa recordó en la Misa celebrada en la capilla de Santa Marta, este jueves 22 de marzo, ante la inminente Semana Santa, que la Iglesia invita a reflexionar sobre el amor fiel de Dios a la vez que el Señor "siempre se ha acordado de su alianza", como dice el Salmo responsorial y la Primera Lectura — tomada del Libro del Génesis — que recorre el episodio de la alianza de Dios con Abraham, señala 'Vatican News'.

"El Señor es fiel, no se olvida de nosotros", ha asegurado el Santo Padre. "Jamás —ha explicado— No puede, es fiel a su alianza. Esto nos da seguridad. De nosotros podemos decir: 'Pero, mi vida es tan mala... Me encuentro en esta dificultad, soy un pecador, una pecadora...'. Él no se olvida de ti, porque tiene este amor visceral, y es padre y madre".

Se trata de una fidelidad "que lleva a la alegría", ha matizado el Santo Padre. Y añadió que al igual que para Abraham, nuestra alegría es exultar en la esperanza porque "cada uno de nosotros sabe que no es fiel", pero Dios sí lo es, reafirmó el Santo Padre.

Así, Francisco invitó a pensar en la experiencia del Buen Ladrón: "Dios fiel no puede renegar de sí mismo, no puede renegar de nosotros, no puede renegar su amor, no puede renegar a su pueblo, no puede renegar porque nos ama".

"Ésta es la fidelidad de Dios —ha señalado el Papa— Cuando nosotros nos acercamos al Sacramento de la Penitencia, pero por favor: no pensemos que vamos a la tintorería a quitar la suciedad. No. Vamos a recibir el abrazo de amor de este Dios fiel, que nos espera siempre. Siempre".

 

 

22/03/2018-12:52
Rosa Die Alcolea

Reunión pre-sinodal: 4 jóvenes valoran la oportunidad de participar

(ZENIT — 22 marzo 2018).- El Papa Francisco lo ha dejado claro: Quiere "escuchar a los jóvenes". Este es el verdadero objetivo de la reunión pre-sinodal que se celebra estos días en Roma, con la participación de 300 jóvenes en Roma, y 14.000 que han enviado preguntas y sugerencias desde las redes sociales.

La reunión pre-sinodal es un encuentro previo al Sínodo de los Obispos sobre tos jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional" que se celebrará del 3 al 28 de octubre de 2018, en Roma.

300 jóvenes católicos y de otras religiones, de los 5 continentes, trabajan en la reunión pre-sinodal, en el Colegio Pontificio Internacional María Mater Ecclesiae, que comenzó el pasado lunes, 19 de marzo (jornada que contó con la participación del Papa Francisco), y se desarrollará hasta el sábado, 24 de marzo de 2018.

 

"Escucharnos directamente"

Los jóvenes son los protagonistas en este encuentro pre-sinodal: "Jóvenes de todo el mundo, jóvenes católicos y jóvenes no católicos, jóvenes cristianos y de otras religiones, y jóvenes que no saben si creen o no creen, todos, para escucharlos, para escucharnos directamente, porque es importante que ustedes hablen, que no se dejen callar" (Palabras de Francisco, el 17 de enero de 2018, a jóvenes en el Santuario Nacional de Maipú, a las afueras de Santiago de Chile).

"Los chicos trabajan divididos por grupos lingüísticos, se han tomado muy en serio su trabajo, y su participación", asegura el padre Isidro Ramírez, colaborador de ZENIT, residente en Roma.

Además, también han participado otros jóvenes a través de las redes sociales, enviando preguntas, que los jóvenes en Roma seleccionaban y agrupaban para trabajar con ellas. "Son 14.000 personas las que personas que están participando en esta reunión pre-sinodal a través de las redes sociales", indica el P. Isidro Ramírez.

 

Testimonios

El padre Isidro, colaborador en el programa radiofónico 'Causa y efecto' en EXA 95.5 (México), entrevistó a 4 jóvenes que participan en la reunión pre-sinodal, dos chicos españoles y dos mexicanos.

P. Isidro Ramírez pregunta a los chicos por su experiencia de trabajo en este encuentro, y en concreto, que es lo que más les ha gustado de extraordinario, si esperaban o no al Papa Francisco en la jornada de inauguración, el pasado lunes, 19 de marzo, y qué es lo que les ha "llegado" de sus palabras.

Javier, procedente de Barcelona, España, atestiguó que es "impresionante lo que transmite su mirada y sus palabras" y se queda con sus palabras sobre "que tenemos que ser jóvenes profetas". Ha concluido con esperanza: "Creo que estamos preparados para conseguir esto".

 

Cambiar los rumbos

Por otro lado, Miguel de Guadalajara, México, se declara "muy contento" porque "estamos aquí jóvenes reunidos que queremos en cierta manera cambiar los rumbos de la situación, cambiar los rumbos de nuestro país, queremos ver otras realidades y por eso estamos aquí, hacerles ver a nuestros obispos...".

Sin embargo, a Corina, también proveniente de Guadalajara, lo que le emociona es poder participar en este evento "que es histórico —asegura—, que es único, no ha sucedido en la historia de la iglesia, y mucho menos que los jóvenes estén participando de esta manera tan activa".

 

Necesidad de hablar

"Los jóvenes tenemos esa necesidad de hablar" ha dicho la joven mexicana, "y a pesar de nuestras imprudencias -como lo decía el Papa en la plática- de exponernos con esta energía con esta fuerza para poder hacer un cambio verdadero de bondad; cuando al joven le das una oportunidad el joven va a darlo todo para entregarse".

Javier Medina, de Valencia, España, destaca lo que "están viviendo" con esta experiencia, más que lo que están "reflexionando", explica. "¡Esto es una pasada! Es una muestra real y vital de que es posible vivir en comunión con todos los países y centrándonos sobre todo en lo que nos une y no en lo que nos diferencia".

Al final de la entrevista, el padre Isidro L.C., ha felicitado a los jóvenes por su trabajo y su concentración estos días: "Me impresiona como han estado metidísimos... trabajando, entregándose, dando el todo, gracias de verdad por tomarse en serio esta oportunidad".

 

 

22/03/2018-18:01
Rosa Die Alcolea

Día Mundial del Agua: "Defender el agua es defender la vida", tweet del Papa

(ZENIT — 22 marzo 2018).- "Defender la tierra, defender el agua, es defender la vida": ha escrito hoy el Papa Francisco en Twitter, en su cuenta oficial en español @Pontifex es.

El Papa Francisco reafirma la importancia de "ahorrar agua" el jueves, 22 de marzo de 2018, en el Día Mundial del Agua sobre el tema "Agua: la respuesta está en la naturaleza".

En el primer capítulo de su carta encíclica Laudato Si `, el Papa Francisco habló de "agua pura y limpia" como "una cuestión de primordial importancia porque es indispensable para la vida humana, así como para apoyar ecosistemas terrestres y acuáticos".

"El acceso al agua limpia y segura —indica el Pontífice— es un derecho humano que es primordial, fundamental y universal, porque determina la supervivencia de las personas y, por lo tanto, es una condición para el ejercicio de los demás". derechos humanos. Este mundo tiene una deuda social seria con los pobres que no tienen acceso al agua potable, porque les niega el derecho a la vida, enraizada en su dignidad inalienable".

Con Marina Droujinina

 

 

22/03/2018-17:40
Redacción

JMJ Panamá: Abiertas las inscripciones para los voluntarios

(ZENIT — 22 marzo 2018).- Ayer, miércoles 21 de marzo de 2018, se abrieron las inscripciones para integrar el cuerpo de voluntarios que hará posible la Jornada Mundial de la Juventud —Panamá 2019.

Se instalarán unos 400 puestos de información en la ciudad capital y a lo largo de la carrera Interamericana para orientar a peregrinos, y se necesitan voluntarios para servir en ellos, informa la página web oficial de la JMJ: panama.2019.pa

El voluntariado está orientado para ejecutar 95 tareas antes y durante la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá 2019.

Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá y presidente del Comité Organizador Local de la JMJ, dijo que "los voluntarios son el alma de la Jornada Mundial de la Juventud; ellos aportan su talento y su tiempo, además de un testimonio solidario que hace de los jóvenes el activo más importante en el mundo de hoy".

"En un mundo donde el egoísmo y la egolatría atentan contra el Amor y quieren paralizarlo, la figura del voluntario se yergue como un gran antídoto esperanzador añadió el Arzobispo, quien al invitar a los jóvenes del mundo para que se inscriban como voluntarios, recordó la exhortación del Papa Francisco durante la pasada JMJ de Río: [el voluntariado] "es el servicio más bonito que podemos realizar como discípulos misioneros: Preparar el camino para que todos puedan conocer, encontrar y amar al Señor".

 

"Respuesta a un llamado"

"Todos los paquetes de voluntarios incluyen transporte, seguro médico y kit", explicó por su parte Kabhir Pacheco, quien antes de asumir su puesto como Director de Voluntariado, fue él mismo voluntario en las Jornadas de la Juventud en Río de Janeiro y Cracovia.

El joven Pacheco, antes de detallar los paquetes de servicios que ofrecerá el Comité Organizador Local a sus voluntarios explicó que "el voluntariado surge como respuesta a un llamado que nos hace el Señor para servir a los demás, dejándolo todo para que otros estén bien".

 

Paquete V1

Según el director de Voluntarios, el paquete V1 cubrirá a partir del lunes 14 hasta el lunes 28 de enero de 2019. Esta versión está orientada a Voluntarios Internacionales de Corta Estancia y Voluntarios Diocesanos de las Provincias, incluyendo los voluntarios de Costa Rica y Nicaragua, quienes deben estar en Panamá una semana antes del inicio de la JMJ, ya que reciben una capacitación y en algunos casos inicia su servicio como voluntarios días previos al evento.

 

Paquete V2

El Paquete V2 ofrece cobertura por un periodo de seis días, desde el lunes 21 al domingo 27 de Enero del 2019. Según explicó Pachecho, esta versión está orientada a Voluntarios Locales, es decir, aquellos que residen en Panamá y/o tiene asegurado su alojamiento en Panamá. Una tercera versión, el paquete V3, cubre también por seis días, desde el lunes 21 al domingo 27 de enero del 2019, pero está orientado a Voluntarios Locales que residen en Panamá y/o tienen asegurado su alojamiento y alimentación.

Víctor Chang, Secretario Ejecutivo del Comité Organizador Local de la JMJ -Panamá 2019- brindó orientaciones sobre el aporte que harán los voluntarios, tanto en su contribución económica como con su trabajo y dedicación. "Más que un pago; hay que entender que se trata de una contribución muy valiosa, no solo para el evento, sino para la construcción de la paz, que es la razón de ser de este acontecimiento mundial", indicó Chang. Y agregó: "De esta manera, todos en la organización contribuimos al bienestar integral del voluntario", señaló el Secretario Ejecutivo de la JMJ.

Se necesitan manos "tanto en esta etapa preparatoria en la que estamos, como en los días del evento, lo que incluye repartir agua, orientar a los peregrinos en su propio idioma o en inglés, y hasta en funciones más técnicas como en los asuntos logísticos".

Chang explicó que las funciones se asignarán de acuerdo a la información del perfil que el propio interesado ingresará en su formulario de inscripción, y de acuerdo a sus conocimientos y experiencias. Se han categorizado 95 funciones en dos grupos: masivas y no masivas.

 

Tareas

En el primero hay 19 tareas que van desde guías de turismo, rescatistas, servidor litúrgico, servidor de limpieza, agente de puntos de información, etc. Para estos puntos de información que serán instalados desde Paso Canoas hasta la ciudad capital, se requiere la colaboración de voluntarios en los cinco idiomas oficiales de la jornada, o al menos inglés y español.

Mientras que las otras funciones abarcan trabajos como diseño gráfico, cobros, atención telefónica, captador de datos, electricistas, plomeros, atención a obispos y cardenales, médicos, paramédicos, presentadores, músicos, etc.

Una vez seleccionados y en funciones durante la JMJ, los voluntarios recibirán su credencial, camisetas de labor y demás artículos que vendrán en el Kit, pero además tendrán la oportunidad de asistir al encuentro de voluntarios con el Papa Francisco, que se hace al final de la Jornada antes que el Santo Padre vuelta a Roma. Para ser voluntario de la JMJ Panamá 2019, solo debe tener más de 15 años de edad, pero lo importante es tener el espíritu de servicio para cumplir con la asignación encomendada. Para inscripciones: www.panamá2019.pa — módulo de voluntarios.

 

 

22/03/2018-16:10
Redacción

Tribunal Eclesiástico: Francisco nombra a 3 nuevos jueces

(ZENIT — 22 marzo 2018).- El Papa Francisco ha nombrado jueces del Tribunal Eclesiástico del Vicariato de la Ciudad del Vaticano al sacerdote Héctor Franceschi, al padre Bruno Esposito, y al padre Robert Le?ohupski.

La Oficina de Prensa del Vaticano ha publicado un comunicado este jueves, 22 de marzo de 2018, informando sobre estos nombramientos.

El sacerdote Héctor Franceschi es catedrático de Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz y juez externo en el Tribunal de primera instancia en el Vicariato de Roma.

El padre Bruno Esposito, dominico, es catedrático de Derecho Canónico en la

Universidad Pontificia Santo Tomás y referendario del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica.

El padre Robert Le?ohupski, franciscano de la Orden de los Hermanos Menores, es Oficial de la Penitenciaría Apostólica.

 

 

22/03/2018-15:58
Redacción

Secretaría de Estado: El Papa nombra Jefe de Protocolo a Mons. Joseph Murphy

(ZENIT — 22 marzo 2018).- El Santo Padre ha nombrado Jefe de Protocolo de la Secretaría de Estado al Reverendo Mons. Joseph Murphy, Oficial de dicha Secretaría de Estado.

Nació en Cork (Irlanda) el 16 de agosto de 1968. Fue ordenado sacerdote el 11 de julio de 1993.

Fue incardinado en Cloyne, es licenciado en Teología e inició el servicio administrativo en la Sección de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado el 1 de octubre de 1997.

Fue transferido a la Sección de Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado el 15 de septiembre de 2006, y nombrado Asistente espiritual de la Associazione Santi Pietro e Paolo el 15 de enero de 2008.

Sabe irlandés, inglés, francés e italiano.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

22/03/2018-17:16
Redacción

BIOGRAFÍA: Arzobispo Adolfo A. Suárez Rivera — 10 años de su muerte (I)

(ZENIT — 22 marzo 2018).- Han pasado diez años desde que don Adolfo Antonio Suárez Rivera fue llamado a la casa del Padre y quince años desde que dejó de ser el pastor de la arquidiócesis de Monterrey, México.

ZENIT ofrece en exclusiva un artículo (publicado en dos partes) escrito por el sacerdote Jesús Treviño Guajardo, licenciado en Historia, de la arquidiócesis de Monterrey, actualmente formador y profesor de historia del seminario de Monterrey, que describe la persona de don Adolfo Antonio Suárez Rivera y su colaboración en la reforma constitucional de 1992.

"Se trata de descubrir cómo su magisterio social y su personalidad, ofrecen algunas claves de lectura de su ministerio episcopal en el México de finales del siglo )0(", indica el profesor y sacerdote Jesús Treviño.

"¿Fue el señor Suárez un líder circunstancial, o su liderazgo en materia socio política corresponde a una reflexión y a una determinación personal?, ¿Qué tanto influyeron su historia y su personalidad en su ministerio?, ¿Era necesaria la reforma en materia de libertad religiosa para la sociedad mexicana?", el autor profundiza sobre estas cuestiones en el texto.

A continuación, les ofrecemos la primera parte del artículo escrito por el Pbro. Jesús Treviño Guajardo. Mañana, viernes, 23 de marzo de 2018, se publicará la segunda parte.

***

 

Don Adolfo Antonio Suárez Rivera y su liderazgo en las reformas constitucionales, en materia de libertad religiosa, a finales del siglo XX

 

1. Datos biográficos desde su infancia hasta su ordenación episcopal

Don Adolfo Antonio nació el 9 de enero de 1927 en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Sus padres fueron Adolfo Antonio Suárez Solórzano y Alicia Rivera de Suárez, quienes tuvieron seis hijos: María, Adolfo Antonio, César, Eduardo, Rosa Alicia y Martha.

Aunque su infancia transcurrió durante los años de persecución religiosa, creció y se formó en una familia católica, recibió sus sacramentos, cursó sus años de catecismo infantil y formó parte del grupo de Vanguardias de la Acción Católica Mexicana, fue un niño y adolescente bien educado en la vida cristiana.

Ingresó al seminario el 23 de agosto de 1941, a los catorce años. Durante sus estudios como seminarista cursó cuatro años de humanidades en el seminario de Chiapas, de ahí pasó al seminario de Jalapa y después al seminario de Montezuma en Nuevo México. Posteriormente fue enviado a la ciudad de Roma para continuar su formación en el colegio Pío Latinoamericano y para estudiar la Teología en la Universidad Gregoriana, obteniendo su grado de licenciatura en Teología. Después, ya ordenado presbítero, estudió en el Instituto Catequístico Latinoamericano de Santiago de Chile.

Desde sus años juveniles manifestaba una personalidad reservada, pero con claros dotes de liderazgo. «Era discreto, reservado y muy inteligente, cuando teníamos necesidad de algún repaso, él nos lo daba a todos los compañeros en el Colegio Pío Latino». Destacó como ayudante de Rafael García, entonces seminarista de Guadalajara, en las cuestiones de la relación con la Universidad Gregoriana, «Era muy metido en las actividades estudiantiles como líder de grupo». Terminó sus estudios, tanto de bachillerato como de licencia en teología, con el grado más alto: Suma Cum Laude.

Los estudios, tanto en Roma como en Santiago de Chile, dejaron en don Adolfo una marca que llevará consigo durante el resto de su ministerio como pastor. El contacto con el movimiento teológico previo al Concilio Vaticano II y las encíclicas del papa Pío XII, consolidaron su criterio amplio e integrador en la pastoral, así como su visión de Iglesia, en total sintonía con el Concilio Vaticano II. Éstas, serán algunas de las constantes que lo acompañarán toda su vida.

Recibió la ordenación sacerdotal el 8 de marzo de 1952 en Roma y regresó a México el 23 de marzo del mismo año. Ejerció su ministerio como presbítero de San Cristóbal de las Casas asumiendo diversos cargos: en el Seminario fue padre espiritual y profesor en el Instituto de Humanidades, y después en Filosofía; fue oficial mayor y secretario por 10 años en la curia del obispado; fue asesor diocesano del Movimiento Familiar Cristiano, asesor diocesano de la Acción Católica de la Juventud, director diocesano del Oficio Catequístico y capellán del templo de Nuestra Señora de la Merced, en San Cristóbal de las Casas.

De 1964 a 1968 fue miembro fundador del equipo interdiocesano de pastoral en la “Unión de Mutua Ayuda Episcopal” para la mentalización post-conciliar de los sacerdotes. De 1968 a 1971 fue párroco en la parroquia de San Bartolomé ubicada en Venustiano.

Carranza, Chiapas. Finalmente fue nombrado vicario general de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, pero no llegó a ejercer dicho cargo, porque fue nombrado obispo de Tepic el 19 de mayo de 1971 por el papa Pablo VI.

Recibió la ordenación episcopal el 15 de agosto de 1971, a los 44 años de edad, en Tepic, Nayarit. Después, fue trasladado al obispado de Tlalnepantla el 28 de junio de 1980 y posteriormente fue trasladado al arzobispado de Monterrey, el 12 de enero de 1984, en donde realizó su ministerio como arzobispo hasta el año 2003.

 

2. Antecedentes de la reforma constitucional en materia de libertad religiosa

Después de los movimientos liberales, la consolidación constitucional y las Leyes de Reforma, México tuvo como consecuencia un anticlericalismo, que se mantuvo incluso durante el Porfiriato, como un “anticlericalismo teórico”. Pero, posterior a la Revolución Mexicana, cobró vida y se erigió como bandera de los movimientos políticos que decían buscar la soberanía del pueblo.

El conflicto entre la Iglesia y el Estado, del cual formó parte la famosa persecución cristera (1926-1929), tuvo fin con un pacto social que llevó, tanto a la Iglesia como al Gobierno, a coexistir en un modus vivendi. Este esquema implicaba, para la Iglesia, entre otras cosas, aceptar el «no reconocimiento de “personalidad jurídica”» dado en el artículo 130º constitucional.

Las consecuencias del modus vivendi fueron: la generalización de un estado que impedía el diálogo institucional entre Iglesia y Gobierno para velar por el bienestar del pueblo, el status irregular de la Iglesia y un desinterés en el asunto político y social de parte del pueblo católico.

A partir de 1956, cuando el episcopado mexicano se pronunció con respecto a los deberes cívicos de los católicos, comenzó en la Iglesia mexicana una nueva etapa que se caracterizó por el interés en la cuestión política y un aumento en la conciencia de participar en la conformación de una sociedad más adecuada, de tal manera que la Iglesia ya no podía pretender vivir al margen de la situación política y social del país.

El Concilio Vaticano II y algunos documentos de la época como: Mater et Magistra, Pacem in terris, la constitución Gaudium et Spes y la declaración Dignitatis humanae, ayudaron a crear conciencia en el episcopado mexicano de la necesidad de gozar de una plena libertad religiosa, pero, aún y que hubo momentos de estrecha colaboración entre ambas instituciones, durante la década de los años 60´s, no se procedía a realizar reforma alguna en la Constitución Mexicana.

A finales del siglo XX, desde que el papa Juan Pablo II, en su primer visita a México (1979), había hecho referencia a la situación peculiar en la que vivía el país, sobre todo con respecto a la libertad religiosa, y a la necesidad de avanzar en este ámbito de acuerdo con la tendencia internacional del tiempo, se había despertado en los diferentes espacios de reflexión el interés por dicho tema, sin embargo, durante el período presidencial de Miguel de la Madrid (1982-1988) no se tuvieron iniciativas claras de intentar actualizar las leyes constitucionales.

 

3. Los pasos hacia la reforma constitucional

Uno de los aspectos que fue preparando el terreno para la reforma, fue la reapertura de la Universidad Pontificia de México en septiembre de 1982, fomentando el «diálogo con los “constructores de la sociedad pluralista”, es decir, con las instancias de forja de las decisiones de la cultura mexicana».

Otro aspecto fue la elección de monseñor Sergio Obeso Rivera, arzobispo de Jalapa, como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el 18 de noviembre de 1982, quien fue factor decisivo en la labor de diálogo con el poder civil. El señor Obeso es descrito como un «hombre de carácter afable, cultivado y bien relacionado con el ambiente intelectual veracruzano […] muy aceptado y estimado entre el episcopado, el clero y los laicos…».

El tercer aspecto lo conforman tres figuras: don Girolamo Prigione como delegado apostólico, el señor Suárez como presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano y el licenciado Carlos Salinas de Gortari como presidente de la República Mexicana. Los tres tuvieron una participación fundamental en el diálogo Iglesia-Estado.

Sin pretender emitir un juicio general de ninguno, se puede decir que los tres tenían ideas claras en cuanto a las necesidades del país y voluntad firme para llevar a buen término sus proyectos. Es indudable que, tanto el presidente de la República como el delegado apostólico tuvieron que ejercer un liderazgo político para llevar a cabo la reforma, pero ¿cuál fue la contribución de don Adolfo?

De la misma forma que en sus años juveniles y que durante su ministerio sacerdotal, el señor Suárez tuvo muchas encomiendas a lo largo de su episcopado que lo impulsaron a encabezar muchos proyectos.

A los dos años de ordenado obispo (1973), fue nombrado por la Conferencia del Episcopado Mexicano vicepresidente y presidente de la comisión episcopal para el clero; después fue miembro del consejo de la presidencia de la CEM de 1976-1979, asistió como delegado a la Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Puebla; de 1979 a 1982 ocupó la presidencia de la comisión episcopal para los laicos y fue reelegido para el siguiente trienio.

De 1982 a 1985 fue vocal del consejo de la presidencia de la CEM y vocal de la comisión episcopal para las diócesis nuevas. Fue elegido presidente de la CEM para el trienio 1988-1991y en la siguiente gestión fue reelegido para el trienio 1991-1994.

Cfr. Consejo presbiteral, Arquidiócesis de Monterrey, Trece años de fecundo ministerio episcopal del Cardenal don Adolfo Suárez Rivera, arzobispo de Monterrey, Monterrey N.L, 13 de mayo de 1997, p. 3. (…).

Texto y fotografías: Pbro. Lic. Jesús Treviño Guajardo

 

 

22/03/2018-18:24
Isabel Orellana Vilches

San José Oriol, 23 de marzo

«Su vida fue una permanente catequesis para quienes conocieron a este santo catalán, dechado de humildad. Era pobre con los pobres ejerciendo su admirable caridad con los enfermos, indigentes, reclusos, militares y niños, entre otros»

Dios concedió muchos dones a este santo nacido en Barcelona, España, el 6 de mayo de 1650. Entre otros, el de la dirección espiritual y el de la penetración de corazones. Era un maestro en el cultivo de la pobreza y de la oración, que efectuaba postrado durante horas ante el Santísimo Sacramento. Su piedad era manifiesta siendo monaguillo y cantor en la iglesia de Santa María del Mar de Barcelona. Tanto es así que los sacerdotes le costearon los estudios. Al morir su padre, su madre contrajo nuevas nupcias. Pero al enviudar Gertrudis por segunda vez se encontraron con serias carencias. Seguramente sus benefactores tendrían en cuenta esta precaria situación familiar. Era tal el candor de José que no había duda de que estaba llamado a ser un gran santo. El único problema que tuvo que afrontar siendo estudiante fue la parálisis de una de sus piernas que le obligó a permanecer recluído en cama durante un tiempo.

Después, doctorado en filosofía y en teología, recibió el sacramento del sacerdocio en mayo de 1676 en la localidad de Vich. Entonces orientó su acción a educar a los jóvenes. En un momento dado, Dios le permitió atisbar parte de su alma. Quedó tan impresionado de lo que vio, que tomó la resolución de vivir con espíritu de penitencia y ayunar todos los días. En esa época se hallaba al servicio de la familia Gasneri como preceptor de los hijos, simultaneando esta labor con la de párroco en San Felipe Neri. Aceptó temporalmente el trabajo con objeto de paliar las dificultades por las que atravesaban su madre y hermanos. Pero era un hombre que amaba la pobreza. Le costaba hallarse rodeado de abundancia como la que veía en el hogar.

Un día en este domicilio se produjo un episodio impactante para él desde el punto de vista espiritual. En el transcurso de un almuerzo hasta en tres ocasiones extendió el brazo para proveerse de unas exquisitas viandas, y se vio impedido por una fuerza sobrenatural para lograr su propósito. Interpretó el hecho como una invitación a someterse para siempre al más riguroso ayuno. No se retractó de ello el resto de su existencia. Se alimentó de pan y de agua. El pan, elegido por él entre el menos apetitoso —si podía encontrarlo viejo y pasado, mejor—, y se abastecía del agua en las fuentes públicas que hallaba al paso. La única licencia que se permitía era añadir unas hierbas a tan frugal comida los domingos, y las obtenía gratuitamente tomándolas de la ladera del monte Montjuic. Siempre vivió de la beneficencia; lo poco que tenía era de los pobres. Tanta era su austeridad que ni siquiera poseía una cama.

Estos gestos de piedad y sus mortificaciones, insólitas para la mayoría de la gente, eran bien conocidos en la ciudad. Con sus modales exquisitos y la profundidad de su consejo alentaba a todos a vivir la santidad, enseñándoles que no se basa en actos puntuales externos y que debe discurrir afianzada en la oración. Los que se acercaban a él partían edificados por su alegría y confianza. Era dador de paz. En sí mismo, su ejemplo constituía ya una catequesis permanente. Viéndole cómo actuaba, se enamoraban de Dios. Era su mejor apostolado. Lo testimonial cala siempre en el corazón de las personas.

No llegó a cumplir una década con esta familia acomodada, porque falleció su madre, y sus hermanos se hallaban una situación económica menos comprometida. Viviendo pobremente, como siempre hizo, intensificó su labor caritativa. Auxiliaba a los enfermos, indigentes, reclusos, militares, niños... En 1686 peregrinó a Roma. En los meses de permanencia en la Ciudad Eterna, a la que llegó con cartas de recomendación que ensalzaban su altura humana y espiritual, alcanzó su sueño de entrevistarse con Inocencio Xl. Amigos cardenales lo hicieron posible. El papa le otorgó una prebenda en la parroquia de Santa María del Pino de Barcelona. En ella ejerció su acción pastoral con abundantes frutos. Pero no le faltaron detractores. Llevaron sus quejas al prelado y le acusaron ante él de imponer a los penitentes mortificaciones como las suyas.

A la muerte del obispo, que vetó su labor apostólica, siguió en manos de su sucesor. De todos modos, José quiso ser mártir ardientemente. Por eso, en abril de 1698 partió rumbo a Roma de nuevo, a pesar del clamor de las gentes que temían perderle e intentaron disuadirle para que permaneciese entre ellas. Él pensaba que allí obtendría de la Santa Sede la gracia de poder encaminarse al martirio. Pero la voluntad divina fue que enfermase en Marsella, y la Virgen le hizo ver que debía proseguir su misión en Barcelona atendiendo a los enfermos.

Aunque Dios obró numerosos prodigios por su mediación, siempre los atribuyó al arrepentimiento que mostraban quienes le abrían su corazón. Les hacía ver que eran sanados directamente por Él. Humilde y sencillo, rechazó frontalmente cualquier intento de considerarle artífice de signos extraordinarios. Fue agraciado con el don de profecía, de levitación, y de milagros. Dios le concedió sanar a los enfermos con una simple bendición. Un inmenso gentío, que procedía no solo de Barcelona sino de otros lugares, se arremolinaba en torno a él esperando recibir la aspersión del agua bendita y la señal de la cruz trazada sobre ellos.

Algunos de sus numerosos milagros fueron memorables. Dos en particular llaman la atención. El que hizo que recuperase la pierna gangrenada un joven que iba a verla amputada. Y el obrado con un maltrecho paralítico que vivía de la limosna de los parroquianos y que pudo caminar súbitamente. José vaticinó su propia muerte, que se produjo el 23 de marzo de 1702 a consecuencia de una pleuresía cuando tenía 52 años. Sus postreros instantes discurrieron en una habitación que le prestó un cuchillero. Se hallaba rodeado de la gente del barrio que tanto cariño le profesaba, de amigos sacerdotes y seglares. Desde la escolanía de la capilla del Palau cantaban en ese momento, como él había solicitado, el Stabat Mater. Pío VII lo beatificó el 21 de septiembre de 1806. Pío X lo canonizó el 20 de mayo de 1909.