Servicio diario - 25 de junio de 2018


 

Academia para la Vida: Francisco llama a una “ecología humana”
Rosa Die Alcolea

Visita sorpresa del Papa a la Fundación “Durante y después de nosotros”
Rosa Die Alcolea

La Secretaría para la Comunicación se llama “Dicasterio para la Comunicación”
Rosa Die Alcolea

Paraguay: El Papa nombra obispo de Villarrica del Espíritu Santo
Rosa Die Alcolea

EEUU: Los Obispos otorgan más de cuatro millones de dólares a Latinoamérica
Enrique Soros

Australia: El Papa recibe al Gobernador General del Commonwealth
Redacción

San Josemaría Escrivá de Balaguer, 26 de junio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

25/06/2018-18:17
Rosa Die Alcolea

Academia para la Vida: Francisco llama a una "ecología humana"

(ZENIT – 25 junio 2018).- El Papa ha usado el término “ecología humana” para describir la “sabiduría que debe inspirar nuestra actitud”, llamada a considerar la calidad ética y espiritual de la vida en todas sus fases.

Esta mañana, a las 11:30 horas, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Papa Francisco ha recibido en audiencia a los participantes en la XXIV Asamblea General de la Pontificia Academia para la Vida (PAV),cuyo  tema es «Equal beginnings. But then? A global responsibility», en curso en el Aula Nueva del Sínodo en el Vaticano del 25 al 27 de junio.

La obra “hermosa” de la vida –ha expresado el Santo Padre– es la generación de una nueva persona, la educación de sus cualidades espirituales y creativas, la iniciación en el amor de la familia y la comunidad, el cuidado de su vulnerabilidad y sus heridas; así como la iniciación en la vida de los hijos de Dios, en Jesucristo.

“Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana” ha descrito el Santo Padre.

 

Dignidad de la persona

El Papa ha manifestado su deseo de que la visión global de la bioética, que los especialistas preparan para relanzar en el ámbito de la ética social y del humanismo planetario, se mueva “a partir de la profunda convicción de la dignidad irrevocable de la persona humana.

En esta línea, el Pontífice ha matizado: La dignidad de cada persona, en cada etapa y condición de su existencia, “en la búsqueda de formas de amor y de cuidado con que se deben tratar a su vulnerabilidad y su fragilidad”.

 

Vida humana

Hay una vida humana concebida –ha señalado Francisco– una vida en gestación, una vida salida a la luz, una vida niña, una vida adolescente, una vida adulta, una vida envejecida y consumada – y existe la vida eterna. Hay una vida que es familia y comunidad, una vida que es invocación y esperanza. Como también existe la vida humana frágil y enferma, la vida herida, ofendida, envilecida, marginada, descartada. Siempre es vida humana.

Asimismo, el pontífice también ha apuntado que la sabiduría cristiana debe “reabrir con pasión y audacia el pensamiento del destino del género humano a la vida de Dios“, que ha prometido abrir al amor de la vida, más allá de la muerte, el horizonte infinito de cuerpos amorosos de luz, ya sin lágrimas

Publicamos a continuación el discurso que el Papa ha dirigido a los presentes en el curso del encuentro.

***

 

Discurso del Papa Francisco

Distinguidos Señoras y Señores,

Me complace saludaros a todos, desde el presidente, monseñor Vincenzo Paglia, a quien agradezco haberme presentado esta Asamblea General, en la que el tema de la vida humana se situará dentro del amplio contexto del mundo globalizado en el que hoy vivimos. Y también quiero saludar al cardenal Sgreccia, que tiene noventa años pero es entusiasta, joven, en la lucha por la vida. Gracias, Eminencia, por lo que ha hecho en este ámbito y por lo que está haciendo. Gracias.

La sabiduría que debe inspirar nuestra actitud en la “ecología humana” está llamada a considerar la calidad ética y espiritual de la vida en todas sus fases. Hay una vida humana concebida, una vida en gestación, una vida salida a la luz, una vida niña, una vida adolescente, una vida adulta, una vida envejecida y consumada – y existe la vida eterna. Hay una vida que es familia y comunidad, una vida que es invocación y esperanza. Como también existe la vida humana frágil y enferma, la vida herida, ofendida, envilecida, marginada, descartada. Siempre es vida humana. Es la vida de las personas humanas, que habitan en la tierra creada por Dios y comparten la casa común de todas las criaturas vivientes. Ciertamente en los laboratorios de biología se estudia la vida con las herramientas que permiten explorar sus aspectos físicos, químicos y mecánicos. Un estudio importante e imprescindible, pero que debe integrarse con una perspectiva más amplia y más profunda, que pide atención a la vida propiamente humana, que irrumpe en la escena mundial con el prodigio de la palabra y del pensamiento, de los afectos y del espíritu. ¿Qué reconocimiento recibe hoy la sabiduría humana de la vida en las ciencias de la naturaleza? ¿Y qué cultura política inspira la promoción y protección de la vida humana real? La obra “hermosa” de la vida es la generación de una nueva persona, la educación de sus cualidades espirituales y creativas, la iniciación en el amor de la familia y la comunidad, el cuidado de su vulnerabilidad y sus heridas; así como la iniciación en la vida de los hijos de Dios, en Jesucristo.

Cuando entregamos a los niños a las privaciones, los pobres al hambre, los perseguidos a la guerra, los ancianos al abandono, ¿no hacemos nosotros mismos, en cambio, el trabajo “sucio” de la muerte? ¿De dónde viene el trabajo sucio de la muerte? Viene del pecado. El mal intenta persuadirnos de que la muerte es el fin de todo, de que hemos venido al mundo por casualidad y que estamos destinados a terminar en la nada. Excluyendo al otro de nuestro horizonte, la vida se repliega sobre sí misma y se convierte en un bien de consumo. Narciso, el personaje de la mitología antigua, que se ama a sí mismo e ignora el bien de los demás, es ingenuo y ni siquiera se da cuenta. Mientras tanto, sin embargo, propaga un virus espiritual muy contagioso, que nos condena a ser hombres-espejo y mujeres-espejo, que sólo ven a sí mismos y nada más. Es como volverse ciego a la vida y su dinámica, en cuanto don recibido de otros y  que pide ser colocado de manera responsable en circulación para otros.

La visión global de la bioética, que os estáis preparando a relanzar en el ámbito de la ética social y del humanismo planetario, fuertes de la inspiración cristiana, se esforzará con más seriedad y rigor en desactivar la complicidad con el trabajo sucio de la muerte, sostenido por el pecado. Así, nos restituirá a las razones y prácticas de la alianza con la gracia destinada por Dios para la vida de cada uno de nosotros. Esta bioética no se moverá partiendo de la enfermedad y de la muerte para decidir el sentido de la vida y definir el valor de la persona. Se moverá, más bien, a partir de la profunda convicción de la dignidad irrevocable de la persona humana, así como Dios ama, la dignidad de cada persona, en cada etapa y condición de su existencia, en la búsqueda de formas de amor y de cuidado con que se deben tratar a su vulnerabilidad y su fragilidad.

Así, en primer lugar, este bioética global será una forma específica de desarrollar la perspectiva de la ecología integral que es propia de la Encíclica Laudato si’, en la que insistí en estos puntos-fuertes “, la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida.”(n. ° 16).

En segundo lugar, en una visión integral de la persona, se trata de articular con creciente claridad todos los vínculos y las diferencias concretas en las que habita la condición humana universal y que nos involucran a partir de nuestro cuerpo. En efecto, ” nuestro propio cuerpo nos sitúa en una relación directa con el ambiente y con los demás seres vivientes. La aceptación del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente” (Laudato si’, 155).

Por lo tanto, es necesario proceder con un cuidadoso discernimiento de las complejas diferencias fundamentales de la vida humana: del hombre y de la mujer, de la paternidad y de la maternidad, de la filiación y de la fraternidad, de la sociabilidad y también de todas las diferentes edades de la vida. Al igual que de  todas las condiciones difíciles y todos los pasajes delicados o peligrosos que requieren una sabiduría ética especial y una valiente resistencia moral: sexualidad y generación, enfermedad y vejez, insuficiencia y discapacidad, privación y exclusión, violencia y guerra:” La defensa del inocente que no ha nacido, por ejemplo, debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo. Pero igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud, y en toda forma de descarte “(Exhortación Apostólica Gaudete et exsultate, 101).

En los textos y enseñanzas de la formación cristiana y eclesiástica, estos temas de la ética de la vida humana tendrán que encontrar un lugar apropiado en el contexto de una antropología global, y no quedar confinados entre las cuestiones límite de la moralidad y del derecho. Espero que una conversión a la centralidad actual de la ecología humana integral, es decir, de una comprensión armoniosa y completa de la condición humana, encuentre en vuestro compromiso intelectual, civil y religioso, apoyo válido y entonación proposicional.

La bioética global nos insta, pues, a la sabiduría de un discernimiento profundo y objetivo del valor de la vida personal y comunitaria, que debe preservarse y promoverse incluso en las condiciones más difíciles. También debemos afirmar con fuerza que, sin el apoyo adecuado de una proximidad humana responsable, ninguna regulación puramente jurídica y ningún auxilio técnico podrán, de por sí, garantizar condiciones y contextos relacionales que correspondan a la dignidad de la persona. La perspectiva de una globalización que, abandonada solamente a  su dinámica espontánea, tiende a aumentar y profundizar las desigualdades, solicita una respuesta ética a favor de la justicia. La atención a los factores sociales, económicos, culturales y ambientales que determinan la salud es parte de este compromiso y se convierte en una forma concreta de hacer realidad el derecho de cada pueblo a “la participación, sobre la base de la igualdad y de la solidaridad, de los bienes que están destinados a todos los hombres.”(JUAN PABLO II, Carta Encíclica Sollicitudo rei socialis, 21).

Por último, la cultura de la vida debe dirigir con más seriedad la mirada a la “cuestión seria” de su destino final. Se trata de resaltar con mayor claridad qué es lo que dirige la existencia del hombre hacia un horizonte que lo supera: cada persona está llamada gratuitamente “como hijo, a la unión con Dios y a la participación de su felicidad”. […] Enseña además la Iglesia que la esperanza escatológica no merma la importancia de las tareas temporales, sino que más bien proporciona nuevos motivos de apoyo para su ejercicio. “(CONC, ECUM VAT, II, Constitución Pastoral Gaudium et Spes, 21) ). Necesitamos interrogarnos más profundamente sobre el destino final de la vida, capaz de restaurar dignidad y  significado al misterio de sus afectos más profundos y sagrados. La vida del hombre, hermosa de maravillar y frágil de morir, va más allá de sí misma: somos infinitamente más de lo que podemos hacer por nosotros mismos. Pero la vida del hombre también es increíblemente tenaz, ciertamente por una gracia misteriosa que viene de lo alto, en la audacia de su invocación de una justicia y una victoria definitiva del amor. Y es incluso capaz -esperanza contra toda esperanza- de sacrificarse por ello hasta el final. Reconocer y apreciar esta fidelidad y dedicación a la vida suscita en nosotros gratitud y responsabilidad, y nos alienta a ofrecer generosamente nuestro saber y nuestra experiencia a toda la comunidad humana. La sabiduría cristiana debe reabrir con pasión y audacia el pensamiento del destino del género humano a la vida de Dios, que ha prometido abrir al amor de la vida, más allá de la muerte, el horizonte infinito de cuerpos amorosos de luz, ya sin lágrimas. Y sorprenderlos eternamente con el encanto siempre nuevo de todas las cosas “visibles e invisibles” que están escondidas en el seno del Creador. Gracias.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

25/06/2018-12:04
Rosa Die Alcolea

Visita sorpresa del Papa a la Fundación “Durante y después de nosotros”

(ZENIT – 25 junio 2018).- El Obispo de Roma visitó el domingo, 24 de junio de 2018, por sorpresa la Fundación ‘Durante y después de nosotros’ y la Cooperativa OSA, reunidos en Casale 4.5 (Roma).

El proyecto de vida y autonomía para personas con discapacidades graves ‘Durante e dopo di noi’ fue presentado a Francisco, quien invitó a todos a “creer en los sueños y la belleza de la vida en comunión con el Señor”.

A la visita del Santo Padre, que duró aproximadamente unas 2 horas, asistieron más de 200 invitados presentes.

La Casa OSA tiene 3.700 trabajadores, incluidos enfermeros, médicos y asistentes que han tratado a unas 50.000 personas necesitadas en Italia, informa ‘Vatican News’ en italiano.

“Hemos decidido asignarles una granja en Via Ardeatina”, explica Giuseppe Milanese, presidente de Osa, donde hay apartamentos que renovaremos (26 hectáreas de tierra); también será posible crear una granja social y permitir que los usuarios participen en la gestión de un restaurante, solo para reintegrarlos al trabajo”, señala ‘Vatican News’.

 

 

 

25/06/2018-09:02
Rosa Die Alcolea

La Secretaría para la Comunicación se llama "Dicasterio para la Comunicación"

(ZENIT – 25 junio 2018).- La Secretaría para la Comunicación se llamará de ahora en adelante: “Dicasterio para la Comunicación”, así lo ha decidido el Papa Francisco.

En la audiencia concedida a Mons. Angelo Becciu, Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, quedó recogido la decisión del Santo Padre rescripta ex audientia Sanctissimi, tomada el pasado 27 de febrero de 2018, después de escuchar el parecer del Consejo de Cardenales, informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede señala en un comunicado publicado el sábado, 23 de junio, de 2018.

El presente ‘Rescripto’ será promulgado a través de la publicación en el Osservatore Romano, entrando  en vigor el mismo día, y sucesivamente se publicará en las Acta Apostolicae Sedis.

 

Rescripta ex audientia Sanctissimi

En el derecho canónico se entienden por rescripta ex audientia Sanctissimi (en adelante REAS) las resoluciones del Romano Pontífice concedidas de viva voz a autoridades de la Curia Romana, que posteriormente son documentadas y firmadas por el eclesiástico –normalmente se tratará de un cardenal– recibido en audiencia por el Papa.

 

Creación del dicasterio

El Papa Francisco instituyó un nuevo dicasterio en la Curia Romana, la Secretaría para la Comunicación, a través de un Motu Proprio, el 27 de junio de 2015. Dicha Secretaría, reagrupa a todas las realidades que se ocupan de comunicación actualmente en la Santa Sede.

Según indica el Motu Proprio este dicasterio estará constituido por los siguientes organismos: Pontificio Consejo de las Comunicaciones Sociales, Oficina de Prensa de la Santa Sede, Oficina Internet, Radio Vaticano, Centro Televisivo Vaticano, Osservatore Romano, Tipografía Vaticana, Servicio Fotográfico, Librería Editorial Vaticana. Asimismo, el nuevo dicasterio, asumirá la gestión de la página web institucional de la Santa Sede y de la cuenta en Twitter del Santo Padre.

El pasado 21 de marzo de 2018, el Santo Padre aceptó la renuncia de Mons. Dario Edoardo Viganò, Prefecto de la Secretaría para la Comunicación (SPC), una decisión –explicó Mons. Viganò en una carta– para no retrasar el proceso de reforma.

 

 

 

25/06/2018-11:05
Rosa Die Alcolea

Paraguay: El Papa nombra obispo de Villarrica del Espíritu Santo

(ZENIT — 25 junio 2018).- El Papa Francisco ha nombrado obispo de la diócesis de Villarrica del Espíritu Santo (Paraguay) a Mons. Adalberto Martínez Flores, hasta ahora Obispo de las Fuerzas Armadas de la Nación y la Policía Nacional.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo público el nombramiento el pasado sábado, 23 de junio de 2018, a las 12 horas de Roma (6 horas de Paraguay).

La toma de posesión de la Sede Episcopal tendrá lugar en la Catedral de la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo, en fecha todavía a determinar.

 

Mons. Adalberto Martínez Flores

Mons. Adalberto Martínez Flores nació en Asunción (Paraguay) el 8 de julio de 1951. Estudió en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, se trasladó a Washington (EE.UU.), donde obtuvo una Licenciatura en la Facultad del Colegio Oblato. Más tarde asistió a la Escuela Internacional de Sacerdotes del Movimiento de los Focolares en Frascati (Roma) y obtuvo la Licenciatura en Teología en la Universidad Pontificia Lateranense.

Fue ordenado sacerdote el 24 de agosto 1985 para la diócesis norteamericana de las Virgin Islands, donde desempeñó su ministerio durante varios años en la formación de los seminaristas y de los asistentes de los movimientos apostólicos. De vuelta en Paraguay, en 1993 se incardinó en la archidiócesis de Asunción, cubriendo los puestos de vicario parroquial, párroco, secretario general del Sínodo Pastoral Diocesano y consejero de Radio Cáritas y de Pastoral Juvenil.

El 14 de agosto de 1997 fue nombrado obispo auxiliar de Asunción y recibió la consagración episcopal el 8 de noviembre. El 18 de mayo de 2000 fue nombrado primer obispo de la nueva diócesis de San Lorenzo. El 19 de febrero de 2007 fue trasladado a la diócesis de San Pedro Apóstol y el 14 de marzo de 2012 fue nombrado Ordinario Militar del Paraguay.

 

 

25/06/2018-09:34
Enrique Soros

EEUU: Los Obispos otorgan más de cuatro millones de dólares a Latinoamérica

(ZENIT — 25 junio 2018).- Se trata de apoyar proyectos pastorales de la Iglesia, los cuales impactan la dignidad de las personas.

Los Obispos de Estados Unidos acaban de aprobar, a través del subcomité para la Iglesia en Latinoamérica, un aporte generoso para 207 proyectos pastorales de la Iglesia en Latinoamérica y el Caribe, por la suma de 3.400.000 dólares, y 581.000 dólares para solventar costos de reconstrucción en zonas afectadas por los huracanes Matthew, del 2016, e Irma y María, de 2017, en México.

El subcomité aprobó además una solicitud en fase de desarrollo por $150.00 para la eventual reconstrucción del seminario mayor nacional de Haití, que fue devastado por el terremoto de 2010, según reporta Judy Keane, directora de Asuntos Públicos de la Conferencia de Obispos de EEUU. Los aportes fueron aprobados en la reunión del subcomité, en la Asamblea de Obispos de Estados Unidos en Fort Lauderdale, Florida.

 

Países

De estos proyectos, 9 se concedieron a Argentina, 6 a Bolivia, 23 a Brasil, cinco a Chile, 31 a Colombia, 3 a Costa Rica, 11 a Cuba, 8 a República Dominicana, 10 a Ecuador, 8 a El Salvador, 4 a Guatemala, 13 a Haití, 7 a Honduras, 17 a México, 4 a Nicaragua, 2 a Panamá, 6 a Paraguay, 16 a Perú, 1 a San Vicente y Las Granadinas, 3 a Trinidad y Tobago, 2 a Estados Unidos, 7 a Uruguay y 11 a Venezuela.

De entre ellos mencionamos un aporte para la formación para agentes de comunicación de Signis Brasil; la participación de jóvenes cubanos de la Jornada Mundial de la Juventud, Panamá 2019; la capacitación y seguimiento a docentes de Formación Integral Humana y Religiosa de la Comisión Nacional de Educación de la CED,

República Dominicana; el acompañamiento socio-pastoral de inmigrantes en República Dominicana; ayuda a formación de religiosas en Ecuador; formación de seminaristas en El Salvador; el II Encuentro de Comunicadores Católicos en Guatemala; la participación de haitianos del Encuentro Mundial de las Familias en Dublin, en agosto 2018; catequesis en cárceles de Perú y el Encuentro Nacional de Laicos en Uruguay.

Mons. Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle, y presidente del subcomité para la Iglesia en Latinoamérica, informó a Zenit que "el comité está dando especial atención a los desastres naturales, que ahora se dan con mayor asiduidad, especialmente los producidos por el cambio climático, como ser huracanes. Estos calamidades provocan graves daños a las comunidades más pobres en la fe, y estamos llamados a asistirles. También estamos tratando de ayudar a los millones de venezolanos que están huyendo de su país. Hoy son refugiados en muchas partes del continente americano, y la Iglesia está llamada a aliviar su dolor, para facilitarles la adaptación a su nueva vida, y trabaja con las comunidades que los reciben como hermanos".

Por su parte, el P. Juan Molina, sacerdote trinitario y director del mencionado subcomité, afirma que el mismo ha "trabajado para apoyar los esfuerzos misioneros y de evangelización de la Iglesia en todos los aspectos". Y explica que "por esta razón hay diversos proyectos que apoyan la familia, la juventud y el apostolado con los jóvenes adultos, incluyendo el apoyo a la participación del Encuentro Mundial de las Familias en Dublin, y a la Jornada Mundial de la Juventud, en Panamá. El subcomité ha tomado nota que en diversos países gobiernos han limitado la práctica de la fe. Por tal razón apoyamos esfuerzos serios para defender la libertad religiosa, los que pueden tomar mayor magnitud en el futuro".

 

 

25/06/2018-16:34
Redacción

Australia: El Papa recibe al Gobernador General del Commonwealth

(ZENIT — 25 junio 2018).- Hoy, 25 de junio, el Santo Padre Francisco ha recibido audiencia, en el Palacio Apostólico, al Gobernador General del Commonwealth de Australia, Su Excelencia, el Sr. Peter Cosgrove, quien sucesivamente se encontró con Su Eminencia el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, acompañado por Su Excelencia Mons. Paul R. Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.

Durante el coloquio, transcurrido en una atmósfera cordial, se abordaron las temáticas de la migración, tanto a nivel global como regional, así como del cambio climático. También se mencionó el papel de la Iglesia en la sociedad australiana, y la discusión actual relativa a la protección de los menores y de las personas vulnerables, reafirmando el compromiso de todos los componentes eclesiales en este ámbito.

Después se habló de la situación social en el país y de la cuestión de la paz y la estabilidad en toda la región del Pacífico y Asia.

 

 

25/06/2018-18:23
Isabel Orellana Vilches

San Josemaría Escrivá de Balaguer, 26 de junio

«Fundador del Opus Dei. Juan Pablo II lo denominó el santo de la vida ordinaria. Piadoso desde la infancia, creció bajo el amparo de María. Fue un intrépido apóstol. Pudo ver en vida cómo su obra recibía la estima de papas y prelados»

«Cristo no nos pide un poco de bondad, sino mucha bondad. Pero quiere que lleguemos a ella no a través de acciones extraordinarias, sino con acciones comunes, aunque el modo de ejecutar tales acciones no debe ser común»,decía el fundador del Opus Dei, un hombre que no ha dejado a nadie indiferente; no lo hizo en vida, ni después de traspasar las fronteras del cielo. Le han escoltado luces y sombras. Sin embargo, fue un aragonés noble, sencillo, que iba creciendo sin otro afán que abrir surcos en su acontecer para llenarlos de Dios, un apóstol que no cesó de evangelizar a tiempo y a destiempo, una persona con un carisma innegable que tuvo la gracia de llegar al corazón de la gente, un apasionado de Cristo y de María, fiel a la Iglesia.

Nació en Barbastro, Huesca, España, el 9 de enero de 1902, y tuvo en su hogar la primera escuela de fe. Envuelto en ternura, se nutrió con la piedad que le inculcaron sus padres. Se percibe en su vida el influjo del remanso de paz y de cariño que vistió su cuna. La promesa materna de llevarlo ante la Virgen al santuario de Torreciudad, le rescató de una previsible muerte a sus 2 años. Inquieto, enredado a veces en infantiles rabietas y escudado en su timidez, escuchaba de su madre sentencias de gran valor espiritual: «Josemaría, vergüenza sólo para pecar».Los ecos de la sabiduría que tuvo cerca se aprecian en «Camino», que ha alumbrado espiritualmente a muchas generaciones.

Vivió la dolorosa pérdida de tres hermanos. Sus ojos infantiles, aturdidos por las desgracias, le hacían temer su propia muerte, pero su madre le tranquilizaba recordándole que a él le protegía la Virgen. En su adolescencia la familia se trasladó a Logroño por haber quebrado el comercio que regentaban en Barbastro. Era muy observador y en las gélidas navidades de 1917 se percató de la presencia de un carmelita que caminaba descalzo por la nieve llevado de su amor a Dios. Las huellas que fue dejando impregnaron su espíritu de un irresistible deseo de ofrecer su vida. Abrió las puertas de su corazón y por ellas penetró la vocación al sacerdocio. Sus padres le apoyaron. Cursó estudios en Logroño y en Zaragoza, donde el cardenal Soldevilla, que apreció sus virtudes y cualidades, le designó inspector del seminario.

En 1923 inició la carrera de derecho. Solía acudir a la basílica del Pilar haciendo confidente a la Virgen de todas sus cuitas. Su padre murió en 1924, y al año siguiente fue ordenado sacerdote. Su primer destino fue Perdiguera. Allí en su breve estancia realizó una edificante labor pastoral dejando un recuerdo inolvidable en los fieles, labor también manifiesta en la parroquia zaragozana de san Pedro Nolasco, entre otras. Tenía don de gentes y gran sentido del humor.

En 1927 fue autorizado a culminar su preparación en Madrid, y comenzó a impartir clases de derecho en una academia. Los destinatarios de su apostolado fueron, además de los enfermos del patronato regido por las Damas Apostólicas, moradores de barrios de la periferia: modestas familias; un entorno cuajado de carencias y marcado por el dolor. Esta vertiente no colmaba del todo sus anhelos. De su interior brotaba la urgencia de llevar el evangelio por doquier. El 2 de octubre de 1928 en la iglesia de los Paules vio la inmensidad de un camino de santidad fraguado en la vida ordinaria al que todos eran llamados. Cada uno desde su lugar de trabajo se convertiría en heraldo para los demás de esa verdad que es Cristo, siempre al servicio de la Iglesia. Adelantándose al Concilio Vaticano II, recordó la invitación universal a la santidad, algo inusual en la época. Poco a poco, a través de amigos, profesores, estudiantes y sacerdotes fue constituyéndose el Opus. Rosario, misa y comunión diarias, oración, lecturas espirituales, disciplinas..., conformaban el ideario a seguir. Comenzó con varones, y a partir febrero de 1930 lo hizo extensivo a las mujeres. Un ingeniero argentino se afilió a la Obra y tras él fueron llegando otros miembros. En agosto de 1931, a través de una moción divina percibida mientras oficiaba la misa, entendió que «los hombres y mujeres de Dios» izarían «la Cruz con la doctrina de Cristo sobre el pináculo de toda actividad humana... Y vi triunfar al Señor, atrayendo a Sí todas las cosas».

Los inicios no fueron fáciles. Se refugiaba en la oración y ofrecía sus mortificaciones. Sufrió la pérdida de tres de los integrantes principales, y tuvo que volver al punto de partida. Mientras, iba adentrándose en los senderos de la mística, invadido de amor por el Padre, conciencia filial que forma parte del carisma que dio a la fundación. Hacía partícipes de sus sueños apostólicos a los estudiantes de Dya, academia fundada por él, animándoles a leer la vida de Cristo y a meditar en su Pasión.

Entre 1934 y 1935 trasladó este centro docente a una de las calles principales madrileñas, donde escribió Consideraciones Espirituales, el conocido «Camino» que vería la luz como tal en 1939. La Guerra Civil le puso en peligro de muerte; tuvo que refugiarse en un psiquiátrico y padeció incontables penalidades. Huyó a Barcelona y a Andorra. Luego pasó por Pamplona y se estableció en Burgos; allí dio nuevo impulso a la Obra. En 1939 volvió a Madrid. Comenzó a impartir numerosos retiros espirituales, y en 1941 surgieron sus detractores cargados con dardos de incomprensión, maledicencia, calumnias y falsedades, carcomidos por la envidia. En 1944 se ordenaron los primeros sacerdotes.

En 1946 viajó a Roma buscando la aprobación que le concedió Pío XII; luego se entrevistaría con Juan XXIII y con Pablo VI. La Obra se extendió por el mundo, alumbrada por él con su palabra, oración y penitencia, amparado en Cristo y en María, viajando incansablemente dentro y fuera de España. Gozó del apoyo de los pontífices y de muchos prelados. Padecía diabetes, y al final sufrió severas cataratas. Murió en Roma el 26 de junio de 1975. Juan Pablo II lo beatificó 17 de mayo de 1992 y lo canonizó el 6 de octubre del año 2002, denominándole el santo de la vida ordinaria.