Servicio diario - 18 de octubre de 2018


 

Corea: Francisco se reúne con el presidente surcoreano Moon Jae-in
Rosa Die Alcolea

Corea: El Cardenal Parolin celebró la Misa por la Paz en la península
Rosa Die Alcolea

Sínodo: Ocho participantes redactarán una carta para los jóvenes del mundo
Rosa Die Alcolea

Taiwán: El vicepresidente renueva su invitación al Papa de visitar la isla
Rosa Die Alcolea

Santa Marta: El Papa reza por el Cardenal Simoni, de 90 años
Marina Droujinina

Diálogo Interreligioso: Primer Encuentro Internacional Budista-Cristiano para Monjas
Redacción

Mons. Enrique Díaz Días: “La Alegría del Evangelio”
Enrique Díaz Díaz

Mons. Felipe Arizmendi: “Opción por los jóvenes, desde Puebla”
Felipe Arizmendi Esquivel

San Pablo de la Cruz, 19 de octubre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

18/10/2018-14:31
Rosa Die Alcolea

Corea: Francisco se reúne con el presidente surcoreano Moon Jae-in

(ZENIT – 18 oct. 2018).- El Papa Francisco ha recibido esta mañana a Moon Jae-in, Presidente de la República de Corea, en audiencia privada, ocasión que han aprovechado para expresar el “gran aprecio por el esfuerzo común de favorecer toda iniciativa útil que consienta superar las tensiones que existen todavía en la península de Corea, para abrir una nueva estación de paz y desarrollo”.

La audiencia ha tenido lugar a las 12 horas de este jueves, 18 de octubre de 2018, en el Palacio Apostólico Vaticano, ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Según confirmó el padre sinodal coreano Mons. Lazzaro You Heung-sik, obispo de Daejeon, el pasado 11 de octubre en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el Presidente surcoreano habría comunicado al Santo Padre en la reunión de hoy la invitación por parte de Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, para visitar el país, algo que todavía no ha ratificado la Santa Sede.

El obispo de Daejeon expresó que la posibilidad de que el Papa viajara a Core del Norte sería una “buena idea para que Corea del Norte entre en la comunidad internacional” y afirmó que si el Papa va a Pyongyang, “tendrá una calurosa bienvenida”.

 

Misa por la Paz

En este contexto, cabe recordar que ayer, miércoles, 17 de octubre de 2018, el Cardenal Secretario de Estado Mons. Pietro Parolin, presidió la ‘Misa por la Paz’ para la península de Corea, en la Basílica de San Pedro, a la que asistió el Presidente Moon, con su mujer y su delegación.

Después de la conversación privada con el Pontífice, el Presidente surcoreano se ha reunido con Su Eminencia el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, y con Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados.

 

Promoción del diálogo

Durante los “cordiales coloquios”, se han puesto de manifiesto las buenas relaciones bilaterales y la “contribución positiva” que la Iglesia ofrece en ámbito social, educativo y sanitario en el país, así como en la “promoción del diálogo” y la “reconciliación entre los coreanos”.

Finalmente, “se abordaron algunas cuestiones de carácter regional”, señala el comunicado.

 

 

 

18/10/2018-18:05
Rosa Die Alcolea

Corea: El Cardenal Parolin celebró la Misa por la Paz en la península

(ZENIT — 18 oct. 2018).- El Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, presidió ayer, miércoles, 17 de octubre de 2018, a las 18 horas, la 'Misa por la Paz' en la península de Corea, en la Basílica a la que también asistió el Presidente de la República de Corea, Moon Jae-in.

El presidente Moon, quien es católico, su esposa y un grupo de fieles, sacerdotes y misioneros coreanos asistieron a la Misa, junto con varios miembros del cuerpo diplomático de la Santa Sede, según 'Vatican News'.

Entre los sacerdotes que concelebraron la Eucaristía se encontraba Mons. Lazzaro You Heung-sik, obispo de Daejeon, en Corea del Sur, quien está participando en el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional.

"Esta noche —indicó Mons. Pietro Parolin en la homilía— humildemente deseamos elevar nuestra mirada hacia Dios, hacia Aquél que rige la historia y el destino de la humanidad, e implorar, una vez más, para todo el mundo el don de la paz.

Lo hacemos rezando en particular para que también en la Península de Corea, después de tantos años de tensiones y división, por fin resuene plenamente la palabra paz".

"Es necesario siempre hablar de Paz. Es necesario educar al mundo para que ame la Paz, la construya y la defienda; contra las premisas de la guerra que renacen", el Cardenal Secretario de Estado pronunció estas palabras de San Pablo VI—canonizado el pasado domingo 14 de octubre— quien convocó por primera vez la "Jornada Mundial de la Paz", el 1 de enero de 1968.

En la ceremonia participaron sacerdotes, religiosas y fieles coreanos, acompañados de fieles asiáticos de otras nacionalidades.

El Presidente Moon se ha reunido esta mañana, 18 de octubre, con el Santo Padre, en audiencia privada en el Palacio Apostólico Vaticano.

En la reunión, ambos expresaron el "gran aprecio por el esfuerzo común de favorecer toda iniciativa útil que consienta superar las tensiones que existen todavía en la península de Corea, para abrir una nueva estación de paz y desarrollo".

 

Cumbre "histórica"

El Papa Francisco habló sobre la cumbre “histórica” celebrada el viernes 27 de abril de 2018, entre el líder norcoreano Kim Jong-un y su homólogo del sur, Moon Jae-in, en la línea divisoria militar. La península, a Panmunjon. Kim Jong-un fue el primer líder norcoreano que caminó en suelo surcoreano desde la Guerra de Corea (1950-1953).

“Acompaño con oración el resultado positivo de la Cumbre intercoreana del viernes pasado y el compromiso valiente de los líderes de ambas partes para un diálogo sincero para una península coreana libre de armas nucleares”, dijo el Santo Padre Francisco después de la oración mariana de Regina Caeli, el domingo 29 de abril, en la Plaza de San Pedro, en presencia de unos 30.000 peregrinos.

Sigue la homilía pronunciada por Su Eminencia el cardenal Pietro Parolin durante la celebración eucarística:

***

 

Homilía del cardenal Secretario de Estado

Señor presidente

Queridos hermanos en el episcopado y en el presbiterado,

Distinguidas autoridades y miembros del cuerpo diplomático,

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

El evangelista Juan nos dice que el Señor Jesús, cuando se apareció a los discípulos por primera vez después de  la Resurrección, se dirigió a ellos con este saludo: “¡La paz con vosotros!” (Jn. 20, 19). Los discípulos ya habían oído resonar palabras parecidas en la tarde de la Última Cena, antes de que el Señor se entregara a las manos de sus perseguidores, aceptando hasta el final el sacrificio de la Cruz por la salvación del mundo. De hecho, despidiéndose, Jesús, había dicho: “Os dejo la paz, mi paz os doy. No os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde”.

La paz que el Señor ofrece al corazón humano en busca de la verdadera vida y de la plena alegría es ese misterio espiritual que une el sacrificio de la Cruz a la potencia renovadora de la Resurrección: “¡Os dejo la paz, mi paz os doy!”.

Esta noche, humildemente deseamos elevar nuestra mirada hacia Dios, hacia Aquél que rige la historia y el destino de la humanidad, e implorar, una vez más, para todo el mundo el don de la paz. Lo hacemos rezando en particular para que también en la Península de Corea, después de tantos años de tensiones y división, por fin resuene plenamente la palabra paz.

En la primera lectura de esta celebración, hemos escuchado al autor de Deuteronomio recordar la doble experiencia del pueblo de Israel, la de la bendición” y la de la “maldición”: “Cuando  te sucedan todas estas cosas, la bendición y la maldición que te he propuesto, si las meditas en tu corazón en medio de todas las naciones, donde el Señor, tu Dios, te haya arrojado, […] entonces el Señor tu Dios cambiará tu suerte, tendrá piedad de ti y te reunirá de nuevo de en medio de todos los pueblos […] ».

La sabiduría de las Escrituras nos hace comprender que solo aquellos que han experimentado el inescrutable misterio de la aparente ausencia de Dios ante el sufrimiento, la opresión y el odio pueden entender completamente lo que significa escuchar nuevamente resonar la palabra paz.

Ciertamente, como personas de buena voluntad, todos sabemos que la paz se construye con las decisiones de cada día, con un compromiso serio al servicio de la justicia y la solidaridad, con la promoción de los derechos y la dignidad de la persona humana, y especialmente a través del cuidado de los más débiles. Pero, para aquellos que creen, la paz es ante todo un don que viene de las alturas, de Dios mismo. Todavía más, es la manifestación plena de la presencia de Dios, de Aquel a quien los Profetas anunciaron como el Príncipe de la Paz.

También sabemos que la paz que proviene de Dios no es una idea abstracta y distante, sino una experiencia vivida concretamente en el camino cotidiano de la vida. Es, como el Papa Francisco ha señalado repetidamente, “una paz en medio de las tribulaciones”. Por lo tanto, cuando Jesús promete paz a los discípulos, agrega: “No os la doy como la da el mundo”.

Efectivamente, como el Papa reitera, el mundo a menudo “nos anestesia para no dejarnos ver otra realidad de la vida: la cruz”. Esta es la razón por la que la paz que Dios nos ofrece va más allá de las meras expectativas terrenales, no es el resultado de un simple compromiso, sino una nueva realidad, que involucra todas las dimensiones de la vida, incluso aquellas misteriosas de la cruz y de los sufrimientos inevitables de nuestro peregrinaje terrenal. Por esta razón, la fe cristiana nos enseña que “una paz sin la cruz no es la paz de Jesús”.

El Papa Pablo VI, que tuvimos la alegría de ver canonizado el domingo pasado en un radiante día de fiesta, convocando por primera vez la “Jornada Mundial de la Paz”, el 1 de enero de 1968, y retomando algunas frases muy queridas por San Juan XXIII, se dirigía así a los fieles católicos y a todos los hombres de buena voluntad: “Es necesario siempre hablar de Paz. Es necesario educar al mundo para que ame la Paz, la construya y la defienda; contra las premisas de la guerra que renacen […] es preciso suscitar en los hombres de nuestro tiempo y de las generaciones futuras el sentido y el amor de la Paz fundada sobre la verdad, sobre la justicia, sobre la libertad, sobre el amor”.[1]

Queridos hermanos y hermanas,

Pidamos al Señor la gracia de hacer de la paz una misión auténtica en el mundo de hoy, confiando en la misteriosa potencia de la cruz de Cristo y de su resurrección. Con la gracia de Dios, el camino del perdón se hace posible, la elección de la fraternidad entre los pueblos un hecho concreto, la paz un horizonte compartido también en la diversidad de los sujetos que dan vida a la comunidad internacional”.

De este modo, nuestras oraciones por la paz y la reconciliación llegarán a Dios desde corazones más puros y, por el don de su gracia, alcanzarán aquel precioso bien que todos deseamos”.

Amén

© Librería Editorial Vaticano

Con Jim Fair

 

 

 

18/10/2018-19:03
Rosa Die Alcolea

Sínodo: Ocho participantes redactarán una carta para los jóvenes del mundo

(ZENIT — 18 oct. 2018).- Ocho participantes en el Sínodo redactarán una carta dirigida a todos los jóvenes del mundo, en el marco del Sínodo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, que se celebra estos días en el Vaticano, con la participación del Papa Francisco, 269 padres sinodales y 34 jóvenes.

Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, lo ha anunciado esta mañana, 18 de octubre de 2018, en el briefing informativo sobre la 15a Congregación General del Sínodo de los Obispos.

La comisión está compuesta por 4 padres sinodales (procedentes de distintos continentes), 2 jóvenes auditoras, un invitado especial y un experto, todos participantes en el Sínodo de los Obispos.

Ofrecemos a continuación la lista de los padres sinodales que forman esta comisión:

***

 

Padre sinodales:

1. Mons. Dieudonné NZAPALAINGA, C.S.Sp., Arzobispo de Bangui (República Centroafricana)
2. Mons. Emmanuel GOBILLIARD, Obispo de Carpentras, Obispo auxiliar de Lyon (Francia)
3. Mons. Anthony Colin FISHER, O.P., Arzobispo de Sydney (Australia)
4. Mons. Eduardo Horacio GARCÍA, Obispo de San Justo (Argentina)

 

Auditores jóvenes:

5. Briana Regina SANTIAGO, Apóstol de la Vida Interior (Estados Unidos de América)
6. Anastasia INDRAWAN, miembro de la Comisión para los Jóvenes de la Conferencia Episcopal de Indonesia (Indonesia).

 

Invitados especiales:

7. Fr. ALOIS, Prior de la Comunidad Ecuménica de Taizé (Francia).

 

Expertos:

8. Rev. Michele FALABRETTI, Responsable del Servicio Nacional para la Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal Italiana (Italia).

 

 

18/10/2018-16:26
Rosa Die Alcolea

Taiwán: El vicepresidente renueva su invitación al Papa de visitar la isla

(ZENIT — 18 oct. 2018).- El Vicepresidente de Taiwán, Chen Chien-jen, renovó su invitación al Papa Francisco de visitar la República, antes de la misa de canonización de Pablo VI, el pasado domingo, 14 de octubre de 2018, ha informado la Oficina de Prensa en un comunicado.

"En la Capilla papal para la canonización del Papa Pablo VI y otros seis beatos estuvieron presentes varias delegaciones, incluida una de Taiwán, encabezada por el Vicepresidente, Chen Chien-jen, indica el comunicado de la Sala Stampa, publicado esta tarde, 18 de octubre de 2018.

Antes de la misa, hubo un breve saludo de cortesía al Papa Francisco de parte de los Jefes de las Delegaciones, según lo previsto en el Protocolo en tales ocasiones. En este contexto, puramente religioso, el vicepresidente Chen renovó al Papa la invitación de visitar Taiwan.

"En este sentido, puedo precisar que una tal visita del Santo Padre no se está estudiando", ha asegurado la Santa Sede.

 

República de China

Tsai Ing-wen es presidenta de la República de China —también conocida como Taiwán—, que es considerada por Pekín una provincia renegada, pero todavía es reconocida por una veintena de países de América Latina y el Caribe, África, Europa y Oceanía.

Xi Jinping es, oficialmente, presidente de la República Popular China, el gigante asiático que tiene su capital en Pekín, una silla en el Consejo de Seguridad de la ONU y es una de las grandes potencias mundiales.

 

 

18/10/2018-19:45
Marina Droujinina

Santa Marta: El Papa reza por el Cardenal Simoni, de 90 años

(ZENIT 18 oct. 2018).- Con una oración para el cardenal albanés Ernest Simoni, en su nonagésimo cumpleaños, el Papa Francisco comenzó la celebración de la Misa en la capilla de la Casa de Santa Marta este jueves por la mañana, 18 de octubre de 2018, señala L'Osservatore Romano en italiano.

El cardenal albanés, arrestado en la Nochebuena del año 1963 y liberado en 1990, después de 27 años de prisión y trabajos forzados, estuvo presente en la Eucaristía, acompañado por el arzobispo de Florencia, el cardenal Giuseppe Betori.

Así, el Pontífice se dirigió a él durante la homilía recordando la persecución que sufrió por ser cristiano. "¿Y cuántos cristianos sufren persecución física hoy?", dijo el Papa, "¡Este blasfemó! ¡A la horca! Es así. Persecuciones que duran mucho tiempo, y nuestro hermano de noventa años podrá decirnos muchas cosas".

El Papa también habló del testimonio heroico, incluso al martirio, de los jóvenes fieles al Evangelio, presentados durante el Sínodo.

El Papa Francisco causó sorpresa al entregar el purpurado cardenalicio al Padre Ernest Simoni (creado cardenal no elector el 19 de noviembre de 2016), cuyo testimonio de persecución bajo la dictadura comunista le hizo llorar durante su viaje a Tirana (Albania) en 2014.

Arrestado en 1963 después de 8 años de sacerdocio por anunciar a Cristo, el sacerdote albanés fue torturado y cumplió 17 años de prisión, luego 9 años de trabajos forzados hasta la caída del régimen en 1990. Se convirtió en el padre espiritual de muchos prisioneros, celebró la Misa, distribuyó la comunión y confesó en secreto.

 

 

18/10/2018-19:15
Redacción

Diálogo Interreligioso: Primer Encuentro Internacional Budista-Cristiano para Monjas

(ZENIT — 18 oct. 2018).-El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso (PCID), en colaboración con el monasterio budista Fo Guang Shan, la Asociación de las Superioras Mayores de las Religiosas en Taiwán y el Dialogue Interreligieux Monastique (Diálogo Interreligioso Monástico, DIM • MID) organiza el Primer Diálogo Internacional Budista Cristiano para Monjas, que tiene lugar en Fo Guang Shan, Kaohsiung, Taiwán, del 14 al 18 de octubre de 2018.

El tema principal de la conferencia es Acción contemplativa y contemplación activa: monjas budistas y cristianas en diálogo.

70 monjas budistas y católicas, principalmente de Taiwán, pero también de otros países, a saber, Corea del Sur, Japón, India, Sri Lanka, Myanmar, Tailandia, Singapur, Hong Kong, Camboya, Filipinas, Brasil, Italia, Alemania, Noruega y Estados Unidos, participarán en este diálogo internacional. S.E. Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot (Secretario) y Mons. Indunil Janakaratne Kodithuwakku Kankanamalage (Subsecretario responsable del Budismo) representarán al Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso (PCDI). El reverendo padre William Skudlarek OSB, secretario general de MID y también consultor del (PCDI, encabezará una delegación compuesta por catorce mujeres católicas monásticas de Asia, Europa y las Américas. El Rvdo. Dr Simone Sinn representará al Consejo Mundial de las Iglesias, Ginebra.

El programa del Primer Diálogo Internacional Budista-Cristiano para Monjas incluye los siguientes puntos: El origen, la evolución y la situación actual de la vida religiosa monástica femenina en el budismo y el cristianismo; Enfoques budistas y cristianos de la contemplación activa y la acción contemplativa (concentración correcta y comportamiento correcto); Meditación budista y contemplación cristiana; El servicio de las monjas budistas y cristianas a la humanidad; Mujeres religiosas en la promoción del "genio femenino"; Historias compartidas de solidaridad budista-cristiana y perspectivas de posibilidades futuras.

Este diálogo internacional busca lograr dos objetivos principales. En primer lugar, promover el diálogo de la experiencia espiritual o religiosa: El diálogo de la experiencia religiosa, en el que las personas enraizadas en sus propias tradiciones religiosas comparten sus riquezas espirituales, por ejemplo en lo que se refiere a la oración y la contemplación, la fe y las vías de la búsqueda de Dios y del Absoluto.(Diálogo y Anuncio, n. 42).

En segundo lugar, con este encuentro se quiere crear más espacio para que las mujeres participen en el diálogo interreligioso.

 

 

18/10/2018-16:32
Enrique Díaz Díaz

Mons. Enrique Díaz Días: "La Alegría del Evangelio"

 

Isaías 56, 1. 6-7: "Mi templo será casa de oración para todos los pueblos"
Salmo 66: "Que todos los pueblos conozcan tu bondad"
I Timoteo 2, 1-8: "Dios quiere que todos los pueblos se salven"
San Marcos 16, 15-20:"Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura"

Nota: Aunque hoy celebramos el domingo XXIX del tiempo ordinario, por la importancia del DOMUND (Domingo mundial de las misiones), he preferido meditar las lecturas de las misiones y sobre ellas hacer mi reflexión.

Un precioso manantial rasga la montaña y con una fuerza imponente brota de en medio de su seno. Con un estruendo incesante, día y noche, el inmenso borbotón de agua inunda de belleza y colorido las peñas que lo rodean, luego baja serpenteando por toda la ladera, abriendo nuevos caminos, trazando nuevos senderos y solamente allá en la lejanía, se ensancha y pierde su bravura, para fertilizar los campos y dar vida a lo largo de su cauce. "¿De dónde viene tanta agua?" pregunta inocente el niño. "¿Está almacenada en la panza de la montaña? ¿Por qué nunca se acaba?" y sus ojos ávidos se quedan pasmados ante tanta grandiosidad. "¡Cuánta agua debe haber al interior de la montaña para que nunca se acabe!" Inocencia de niño, percepción de una sabiduría. Solamente teniendo una fuente en su interior, que nunca se termine, puede continuar brotando tanta agua, tanta belleza y tanta vida.

Día de Misiones es un día muy especial. Es recordar y hacer presente todo el proyecto de amor de Dios hacia el hombre y la apertura de su invitación a todos los pueblos a participar de una vida plena. Jesús, enviado Él mismo por el Padre, es el modelo de toda misión. Mirando su vida y su obra podremos entender la grandeza y la belleza de esta tarea. El texto de San Marcos nos muestra los últimos momentos antes de su partida, donde Jesús transmite a sus apóstoles la misma misión que Él había recibido de su Padre. No podemos pues tener otro modelo de misión que la misma vida de Jesús. El mismo Jesús, retomando las palabras del profeta Isaías, afirmó en la sinagoga su carácter de enviado: "El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la Buena Nueva a los pobres..." Ahora Jesús confía esta misma misión a sus apóstoles y quiere que lo hagan a su mismo estilo: anunciar el Evangelio, expulsar demonios, hablar una nueva lengua, no temer venenos ni serpientes, imponer las manos a los enfermos, darles salud.

Nos lo ha recordado el Papa Francisco insistentemente en la Alegría del Evangelio: " La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. Quiero invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría". Así pues, si queremos cumplir con la misma misión de Jesús, tendremos que seguir sus mismos pasos y adoptar sus mismas actitudes:Él, siendo el Señor, se hizo servidor y obediente hasta la muerte en cruz; siendo rico, eligió ser pobre por nosotros, enseñándonos el itinerario de nuestra vocación de discípulos y misioneros. En el Evangelio aprendemos la sublime lección de ser pobres siguiendo a Jesús pobre y la de anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin poner nuestra confianza en el dinero ni en el poder de este mundo. La gran fuente que nos llenará internamente será el encuentro personal y comunitario con Jesús, mirarnos en Él y con Él, escuchar sus proyectos y sueños, confrontar nuestros ideales con los suyos y ajustar nuestros deseos a lo que Él mismo nos propone. El día de las Misiones más que un día de conquista como algunos lo han entendido, es la proclamación gozosa de que tenemos a Dios en nuestro corazón, que nos da alegría y felicidad. En la generosidad de los misioneros se manifiesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los apóstoles aparece la gratuidad del Evangelio.

Los cristianos necesitamos recomenzar desde Cristo, desde la contemplación de quien nos ha revelado en su misterio la plenitud del cumplimiento de la vocación humana. Necesitamos hacernos discípulos dóciles, para aprender de Él, en su seguimiento, la dignidad y plenitud de la vida. Y después, con un gozo que no cabe en el corazón, llevaremos Buena Nueva a un mundo que se pierde en la desesperación y no encuentra una brújula que guíe sus pasos Día de las misiones, podríamos decir, también es el día de la fraternidad, porque no podemos ni queremos quedarnos solos con el proyecto de Dios, porque si hemos descubierto que Dios es nuestro Padre tendremos que comprometernos en una vida de dignidad para todos los hermanos; porque si hemos vivido la gratuidad de su amor, manifestaremos nuestro amor a los hermanos de formas concretas y comprometidas; porque si hemos recibido la misma misión de Jesús estaremos dispuestos a afrontar sus mismas consecuencias: "amó hasta el extremo". Día de las misiones será pues, un día de amar, de amar a todos, de amar a plenitud, porque tenemos el corazón lleno del amor de Jesús.
La misión implica un compromiso mucho más serio que solamente recordar a los pobrecitos de África y dar a regañadientes una moneda: es vivir plenamente el Evangelio y hacer que brote de nuestro interior una vida que contagie a los demás. Evangelizar es anunciar a Cristo con alegría, presentar su persona y su vida a los hombres de nuestro tiempo; es proclamar que su Reino es posible en medio de nosotros, que su mensaje es vivo; es descubrir que su presencia y su obra pueden continuar por medio de la Iglesia. Es creer que sigue actuando en las pequeñas acciones de cada uno de nosotros; y es llenarnos de esperanza y de ilusión porque es posible construir una nueva humanidad, una nueva familia. Es posible realizar hoy el sueño de Jesús.

¿Cómo estamos viviendo nosotros nuestra misión? ¿Cómo estamos construyendo, desde lo pequeño, esa nueva humanidad?

Señor y Dios nuestro, llénanos de tu luz y de tu alegría y haz que caigamos en la cuenta de que estamos llamados a trabajar por la salvación de los demás, para que todos los pueblos de la tierra formen una sola familia y surja una humanidad nueva en Cristo. Amén.

 

 

18/10/2018-19:54
Felipe Arizmendi Esquivel

Mons. Felipe Arizmendi: "Opción por los jóvenes, desde Puebla"

+ Felipe Arizmendi Esquivel
Obispo Emérito de San Cristóbal de Las Casas

 

VER

Continúa en Roma el Sínodo sobre los jóvenes, después de la emotiva canonización del Papa Pablo VI, del arzobispo mártir de El Salvador, Oscar Arnulfo Romero, de dos sacerdotes, dos religiosas y de un joven de 19 años. Son ejemplos preclaros de santidad, que brillan en contraste con los vergonzosos delitos de clérigos contra menores. Somos una Iglesia santa y pecadora, siempre necesitada de conversión, pero no podemos esconder o minusvalorar a los innumerables santos que adornan nuestra Iglesia, sólo por los inocultables pecados de fieles y jerarquías.
El Sínodo continúa con múltiples intervenciones, tanto en los pequeños grupos por idiomas, como en las sesiones plenarias. Una primera parte se dedicó a una visión panorámica de la realidad juvenil; la segunda parte se centra en reflexionar, a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio eclesial, qué implica ser joven desde la fe y cuan importante es el discernimiento vocacional. En la última parte, se harán propuestas de acción pastoral.

En el Cuaderno de trabajo, se agregan otras características de la situación que vive la juventud hoy:

"Hay una especie de inversión en la relación entre generaciones: en la actualidad con frecuencia los adultos toman a los jóvenes como referencia para el propio estilo de vida, en el marco de una cultura global dominada por unénfasisindividualistasobre elpropio yo. No nosfaltan sóloadultos enla fe. Nosfaltanadultos a plenitud. Los adultos no están interesados en transmitir los valores fundamentales de la existencia a las generaciones más jóvenes, que sienten a los adultos más como competidores que como posibles aliados. De esta forma, la relación entre jóvenes y adultos corre el riesgo de permanecer sólo afectiva, sin tocar la dimensión educativa y cultural. La relación con los coetáneos, a menudo también en grupos más o menos estructurados, ofrece la oportunidad de fortalecer roles sociales y relacionales en un contexto donde uno no es evaluado ni juzgado.

La juventud se caracteriza por ser un tiempo privilegiado durante el cual la persona realiza elecciones que determinan su identidad y el curso de su existencia. Varía mucho, debido a factores sociales, económicos, políticos y culturales, el momento en el cual se deja la familia de origen o se realizan elecciones fundamentales. La transición a la edad adulta se ha convertido en un camino largo,complicadoy no lineal,donde sealternanpasosadelante yatrás, y labúsquedade trabajo generalmente predomina sobre la dimensión afectiva. Esto hace que sea más difícil para los jóvenes realizar elecciones definitivas.

Entre las dificultades, los expertos recuerdan rigidez o impulsividad de los comportamientos, inestabilidad en los compromisos, frialdad y falta de empatía, intuición emocional reducida, incapacidad o miedo excesivo de establecer vínculos, dependencia afectiva, sentido de inferioridad, falta de coraje y de fuerza ante los riesgos, inclinación a la satisfacción sexual autocentrada, actitudes agresivas, exhibicionismo y necesidad de estar en el centro de la atención" (Nos. 14-17).

 

PENSAR

La preocupación pastoral de la Iglesia no es moda del presente. En la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, realizada en Puebla, México, en enero de 1979, se creó la expresión: Opción preferencial por los jóvenes, que se ha mantenido en las Conferencias de Santo Domingo y de Aparecida. Se empieza con esta afirmación fundamental:

"Presentar a los jóvenes el Cristo vivo, como único Salvador, para que,evangelizados, evangelicen y contribuyan, con una respuesta de amor a Cristo, a la liberación integral del hombre y de la sociedad, llevando una vida de comunión y participación" (DP 1166).

En el análisis de la situación de los jóvenes en aquellos años, entre otras cosas se dice: "Los jóvenes ven a la Iglesia de diversas maneras: unos la aman espontáneamente como ella es, sacramento de Cristo; otros, la cuestionan para que sea auténtica y no faltan los que buscan un Cristo vivo sin su cuerpo que es la Iglesia. Hay una masa indiferente, acomodada pasivamente a la civilización de consumo u otros sucedáneos, desinteresada por la exigencia evangélica" (DP 1179).

Se hacen algunas propuestas, que siguen siendo válidas, reforzando lo expresado ya desde Medellín: "La Iglesia hace una opción preferencial por los jóvenes en orden a su misión evangelizadora en el Continente"(DP 1186). "Por ello, queremos ofrecer una línea pastoral global: Desarrollar, de acuerdo con lapastoral diferencial y orgánica, una pastoral de juventud que tenga en cuenta la realidad social de los jóvenes de nuestro continente; atienda a la profundización y al crecimiento de la fe para la comunión con Dios y con los hombres; oriente la opción vocacional de los jóvenes; les brinde elementos para convertirse en factores de cambio y les ofrezca canales eficaces para la participación activa en la Iglesia y en la transformación de la sociedad" (DP 1187).

 

ACTUAR

Que esto no se quede en documentos, en palabras, en buenas intenciones, depende de nosotros. Que los frutos del presente Sínodo no se evaporen con el tiempo, dependerá de nosotros. ¿Qué pastoral podemos crear con los jóvenes y para los jóvenes? El Espíritu nos guía por su Iglesia. Ojalá no seamos sordos a su voz.

 

 

18/10/2018-20:03
Isabel Orellana Vilches

San Pablo de la Cruz, 19 de octubre

«Fundador de los pasionistas. El más grande místico italiano del siglo XVIII. Consagró su vida a promover la memoria de la Pasión de Cristo; lo prometió a la Virgen Salus Populi Romani en la basílica romana de Santa María la Mayor»

Paolo Francesco Danei Massari nació en Ovada, Italia, el 3 de enero de 1694. Era hijo de un comerciante. De dieciséis hermanos nacidos en la familia, solo sobrevivieron seis. Las penurias económicas marcaron su infancia. Viéndose obligado a trabajar y cambiar con frecuencia de domicilio, apenas pudo estudiar. Pero sus padres compensaron esta dificultad legándole un patrimonio inigualable para conocer y experimentar la verdadera sabiduría que procede de Dios. Luchino, su padre, le leía vidas de santos y le marcaba la senda que le convenía seguir, manteniéndole al abrigo de malas compañías. Su madre, Anna María, suscitó en él un amor inmenso por el Crucificado, enseñándole a acudir a Él ante cualquier contrariedad de la vida, que ya en su infancia determinó entregarle.

En un sermón se produjo lo que denominó su «conversión». Fue en 1713. Después de escuchar el pasaje evangélico: «Si no os convertís, todos pereceréis» (Lc13,5), « sintió un impulso irresistible de darse a una vida santa y perfecta», hizo confesión general, y tomó la vía penitencial alentado por la oración y lectura de las biografías de los santos que conocía. Junto a jóvenes afines, promovió una asociación de asistencia al prójimo; su palabra y ejemplo propició la consagración religiosa de algunos. Quiso ser mártir de la fe, y durante un año luchó en la cruzada contra los turcos impulsada por Clemente Xl. Viendo que no era su camino, regresó junto a sus padres y llevó vida de intensa oración y penitencia. En ese periodo se le presentó un futuro halagüeño a nivel empresarial y personal, con un ventajoso matrimonio, aunque nada de ello logró seducirle.

En 1720, en sueños, vio el hábito distintivo de la Orden que debía fundar, y a renglón seguido María le confirmaba que ésta debería tener como carisma el amor a la Pasión.

De ahí brotó su hondo sentimiento: «Ser y hacer memoria del Crucificado y de los crucificados». Con permiso del obispo de Alejandría, que le impuso el hábito, se recluyó en un inhóspito y húmedo trastero de la sacristía de la iglesia de San Carlos, de Castellazzo. Ayunando, sin apenas descanso, compuso las reglas e inició la redacción de un «Diario espiritual» que tuvo que escribir por obediencia. Este era su afán: «No deseo saber otra cosa ni quiero gustar consuelo alguno; solo deseo estar crucificado con Jesús».

Viviendo en soledad, emprendió su acción apostólica en zonas circundantes. Los destinatarios eran los niños a los que catequizaba. Difundió las Misiones Populares en el entorno con grandes frutos. Entre las primeras vocaciones hubo abandonos de los que pensaron que no podrían sobrellevar el rigor de la regla. Pero él siguió predicando, crucifijo en mano, con los brazos extendidos. Colocaba al lado una cruz de grandes proporciones y se dirigía al Crucificado. En su táctica apostólica, ensamblada con la fe, no había lugar para falsos pudores humanos. Cuando observaba que los corazones no se encendían ante el relato de los sufrimientos del Redentor, él mismo se infligía azotes ante el auditorio. A veces, aparecía con una corona de espinas en la cabeza. Había escrito: «el camino más corto para llegar a la santidad es el perderse enteramente en el abismo del sufrimiento del Salvador».Todo lo que tenía de inflexible a la hora de invitar a los pecadores a la conversión radical, se trocaba en comprensión y paciencia cuando los recibía en confesión; los animaba y confortaba haciéndoles ver la viabilidad de la perfección. Era claro en sus apreciaciones: «Si queréis, llevad un collar de perlas cuando salgáis, pero recordad que Jesús ha llevado una cuerda y una cadena al cuello».

En 1721 llegó a Roma soñando en la aprobación pontificia de la regla, pero fue tratado despóticamente por la guardia. Luego, ante la Virgen Salus Populi Romani,en la basílica de Santa María la Mayor, prometió «dedicarse a promover en los fieles la devoción a la Pasión de Cristo y empeñarse en reunir compañeros para hacer esto mismo». Su hermano carnal, Juan Bautista, se unió a él en Castellazzo; le acompañó en las misiones y fue su confesor hasta su muerte. En una ocasión hubo entre ellos un malentendido, y el santo le retiró la palabra. Tres días más tarde se postró de rodillas ante él y le pidió perdón. Después de intentos infructuosos para fundar, ambos se trasladaron a Roma; trabajaron en el hospital de San Gallicano. Fueron ordenados sacerdotes en 1727 por Benedicto XIII, quien les autorizó a fundar. Se instalaron en Monte Argentario y allí florecieron las vocaciones dando lugar al primer convento que se abrió en 1737.

Suavizada la regla por una comisión cardenalicia, Benedicto XIV la reconoció en 1741. En su carisma se hallaba la predilección por los pobres, aunque la idea rectora era infundir en todos el amor a Cristo crucificado ya que con él quedaría erradicada toda injusticia promovida por el pecado. «Cuando cometáis una falta, humillaos delante de Dios con profundo arrepentimiento, y luego, con un acto de gran confianza lanzad vuestra culpa al océano de su inmensa bondad». «Los sufrimientos de Jesús deben ser las joyas de nuestro corazón». «Cuando estéis angustiados por temores y dudas, decid a Jesús crucificado: ¡Oh, Jesús, amor de mi corazón, yo creo en ti, espero en ti, te amo sólo a ti!». Como no podía ser menos en alguien que amaba al Crucificado, tenía gran devoción por María que transmitió:«Rogad a María que bañe vuestro corazón con sus lágrimas dolorosas, con el fin de que tengáis un continuo recuerdo de la Pasión de Jesús y de sus penas maternales».

En 1771 fundó las Hermanas Pasionistas. En 1772 vio que se acercaba su muerte, solicitó la bendición del papa y éste le dijo que la Iglesia lo necesitaba. Tres años más tarde, el 18 de octubre de 1775, se apagó su vida. Dejaba atrás más de una decena de casas abiertas, dos centenares de misiones, 80 ejercicios espirituales e incontables conversiones. Había recibido el don de profecía y de milagros. Pío IX lo beatificó el 1 de mayo de 1853, y lo canonizó el 29 de junio de 1867.