Servicio diario - 06 de noviembre de 2018


 

Santa Marta: "Rechazar a Jesús es cerrar la puerta por dentro y Él no puede entrar"
Redacción

Video del Papa: "Recemos y trabajemos para conseguir la verdadera paz"
Rosa Die Alcolea

52ª Jornada Mundial de la Paz: "La buena política está al servicio de la paz"
Rosa Die Alcolea

España: El Papa nombra obispo de Ávila a José María Gil Tamayo
Rosa Die Alcolea

Perú: El nuevo obispo auxiliar de Trujillo es el P. Timoteo Solórzano Rojas
Redacción

Filipinas: Monseñor Angelito R. Lampon, nombrado arzobispo de Cotabato
Redacción

Antonio Rivero: "¿A quién me parezco: a la viuda humilde o a los fariseos vanidosos y avaros?"
Antonio Rivero

San Vicente Grossi, 7 de noviembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

06/11/2018-18:01
Redacción

Santa Marta: "Rechazar a Jesús es cerrar la puerta por dentro y Él no puede entrar"

(ZENIT – 6 nov. 2018).- “Si tú cierras la puerta de tu corazón por dentro, Él no puede abrirla, porque es muy respetuoso de nuestro corazón. Rechazar a Jesús es cerrar la puerta por dentro y Él no puede entrar”, ha advertido el Santo Padre Francisco en la homilía de esta mañana en Santa Marta.

El Papa se preguntó cuántas veces también nosotros le pedimos a Jesús que nos disculpe cuando Él “nos llama para encontrarnos, para hablar, para tener una buena charla”. Y también nosotros rechazamos la invitación de Jesús.

Jesús nos invita a hacer fiesta con Él, pero ¿cuántas veces nos inventamos pretextos para rechazar su invitación?, ha planteado el Pontífice.

“Cada uno de nosotros pensemos –ha propuesto Francisco–: en mi vida, ¿cuántas veces he sentido la inspiración del Espíritu Santo para hacer una obra de caridad, para encontrar a Jesús en esa obra de caridad, para ir a rezar, para cambiar de vida en esto, en esto que no va bien? Y siempre he encontrado un motivo para disculparme, para rechazar”.

 

Evangelio

El Papa ha reflexionado en torno al pasaje del Evangelio del día, tomado del capítulo 14 de San Lucas.

Casi todo gira en torno a un banquete que un jefe de los fariseos ha organizado y al que también ha invitado a Jesús. En aquella ocasión el Señor había curado a un enfermo y había observado que muchos invitados trataban de ocupar los primeros puestos. Por lo tanto había recomendado al fariseo que invitara a comer más bien a los últimos, a aquellos que no pueden devolver el favor, señala ‘Vatican News’ en español.

En un determinado momento, durante el banquete, y aquí comienza el pasaje de Lucas de hoy, uno de los comensales, exclama: “¡Dichoso el que coma en el banquete del reino de Dios!”.

Es el pasaje del “doble rechazo”, ha dicho el Papa, reporta ‘Vatican News’. Y entonces Jesús relata la historia de un hombre que ofreció una gran cena y convidó a mucha gente. Sus siervos dicen a los invitados: “¡Vengan, ya está preparado! Pero todos comenzaron a excusarse para no ir. Quien porque había comprado un campo, quien cinco yuntas de bueyes, quien porque acababa de casarse. “Y siempre excusas. Se excusan. Excusarse es la palabra educada para no decir: “Rechazo”. Rechazan, pero educadamente”. Entonces el patrón manda a los siervos a la calle a llamar a los pobres, a los enfermos, a los cojos y a los ciegos, y ellos llegan a la fiesta. “Es el pasaje del Evangelio  – afirmó Francisco – y termina con el segundo rechazo, pero esto de la boca de Jesús”. (…). “Quien rechaza a Jesús, Jesús espera, da una segunda oportunidad, quizá una tercera, una cuarta, una quinta… Pero al final rechaza Él”.

“Y esto del rechazo nos debe hacer pensare en nosotros, en las veces en que Jesús nos llama; nos llama a hacer fiesta con Él, a estar cerca de Él, a cambiar de vida. Piensen que busca a sus amigos más íntimos ¡y ellos lo rechazan! Después busca a los enfermos… y van; tal vez alguno lo rechace. Cuántas veces nosotros sentimos la llamada de Jesús para ir con Él, para hacer una obra de caridad, para rezar, para encontrarlo, y nosotros decimos: ‘Pero, disculpa Señor, estoy atareado, no tengo tiempo. Sí, mañana, no puedo…’. Y Jesús permanece allí”.

 

 

 

06/11/2018-17:42
Rosa Die Alcolea

Video del Papa: "Recemos y trabajemos para conseguir la verdadera paz"

(ZENIT — 6 nov. 2018).- "Podemos hablar con palabras espléndidas, hacer una gran conferencia, pero si en nuestro corazón no hay paz, no la habrá en el mundo" dice el Papa en el video que difunde la Red Mundial de Oración en el mes de noviembre.

Así, Francisco propone la intención de oración universal a través de esta red y de la iniciativa El Video del Papa: "Recemos juntos para que el lenguaje del corazón y del diálogo prevalezca siempre sobre el lenguaje de las armas".

"Todos queremos la paz —indica el Santo Padre—. Y, más que nadie, los que sufren por su ausencia. Recordemos que Jesús también vivió en tiempos de violencia. Y Él nos enseñó que la verdadera paz está en el corazón humano".

"Practiquemos esta paz en lo pequeño —propone el Pontífice— con el diálogo guiando las relaciones personales y sociales. Con cero violencia y 100 por ciento ternura, construyamos la paz evangélica que no excluye a nadie, sino que integra a todos, especialmente a los jóvenes y los niños".

El Video del Papa difunde cada mes las intenciones de oración del Santo Padre por los desafíos de la humanidad y la misión de la Iglesia.

 

 

06/11/2018-16:19
Rosa Die Alcolea

52ª Jornada Mundial de la Paz: "La buena política está al servicio de la paz"

(ZENIT — 6 nov. 2018).- "La buena política está al servicio de la paz" es el tema del Mensaje del Papa Francisco para la 52a Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2019.
Así lo ha anunciado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, acompañado de un comentario, esta mañana, martes, 6 de noviembre de 2018.

"Estamos llamados a llevar y anunciar la paz" como la buena noticia de un futuro en el que cada ser vivo será considerado "en su dignidad y sus derechos", es parte del mensaje que el Pontífice publicará con motivo de esta jornada, instaurada por San Pablo VI el 1 de enero de 1968.

En dicho comentario al tema del mensaje, se puede leer: "El compromiso político, -que es una de las expresiones más altas de caridad- comporta la preocupación por el futuro de la vida y del planeta, de los más jóvenes y de los más pequeños, en su sed de realización".

 

"No hay paz sin confianza mutua"

Y se matiza: "La responsabilidad política pertenece a cada ciudadano, y en particular a aquellos que han recibido el mandato de proteger y gobernar. Esta misión consiste en salvaguardar el derecho y fomentar el diálogo entre los actores de la sociedad, entre las generaciones y entre las culturas. No hay paz sin confianza mutua. Y la confianza tiene como primera condición el respeto por la palabra dada".

Asimismo, se indica que cuando el hombre es respetado en sus derechos, como recuerda San Juan )0011 en la encíclica Pacem in Terris (1963), "brota en él el sentido del deber de respetar los derechos de otros". De este modo, "los derechos y los deberes del hombre acrecientan la conciencia de pertenecer a una misma comunidad, con los demás y con Dios" (cf. ibid., 45).

El Mensaje del Santo Padre para la 51ª Jornada Mundial de la Paz, celebrada el pasado 1 de enero de 2018, estuvo enfocado a "Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz".

 

 

06/11/2018-16:50
Rosa Die Alcolea

España: El Papa nombra obispo de Ávila a José María Gil Tamayo

(ZENIT — 6 nov. 2018).- Tras aceptar la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Ávila (España), presentada por Mons. Jesús García Burillo, el Papa Francisco ha nombrado al Revdo. José María Gil Tamayo, Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, como obispo de esta diócesis.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede lo ha comunicado esta mañana, 6 de noviembre de 2018, en un comunicado.

Gil Tamayo es Secretario General de la Conferencia Episcopal Española desde el 20 de noviembre de 2013. Asimismo, en la Curia Romana ha sido consultor del Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales (2006-2016).

 

Revdo. José María Gil Tamayo

El reverendo José María Gil Tamayo nació el 5 de junio de 1957 en Zalamea de la Serena, Badajoz. Asistió al Seminario de Mérida-Badajoz y se graduó en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Fue ordenado sacerdote el 7 de septiembre de 1980, incardinándose en la archidiócesis de Mérida-Badajoz.

Después de ejercer el ministerio en algunas parroquias rurales durante 9 años, se graduó en Ciencias de la Información en la misma Universidad de Navarra. En 1992 fue nombrado Director de la Delegación de Medios de Comunicación y de la Oficina de Información de su diócesis. De 1998 a 2011 fue Director de la Secretaría de la Comisión de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española.

 

Mons. Jesús García Burillo

Obispo de Ávila, desde 2003. Nació en Alfamén, provincia y archidiócesis de Zaragoza, el 28 de mayo de 1942. Tras finalizar la carrera de profesor de E.G.B., inició los estudios eclesiásticos en Valladolid, terminándolos en la Universidad de Comillas de Madrid. Fue ordenado sacerdote en Valladolid, el 25 de julio de 1971. En la misma Universidad de Comillas obtuvo, en 1970, la licenciatura en Teología y, en 1977, el doctorado en Teología Bíblica.

Fue ordenado obispo auxiliar de Orihuela-Alicante el 19 de junio de 1998. Recibió la ordenación episcopal en Alicante el 19 de septiembre del mismo año. El 9 de enero de 2003 fue nombrado obispo de Ávila y tomó posesión de la diócesis el 23 de febrero de 2003.

En la CEE es miembro de la Comisión Episcopal para el Patrimonio Cultural desde marzo de 2017. Presidió esta Comisión desde noviembre de 2009 hasta 2017. También ha sido miembro de las Comisiones Episcopales de Pastoral (1999-2002), de Relaciones Interconfesionales (1999-2005), del Clero (2005-2008), de Doctrina de la Fe (2008 a 2009) y para la Vida Consagrada (2008-2009).

 

 

06/11/2018-17:06
Redacción

Perú: El nuevo obispo auxiliar de Trujillo es el P. Timoteo Solórzano Rojas

(ZENIT — 6 nov. 2018).- El Santo Padre ha nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Trujillo (Perú), asignándole la sede titular episcopal de Dumio, al Revdo. P. Timoteo Solórzano Rojas, MS C., actualmente párroco de la parroquia de Santiago Apóstol en la prelatura territorial de Caravelí.

El nombramiento ha sido comunicado esta mañana, 6 de noviembre de 2018, por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Timoteo Solórzano Rojas

El Rev. P. Timoteo Solórzano Rojas, M.S.C., nació el 24 de enero de 1969 en Chucos, diócesis de Huari. Después de completar sus estudios primarios y secundarios en Huantar, ingresó a la Congregación de los Misioneros del Sagrado Corazón y frecuentó los estudios filosóficos y teológicos en Lima (1988-1996). Asistió a cursos de especialización en educación religiosa en Guatemala. Hizo su noviciado en la República Dominicana. Pronunció la primera profesión el 15 de agosto de 1990 y la profesión perpetua el 15 de agosto de 1998. Fue ordenado sacerdote el 9 de enero de 2001.

Ha ocupado los siguientes cargos: vicario parroquial en la archidiócesis de Trujillo (2001-2002); párroco en la archidiócesis de Ayacucho (2003-2004); párroco en la archidiócesis de Lima (2005-2007); Párroco de San Pablo y vicario foráneo en la archidiócesis de Trujillo (2007-2010). Desde 2011 hasta 2018, fue Director de Formación en el Seminario de la Provincia de los Misioneros del Sagrado Corazón en Perú y colaborador de la parroquia en la iglesia de San Felipe en Lima.

Actualmente es párroco de Santiago Apóstol y promotor del colegio parroquial de Acari en la prelatura territorial de Caravelí.

 

 

06/11/2018-17:27
Redacción

Filipinas: Monseñor Angelito R. Lampon, nombrado arzobispo de Cotabato

(ZENIT — 6 nov. 2018).- El Santo Padre Francisco ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis de Cotabato (Filipinas), presentada por el cardenal Orlando B. Quevedo, ha dado a conocer la Oficina de Prensa del Vaticano, este martes, 6 de noviembre de 2018.

En consecuencia, ha nombrado arzobispo metropolitano a Monseñor Angelito R. Lampon, transfiriéndolo de la sede titular de Valliposita y del Vicariato apostólico de Jolo.

 

Mons. Angelito R. Lampon

Mons. Angelito R. Lampon, Misionero Oblato de María Inmaculada, nació en M'lang, Cotabato, el 1 de marzo de 1950. Después del noviciado en los Oblatos de María Inmaculada en Tamontaka, Cotabato, estudió Filosofía en la Universidad Ateneo de Manila. Quezon City y teología en la Loyola School of Theology, también en Quezon City.

Fue ordenado sacerdote para los Oblatos de María Inmaculada el 26 de marzo de 1977.

Ejerció su ministerio sacerdotal en los siguientes oficios: vice párroco en Lebak, Sultan Kudarat y en la catedral de Cotabato (1977-1978); Miembro del personal del seminario en la ciudad de Cotabato (1979-1981); Estudios en el SIADI (South Asian Interdisciplinary Institute) Intramuros, Manila (1981-1982); Director de postulantes y escolásticos de los Oblatos de María Inmaculada (1982-1988); Superior Provincial de la Provincia Filipina de los Oblatos de María Inmaculada (1988-1992); Consejero general de los Oblatos de María Inmaculada, en su Administración general en Roma (1992¬1997).

Elegido el 21 de noviembre de 1997, obispo titular de Valliposita y vicario apostólico de Jolo, fue consagrado el 6 de enero de 1998.

Dentro de la Conferencia Episcopal de Filipinas, ha sido Presidente de la Comisión para el Diálogo Interreligioso (2011-2017), y ahora es Presidente de la Comisión para Asuntos Ecuménicos.

 

 

06/11/2018-15:27
Antonio Rivero

Antonio Rivero: "¿A quién me parezco: a la viuda humilde o a los fariseos vanidosos y avaros?"

 

DOMINGO 32 DEL TIEMPO ORDINARIO

Ciclo B
Textos: 1 Re 17, 10-16; Heb 9, 24-28; Mc 12, 38-44

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: ¿A quién queremos parecernos: ¿a esos maestros de la ley o a la pobre viuda que da a Dios generosamente, no las sobras, sino de lo que necesita?

Síntesis del mensaje: Dos de las lecturas de hoy —la primera y la tercera- tienen un protagonista idéntico: una viuda, es decir, aquella que en la sociedad antigua, toda basada en los hombres, es la persona socialmente más expuesta y más desprovista de prestigio y de recursos. Y sin embargo Cristo la pone como ejemplo de generosidad. También el salmo de hoy defiende a la viuda.

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, veamos primero a esos maestros de la ley. Ya Cristo los atacó en el plano doctrinal; ahora lo hace en el plano de la vida práctica. Esas personas tan estimadas y admiradas por el pueblo esconden, bajo un comportamiento aparentemente irreprochable, dos defectos que hacen inútil cualquier acto de culto: vanidad y avaricia. Su vanidad queda bien resaltada con cuatro pinceladas que encuentran fácil confirmación en las fuentes judías. Su avaricia es singularmente grave por llevarlos a la explotación de los más indefensos, las viudas, sirviéndose precisamente de su prestigio religioso. En lugar de ayudar a los pobres y necesitados, como mandaba ya Éxodo 22, 21, no dudan en aprovecharse de ellos descaradamente, recurriendo a una devoción ostentosa, hecha como espectáculo, para atraer la admiración y la estima de la gente. Nada puede haber más corrupto y abominable que un comportamiento hipócritamente religioso en función de una ambición sin escrúpulos. Vanidad y avaricia no sólo son dos actitudes que vician cualquier acto de culto, sino las actitudes que Jesús ha condenado varias veces: en vez de reivindicar privilegios y honores, deberían hacerse los últimos y los servidores de todos; en lugar de oprimir y explotar a los indefensos, deberían compartir con los indigentes sus propias riquezas. Pero nada de eso hacían.

En segundo lugar, veamos ahora a la viuda. Jesús quiere que sus discípulos graben bien en su memoria la lección de esta pobre viuda. Se acerca temblorosa al cepillo del templo -¡ejemplo de humildad, piedad y reverencia ante Dios y las cosas de Dios!-. No atreviéndose a hablar, con un gesto bien elocuente nos da un ejemplo de lo que debe ser el verdadero acto de culto: deposita sus dos únicas monedas -¡ejemplo de generosidad!-. Sus dos únicas monedas llevan el sello de ese don total que exige el primer mandamiento y que reclama todo verdadero acto de culto. El encuentro con Dios no se consigue a través de unos ritos externos, más o menos suntuosos y vistosos, sino a través de esos gestos sencillos y silenciosos, que pueden pasar incluso desapercibidos, pero en los cuales deposita el hombre todas sus seguridades para abandonarse por completo a las manos de Dios. Lo que cuenta es un corazón generoso, desprendido y confiado en la acción divina, ya que Dios no se fija tanto en lo que damos, cuanto en lo que reservamos para nosotros. Para Cristo vale más la interioridad del corazón de esta viudaque los ademanes ampulosos de los farsantes.

Finalmente, ahora es el momento de mirar nuestro corazón. A todos nos gustan los primeros lugares, que nos alaben y que nos tengan por importantes y santos. A todos nos atrae el dinero. Nos gusta llamar la atención. Nos dejamos engañar por las apariencias. Valoramos a los demás por lo que tienen, no por lo que son. De ordinario tendemos a dar de lo que nos sobra, pues no queremos correr el riesgo de un futuro desconocido, sin ninguna seguridad. Damos rápido, tal vez, una pequeña limosna, para salir al paso...pero entregarnos a nosotros mismos, nuestro tiempo, nuestro trabajo, nuestro amor, dar de lo que necesitamos... ¡ya es otra cosa! Curiosamente después de llevar al altar en la santa misa el pan y el vino para la Eucaristía, lo único que la introducción al misal permite llevar, no son ofrendas pintorescas, más o menos simbólicas, sino "dinero u otras donaciones para los pobres o para la iglesia (Instrucción General Misal Romano 73). También dice lo siguiente: en la Eucaristía no sólo "ofrecen la víctima inmaculada, sino que aprendan a ofrecerse a sí mismo" (Instrucción General Misal Romano 79). Dios no se dejará ganar en generosidad, si somos como esas buenas mujeres viudas que, desde su pobreza, y fiándose de Él, lo dan todo; si somos capaces de correr la aventura de dar lo último que poseemos, Dios nos alabará.

Para reflexionar: ¿A quién me parezco: a esos vanidosos y avaros maestros de la ley, o a esa viuda generosa y humilde? ¿Me avergüenza ver que Jesús está cerca de los pobres? Hoy, ¿a quiénes se suelen dar los créditos: a los que tienen o a los que necesitan?

Para rezar: Señor Jesús, que conoces todos nuestros gestos y nuestras intenciones más ocultas, renuévanos por dentro, para que seamos agradables a tus ojos. Amén.

 

 

06/11/2018-18:03
Isabel Orellana Vilches

San Vicente Grossi, 7 de noviembre

«Fundador de las Hijas del Oratorio, un sacerdote entregado a sus fieles, que tuvo como eje vertebral de su vida la santa misa, y en el ideario de su labor apostólica dirigida a la infancia y juventud el carisma de san Felipe Neri»

El Martirologio cuenta con excelsos modelos de santidad encarnados en modestos y humildes sacerdotes rurales que han alumbrado la fe de incontables personas con una vida sencilla, silenciosa y entregada que a veces ha velado a los ojos ajenos el martirio cotidiano en el que transcurría, como le sucedió al santo Cura de Ars y tantos otros que ya hemos visto desfilar por este santoral de ZENIT.

Vicente Grossi es uno de esos presbíteros que han dado gloria a Dios y a la Iglesia con un ejemplar celo apostólico y encomiable creatividad. Nació el 9 de marzo de 1845 en la localidad italiana de Pizzighettone, perteneciente a Cremona, región de Lombardía. Fue uno de los siete hijos, el penúltimo, del humilde hogar formado por Baldassarre Grossi y Maddalena Cappellini.

Nuevamente fue una figura femenina, la de su madre, como le ha sucedido a otros santos y beatos, quien tuvo un peso capital en su vida. Ella se ocupó de inculcarle el amor a la oración educándole en la fe cristiana, aunque su padre, trabajador y honesto, también fue para él modelo de integridad en la vida. Supo aprovechar el tiempo del que disponía para entregarlo a los demás. El ambiente en el que creció le serviría después en su misión.

Era muy joven cuando se sintió llamado al sacerdocio, pero su progenitor juzgó oportuno que difiriese su ingreso en el seminario. En cierto modo, y aunque también pesaban necesidades familiares que requerían su presencia, aquél quiso constatar que no se trataba de una simple idea que bullía en la mente de su hijo, sino que estaba anclada en lo más íntimo de su ser. Así era. El 4 de noviembre de 1864, a sus 19 años, Vicente se convirtió en seminarista en Cremona, y fue ordenado sacerdote en la catedral de la ciudad el 22 de mayo de 1869. Inicialmente fue vicario en distintas parroquias hasta que en 1873 se le encomendó la de Regona. Diez años más tarde el prelado Bonomelli puso bajo su responsabilidad la de Vicobellignano; llegó a ella culminando 1882, y allí permaneció treinta y cuatro años hasta apurar su vida, vida que había sido en realidad de Cristo.

Era una parroquia complicada, bastión del protestantismo; el obispo se lo advirtió y la puso bajo su amparo con la certeza de que haría de ella una fuente de bendiciones. Sabía que si en todas era precisa la presencia de sacerdotes generosos y prudentes, pastores llenos de celo apostólico y de caridad, tenía en el beato una imagen certera de una persona que encarnaba estas virtudes. Por eso le distinguió con su confianza diciéndole que en un margen de diez años esperaba que hubiese dado un vuelco a la parroquia, contribuyendo a la desaparición del error. Monseñor Bonomelli no se equivocó. Él padre Grossi se ocupaba de los feligreses que amaba entrañablemente. Y ellos también le hacían objeto de su atención; veían en su párroco a un hombre bueno, fiel al Santo Padre, abnegado, austero, obediente a su obispo, con la sabiduría de Dios en sus labios forjada en su oración, y un sentido del humor que ponía de manifiesto su gozo espiritual, con una entrega hacia cada uno de los fieles ciertamente ejemplar. El eje que vertebraba su vida era la santa misa; de ella extraía la fortaleza y nutría su celo apostólico. A sus parroquianos le alentó un día, diciéndoles: «cuando nuestro corazón está lleno de amor por Dios, no persigue otros amores, ¿entendido? Por tanto, ¡a trabajar!».

Era sencillo en su forma de vida. Baste decir que su equipaje, sumamente ligero, podía componerse de un modesto bolso de viaje que contenía su breviario, y un reloj. Tanto los sermones como la propia misa eran fruto de su oración y de una intensa preparación, y eso los fieles lo percibían. Hizo todo lo que estuvo en sus manos para llevarlos al regazo del Padre; los soñó y los oró en Él y desde Él. Por eso, y porque sabía por propia experiencia lo que significaba la pobreza y la carencia, no solo de los bienes materiales sino también de los espirituales, se dejó guiar por la inspiración, y tomó como punto de despegue para su misión la atención a los jóvenes. Eran el futuro; siempre lo son, y el padre Grossi lo tenía presente.

En su corazón apostólico también los niños, junto a los jóvenes, ocupaban un lugar preponderante. Vio con claridad evangélica la importancia de contar con un núcleo de formadores en cada parroquia. Fue el germen de su fundación: el Instituto de las Hijas del Oratorio, que inició en 1885 con la ayuda de Ledovina María Scaglioni y el objetivo de proporcionar orientación moral y religiosa a las niñas que frecuentaban el templo. Las religiosas se dedicaron a colaborar en la pastoral de otras parroquias impartiendo catequesis, apoyadas por una red de jardines de infancia, centros asistenciales y escuelas primarias que poco a poco fueron surgiendo. Las reglas que el fundador escribió de rodillas ante el sagrario estaban inspiradas en la espiritualidad de san Felipe Neri, el santo de la alegría espiritual. Y ese espíritu dotó a la fundación, que tenía cincelado en su ideario: la humildad, la caridad y el gozo en el servicio, así como el sacrificio, a imitación de Cristo.

Este gran sacerdote que tan delicadamente tuteló la vida espiritual, consolando y asistiendo material y humanamente a sus feligreses, poco antes de morir indicó a la maestra de novicias: «Procuren no quejarse nunca; buscando, por el contrario, alegrarse cuando las cosas vayan en contra de sus deseos». El 7 de noviembre de 1917 entregó su alma a Dios a causa de una peritonitis fulminante, diciendo: «El camino está abierto; hay que recorrerlo». Fue beatificado por Pablo VI el 1 de noviembre de 1975. El pontífice destacó en ese acto «la solidez de sus generosas virtudes, ocultas en el silencio, purificadas por el sacrificio y la mortificación, refinadas por la obediencia» afirmando que había dejado «un profundo surco en la Iglesia». El 18 de octubre de 2015 el papa Francisco lo canonizó.