Servicio diario - 21 de febrero de 2019


 

21 puntos de reflexión para trabajar en ‘La protección de los menores en la Iglesia’
Rosa Die Alcolea

Comienza el Encuentro de protección de menores: “El pueblo espera de nosotros medidas concretas y efectivas”
Rosa Die Alcolea

Protección de menores: La colaboración con los estados y los tribunales civiles, imprescindible
Anita Bourdin

“A las víctimas hay que creerles, respetarlas, cuidarlas y repararlos” pide una víctima de abusos
Rosa Die Alcolea

¿Quiénes participan en el Encuentro sobre la protección de menores en la Iglesia?
Rosa Die Alcolea

Jesuitas: El Papa aprueba las “preferencias apostólicas” de los próximos 10 años
Anne Kurian

Estados Unidos: Theodore Edgar McCarrick, dimitido del estado clerical
Rosa Die Alcolea

Liberia: El Papa expresa su “sincera solidaridad” por el derrumbe en Gbanipea
Rosa Die Alcolea

Bangladesh: Pésame del Papa por las víctimas del incendio en Dacca
Redacción

Venezuela: “¡Escuchen el clamor del pueblo, dejen entrar y distribuir en paz la ayuda humanitaria!”
Ana Paula Morales

Mons. Enrique Díaz Díaz: El perdón como camino
Enrique Díaz Díaz

Santa Margarita de Cortona, 22 de febrero
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

21/02/2019-15:49
Rosa Die Alcolea

21 puntos de reflexión para trabajar en 'La protección de los menores en la Iglesia'

(ZENIT — 21 febrero 2019).- El Papa Francisco ha entregado 21 puntos de reflexión a los 190 participantes en el Encuentro sobre 'La protección de los menores en la Iglesia', formulados a la vez por las diferentes Comisiones y Conferencias Episcopales como contribución a la reflexión en el curso de los trabajos.

Esta mañana, jueves, 21 de febrero de 2019, ha comenzado el Encuentro convocado por el Papa para afrontar el problema de los abusos sexuales en la Iglesia, con la "la finalidad de que todos los obispos tengan absolutamente claro lo que se necesita hacer para prevenir y combatir el drama mundial de los abusos a menores".

Esta mañana, el Pontífice ha pronunciado unas palabras al inicio de la reunión, remarcando la necesidad de disponer de "medidas concretas y efectivas" para combatir este mal en el seno de la Iglesia Católica. "Es necesario la concreción", ha reiterado.

Por ello, el Santo Padre ha dado a todos los participantes estos 21 puntos de reflexión para trabajar estos días. Se trata de unas líneas orientativas "para ayudar a nuestra reflexión", ha explicado a los sacerdotes y religiosos. "Son un punto sencillo de partida, que viene de vosotros y vuelve a vosotros, y que no quita la creatividad que debe tener este encuentro".

***

 

21 puntos de reflexión

1. Elaborar un vademecum práctico en el que se especifiquen los pasos a seguir por la autoridad en todos los momentos clave de la aparición de un caso.

2. Proveerse de estructuras de escucha, compuestas por personas capacitadas y expertas, donde se realiza un primer discernimiento de los casos de presuntas víctimas.

3. Establecer criterios para la implicación directa del Obispo o del Superior Religioso.

4. Implementar procedimientos compartidos para el análisis de las acusaciones, la protección de las víctimas y el derecho de defensa de los acusados.

5. Informar a las autoridades civiles y a las autoridades eclesiásticas superiores de acuerdo con las normas civiles y canónicas.

6. Revisar periódicamente los protocolos y normas para salvaguardar un ambiente protegido para los menores en todas las estructuras pastorales; protocolos y normas basados en los principios de la justicia y la caridad, y que deben ser integrados para que la acción de la Iglesia, también en este campo, se ajuste a su misión.

7. Establecer protocolos específicos para el manejo de las acusaciones contra los Obispos.

8. Acompañar, proteger y atender a las víctimas, ofreciéndoles todo el apoyo necesario para su completa sanación.

9. Aumentar la conciencia de las causas y consecuencias del abuso sexual a través de iniciativas de formación permanente de obispos, superiores religiosos, clérigos y agentes pastorales.

10. Preparar caminos para la atención pastoral de las comunidades heridas por los abusos, así como caminos penitenciales y de recuperación para los culpables.

11. Consolidar la colaboración con todas las personas de buena voluntad y con los medios de comunicación para poder reconocer y discernir los casos verdaderos de los falsos, las acusaciones de las calumnias, evitando rencores e insinuaciones, rumores y difamaciones (cf. Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2018).

12. Elevar la edad mínima para contraer matrimonio a 16 años.

13. Establecer disposiciones que regulen y faciliten la participación de expertos laicos en las investigaciones y en los diferentes grados de juicio de los procesos canónicos sobre abuso sexual y/o de poder.

14. El derecho a la defensa: también es necesario salvaguardar el principio de derecho natural y canónico de la presunción de inocencia hasta que se pruebe la culpabilidad del acusado. Por lo tanto, es necesario evitar la publicación de las listas de los acusados, incluso por parte de las diócesis, antes de la investigación previa y la condena definitiva.

15. Respetar el principio tradicional de proporcionalidad de la pena con respecto al delito cometido. Dictaminar que los sacerdotes y obispos culpables de abuso sexual de menores abandonen el ministerio público.

16. Introducir reglas concernientes a los seminaristas y candidatos al sacerdocio o a la vida religiosa. Para esto, introducir programas de formación inicial y permanente para consolidar su madurez humana, espiritual y psicosexual, así como sus relaciones interpersonales y su comportamiento.

17. Para los candidatos al sacerdocio y a la vida consagrada, se ha de realizar una evaluación psicológica por parte de expertos cualificados y acreditados.

18. Indicar las normas que rigen el traslado de un seminarista o de un aspirante religioso de un seminario a otro; así como de un sacerdote o religioso de una diócesis o congregación a otra.

19. Formular códigos de conducta obligatorios para todos los clérigos, religiosos, personal de servicio y voluntarios, con el fin de definir límites apropiados en las relaciones personales. Especificar los requisitos necesarios para el personal y los voluntarios, y verificar sus antecedentes penales.

20. Ilustrar toda la información y datos sobre los peligros del abuso y sus efectos, sobre cómo reconocer las señales de abuso y cómo denunciar a las sospechas de abuso sexual. Esto debe hacerse en colaboración con los padres, profesores, profesionales y las autoridades civiles.

21. Donde aún no se ha hecho, es necesario instituir un organismo de fácil acceso para las víctimas que deseen denunciar los delitos. Un organismo que goce de autonomía también con respecto a la autoridad eclesiástica local, y que esté compuesto por personas expertas (clérigos y laicos), que sepan expresar la atención de la Iglesia a aquellos que, en este campo, se consideran ofendidos por actitudes inadecuadas por parte de clérigos.

 

 

21/02/2019-09:36
Rosa Die Alcolea

Comienza el Encuentro de protección de menores: "El pueblo espera de nosotros medidas concretas y efectivas"

(ZENIT – 21 febrero 2019).- “En este encuentro sentimos el peso de la responsabilidad pastoral y eclesial, que nos obliga a discutir juntos, de manera sinodal, sincera y profunda, sobre cómo enfrentar este mal que aflige a la Iglesia y la humanidad”, ha dicho el Papa Francisco al comienzo del Encuentro sobre ‘La protección de los menores en la Iglesia’.

"El Pueblo santo de Dios nos mira y espera de nosotros, no solo simples y obvias condenas, sino disponer medidas concretas y efectivas. Es necesario concreción", ha remarcado el Pontífice.
El Encuentro ha comenzado este jueves, 21 de febrero de 2109, a las 9 horas, con la oración inicial presidida por el Papa Francisco en el aula nueva del Sínodo, en el Vaticano.

 

190 participantes

Participan en el Encuentro 190 representantes católicos: Presidentes de las Conferencias Episcopales de la Iglesia Católica, jefes de las Iglesias Orientales Católicas, los representantes de la Unión de Superiores Generales y de la Unión Internacional de Superioras Generales, Miembros de la Curia Romana y del Consejo de Cardenales.

Después de la oración inicial, el Papa Francisco ha pronunciado una reflexión para los participantes. Esta ha sido la primera de las dos veces que tiene previsto intervenir. La segunda será al final de la Misa que se celebrará el domingo, 24 de febrero, por la mañana.

Tras las palabras del Pontífice, se ha proyectado un video y después han hablado el Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila y Presidente de Caritas Internacional, y Mons. Charles Jude Scicluna, miembro del comité organizador del Encuentro y Subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Finalmente han trabajado en grupos, como estaba previsto.

A continuación ofrecemos las palabras del Papa Francisco.

***

 

Palabras del Papa Francisco

Queridos hermanos. Buenos días.

Ante el flagelo del abuso sexual perpetrado por hombres de Iglesia contra menores de edad, he querido interpelaros a todos vosotros, patriarcas, cardenales, arzobispos, obispos, superiores religiosos y responsables, para que juntos nos pongamos a la escucha del Espíritu Santo y dóciles a su guía escuchemos el grito de los pequeños que piden justicia. En este encuentro sentimos el peso de la responsabilidad pastoral y eclesial, que nos obliga a discutir juntos, de manera sinodal, sincera y profunda, sobre cómo enfrentar este mal que aflige a la Iglesia y la humanidad. El Pueblo santo de Dios nos mira y espera de nosotros, no solo simples y obvias condenas, sino disponer medidas concretas y efectivas. Es necesario concreción.

Así pues comencemos nuestro camino armados con la fe y el espíritu de máxima parresía, valentía y concreción.

Como ayuda, me gustaría compartir con vosotros algunos criterios importantes, formulados por las distintas Comisiones y Conferencias Episcopales —han llegado de vosotros, solo los he enumerado un poco—. Se trata de unas líneas orientativas para ayudar a nuestra reflexión, y que os serán entregadas ahora. Son un punto sencillo de partida, que viene de vosotros y vuelve a vosotros, y que no quita la creatividad que debe tener este encuentro.

También en nombre vuestro, me gustaría agradecer a la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, a la Congregación para la Doctrina de la Fe y a los miembros del Comité organizador por el excelente trabajo realizado con gran esfuerzo en la preparación de esta reunión. Muchas gracias.

Finalmente, le pido al Espíritu Santo que nos sostenga en estos días y que nos ayude a transformar este mal en una oportunidad para la toma de conciencia y para la purificación. Que la Virgen María nos ilumine para tratar de curar las heridas graves que el escándalo de la pedofilia ha causado tanto en los niños como en los creyentes. Gracias.

 

 

21/02/2019-20:22
Anita Bourdin

Protección de menores: La colaboración con los estados y los tribunales civiles, imprescindible

(ZENIT — 21 febrero 2019).- La colaboración con los estados y los tribunales civiles es indispensable: este es uno de los puntos planteados por el Papa Francisco en sus "21 puntos de reflexión" y por sus colaboradores, quienes realizaron una conferencia de prensa, el jueves, 21 de febrero de 2019, a mediodía, primer día del Encuentro Mundial para la Protección de Menores en la Iglesia (21-24 de febrero de 2019).

El encuentro con la prensa internacional tuvo lugar en el instituto de patrística Augustinianum en Roma, a dos pasos del Vaticano, a la 13:30 horas, con Mons. Mark Benedict Coleridge, Arzobispo de Brisbane (Australia); Mons. Charles J. Scicluna, Arzobispo de Malta y subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, miembro del comité organizador del encuentro; Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación; el padre Federico Lombardi, Presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger— Benedicto XVI, y moderador del encuentro; y el padre Hans Zollner, Presidente del Centro para la Protección de los Menores de la Universidad Pontificia Gregoriana, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores. El director ad interim de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, moderó este briefing.

Paolo Ruffini mencionó, entre las preguntas planteadas por los obispos, el problema de los sacerdotes que "escapan del poder de los obispos": este es uno de los límites de la capacidad de los obispos para manejar los casos, y que impone "la importante colaboración con las autoridades civiles ".

El P. Lombardi señaló que la colaboración con la sociedad civil también era necesaria para el "cuidado pastoral de la prevención" y para facilitar el acceso de las víctimas a los medios para denunciar a los agresores.

Para el Mons. Scicluna, con una sonrisa, no se trata de tener "nostalgia por los medios coercitivos de la Inquisición". Pero ante un "criminal", "la jurisdicción del estado es esencial", especialmente para "manejar" los casos "desde el principio".

El Mons. Coleridge también enfatiza la importancia de colaborar con el estado, "y agrega" y también dentro de la Iglesia, "socavando" la responsabilidad episcopal".

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

21/02/2019-19:51
Rosa Die Alcolea

"A las víctimas hay que creerles, respetarlas, cuidarlas y repararlos" pide una víctima de abusos

(ZENIT — 21 febrero 2019).- "A las víctimas hay que creerles, respetarlas, cuidarlas y repararlos. Hay que reparar a las víctimas, hay que estar con ellos, hay que creerles, hay que acompañarlos", ha dicho una de las víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes a los participantes en el Encuentro sobre 'La protección de los menores en la Iglesia', en desarrollo hasta el próximo domingo, 24 de febrero de 2019, en Roma.

"Yo les pido por favor, que colaboren con la justicia, que tengan especial cuidado con las víctimas", ha solicitado a los representantes de la Iglesia. "No es extirpar el tumor y ya listo. Yo les pido que oigan a lo que el Santo Padre quiere hacer, no asientan con la cabeza y después hagan otra cosa".

Esta mañana, 21 de febrero de 2019, ha comenzado la reunión que congrega a 190 representantes católicos en el Vaticano para reflexionar y trabajar sobre la protección de los menores en la Iglesia Católica.

Junto al Papa, los cardenales, los obispos, los sacerdotes, los religiosos y las religiosas presentes en el aula nueva del Sínodo han visto un video con el testimonio en primera persona de cinco víctimas de Europa, Estados Unidos, África, Sudamérica y Asia.

 

"Una Iglesia renovada"

Esta persona, que fue abusada por un sacerdote, ha terminado: "Le pido al Espíritu Santo que los ayude a restablecer la confianza en la Iglesia, que los que no quieran oír al Espíritu Santo y los que quieran seguir encubriendo, que se vayan de la Iglesia, para dejar paso a otros que sí queremos una Iglesia nueva, una Iglesia renovada y una Iglesia absolutamente libre de abusos sexuales".

A continuación, ofrecemos el primer testimonio, ofrecido por una de las víctimas. Por motivos de privacidad, guardan el anonimato.

***

 

Primer testimonio

Antes que nada, quiero darles las gracias a la Comisión por haberme permitido de dirigirme a ustedes hoy, y al Santo Padre por todo el apoyo y la ayuda que nos ha dado en este último tiempo. Me preguntan que hable sobre el dolor del abuso sexual. Para todos es conocido que el abuso sexual deja una secuela tremenda para todas las personas. Creo que no vale la pena ya seguir hablando de eso porque las secuelas son obvias, en todo tipo de aspectos, y quedan para la vida.

Más me gustaría referirme como católico a lo que me pasó y lo que me gustaría decirles a los obispos. Para una persona, como católico, lo más difícil es poder hablar sobre el abuso sexual, pero una vez que uno se atreve a ir a contar, en nuestro caso por ejemplo yo, lo primero que pensé es: voy a ir a la Santa Madre Iglesia, donde me van a oír y me van a respetar. Lo primero que hicieron fue tratarme de mentiroso, darme la espalda y decir que yo y otros, eramos enemigos de la Iglesia.

Yo sé que están allí hablando, sobre cómo terminar y cómo empezar de nuevo y cómo reparar todo este daño. Primero, perdones falsos, perdones obligados ya no funcionan. A las víctimas hay que creerles, respetarlas, cuidarlas y repararlos. Hay que reparar a las víctimas, hay que estar con ellos, hay que creerles, hay que acompañarlos. Ustedes, son los doctores de las almas, y sin embargo, con excepciones, se han convertido en algunos casos, en los asesinos de los almas, en los asesinos de la fe. Que contradicción más espantosa. Yo me pregunto, qué estará pensando Jesús, qué estará pensando María, cuando ve a sus propios pastores, ser los que traicionan a las ovejas. Yo les pido por favor, que colaboren con la justicia, que tengan especial cuidado con las víctimas.

Estamos viendo cada día la punta del Iceberg, cuando la Iglesia ha querido que se diga que esto ya terminó, siguen saliendo casos, ¿por qué? Porque se tratan, como cuando uno ve un cáncer, uno tiene que tratar el cáncer entero, no sacar el tumor, hay que hacer quimioterapia, hay que hacer radioterapia, hay que hacer tratamientos. No es extirpar el tumor y ya listo. Yo les pido que oigan a lo que el Santo Padre quiere hacer, no asientan con la cabeza y después hagan otra cosa, yo lo único que les pido es que, y le pido al Espíritu Santo, que los ayude a restablecer la confianza en la Iglesia, que los que no quieran oír al Espíritu Santo y los que quieran seguir encubriendo, que se vayan de la Iglesia, para dejar paso a otros que sí queremos una Iglesia nueva, una Iglesia renovada y una Iglesia absolutamente libre de abusos sexuales. Yo los encomiendo a la Virgen, los encomiendo al Señor, para que esto se haga una realidad. Pero no podemos seguir con este crimen, de encubrir esta lacra de los abusos sexuales en la Iglesia. Espero que el Señor y María los ilumine, y de una vez por todas, colaboremos con la justicia, y extirpemos este cáncer de la Iglesia, que está terminando con la Iglesia. Y eso es lo que el demonio quiere. Gracias.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

21/02/2019-10:00
Rosa Die Alcolea

¿Quiénes participan en el Encuentro sobre la protección de menores en la Iglesia?

(ZENIT — 21 febrero 2019).- 190 representantes católicos, entre cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, participarán en el Encuentro sobre 'La protección de la menores en la Iglesia', convocado por el Papa Francisco, quien participará en todas las sesiones.

La reunión se celebra del 21 al 24 de febrero de 2019 en el Vaticano. Del lunes al sábado por la tarde, las sesiones tendrán lugar en el aula nueva del Sínodo, y a partir del sábado 23, por la tarde, continuará en la Sala Regia (consultar el programa del Encuentro).

 

114 Conferencias Episcopales

Participan en la reunión 114 Presidentes de las Conferencias Episcopales de la Iglesia Católica: Son 36 de África, 24 de América del norte, Centroamérica y Sudamérica, 18 de Asia, 32 de Europa, y 4 de Oceanía. (Consultar la lista de nombres)

Asimismo, están presentes en esta cumbre 14 jefes de las Iglesias Católicas Orientales, 15 ordinarios no integrados en una conferencia episcopal, 12 superiores generales de instituciones religiosas masculinas, y 10 superioras generales de instituciones religiosas femeninas.

Habrá también una representación de 10 Prefectos de Dicasterios Vaticanos, 4 miembros de la Curia Romana, 5 miembros del Consejo de Cardenales, y 6 miembros del Comité.

 

 

21/02/2019-15:17
Anne Kurian

Jesuitas: El Papa aprueba las "preferencias apostólicas" de los próximos 10 años

(ZENIT — 21 febrero 2019).- El Papa Francisco aprobó y confirmó las "preferencias apostólicas" elegidas por los jesuitas para los próximos diez años: están en armonía con las prioridades de la Iglesia, dijo en una carta publicada por Vatican News el 19 de febrero de 2019.

Para 2019-2029, la Compañía de Jesús eligió cuatro "preferencias apostólicas": Promover el discernimiento y los ejercicios espirituales; caminar con los excluidos; acompañar a los jóvenes en el camino; Y cuidar la casa común.

Estas preferencias apostólicas "están en armonía con las prioridades apostólicas actuales de la Iglesia, expresadas a través del magisterio ordinario del Papa, de los sínodos y de las conferencias episcopales, especialmente de la exhortación Evangelii Gaudium", enfatiza el Papa Francisco en una Carta dirigida al padre Arturo Sosa, asistente general de los jesuitas.

 

"Discernimiento dinámico"

El discernimiento emprendido —agrega— ha sido un "discernimiento dinámico" y no un proceso de "biblioteca o de laboratorio". Para el Papa, la primera preferencia es fundamental porque asume como "la primera condición la relación del jesuita con el Señor, la vida personal y comunitaria de oración y discernimiento".

Las preferencias apostólicas son el fruto de un proceso de discernimiento que duró casi dos años. Ellos inspiran a los jesuitas "en el discernimiento y en la planificación apostólica", dice el Padre Sosa: Se centran en cómo los jesuitas pueden "utilizar mejor los medios a su disposición para servir a la misión reconciliadora de Cristo en el mundo".

 

Atención a los jóvenes

Parándose en la segunda preferencia, el padre Sosa explica: "Queremos tomar un camino para promover la justicia social. Queremos promover el cambio de las estructuras económicas, políticas y sociales que causan injusticias. Queremos eliminar de la vida de la Iglesia y de la sociedad el flagelo de los abusos".

Y para insistir en la tercera preferencia, la atención a los jóvenes, que puede ayudar a comprender los cambios en la sociedad: debemos "abrir espacios para los jóvenes a su creatividad" y debemos aprender de los jóvenes, asegura el superior general.

Finalmente, la cuarta preferencia alienta a la participación en acciones urgentes para frenar y detener el deterioro del medio ambiente. Pero todas estas preferencias, concluye el p. Sosa, involucra la colaboración, que debe ser un punto fuerte de la forma de actuar de los jesuitas.

© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

 

 

21/02/2019-10:27
Rosa Die Alcolea

Estados Unidos: Theodore Edgar McCarrick, dimitido del estado clerical

(ZENIT — 21 febrero 2019).- El ex cardenal Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington DC, ha sido retirado del estado clerical.

Esta sentencia fue decidida por la Congregación para la Doctrina de la Fe y por el Papa, y publicada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el sábado, 16 de febrero de 2019.

El 11 de enero de 2019, el Congresso de la Congregación para la Doctrina de la Fe emanó el decreto final del proceso penal contra Theodore Edgar McCarrick, arzobispo emérito de Washington, DC, por el cual el acusado fue declarado culpable de los siguientes delitos perpetrados como clérigo: solicitaciones en confesión y violaciones del sexto mandamiento del Decálogo con menores y adultos, con la circunstancia agravante del abuso de poder, por lo que se le impuso la pena de dimisión del estado clerical.

El 13 de febrero de 2019, la sesión ordinaria (Feria IV) de la Congregación para la Doctrina de la Fe examinó los argumentos presentados en el recurso por el apelante y decidió confirmar el decreto del Congresso.

Esta decisión fue comunicada a Theodore McCarrick el 15 de febrero de 2019. El Santo Padre ha reconocido la naturaleza definitiva de esta decisión, según norma de ley, la cual hace del caso res iudicata, es decir, no sujeta a posterior recurso.

 

Renuncia de McCarrick

El Santo Padre aceptó la renuncia de McCarrick como cardenal el sábado 28 de julio de 2018. La declaración señaló: "El Papa Francisco aceptó su renuncia como cardenal, y decidió suspenderlo del ejercicio de cualquier ministerio público, junto con la obligación de residir en una casa que se le indicará, para una vida de oración y penitencia, hasta que las acusaciones de las que es objeto sean aclaradas por un proceso canónico regular".

 

 

21/02/2019-11:27
Rosa Die Alcolea

Liberia: El Papa expresa su "sincera solidaridad" por el derrumbe en Gbanipea

(ZENIT — 21 febrero 2019).- El Papa Francisco se ha entristecido "profundamente" al recibir la noticia de los heridos y la pérdida de vidas a causa de un derrumbe en Gbanipea, y expresa su "sincera solidaridad" al Obispo de Gbarnga, así como a todos los afectados por esta tragedia.

Su Santidad ha enviado un telegrama de pésame por las víctimas del derrumbe en una mina de Gbanipea, Liberia, al obispo de Gbarnga, Mons. Anthony Fallah Borwah, mediante el Secretario de Estado Cardinal Pietro Parolin.

En el mensaje, el Secretario de Estado asegura que el Papa "reza por aquellos que lloran la pérdida de sus seres queridos y por el personal de emergencia que asiste a las víctimas". Así, el Santo Padre "invoca sobre todos las bendiciones divinas de la fortaleza y la curación".

 

 

21/02/2019-15:17
Redacción

Bangladesh: Pésame del Papa por las víctimas del incendio en Dacca

(ZENIT — 21 febrero 2019).- Publicamos a continuación el telegrama de pésame por las víctimas del incendio que estalló ayer en un almacén de productos químicos en Dacca (Bangladesh) enviado, en nombre del Santo Padre, por el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin.

 

Telegrama

Su Santidad, el Papa Francisco, ha recibido con tristeza la noticia de la pérdida de vidas y de los heridos a causa del gran incendio estallado en el centro de Dacca. Extiende su solidaridad a todos los afectados, y reza especialmente por el descanso de los difuntos y por la curación de los heridos. El Papa Francisco alienta al personal de emergencia que asiste a las víctimas de esta tragedia e invoca sobre todos las bendiciones divinas del consuelo y la fortaleza.

 

 

21/02/2019-19:11
Ana Paula Morales

Venezuela: "¡Escuchen el clamor del pueblo, dejen entrar y distribuir en paz la ayuda humanitaria!"

(ZENIT — 21 febrero 2019)."El país necesita la ayuda humanitaria. El régimen tiene la obligación de atender las necesidades de la población, y para ello facilitar la entrada y distribución de la misma, evitando cualquier tipo de violencia represiva. Pedir y recibir ayuda no es ninguna traición a la patria; antes bien, es un deber moral que nos incumbe a todos, ante las carencias y urgencias dramáticas que padece el pueblo venezolano", afirman los obispos venezolanos en un comunicado de prensa.

Recientemente Nicolás Maduro, se negó a recibir ayuda humanitaria al país sudamericano. El dictador venezolano, quien reiteró que no hay una crisis humanitaria en la nación, repitió en criticar la iniciativa propuesta por la oposición.

"La ayuda consiste fundamentalmente en raciones de emergencia y suplementos para niños y ancianos con déficit nutricional e insumos médicos, principalmente terapéuticos. Es limitada en cobertura y tiempo", continuan los obispos en el comunicado.

Desde la llegada de Hugo Chávez al poder, en 1999-2013 se creó una dictadura en el país caribeño con tintes socialistas. Su sucesor fue Nicolás Maduro con quien estalló la crisis en Venezuela llevando consigo problemas financieros, escasez de productos básicos y medicinas, el creciente desempleo, cierre de empresas privadas y una gran migración hacia países vecinos.

 

Hiperinflación

En Venezuela, se ha generado una hiperinflación, por la gran corrupción política y la caída de precios del petróleo.

Hubo elecciones generales en el país el año pasado, pero se dieron a conocer los resultados este año, por lo que el presidente de la Asamblea Venezolana, Juan Guaidó, se opuso, dando resultado el apoyo de Estados Unidos para que sea el presidente interino junto con otros países para detener esta dictadura.

Dando así una polariazación de los países que apoyan el régimen de Maduro y los que no. Recientemente el dictador pidió apoyo a la Santa Sede para intervenir y crear un diálogo que se le fue negado por el Papa dado que Juan Guaidó no solicitó el apoyo.

El día de hoy Maduro cerró su frontera con Brasil.

A continuación ofrecemos el comunicado completo de los obispos de Venezuela:

***

 

COMUNICADO DE LA PRESIDENCIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL VENEZOLANA

Ante la posibilidad de recibir la ayuda humanitaria

1. El deterioro general de las condiciones de vida ha llevado al país a situaciones límites, sobre todo en las áreas alimentarias y de salud. La Iglesia, en sus diversas instancias (el Papa, la Santa Sede, la conferencia episcopal, la de religiosos y el consejo de laicos), ha pedido muchas veces la posibilidad de abrir un canal humanitario. La respuesta ha sido siempre un "no" rotundo. En los actuales momentos, la Asamblea Nacional, en representación legítima del pueblo venezolano, ha tomado la iniciativa de organizar esta ayuda con el concurso de varios países y pueblos hermanos.

2. El país necesita la ayuda humanitaria. El régimen tiene la obligación de atender las necesidades de la población, y para ello facilitar la entrada y distribución de la misma, evitando cualquier tipo de violencia represiva. Pedir y recibir ayuda no es ninguna traición a la patria; antes bien, es un deber moral que nos incumbe a todos, ante las carencias y urgencias dramáticas que padece el pueblo venezolano.

3. La pastoral social de la Iglesia, a través de Cáritas a nivel nacional, diocesano y parroquial, desarrolla desde hace muchos años una intensa y reconocida labor en beneficio de las personas que necesitan atención inmediata, por medio de diferentes programas en materia de alimentación, salud, derechos humanos, gestión de riesgo, cuidado del ambiente y atención en situaciones de desastres naturales.

4. Reiteramos lo dicho en el comunicado de Caritas de Venezuela del día 4-2-2019. La posibilidad de una ayuda humanitaria ha generado muchas expectativas por las grandes necesidades del pueblo en materia de alimentación y salud. Queremos recordar que la ayuda se guía por protocolos aceptados internacionalmente para dar respuestas a situaciones de graves crisis. No atiende a intereses políticos, sino al bien del pueblo más vulnerable. No resuelve todos los problemas de la población. La ayuda consiste fundamentalmente en raciones de emergencia y suplementos para niños y ancianos con déficit nutricional e insumos médicos, principalmente terapéuticos. Es limitada en cobertura y tiempo. Es siempre subsidiaria y no sustituye lo que el Estado debe hacer con sus recursos.

5. En la actual crisis humanitaria, Cáritas renueva su compromiso de participar, junto a otras organizaciones, en la recepción y distribución de la ayuda humanitaria, aportando su experiencia y capacidades. Cáritas se sumará a la ayuda en esta crisis bajo los principios de respeto a los derechos humanos y humanitarios.

6. Estamos en contra de todo tipo de violencia. Invitamos a la Fuerza Armada Nacional para que se ponga del lado del pueblo al que pertenece. El juramento de hacer cumplir la Constitución que hacen los miembros del estamento militar tiene como principal destinatario al pueblo venezolano: es el compromiso de defenderlo, de proteger sus derechos inalienables y de hacer brillar su dignidad humana. En conciencia, no deben cumplir órdenes que atenten contra la vida y seguridad de la población. En estas circunstancias deben permitir el ingreso y la distribución de la ayuda internacional.

7. Igualmente, no debe generarse violencia ni manipulación alguna entre los ciudadanos. La ayuda humanitaria beneficiará a muchas personas que se encuentran en situaciones límites, y a la vez, es un ejercicio de solidaridad y de organización en un pueblo que, manteniendo en alto la dignidad y la esperanza, quiere cambiar la situación de penuria y precariedad que sufre.

8. Pedimos a María de Coromoto nos acompañe en estos momentos de tanta esperanza para el país e interceda ante su Hijo, el Buen Pastor, para que podamos hacer realidad lo que Él nos ha enseñado: "He venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10,10).

¡Escuchen el clamor del pueblo, dejen entrar y distribuir en paz la ayuda humanitaria!

En Caracas, a los 21 días del mes de febrero de 2019.

+ José Luis Azuaje Ayala
Arzobispo de Maracaibo
Presidente de la CEV

+Mario Moronta Rodríguez
Obispo de San Cristóbal
1° Vicepresidente de la CEV

+Raúl Biord Castillo
Obispo de La Guaira
2° Vicepresidente de la CEV

+ José Trinidad Fernández Angulo
Obispo Auxiliar de Caracas
Secretario General de la CEV

 

 

21/02/2019-07:05
Enrique Díaz Díaz

Mons. Enrique Díaz Díaz: El perdón como camino

 

Samuel 26, 2-23: "David no quiso atentar contra el ungido del Señor".
Salmo 102: "El Señor es compasivo y misericordioso".
I Corintios 15, 45-49: "Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso".

Nunca como ahora comprobamos las funestas consecuencias de las venganzas. Nuestro estado y nuestra patria se han teñido de sangre y de dolor porque a un crimen horrendo se suceden otros peores como desquite. Vivimos en un mundo de violencia. Guanajuato se cimbra a cada momento por asesinatos, robos, extorciones y venganzas que superan toda imaginación. Los hogares, como bien lo decía alguien, también padecen violencia: "Está comprobado que en el hogar es donde se sufre un alto por ciento de la violencia que ocasiona graves trastornos en el individuo y que después lo torna violento en la sociedad" ¿No seremos capaces de encontrar caminos de solución? El Padre León Narvaez, colombiano que ha experimentado en carne propia la violencia, nos dice que no hay otro camino para la reconciliación que el perdón. El rencor, en todos los ámbitos, sólo propicia un clima de oscuridad, nunca de solución.

El mundo judío tenía una máxima que ahora nos parece brutal, pero que en un ambiente donde el más poderoso se imponía y mandaba, logró un significativo avance en la legislación: "Ojo por ojo y diente por diente". Así, se rompía esa cadena de injusticia donde el más poderoso no recibía castigo. Era una ley dada para proteger al más débil y pretendía acabar con los abusos, los robos y las injusticias. Claro que el pueblo de Israel ya conocía el mandato del amor. En los Libros Sagrados se dice: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas... no serás vengativo ni guardarás rencor a tus conciudadanos y amarás a tu prójimo como a ti mismo" Pero esta ley se fue quedando en la práctica condicionada por la famosa ley del Talión del ojo por ojo y diente por diente. Muy parecida a la máxima que tan famoso ha hecho a Benito Juárez: "El respeto al derecho ajeno es la paz". Medidas, muros, leyes, para evitar el contacto y el abuso, pero que al final se quedan en letras que no llegan a detener la violencia de los hombres.

En este ambiente, y en el ambiente de hoy, Jesús propone otro camino. El reino de Dios no puede estar basado en la venganza, ni siquiera en la venganza limitada, sino en el principio del amor y el perdón. El amor a los enemigos, que bien puede considerarse otra bienaventuranza, pues quienes lo practican son llamados por Jesús "hijos del Altísismo", es expresado en este pasaje de San Lucas como un fundamento importantísimo en la propuesta de Jesús. Y es cierto, la venganza y el odio no son diques que frenen la violencia. Si no la frena el amor, no la podremos frenar jamás.

Recuerdo con cariño a un hombre muy anciano que en sus últimos momentos confesaba que había vivido casi toda su vida ahogado y podrido por el odio y el deseo de la venganza. Hasta que un día, de improviso, se decidió a perdonar. "Fue como si hubiera nacido de nuevo, me decía. El odio es como una manzana con un gusano adentro. Nadie se atreve a comer la manzana, pero la manzana sí queda podrida. El odio pudre a quien lo lleva en su corazón" Si miráramos con detenimiento las graves y grandes guerras de la historia y las actuales, descubriríamos que más allá de todo conflicto, fueron causadas por odios, por egoísmos y por venganzas que oscurecen la mente y entorpecen los sentidos. ¿A dónde nos han llevado esas estúpidas guerras actuales? ¿Qué se ha logrado? Solamente mayores inseguridades, más temores y a alimentar nuevos rencores que justifiquen lo que no tiene razón.

En el camino de la "no violencia" a Jesús, se le han unido grandes hombres y reformadores, anunciando con su vida y con sus obras que puede más el amor que el odio. Tenemos los grandes logros de Gandi, de Martín Luther King, y de tantos hombres y mujeres que han sido capaces de enfrentar con dignidad, con valentía, pero sin violencia a los que cometen injusticias. En nuestras ciudades y en nuestros pueblos he encontrado hombres muy valientes que después de haber sufrido graves injusticias, sin renunciar a la verdad, sin dejarse comprar por unos cuantos pesos, han sido capaces de vencer los rencores e iniciar una nueva vida en las comunidades, buscando la reconciliación y una verdadera justicia que le permita a cada uno vivir dignamente.

Un segundo principio que nos ofrece Cristo, y prácticamente consecuencia del primero, nos dice: "al que te golpee en una mejilla preséntale también la otra. Al que te arrebate el manto, entrégale también el vestido. Da al que te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames". Es ir más allá de la violencia. Estas propuestas de Jesús nos parecen hasta ingenuas y motivo de abusos de los poderosos. Pero tengamos en cuenta lo que acaba de decir en las bienaventuranzas. Se trata de ser mansos, pero no "mensos". Jesús no intenta reducirnos a la pasividad, al conformismo o a la resignación. ¿Por cuánto tiempo utilizaron los poderosos la "resignación cristiana" para acallar las voces que exigían sus derechos? No se trata de renunciar a nuestros derechos ni de callarnos frente a las injusticias, sino de renunciar a la violencia como medio absoluto para resolver las diferencias y los conflictos, también, renunciar a nuestras comodidades o a nuestras prendas más preciadas para darlas a los que más las necesitan. En este sentido, Jesús supera el concepto de compartir que se tenía hasta el momento, pues ya no basta solo compartir el "pan con el hambriento..." sino entregarlo todo, incluso hasta la propia vida.

El tercer principio que Jesús nos presenta va todavía más allá: si es revolucionario el anuncio de las bienaventuranzas, porque tienden a descubrir a Dios y su Reino como la única riqueza y es, por tanto, capaz de poner en crisis todos los falsos valores que el ser humano se crea una y otra vez, se puede decir que es todavía más revolucionario el anuncio de un amor que enseña a buscar al otro sólo porque es el otro, prescindiendo del hecho de que nos quiera o nos deteste, nos haga el bien o nos haga el mal: "Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso...y serán hijos del Altísimo, porque Él es bueno hasta con los malos y los ingratos". La misericordia se nos presenta como un elemento constitutivo del ser cristiano, porque lo es también de Dios.
Si miramos nuestro mundo, nuestra familia, nuestros ambientes, debemos preguntarnos qué estamos haciendo realmente para acabar con la violencia y con el odio. ¿Nos hemos preguntando alguna vez qué tan misericordiosos somos? Muchas veces confundimos la misericordia o la compasión con la lástima y eso no es cristiano, por que el que tiene lástima inconscientemente se presenta como superior al otro; en cambio el que tiene misericordia establece una relación de hermanos para encontrar juntos el camino del Señor. Ser misericordioso es "poner el corazón" junto al corazón del otro. ¿Podremos hacerlo con aquellos que odiamos, especialmente cuando son cercanos a nosotros? Es mucho más que perdonar, es "amar al enemigo" lo que Jesús nos
propone. En familia, en sociedad, más allá de los malos entendidos que debemos superar, nos ofrece hoy Cristo un camino de reconciliación. ¿Quién está necesitado de mi perdón y de mi amor? ¿Por qué considerar enemigo a mi propio hermano?

Jesús propone un final feliz: "Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes... Porque con la misma medida con que midan, serán medidos". Y es realmente una cuestión muy práctica. ¿Me gusta que me saluden, que me tomen en cuenta, que respeten mis derechos? Entonces debo yo a empezar a hacerlo con los demás. ¿Me gustaría encontrar el verdadero perdón y poder seguir siendo hermano de los demás? Entonces yo debo otorgar el perdón y amar "incluso a los enemigos". Y la razón de fondo nos la da Jesús: "Para parecerte a tu Padre Celestial". Es el sueño de Jesús: que todos podamos vivir como hermanos pareciéndonos a nuestro Padre Celestial.

Concédenos, Señor, escuchar tu Espíritu, ser dóciles a sus inspiraciones, cambiar las armas por instrumentos de paz, cambiar el odio por amor y construir un mundo nuevo conforme a tus designios de Padre Misericordioso. Por Jesucristo, Nuestro Señor.

 

 

21/02/2019-08:00
Isabel Orellana Vilches

Santa Margarita de Cortona, 22 de febrero

«Fue del abismo moral al cielo. Confiando en las incumplidas promesas de un noble, le dio un hijo mientras se sumergía en la oscuridad de un mundo vacuo. El brutal asesinato del caballero hizo que volviese los ojos a Dios»

Hoy festividad de la Cátedra de san Pedro apóstol, celebramos también la vida de esta santa. Su humilde procedencia —nació en un hogar pobre—, las conveniencias sociales, las debilidades y la falta de responsabilidad en el compromiso, incluidos otros deslices personales y también ajenos, influyeron en gran medida en su conducta juvenil. Nada justifica la vida licenciosa, pero a veces los antecedentes que han concurrido en ella pueden explicarla. Y, sobre todo, cuando la luz divina se abre paso en la enmarañada jungla de los sentimientos y se produce un vuelco radical en la existencia, como le sucedió a esta santa, el esplendor de la misericordia y el insondable amor de Dios aún resultan más conmovedores.

Nació en la localidad italiana de Laviano en 1247. Huérfana de madre a los 7 años se encontró de bruces con una madrastra de mal carácter que ensombreció su vida. Entonces había cumplido ya los 9 años, una edad delicada en la que ternura y tutela deben aliarse para encaminar convenientemente una vida. Seguro que en sus amargas jornadas se aferraría a la oración que su madre le legó: «Señor Jesús, te ruego por la salvación de todos aquellos por quienes quieres que se ruegue» pudiendo afrontarlas con otros arrestos. Disipadas durante un tiempo las fértiles enseñanzas maternas, tendría que disponer su espíritu para acoger las numerosas bendiciones que le aguardaban. El paso del tiempo mostró cuán benévola estaba siendo con ella la naturaleza. La adolescente se convirtió en una joven de espléndida belleza, y cayó rendida en los brazos de un noble de Montepulciano.

Seducida por promesas que éste incumplió reiteradamente, cerca de una década vivió aferrada a esa ilícita relación de la que nació un hijo. Quizá a la espera de que un día se materializaran sus sueños de matrimonio, que reclamaba una y otra vez, no tuvo reparos en convivir con su amante en el castillo. Y aunque los ciudadanos de Montepulciano reprobaban su actitud, no se escondía; a veces incluso se exhibía por las calles recorriéndolas a lomos de un magnífico caballo. El fin de esta historia llegó con el brutal asesinato del caballero, cuyo cadáver encontró ella misma cuando, al ver que demoraba su llegada, salió en su busca.

La crudeza del momento trajo consigo su radical conversión. Profundamente consternada y arrepentida, renunció a los bienes que disfrutaba aún sin tener legítimos derechos sobre ellos. Ceñida con prendas de penitente, y aferrada a la mano de su hijo, regresó a Cortona. Su padre la repudió y le negó su perdón. Así que se vio en la calle sin tener un lugar donde cobijarse, hasta que dos piadosas mujeres la acogieron puntualmente y le pusieron en contacto con los frailes menores, ya que ese fue su deseo; pensó en ellos al recordar su bondadoso trato con las personas atrapadas en las redes del pecado.

En ese intervalo el maligno intentó disuadirla. La baza de su belleza era un codiciado naipe que éste barajó. El pasado, ese que Cristo advierte que debe dejarse atrás para siempre, era sugestivo. Aún podía reconquistar lo perdido; ese era el susurro del diablo que disfraza con pestilente máscara la oferta que conduce a la perdición. Pero hacía tiempo que Margarita intuía misteriosamente el destino que le reservaba la divina Providencia. De modo que se dispuso a asumir la responsabilidad de sus actos. Hay experiencias que no pasan por la vida sin dejar cicatrices, y durante tres años sufrió grandes tentaciones, de las que se sobrepuso con el consejo de dos frailes que la dirigieron acertadamente. «Padre —manifestó en un momento dado—, no me pidáis que pacte con mi cuerpo, porque es imposible. Mi cuerpo y yo estaremos en constante lucha hasta el día de mi muerte». Todo su afán era consumarse en medio de extremadas penitencias, que su confesor, fray Giunta, le instaba a suavizar para evitar otros males a su espíritu.

Tras un periodo de trabajo doméstico lo dejó todo y se dedicó a asistir a los pobres llevando una vida de mortificación junto a ellos. Aún tenía junto a sí a su hijo y ambos afrontaban cada jornada con las limosnas que recibían. De las que juzgaba mejores, se desprendía sin dudarlo. Las pruebas de su conversión y la autenticidad de su vocación estaban tan claras que los frailes la admitieron en la Tercera Orden. Y cuando su hijo, que sería franciscano, comenzó su formación en Arezzo, prosiguió un intensísimo itinerario espiritual que en poco tiempo fue bendecido con éxtasis y revelaciones. Prudente y cautelosa con tantos favores, únicamente los confiaba a su confesor cuando él lo demandaba. En uno de ellos, Dios le dijo: «Tú eres la tercera lumbrera que he dado a la orden de mi amado Francisco. Él fue la primera, entre los frailes; Clara fue la segunda, entre las religiosas; tú serás la tercera para dar ejemplo de penitencia».

Llamada a ejercer su caridad con los enfermos y los pobres, con el beneplácito del obispo y la generosa ayuda de personas principales de la ciudad, impulsó la creación de un hospital. Lo asistió junto a otras mujeres ligadas por la orden terciaria franciscana con las que fundó una congregación. Su intensísima oración y mortificaciones no tenían límite. Las disciplinas que se aplicaba tenían como objetivo la reparación de sus propios pecados y los ajenos. Sufrió graves calumnias difundidas con objeto de manchar la limpia relación entre su confesor y ella. Fue vituperada y despreciada, y se vio obligada a quedarse sin el consejo de fray Giunta. Soportó todo por amor a Cristo y un día escuchó: «Es preciso que demuestres que te has convertido realmente... Las gracias que he derramado sobre ti no son para ti sola». Obedeció, y los frutos de su entrega y apostolado fueron incontables como también sus milagros.

Un día en la iglesia de San Francisco la imagen del Crucificado traspasó su ser con infinita ternura: «¿Qué quieres, pobre pecadora mía?», le preguntó. La respuesta, inequívoca, no se hizo esperar: «Yo no quiero ni busco sino a Ti». Al final, fray Giunta estuvo junto a su lecho de muerte, acaecida el 22 de febrero de 1297, mientras decía: «Dios mío, te amo». Fue canonizada por Benedicto XIII el 16 de mayo de 1728.