Servicio diario - 04 de julio de 2019


 

Rusia: El Santo Padre se reúne con Vladimir Putin por tercera vez
Larissa I. López

Video del Papa: Rezar por los jueces para que la injusticia “no tenga la última palabra”
Larissa I. López

El Papa Francisco, “parte de la diplomacia de la Iglesia” – Declaraciones del cardenal Parolin
Larissa I. López

UNESCO: La basílica de la Natividad ya no es considerada patrimonio en peligro
Redacción

Francisco acepta la renuncia de Mons. Renzo Fratini
Larissa I. López

Perú: El Papa nombra al obispo auxiliar de Arequipa
Larissa I. López

Portugal: El Papa Francisco acepta la renuncia de Mons. Rino Passigato
Larissa I. López

Monseñor Enrique Díaz Díaz: “Con prontitud y alegría”
Enrique Díaz Díaz

San Antonio María Zaccaría, 5 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

04/07/2019-16:26
Larissa I. López

Rusia: El Santo Padre se reúne con Vladimir Putin por tercera vez

(ZENIT – 4 julio 2019).- Hoy, 4 de julio de 2019, el Papa Francisco ha recibido en audiencia, en el Palacio Apostólico Vaticano, al Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin.

El director ad interim de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, ha informado sobre el encuentro a los periodistas y se ha referido al comunicado emitido por dicha oficina.

El texto del comunicado indica que “ambas partes expresaron su satisfacción por el desarrollo de las relaciones bilaterales, reforzadas posteriormente con la firma, con fecha de hoy, de un memorando de entendimiento sobre la colaboración entre el Hospital ‘Bambino Gesù’ y los hospitales pediátricos de la Federación Rusa”.

Después se trataron algunas cuestiones ”relevantes para la vida de la Iglesia Católica en Rusia”.

Por último, el Papa Francisco y Vladimir Putin conversaron sobre “la cuestión ecológica y “algunos temas de actualidad internacional, con especial referencia a Siria, Ucrania y Venezuela”.

Durante el diálogo, que duró aproximadamente una hora, no se propuso ninguna invitación a Rusia ni se habló de una posible visita del Papa al país.

Posteriormente, el Santo Padre y Putin protagonizaron un intercambio de regalos. Asimismo, el presidente ruso se reunió con el cardenal secretario de Estado Pietro Parolin y el secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Richard Gallagher.

El de hoy constituye el tercer encuentro entre el Papa Francisco y el dirigente ruso, tras el del 25 de noviembre de 2013 y el del 10 de junio de 2015. Este último se dedicó principalmente al conflicto en Ucrania y a la situación en el Oriente Medio. Las dos partes resaltaron “la importancia de reconstruir un clima de diálogo y que todas las partes se comprometan a implementar los acuerdos de Minsk” y manifestaron su preocupación por “la grave situación humanitaria” en el este de Ucrania.

En 2013, las conversaciones prestaron especial atención a la “búsqueda de la paz” en Oriente Medio y a la “grave situación” en Siria, sobre la que el Presidente Putin expresó su agradecimiento por la carta que el Santo Padre le dirigió en ocasión del G20 de San Petersburgo.

Vladimir Putin ha visitado el Vaticano seis veces. Además de las tres audiencias citadas con el Papa argentino, este dirigente visitó el estado pontificio en el año 2000 y en el 2003, durante el pontificado de Juan Pablo II.

En 2007, regresó y dialogó en alemán con Benedicto XVI, especialmente sobre la relación entre católicos y ortodoxos. Esta visita a Benedicto XVI permitió que las relaciones entre la Santa Sede y el país se intensificaran. Asimismo, gracias a este encuentro se procedió al buen entendimiento entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, mayoritaria en Rusia.

En 2017, Vladimir Putin, por su parte, recibió al cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, en su residencia presidencial en Sochi (Rusia). Ambos conversaron sobre temas como la situación de los cristianos en la región de Oriente Medio y África del Norte, la situación en Siria y Ucrania.

 

Con Anne Kurian y Deborah Castellano Lubov

 

 

 

04/07/2019-14:54
Larissa I. López

Video del Papa: Rezar por los jueces para que la injusticia “no tenga la última palabra”

(ZENIT – 4 julio 2019).- “Recemos para que todos aquellos que administran la justicia obren con integridad, y para que la injusticia que atraviesa el mundo no tenga la última palabra”, pide el Papa en su nuevo video de julio de 2019.

La intención del Santo Padre para este mes, presentada en este “Video del Papa”, va dirigida a los jueces, de quienes “dependen decisiones que influyen en los derechos y en los bienes de las personas”.

Igualmente, el Papa ha destacado la importancia de la independencia para los administradores de justicia, pues esta “les tiene que mantener alejados del favoritismo, de las presiones las cuales pueden contaminar las decisiones que ellos tienen que tomar”.

Por último, el Papa señala que los jueces han de seguir el ejemplo de Jesús, “que no negocia nunca la verdad”.

Sobre el tema de este mes de julio, el padre jesuita Frédéric Fornos, Director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, destaca que el Santo Padre tiene en cuenta especialmente a quienes han padecido con dureza los tiempos y las formas de la justicia. Acerca de las luchas dificultosas que a veces los administradores deben librar para juzgar y discernir rectamente, Francisco pide procurar mantener siempre una mirada de bondad. Y así nos recuerda que “la misericordia es superior al juicio” (Carta de Santiago 2, 13).

El “Video del Papa” es una iniciativa oficial de alcance global que tiene como objetivo difundir las intenciones de oración mensuales del Santo Padre.

Es desarrollada por la Red Mundial de Oración del Papa (Apostolado de la Oración).

 

 

 

04/07/2019-11:20
Larissa I. López

El Papa Francisco, “parte de la diplomacia de la Iglesia” – Declaraciones del cardenal Parolin

(ZENIT – 3 julio 2019).- “El Papa Francisco es parte de la diplomacia de la Iglesia” , afirma el cardenal Pietro Parolin, secretario del Estado Vaticano.

Según Vatican News, el cardenal participó el pasado 29 de junio en la fiesta final del periódico Avvenire, en la región italiana de la Basilicata. Allí respondió a las preguntas del director de Avvenire sobre la situación de la diplomacia en el Vaticano y sus declaraciones fueron publicadas el 1 de julio en dicho medio católico.

De este modo, el cardenal Parolin subrayó en sus palabras al diario que la diplomacia de la que forma parte el Santo Padre cuenta con “tres características particulares”. Primero, “el Papa nos invita a no considerar los problemas en abstracto, sino en concreto, teniendo siempre delante de nosotros los rostros de las personas: niños, ancianos, marginados, víctimas de la violencia”.

En segundo lugar, nos llama a pensar en las periferias y, por último, en la proactividad: ”no limitarse a reaccionar ante las crisis, sino tratar de prevenirlas y estar presentes, teniendo en cuenta los modestos medios de que disponemos”.

El secretario de Estado ha señalado también que, a pesar de que los últimos años no han sido “tranquilos” por cuestiones como el “impulso reformista” del pontificado o las críticas por el acuerdo con China, se ha sentido impresionado por la serenidad del Santo Padre, quien “puede estar preocupado por los problemas, pero entonces siempre los afronta con gran paz interior”.

Igualmente ha resaltado la insistencia del Papa Francisco en la alegría, “casi una figura de su pontificado”, y que es aplicable a la diplomacia, pues “nadie puede quitarnos la profunda alegría de sentirnos amados por el Señor, que guía la historia más allá de las muchas agitaciones de los hombres”.

 

Audiencia del Papa Francisco y Putin

Durante la entrevista se aludió a la audiencia de hoy, 4 de julio, en la que el Papa Francisco recibirá al Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin. Sobre el encuentro, el cardenal destacó su pertinencia por la “atención de Rusia a cuestiones como la protección de los cristianos en Oriente Medio y la crisis de los valores cristianos en las sociedades occidentales”. Y añadió que esta nueva reunión “será una oportunidad para abordar cuestiones que preocupan a la Santa Sede, como la situación en Siria y el conflicto en la región oriental de Ucrania”.

 

Sínodo de la Amazonía

Sobre el Sínodo de la Amazonía, que tendrá lugar el próximo mes de octubre, el purpurado reiteró “el carácter eclesial y pastoral del acontecimiento”. Sin que ello suponga “ignorar la realidad concreta, los problemas experimentados por los pueblos de esa región y el hecho de que la Amazonía es también un bien de la humanidad y como tal debe ser preservado”.

 

Situación en Venezuela

En cuanto a la situación en Venezuela declaró que se trata de “un drama que continúa y se profundiza, en la incapacidad de encontrar respuestas efectivas que inviertan la tendencia”. Asimismo, transmitió que, en su opinión “la solución debe ser esencialmente política”. Dichas soluciones políticas precisan, en cualquier caso, “sabiduría, valor y voluntad para buscar el verdadero bien de la población por parte de los actores implicados”. La Santa Sede, por su parte, “no cesa de acompañar al país apoyando todas las iniciativas que puedan favorecer desarrollos positivos”.

 

Los migrantes

En torno al fenómeno de la migración, el cardenal Parolin expresó que “la Iglesia debe recordar las exigencias del Evangelio” y que “los laicos deben tener autonomía sobre las decisiones que pertenecen a la política”. No obstante, continuó recalcando que estas decisiones deben estar basadas en el respeto a la dignidad y los derechos de las personas. Así, el cardenal invitó a “enfrentar estos fenómenos juntos, a ser constructivos evitando la exasperación de los tonos, que es inútil” y recordó que “la colaboración internacional es un método esencial”.

 

China

Con respecto al acuerdo para el nombramiento de obispos en este país oriental, el secretario de Estado ha comentado que una consecuencia positiva del mismo es que “ahora todos los obispos chinos están en comunión con el Papa”. Igualmente, añadió, “estamos empezando a hacer realidad este acuerdo. A través del mecanismo previsto por el mismo se buscan candidatos para las nominaciones en las diversas diócesis vacantes”.

Por otro lado, describió que los fieles chinos son “buenos ciudadanos y buenos católicos”, que respetan las leyes de su país, pero que también, a veces, estas les impiden vivir su fe plenamente. Aún, así, también indicó que “se ha creado una cierta confianza mutua” con la que afrontar problemas venideros: “Esperemos que este acuerdo sea una pequeña semilla que pueda brotar y dar fruto”, concluyó sobre el tema.

 

Israelíes y palestinos

Al ser preguntado sobre la fórmula aún vigente de “dos pueblos – dos estados” en este territorio, el purpurado manifestó que la Santa Sede cree que sigue siendo válida, aunque también reconoce que “esta fórmula se encuentra con un creciente escepticismo en la opinión pública. Y por eso hay muchas dudas sobre su viabilidad”. Además, mencionó la necesidad del “diálogo directo entre israelíes y palestinos” que “solo se puede reiniciar con la condición de un mínimo de confianza mutua que hoy falta”.

 

Cristianos y musulmanes

El cardenal Parolin habló de la relación entre cristianos y musulmanes, destacando que el documento sobre la fraternidad humana firmado en Abu Dhabi por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmed el-Tayeb, que “es un paso muy importante en el diálogo con el Islam”.

También hizo referencia a que en algunos países islámicos dicho mensaje de fraternidad se ha incluido en los planes de estudio y agregó que “para otros cambios hay que esperar una maduración lenta y necesaria”.

 

 

 

04/07/2019-13:19
Redacción

UNESCO: La basílica de la Natividad ya no es considerada patrimonio en peligro

(ZENIT – 3 julio 2019).- El lugar de nacimiento de Jesús, en concreto la basílica de la Natividad y la ruta de peregrinación de Belén (Palestina), fue retirado de la “Lista del Patrimonio Mundial en Peligro” por el Comité del Patrimonio Mundial, reunido en Bakú, Azerbaiyán, desde el 30 de junio y hasta el 10 de julio.

Así lo ha informado, a través de un comunicado publicado el pasado día 2 de julio de 2019, la UNESCO, organización internacional a la que pertenece dicho comité.

El Comité explicó que su decisión es debida a la alta calidad de los trabajos realizados en la iglesia de la Natividad, la restauración de su techo, las fachadas exteriores, los mosaicos y las puertas. También acogió positivamente el cese de un proyecto de excavación de un túnel emplazado cerca del lugar, bajo la plaza del Pesebre, y la adopción de un plan de gestión para la conservación del sitio.

Situado a 10 km al sur de Jerusalén, este enclave fue identificado por la tradición cristiana como el lugar de nacimiento de Jesús desde el siglo II. En el año 339 d.C. se terminó la primera iglesia. El edificio que la reemplazó después de un incendio en el siglo VI conserva mosaicos de la construcción original en el pavimento. Este espacio, según el comunicado, también incluye conventos e iglesias latinas, griegas ortodoxas, franciscanas y armenias, así como campanarios, jardines en terrazas y una ruta de peregrinación.

Inscrito en la “Lista del Patrimonio Mundial” en 2012, el lugar de nacimiento de Jesús fue añadido simultáneamente a la “Lista del Patrimonio Mundial en Peligro” debido al mal estado de la basílica de la Natividad.

La “Lista del Patrimonio Mundial en Peligro” tiene por objeto informar a la comunidad internacional de las condiciones que amenazan las aracterísticas por las que un bien fue inscrito en la “Lista del Patrimonio Mundial” -ya sea debido a conflictos armados, desastres naturales, urbanización no planificada, caza furtiva, contaminación u otras causas-, así como fomentar las medidas correctivas pertinentes.

El Comité Intergubernamental del Patrimonio Mundial está integrado por veintiún miembros elegidos por la Asamblea General de los Estados Partes en su reunión bienal.

Durante su reunión anual, el Comité decide qué sitios inscribir en la “Lista del Patrimonio Mundial” o pide a los Estados Miembros más información.

El Comité también examina los informes sobre el estado de conservación de los sitios inscritos y toma todas las decisiones necesarias en este ámbito.

 

 

 

04/07/2019-16:57
Larissa I. López

Francisco acepta la renuncia de Mons. Renzo Fratini

(ZENIT – 4 julio 2019).- El Papa Francisco ha aceptado la renuncia al cargo de nuncio apostólico en España y en el Principado de Andorra, presentada por Mons. Renzo Fratini, arzobispo titular de Botriana.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó sobre la aceptación de esta renuncia hoy, 4 de julio de 2019.

Mons. Fratini deja su oficio tras cumplir 75 años, siguiendo lo establecido por el Motu Proprio “Aprender a despedirse”, publicado el 15 de febrero de 2018. En él se indica que los representantes pontificios no cesan de inmediato su servicio al llegar a dicha edad, pero sí pueden presentar la renuncia al Santo Padre para que este la apruebe.

 

Mons. Renzo Fratini

Nació el 25 de abril del 1944 en Urbisaglia, Macerata, Italia. Fue ordenado sacerdote en 1969. Es Doctor en Derecho Canónico. Ingresó en el servicio Diplomático de la Santa Sede en 1974 y ha desempeñado sus funciones en las sedes de Japón, Nigeria, Etiopía, Grecia, Ecuador, Jerusalén, Palestina y Francia.

Fue nombrado nuncio apostólico en Pakistán en 1993. Posteriormente, en 1998, fue desigando nuncio apostólico en Indonesia. En 2003 se le nombró también nuncio apostólico en Timor Oriental. Desde 2004, Mons. Fratini sirvió como nuncio apostólico en Nigeria.

En 2009 fue nombrado nuncio apostólico en España y en el Principado de Andorra.

 

 

 

04/07/2019-15:20
Larissa I. López

Perú: El Papa nombra al obispo auxiliar de Arequipa

(ZENIT – 4 julio 2019).- El Papa Francisco ha nombrado obispo auxiliar de la Archidiócesis de Arequipa (Perú), a Mons. Raúl Antonio Chau Quispe, obispo titular de Aveia, trasladándolo del oficio de auxiliar de la Archidiócesis de Lima.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó sobre este nombramiento hoy, jueves 4 de julio de 2019.

 

Mons. Raúl Antonio Chau Quispe

Nació en Lima el 15 de setiembre de 1967. Curso sus estudios de filosofía en el Seminario Mayor Santo Toribio y los de teología en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima. Fue ordenado sacerdote en 1998, incardinándose en la Arquidiócesis de Lima.

Mons. Chau ha sido secretario particular del Cardenal Augusto Vargas Alzamora; secretario particular del Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne; adscrito a la Parroquia de Santa Rosa y miembro del Consejo Presbiteral y del Consejo de Consultores.

Tras sus estudios en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, siguió la Licenciatura en Teología con especialización en Moral y Espiritualidad en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra (España).

En el año 2009, el Papa Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Lima y recibió la ordenación episcopal el 19 de abril de ese mismo año.

En la 111ª Asamblea Plenaria celebrada del 5 al 9 de marzo del año 2018, fue elegido como Presidente de la Comisión Nacional de Medios de Comunicación Social, para el trienio, marzo 2018 a enero 2021.

 

 

 

04/07/2019-17:23
Larissa I. López

Portugal: El Papa Francisco acepta la renuncia de Mons. Rino Passigato

(ZENIT – 4 julio 2019).- El Papa Francisco ha aceptado la renuncia al cargo de nuncio apostólico en Portugal, presentada por Mons. Rino Passigato, arzobispo titular de Nova di Cesare.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó sobre esta aceptación de la renuncia hoy, 4 de julio de 2019.

Mons. Passigato deja su oficio al cumplir la edad de 75 años. Conforme a lo establecido por el Motu Proprio “Aprender a despedirse”, publicado el 15 de febrero de 2018, la dimisión de los dirigentes de la curia romana y de los representantes pontificios ya no es “automática” al cumplir dicha edad, sino que requiere ser solicitada y aceptada por el Pontífice.

 

Mons. Rino Passigato

Doctor en Derecho Canónico, Mons. Rino Passigato se incorporó al servicio diplomático de la Santa Sede en 1973 y sirvió como representante pontificio en Camerún, Australia, Egipto, Gran Bretaña y Estados Unidos.

Fue nuncio apostólico en Burundi (1992-1996), en Bolivia (1996-1999), en Perú (1999-2008) y en Portugal desde 2008.

 

 

 

04/07/2019-07:00
Enrique Díaz Díaz

Monseñor Enrique Díaz Díaz: “Con prontitud y alegría”

 

Isaías 66, 10-14: “Yo haré correr la paz sobre ella como un río”
Salmo 65: “Las obras del Señor son admirables”
Gálatas 6, 14-18: “Llevo en mi cuerpo la marca de los sufrimientos que he pasado”
San Lucas10, 1-12. 17-20: “El deseo de paz de ustedes se cumplirá”

“Tiene la capacidad de desplazarse a gran velocidad -114 kilómetros por hora-, se mantiene ‘inmóvil’ en el aire al batir sus diminutas alas con extraordinaria rapidez -casi imperceptible para la vista humana- y se alimenta del néctar de las flores introduciendo su largo pico en las corolas, con lo que también cumple con la función polinizadora. Se trata de una diminuta y singular ave: el colibrí”. Apenas unos cuantos gramos de peso, una belleza extraordinaria, colores en movimiento, y un largo pico que va extrayendo sólo lo mejor de cada flor. No le importan las espinas, no le importan los peligros, continúa su misión: buscar lo mejor de cada en cada planta y fecundar a las demás llevándoles vida. ¿No será esa la misión del discípulo?

Con gran sencillez, pero con mucha contundencia, Jesús enseña las bases a sus discípulos en su nueva misión: oración, comunidad (de dos en dos), y libertad de espíritu. Nada de cargas innecesarias, que una paja llevada por largo camino termina por ser pesada. Con la prontitud de quien tiene que llevar un mensaje importante y no admite detenerse por banalidades, sino busca la atención a cada persona, con el deseo de que haya paz en cada hogar. Igual que el colibrí, con la pequeñez, con la rapidez, con la debilidad, y sólo buscando lo mejor y las consecuencias son claras: cuando se lleva la paz interior se va sembrando la vida. Son las propuestas y recomendaciones de Jesús. Lo extraordinario es que ya no son sólo los Doce, que en casi todo el evangelio aparecen, sino que ahora se abre el horizonte y se encomienda la misión a “los setenta y dos”, es decir a una multitud de hombres y mujeres que tienen la misión de preparar los corazones para el encuentro con el Señor. Cuando se ha encontrado a Cristo, no se puede ir por la vida sin irradiarlo, aunque no pronunciemos su nombre. La misión es de todo discípulo que ha encontrado en Cristo su razón de vivir. Esa alegría se expande espontáneamente y no necesita mandatos, pero sí hay que tener muy en cuenta las recomendaciones de Jesús.

La más bella oración no puede ser aquella a favor mío, ni en mi propio nombre, sino la que surge a favor y en nombre de todos. Cuando se mira las necesidades de los demás, por fuerza tendremos que hacer nuestra la oración, no porque el dueño de la mies no conozca nuestras necesidades, sino porque al orar nos estamos comprometiendo en la misma tarea de Jesús. Pedir es tomar conciencia de las necesidades del Reino y poner los medios más adecuados; es confiar en Dios y asumir nuestra misión y responsabilidad. Cuando se vive en sintonía con el plan amoroso de Dios, no puede haber la cerrazón individualista de mirar solamente nuestros propios intereses, sino que la oración se torna en “oración del pueblo de Dios” que, todo unido con el vínculo de amor, se dirige al Padre común. Por eso Jesús insiste: “Rueguen al dueño de la mies”. Ya desde la oración, por más personal que sea, Jesús nos da este sentido comunitario, que luego aparecerá muy claro al enviarlos de “dos en dos”. La misión tiene siempre este carácter comunitario, ha de realizarse de dos en dos, con la finalidad de mostrar con los hechos y la vida lo que se anuncia con la palabra. Que más anuncia un testimonio de amor y comprensión que las más bellas disertaciones. Quizás aquí se podría hacer una consideración a la gran importancia del amor de la pareja y al efecto constructor o demoledor que tiene su vivencia frente a los hijos y frente a la sociedad.

Jesús no ilusiona a sus discípulos con falsas esperanzas, muy claramente les dice las dificultades que traerá la misión: en medio de lobos. Con la debilidad se deben enfrentar a los poderes del mal. Pero lo primero será poner atención a no convertirnos nosotros en lobos que vayan destruyendo con el pretexto de ser discípulos. Lo más importante es llevar el evangelio y anunciar que el Reino de Dios está cerca, no anunciarnos a nosotros mismos y nuestras estructuras. Debemos revisarnos continuamente si no estamos devorando ovejas en lugar de darles vida. Las palabras de Jesús nos alientan a lanzarnos con entusiasmo, pero también con la debida prudencia. Quizás el ejemplo del colibrí nos pueda seguir ayudando: no puede renunciar al néctar de una rosa por temor a las espinas, pero debe tener mucho cuidado pues una sola espina puede hacerlo caer. No nos hagamos ilusiones, hay lobos y el mal se disfraza y nos seduce. Pero no tengamos miedo, la fuerza del reino es más poderosa que el mal y sus mentiras. Pero tengamos cuidado en no poner nuestra confianza en nuestras propias fuerzas y en nuestros propios métodos, porque tendremos el gran riesgo de estarnos predicando a nosotros mismos. La alegría mostrada por los discípulos cuando jubilosos relatan las peripecias de su travesía, nos enseña que la verdadera felicidad no está en los miles de aditamentos y requisitos que engañosamente propone el mundo para ser feliz, sino en descubrir el gozo de la paz interior que contagia y fecunda a los demás.

¿Cómo me siento hoy al saberme enviado por Jesús como su mensajero a anunciar que el Reino de Dios está cerca? ¿En dónde pongo mis seguridades y qué pienso de las exigencias de Jesús? ¿Soy lobo para los demás? ¿Dejo de actuar conforme a los valores del Reino por temor a “los lobos” que amenazan el Evangelio? ¿Puedo, como el colibrí, buscar lo mejor de la vida y llevar paz y felicidad a los demás?

Padre Bueno, concédenos que descubramos la importancia y belleza del mensaje, tanto como nuestra pequeñez de mensajeros, para que, con prontitud y alegría, anunciemos tu Evangelio. Amén.

 

 

 

04/07/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

San Antonio María Zaccaría, 5 de julio

«Ángel en carne. Gran reformador y artífice de los Clérigos regulares de San Pablo (barnabitas). Aspirando a lo máximo, se ocupó de recordar a sus hijos que debían alcanzar las grandes cotas de la santidad»

Antonio María fue otro rayo de luz para la Iglesia, como san Cayetano y san Ignacio, en una época marcada por las ansias de reforma que en lo eclesial discurría entre una ferviente búsqueda de Dios y la tibieza de miembros de la Iglesia, incluidos pontífices y prelados, que habían sucumbido bajo el influjo mundano del Renacimiento. Antes de morir dejó este excelso legado a los suyos: «No quiero que seáis santos pequeños: os quiero grandes santos. No digáis nunca: ¡solamente hasta aquí!, en vuestras ascensiones espirituales, porque siempre queda cuesta por subir. Es preciso que corramos como locos no sólo hacia Dios, sino también hacia los prójimos, porque en ellos entregamos a Dios lo que no podemos darle directamente, no teniendo Él necesidad de nuestros bienes».

Nació a finales de 1502 en Cremona, Italia. Su padre era de ascendencia genovesa y origen patricio. Fue hijo único, aunque estuvo rodeado de sus parientes cercanos, tíos y primos, que compartían un palacio destinado también al próspero negocio de paños de lana de su propiedad. A buen seguro que la unidad existente entre todos, coronada por el patriarca de la familia, tendría su trascendencia en la formación del futuro santo que vio cómo iban dejando este mundo paulatinamente algunos de estos seres queridos, uno de ellos su propio padre. Cuando su madre Antonieta enviudó, él tenía año y medio de vida, una edad en la que el perfil de los rostros amados suele permanecer desdibujado. Pensando en su bien, ella no volvió a casarse. Transmitió a su hijo el valor de la abnegación, de la pobreza y de la renuncia en beneficio del prójimo. Tan bien asimiló esta lección el santo que siempre huyó de lo superfluo y ostentoso. En su adolescencia se desprendió sin dudarlo de su capa de terciopelo para que se cubriese con ella un pobre harapiento. Este gesto, tras el que se adivinan otros similares, se producía en unas circunstancias calamitosas para su ciudad: damnificados por el desbordamiento del río, fiebres y miseria por doquier. Para alguien de su sensibilidad era un escenario ante el que no podía quedar impasible.

A los 15 años comenzó estudios de filosofía en Pavía donde permaneció tres años. Entre tanto, Lutero clavaba en las puertas del castillo de Wittenberg su repulsa contra las indulgencias, plasmadas en las famosas 95 tesis. En diciembre de 1520 quemó la bula de excomunión papal. Ese año Antonio María se había trasladado a Padua para cursar medicina. Como universitario y creyente, vivió de lleno las consecuencias derivadas de este funesto episodio que tuvo gran repercusión en el ambiente universitario en el que se movía. Renunció a la herencia que le correspondía, y solo aceptó lo preciso para vivir.

En 1524, nada más concluir los estudios de medicina, regresó a Cremona. Eligió la carrera para poder ayudar al prójimo y enseguida vio que sus anhelos iban más allá del cuidado del cuerpo. Comenzó a frecuentar a los dominicos, y consagró su virginidad a María. También se fraguó su vocación sacerdotal. Confió este sentimiento a su director espiritual y después de cursar los estudios eclesiásticos, en 1528 se ordenó sacerdote. En su primera misa, y en el instante de la consagración, se produjo un hecho sobrenatural: el altar quedó inundado de luz durante un tiempo mientras era escoltado por ángeles que se unían a su adoración a Cristo.

Las catequesis con niños de diversa condición fue una de sus primeras acciones apostólicas. Las impartía en la iglesia de San Vitale orientando sus vidas evangélicamente frente a las ideas profanas y laxas defendidas por la corriente renacentista predominante. A este grupo infantil se fueron uniendo sus madres y el resto de familiares. Querían escuchar a este apóstol que salía a la calle con el crucifijo en la mano a buscar a la gente que andaba por el mal camino, y que en medio del asfalto les exhortaba a la penitencia y al arrepentimiento de sus pecados. Puso en marcha a las angélicas con el apoyo de la condesa de Guastalla, Luisa Torelli, que adquirió una casa para llevar vida de perfección con otras jóvenes.

En 1530 se trasladó a Milán, donde se involucró en la Sociedad de la Sapiencia Eterna. Conoció entonces a Giacomo Antonio Morigia y a Bartolomé Ferrari, que deseaban iniciar una sociedad de sacerdotes. Al conocer al santo se materializó su proyecto dando lugar a los Clérigos regulares de San Pablo (barnabitas), nombre que aludía al lugar de reunión, la iglesia de San Bernabé. Esta fundación les acarreó no pocos disgustos y amenazas de personas exaltadas, como un predicador que arremetió contra ellos tildándolos de fanáticos y locos. Fueron denunciados ante el arzobispado, el Senado y la Inquisición. Lleno de confianza Antonio Maria acudió al tribunal, y en el transcurso del proceso los jueces comprendieron que todo era fruto de una calumnia. El acusador inicuo se retractó antes de morir, mientras el santo lo acogía en sus brazos.

A este enamorado de Cristo y de María se debe el toque de las tres de la tarde todos los viernes, y las cuarenta horas de adoración al Santísimo Sacramento solemne y perpetua , prácticas que inculcó a los fieles y que siguen vigentes. También constituyó una congregación para los casados con el fin de introducir el espíritu de la reforma en las familias. Con indecible fatiga, debido a la lucha que mantuvo día tras día, cayó extenuado en Guastalla. Ni siquiera podía trasladarse con sus hermanos de comunidad, y rogó que le enviasen con su madre a Cremona. Ésta, al verle en tal estado a sus 36 años, estalló en llanto. Y él le dijo: «¡Ah, madrecita, dejad de llorar! En breve, gozaréis conmigo de aquella gloria eterna en que, desde ya, espero entrar». Vaticinó que él moriría el día de la octava de san Pedro y san Pablo, y así sucedió el 5 de julio de 1539. León XIII confirmó su culto el 3 de enero de 1890, y lo canonizó el 27 de mayo de 1897. Fue considerado por sus paisanos «Padre de la Patria» y «Ángel en carne».