Servicio diario - 26 de julio de 2019


 

El Papa emérito Benedicto XVI paseó y rezó por los Castillos Romanos
Rosa Die Alcolea

Cuba: Fallece el cardenal Jaime Ortega y Alamino
Araceli Cantero Guibert

Colombia: Los obispos invitan al repique de campanas para apoyar las marchas por la paz
Larissa I López

Perú: Mensaje de los obispos por el 198° aniversario de la Independencia Nacional
Larissa I López

México: Cinco desafios pastorales urgentes para una "justa política migratoria"
Richard Maher

Eritrea: La comunidad católica, amenazada por las acciones del Gobierno
Larissa I López

Conferencia Episcopal Española: 7.150 reclusos participan en las celebraciones religiosas
Larissa I López

Vaticano: Nombramiento del promotor de justicia sustituto en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica
Larissa I López

Perú: El Papa nombra al administrador apostólico de la Prelatura Territorial de Huamachuco
Larissa I López

Vaticano: Mons. Polvani, nombrado subsecretario adjunto del Consejo Pontificio de la Cultura
Larissa I López

Beata María Magdalena Martinengo, 27 de julio
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

26/07/2019-11:10
Rosa Die Alcolea

El Papa emérito Benedicto XVI paseó y rezó por los Castillos Romanos

(ZENIT — 26 julio 2019).- El Papa emérito Benedicto XVI salió ayer de su residencia habitual, tras 4 años sin salir del Vaticano, para recorrer algunos pueblos cercanos a Roma, invitado por monseñor Raffaello Martinelli, obispo de Frascati, población situada a 20 kilómetros del sudeste de la capital italiana.

A las 16:15 horas, el jueves, 25 de julio de 2019, Benedicto XVI dejó su residencia habitual, el Monasterio de Mater Ecclesiae, para dirigirse a los Castillos Romanos, ha anunciado Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede esta mañana, viernes, 26 de julio.

El papa alemán visitó a Castel Gandolfo, haciendo parada en los jardines y en el mirador para pasear y rezar el Rosario, y después fue trasladado al Santuario della Madonna del Tufo en Rocca di Papa (Fortaleza del Papa). Por último estuvo junto con Mons. Raffaello Martinelli, en la curia episcopal de Frascati, donde se detuvo para cenar.

Finalmente, el Papa emérito regresó al Monasterio Mater Ecclesiae el mismo día, a las 22:30 horas. Así lo ha comunicado esta mañana por Mons. Georg Gánswein, secretario personal del Papa emérito Benedicto XVI y actual prefecto de la Casa Pontificia, a Matteo Bruni, director de prensa en el Vaticano.

 

Transmite una "inmensa paz"

Es una persona "muy amable, muy lúcida y de gran fe", que transmite una "inmensa paz", comentó sobre Benedicto XVI el vicario general de Frascati y párroco de la Catedral de San Pedro Apóstol de dicha localidad, Mons. Raffaello Torelli.

El sacerdote relató a Vatican News como se desarrolló la visita del Papa emérito al Santuario de la Virgen del Tufo en Rocca di Papa: "Benedicto XVI llegó entorno a las 18:30 desde Castel Gandolfo. En efecto, entre el Papa emérito y el obispo hay una gran familiaridad, Mons. Martinelli ha sido colaborador de Joseph Ratzinger en la Congregación para la Doctrina de la Fe. El Papa emérito —explica Mons. Torelli— entró, acompañado en silla de ruedas, y en primer lugar quiso ponerse de rodillas para recitar en voz alta con los presentes una oración a la Virgen".

 

 

 

26/07/2019-15:08
Araceli Cantero Guibert

Cuba: Fallece el cardenal Jaime Ortega y Alamino

(ZENIT — 26 julio 2019).- A los 82 años de edad y después de una larga vida de servicio a la Iglesia y a Cuba, ha fallecido, al amanecer de hoy, 26 de julio, en su residencia habanera, el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo emérito de la Habana.

Una breve nota en el sitio web de la Conferencia de Obispos Católicos ha dado a conocer la noticia.

Su legado permanece, especialmente en las mentes y los corazones de sus colaboradores más cercanos y de quienes le conocieron en su acción pastoral a lo largo de 55 años de sacerdocio. Fue párroco, profesor del seminario y durante 41 años obispo —38 de estos como arzobispo de La Habana y 16 como cardenal.

Nacido el 18 de octubre de 1936 en Jagüey Grande, Matanzas, y ordenado sacerdote en 1964, siempre se preocupó por las vocaciones sacerdotales. Su largo servicio episcopal le permitió consagrar a cinco obispos, ordenar a 43 sacerdotes y lograr los permisos y la financiación para construir un nuevo seminario para la Iglesia Cubana.

Su compromiso con Cuba le llevó a apoyar los esfuerzos migratorios a favor de la reunificación de familias cubanas, a interceder por la liberación de presos políticos, y a mediar para un mejor entendimiento entre el gobierno de Estados Unidos y el de su país.

Poner su nombre en un buscador de Internet remite a más de 30 páginas de referencia sobre sus actuaciones pastorales y sobre la persona pública que fue, pero en las redes sociales no se encuentran los testimonios de quienes le han tratado de cerca, por razón de la confianza que él mismo les brindó y fueron sus colaboradores.

 

Amor grande y luz larga

José Ramón Pérez Expósito es uno de ellos. Es el actual administrador del Obispado de La Habana y ha colaborado con el cardenal desde su designación como arzobispo en 1981. Al pensar en su persona destaca en él "un amor grande e incuestionable por la Iglesia y por su Patria y extraordinaria luz larga' que le ha permitido avizorar riesgos y desentrañar situaciones".

Subraya en el cardenal "una impresionante capacidad para dominar momentos de crisis" y hasta dice "haber disfrutado ver su manejo de algunas de estas situaciones".

Más recientemente ha sido testigo de su "habilidad, audacia y firmeza, y también sus angustias", para llevar adelante la encomienda recibida de Su Santidad el Papa Francisco de mediar en lo que culminó en las históricas declaraciones de Raúl Castro y Barrack Obama del 17 de diciembre de 2014, de normalizar las relaciones entre sus respectivos países. Y señala que, en este proceso, el arquitecto Orlando Márquez Hidalgo fue "un actor imprescindible".

 

Eligió permanecer

Márquez inició, en 1992, la Revista Palabra Nueva de la Arquidiócesis y fue su director hasta su dimisión en 2016. Él no duda en afirmar que la mayor satisfacción del cardenal fue "haber elegido el sacerdocio y haber servido a la Iglesia y a Cuba".

Lo dice porque en 1966, ya sacerdote, y después de pasar ocho meses en la UMAP (Unidades militares de Apoyo a la Producción), contaba con un visado para emigrar a España, "pero eligió permanecer". Considera que su trabajo como sacerdote en Matanzas, en donde fue ordenado en 1964, "condujo a su nombramiento episcopal, en Pinar del Río" (1979).

En noviembre de 1978 se habían iniciado lo que se conoce como los diálogos con la comunidad cubana del exterior, por iniciativa de Fidel Castro, que resultó en los primeros acuerdos migratorios con los Estados Unidos desde 1960, que inició el proceso de reunificación familiar y permitió las visitas a la Isla de cubanos en el exterior y que llevó a la liberación de 3.500 presos.

Un segundo diálogo tuvo lugar en diciembre de 1979. En abril de 1980 tenía lugar el Éxodo del Puerto del Mariel por el que 125.000 cubanos dejaron la Isla por mar, hacia Estados Unidos.

Y en estas circunstancias, en noviembre de 1981, Mons. Ortega fue nombrado arzobispo de La Habana, sede que llevaba vacante desde febrero de 1980, con Mons. Pedro Meurice, arzobispo de Santiago de Cuba, como administrador apostólico.

Para Márquez, La Habana era "la plaza más compleja para un obispo en Cuba", y Mons. Ortega la pastoreó durante 35 años.

"Fue la persona indicada, en el lugar indicado, en el momento indicado" señala. "Es muy difícil ser pastor en La Habana sin comprenderla y amarla en toda su complejidad," añade. "Él la amó, y por eso supo enseñar, santificar y gobernar y los habaneros, no solo los católicos, reciprocaron el amor del pastor.

Él reconoció su amor a La Habana años más tarde en una entrevista en 2014 en el Blog Martianos en el que decía: "Me siento muy identificado con La Habana, con sus realidades, con la gente, con sus aspiraciones, con las cosas más dolorosas que hay, no solo aquí sino en toda Cuba, entre ellas el éxodo de cubanos del país".

 

Intensa acción pastoral

Ese amor lo confirma el abogado Rolando Suárez Cobián, (Piro), un católico habanero que a petición de los obispos, en 1991 inició Caritas Cuba. Hasta entonces el gobierno no lo había permitido, pero con las carencias del 'periodo especial' después de la caída del bloque soviético en enero de 1990 y de sus apoyos a Cuba, el brazo caritativo de la Iglesia se hacía necesario.

En un escrito sobre su visión del cardenal, Suárez ha reconocido la intensa acción pastoral del arzobispo en aquellos años, reanimando la acción de los laicos, reorganizando las vicarías y creando numerosos servicios. Se atreve a afirmar que "el esfuerzo y trabajo, con resultados, de la labor pastoral de Mons. Ortega, junto con la visita de tres Papas a Cuba, modificó y marcó la realidad cubana en esta etapa".

 

Cercano a los jóvenes

Eduardo Mesa tenía unos 16 años y se preparaba para recibir la primera comunión cuando conoció al entonces arzobispo de La Habana.

"Siempre fue muy cercano y cariñoso con nosotros los jóvenes, que éramos pocos. Veía en nosotros algo más de lo que éramos, tenía la voluntad y la ilusión de ver aquello que podíamos ser". Y reconoce que uno de sus grandes méritos era "la permanente invitación a mirar a lo lejos y a lo alto, contagiando la alegría del resucitado en un mundo en el que la muerte parecía poseer la última palabra".

Mesa fue después fundador y director de la revista diocesana Espacios,precursora de la actual: Espacio Laical y administrador de la Casa Laical. También fué parte del consejo de redacción dela revista Palabra Nueva y, como él mismo dice "cuarenta cosas más".

Le vio en sus largas horas en el confesonario, escuchando en actitud de profundo recogimiento. Y reconoce en 'el un hombre que siempre quiso el bien de la Iglesia y de la Patria". Dice que le recordará "como el muchacho que fui y siempre le agradeceré todo lo que hizo por mi como el hombre que soy".

 

No fue neutral, se expuso

En más de una ocasión Márquez, como vocero de la arquidiócesis, tuvo que explicar las actuaciones de su Arzobispo ante las interpretaciones de la prensa. Él puntualiza que "el rol de Mons. Ortega nunca fue político, aunque tenía la capacidad de un estratega político".

Y explica que ya antes de ser cardenal, "comprendió que La Habana demandaba un estilo de servicio diferente como sede del gobierno central, de las embajadas, de la prensa extranjera, plaza cultural fuerte, la ciudad que visitan los políticos extranjeros". Para Márquez, "en un país sin oposición política reconocida todos los ojos están atentos a la actitud de la Iglesia y particularmente la del cardenal y su criterio frente a la crisis, los grupos opositores, las políticas sociales, los actos de repudio, las nuevas realidades sociales...".

Ante esta realidad, señala Márquez, "se puede ser neutral y no implicarse, o salir al ruedo, exponerse y colaborar en las soluciones desde la condición pastoral, aunque se corra el riesgo de equivocarse".

Defiende que el cardenal "no fue neutral, se expuso para presentar la voz de la Iglesia". Junto a los obispos cubanos recibió con agrado el proceso de acuerdos migratorios iniciado en 1984 entre Estados Unidos y Cuba. Se pronunció contra la pena de muerte en julio de 1989 con motivo del fusilamiento del general cubano Arnaldo Ochoa y tres militares. Y en 1993 suscribió la carta pastoral El amor todo lo espera, en la que los obispos cubanos reconocían públicamente la necesidad de cambios en la Isla.

El 13 de julio de 1994, el arzobispo volvió a manifestarse ante el hundimiento provocado del remolcador 13 de marzo en el que murieron 37 personas, diez de ellas niños que intentaban salir de Cuba.

"Que los hechos se aclaren, que se establezca la verdad con la justicia; pero que el odio resulte perdedor escribió el arzobispo.

Cuatro meses después, el 26 de noviembre, el Papa Juan Pablo II le nombraba cardenal.

 

Cardenal de todos los cubanos

Como arzobispo de La Habana, él mismo sabía que no siempre fue entendido por algunos segmentos de la comunidad cubana en el exterior. Y sin embargo el se consideraba cardenal de todos los cubanos. Así lo explicó cuando en mayo de 1995, recorrió los lugares de mayor número de cubanos, incluida el Sur de la Florida en donde la población cubana había ido cambiando y no era ya una masa uniforme.

En los discursos y homilías de su recorrido habló de la misión de la Iglesia en Cuba y fue tocando los temas que marcan la identidad de la nación. "La nacionalidad cubana nació cristiana, independientemente del rumbo que se le haya podido dar después", dijo.

En la Catedral de Miami señalo que, en Cuba, la Iglesia no se sitúa ni como simple opositora del comunismo ni como aliada de la economía liberal del mercado sino "como depositaria e intérprete de la Palabra de Dios. Y les habló de José Martí, "quien desechó el odio como fuerza negativa" y poniendo el amor como centro y cima de su obra patriótica tradujo a poesía el mandato del evangélico del amor al enemigo: ...Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni oruga cultivo, cultivo una rosa blanca. "Esta es nuestra gloriosa versión cubana de poner la otra mejilla," dijo el cardenal.

También reconoció el dolor del exilio, su esfuerzo por mantener la identidad cubana y sus aportaciones a la cultura. "En el futuro será imposible escribir la historia de Cuba sin estudiar la contribución que han hecho a ella los cubanos que en estos años han vivido fuera de nuestro país," manifestó en la Universidad de Santo Tomás.

Pero además de valorar las virtudes de los cubanos, les presentó un reto: dejar a un lado la "intolerancia y la dureza de nuestras posiciones". Y de nuevo propuso "el estilo del Señor, su metodología del amor como camino de superación de todas las crisis, su dialéctica de sacrificio que redime y de la muerte que da vida", invitando a recuperar la esencia del mensaje de José Martí, porque, en sus palabras: "Es el amor quien ve".

La Iglesia cubana mantuvo buenas relaciones con la Iglesia Latinoamericana y los obispos participaban en los encuentros del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe). En 1996, el cardenal fue elegido vicepresidente segundo del CELAM. Fue también presidente, por dos mandatos, de la Conferencia de Obispos Cubanos (COCC).

 

Intercesor en los conflictos

Fue defensor de la cultura y recibió varios doctorados Honoris Causa fuera de Cuba además de numerosos homenajes, el más reciente en 2019, la Distinción "Monseñor Carlos Manuel de Céspedes", instituida por la Comisión de Cultura de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), entregada el 18 de junio en presencia de los obispos cubanos.

Junto a su labor pastoral más discreta, el cardenal mantuvo su actuación pública con encuentros con mandatarios de otros países y de Cuba e intercediendo en contra de los malos tratos a las llamadas 'damas de blanco', que eran hostigadas cuando se manifestaban pacíficamente, caminando hacia la Iglesia de Santa Rita, en la zona habanera del Vedado.

Eran las esposas de los encarcelados de la llamada "Primavera Negra" de 2003 cuando un total de 75 disidentes fueron detenidos los días 18,19 y 20 de marzo y sentenciados, en grupos, con sanciones de entre 6 y 28 años de privación de libertad.

El 31 de julio de 2006, Fidel Castro cedió el poder provisional a su hermano Raúl debido a una dolencia intestinal. Dos años después, el 19 de febrero de 2008 renunció a la presidencia. Le sucedió su hermano Raúl y fue con él con quien, en nombre de Iglesia Católica, el cardenal mantuvo negociaciones, que también incluyeron al Gobierno español, para la liberación y salida del país de los presos políticos de la "Primavera Negra".

En una entrevista en su residencia en el Obispado, el 31 marzo de 2010, reconocía complacido que sus diálogos con personas del gobierno cubano "eran serios, y no simplemente para cositas transitorias. Un diálogo que añoraron muchos de los que ya no están, como Mons. Francisco Oves o Mons. Adolfo Rodríguez". Se sentía afortunado de poder dialogar y "estar sembrando semillas". Una de ellas: su sueño de que "en las escuelas, los niños comiencen las mañanas diciendo 'pioneros por Cuba seremos como Martí', en lugar de repetir 'pioneros por el comunismo, seremos como el Che'.

 

Utopía, pero sin ideología

No se oponía a "que la utopía exista, pero con un ideario y no una ideología, porque la ideología encierra, limita". Y señalaba que "en Cuba puede haber un ideario magnifico con el P. Félix Varela, con José Martí, con José de la Luz y Caballero, con todos esos hombres 'patricios' que pueden ofrecer un ideario hermoso en el que el hombre se crece".

Con todo ello también sabía que sus esfuerzos no eran del agrado de todos. Lo dijo en 2012 durante una intervención en Boston. "La Iglesia en Cuba y mi persona es atacada de todos los modos posibles... Este es el dar la vida por las ovejas... Porque no hay resurrección sin cruz y yo he aceptado que con eso tengo que cargar y tenemos que cargar para llevar adelante esa reconciliación entre cubanos".

Desde la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos en 2008, el clima de la Casa Blanca hacia Cuba había cambiado y se consideraba posible una intervención del Papa Francisco. Desde 2013 se habían iniciado negociaciones secretas entre Cuba y Estados Unidos, para una mejora en sus relaciones.

Y es aquí en donde entraba en juego la misión encomendada por el Pontífice al cardenal Ortega para ponerles en contacto.

 

Siempre es posible el diálogo

Todo ello lo explicó el Cardenal en un libro titulado Encuentro, diálogo y acuerdo. El papa Francisco, Cuba y Estados Unidos que cuenta los detalles de las negociaciones que culminaron con el anuncio de la normalización de relaciones diplomáticas entre los dos países el 17 de diciembre de 2014.

Se sabía que Mons. Ortega había sido el portador de unas cartas del Papa a los dos mandatarios y había curiosidad por conocer el contenido. La Revista Espacio Laical de la Arquidiócesis le pidió al arzobispo que le facilitara las cartas para publicarlas. "Eras unas notas de presentación. Yo era la carta", fue la respuesta.

"El Papa quería el encuentro entre dos personas, no entre dos naciones o ideologías", explicó durante una conferencia en Nueva York, el 16 e septiembre de 2015 , cuando aún no se había publicado el libro. Después, durante la presentación del libro en la Casa de América, en Madrid, el mismo cardenal fue dando detalles y expresó su satisfacción por haber llevado a cabo este proceso.

"Para mí fue este uno de los grandes momentos de mi vida sacerdotal; porque pude constatar privilegiadamente que siempre es posible el acercamiento y el diálogo y era eso lo que mi fe cristiana me había inspirado siempre en mi ministerio como Pastor".

 

Te basta mi gracia

En 2002 había salido a la luz un compendio con los discursos y homilías del Cardenal durante su largo episcopado. Su título remite al lema elegido por Mons. Ortega en 1979. La frase que san Pablo escuchó del Señor, "Te basta mi gracia", es para Márquez indicativa de la vida del cardenal.

"Sin dudas tuvo momentos de sufrimiento pero no hablaba de eso", dice. "No era un victimista. Ante vivencias duras como la UMAP, las campañas y presiones primeras del gobierno, las críticas de algunas personas al interior de la Iglesia y después la durísima última prueba de su enfermedad, pareciera que se hubiera preparado para aceptar y ofrecer las situaciones dolorosas".

Cabe recordar en estos momentos lo que él mismo afirmó en la citada entrevista de 2014.

"Si tuviera que volver a comenzar y si tuviera que volver a orientar mi vida, me parece que sintiendo y sabiendo que Dios me llama, lo volvería a seguir, quizás con más conocimiento de lo que significa esto, pero con la misma alegría con que lo he hecho, y en el mismo espíritu y quizás aún mejor".

 

 

 

26/07/2019-16:29
Larissa I. López

Colombia: Los obispos invitan al repique de campanas para apoyar las marchas por la paz

(ZENIT- 26 julio 2019).- Como muestra de apoyo a las movilizaciones por la paz celebradas hoy en Colombia, los obispos de la nación han invitado al repique de campanas en los templos, "un llamado al compromiso de todos a favor de la vida".

Así informó la Conferencia Episcopal de Colombia el pasado 24 de julio de 2019, a través de un comunicado.

Estas marchas, convocadas en todo el territorio nacional, manifiestan el rechazo al asesinato de líderes sociales en Colombia.

 

Dolor por la violencia y las muertes

Efectivamente, ante el incremento de violencia en este país, los miembros del episcopado declaran su "hondo dolor porque la violencia sigue destruyendo la vida de muchos hermanos y hermanas en todo el territorio nacional; oramos por ellos y nos solidarizamos con sus familias".

Asimismo, revelan la "tristeza" que diariamente les causan las noticias sobre asesinatos, conflictos y atentados que "cobran vidas" y que ofrecen "formas cada vez más atroces y degradantes de muerte".

Remitiendo a las palabras pronunciadas por el Papa Francisco en su visita apostólica a Colombia en 2017, los prelados subrayan que "la muerte se convierte en herramienta para proteger negocios ilícitos y para imponer por la fuerza intereses o ideas particulares".

 

La vida, derecho supremo y fundamental

En consecuencia, el contenido del comunicado proclama el valor sagrado e inviolable de la vida, "derecho supremo y fundamental, que no es negociable y que es necesario defender y asegurar para lograr un país libre y justo, reconciliado y en paz".

Y recuerda, aludiendo a la Evangelium Vitae, que los cristianos conocemos que "el Evangelio de la vida está en el centro del mensaje de Jesús; es necesario que lo acojamos con intrépida fidelidad para anunciarlo a los hombres de todas las épocas y culturas".

Por último, los prelados colombianos animan al pueblo a "sumar esfuerzos para promover y defender valientemente la vida", en especial de los más débiles y necesitados: "¡Cerremos filas contra la cultura de la muerte para ser un pueblo que sirve a la vida!".

 

 

 

26/07/2019-09:01
Larissa I. López

Perú: Mensaje de los obispos por el 198° aniversario de la Independencia Nacional

(ZENIT- 26 julio 2019).- Con motivo del 198° aniversario de la Independencia Nacional, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) se dirige al pueblo de Perú con un mensaje difundido ayer, 25 de julio de 2019.

Los obispos expresan que este aniversario se celebra en el marco "la alegría de los juegos panamericanos que brota desde Lima como un lazo de unidad latinoamericana" y además conlleva "el compromiso de una mirada particular hacia nuestra Amazonía y reconoce los notables esfuerzos de los diversos sectores sociales por la justicia, la paz y el cuidado de la Creación".

 

"Una educación de calidad para todos"

El mensaje presenta como finalidad "compartir nuestras preocupaciones y esperanzas por un Perú en el que florezca la vida y la vida en abundancia' (Jn 10, 10)".

Así, en primer lugar, los obispos de Perú destacan el tema de la educación de la infancia y la juventud como una tarea prioritaria. Y exponen que aún es necesario trabajar "por una educación de calidad para todos", basada "en los principios morales, que respete sus derechos, y donde se valore el papel al docente y la participación de las familias".

 

Sector salud

Con respecto a este ámbito, el texto describe que, a pesar de que se han obtenido logros en la lucha contra la anemia y la desnutrición, es preciso "atender y eliminar" las causas que las producen.

Para ello, indican, se deben "culminar las políticas y el presupuesto necesarios para la atención de los afectados, y conformar el Comité Multisectorial del Estado a fin de brindar atención primaria y especializada a las personas que lo requieren".

 

Reconstrucción del país y cambio climático

Los obispos resaltan la urgencia del avance en la reconstrucción de las poblaciones damnificadas por los fenómenos atmosféricos que afectan al territorio peruano y que depende de las autoridades: "Es necesario que la totalidad del presupuesto público para este fin se ejecute sin que pase más tiempo, permitiendo que las familias damnificadas puedan vivir una vida digna y con normalidad".

En este sentido, también resaltan la responsabilidad frente al cambio climático y la necesidad inminente de la "adopción de políticas y comportamientos que promuevan los derechos humanos, la justicia social y el desarrollo sostenible".

 

Conflictividad y corrupción

Los conflictos socioambientales provocados por las actividades extractivas constituyen un tema que ha vuelto "a la agenda nacional".

Los prelados consideran que una de las causas de dicha conflictividad es "la falta de cumplimiento de los acuerdos alcanzados y compromisos asumidos, así como la falta de institucionalización de los diversos mecanismos de diálogo".

En referencia a esto último, aluden a las Palabras del Papa Francisco: "En la mesa de discusión deben tener un lugar privilegiado los habitantes locales, quienes se preguntan por lo que quieren para ellos y para sus hijos, y pueden considerar los fines que trascienden el interés económico inmediato" . Y concluyen que la paz social en Perú "es un imperativo".

Finalmente, el texto hace referencia a la lucha contra la corrupción. Los miembros del episcopado valoran los esfuerzos realizados para "lograr la reforma del sistema de justicia y del sistema político" y "llaman a todos los actores involucrados en estos temas a seguir trabajando por establecer un verdadero cambio que permita a los ciudadanos recuperar la confianza en la justicia y en la política, pilares fundamentales de nuestro Estado de Derecho".

 

Juegos Panamericanos y Parapanamericanos

Hoy, viernes 26 de julio, comienzan en Perú los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Lima 2019. Ante este evento deportivo de alta competición, Mons. Miguel Cabrejos, arzobispo de Trujillo y presidente de la CEP y del Consejo Episcopal de América Latina y el Caribe (CELAM), ha difundido un mensaje en video.

En él, el arzobispo invita a vivir estos juegos "con sano espíritu de competencia y fraternidad". Del mismo modo, recuerda que, en estas fechas de gran concurrencia de turistas, "debemos seguir luchando contra cualquier forma de maltrato hacia la niñez y la mujer, porque la dignidad humana jamás debe ser mancillada".

 

 

 

26/07/2019-08:29
Richard Maher

México: Cinco desafíos pastorales urgentes para una "justa política migratoria"

(ZENIT — 25 julio 2019).- La Conferencia del Episcopado Mexicano, en una carta dirigida al clero, agentes de pastoral de Movilidad Humana y al pueblo de Dios, manifestó que "la Iglesia está convencida de que es necesaria y urgente una justa política migratoria que, por un lado, garantice un ordenado, responsable y regulado libre tránsito de personas, y que vele por los intereses legítimos de nuestra nación".

Como Dimensión de Movilidad Humana y como Conferencia del Episcopado Mexicano, "hemos externado nuestra preocupación por la falta de acogida verdaderamente humanitaria a nuestros hermanos migrantes, que refleje nuestras convicciones en materia de reconocimiento y protección de los derechos de todos los seres humanos por igual", esto "es una realidad que no podemos evadir", denunciaron el pasado 23 de julio de 2019.

En la carta pastoral "Dignidad de los Migrantes", Mons. José Guadalupe Torres Campos, responsable de Movilidad Humana, y Mons. Alfonso Miranda G. Guardiola, secretario general de la Conferencia del Episcopado de México (CEM), recuerdan al clero las exhortaciones del Papa Francisco con respecto a los migrantes y el papel que deben asumir como pastores ante las necesidades desesperadas de su rebaño.

México, "sin una política migratoria efectiva se ha sometido a los criterios e imposiciones del gobierno norteamericano aceptando la incoherencia de unir negocios con el derecho y la necesidad de migrar, buscando la oportunidad de una vida mejor", indican los obispos mexicanos.

 

Tener actitudes concretas con los migrantes

Teniendo en cuenta las advertencias del Santo Padre, los prelados de México recuerdan al clero que su trabajo pastoral con y para los migrantes debe tomar en cuenta cuatro puntos esenciales: "acoger, proteger, promover e integrar.

Los sacerdotes, como pastores, deben identificar las causas fundamentales de estos fenómenos migratorios para abordar las necesidades a medida que se presentan porque la difícil situación de estas personas no es abstracta. Como dice la carta, "la migración interna y externa tiene como principio el hambre, la pobreza, la violencia, y la falta de oportunidades para reclamar la creación de fuentes de empleo y la reconstrucción del tejido social".

 

Cinco desafíos

Específicamente, los obispos identificaron cinco áreas de desafíos pastorales que son más urgentes. Como se establece en la carta, los desafíos son:

1. La defensa de la dignidad y los derechos humanos de todos los migrantes
2. Las redadas en la Unión Europea con masivas detenciones de migrantes, su trato inhumano, con el grave peligro de la separación de las familias
3. La amenaza de las deportaciones masivas a México
4. El cambio en la política migratoria del gobierno de México, pasando por una actitud de bienvenida, otra de contención y deportación
5. La insistencia que se ha recibido de parte de diferentes dependencias... solicitando información... para salvaguardar la vida de las personas en tránsito

 

Iglesia como Madre

Sin embargo, más que nada, acompañar a los migrantes pastoralmente requiere que el ministro se abra a lo que puede ser extraño o desconocido. Los obispos citan las palabras del Pontífice, recordando que es esencial que "no dejarnos llevar por el miedo al encontrarnos con el otro; ni querer protegernos levantando muros en nuestro entorno". Tales muros, advierten los prelados, simplemente sirven para mantener a la gente alejada y obstaculizan el trabajo de la Iglesia en un momento en que debe ser "consciente de la legitimidad y la necesidad de tomar decisiones valientes".

Al concluir la carta con una plegaria, los obispos afirmaron que "la Iglesia, como madre y protectora, se preocupan y se ocupan de los pobres y necesitados, y los migrantes en este momento, los pobres entre los pobres".

Es con este conocimiento que los obispos ofrecieron esta plegaria, "Pedimos al Espíritu Santo que se ilumina a las autoridades civiles de las naciones para que tomen las decisiones más sabias, dignas, coherentes y auténticamente benéficas... anteponiendo el bien común del hombre".

 

 

 

26/07/2019-07:20
Larissa I. López

Eritrea: La comunidad católica, amenazada por las acciones del Gobierno

(ZENIT- 26 julio 2019).- En las últimas semanas el Gobierno de Eritrea procedió al cierre de 22 centros de salud pertenecientes a congregaciones religiosas o a diócesis católicas, amparándose en una ley de 1995 que limita las actividades de las instituciones y por la que el Estado se impone como único proveedor de obras sociales.

Otros 8 centros católicos ya fueron clausurados entre 2017 y 2018.

Así informó Vatican News ayer, 25 de julio de 2019, reproduciendo el testimonio de una persona cercana a la Iglesia de Eritrea que habló con Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) y que, por seguridad, ha mantenido su identidad en el anonimato.

 

Consecuencias para la población

Las clínicas de la Iglesia católica en este país, donde sus fieles solo representan el 5% de la población, atendían a personas de todas las religiones por lo que se trata de una medida que afecta a la población eritrea en general.

De hecho, la fuente citada cuestiona cómo el Gobierno podrá asumir el servicio proporcionado por estos centros católicos, ya que los hospitales estatales no poseen recursos ni equipos aceptables.

También fue clausurado el único instituto para seminaristas y religiosas en Eritrea y se produjo el arresto de una monja y un sacerdote porque no accedieron a facilitar a la policía los nombres de los alumnos de dicho centro.

Por otra parte, el Gobierno ha impuesto que, en el último año de secundaria, todos los estudiantes del país acudan a un instituto militar. Aquellos que no lo hagan, relata el informante, no obtendrán el título.

 

Las religiosas, también afectadas

Por otra parte, la persona que ha proporcionada toda esta información explica que, junto con los ambulatorios, en bastantes casos, también se sellaron las residencias adjuntas de las religiosas, obligándoles a reubicarse en otras casas de sus respectivas congregaciones.

Asimismo, las monjas encargadas de estas clínicas de la Iglesia no poseen ninguna titulación y, en consecuencia, no es posible que encuentren trabajo en otros hospitales.

Muchas de ellas, además, no pueden abandonar el país porque el Gobierno no concede permiso para ir al extranjero ni a las mujeres menores de 40 años ni a los hombres menores de 50 años que no han servido en las fuerzas armadas.

 

El futuro de las escuelas católicas

El medio vaticano indica que se desconoce el futuro de las 50 escuelas y las más de 100 guarderías infantiles administradas por la Iglesia Católica en esta nación y se espera que cuando comience el nuevo curso escolar, en septiembre, se pueda disponer de más información sobre el mismo.

Existe un caso anterior en el que, hace unos diez años, inesperadamente, el alumnado de un colegio a cargo de una comunidad de religiosas fue trasladado a institutos estatales. El centro educativo se volvió a abrir cuatro años después.

 

Situación de la Iglesia Ortodoxa

La situación de la Iglesia Ortodoxa es diferente porque cedió a la imposición de entregar todas las ofertas al Estado. Desde el año 2006, el Patriarca Antonios permanece arrestado en su domicilio y fue reemplazado por un Patriarca elegido por el régimen.

La fuente consultada señala que esto mismo se pretendía hacer con la Iglesia Católica, pero no ha sido aceptado: "Nuestra Iglesia es la única voz independiente y por esto molestamos mucho a las autoridades. Pero si eliminan nuestra presencia, ¿quién pensará en el pueblo eritreo?".

Además, denuncia que todo esto ocurre frente a la indiferencia del mundo, que solo parece hablar de Eritrea "cuando se habla de los nuevos inmigrantes que llegan a las costas italianas".

 

 

 

26/07/2019-11:27
Larissa I. López

Conferencia Episcopal Española: 7.150 reclusos participan en las celebraciones religiosas

(ZENIT- 26 julio 2019).- El Departamento de Pastoral Penitenciaria, dentro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, ha hecho pública la Memoria de la Pastoral Penitenciaria en España en el año 2018, que recoge que 7.150 reclusos participan en celebraciones religiosas celebradas en prisión.

Se trata de un informe, presentado por Florencio Roselló, director del citado departamento, y definido por este como "un homenaje y recuerdo a los 164 capellanes de prisiones y a los 2.755 voluntarios y voluntarias de Pastoral Penitenciaria que, tanto dentro como fuera de la cárcel, llevan y transmiten la misericordia de Dios".

Entre las entidades colaboradoras con este servicio de la Iglesia española se encuentran 378 parroquias, 198 congregaciones religiosas y 180 ONG.

El documento revela que los programas de dicha pastoral prestan una atención integral: "Nos preocupa del interno todo, material, espiritual, social y jurídico" y no se hacen distinciones de credo, sexo o procedencia entre las personas.

 

Programas, peculios y casas de acogida

Así, se han organizado 916 programas dentro y fuera de la prisión y las delegaciones y capellanías han invertido un total de 1.302.629,55 €.

Por otra parte, el peculio, la aportación mensual a los presos que no reciben ninguna otra ayuda económica, ha sido 239.844,75 € y ha beneficiado a 9.530 personas.

Las 75 casas de acogida han albergado 3.394 permisos y también se han repartido 10.448 paquetes de ropa.

 

Formación de los colaboradores

Además, para aquellos que trabajan en esta Pastoral Penitenciaria, se han llevado a cabo 718 encuentros de voluntariado de capellanías y delegaciones.

La mayoría de ellos constituyen cursos, jornadas, asambleas y seminarios que presentan un carácter formativo, pues es el departamento está concienciado en la necesidad de preparar a los agentes que colaboran en esta labor.

 

Participación de los centros

Florencio Roselló destacó que 80 centros penitenciarios de los 82 que existen en España han colaborado aportando datos para este informe. Esto supone la participación del 97,50% de las prisiones, que abarcan al 99% de los presos de todas las penitenciarías españolas a finales de 2018.

La Pastoral Penitenciaria en España está organizada en 12 zonas pastorales: Andalucía; Canarias; Castilla-León y Asturias; Cataluña; Aragón; Valencia y Murcia; Baleares; País Vasco, Navarra, La Rioja y Santander; Galicia; Extremadura; Castilla-La Mancha; y Madrid y Sigüenza-Guadalara.

 

 

 

26/07/2019-12:27
Larissa I. López

Vaticano: Nombramiento del promotor de justicia sustituto en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica

(ZENIT — 26 julio 2019).- El Papa Francisco ha nombrado promotor de justicia sustituto en el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica a Mons. Alberto Perlasca, hasta ahora en servicio en la Sección para Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

Así informó hoy, 26 de julio de 2019, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Monseñor Alberto Perlasca

Mons. Alberto Perlasca nació en 1960 en Como, Italia, y fue ordenado sacerdote para la diócesis de dicho lugar en 1992. Es licenciado en Derecho por la Universidad Católica del Sagrado Corazón y en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Gregoriana.

Ha sido capellán de Su Santidad desde 2006. La Oficina Jurídica de la Sección de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado requirió sus servicios en 2003 y se incorporó al servicio diplomático de la Santa Sede.

Desde 2006 hasta 2008 trabajó en la Nunciatura Apostólica en Argentina. Después, regresó a la Secretaría de Estado en la Oficina Administrativa, en la que ejerce como responsable desde julio de 2009.

Es miembro de las Juntas Directivas del Fondo de Pensiones, del Fondo de Asistencia de Salud y del Hospital Pediátrico Bambino Gesú. Además es miembro de la Junta de Auditores de la Fundación del Vaticano Joseph Ratzinger — Benedicto XVI.

Ha ocupado diversos cargos, incluido el de asesor de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica. Además de italiano, sabe inglés, francés y español.

 

 

 

26/07/2019-14:51
Larissa I. López

Perú: El Papa nombra al administrador apostólico de la Prelatura Territorial de Huamachuco

(ZENIT — 26 julio 2019).- El Papa Francisco ha nombrado administrador apostólico sede vacante et ad nutum Sanctae de la Prelatura Territorial de Huamachuco (Perú), al padre franciscano Pascual Benjamín Rivera Montoya, pro-vicario Episcopal de la III Vicaría de la Arquidiócesis de México.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó sobre este nombramiento hoy, 26 de julio de 2019.

 

Prelatura Territorial de Huamachuco

Según informa la página de la Conferencia Episcopal Peruana, en 1961, el Papa Juan XXIII segregó de la Arquidiócesis de Trujillo las provincias de Bolivar, Huamachuco, Pataz y el distrito de Sitabamba (Santiago de Chuco). Con este territorio, creó la Prelatura Nullíus con sede en Huamachuco, dependiente de la Sede Metropolitana de Trujillo.

La catedral está dedicada a la Santísima Virgen de la Alta Gracia, patrona de Huamachuco, y fue consagrada en 1973.

En esta jurisidicción eclesial es famoso el santuario del Señor de la Misericordia del distrito de Marcabalito.

 

 

 

26/07/2019-14:56
Larissa I. López

Vaticano: Mons. Polvani, nombrado subsecretario adjunto del Consejo Pontificio de la Cultura

(ZENIT — 26 julio 2019).- El Papa Francisco ha nombrado subsecretario adjunto del Consejo Pontificio de la Cultura a Mons. Carlo Maria Polvani, hasta ahora al servicio de la Sección de Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

Así informó hoy, 26 de julio de 2019, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Monseñor Carlo María Polvani

Mons. Carlo Maria Polvani nació en Milán en 1965. Obtuvo la licenciatura del Departamento de Bioquímica de la Universidad McGill (Montreal) en 1985 y el doctorado en 1990.

Realizó un Máster en Divinidad en 1993 en la Weston Jesuit School of Theology de Cambridge, Estados Unidos. Después de graduarse en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Gregoriana, en 1996, se especializó en Derecho y Psicología Forense y se doctoró en Derecho Canónico en 1999.

Estudiante del Seminario Pontificio Lombardo (Roma) se ordenó sacerdote para la Arquidiócesis de Milán en 1998.

En 1999 fue admitido en el servicio diplomático de la Santa Sede y enviado a la Nunciatura Apostólica en México. Desde 2001 trabaja en la Secretaría de Estado como responsable de la Oficina de Información y Documentación y de la Oficina Técnica de la Sección de Asuntos Generales.

También ejerce como representante de la Santa Sede en el Comité Asesor Gubernamental de la Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICANN).

Es prelado de honor de Su Santidad desde 2013 y en 2015 fue nombrado miembro de la Comisión de Medios de Comunicación del Vaticano y del Comité Ejecutivo de Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Santa Sede.

Es autor de varios artículos de divulgación científica. Además del italiano, habla inglés, francés, y alemán.

 

 

 

26/07/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

Beata María Magdalena Martinengo, 27 de julio

«Aristócrata, de espléndida belleza y frágil salud, probó su amor a Dios abrazada a heroicas penitencias. Fue agraciada con numerosos bienes espirituales y dones diversos»

Natural de Brescia, Italia, donde vio la luz en 1687, la vida de esta aristócrata —era condesa— rebate la idea de que la fragilidad está reñida con la fortaleza, argumento insostenible cuando Dios está por medio. Fue una de las más grandes ascetas que se conocen, rayando sus penitencias, si pudiera expresarse así, en lo supra-heroico. Y eso que nació con una naturaleza tan frágil que nadie pensó que iba a sobrevivir. Menos aún cuando su madre, la condesa de Secchi de Aragón, no logró hacerlo; sucumbió tras el parto. Tal era la gravedad de la niña que hasta fue bautizada con urgencia temiendo que no pudiera recibir este sacramento. Durante varios meses Francisco Leopardo Martinengo, conde de Barco, feliz por acoger a la niña en una familia que contaba ya con dos varones, y siendo viudo, vivió con zozobra por la salud de la pequeña que estuvo más cerca de la muerte que de la vida. Después, Margarita, que ese fue su nombre de pila, creció atada a los médicos.

Su porte distinguido, suma de genes y de la clase privilegiada a la que pertenecía, le jugó una mala pasada a la edad de 5 años. Y es que una vez se sintió admirada por las numerosas personas que se hallaban en su palacio cuando desfiló ataviada con un espléndido vestido. Este hecho sin relevancia para otras personas, no lo fue para ella; quiso purgar su desliz vanidoso toda la vida. También reconoció su afición por lecturas que no le hacían ningún bien. El día de su primera comunión, en el que tanto soñó porque anhelaba recibir a Cristo, había pasado por la angustia de ver cómo la Sagrada Forma se caía al suelo. De ese momento, que debió ser para ella traumático, le quedó una impresión que solía aparecer cada vez que iba a recibirla: «un frío mortal invadía no solo su alma, sino también todo su cuerpo».

A los 13 años consagró privadamente su virginidad. A los 18 años era una joven hermosa, elegante, y muy inteligente que había sido educada por una ursulina. Completó su formación en el monasterio de Santa María de los Ángeles donde residían dos tías suyas. Entonces iba ascendiendo por la escala de los místicos, llevada por un amor de tal envergadura que todo se le hacía poco para purificar las debilidades que apreciaba en sí misma, lo cual le provocaba gran aflicción. Con sus antecedentes y apariencia nadie podía imaginar que desde hacía tiempo se mortificaba con disciplinas, ayunos, cilicios y todo lo que se le ocurría para asemejarse más a Cristo Redentor. Llevaba una vida de intensa piedad. Era generosísima, socorría a los pobres, y estaba seducida por la vida de los santos que leía. Pero su padre no pensó ni por asomo que esa hija, a la que protegía en extremo, le plantearía su ingreso en el convento. Cuando lo hizo, ideó todas las formas posibles para disuadirla. En su empeño le ayudaron los hermanos y hasta las tías de Margarita. Consideraban que, en todo caso, le convendría un buen matrimonio. ¿Cómo podría sobrevivir en un monasterio alguien que tenía tan mala salud? Estos eran sus argumentos. Pero Margarita se empeñó y libró una lucha sin cuartel, de la que salió vencedora.

En 1705, a sus 18 años, se integró en la comunidad de capuchinas de Brescia, no tanto por elección propia, ya que habría pensado en otro Instituto, como por considerar que abrazándose a ese carisma cumplía la voluntad de Dios. Y ahí se inició su particular calvario, que duró treinta años. Le dieron el nombre de Magdalena. Y tanto la superiora como la maestra de novicias y hasta la última de las religiosas la maltrataron, como hoy se diría, psicológicamente, no solo con humillaciones, sino sembrando por doquier recelos y desconfianzas hacia ella. Alguna pensó, y así lo manifestó, que su presencia en el convento hundiría a la Orden; siempre el juicio humano en las antípodas del divino. El día de la convocatoria en la que todas debían manifestar su juicio respecto a su permanencia en el convento, se suponía que el resultado de la votación secreta sería su expulsión. Sin embargo, la unanimidad para que se quedase entre ellas fue inequívoca. Al parecer, en el momento de manifestar su juicio muchas se sintieron íntimamente movidas a modificar el voto negativo en el que inicialmente pensaron.

Mientras, Margarita continuó con su vida de penitencia, siempre in crescendo, ante el asombro de confesores, quienes tampoco la comprendían, y el desprecio y toda clase de agravios de la abadesa y del resto de las hermanas. Fue cocinera, portera, y más adelante maestra de novicias en tres ocasiones. Ella misma, y aunque no lo deseaba, fue elegida abadesa. Sus mortificaciones severísimas respondían a su ferviente petición de que Cristo no le ahorrase ningún suplicio. Y junto a tantos instantes cotidianos en los que debía vencerse, añadía otras penitencias para no vivir ni un minuto sin padecer por Él.

Sufrió acuciantes tentaciones. Tal fue su angustia en algunos momentos que llegó a rozar el paroxismo en su desesperación: «casi deseaba matarme para ir más pronto al infierno». Pasó por encima de las falsas acusaciones y la soledad a la que fue condenada temporalmente impidiéndole comentar asuntos espirituales con las novicias. Lo superó todo con la gracia divina; salía fortalecida en las tribulaciones. Resumía su anhelo de sufrir por Cristo, diciendo: «Si no hubiera tenido las penas corporales para refrigerar o calmar el ardor del amor a Dios, me hubiera sido imposible soportarlo». Vivía siempre con heroica caridad, fiel al carisma franciscano. Fue agraciada con numerosos bienes espirituales y dones diversos. Al final, contando ya con el amor de sus hermanas, y rodeada de ellas, murió el 27 de julio de 1737. León XIII la beatificó el 3 de junio de 1900.