Servicio diario - 16 de septiembre de 2019


 

"La oración es la raíz de la paz" recuerda el Papa a los líderes religiosos
Rosa Die Alcolea

Madrid acoge el Encuentro Internacional 'Paz sin Fronteras'
Rosa Die Alcolea

Francisco recibe a la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano
Larissa I López

Santa Marta: El Papa exhorta a rezar por los gobernantes
Larissa I López

Celebraciones del Santo Padre en septiembre y octubre
Larissa I López

Ser "artesanos del diálogo" — Francisco a los obispos orientales de Europa
Larissa I López

Entrevista al presidente de la Comunidad de San Egidio, Marco Impagliazzo, sobre el "Espíritu de Asís"
Deborah Castellano Lubov

Comunidad Abraham: Llamado del Papa a ser evangelizadores dispuestos al "éxodo"
Larissa I López

Ferrocarriles Estatales Italianos: "Más atractivos, sostenibles y solidarios"
Larissa I López

El Papa a la policía y el personal penitenciario: "Gracias", "adelante" y "coraje"
Larissa I López

San Roberto Belarmino, 17 de septiembre
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

16/09/2019-11:57
Rosa Die Alcolea

"La oración es la raíz de la paz" recuerda el Papa a los líderes religiosos

(ZENIT — 16 sept. 2019).- "Como creyentes somos conscientes de que la oración es la raíz de la paz", recuerda el Papa Francisco a los líderes religiosos con motivo del Encuentro Internacional Paz sin fronteras que se celebra estos días en Madrid, España.

"La oración por la paz, en este tiempo marcado por tantos conflictos y violencia, nos une aún más a todos, más allá de las diferencias, en el compromiso común por un mundo más fraterno", indica el Santo Padre.

El Pontífice ha enviado un mensaje al cardenal Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Madrid (España) y a los participantes en el 33° Encuentro Internacional de Oración por la Paz en el Espíritu de Asís, promovido por la Comunidad de San Egidio en colaboración con la archidiócesis de Madrid, que se celebra en esa capital del 15 al 17 de septiembre, sobre el tema Paz sin fronteras.

En esta línea, el Papa compara la paz con una gran "casa común": La paz es "como una casa con muchas estancias en la que todos estamos llamados a habitar. La paz no tiene fronteras. Siempre, sin excepción".

De este modo, Francisco matiza: "La casa común no soporta muros que separen y enfrenten a los que viven allí. (...) Necesita puertas abiertas que ayuden a comunicarse, a encontrarse, a cooperar para vivir juntos en paz, respetando la diversidad y reforzando los vínculos de responsabilidad".

 

Caída del muro de Berlín

El Santo Padre recuerda el 30° aniversario de la caída del muro de Berlín, en el corazón de Europa, uno de los motivos de celebración en el Encuentro de Paz sin fronteras en Madrid. El acontecimiento histórico "puso fin a esa lacerante división del continente que causó tanto sufrimiento". Desde Berlín a toda Europa del Este "se encendieron ese día nuevas esperanzas de paz, que se extendieron por todo el mundo".

"Estamos viviendo un momento difícil para el mundo", recuerda Francisco. "Todos debemos unirnos para gritar que la paz no tiene fronteras. Un grito que surge de nuestro corazón", y señala que es "desde los corazones" de donde debemos erradicar las fronteras que dividen y enfrentan; y "es en los corazones" donde se deben sembrar sentimientos de paz y fraternidad.

Asimismo, el Papa menciona en su mensaje el "Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común", que firmó en Abu Dhabi con el Gran Imán de Al-Azhar, el pasado 4 de febrero de 2109, "un paso importante en el camino hacia la paz mundial", señala Francisco.

Publicamos a continuación el Mensaje que el Santo Padre ha enviado al cardenal Osoro y a los participantes en el Encuentro Paz sin fronteras.

***

 

Mensaje del Papa Francisco

A Su Eminencia
Cardenal Carlos Osoro Sierra
Arzobispo de Madrid
y a los participantes en el Encuentro de Oración por la Paz
"Paz sin fronteras"
Madrid, 15-17 de septiembre de 2019

Saludo con alegría y reconocimiento al Cardenal Carlos Osoro Sierra, Arzobispo de Madrid y a todos vosotros, representantes de las Iglesias y las comunidades cristianas y de las Religiones mundiales reunidas en Madrid para el )00011 Encuentro de Oración por la Paz, organizado conjuntamente por la Comunidad de San Egidio y la Archidiócesis de Madrid. Es motivo de alegría ver que esta peregrinación de paz que comenzó después de la Jornada Mundial de Oración por la Paz, convocada en Asís en octubre de 1986 por san Juan Pablo II, nunca se ha interrumpido sino que continúa y crece en número de participantes y en frutos de bien. Es una peregrinación que ha recorrido pueblos y ciudades para dar testimonio en todas partes de la fuerza de ese "espíritu de Asís" que es oración a Dios y promoción de la paz entre los pueblos.

Este año su itinerario llega a Madrid, para reflexionar sobre el tema "Paz sin fronteras". La mente vuela al pasado, cuando hace treinta años, en el corazón de Europa, cayó el Muro de Berlín y se puso fin a esa lacerante división del continente que causó tanto sufrimiento. Desde Berlín a toda Europa del Este se encendieron ese día nuevas esperanzas de paz, que se extendieron por todo el mundo. Fue la oración por la paz de tantos hijos e hijas de Dios la que contribuyó a acelerar esa caída. Además, la historia bíblica de Jericó nos recuerda que los muros caen cuando son "asediados" con la oración y no con las armas, con los anhelos de paz y no de conquista, cuando soñamos con un futuro bueno para todos. Por eso es necesario rezar siempre y dialogar en la perspectiva de la paz: ¡los frutos vendrán! No tengamos miedo, porque el Señor escucha la oración de su pueblo fiel.

Por desgracia, en estas dos primeras décadas del siglo XXI hemos presenciado, con gran tristeza, el desperdicio de ese don de Dios que es la paz, dilapidado con nuevas guerras y la construcción de nuevos muros y barreras. Después de todo, sabemos bien que la paz ha de aumentar sin cesar de generación en generación, con el diálogo, el encuentro y la negociación. Si se busca el bien de los pueblos y del mundo, es insensato cerrar espacios, separar a los pueblos, o más aún, enfrentar a unos con otros, negar hospitalidad a quien lo necesita. De esta manera, el mundo se "rompe", utilizando la misma violencia con la que se arruina el medio ambiente y se daña la casa común, y pide en cambio amor, cuidado, respeto, igual que la humanidad invoca la paz y la fraternidad. La casa común no soporta muros que separen y enfrenten a los que viven allí. En cambio, necesita puertas abiertas que ayuden a comunicarse, a encontrarse, a cooperar para vivir juntos en paz, respetando la diversidad y reforzando los vínculos de responsabilidad. La paz es como una casa con muchas estancias en la que todos estamos llamados a habitar. La paz no tiene fronteras. Siempre, sin excepción. Tal era el deseo de san Juan )0011 cuando, en un momento difícil, quiso dirigir su palabra a todos los creyentes y hombres de buena voluntad invocando la "paz en todas las tierras".

Distinguidos representantes de las Iglesias y Comunidades cristianas, y de las grandes Religiones del mundo, con este saludo mío quiero deciros que estoy a vuestro lado en estos días y que con vosotros pido la paz al Único que nos la puede dar. En la tradición de estos Encuentros Internacionales de Oración por la Paz —como el de Asís en 2016, en el que también yo participé—, la oración que sube hasta Dios ocupa el lugar más importante y decisivo. Nos une a todos en un sentimiento común, sin ninguna confusión ¡Cercanos, pero no confundidos! Porque el anhelo de paz es común, en la variedad de experiencias y tradiciones religiosas.

Como creyentes somos conscientes de que la oración es la raíz de la paz. Quien la practica es amigo de Dios, como lo fue Abraham, modelo de hombre de fe y esperanza. La oración por la paz, en este tiempo marcado por tantos conflictos y violencia, nos une aún más a todos, más allá de las diferencias, en el compromiso común por un mundo más fraterno. Sabemos bien que la fraternidad entre los creyentes, además de ser una barrera para las enemistades y las guerras, es fermento de fraternidad entre los pueblos. En este sentido, firmé en febrero del año pasado, en Abu Dhabi, junto con el Gran Imán de Al-Azhar, el "Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común": un paso importante en el camino hacia la paz mundial. Juntos dijimos que «las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre». Deseo también confiar los propósitos de ese Documento a todos vosotros que participáis en este Encuentro de Oración por la Paz. El espíritu de Asís, 800 años después del encuentro de san Francisco con el Sultán, también inspiró el trabajo que nos llevó al acto de Abu Dhabi.

Estamos viviendo un momento difícil para el mundo. Todos debemos unirnos —diría que con un mismo corazón y una misma voz—, para gritar que la paz no tiene fronteras. Un grito que surge de nuestro corazón. Es de allí, en efecto, desde los corazones, de donde debemos erradicar las fronteras que dividen y enfrentan; y es en los corazones donde se deben sembrar sentimientos de paz y fraternidad.

Distinguidos representantes de las Iglesias y Comunidades cristianas y de las grandes Religiones del mundo, hombres y mujeres de buena voluntad que participáis en este Encuentro, la gran tarea de la paz también ha sido puesta en nuestras manos. Que el Dios de la paz nos dé abundancia de sabiduría, audacia, generosidad y perseverancia.

 

FRANCISCO

Vaticano, 13 de septiembre de 2019

 

 

 

16/09/2019-11:01
Rosa Die Alcolea

Madrid acoge el Encuentro Internacional 'Paz sin Fronteras'

(ZENIT — 16 sept. 2019).- El Encuentro Internacional Paz sin Fronteras, organizado por el Arzobispado de Madrid y la Comunidad de Sant'Egidio, se inauguró ayer, domingo 15 de septiembre de 2019, en capital española.

Del 15 al 17 de septiembre se celebra este acontecimiento ecuménico de religiones y culturas en diálogo, que marcará un antes y un después en la capital, como
continuación de un camino iniciado por el Papa san Juan Pablo II.

Se trata de la 33 edición de este encuentro internacional promovido por la Comunidad de Sant'Egidio. Más de 300 líderes de religiones mundiales se manifestarán a favor de la paz en el mundo, a la vez que darán respuestas concretas a la paz y al diálogo no sólo frente a las guerras actuales, sino también ante el clima de conflicto permanente que atraviesan las sociedades europeas y que se caracteriza por la violencia del lenguaje verbal y por el resurgimiento del racismo y la xenofobia.

 

Espíritu de Asís

En 1986, Karol Wojtyla reunió en Asís a cientos de exponentes de las iglesias cristianas y las grandes religiones mundiales, un camino de amistad y de puentes entre religiones y culturas que la Comunidad de Sant'Egidio ha seguido impulsando por más de 30 años, en un movimiento inspirado por el Espíritu de Asís.

El objetivo de este encuentro es el de "extender la red de diálogo en los rincones del mundo" así como "disociar firmemente a las religiones de las guerras y todas las formas de violencia y terrorismo"; algo que ya desde su fundación, en 1968, hace la Comunidad de Sant' Egidio.

 

Asamblea Inaugural

El evento por la paz arrancó el domingo, 15 de septiembre, con la celebración de la Misa en la catedral de la Almudena, a las 12 horas, presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, y con un acto de inauguración, a las 18 horas, en el Palacio Municipal de Congresos (avenida Capital de España, 7).

El cardenal Osoro, anfitrión de este gran evento, fue el primero en hablar ante un abarrotado Palacio Municipal de Congresos, dando la bienvenida a una ciudad que se caracteriza por ser una "ciudad de encuentro". Mons. Osoro destacó que "somos personas para la relación, llamados a tratar al otro como un verdadero hermano" y así a "ser protagonistas para no ir unos contra otros, sino ir juntos hacia los otros", informa la Archidiócesis de Madrid. También reclamó "pasillos humanitarios en todas las situaciones en las que las personas estén amenazadas en sus derechos".

Acto seguido, el profesor Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de Sant'Egidio, reconoció que las fronteras "identifican a los países y son para las identidades nacionales como las paredes de la casa que dan intimidad e identidad a una familia" y también existen entre iglesias por sus "experiencias espirituales y contenidos teológicos diferentes", pero el problema es que muchas veces "están impregnadas de odio, fragmentan el mundo y crean un insidioso clima de conflicto".

No podemos acostumbrarnos a las guerras, —remarcó— sino que hay que entender que "los pueblos tienen todos un destino común" y ahí se torna fundamental "el humanismo espiritual", recoge el portal informativo de la Archidiócesis de Madrid.

 

80° aniversario de la II Guerra Mundial

Moderada por Tíscar Espigares, responsable de la Comunidad de Sant'Egidio en Madrid, la asamblea inaugural contó con el saludo del cardenal Carlos Osoro; con los discursos del fundador de Sant'Egidio, Andrea Riccardi, el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandl, y el economista y asesor de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo del Milenio Jeffrey D. Sachs, y con las intervenciones del presidente de República Centroafricana, Faustin-Archange Touadéra, el rabino jefe de Tel Aviv, Israel Meir Lau, el metropolita ortodoxo ruso Hilarion, y el rector de la Universidad de de Al-Azhar en Egipto, Mohammed Al-Mahrasawi.

Cuando se cumple el 80° aniversario del inicio de la II Guerra Mundial, además de ellos hablarán sobre paz más de 300 personalidades civiles y religiosas como el presidente del Comité Económico y Social Europeo, Luca Jahier; los ministros Josep Borrell y Teresa Ribera; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida; el patriarca de Babilonia de los Caldeos, cardenal Louis Raphaél Sako; el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, cardenal electo Miguel Ángel Ayuso; el secretario de la Pontificia Comisión para América Latina, Guzmán Carriquiry, o el arzobispo de Bolonia, cardenal electo Matteo María Zuppi.

 

27 mesas redondas

Las 27 mesas redondas tendrán lugar de forma simultánea en diferentes puntos del centro de la ciudad el lunes 16 (mañana y tarde) y el martes 17 por la mañana. En estos debates, expertos internacionales en distintos ámbitos de 80 países abordarán temas como la justicia social, la no violencia, el rol de las redes sociales, el futuro de Europa y América Latina, las migraciones, la preservación de los lugares de culto, la mujer o la convivencia en las ciudades.

El martes 17, a las 18 horas, tendrá lugar en el centro de la ciudad la oración por la paz, con diferentes oraciones en lugares diferentes según cada tradición religiosa. A las 19:30 horas comenzará la procesión de paz, que se desarrollará desde los diferentes lugares de oración hacia la plaza de la Almudena, donde se celebrará la ceremonia final a las 20 horas.

El programa completo de estos días se puede consultar en la página web del Encuentro Internacional Paz sin Fronteras.

 

 

 

16/09/2019-16:42
Larissa I. López

Francisco recibe a la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano

(ZENIT- 16 sept. 2019).-- Hoy, 16 de septiembre de 2019, el Papa Francisco ha recibido a la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que se encuentra de visita oficial a la Santa Sede desde el 12 al 17 de septiembre.

El CELAM es un organismo de servicio eclesial centrado en la animación y ayuda a la reflexión y a la acción pastoral de la Iglesia en América Latina y el Caribe. De este modo, el CELAM presta servicios de contacto, comunión, formación, investigación y reflexión a las 22 Conferencias Episcopales que se sitúan desde México hasta el Cabo de Hornos, incluyendo el Caribe y las Antillas.

 

Encuentro con Francisco

Según informa la Oficina de Prensa del CELAM, tras el saludo protocolario, la delegación formada por Mons. Miguel Cabrejos, presidente del CELAM; el cardenal Odilo Scherer, primer Vicepresidente; Mons. Rogelio Cabrera, presidente de Asuntos Económicos; y Mons. Juan Carlos Cárdenas, secretario general, mantuvo una audiencia privada con el Santo Padre.

En este encuentro, dicha delegación episcopal latinoamericana presentó al Obispo de Roma las líneas principales que están marcando el camino de la renovación y reestructuración del propio CELAM y le informaron sobre el estado de la construcción de la nueva sede.

De acuerdo a la misma fuente, el Santo Padre animó a los obispos del CELAM a seguir trabajando por este organismo eclesial de América Latina, y, entre otros temas, manifestó su especial interés por que se implementen procesos de formación permanente de los sacerdotes y de atención a los obispos, particularmente los eméritos.

Después de esta audiencia, que ha constituido el punto central en la visita oficial al Vaticano, los representantes del CELAM emprendieron una jornada de trabajo con la Comisión Pontificia para América Latina y un encuentro con el decano de la rota Romana, Mons. Pinto.

 

Reestructuración del CELAM

Efectivamente, en la actualidad, el CELAM se encuentra en un tiempo de transición y reflexión hacia una reestructuración institucional en el que ha tenido lugar un proceso de escucha e intercambio con las distintas Conferencias Episcopales que integra y otras instancias relacionadas con la misión pastoral del organismo.

En este sentido, la conferencia latinoamericana consideró de gran importancia escuchar a los diferentes dicasterios de la Santa Sede en lo referente al trabajo que a cada uno concierne, ya que sus aportaciones pueden ser muy enriquecedoras dentro del mencionado proceso de cambio.

 

Visita oficial al Vaticano

Así, durante los días de la visita oficial al Vaticano, la presidencia del CELAM tiene previsto acudir y realizar intercambios con la Congregación para el Clero, la Congregación para la Educación Católica, la Congregación para los Obispos, la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, la Pontificia Comisión para América Latina, el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, el Dicasterio para los laicos, la Familia y la Vida, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y la Secretaría de Estado.

Por otra parte, según lo indicado por la mencionada Oficina de Prensa, esta visita supone una oportunidad para presentar oficialmente en la Santa Sede a los miembros de la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano para el periodo de 2019- 2023.

 

 

 

16/09/2019-14:45
Larissa I. López

Santa Marta: El Papa exhorta a rezar por los gobernantes

(ZENIT — 16 sept. 2019).- Durante la Misa en la Casa Santa Marta, reanudada hoy, 16 de septiembre de 2019, después de la pausa del verano, el Papa Francisco ha pedido oraciones por los gobernantes para que puedan realizar adecuadamente su cometido.

En su homilía, el Santo Padre ha reflexionado sobre la Primera Carta de san Pablo a Timoteo, indicó Vatican News.

 

Oración universal de intercesión

En dicha reflexión, según el medio vaticano, el Pontífice resaltó cómo en esa carta todo el pueblo de Dios es instado orar, a hacer "sin cólera y sin polémica" "peticiones, súplicas, oraciones y agradecimientos por todos los hombres" y también "por los reyes y por todos los que están en el poder", para que puedan llevar "una vida calma y tranquila, digna y dedicada a Dios".

Además de referirse a que san Pablo habla de la oración de intercesión, Francisco se detuvo en la alusión concreta a los reyes y las personas en el poder.

 

Rezar por los gobernantes

Estos individuos, explicó el Papa, reciben "adulaciones de sus favoritos o insultos". Entre ellos se encuentran, por supuesto, los políticos, pero también hay sacerdotes y obispos que son insultados. Reconociendo que "alguno se lo merece", también remarcó que en la actualidad la ofensa verbal hacia ellos es "como un hábito".

E instó a plantearse si pedimos a Dios que bendiga a estas personas responsables de nuestras sociedades: "Estoy seguro de que la gente no reza por los gobernantes, al contrario: parecería que la oración por los gobernantes es 'insultarlos'.

Y agregó, que, consecuentemente, así "va nuestra vida en las relaciones" con los que están en el poder e insistió en el mensaje de san Pablo, que es "claro" al pedir orar por todos ellos.

 

Rezar por el que piensa diferente

Después, recordó la reciente crisis de gobierno vivida en Italia e interpeló: "¿Quién de nosotros rezó por los gobernantes? ¿Quién de nosotros rezó por los parlamentarios? ¿Para que puedan llegar a un acuerdo y sacar adelante al país? Parece que el espíritu patriótico no llega a la oración; sí, a las descalificaciones, al odio, a las peleas, y así es como termina".

De este modo, el Papa Francisco manifestó su deseo de que las personas recen en todos los lugares "levantando manos puras al cielo, sin cólera y sin polémicas. Hay que discutir y esta es la función de un parlamento, hay que discutir pero no aniquilar al otro; es más, hay que rezar por el otro, por el que tiene una opinión diferente a la mía".

 

Conversión y oración

Por otro lado, ante el que piense que algún político es "demasiado comunista" o "corrupto", el Obispo de Roma citó de nuevo el evangelio, en el que se llama a no discutir sobre política, sino a "orar".

En cuanto a los que consideran que "la política es sucia", el Pontífice subrayó que para Pablo VI esta constituía "la más alta forma de caridad" y declaró que todas las
profesiones pueden ser sucias porque "somos nosotros los que ensuciamos algo, pero no es la cosa en sí misma la que está sucia".

Finalmente, exhortó a la conversión, a rezar por los gobernantes y remitió también al fragmento del evangelio en el que el centurión ora por uno de los suyos, de manera que "es bueno pensar que si el pueblo reza por los gobernantes, los gobernantes también serán capaces de rezar por el pueblo, precisamente como este centurión que reza por su siervo".

 

 

 

16/09/2019-09:26
Larissa I. López

Celebraciones del Santo Padre en septiembre y octubre

(ZENIT — 16 sept. 2019).- El pasado sábado, 14 de septiembre de 2019, la Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer el calendario de las celebraciones que presidirá el Santo Padre Francisco en los meses de septiembre y octubre.

En este mes de septiembre en curso, el día 29 tendrá lugar la Eucaristía con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que este año presenta el lema "No se trata sólo de migrantes", con el que el Santo Padre trata de reforzar su mensaje sobre la inclusión y la no exclusión de todas las personas, independientemente del tiempo que lleven en un país.

Este mes de octubre, además de establecerse como Mes Misionero Extraordinario con motivo del centenario de la promulgación de la Convención Apostólica de Benedicto XV, la Carta Maximum illud sobre actividad misionera, tienen lugar diversas celebraciones en Roma.

Así, del 6 al 27, está convocado el Sínodo de los Obispos para la Amazonía, titulado "Amazonía, Nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral".

También en este mes tendrá lugar, entre otros actos, tanto el Consistorio para la creación de 13 nuevos cardenales como la ceremonia de beatificación del cardenal Henry Newman y de otras 4 mujeres.

A continuación se detalla el calendario de celebraciones presididas por Francisco.

 

Septiembre

El 29 de septiembre de 2019, XXVI Domingo del Tiempo Ordinario, a las 10:30 horas, se celebra la Santa Misa con ocasión de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado en la plaza de San Pedro.

 

Octubre

Con motivo del citado Mes Misionero, el martes día 1, a las 18 horas, el Papa Francisco presidirá las vísperas del comienzo del mismo en la basílica de San Pedro.

En el mismo lugar, el viernes 4 de octubre, a las 17 horas, tendrá lugar la ceremonia de ordenación episcopal.

Al día siguiente, 5 de octubre, a las 16 horas, en la basílica vaticana, se desarrollará el Consistorio Público Ordinario para la creación de los nuevos cardenales.

El domingo día 6 de octubre, a las 10 horas yen el mismo templo, San Pedro, se celebrará la Misa de apertura del Sínodo de los Obispos para la Amazonía.

El siguiente domingo, día 13, a las 10:15 horas, en la plaza de San Pedro será la Misa de beatificación del cardenal John Henry Newman, Giuseppina Vannini, Maria Teresa Chiramel Mankidiyan, Dulce Lopes Pontes y Margarita Bays.

El domingo 20, a las 10.30 horas, por su parte, tendrá lugar, en la citada plaza, la Eucaristía para la Jornada Mundial de las Misiones.

Por último, el día 27 de octubre, se oficiará la Santa Misa de clausura del Sínodo de los Obispos para la Amazonía, en la basílica papal de San Pedro.

 

 

 

16/09/2019-10:41
Larissa I. López

Ser "artesanos del diálogo" — Francisco a los obispos orientales de Europa

(ZENIT- 16 sept. 2019).- En el contexto actual, frente a las desigualdades y divisiones que amenazan la paz, el Santo Padre indicó a los obispos orientales europeos que están llamados a ser “artesanos del diálogo, promotores de la reconciliación, constructores pacientes de una civilización del encuentro, que preserva los tiempos de la incivilidad de la confrontación”.

El pasado sábado, 14 de septiembre de 2019, el Papa Francisco recibió en audiencia a los obispos orientales católicos de Europa, llegados a Roma con motivo de su encuentro anual organizado por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).

 

La verdad cristiana es "sinfónica

Se trata de un encuentro que no está limitado a la tradición latina y entre los participantes se encontraban representantes de diferentes Iglesias de tradición bizantina, de Ucrania, Oriente Medio, India y de otras regiones que han sido acogidos en países europeos.

Así, en su discurso, el Papa se refirió a que la unidad de los cristianos no es uniformidad: "La uniformidad es la destrucción de la unidad; y la verdad cristiana no es monocorde, sino 'sinfónica', si no, no vendría del Espíritu Santo".

 

Sembradores del Evangelio

Sobre el tema de la unidad, Francisco recordó su viaje apostólico a Rumanía, en el que beatificó a siete obispos mártires de la Iglesia greco-católica rumana, como una forma de mostrar el agradecimiento de la Iglesia Católica y del Sucesor de Pedro por la fidelidad de un pueblo que se mantuvo en comunión con ellos incluso en momentos difíciles de su historia.

Igualmente, el Pontífice recordó que los presentes tienen encomendada una "misión específica en el camino ecuménico" y en torno a la que efectivamente reflexionaron en el encuentro.

Frente a una realidad en la que muchos son absorbidos por el ciclo vicioso de la violencia y los enfrentamientos, el Santo Padre apuntó a los deseos del Señor, que llama a ser "los míticos sembradores del Evangelio del amor" y les instó a comprometerse a "sanar las heridas del pasado, a superar prejuicios y divisiones, a dar esperanza a todos caminando al lado de los hermanos y las hermanas no católicos".

En este sentido, el Papa Francisco remitió a varios momentos compartidos con personas de otras confesiones, como la oración por la paz en Tierra Santa en los Jardines del Vaticano, la reunión con los refugiados en la isla de Lesbos y el diálogo por la paz en Oriente Medio en Bari.

 

Oración, humildad y caridad

Además de animar a vivir las tradiciones eclesiales, que lleva a recurrir a las mismas fuentes que las Iglesias ortodoxas, el Papa exhortó a practicar la caridad con todos, especialmente los que sufren y los marginados.

Esta actitud caritativa, según Francisco, nos prepara para vivir en el Cielo, momento en el que Dios no nos preguntará por jurisdicciones o identidades nacionales, sino por “cuánto hemos podido amar a nuestro prójimo, a cada prójimo, y proclamar el Evangelio de la salvación a los que hemos encontrado en los caminos de la vida”.

 

Amar es la clave

Amar es la única forma de que “las realidades secundarias a las que todavía estamos apegadas” pasen a un segundo plano y dejen espacio en el primero para Dios y para el prójimo, concluyó el Obispo de Roma.

A continuación, exponemos el discurso completo del Papa Francisco.

***

 

Discurso del Santo Padre

Eminencias, Beatitudes, queridos hermanos en el episcopado,

Agradezco al cardenal Bagnasco las palabras que me ha dirigido en vuestro nombre, y me complace darles la bienvenida al final de los días que os han visto reunidos como todos los años, esta vez en Roma. Su encuentro, organizado bajo los auspicios de las Conferencias Episcopales de Europa, nos muestra la riqueza ritual de la Iglesia Católica en el continente, no limitada a la tradición latina. Entre vosotros  veo a muchos representantes de diferentes Iglesias de tradición bizantina, muchos de ellos de la querida Ucrania, pero también de Oriente Medio, de la India y de otras regiones, que han encontrado acogida en los países europeos. Como afirma el Concilio Vaticano II, “la variedad no sólo no daña la unidad de la Iglesia, sino que la manifiesta” (Orientalium Ecclesiarum, 2). La unidad de los cristianos, en efecto, no es uniformidad. La uniformidad es la destrucción de la unidad; y la verdad cristiana no es monocorde, sino “sinfónica”, si no, no vendría del Espíritu Santo.

Hace unos meses, durante mi viaje apostólico a Rumania, presidí la beatificación de siete obispos mártires de la Iglesia greco-católica rumana. Fue una ocasión para mostraros el agradecimiento de toda la Iglesia católica y del Sucesor de Pedro por el testimonio de fidelidad a la comunión con el Obispo de Roma, ofrecido varias veces en la historia, a veces hasta el derramamiento de sangre. Esta fidelidad es una preciosa gema de vuestro patrimonio de fe, un signo distintivo indeleble, como nos recuerda uno de los mártires rumanos cuando, frente a quienes le pedían que abjurara de su comunión católica, dijo: “Mi fe es mi vida”. La comunión católica forma parte de vuestra identidad particular, pero no le quita nada, sino que contribuye a su plena realización, por ejemplo, protegiéndola de la tentación de encerrarse en sí misma y de caer en particularismos nacionales o étnicos excluyentes.  Y este es un peligro de este tiempo de  nuestra civilización: los particularismos que se convierten en populismos y quieren mandar y uniformar todo.

Es precisamente la intercesión de los beatos y santos mártires, que experimentan la comunión perfecta en el cielo, lo que nos impulsa a emprender un camino constante de purificación de la memoria eclesial y a aspirar a una unidad cada vez mayor con todos los creyentes en Cristo. Para que “todos sean uno” (Jn 17,21): este es el ardiente deseo que Jesús, durante su pasión, llevó en su corazón,  luego desgarrado por todos en la cruz. El Concilio Ecuménico Vaticano II y el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales nos recuerdan también que vosotros sois los custodios de una misión específica en el camino ecuménico. Y en estos días habéis reflexionado precisamente sobre el significado de vuestra misión ecuménica hoy.

Hoy, mientras demasiadas desigualdades y divisiones amenazan la paz, sintámonos llamados a ser artesanos del diálogo, promotores de la reconciliación, pacientes constructores de una civilización del encuentro, que preserva nuestro tiempo de la incivilidad de la confrontación. Mientras muchos son absorbidos por la espiral de la violencia, por el círculo vicioso de las reivindicaciones y acusaciones mutuas, el Señor quiere que seamos los míticos sembradores del Evangelio del amor. En la familia cristiana, sed los que, mirando al “Dios de todo consuelo” (2 Co 1,3), se comprometen a curar las heridas del pasado, a superar los prejuicios y las divisiones, a dar esperanza a todos caminando codo con codo con hermanos y hermanas no católicos. Con ellos tuve la gracia de compartir varios momentos intensos: pienso en la oración por la paz en Tierra Santa, en los Jardines Vaticanos, en el encuentro con los refugiados en la isla de Lesvos, en el diálogo por la paz en Oriente Medio en Bari, precedido por la oración común en el signo de San Nicolás y de la Santa Madre de Dios “que muestra el camino”. Siento que el camino que se nos indica desde arriba está hecho de oración, humildad y caridad, no de reivindicaciones locales, ni siquiera tradicionalistas, no. El camino es oración, humildad y caridad. Caminando juntos, haciendo algo juntos por los demás y por nuestra casa común, redescubrimos, en el corazón de nuestra catolicidad, el antiguo significado atribuido a la Sede romana, llamada a “presidir a la caridad de toda la Iglesia” (S. IGNACIO ANT., Carta a los Romanos, prólogo).Y al obispo de Roma como al servus servorum Dei.

Vivir plenamente vuestras tradiciones eclesiales os lleva a recurrir a las mismas fuentes de espiritualidad, liturgia y teología que las Iglesias ortodoxas. ¡Es hermoso ser testigos juntos de tan grandes riquezas! También en el campo académico es posible promover programas comunes de estudio e intercambio cultural, involucrando especialmente a sacerdotes jóvenes para que puedan formarse con una mente abierta. Sobre todo y en todo, ayudémonos a vivir la caridad hacia todos. No conoce ni territorios canónicos ni jurisdicciones.  Me duele cuando veo, también en los católicos, una lucha por las jurisdicciones. Por favor como nos recuerda el apóstol Pablo, que dio su vida en esta ciudad (la caridad n.d.r), siempre tiene la primacía y no terminará nunca (cf. 1 Cor 13). Cuando nos inclinamos juntos sobre nuestro hermano que sufre, cuando nos acercamos a los que sufren la soledad y la pobreza, cuando ponemos en el centro a los marginados, como los niños que no ven la luz, los jóvenes sin esperanza, las familias tentadas a desintegrarse, los enfermos o los ancianos descartados, ya caminamos juntos en la caridad que sana las divisiones. Como nos recuerda el apóstol Pablo, que dio su vida en esta ciudad, siempre tiene el primado y nunca terminará (cf. 1 Cor 13). Cuando nos inclinamos juntos sobre nuestro hermano que sufre, cuando nos acercamos a los que sufren la soledad y la pobreza, cuando ponemos en el centro a los marginados, como los niños que no ven la luz, los jóvenes sin esperanza, las familias tentadas a desintegrarse, los enfermos o los ancianos descartados, ya caminamos juntos en la caridad que sana las divisiones.

Entonces nos preparamos para vivir juntos en el único Cielo al que somos llamados. Allí el Señor no nos pedirá cuentas de cuáles y cuántos territorios han permanecido bajo nuestra jurisdicción, ni de cómo hemos contribuido al desarrollo de nuestras identidades nacionales. Nos preguntará cuánto hemos podido amar a nuestro prójimo, a cada prójimo, y proclamar el Evangelio de la salvación a los que hemos encontrado en los caminos de la vida. Pidamos la gracia de desearlo. Porque sólo amando se encuentra la alegría y se difunde la esperanza. Amando es cómo esas realidades secundarias a las que todavía estamos apegados,  -también al dinero, que son un veneno: el  demonio, entra por los bolsillos, ¡no lo olvidéis!- pasan a un segundo plano, y las únicas que quedan para siempre pasan al primer plano: Dios y nuestro prójimo. Ánimo, queridos hermanos, ¡avanzad en el espíritu de comunión! Os  aseguro mi recuerdo constante, estáis en mi corazón. Y os pido, por favor, que recéis por mí porque lo necesito ¡Gracias!

 

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16/09/2019-17:34
Deborah Castellano Lubov

Entrevista al presidente de la Comunidad de San Egidio, Marco Impagliazzo, sobre el "Espíritu de Asís"

(ZENIT — 16 sept. 2019).- "El Espíritu de Asís está vivo y el fundamentalismo religioso ya no convence a las masas", afirma sin vacilar Marco Impagliazzo desde Madrid, donde se está llevando a cabo el Encuentro Internacional Paz sin Fronteras, promovido por la Comunidad de San Egidio (presidida por Impagliazzo), recordando la histórica Jornada de Oración por la Paz convocada en Asís por el Papa Juan Pablo II en 1986, con representantes de todas las religiones del mundo.

En Madrid hay 300 líderes y representantes de las principales religiones del mundo, procedentes de más de 60 países de todo el mundo.

Entre los temas a tratar, del 15 al 17 de septiembre, se encuentra el fundamentalismo religioso actual y los conflictos que contribuyen a él. "Sin embargo, no debemos ser nostálgicos", exhorta Impagliazzo. "El mundo bipolar Este/Oeste, con el riesgo de un holocausto nuclear, no era más pacífico ni menos aterrador".

Cada año desde 1987, este Encuentro se celebra en una ciudad diferente de Europa. Sin embargo, desde el encuentro de Bolonia de 2018, se ha producido la firma conjunta del Papa Francisco y del Gran Imán de Al Ahzar al Tayyeb en Abu Dhabi (donde la corresponsal de zenit en el Vaticano, Deborah Castellano Lubov, se encontraba en el vuelo papal para la primera visita de un Papa a la Península Arábiga), del "Documento sobre la Fraternidad Humana: por la Paz Mundial y la convivencia".

"Yo diría que con Abu Dhabi, el Espíritu de Asís ha entrado definitivamente en el Islam, y que debemos esperar bellas sorpresas después de tanta desconfianza", comenta Impagliazzo desde Madrid.

Esta es la entrevista exclusiva con el corresponsal principal de zenit en el Vaticano sobre el terreno para el encuentro anual celebrado este año en la capital española:

***

 

zenit: El fundamentalismo religioso y la intolerancia avanzan en muchos países. Me viene a la mente, entre los episodios más crueles de los últimos 12 meses, el ataque a dos mezquitas en Nueva Zelanda, en marzo, y los ataques de Pascua en las iglesias de Sri Lanka. La persecución de las minorías religiosas, especialmente las cristianas, continúa en muchos países. ¿Cómo no ceder al pesimismo?

Marco lmpagliazzo: El pesimismo es impotente y marca un declive, también espiritual: la idea de que no se puede hacer nada sino defenderse con la misma violencia. Desde esto hasta pensar que no se debe hacer nada, el paso es breve. Sin embargo, eso no significa que uno no esté preocupado y afligido por los muchos episodios de violencia como los mencionados. Vemos incidentes de intolerancia y racismo también en nuestros países europeos. Los actos de terrorismo nos afectan cada vez más, sobre todo cuando se ataca a personas indefensas, civiles y personas que rezan. Ciertamente hay que reaccionar, pero no con una vuelta lúgubre, pensando que la única manera de responder a un golpe es otro golpe: es precisamente esto lo que quieren los terroristas. Todas estas guerras, libradas en nombre de la lucha contra el terrorismo, sólo han creado más (guerras) y no han resuelto nada. Debemos tener la honestidad de admitirlo. En cambio, debemos reaccionar cada vez más con conversaciones y actos concretos de paz. Traer líderes religiosos a Madrid es parte de esa reacción. Juntos, los líderes de las grandes religiones del mundo se refuerzan mutuamente al condenar toda forma de violencia y al afirmar que sólo la paz es santa.

 

zenit: ¿Sigue siendo posible creer que las religiones son la solución a la guerra y que, por el contrario, no son parte del problema? ¿Y cómo es posible? Pensamos en Ucrania, iglesias de la misma familia, ortodoxas, que soplan el fuego de nacionalismos opuestos...

Marco lmpagliazzo: Lo son y lo serán cada vez más si juntos van a la raíz profunda de su fe, donde se inscribe un deseo común de paz. El encuentro entre el Papa Francisco y el Gran Imán Al Tayyeb en Abu Dhabi es un signo poderoso de esto: las religiones no hacen la guerra, son los hombres los que la hacen. Es evidente para todos que el drama ucraniano es un drama geopolítico, hecho de fronteras, actos de fuerza, presiones políticas y hegemonías económicas. Las Iglesias no pueden convertirse en un instrumento étnico o nacionalista en manos de los políticos. Si se rinden a esto, se traicionan a sí mismos. Es una señal de alarma para todos nosotros: si la Iglesia se convierte en un arma étnica o nacionalista en manos de otros, pierde su misión evangélica. La Iglesia ora por la paz y no por la victoria.

 

zenit: ¿Cuál es el estado de salud del Espíritu de Asís hoy? ¿Es cierto, como se oye decir a más voces, que el mundo de hoy es más cerrado, más temeroso que en el pasado?

Marco Impagliazzo: El mundo tiene miedo porque está desorientado ante los cambios rápidos e inesperados. Paradójicamente, al estar materialmente más cerca, tiende a distanciarse psicológicamente. Por lo tanto, busca refugio en las principales solidaridades: la tierra y la nación. Sin embargo, nosotros, los cristianos, sabemos bien que en el curso de la historia eso ya ha ocurrido y ha dado malas pruebas de ello. El Espíritu de Asís continúa extendiéndose por todo el mundo. El encuentro de fraternidad de Abu Dhabi es un fruto directo de ello. Durante años, en San Egidio, hemos cultivado la amistad con Al-Azhar y el Gran Imán al Tayyeb. Nada debe darse por sentado ni ceder a la cultura del enemigo. Hay signos —quizás poco recogidos por la prensa— de cómo está vivo el Espíritu de Asís: las masas argelinas lo demuestran, buscando la libertad pacíficamente, manifestándola durante meses, rechazando el fundamentalismo violento o la dictadura militar. San Egidio ha trabajado tanto por la paz en ese país. Nunca hemos cedido a la ideología del "choque". Lo mismo puede decirse de lo que está ocurriendo en Sudán, en Sudán del sur, en la República Democrática del Congo, en África Central y en otros lugares. Ciertamente hay guerras antiguas y latentes y muchos conflictos que aún no se han resuelto. Sin embargo, las religiones están cada vez menos involucradas activamente en los foros del choque y en las formas de odio. La trayectoria del propio fundamentalismo —diría que más bien de los fundamentalismos—ya no convence a las masas. Y además, no hay que ser nostálgico: el mundo de la bipolaridad Este/Oeste, con el riesgo de un holocausto nuclear, no era más pacífico ni menos aterrador.

 

zenit: Un tema, en muchas mesas redondas, es el de los medios de comunicación. Hoy en día, la comunicación es fuerte en instrumentos muy poderosos, pero a menudo termina alimentando los conflictos. ¿Qué papel desempeña la comunicación en la promoción de la paz y la tolerancia entre las diferentes religiones?

Marco lmpagliazzo: Puede tener un gran papel si los medios de comunicación permanecen apegados a la compleja verdad de la realidad y no ceden a las simplificaciones. Los medios de comunicación pueden ser manipulados y convertirse en un instrumento de odio, si se piensa en el trágico papel de Radio Milles Collines en el genocidio ruandés. La representación del otro, del diferente, es una de las cuestiones sobre las que los medios de comunicación siempre deben cuestionarse. No debe someterse a la idea de la creación del enemigo, sino aceptar el reto de explicar la complejidad. Me preocupa que el lenguaje bélico impregne los propios medios de comunicación, incluso en otras situaciones. Por ejemplo, la cuestión de los migrantes tratados en términos de desembarcos, invasión, armas de ocupación masiva, etc -todos los términos militares. Es muy importante poder elegir las palabras y evitar la tentación de gritar títulos inflados. Esto ya sería una gran contribución a la promoción de la paz y la tolerancia. Me gustaría que los medios de comunicación relanzaran la realidad por lo que es, sin teñirla de cinismo y escepticismo, como sucede a menudo, como si lo bueno y lo bueno contara menos que lo malo y lo malo. Los medios de comunicación no tienen mucho éxito en dar voz a la "ingenuidad del bien".

 

zenit: En sus discursos, el Papa Francisco se dirige a menudo al tema de los muros y los populismos, de los que el Papa dice estar preocupado. Según él, se escuchan discursos que recuerdan de hecho el ascenso del Nazismo. El pasado 1 de septiembre se cumplió exactamente el 80° aniversario del estallido de la Segunda Guerra Mundial. ¿Debemos pensar que una nueva guerra como esa también podría estallar?

Marco lmpagliazzo: Si es por eso que la guerra ya ha estallado. Según el Papa, toda guerra es una guerra mundial desde el momento en que tiene causas y efectos más allá de sí misma. No veo una probable guerra en Europa entre las democracias, aunque debemos estar atentos: los discursos autoritarios y de soberanía quieren dividir a Europa, como lo hacen en otras partes del mundo. Lo observamos con el orbanismo, una especie de autoritarismo antiliberal que pretende convertirse en un modelo para los demás. La buena noticia es que hasta hoy Europa ha sido capaz de resistirse a ella, a pesar de todas sus limitaciones. Se ha resistido en sus parlamentos, como lo demuestran las crisis italiana y británica, que han podido reafirmar su prerrogativa frente a los que buscaban "plenos poderes". Se ha resistido entre el pueblo con las elecciones europeas, que no dieron mayoría a las fuerzas hostiles a la unidad y a los partidarios de los populismos y los racismos. Está resistiendo a las fuerzas en desintegración propuestas por otras potencias autoritarias. Políticamente, Europa se confirma como la mejor defensa de la democracia y la tolerancia en el mundo.

 

zenit: Otro tema que se pondrá de manifiesto en Madrid serán las migraciones. Por un lado, la Iglesia predica la hospitalidad y, por otro, reconoce a las naciones anfitrionas el derecho de poner límites a este fenómeno. El debate político en torno a este tema está que arde. En su opinión, ¿dónde hay que buscar el punto de equilibrio?

Marco lmpagliazzo: Sobre las migraciones debemos darnos cuenta de que el encuentro puede ser fuente de futuro y de grandes sorpresas; los protagonistas de este evento migratorio no son los que reciben y escuchan, sino lo que surge de éste; yo diría que el abrazo es el verdadero protagonista. El equilibrio está en gobernar los procesos, conscientes de que son estructurales. Hay una fuerte caída demográfica en Occidente y, al mismo tiempo, una necesidad de armas y mentes. Si el proceso que los obtiene no se rige, se produce un rechazo brusco, una reacción violenta, como sabemos. Si se gobierna ocurre lo contrario, una reunión feliz incluso en casos de crisis. Doy el ejemplo de los corredores humanitarios organizados por San Egidio y realizados con las Iglesias Evangélicas y la CEI (Conferencia Episcopal Italiana). Miles de personas de Siria, Iraq y el Cuerno de África han encontrado en Europa solidaridad y oportunidades. Es el resultado de una acción llevada a cabo con amor e inteligencia por San Egidio y por las Iglesias católica y protestante en relación con la sociedad civil. Cuando los fenómenos son gobernados, el miedo disminuye y el racismo desaparece. Concretamente: si la Unión Europea adoptara los corredores, ya no tendríamos ninguna emergencia de inmigrantes en Europa. Basta con multiplicarlo por cien, por mil. Es lo que proponemos: una verdadera política de hospitalidad e integración, que ve a la sociedad europea como protagonista, donde hay muchos más recursos de la humanidad de lo que uno piensa.

 

zenit: En los últimos doce meses, un paso fundamental en el diálogo interreligioso ha sido el Documento de Abu Dhabi, firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Ahzar al Tayyeb. ¿Cómo juzga el impacto que ha tenido este Documento? ¿Se discutirá en Madrid?

Marco lmpagliazzo: Por supuesto que sí. Como dije antes, es un gran paso en las relaciones entre cristianos y musulmanes. Yo diría que, con Abu Dhabi, el Espíritu de Asís ha entrado definitivamente en el Islam y que debemos esperar bellas sorpresas, después de tanta desconfianza. Este documento es histórico: evoca la unidad del género humano y sólo señala un verdadero problema: la guerra. Cuando se afirma que "el verdadero enemigo de la fraternidad humana es el individualismo, que significa afirmarse a sí mismo y al grupo sobre los demás", ¡es un avance espectacular!

Debemos tener más confianza en las semillas de paz y diálogo sembradas en estas décadas en el Espíritu de Asís. Esta es también la grandeza de la Iglesia de Roma, que desde la segunda mitad del siglo pasado ha asumido la responsabilidad del diálogo global entre las religiones, aunque sea la mayor denominación religiosa. Por eso, cuando el Papa viaja, es recibido con alegría espontánea por todos, incluso por los no católicos. Representa a la más grande figura religiosa. Y nosotros, los de San Egidio, estamos felices y agradecidos por haber trabajado en este camino y por haber llevado el Espíritu de Asís a todas partes.

 

zenit: En otras ocasiones, durante estos encuentros, surgió la idea de crear una especie de ONU de las religiones, una organización permanente de diálogo y confrontación entre las religiones, que va más allá de la ocasión de un encuentro, si bien como este de Madrid. ¿Es sólo una idea o podría convertirse en algo más?

Marco lmpagliazzo: Los encuentros Hombres y Religiones que organizamos cada año ya representan un espacio de diálogo permanente. De cada edición nacen nuevos niños que dan vida a importantes iniciativas locales. La Jornada Mundial de Oración por la Paz, que este año se celebra en Madrid, también se celebra al unísono, por iniciativa nuestra, en muchas otras partes del mundo. Por lo tanto, no se trata de una reunión ocasional, sino de una verdadera y propia arquitectura de paz. No creo que para ello sea necesaria una estructura organizativa: institucionalizar a menudo asfixia. Se trata de algo más que de una organización: poder vivir el espíritu a través de lo humano, a través de la experiencia de los pueblos, y también a través de la presencia de una Comunidad. No es un congreso como otros tantos que se celebran. Hay una Comunidad que acoge y da el tono humano y fraterno al acontecimiento. La dimensión humana son las personas con sus historias, dificultades y éxitos. La oración de Madrid recoge todo esto en un espíritu fraterno, relanzándolo más allá de nosotros, hacia otro que no conocemos ahora pero que rezamos y esperamos que sea más pacífico y bello. En términos italianos, yo diría: ¡esto es "la gran belleza"!

 

 

 

16/09/2019-11:19
Larissa I. López

Comunidad Abraham: Llamado del Papa a ser evangelizadores dispuestos al "éxodo"

(ZENIT- 16 sept. 2019).­- “La fe de Abraham lo lleva a dejar su tierra y su hogar para ir a un lugar que no conoce, pero que está garantizado por la promesa de Dios. Para ser evangelizadores hay que confiar en Dios y estar dispuestos a partir, a salir, pero no sólo una vez, sino a asumir un estilo de ‘éxodo’”, indicó el Papa Francisco.

El pasado sábado, 14 de septiembre de 2019, el Santo Padre se reunió en el Aula Pablo VI con los miembros de la Comunidad Abraham con motivo del treinta aniversario de su fundación.

 

Comunidad Abraham

Nacida en el 1989, la Comunidad Abraham propone un camino de conversión y crecimiento espiritual en la alabanza a Dios Padre.

Se trata de una realidad eclesial comprometida con la nueva evangelización por medio del anuncio de la Palabra de Dios a los no creyentes y a los cristianos no practicantes, con particular atención al mundo de la familia, de los jóvenes, de la escuela y al ámbito social. Igualmente, esta evangelización es acompañada por la formación permanente de los laicos.

A continuación sigue el discurso completo del Papa Francisco.

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Discurso del Santo Padre

Queridos amigos,

¡Gracias por la alegría que manifestáis! Manifestar alegría es una gracia de Dios. Demos gracias a Dios que ha sembrado tanta alegría en vuestros corazones.  Me alegro de encontrarme con vosotros a treinta de la fundación de vuestra comunidad. El Señor no deja de sorprendernos abriendo nuevos caminos para seguir a Jesús, con la creatividad del Espíritu Santo. Os agradezco las palabras que me habéis dirigido. Sois una comunidad joven, y por ello lleváis dentro de vosotros el entusiasmo característico de quienes desean compartir la belleza de haber encontrado a Cristo en sus vidas.

Tenéis un nombre importante: “Abraham”, que inspira el recorrido de la evangelización que estáis llamado a realizar en las más diversas condiciones en las que os encontráis. No temáis inspirar vuestra vida y vuestra acción en el gran patriarca Abraham, nuestro padre en la fe. Que os enseñe, ante todo, a obedecer la llamada del Señor. No importa cómo y bajo qué circunstancias el Señor se manifieste en vuestras vidas. El Señor es creativo, es el Señor de las sorpresas, cuando menos lo esperamos viene y nos indica caminos diversos, originales.  Él – y ¡sólo Él! – conoce los lugares y las horas en las que encontrar a cada uno de vosotros. Lo importante es escuchar su voz. Para poder percibir su palabra, es necesario el silencio de la escucha. Vosotros sois,  diría yo, bastante ruidosos cuando estáis juntos, pero el buen ruido, el ruido del Espíritu Santo, viene del silencio de la escucha. Si no hay silencio de escucha, el ruido no es un ruido “ungido” por el poder del Espíritu Santo.  Como un gran obispo, San Ignacio de Antioquía, escribía a las primeras generaciones cristianas de Éfeso: “Una palabra pronunció el Padre, y fue su Hijo, y ella  siempre habla en eterno silencio, y en silencio debe ser escuchada”. Os deseo que  sepáis encontrar siempre momentos de verdadero silencio en vuestras vidas; este es el secreto para poder escuchar a Dios  que habla: el silencio.

La fe de Abraham lo lleva a dejar su tierra y su hogar para ir a un lugar que no conoce, pero que está garantizado por la promesa de Dios. Para ser evangelizadores hay que confiar en Dios y estar dispuestos a partir, a salir, pero no sólo una vez, sino a asumir un estilo de “éxodo”. Pensemos también en Moisés, lo mismo…Pensemos en san José: creo que san José al final de su vida tenía miedo de dormirse porque cada vez que se dormía ¡le cambiaban de planes! Este tipo de éxodo. Es importante salir al encuentro de los que el Señor pone en nuestro camino.

Cuando el apóstol Pedro escribía su primera carta, se dirigía a comunidades jóvenes, quizás un poco asustadas de expresar su fe; y sin embargo, las exhortaba a dar razón de la esperanza recibida de Cristo. Siempre  exhortaba a hacerlo “con mansedumbre y respeto, con una conciencia justa” (1Pt 3,15-16). La mansedumbre que el Espíritu Santo nos da nos hace testigos, porque el camino del Espíritu Santo no es el proselitismo, es el testimonio. Si alguien viene a hacer proselitismo no es Iglesia, es  secta. La Iglesia que quiere el Señor, como dijo el Papa Benedicto XVI, no crece por el proselitismo, sino por la atracción, que es la atracción del testimonio, y detrás del testimonio está siempre el Espíritu Santo.  Esta es una metodología que estamos llamados a vivir en la obra de evangelización. Necesitamos caminar juntos con la gente de nuestro tiempo, escuchar lo que llevan en sus corazones, ofrecerles, con nuestras vidas, la respuesta más creíble, es decir, la que viene de Dios, a través de Jesucristo. Siempre es bueno para mí escuchar los consejos que San Francisco de Asís daba a los frailes cuando los mandaba a evangelizar: “Id, anunciad el Evangelio, si es necesario, también con palabras”. Primero con el testimonio, luego te preguntan: “¿Por qué eres así? Y entonces es el momento de hablar.

La fe de Abraham fue fecunda  más allá de todas las expectativas humanas. Y vio su cumplimiento en Jesús, a través de una humilde hija de Abraham, la Virgen María, en quien Cristo reflejó al Padre su “Heme aquí. Que os ayude también a vosotros a ser dóciles a la acción del Espíritu Santo, y así vuestro testimonio y vuestro  entusiasmo serán un instrumento eficaz al servicio del Evangelio. Avanzad,  adelante, en la fe y en la caridad, especialmente hacia los más marginados y pobres, confiando siempre en la promesa de Dios.

Os acompaño con mi bendición. Y vosotros, por favor, no os olvidéis de rezar por mí: me hace falta, porque este trabajo no es fácil ¡Gracias!

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

16/09/2019-12:21
Larissa I. López

Ferrocarriles Estatales Italianos: "Más atractivos, sostenibles y solidarios"

(ZENIT- 16 sept. 2019).­- El Papa Francisco ha manifestado su deseo de que los servicios ferroviarios italianos tengan siempre tres cualidades: “que puedan ser cada vez más atractivos, sostenibles y solidarios”.

Hoy, 16 de septiembre de 2019, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano, el Santo Padre recibió en audiencia a los directivos y empleados de los Ferrocarriles Estatales Italianos a los que les dirigió un discurso.

 

Responsabilidad social

En primer lugar, Francisco aludió a la responsabilidad de los directivos hacia los empleados, con los que deben mostrar firmeza pero también comprensión frente a sus problemas y necesidades; y hacia los usuarios de sus servicios y al conjunto de la sociedad, “ya que la calidad del transporte ferroviario afecta a muchas dinámicas sociales y a las perspectivas económicas del propio país”.

Tras recordar que este año se celebra la primera década de la Alta Velocidad en Italia, símbolo de la evolución en los servicios y el confort dentro de este sector, el Papa señaló la función de “empalme” que supone trabajo ferroviario: “El empalme conecta, permite el paso de un camino a otro, de un ferrocarril a otro; los que actúan como empalmes no solo piensan en  sí mismos, sino que multiplican las relaciones y los proyectos compartidos, sabiendo que el bien de los individuos y de las comunidades, en todos los niveles, pasa por el bien de todos, y por lo tanto por el bien de cada uno”, explicó.

 

Más atractivos, sostenibles y solidarios

Según el Pontífice, los servicios ferroviarios deben ser más atractivos porque han de captar inversiones, “mejorar la calidad, fomentar los intercambios comerciales y generar nuevas realidades empresariales” y  ser “lugares donde uno se siente bienvenido y a gusto, y donde sea agradable volver”.

Por otra parte, han de ser más sostenibles con el objetivo de ser económicos para las empresas y los ciudadanos, para respetar los territorios y comunidades que recorre y, por supuesto, desde el punto de vista ambiental,“para garantizar que el impacto sea lo más limitado posible y que las emisiones de dióxido de carbono, tan nocivas para el ecosistema y su equilibrio, se reduzcan al máximo”.

En cuanto al aspecto solidario, el Pontífice se refirió a que los ferrocarriles estatales deben favorecer a las familias y aportar facilidades a los más necesitados “debido a su edad avanzada, a sus limitaciones físicas o a sus bajos ingresos”. Al mismo tiempo, deben ser solidarios “por su difusión efectiva y por la calidad de los servicios”, manteniendo “vivas las diferentes zonas del país, incluso las más remotas, como hacen las venas y los capilares, que llevan vida a los miembros más alejados del corazón”, sin que ningún centro quede excluido, marginado o empobrecido.

A continuación sigue el discurso completo del Papa Francisco.

***

 

Discurso del Santo Padre

Sr. Director General,

Sres. y Sras. directivos,

Os saludo  a todos cordialmente y agradezco al Dr. Battisti sus amables palabras.

Los Ferrocarriles Estatales son un medio de transporte y conexión fundamental para el país, además de representar un apoyo e incentivo para el desarrollo económico y social. Constituyen una articulación capilar que une las distintas zonas del país tanto desde un punto de vista práctico como ideal, fomentando el intercambio de personas y bienes, de experiencias y conocimientos, de cultura y riqueza.

Como directivos, tenéis una gran responsabilidad en nombre de la comunidad. En primer lugar, hacia los empleados, a los que estáis  llamado a guiar y cuyas tareas organizáis. Que siempre encuentren en vosotros modelos de entrega y desinterés, capaces de conjugar la firmeza, propia de quien debe decidir, con la comprensión de quien se preocupa por los problemas y las necesidades concretas de las personas. Vuestra responsabilidad también se extiende a aquellos que, ocasional o diariamente, utilizan el tren como medio de transporte, para ir a trabajar o por turismo, o para visitar a sus seres queridos que viven lejos. En efecto, el esfuerzo por hacer más eficiente el servicio ferroviario repercute no poco en su calidad de vida, haciendo que sus viajes sean más rápidos y cómodos. Vuestra actividad se extiende , además, al conjunto de la sociedad, ya que la calidad del transporte ferroviario afecta a muchas dinámicas sociales y a las perspectivas económicas del propio país.

Son muchas las cuestiones que se os encomiendan ,desde la seguridad en el trabajo hasta la gestión de las contratas, desde la sostenibilidad medioambiental hasta los aspectos regulatorios y la interacción con el territorio. Por eso es grande el esfuerzo que se os pide  y os deseo que lo cumpláis  con pasión, para trabajar con ese “algo más” de cuidado, disponibilidad y creatividad que caracteriza a los que aman las realidades y a las personas a las que sirven.

Este año celebráis la primera década de la Alta Velocidad, una obra pública de importancia estratégica, que proporciona una conexión  esencial a lo largo de los principales ejes del país y que cada día ofrece a miles de pasajeros un servicio de alta calidad. Los progresos realizados y las innovaciones introducidas en este corto período de tiempo son realmente sensacionales, con un aumento de la velocidad del transporte, un incremento de los servicios y del confort para los pasajeros, una interacción cada vez más fuerte con los territorios y con otros medios de transporte, así como un gran desarrollo de las estaciones de alta velocidad.

Esta rápida evolución es el resultado de una planificación cuidadosa y prudente, de la que vosotros, los directivos, junto con la alta dirección de la empresa, sois los intérpretes y promotores. En una sociedad en rápida evolución como la nuestra, es imprescindible formular un plan de acción claro, inspirado en una visión de futuro que se está construyendo, que se adapte gradualmente a las nuevas circunstancias.

Esta visión es fruto de profundización y  estudio, requiere la colaboración de expertos y un conocimiento profundo de las dinámicas de la sociedad, a cuyas necesidades quiere responder. Todavía más que en el pasado, debe ser una visión global de la realidad y de los problemas, porque nunca como en nuestros días es necesario reconocer que los individuos, los grupos, las comunidades locales y los Estados no son realidades que se bastan a sí mismas: la globalización nos pone frente a la urgente necesidad de trabajar y pensar juntos, porque no somos islas, sino más bien puntos de conexión.

Somos, de diferentes maneras y cada uno según su posición, empalmes. El empalme conecta, permite el paso de un camino a otro, de un ferrocarril a otro; los que actúan como empalmes no sólo piensan en  sí mismos, sino que multiplican las relaciones y los proyectos compartidos, sabiendo que el bien de los individuos y de las comunidades, en todos los niveles, pasa por el bien de todos, y por lo tanto por el bien de cada uno .

Me gustaría expresar mi deseo de que los ferrocarriles italianos tengan  siempre tres cualidades: que puedan ser cada vez más atractivos, sostenibles y solidarios.

Que sean  atractivos porque sean capaces de atraer inversiones, mejorar la calidad, fomentar los intercambios comerciales y generar nuevas realidades empresariales. Que sean atractivos porque sean cada vez más bellos, lugares donde uno se siente bienvenido y a gusto, y donde sea agradable volver.

Que el transporte ferroviario sea cada vez más sostenible, tanto porque sea económico para el mundo de las empresas como para los ciudadanos, y porque respete el territorio que atraviesa y las comunidades a las que afecta. Que también sea sostenible desde el punto de vista medioambiental, aspecto al que ya dedicáis un gran esfuerzo, para garantizar que el impacto sea lo más limitado posible y que las emisiones de dióxido de carbono, tan nocivas  para el ecosistema y su equilibrio, se reduzcan al máximo. No puedo sino elogiaros por este esfuerzo, que lleváis a cabo con decisiones estructurales precisas y que hacen que el tren sea el vehículo con el menor impacto, si lo comparamos con el del coche o el avión.

Por último, que los Ferrocarriles que pensáis para el futuro próximo sean cada vez más solidarios: favorezcan  a las familias y den facilidades a los que más las necesitan,  debido a su edad avanzada, a sus limitaciones físicas o a sus bajos ingresos. Que sean también  solidarios por su difusión efectiva y por la calidad de los servicios que ofrecen en los distintos ámbitos y en los distintos tipos de trenes. La red ferroviaria, de hecho, es la encargada de conectar y mantener vivas las diferentes zonas del país, incluso las más remotas, como hacen las venas y los capilares, que llevan vida a los miembros más alejados del corazón. Por lo tanto, que los ferrocarriles se preocupen de  que ningún centro quede excluido y, por lo tanto, marginado y empobrecido. Asimismo,  que quienes viajan en trenes considerados secundarios no tengan que enfrentarse cada día a la fatiga del hacinamiento o a las difíciles condiciones ambientales de los vagones.

Este desafío ciertamente no depende sólo de vosotros y requiere la concomitancia de muchos factores, incluyendo la disponibilidad de grandes inversiones. Sin embargo, que os encuentre comprometidos a garantizar que la oferta ferroviaria no conduzca a la discriminación entre usuarios más o menos afortunados, más o menos capaces de permitirse un viaje cómodo y digno. Este compromiso, en el que ya participáis activamente, responde a los principios de igualdad y no discriminación, que son los puntos principales de vuestro Código de Ética.

Queridos amigos, os doy las gracias por vuestro servicio al bien común e invoco sobre vosotros la bendición de Dios. Y también os pido, por favor, que recéis por mí.

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

16/09/2019-17:15
Larissa I. López

El Papa a la policía y el personal penitenciario: "Gracias", "adelante" y "coraje"

(ZENIT- 16 sept. 2019).­- El pasado sábado, 14 de septiembre de 2019, el Santo Padre se reunió en la plaza de San Pedro con la Policía Penitenciaria y el personal de la Administración Penitenciaria y de la Justicia de menores y comunidades.

El discurso del Papa Francisco se centró en tres palabras: “Gracias”, dirigida a la Policía Penitenciaria, por su trabajo “oculto, a menudo difícil e insatisfactorio, pero esencial”; “adelante”, dedicada a los capellanes, las religiosas, los religiosos y los voluntarios, que se adentran en las “situaciones más difíciles con la única fuerza de una sonrisa y un corazón que escucha”; y “coraje” para los prisioneros, porque “sois importantes para Dios, que quiere hacer maravillas en vosotros”.

A continuación, sigue el discurso completo del Papa Francisco.

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Discurso del Santo Padre

Os doy la bienvenida y agradezco al Jefe del Departamento de Administración Penitenciaria a sus palabras.

Me gustaría dirigirme a vosotros con tres simples palabras. En primer lugar, quiero dar las gracias a la Policía Penitenciaria y al personal administrativo. Gracias porque vuestro trabajo es escondido, a menudo difícil e insatisfactorio, pero esencial. Gracias por todas las veces que vivís vuestro servicio no sólo como una vigilancia necesaria, sino como un apoyo a los que son débiles. Sé que no es fácil, pero cuando, además de ser custodios de la seguridad, sois una presencia cercana para los que han caído en las redes del mal, os convertís en constructores del futuro: sentáis las bases para una coexistencia más respetuosa y, por tanto, para una sociedad más segura. Gracias porque, al hacerlo, os convertís día tras día en tejedores de justicia y esperanza. Gracias a vosotros.

Hay un pasaje en el Nuevo Testamento, dirigido a todos los cristianos, que creo que es particularmente adecuado para vosotros. Así dice la Carta a los Hebreos. "Acordaos de los presos como si estuvierais con ellos encarcelados". (Heb 13,3). Os encontráis en esta situación, al cruzar el umbral de tantos lugares de dolor cada día, al pasar tanto tiempo entre pabellones, mientras os esforzáis en garantizar la seguridad sin faltar nunca al respeto por el ser humano. Por favor, no olvidéis el bien que podéis hacer todos los días. Vuestro comportamiento, vuestras actitudes, vuestra mirada son preciosos. Vosotros sois personas que, ante una humanidad herida y a menudo devastada, reconocéis, en nombre del Estado y de la sociedad, su dignidad que no se puede suprimir. Por tanto, os doy las gracias por ser no sólo vigilantes, sino sobre todo por ser los custodios de las personas que se os han confiado, para que, al tomar conciencia del mal hecho, acojan las perspectivas de renacimiento para el bien de todos. Estáis llamados a ser puentes entre la cárcel y la sociedad civil: con vuestro servicio, ejerciendo la justa compasión, podéis superar los miedos mutuos y el drama de la indiferencia. Gracias.

También me gustaría deciros que no os desmotivéis, incluso entre las tensiones que pueden surgir en los centros de detención. En vuestro trabajo, todo lo que os hace sentir cohesionados es de gran ayuda: en primer lugar el apoyo de vuestras familias, que están cerca de vosotros en vuestras fatigas. Y luego el aliento mutuo, el compartir entre colegas, que permiten enfrentar juntos a las dificultades y ayudan a superar las deficiencias. Entre ellas, pienso en particular en el problema del hacinamiento en las cárceles, -es un problema grave- que aumenta en todos los casos una sensación de debilidad, si no de agotamiento. Cuando las fuerzas disminuyen, la desconfianza aumenta. Es esencial garantizar unas condiciones de vida decentes; de lo contrario, las cárceles se convierten en polvorines de rabia, en lugar de en lugares de recuperación.

Una segunda palabra es para los capellanes, las religiosas, los religiosos y los voluntarios: vosotros sois los portadores del Evangelio dentro de los muros de las cárceles. Me gustaría deciros: adelante. Adelante, cuando os adentráis en las situaciones más difíciles con la única fuerza de una sonrisa y un corazón que escucha, la sabiduría de escuchar, adelante con el corazón que escucha. Adelante cuando os cargáis con los pesos de los demás y los lleváis a la oración. Adelante cuando, en contacto con la pobreza que encontráis, veis vuestra propia pobreza. Es algo bueno, porque es esencial reconocerse ante todo necesitados de perdón. Entonces las propias miserias se convierten en receptáculos de la misericordia de Dios; entonces, como perdonados, os convertís en testigos creíbles del perdón de Dios. De lo contrario, se corre el riesgo de llevarse a uno mismo y su presunta autosuficiencia ¡Tened cuidado! Adelante, porque con vuestra misión ofrecéis consuelo. Y es muy importante no dejar solo al que se siente solo.

También quisiera dedicaros una frase de la Escritura, que la gente murmuraba contra Jesús al verlo ir a casa de Zaqueo, un publicano acusado de injusticia y robo. El Evangelio de Lucas dice así:”¡Ha entrado en la casa de un pecador! (Lc 19,7). El Señor fue, no se detuvo frente a los prejuicios de los que creen que el Evangelio está destinado a las “gente bien”. Por el contrario, el Evangelio pide ensuciarse las manos. ¡Gracias porque os ensuciáis las manos! Y ¡adelante! Adelante pues, con Jesús y en el signo de Jesús, que os llama a ser sembradores pacientes de su palabra (cf. Mt 13, 18-23), buscadores incansables de lo perdido, anunciadores de la certeza de que cada uno es precioso para Dios, pastores que ponen sobre sus frágiles hombros a las ovejas más débiles (cf. Lc 15, 4-10). Adelante con generosidad y alegría: con vuestro ministerio consoláis el corazón de Dios.

Por último, una tercera palabra, que me gustaría dirigir a los prisioneros. Es la palabra coraje. Jesús mismo os la dice:”Coraje”. Esta palabra se deriva de corazón. Coraje, porque estáis en el corazón de Dios, sois preciosos a sus ojos y, aunque os sintáis perdidos e indignos, no os desaniméis. Vosotros, los detenidos. Sois importantes para Dios, que quiere hacer maravillas en vosotros. También para vosotros una frase de la Biblia. La Primera Carta de San Juan dice: “Dios es más grande que nuestro corazón” (1 Jn 3,20). Nunca os dejéis encerrar en la celda oscura de un corazón desesperado, no cedáis a la resignación. Dios es más grande que cualquier problema y os espera par amaros. Poneos ante el Crucificado, ante la mirada de Jesús: ante Él, con sencillez, con sinceridad. De ahí, de la humilde valentía de los que no se mienten a sí mismos, renace la paz, florecen de nuevo la confianza de ser amados y la fuerza para seguir adelante. Me imagino mirándoos y viendo en vuestros ojos desilusiones y frustración mientras en el corazón sigue latiendo la esperanza, a menudo ligada a la memoria de vuestros seres queridos. Coraje, no sofoquéis nunca la llama de la esperanza. Siempre mirando al horizonte del futuro: siempre hay un futuro de esperanza, siempre.

Queridos hermanos y hermanas, reavivar esta llama es el deber de todos. Corresponde a cada sociedad alimentarla, garantizar que la pena no comprometa el derecho a la esperanza, y que se garanticen las perspectivas de reconciliación y reintegración. Al mismo tiempo que  se corrigen los errores del pasado, no se puede borrar la esperanza en el futuro. La cadena perpetua no es la solución de los problemas –lo repito, la cadena perpetua no es la solución de los problemas-  sino un problema a resolver. Porque si se encierra en una celda la esperanza, no hay futuro para la sociedad. ¡Que nunca se prive del derecho de empezar de nuevo! Vosotros, queridos hermanos y hermanas, con vuestro trabajo y vuestro servicio sois testigos de este derecho: el derecho a la esperanza, el derecho a volver a empezar. Os renuevo mi agradecimiento. Adelante, coraje, con la bendición de Dios, custodiando a los que os han sido confiados. Rezo por vosotros y también os pido que recéis por mí. Gracias.

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

16/09/2019-06:47
Isabel Orellana Vilches

San Roberto Belarmino, 17 de septiembre

«Insigne jesuita, arzobispo, cardenal y doctor de la Iglesia, fue un brillante defensor de la fe frente al protestantismo. Autor, entre otras obras, de la excepcional Controversiae. Tuvo bajo su dirección a san Luís Gonzaga»

Nació en Montepulciano, Italia, el 4 de octubre de 1542. El papa Marcelo II era tío materno suyo. Esta circunstancia, unida a su privilegiada inteligencia superior a lo ordinario, que presagiaba un futuro brillante para su vida, aunque no llegó a ser causa de tropiezo para él, bordeó las tentaciones de la vanidad y el orgullo. Su madre le advirtió de la gravedad de estas tendencias que le acechaban, no solo por ser familiar del pontífice sino por sus prodigiosas dotes intelectuales. De éstas dio constancia el rector de los jesuitas de su ciudad natal, quien ya lo consideraba «el más inteligente de los alumnos», vaticinándole una carrera prometedora.

Roberto podía haber dejado a un lado los consejos maternos, pero no lo hizo. Reparó en la fugacidad de las glorias de este mundo: «Estando durante mucho tiempo pensando en la dignidad a que podía aspirar, me sobrevino de modo insistente el pensamiento de la brevedad de las cosas temporales. Impresionado con estos sentimientos, llegué a concebir horror de tal vida y determiné buscar una religión en que no hubiera peligro de tales dignidades».Y sabiendo que podía ser designado obispo o cardenal, eligió ex profeso la Orden de los jesuitas para consagrar su vida a Cristo. Ingresó en ella en 1560. Creyó estar a salvo allí de ciertos honores, debido al veto impuesto por las constituciones que impedían a sus miembros aceptar tan altas misiones, pero se equivocó.

A pesar de su débil salud —uno de sus más grandes sufrimientos, porque le obligaba a efectuar periódicos descansos cada dos meses para reponerse—, llegó a la vida religiosa con una sólida formación filosófica y teológica recibida en el Colegio Romano, en Padua y en Lovaina, donde impartió clases de teología después de ser ordenado sacerdote en 1570. Luego se convirtió en titular de la cátedra de apologética del Colegio Romano ejerciendo en él la docencia desde 1576 a 1586. Fue siendo rector de este prestigioso centro cuando tuvo bajo su dirección a san Luís Gonzaga, a quien admiró por su excelsa virtud; quiso ser enterrado junto a su tumba. También estimó a su hermano jesuita san Bernardino Realino, aunque el afecto era mutuo. Cuando se vieron cara a cara en un viaje apostólico efectuado por Roberto, los dos se abrazaron postrados de rodillas; era un signo del altísimo concepto que tenían el uno del otro. Tras la despedida, Bernardino manifestó: «se ha ido un gran santo».

Fruto de las reflexiones de esa época en la que fue profesor del Colegio Romano surgieron las Controversiae, un éxito de ventas y objeto de constantes reediciones, texto de primera magnitud para defender la fe católica frente a las tesis de los protestantes. Escribió la obra a petición del pontífice. Tan fulminantes fueron sus argumentos para destronar al protestantismo que Teodoro de Beza, el teólogo calvinista francés, reconoció: «He aquí el libro que nos ha derrotado».Ese trabajo, junto con la Biblia, fue utilizado por san Francisco de Sales para combatirlos. En los escritos de Belarmino se advierten, junto a la Sagrada Escritura, referencias a los santos, destacando las alusiones a Jerónimo, Agustín, Gregorio Nacianceno y Juan Crisóstomo. No falta la presencia de otras glorias de la Iglesia como san Benito, san Francisco y santo Domingo. Distintas obras de este insigne jesuita, como Doctrina cristiana breve, al igual que ha sucedido con su Controversiae, han sido sucesivamente reeditadas y traducidas a varios idiomas.

Clemente VIII lo designó sucesivamente teólogo pontificio, consultor del Santo Oficio, rector del Colegio de los Penitenciarios de la basílica de San Pedro, miembro de los obispos, de los Ritos, del Índice y de la Propagación de la Fe, así como cardenal y arzobispo de Capua. Respecto a esta última misión, aún tratándose de la voluntad del Santo Padre, cuando se lo propuso diciéndole: «Le elegimos porque no hay en la Iglesia de Dios otro que se le equipare en ciencia y sabiduría»,Robertole recordó el veto impuesto a los jesuitas por sus constituciones para ostentar cargos. Pero el pontífice dejó claro que podía dispensarle del mismo. De modo, que para no incurrir en pecado mortal, tuvo que aceptar el cardenalato. Al tomar posesión de sus aposentos, implantó la austeridad que signaba su acontecer. «Las paredes no sufren de frío», manifestó al rogar que retirasen las espléndidas cortinas para dárselas a los pobres. Admirable predicador, aclamado y elogiado por su sabiduría y dotes oratorias, llegó al corazón de todos los que acudían a escucharle. Multitudes llenaban los templos esperando oír sus sermones, y similar acogida tenían sus palabras en las universidades por las que pasó.

Se cuenta que mientras transmitía la Palabra de Dios su rostro mostraba un brillo especial. Como le ha sucedido a otros insignes predicadores, sufrió una radical evolución en el modo de exponer los sermones. Así, al ver que las gentes se sentían llamadas a la conversión, se decantó por la sencillez y sobriedad del evangelio, después de haber pasado por una etapa de recargamiento y uso de elementos literarios. Fue un hombre de oración, reflexivo, humilde y obediente. Sus peticiones al cielo para no ser elegido pontífice tuvieron eco, pero poco faltó para recibir la designación ya que fue votado por la mitad del cónclave. Sus incursiones en el ámbito de la diplomacia en Venecia y en Inglaterra fueron de gran valía. Nunca había querido tener nada para él, pero lo poco que le quedaba tras su muerte lo entregaron a los pobres cumpliendo lo que dejó escrito en su testamento. En él rogaba también que sus funerales se oficiaran de noche desprovistos de solemnidad. Así se hizo después de su fallecimiento sucedido el 17 de septiembre de 1621 con fama de santidad. Pero no se pudo evitar que un impresionante gentío lo despidiera. Pío XI lo beatificó el 13 de mayo de 1923. También lo canonizó el 29 de junio de 1930, y en 1931 lo proclamó doctor de la Iglesia.