Servicio diario - 11 de febrero de 2020


 

Día Mundial del Enfermo: Cercanía del Papa ante "el peso de la enfermedad"
Larissa I López

Lourdes: 162° aniversario de la primera aparición a santa Bernardita
Larissa I López

Italia: 11 de febrero, 91 años de los Pactos de Letrán
Redacción

Mensaje del Papa Francisco para la 28ª Jornada Mundial del Enfermo
Larissa I López

Colombia: Los obispos piden "apoyar efectivamente los procesos que conduzcan a la paz"
Rosa Die Alcolea

San Valentín: El padre Ángel invita a renovar los votos del amor en San Antón
Rosa Die Alcolea

Colombia: Francisco acepta la renuncia del arzobispo de Tunja
Redacción

'Los niños son esperanza': Presentación del libro infantil del Papa
Larissa I López

Bolivia: El Papa aprueba la renuncia del arzobispo de Sucre
Larissa I López

JMJ: Lisboa 2022 con la participación de jóvenes prisioneros
Anita Bourdin

Padre Antonio Rivero: "El Cristianismo es encuentro y seguimiento de Cristo"
Antonio Rivero

San Melecio de Antioquía, 12 de febrero
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

11/02/2020-12:39
Larissa I. López

Día Mundial del Enfermo: Cercanía del Papa ante "el peso de la enfermedad"

(zenit— 11 febrero 2020).- "Encomiendo a la Virgen María, Salud de los enfermos, a todas las personas que llevan el peso de la enfermedad, así como a sus familiares y al personal sanitario. Aseguro a todos, con afecto, mi cercanía en la oración" ha expresado el Papa Francisco hoy en un tweet publicado en su cuenta oficial.

"Jesucristo ofrece su misericordia a quien vive con angustia su propia situación de fragilidad, dolor y debilidad. Él invita a cada uno a entrar en su vida para experimentar su ternura", indica en otra publicación.

"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré" (Mt 11,28) es el lema de la 28a Jornada Mundial del Enfermo que se celebra hoy, 11 de febrero de 2020, en todo el mundo, con motivo de la solemnidad de Nuestra Señora de Lourdes.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó el mensaje del Papa para esta Jornada Mundial dedicada a los enfermos el pasado 3 de enero de 2020.

 

Posada del Buen Samaritano

En él, el Santo Padre manifiesta que la Iglesia "desea ser cada vez más —y lo mejor que pueda— la 'posada' del Buen Samaritano que es Cristo (cf. Lc 10,34), es decir, la casa en la que podéis encontrar su gracia, que se expresa en la familiaridad, en la acogida y en el consuelo".

También recuerda que en la enfermedad está comprometida no solo la integridad física de la persona, "sino también sus dimensiones relacionales, intelectiva, afectiva y espiritual". Por eso, "además de los tratamientos espera recibir apoyo, solicitud, atención... en definitiva, amor".

 

Dignidad de la persona

El Pontífice invita a los agentes sanitarios a que en cada acción con los pacientes, el sustantivo "persona" siempre esté "antes del adjetivo 'enferma', de manera que su trabajo "tenga constantemente presente la dignidad y la vida de la persona, sin ceder a actos que lleven a la eutanasia, al suicidio asistido o a poner fin a la vida, ni siquiera cuando el estado de la enfermedad sea irreversible".

Finalmente, en sus palabras, el Santo Padre dirige un pensamiento a todas las personas del mundo que, debido a la pobreza, no tienen acceso a los tratamientos que necesitan. Y realiza un llamado a las instituciones sanitarias y a los Gobiernos de todos los países para que no "desatiendan la justicia social" y "aunando los principios de solidaridad y subsidiariedad, se coopere para que todos tengan acceso a los cuidados adecuados para la salvaguardia y la recuperación de la salud".

 

 

 

11/02/2020-11:23
Larissa I. López

Lourdes: 162° aniversario de la primera aparición a santa Bernardita

(zenit— 11 febrero 2020).- Hoy, 11 de febrero de 2020, festividad de Nuestra Señora de Lourdes, se conmemora la primera aparición de María a santa Bernardita, indica un comunicado del santuario de Lourdes.

Además, tiene lugar la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, instituida por san Juan Pablo II en 1992 y celebrada por primera vez en Lourdes el 11 de febrero de 1993.

Según el programa de actos del santuario, situado al sur de Francia, a las 10 de la mañana de hoy, Mons. Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, presidió la Misa internacional en la basílica de san Pío X, retransmitida en directo por zenit.

A las 15:30 horas tendrá lugar un Rosario en francés meditado en la Gruta por Mons. Olivier Ribadeau Dumas, rector del santuario, y en presencia de los capellanes. A las 16:30 h. está prevista una adoración y bendición de personas enfermas en la basílica de san Pío X y a las 18, en la Gruta, tendrá lugar un Rosario en lengua italiana.

Al final del día, a las 21 horas, se celebrará la procesión mariana con las antorchas.

 

Nueva evangelización

En un artículo publicado en el boletín de la AMIL (Asociación Médica Internacional del Santuario de Nuestra Señora de Lourdes), Mons. Rino Fisichella expuso, a partir de la Carta apostólica del Papa Francisco Sanctuarium in Ecclesia, una reflexión sobre el rol del santuario de Lourdes en la nueva evangelización, en particular sobre el carisma de las personas enfermas.

"Siguiendo las palabras del Señor hemos privilegiado siempre todo lo que el mundo ha rechazado por inútil o poco eficaz. Los enfermos crónicos, moribundos, marginados, personas discapacitadas y todo lo que representa frente al mundo la falta de futuro y esperanza, encuentran el compromiso de los cristianos", con "ejemplos que nos encaminan con fuerza a la santidad de los hombres y mujeres que han hecho de este programa el anuncio concreto del Evangelio de Jesucristo y el inicio de una verdadera revolución cultura", apuntó el prelado.

 

Los enfermos, evangelizadores

Del mismo modo, Mons. Fisichella considera que los primeros evangelizadores del santuario de Lourdes son los enfermos, "llamados a asumir la conciencia y responsabilidad de llevar la buena noticia del Evangelio que salva a partir de su propia condición".

Esto es algo que también tiene sentido para los acompañan y asisten, ya que "nos obliga a mirar con mayor intensidad y compromiso la formación que no podemos dejar de lado, para poder vivir la belleza de la fe con una conciencia creciente" y "no podemos hacernos evangelizadores de repente, ni dar un sentido al sufrimiento de la noche a la mañana. Todo eso necesita una preparación que crece y madura con la fe en el misterio de la participación activa y real del misterio de Cristo y la vida de comunión con él que nos ofrece el Bautismo", aclaró.

 

Apariciones a santa Bernadita

El 11 de febrero de 1858, Bernadette (Bernardita) Soubirous recogía leña en Massabielle, a las afueras de Lourdes. Al acercarse a una gruta una ráfaga de viento la sorprendió y vio una nube dorada y a una Señora vestida de blanco, con los pies descalzos cubiertos por dos rosas doradas, que parecían apoyarse sobre las ramas de un rosal. En su cintura tenía una ancha cinta azul, sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario.

La niña al principio se asustó, pero luego comenzó a rezar el Rosario que siempre llevaba consigo. Al mismo tiempo que la pequeña, la Señora pasaba las cuentas del suyo entre sus dedos y al finalizar, la Virgen María retrocedió hacia la gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron 18 veces, hasta el día 16 de julio.

Con motivo del 175 aniversario del nacimiento y el 140 de la muerte de santa Bernardita, del 1 de septiembre al 13 de diciembre de 2019, las reliquias de santa Bernadita visitaron España. Durante 105 días las reliquias se veneraron en 45 diócesis españolas.

 

Documental Lourdes

Según anunció ayer un comunicado de prensa de la Santa Sede, el documental francés Lourdes se proyectará en la Filmoteca Vaticana el próximo jueves 13 de febrero, por iniciativa de la Embajada de Francia ante la Santa Sede y el Dicasterio para la Comunicación.

Esta obra audiovisual, nominada al premio César francés al mejor documental, "cuenta la historia de una docena de peregrinos al santuario de Lourdes, presenta a personas enfermas o discapacitadas, sus familias y voluntarios, ofreciendo retratos de gran fuerza y verdad, y mostrando discretamente la dignidad, el coraje y la voluntad de vivir de estos héroes cotidianos. Conmovedora y respetuosa de la fe, la obra despierta sentimientos de compasión y admiración y muestra que la ciudad mariana de Lourdes sigue siendo un lugar único", indica la citada fuente.

 

 

 

11/02/2020-16:50
Redacción

Italia: 11 de febrero, 91 años de los Pactos de Letrán

(zenit— 11 febrero 2020).- Los acuerdos del 11 de febrero de 1929 pusieron fin a la Cuestión Romana, abierta con la toma de Roma en 1870, de la que este año se cumple el 150 aniversario.
Incluidos en el artículo 7 de la Constitución de la República Italiana, los Pactos de Letrán dieron a la Santa Sede amplias garantías para el cumplimiento de su misión en el mundo, indica Vatican News.

A continuación publicamos el editorial de L'Osservatore Romano, publicado este 11 de febrero de 2020, sobre los citados Pactos de Letrán, firmados hace 91 años.

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"Hoy en día es difícil y casi inquietante para nosotros entender las pasiones que tanto conmovieron y amargaron los eventos de aquel tiempo y los años que siguieron. Algo faltó a la vida italiana en su primera formación, no fue otra cosa sino su unidad interior, su consistencia espiritual, su humanidad patriótica, y por consiguiente su plena capacidad para resolver los problemas de su desigual sociedad, tan necesitada de nuevos sistemas, y ya desde aquellos días atravesada por feroces corrientes de agitación y subversión. Afortunadamente para nosotros hemos llegado a un acuerdo satisfactorio con la famosa conciliación de 1929 y con la afirmación de la libertad y la democracia en nuestro país".

Así se expresó el cardenal Giovanni Battista Montini el 10 de octubre de 1962 en el Capitolio, en vísperas de la apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, en un memorable discurso sobre el fin del Estado Pontificio; un discurso en el que básicamente evaluó los eventos romanos del siglo anterior como providenciales. Los documentos del Concilio, y en particular la constitución pastoral Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo, confirmarían implícita pero sustancialmente este juicio.

Aquellas palabras y aquel juicio de quienes, unos meses más tarde, sería llamado a ascender al trono de Pedro, ayudan a comprender mejor el doble aniversario de este año y de este día: el fin del Estado Pontificio, con la toma de Roma el 20 de septiembre de 1870, y el fin de la Cuestión Romana que este acontecimiento político-militar había abierto, con la firma de los Pactos de Letrán el 11 de febrero de 1929. El ocaso de los antiguos Estados de la Iglesia significó para ésta la liberación de una carga que se había vuelto demasiado pesada; promovió procesos de reforma de la institución eclesiástica y de su derecho destinados a poner de relieve más claramente sus fines propiamente espirituales; favoreció a los ojos del mundo, y sobre todo de la comunidad internacional, la aparición en toda su realidad de la muy peculiar naturaleza de la Santa Sede, sin las ambigüedades y ofuscaciones debidas a la soberanía territorial.

Los Acuerdos de Letrán de 1929, por otra parte, y más tarde su incorporación en el artículo 7 de la Constitución de la República Italiana, en el contexto de un marco teórico para las relaciones entre la Iglesia y el Estado que recuerda un pasaje del par. 76 de Gaudium et spes, completaron y perfeccionaron una nueva estructura. La Santa Sede recibió las más amplias garantías para el desempeño de su misión en el mundo; se ofrecieron a la Iglesia Católica en Italia los instrumentos jurídicos apropiados para garantizar -como se afirma en el artículo 2 del Acuerdo que en 1984 modificó el Concordato de Letrán- "la plena libertad de llevar a cabo su misión pastoral, educativa y caritativa de evangelización y santificación", así como "la libertad de organización, de ejercicio público del culto, de ejercicio del Magisterio y del ministerio espiritual y de jurisdicción en materia eclesiástica". Para Italia los Pactos significaron el fin de esa especie de "secesión moral" de los católicos de la vida política, que siguió a la cuestión de conciencia surgida tras los acontecimientos de Roma capital. A partir de ese momento, la Iglesia y los católicos aseguraron al país un gran compromiso generoso, incisivo y difundido, en la alimentación del cuerpo social de valores, en el apoyo a los grandes principios sobre los que se reconstruyó la casa común de los italianos después de la Segunda Guerra Mundial, en la intervención extensa en el llamado tercer sector, especialmente en los campos de la educación y los servicios sociales, en la ayuda para hacerse cargo de las múltiples formas de marginación y de la nueva pobreza que el desarrollo de la sociedad también trae consigo.

De manera más general, se puede observar que a partir de los Pactos, el Tratado y el Concordato de Letrán, se ha desarrollado un estilo de relaciones entre las dos orillas del Tíber que se caracteriza por la lealtad, la cordialidad, la colaboración en la distinción de las esferas de competencia, un sano laicismo, la solidaridad en las emergencias que de vez en cuando han desafiado a la sociedad. Un estilo de relaciones que ha sido experimentado y se ha convertido en habitual, antes incluso de ser consagrado en el artículo 1 del Acuerdo de Revisión de 1984. Esto, de hecho, en la reafirmación de la independencia y la soberanía del Estado y la Iglesia, cada uno en su propio orden, compromete a ambos "al respeto de este principio en sus relaciones y a la colaboración mutua para la promoción del hombre y el bien del país".

Mirando el largo curso de los acontecimientos, ambas partes pueden observar con satisfacción que la experiencia italiana se ha convertido progresivamente en paradigmática para muchas convenciones estipuladas por la Santa Sede con los Estados, lo que parece elocuente sobre la bondad de las elecciones realizadas. Pero, sobre todo, ambas partes pueden encontrar en dicha experiencia el estímulo y el aliento para afrontar y resolver, con el estilo y el espíritu relativo establecidos, las nuevas cuestiones que el devenir del tiempo y de la sociedad puede plantear en lo que -para usar las palabras con las que Arturo Carlo Jemolo cerró su conocida obra- es la "historia eterna de las relaciones entre lo humano y lo divino".

 

 

 

11/02/2020-11:44
Larissa I. López

Mensaje del Papa Francisco para la 28ª Jornada Mundial del Enfermo

(ZENIT — 3 enero 2019).- "La Iglesia desea ser cada vez más —y lo mejor que pueda—la 'posada' del Buen Samaritano que es Cristo (cf. Lc 10,34), es decir, la casa en la que podéis encontrar su gracia, que se expresa en la familiaridad, en la acogida y en el consuelo", dice el Papa Francisco a los enfermos.

Con motivo de la 28a Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra el 11 de febrero, memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, la Oficina de Prensa de la Santa Sede publicó, el 3 de enero de 2020, el Mensaje del Santo Padre para la ocasión.

 

"Curar al cuidar"

En primer lugar, el Papa indica que en la 28a Jornada Mundial del Enfermo, "Jesús dirige una invitación a los enfermos y a los oprimidos, a los pobres que saben que dependen completamente de Dios y que, heridos por el peso de la prueba, necesitan ser curados". El Pontífice explica también que Jesús nutre estos sentimientos porque "él mismo se hizo débil, vivió la experiencia humana del sufrimiento y recibió a su vez consuelo del Padre" y "solo quien vive en primera persona esta experiencia sabrá ser consuelo para otros".

Asimismo, alude las formas graves de sufrimiento (enfermedades incurables y crónicas, patologías psíquicas, las que necesitan rehabilitación o cuidados paliativos, las diversas discapacidades, las enfermedades de la infancia y de la vejez...) y resalta cómo en estas circunstancias a veces existe falta de "humanidad" y "resulta necesario personalizar el modo de acercarse al enfermo, añadiendo al curar el cuidar, para una recuperación humana integral".

En este sentido, recuerda que en la enfermedad está comprometida no solo la integridad física de la persona, "sino también sus dimensiones relacionales, intelectiva, afectiva y espiritual". Por eso, "además de los tratamientos espera recibir apoyo, solicitud, atención... en definitiva, amor".

 

Acudir a Jesús

Después, el Obispo de Roma describe la importancia de acudir a Jesús, para encontrar "la fuerza para afrontar las inquietudes y las preguntas que surgen en vosotros, en esta `noche' del cuerpo y del espíritu".

También agrega que la Iglesia pretende ser una casa donde "podréis encontrar personas que, curadas por la misericordia de Dios en su fragilidad, sabrán ayudaros a llevar la cruz haciendo de las propias heridas claraboyas a través de las cuales se pueda mirar el horizonte más allá de la enfermedad, y recibir luz y aire puro para vuestra vida".

 

Defender la dignidad de la vida

En su mensaje, el Papa Francisco se refiere, asimismo, al rol de los agentes sanitarios, invitándoles a que, en cada acción con los pacientes, el sustantivo "persona" siempre esté "antes del adjetivo 'enferma', de manera que su trabajo "tenga constantemente presente la dignidad y la vida de la persona, sin ceder a actos que lleven a la eutanasia, al suicidio asistido o a poner fin a la vida, ni siquiera cuando el estado de la enfermedad sea irreversible".

"En cualquier caso, vuestra profesionalidad, animada por la caridad cristiana, será el mejor servicio al verdadero derecho humano, el derecho a la vida. Aunque a veces no podáis curar al enfermo, sí que podéis siempre cuidar de él con gestos y procedimientos que le den alivio y consuelo", remarca.

 

Acceso a los cuidados para todos

Finalmente, el Santo Padre dirige un pensamiento a los hermanos y hermanas en todo el mundo que, debido a la pobreza, no tienen acceso a los tratamientos que necesitan, realizando un llamado a las instituciones sanitarias y a los Gobiernos de todos los países: "a fin de que no desatiendan la justicia social, considerando solamente el aspecto económico. Deseo que, aunando los principios de solidaridad y subsidiariedad, se coopere para que todos tengan acceso a los cuidados adecuados para la salvaguardia y la recuperación de la salud".

Además, agradece la labor de los voluntarios "que se ponen al servicio de los enfermos, que suplen en muchos casos carencias estructurales y reflejan, con gestos de ternura y de cercanía, la imagen de Cristo Buen Samaritano".

A continuación sigue el mensaje completo del Papa Francisco.

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«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28)

Queridos hermanos y hermanas:

 

1. Las palabras que pronuncia Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré» (Mt 11,28) indican el camino misterioso de la gracia que se revela a los sencillos y que ofrece alivio a quienes están cansados y fatigados. Estas palabras expresan la solidaridad del Hijo del hombre, Jesucristo, ante una humanidad afligida y que sufre. ¡Cuántas personas padecen en el cuerpo y en el espíritu! Jesús dice a todos que acudan a Él, «venid a mí», y les promete alivio y consuelo. «Cuando Jesús dice esto, tiene ante sus ojos a las personas que encuentra todos los días por los caminos de Galilea: mucha gente sencilla, pobres, enfermos, pecadores, marginados... del peso de la ley del sistema social opresivo... Esta gente lo ha seguido siempre para escuchar su palabra, ¡una palabra que daba esperanza!» ( Ángelus, 6 julio 2014).

En la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, Jesús dirige una invitación a los enfermos y a los oprimidos, a los pobres que saben que dependen completamente de Dios y que, heridos por el peso de la prueba, necesitan ser curados. Jesucristo, a quien siente angustia por su propia situación de fragilidad, dolor y debilidad, no impone leyes, sino que ofrece su misericordia, es decir, su persona salvadora. Jesús mira la humanidad herida. Tiene ojos que ven, que se dan cuenta, porque miran profundamente, no corren indiferentes, sino que se detienen y abrazan a todo el hombre, a cada hombre en su condición de salud, sin descartar a nadie, e invita a cada uno a entrar en su vida para experimentar la ternura.

 

2. ¿Por qué Jesucristo nutre estos sentimientos? Porque él mismo se hizo débil, vivió la experiencia humana del sufrimiento y recibió a su vez consuelo del Padre. Efectivamente, sólo quien vive en primera persona esta experiencia sabrá ser consuelo para otros. Las formas graves de sufrimiento son varias: enfermedades incurables y crónicas, patologías psíquicas, las que necesitan rehabilitación o cuidados paliativos, las diversas discapacidades, las enfermedades de la infancia y de la vejez... En estas circunstancias, a veces se percibe una carencia de humanidad y, por eso, resulta necesario personalizar el modo de acercarse al enfermo, añadiendo al curar el cuidar, para una recuperación humana integral. Durante la enfermedad, la persona siente que está comprometida no sólo su integridad física, sino también sus dimensiones relacionales, intelectiva, afectiva y espiritual; por eso, además de los tratamientos espera recibir apoyo, solicitud, atención... en definitiva, amor. Por otra parte, junto al enfermo hay una familia que sufre, y a su vez pide consuelo y cercanía.

 

3. Queridos hermanos y hermanas enfermos: A causa de la enfermedad, estáis de modo particular entre quienes, "cansados y agobiados", atraen la mirada y el corazón de Jesús. De ahí viene la luz para vuestros momentos de oscuridad, la esperanza para vuestro desconsuelo. Jesús os invita a acudir a Él: «Venid». En Él, efectivamente, encontraréis la fuerza para afrontar las inquietudes y las preguntas que surgen en vosotros, en esta "noche" del cuerpo y del espíritu. Sí, Cristo no nos ha dado recetas, sino que con su pasión, muerte y resurrección nos libera de la opresión del mal.

En esta condición, ciertamente, necesitáis un lugar para restableceros. La Iglesia desea ser cada vez más —y lo mejor que pueda— la "posada" del Buen Samaritano que es Cristo (cf. Lc 10,34), es decir, la casa en la que podéis encontrar su gracia, que se expresa en la familiaridad, en la acogida y en el consuelo. En esta casa, podréis encontrar personas que, curadas por la misericordia de Dios en su fragilidad, sabrán ayudaros a llevar la cruz haciendo de las propias heridas claraboyas a través de las cuales se pueda mirar el horizonte más allá de la enfermedad, y recibir luz y aire puro para vuestra vida.

En esta tarea de procurar alivio a los hermanos enfermos se sitúa el servicio de los agentes sanitarios, médicos, enfermeros, personal sanitario y administrativo, auxiliares y voluntarios que actúan con competencia haciendo sentir la presencia de Cristo, que ofrece consuelo y se hace cargo de la persona enferma curando sus heridas. Sin embargo, ellos son también hombres y mujeres con sus fragilidades y sus enfermedades. Para ellos valen especialmente estas palabras: «Una vez recibido el alivio y el consuelo de Cristo, estamos llamados a su vez a convertirnos en descanso y consuelo para los hermanos, con actitud mansa y humilde, a imitación del Maestro» ( Ángelus, 6 julio 2014).

 

4. Queridos agentes sanitarios: Cada intervención de diagnóstico, preventiva, terapéutica, de investigación, cada tratamiento o rehabilitación se dirige a la persona enferma, donde el sustantivo "persona" siempre está antes del adjetivo "enferma". Por lo tanto, que vuestra acción tenga constantemente presente la dignidad y la vida de la persona, sin ceder a actos que lleven a la eutanasia, al suicidio asistido o a poner fin a la vida, ni siquiera cuando el estado de la enfermedad sea irreversible.

En la experiencia del límite y del posible fracaso de la ciencia médica frente a casos clínicos cada vez más problemáticos y a diagnósticos infaustos, estáis llamados a abriros a la dimensión trascendente, que puede daros el sentido pleno de vuestra profesión. Recordemos que la vida es sagrada y pertenece a Dios, por lo tanto, es inviolable y no se puede disponer de ella (cf. Instr. Donum vitae, 5; Carta enc. Evangelium vitae, 29-53). La vida debe ser acogida, tutelada, respetada y servida desde que surge hasta que termina: lo requieren simultáneamente tanto la razón como la fe en Dios, autor de la vida. En ciertos casos, la objeción de conciencia es para vosotros una elección necesaria para ser coherentes con este "sí" a la vida y a la persona. En cualquier caso, vuestra profesionalidad, animada por la caridad cristiana, será el mejor servicio al verdadero derecho humano, el derecho a la vida. Aunque a veces no podáis curar al enfermo, sí que podéis siempre cuidar de él con gestos y procedimientos que le den alivio y consuelo.

Lamentablemente, en algunos contextos de guerra y de conflicto violento, el personal sanitario y los centros que se ocupan de dar acogida y asistencia a los enfermos están en el punto de mira. En algunas zonas, el poder político también pretende manipular la asistencia médica a su favor, limitando la justa autonomía de la profesión sanitaria. En realidad, atacar a aquellos que se dedican al servicio de los miembros del cuerpo social que sufren no beneficia a nadie.

 

5. En esta XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, pienso en los numerosos hermanos y hermanas que, en todo el mundo, no tienen la posibilidad de acceder a los tratamientos, porque viven en la pobreza. Me dirijo, por lo tanto, a las instituciones sanitarias y a los Gobiernos de todos los países del mundo, a fin de que no desatiendan la justicia social, considerando solamente el aspecto económico. Deseo que, aunando los principios de solidaridad y subsidiariedad, se coopere para que todos tengan acceso a los cuidados adecuados para la salvaguardia y la recuperación de la salud. Agradezco de corazón a los voluntarios que se ponen al servicio de los enfermos, que suplen en muchos casos carencias estructurales y reflejan, con gestos de ternura y de cercanía, la imagen de Cristo Buen Samaritano.

Encomiendo a la Virgen María, Salud de los enfermos, a todas las personas que están llevando el peso de la enfermedad, así como a sus familias y a los agentes sanitarios. A todos, con afecto, les aseguro mi cercanía en la oración y les imparto de corazón la Bendición Apostólica.

Vaticano, 3 de enero de 2020,
Memoria del Santísimo Nombre de Jesús

 

FRANCISCO

 

© Librería Editorial Vaticano

 

 

 

11/02/2020-18:19
Rosa Die Alcolea

Colombia: Los obispos piden "apoyar efectivamente los procesos que conduzcan a la paz"

(zenit— 11 feb. 2020).-Los obispos colombianos, tras reunirse recientemente en Asamblea Plenaria, exhortaron a una actitud de "escucha, reflexión, diálogo, unidad y compromiso", para transformar cada dificultad en oportunidad y trazar caminos de justicia, reconciliación y bien común, en este "momento histórico decisivo, complejo y preocupante" que vive el país.

Respondiendo al llamado del Papa Francisco, para una construcción social y una tarea en permanente progreso "que implica un trabajo paciente y valiente de cada uno y de todos", los prelados presentaron el 7 de febrero de 2020 un mensaje conclusivo al término de la 109 Asamblea Plenaria.

El texto está firmado por Mons. Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín vicepresidente de la Conferencia Episcopal, y Mons. Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo Auxiliar de Medellín y secretario general de la Conferencia Episcopal.

 

Responsabilidad histórica

"No podemos marginamos, ni equivocarnos, ni encerrarnos en intereses reducidos o particulares en el cumplimiento de esta responsabilidad histórica de encaminar el país por las sendas de la paz", admiten los obispos de Colombia.

Al referirse a distintas realidades que marcan el contexto nacional, insistieron en la defensa y respeto de la vida, "poniendo fin a la ola de asesinatos y de amenazas que pesa sobre personas y comunidades, y ha acabado con la existencia de tantos líderes sociales (...) No se consigue nada con las armas ni con la imposición de ideas", señalaron.

En esta línea, pidieron "asegurar el derecho fundamental a la vida, reconocido por la Constitución política, desde la concepción hasta su término natural".

 

Atender a los movimientos sociales

Asimismo, los pastores vuelven a hacer un llamamiento al diálogo para "identificar las necesidades ciudadanas y afianzar la relación entre Estado y sociedad civil". De este modo, piden apoyar "efectivamente los procesos que conduzcan a la paz", brindando especial atención a las víctimas y a quienes han dejado las armas y buscan la completa reintegración a la dinámica social.

También solicitan "atender a los movimientos sociales que han surgido y que propugnan por la solución a problemas relacionados con la inequidad existente en el país y con modelos de desarrollo que excluyen a regiones y sectores especialmente golpeados por la violencia y la pobreza".

En este contexto, los obispos urgen "avanzar hacia la realización de un proyecto común de país en el que la dignidad humana sea reconocida y garantizada en todas las circunstancias más allá de posiciones ideológicas o sectarias".

 

Narcotráfico y microtráfico

Finalmente, denunciaron "el gravísimo mal que entrañan para las familias y la sociedad el narcotráfico, el microtráfico y todas las actividades conexas con ellos" y pidieron a las comunidades católicas intensificar la oración por el país.

Igualmente, los miembros de la Conferencia Episcopal propusieron dos temas de gran importancia para la Iglesia de Colombia: Promover la ecología integral y fomentar la hospitalidad hacia los hermanos migrantes.

 

 

 

11/02/2020-16:26
Rosa Die Alcolea

San Valentín: El padre Ángel invita a renovar los votos del amor en San Antón

(zenit— 11 feb. 2020).- El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, celebrará la Eucaristía en honor a san Valentín en la iglesia de San Antón, el día de su festividad, el próximo viernes, 14 de febrero.

La iglesia de San Antón acogerá una celebración del patrón de los enamorados de manera muy especial: "San Valentín y las cintas del amor". El párroco del templo, situado en la calle Hortaleza, invita a todas las personas que lo deseen a celebrar "el amor universal y la caridad", y anima a realizar un gesto sencillo: atar una cinta de amor junto a las reliquias de san Valentín.

Además, el padre Ángel García invita a las parejas que lo deseen a renovar sus votos de amor con un "te quiero". La fundación Mensajeros de la paz, presidida por el sacerdote asturiano, señala que "lo más original del acto es que se premiará a todas aquellas parejas que acudan a la iglesia a renovar sus votos de amor con el vestido que llevaron en la boda".

 

Eucaristía

"Es la forma más bonita de celebrar este sentimiento universal", afirma el padre Ángel. "Queremos escuchar a todo el mundo decir 'te quiero' y que renueven así su compromiso de quererse siempre".

El acto culminará con la celebración eucarística, a las 19 horas, que presidirá el cardenal Carlos Osoro, rodeado de personas que acudirán a San Antón por amor. Están llamadas a unirse a esta celebración las más de 300 personas que se bautizaron en esta iglesia (niños, jóvenes y adultos) para la celebración.

 

Reliquias de san Valentín

Al término de la Misa, se convidará a todos los asistentes a una chocolatada y se aprovechará la ocasión para inaugurar las nuevas instalaciones eléctricas del templo.

Las reliquias de san Valentín en la iglesia de San Antón se encuentran un relicario con huesos. A finales del siglo XVIII, el Papa se las regaló al monarca Carlos IV, quien a su vez, las donó a los Escolapios de Madrid. De este modo, los huesos (una calavera, dos fémures y varios huesos más) terminaron en la Calle Hortaleza, en el centro de Madrid. Las reliquias estuvieron ocultas a los fieles hasta el año 1984 y desde entonces se pueden observar en el interior de una urna de vidrio.

 

¿Quién fue san Valentín?

San Valentín nació en Interamna Terni, unos 100km al norte de Roma, cerca del año 175. Fue ordenado por San Felicio de Foligno y consagrado obispo de Interamna por el Papa Víctor I c. 197. Famoso por su evangelización, milagros y curaciones, este sacerdote ejerció en Roma durante el siglo III bajo el gobierno del Emperador Claudio II quien prohibía la celebración de matrimonios entre los jóvenes. El gobernante decía que: "Los solteros sin familia son mejores soldados, ya que no tienen ataduras."

Valentín consideró que el decreto era injusto y desafió al emperador celebrando en secreto matrimonios para jóvenes enamorados. El emperador Claudio se enteró y como el sacerdote gozaba de un gran prestigio en Roma, lo llamó al Palacio. Valentín aprovechó la ocasión para hacer proselitismo del cristianismo y aunque en un principio Claudio II mostró interés, el Gobernador de Roma llamado Calpurnio lo persuadió y el emperador optó por su encarcelación. Ocurrió que el oficial Asterius, encargado de encarcelarle lo quiso ridiculizar y lo puso a prueba. "Te reto a que devuelvas la vista a mi hija Julia que nació ciega". Valentín aceptó e impuso sus manos sobre los ojos de la joven. "En el nombre del Señor y de su infinito amor, te devuelvo la vista". En el nombre de Jesús, se obró el milagro.

Este hecho convulsionó a Asterius y su familia, quienes se convirtieron al cristianismo. Valentín siguió preso, no pudieron liberar al sacerdote pues el débil emperador lo mandó a arrestar por temor a un levantamiento de los paganos y del ejército romano. De todas formas fue torturado y decapitado el 14 de febrero del año 270. Lo mataron de noche y en secreto para evitar la reacción del pueblo de Terni donde era muy amado. Como agradecimiento, Julia plantó un almendro de flores rosadas junto a su tumba y partir de entonces el almendro ha pasado a ser símbolo de amor y amistad duraderos.

 

 

 

11/02/2020-12:10
Redacción

Colombia: Francisco acepta la renuncia del arzobispo de Tunja

(zenit— 11 febrero 2020).- El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la archidiócesis metropolitana de Tunja (Colombia), presentada por Mons. Luis Augusto Castro Quiroga.

Del mismo modo, el Papa ha nombrado arzobispo metropolitano de Tunja (Colombia) a Mons. Gabriel Ángel Villa Vahos, hasta ahora obispo de Ocaña (Colombia).

Así lo ha comunicado hoy, 11 de febrero de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Mons. Gabriel Ángel Villa Vahos

Nació en Sopetrán, archidiócesis de Santa Fe de Antioquia, el 17 de junio de 1962. Completó sus estudios filosóficos y teológicos en el Seminario Mayor de Santa Rosa de Osos. Obtuvo la licenciatura en Teología dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Recibió la ordenación sacerdotal el 25 de octubre de 1989, incardinado en la diócesis de Santa Rosa de Osos.

Como sacerdote, ha desempeñado las siguientes tareas: vicario parroquial de Sopetrán, profesor y formador en el Seminario Diocesano, párroco de Nuestra Señora de la Merced en Yarumal; rector del Seminario Mayor Diocesano Santo Tomás de Aquino; director del Departamento de Ministerios de la Conferencia Episcopal Colombiana; párroco de Nuestra Señora del Carmen en Yarumal; vicerrector de la Fundación Universitaria Católica del Norte; administrador diocesano de Santa Rosa de Osos (de diciembre de 2010 a agosto de 2011).

Igualmente ejerció como vicario de la pastoral de la diócesis de Santa Rosa de Osos y, desde 2011, como director del Departamento de Vocaciones y Ministerios del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

El 15 de mayo de 2014 fue nombrado obispo de Ocaña y recibió la consagración episcopal el 26 de julio de 2014.

 

 

 

11/02/2020-16:18
Larissa I. López

`Los niños son esperanza': Presentación del libro infantil del Papa

(zenit— 11 febrero 2020).- El libro Los niños son esperanza será presentado en el Janículo del Hospital Infantil Bambino Gesú de Roma el próximo 14 de febrero a las 11:00 horas.

El evento contará con la presencia de la presidenta del Hospital Infantil Bambino Gesú, Mariella Enoc; del director de la revista La Civiltá Cattolica, el padre Antonio Spadaro; y del cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

El volumen ilustrado, publicado por Salani Editore y dedicado a los pequeños, presenta algunas frases cortas y sencillas del Papa Francisco dirigidas a los niños y recogidas por el padre Antonio Spadaro.

 

Diálogo con los pequeños

Según indica L'Osservatore Romano, en este libro, el Papa "acompaña dulcemente los diferentes momentos" del día del niño, "sugiriendo vías de reflexión". Viéndolos jugar, recomienda: "Sed felices cuando estéis con los demás", o, imaginándolos en un momento de dificultad o tristeza, Francisco aconseja: "Jesús entiende tus problemas. Reza en silencio y deja que las palabras salgan de tus lágrimas".

El Papa aprovecha este "diálogo" con los pequeños para hablar del espíritu de compartir, de la tolerancia, de la paz, de la generosidad. Aborda estos temas "con un lenguaje simple y frases cortas, casi 'susurradas', como si fueran los preciados consejos de un abuelo", explica el medio vaticano.

Las imágenes son de Sheree Boyd, ilustradora neoyorquina nacida en Italia y colaboradora del New York Times y la American Baby Magazine.

 

 

 

11/02/2020-11:50
Larissa I. López

Bolivia: El Papa aprueba la renuncia del arzobispo de Sucre

(zenit— 11 febrero 2020).- El Santo Padre ha aceptado la renuncia del gobierno pastoral de la archidiócesis de Sucre presentada por Mons. Jesús Juárez Párraga.

Del mismo modo, el Papa ha nombrado a Mons. Ricardo Ernesto Centellas Guzmán, arzobispo metropolitano de Sucre (Bolivia), transfiriéndolo de la diócesis de Potosí.

Así lo ha comunicado hoy, 11 de febrero de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

Mons. Juárez Párraga, presentó su renuncia por motivo de jubilación, ya que alcanzó los 75 años en 2018, edad canónica en la que los prelados pueden solicitarla al Papa.

 

Mons. Ricardo Ernesto Centellas Guzmán

Nació el 7 de noviembre de 1962 en Suquistaca, archidiócesis de Sucre. Fue ordenado sacerdote el 11 de agosto de 1984, incardinado en la misma archidiócesis. Obtuvo la Licenciatura en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

Fue elegido obispo titular de Torri di Ammenda y auxiliar de Potosí el 30 de junio de 2005 y recibió la ordenación episcopal el 15 de septiembre siguiente. El 25 de noviembre de 2009, Mons. Centellas fue nombrado obispo de Potosí y tomó posesión de la sede el 28 de enero de 2010.

En la Conferencia Episcopal de Bolivia ocupó los siguientes cargos: presidente del Área de Comunión Eclesial, miembro del Consejo Episcopal Permanente, miembro del Consejo de la Facultad de Teología San Pablo de Cochabamba y delegado adjunto de la Conferencia Episcopal en el CELAM. De 2012 a 2015 fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal Boliviana. En 2015 fue elegido presidente de la misma y reconfirmado en 2018.

 

 

 

11/02/2020-10:58
Anita Bourdin

JMJ: Lisboa 2022 con la participación de jóvenes prisioneros

"La JMJ de 2022 en Lisboa involucrará a los jóvenes prisioneros", informa Vatican News, a lunes 10 de febrero de 2020.

Recordemos que el Papa Francisco eligió como tema para la JMJ en Lisboa este versículo del Evangelio de Lucas a la "Visitación": "María se levantó y se fue con prontitud" (Lc 1:39).

De hecho, con motivo de la XV Reunión Nacional de Atención Pastoral de las Prisiones en Portugal, el pasado fin de semana en Fátima, el Mons. Joaquim Mendes, obispo auxiliar de Lisboa y coordinador de la preparación de la JMJ en Lisboa, invitó a los miembros y a los voluntarios de la prisión pastoral para imaginar una forma de preparación para la JMJ y también para los jóvenes prisioneros, para que puedan participar, incluso privados de libertad.

La organización de la JMJ no quiere "dejar a nadie atrás", dijo el arzobispo Mendes. Sugirió que los jóvenes detenidos sean conscientes de estos JMJ, y que caminen con ellos para que puedan encontrar la mejor manera de integrarse y también participar en el evento.

Estas JMJ deben traer, dijo el obispo, renovación, esperanza y encuentro con Jesucristo, "abriendo horizontes y caminos de esperanza y sintiendo la solidaridad de los demás", según Radio Vaticano.

Recordó las instrucciones del Papa Francisco a los responsables del cuidado pastoral de la prisión: "gestos concretos" para construir "puentes entre la prisión, la familia y la sociedad", para que sean "cuidadores que cuidan , con amor y compasión".

Según la tradición, la JMJ tiene lugar cada dos veces en Europa. Nunca se habían organizado en Portugal desde las primeras inauguraciones de Juan Pablo II en 1984.

El Papa publicó este mensaje en su cuenta de Twitter @Pontifex_en al final de la JMJ en Panamá hace un año: "Para ustedes, queridos jóvenes, un gran "Gracias" por # Panama2019. Sigue caminando, sigue viviendo la fe y compartiéndola. ¡Adiós hasta Lisboa en 2022!"

 

 

 

11/02/2020-09:35
Antonio Rivero

Padre Antonio Rivero: "El Cristianismo es encuentro y seguimiento de Cristo"

 

DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO

Ciclo A

Textos: Eclesiástico 15, 15-20; 1 Corintios 2, 6-10; Mateo 5, 17-37

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: el cristianismo consiste en encontrarnos con Cristo y seguirlo, y no en cumplir unos preceptos, normas y leyes. Y quien sigue a Cristo también cumplirá sus mandamientos en clave de amor.

Resumen del mensaje: El cristianismo es el encuentro y el seguimiento de una persona, Jesús, como nos dice el Papa emérito Benedicto XVI y no el conjunto de unos preceptos a cumplir. Pero cuando uno ama a una persona, y esa persona es Dios, el guardar los mandamientos que nos pide, no es una esclavitud o un fardo pesado, sino una oportunidad para demostrarle nuestra fidelidad (evangelio) y ese amor con obras, pues "obras son amores". El cumplir esos preceptos depende de nosotros y es de sabios (primera y segunda lecturas). Y Dios se alegrará y nos sorprenderá al final de la vida (segunda lectura).

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, ser cristiano no significa cumplir a rajatabla farisaicamente una serie de leyes para tranquilizar la conciencia o para ganarnos el cielo, como querían algunos fariseos en tiempo de Jesús. Ser cristiano es seguir a Cristo, el más bello de los hijos de los hombres, encontrarse con Él, dejarse amar por Él, y así dejarnos transformar por Él, aprendiendo su estilo de vida y su mentalidad, purificando nuestros afectos junto a su corazón y rectificando las decisiones de nuestra voluntad, si no están de acuerdo con su santa Voluntad. Sólo cumplir por cumplir los preceptos es anclarnos en el Antiguo Testamento y vivir con mentalidad farisaica. Pero encontrarnos y amar a Cristo, cumpliendo con cariño su santa ley que se sintetiza en amar a Dios y al prójimo, nos eleva y nos da la póliza del Nuevo Testamento, que Cristo selló con su sangre, llevando a plenitud la antigua ley, que Él no demolió, sino que cumplió y llevó a plenitud (evangelio).

En segundo lugar, habiendo hecho la experiencia del amor de Cristo, porque nos encontramos con Él, entonces los preceptos que hoy nos da a quienes le seguimos nos parecen obvios, justos y canalizarán nuestra libertad para que no caiga en libertinaje. ¿Cuáles son esos preceptos que hoy nos recuerda, que son antiguos y que Él perfecciona y completa? No sólo no matar, sino también no enfadarnos ni guardar rencor. No sólo no cometer adulterio físico, sino también el reclamo a vivir la pureza de ojos y de corazón. No sólo no jurar en falso, sino simplemente no jurar en absoluto, basándonos siempre en la veracidad: el sí y el no de un seguidor de Cristo deben ser creíbles (evangelio). La interpretación que Jesús hace de una serie de mandatos del Antiguo Testamento, ciertamente en una línea más profunda que la de los escribas y fariseos, va hacia la interiorización y la autenticidad más plena.

Finalmente, por tanto, el problema está en saber conjugar sabiamente (segunda lectura) en nuestra vida dos realidades: la ley y la libertad. La primera lectura del Eclesiástico nos dice que cada uno es libre y debe tomar sus decisiones en la vida. Dios no nos obliga nunca, para eso nos hizo libres. Escoger el mal o despreciar los preceptos de la ley no es de sabios. La verdadera sabiduría es seguir la voluntad de Dios, que implica también la observancia amorosa de los preceptos de Dios (primera lectura).

Para reflexionar: ¿Por qué nos cuesta tanto cumplir los mandamientos? ¿Por qué no nos gustan los preceptos? ¿Hemos sabido conjugar ley y libertad en clave de amor a Cristo o en clave de esclavitud y fardo pesado que hay que soslayar y tirar a la cuneta?

Para rezar: Señor, dame la gracia de encontrarme contigo, que eres mi Dios y Salvador. Que este encuentro me transforme interiormente y me lleve a vivir con amor y libremente tus preceptos, porque siempre quieres lo mejor para mí. Y quiero cumplir tu ley para darte gusto a Ti, mi Señor. Y cuando me cueste mucho llevar tu cruz, te pediré que seas mi Cireneo. Que sepa dar ejemplo a mis hermanos en el cumplimiento fiel de tus mandamientos. Amén.

 

 

 

11/02/2020-08:00
Isabel Orellana Vilches

San Melecio de Antioquía, 12 de febrero

"Apostolado y estudio fueron una conjunción magistral en este insigne defensor de la fe nicena, perseguido y desterrado, que dejó una huella imborrable en su pueblo. Fue especialmente venerado por Juan Crisóstomo y Gregorio de Nisa"

En el Año de la Fe se nos recordó la invitación petrina a estar dispuestos para dar razones de nuestra esperanza (1 Pe 3,15). Ofrecer la vida a Cristo incluye el esfuerzo de formarse a conciencia para llevar a todos, creyentes e incrédulos, con el rigor debido, las verdades en las que se asienta el patrimonio fiducial que hemos recibido. Y esto es algo que viven como bendición y privilegio sus genuinos seguidores, a quienes urge ponerle en el lugar que le corresponde abriendo siempre nuevos caminos.

El acervo patrimonial de una tradición apostólica de inmensas proporciones ha sido labrado por aquellos que antepusieron su defensa a todo interés personal, y utilizaron responsablemente las ágoras del momento, como hoy las tenemos y no solo en las redes sociales. También los paraninfos universitarios están ávidos de que alguien esparza las semillas de la fe que durante siglos han querido ser suplantadas por los diversos "ismos". Melecio de Antioquía salió al paso de las corrientes de la época y, aún viviendo inmerso en ese caos de tendencias afines y contrarias al dogma, supo llevar a muchos por el camino de la conciliación con una altura intelectual que dejó a todos perplejos. Ensamblar estudio y apostolado en orada ofrenda es la gran tarea que tenemos delante y que muchos hemos recibido dentro del carisma al que hemos sido llamados. Es uno de los cruciales desafíos a los que nos invita la nueva evangelización.

Melecio era natural de Melitene, Armenia. Nació hacia el año 310 en el seno de una ilustre familia. El año 357 se celebró un Concilio en su ciudad natal y fue designado obispo de Sebaste. Pero este férreo garante de la fe nicena, que supo ganarse a los arrianos y a los católicos, sufrió exilio en varias ocasiones. El arrianismo estaba en su apogeo y los conflictos le acompañaban. Siendo prelado las tensiones creadas le indujeron a refugiarse durante un tiempo en el desierto, y luego en Siria. Lejos de amainar las disputas, éstas fueron creciendo porque la iglesia de Antioquía había sucumbido bajo el yugo de la herejía. Los que sucedieron al obispo Eustaquio, desterrado el año 330, aniquilaron la fe. En medio de constantes pugnas, Melecio fue elegido obispo de Antioquía.

La situación en la que se produjo su designación fue incómoda ya que en ella no habían intervenido los católicos sino algunos arrianos, hecho mal acogido por una parte de los fieles. El asunto se dirimió una vez que el emperador Constancio II, que había dispuesto que otros prelados comentasen el Libro de los Proverbios, pudo constatar que, a diferencia de ellos, Melecio daba claras pruebas de su ortodoxia ensalzando el texto que vinculó al misterio de la Encarnación, con lo cual se diferenciaba de aquéllos.

Este nítido testimonio de fe —conservado por san Epifanio por su modélico y riguroso enfoque— puso en aprietos a los arrianos, y Eudoxio, que no perdía ocasión para desacreditar a Melecio, intentó influir en la decisión de Constancio y convencerle de que debía enviarle al destierro. Logró sus propósitos, ya que las denuncias de sabelianismo lanzadas sobre Melecio tuvieron éxito, y fue desterrado a Melitene, ocupando Eudoxio, que había sido discípulo de Arrio, la sede de Antioquía. No obstante, el cisma que planeaba sobre ésta desde que se produjo el destierro de san Eustaquio aún no había llegado a su apogeo. El vaivén que se cernía sobre los prelados de uno y de otro signo estaba unido al criterio de los sucesivos emperadores. Así, Justiniano en el año 362 restituyó a Melecio en el gobierno de la sede antioquena, pero ese no fue el criterio seguido por Valente, que lo desterró en el año 365. Graciano en el 378 propició su regreso a la ciudad, pero las dificultades arreciaban. Y en el año 381 se convocó el II Concilio ecuménico que tuvo lugar en Constantinopla. Melecio lo presidía, y fue entonces cuando entregó su alma a Dios.

Se había caracterizado por la bondad, humildad, paciencia y espíritu conciliador. Con su virtud se hizo acreedor del respeto y afecto de muchas personas, sentimientos que fueron patentes de modo singular cuando regresó del destierro. Tomaron como una bendición el mero hecho de poder verle y oírle. Los que podían se afanaron para besar sus manos y sus pies. Simplemente estos gestos dan idea de la altísima consideración que tenían los fieles de la ciudad por este obispo santo, al que ya habían encumbrado como tal antes de que la Iglesia lo hiciera. No es de extrañar que, tras su muerte —como atestiguó san Juan Crisóstomo, que lo conoció bien ya que había estado bajo su protección y fue ordenado diácono por él—, quienes lo conocieron dieran tantas
muestras de veneración hacia este heroico prelado que se había mantenido fiel a la fe, y que durante dieciocho años había sufrido las fluctuantes decisiones de los gobernantes de turno.

El signo que prueba el anhelo del pueblo de que su nombre perdurase al paso del tiempo, es que muchos ciudadanos de Antioquía lo escogieron para bautizar a sus hijos. Además, su efigie la tenían presente en anillos, elementos de la vajilla y paredes de sus moradas, además de esculpirla en el dintel de la puerta de acceso a las mismas, como testificó Juan Crisóstomo en el panegírico que le dedicó: "Apenas llegado a Antioquía, cada uno de vosotros da su nombre a sus hijos, creyendo de este modo introducir al mismo santo en su casa". La oración fúnebre corrió a cargo de san Gregorio de Nisa. Éste, acompañado de todos los que se hallaban presentes en el Concilio, tributó honor a san Melecio. Con sentidas palabras ensalzó de él: "la dulce y tranquila mirada, radiante sonrisa y bondadosa mano que secundaba a su apacible voz", concluyendo magníficamente con esta certeza: "Ahora él ve a Dios cara a cara, ruega por nosotros y por la ignorancia del pueblo".