Vaticano

 

Así es Candela: se curó gracias a un milagro de Juan Pablo I. Será proclamado beato

 

El Papa Francisco ha autorizado a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto sobre la curación milagrosa atribuida a la intercesión del Papa Luciani

 

 

14/10/21


 

 

 

 

 

El Papa Francisco ha autorizado a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el decreto sobre la curación milagrosa atribuida a la intercesión del Papa Juan Pablo I. Gracias al reconocimiento de este milagro, será proclamado beato.

Se trata de la curación de una niña de once años en Buenos Aires el 23 de julio de 2011, Candela Giarda, que padecía "encefalopatía inflamatoria aguda severa, enfermedad epiléptica refractaria maligna, shock séptico" y que para entonces estaba al final de su vida. El cuadro clínico era muy grave, caracterizado por numerosas crisis epilépticas diarias y un estado séptico causado por una bronconeumonía. La iniciativa de invocar al Papa Luciani la había tomado el párroco de la parroquia a la que pertenecía el hospital, del que era muy devoto, informa Vatican News.

 

"Cande se moría"

La madre de Candela testimonia su curación: "Cande empeoró en vez de mejorar. No tenía expectativas de vida. Hasta me llegaron a decir que volviera a mi Paraná natal para que muriera en mi casa. La doctora Gladys me dijo: ‘No podemos hacer nada más por ella. Cande se muere esta noche’".

En ese momento, Roxana decidió pasar por la iglesia a la que siempre iba a rezar, la parroquia Nuestra Señora de la Rábida, ubicada a metros de la clínica. Allí había conocido al Padre José Dabusti.

“Aquella noche entré y le pedí que fuera a verla. Cuando se acercó a la cama de Cande, rezó y me indicó que pusiese las manos arriba de ella y se la encomendó al Papa Juan Pablo I”Aunque no sabía nada acerca del Papa, Roxana confió en lo que le proponía el sacerdote y, sin dudarlo, se aferró a él sabiendo que era el último recurso. Se quedó sola al pie de la cama de su hija, esperando que transcurrieran las horas.

 

Los médicos no daban crédito

Unas horas después de invocar a Juan Pablo I, la niña empezó a evolucionar de manera favorable. Los médicos, las enfermeras y el personal de salud no podían acreditar lo que estaba sucediendo en ese momento.

Menos de veinticuatro horas después de haber estado con neumonía, comenzaba a recuperar sus capacidades vitales. Para su madre, solo hay una posible explicación: se trata de un milagro. Roxana asegura: “Los milagros existen, y yo lo vi con Cande”.

 

Una vida normal como cualquier joven

Candela, a sus 21 años, como muchos jóvenes, vive una vida normal, y vive el presente. Cursa estudios de Seguridad e higiene animal en la universidad, a la vez que tiene un emprendimiento personal de venta de miel.

Cande atribuye su sanación, tras estar en coma, a la intercesión de Juan Pablo I, pero no tiene recuerdos de ese momento de su vida. En la actualidad, Candela no toma ningún medicamento. Ha superado para siempre esa etapa de su vida.

 

Por qué rezó a Juan Pablo I

El P. José Dabusti explica por qué encomendó a Candela al Papa Juan Pablo I: “Más que devoción, yo le tengo mucho cariño a Juan Pablo I, que es un Papa desconocido. Cuando tenía 13 años, me impactaron su imagen, su sonrisa, su humildad".

El exhaustivo proceso canónico siguió su curso. Una de las instancias fundamentales por las que pasó el milagro de Candela fue la de la Comisión Médica que, en este caso, dio una sentencia positiva unánime. En la siguiente instancia, los teólogos también dieron su veredicto positivo.

 

Murió repentinamente

Albino Luciani nació el 17 de octubre de 1912 en Forno di Canale (hoy Canale d'Agordo), en la provincia de Belluno, y fallecido el 28 de septiembre de 1978 en el Vaticano. Fue Papa durante sólo 34 días, uno de los pontificados más cortos de la historia.

Murió repentinamente la noche del 28 de septiembre de 1978. Lo encontró sin vida la monja que le llevaba el café a su habitación cada mañana. En pocas semanas de pontificado, había entrado en el corazón de millones de personas, por su sencillez, su humildad, sus palabras en defensa de los últimos y por su sonrisa evangélica.

Se han construido muchas teorías en torno a su repentina e inesperada muerte, con supuestas conspiraciones. Una documentada investigación sobre la muerte, que cierra definitivamente el caso, ha sido firmada por la vicepostuladora del proceso de beatificación, Stefania Falasca. Una indisposición subestimada llevó a la muerte al Papa Luciani. La misma noche del fallecimiento, el Santo Padre sufrió un fuerte dolor en el pecho, que el Papa no quiso notificárselo a su médico.