9.12.13

 

La Policía nipona detuvo el pasado 4 de diciembre a la mujer de uno de los líderes de la extinguida secta de la Verdad Suprema, responsable del atentado del metro de Tokio de 1995, por coaccionar a una persona para que se uniera a uno de los grupos sucesores de la polémica organización religiosa, según informa Efe.

La japonesa Yuki Niimi fue arrestada en Osaka (centro del país) por enviar mensajes amenazantes a través de las redes sociales a un conocido para que formara parte de “Aleph”, una de las dos sectas en las que se escindió la Verdad Suprema, tal como informó la agencia Kyodo.

Yuki Niimi es la mujer del preso Tomomitsu Niimi, uno de los principales miembros del extinguido grupo y que actualmente se encuentra en el corredor de la muerte por su participación en el atentado con gas sarín en varios vagones del metro de Tokio que costó la vida a 13 personas e intoxicó a más de 6.000.

Además, Tomomitsu Niimi estuvo involucrado en otros 11 actos criminales llevados a cabo por la extinta organización y fue el guardaespaldas de Shoko Asahara (en la foto), fundador de la Verdad Suprema y condenado a muerte desde 2006.

Esta nueva operación policial muestra el estrecho seguimiento que realiza la Policía japonesa a las actividades de “Aleph” después de que el grupo haya aumentado su captación de miembros en los últimos años mediante el uso de las redes sociales y las nuevas tecnologías.

En este sentido, los dos grupos en los que se dividió la secta Verdad Suprema ("Aleph” y “Hikari no Wa") captaron a 255 nuevos miembros en 2012, la cifra más alta desde que la Agencia de Seguridad Pública las puso bajo vigilancia en 2000. Hace un año dimos cuenta de estos datos en Info-RIES.

El número de miembros menores de 20 años se triplicó entre 2008 y 2012, por lo que la agencia sospecha que las dos organizaciones han reclutado a muchos nuevos integrantes en campus universitarios y a través de internet.

Las investigaciones sobre los crímenes cometidos por la Verdad Suprema acabaron en septiembre de 2012, después de que las autoridades japonesas arrestaran a Katsuya Takahashi, el último de los responsables del ataque en el metro de la capital nipona.

En el marco de la operación para detener a Yuki Niimi, de quien se creía que había abandonado “Aleph", la Policía registró la casa de la acusada y seis de las sedes de la secta en Tokio y Osaka para recoger información relacionada con este caso.

En el domicilio de Niimi, las autoridades encontraron un retrato del líder espiritual Asahara, por lo que los agentes sospechan que la detenida aún mantiene conexiones con miembros de la secta “Aleph".