Servicio diario - 13 de julio de 2016


 

El Papa visita por sorpresa la Pontificia Comisión para América Latina
Posted by Redaccion on 13 July, 2016



El papa Francisco ha visitado esta mañana, por sorpresa, la sede de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), ubicada en vía de la Conciliación. Allí fue recibido por Gúzman Carriquirry, laico uruguayo, secretario de dicha Comisión desde el 14 de mayo de 2011. El Santo Padre, poco a poco, está visitando personalmente las distintas Congregaciones y Pontificias Comisiones de la Santa Sede, conociendo así directamente a sus empleados en su lugar de trabajo.
“El Santo Padre, demostrando una vez más su carácter movido por gran libertad y espontaneidad, decidió ‘darse un salto’ –como se dice en América Latina– por la Comisión, cuya oficina está a unos 300 metros del Palacio Apostólico, en Vía della Conciliazione n. 1, 4to piso. A las 9.10 exactamente, llamaron a la puerta y acudió a ella una de las oficiales de la oficina, mientras los demás estábamos sosteniendo tranquilamente una reunión de coordinación relativa a nuestro próxima celebración del Jubileo Continental de la Misericordia en Bogotá” narran en la web de la CAL .
“Dicha persona se quedó pasmada cuando abrió y se encontró delante nada menos que al Vicario de Cristo en la tierra quien, en cambio, parecía realizar una acción completamente natural y rutinaria: –“¡Buenos días! ¿Puedo pasar?” –“¡Santo Padre! ¡Qué increíble sorpresa!” Acto seguido, una señora del personal que pasaba detrás corrió a toda prisa hasta la oficina del Secretario encargado de la Vicepresidencia, donde estábamos todos, y se detuvo agitada en la puerta: “¡El Santo Padre! ¡Rápido, el Santo Padre!”, indican en el dicasterio.
El Pontífice le dijo al profesor Guzmán Carriquiry si tenía tiempo para conversar, y se quedaron hablando solos. Después del diálogo en privado el Papa salió y aceptó gustoso la invitación a compartir un café con los integrantes de dicha comisión.
Tal y como se indica en la página web del dicasterio, la Pontificia Comisión para América Latina es un organismo de la Curia Romana creado en 1958 que tiene como función primordial la de “aconsejar y ayudar a las Iglesias particulares en América Latina” y “estudiar las cuestiones que se refieren a la vida y progreso de dichas Iglesias, especialmente estando a disposición, tanto de los dicasterios de la Curia interesados por razón de su competencia, como de las mismas Iglesias para resolver dichas cuestiones.” (Juan Pablo II, Constitución Apostólica Pastor Bonus, art. 83).
En relación con ello, según indica el Motu Proprio de Juan Pablo II “Decessores nostri”, corresponde a la CAL, a través de su Presidente, informar “regularmente al Sumo Pontífice sobre cada uno de los asuntos”, y sugerir y promover “las iniciativas o medidas de gobierno que considere convenientes u oportunas”. (Juan Pablo II, Motu Proprio Decessores nostri).
También es tarea de la CAL favorecer “las relaciones entre las instituciones eclesiásticas internacionales y nacionales, que trabajan en favor de las regiones de América Latina. y los dicasterios de la Curia Romana” (Juan Pablo II, Constitución Apostólica Pastor Bonus, art. 83-84).


Francisco se une al luto por el fallecimiento de monseñor Zimowski
Posted by Redaccion on 13 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Monseñor Zygmunt Zimowski, presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Agentes Sanitarios, ha fallecido esta mañana en Polonia. Tenía 67 años y estaba enfermo desde hace tiempo. El papa Francisco –informa Radio Vaticano—le había llamado por teléfono para manifestarle su cercanía y asegurarle su oración.
Asimismo, esta mañana ha enviado un telegrama de pésame, firmado por el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin. El mensaje está dirigido a monseñor Jean-Marie Mate Musivi Mupendawatu, secretario del dicasterio. De este modo, el Papa se hace cercano tras la muerte de monseñor Zimowski, fallecido “tras una larga y dolorosa enfermedad, vivida, con espíritu de fe y de testimonio cristiano”.
“Quiero expresar mi participación espiritual en el luto que afecta a este dicasterio y mientras recuerdo su generoso ministerio, primero como pastor de la diócesis de Radom y después al servicio de la Santa Sede –se lee en el telegrama- elevo fervientes oraciones de sufragio al Señor por su alma, confiándolo a la intercesión maternal de la bienaventurada Virgen María, Reina de Polonia. Con esos sentimientos invoco para el llorado colaborador la recompensa eterna prometida a los fieles servidores del Evangelio y de buen grado le imparto al mismo tiempo que a los funcionarios y colaboradores del Pontificio Consejo, así como a los familiares del querido prelado, la consoladora bendición apostólica”.
Monseñor Zimowski nació en Polonia el 7 de abril de 1949 y fue ordenado sacerdote en mayo de 1973. San Juan Pablo II lo nombró obispo de la diócesis polaca de Radom el 28 de marzo de 2002. Fue consagrado el 25 de mayo por el entonces Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación por la Doctrina de la fe.
El papa Benedicto XVI, en 2009, lo nombró presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral para los Agentes Sanitarios, concediéndole así la dignidad arzobispal. En diciembre de 2014, monseñor Zimowski fue ingresado en Varsovia por un cáncer de páncreas. Al año siguiente volvió para seguir trabajando en el Vaticano.
En el pontificado de Juan Pablo II la pastoral sanitaria es uno de los componentes característicos de su magisterio de Pastor.
El Pontificio Consejo de la Pastoral para los Agentes Sanitarios, fue creado por Juan Pablo II un año después del inicio de su pontificado con la Carta Apostólica Motu proprio Dolentium Hominum con las atribuciones de “estimular y promover la operación de formación, de estudio y de acción llevada a cabo por las diversas Organizaciones Internacionales Católicas en el campo sanitario, además de los otros grupos, asociaciones y fuerzas que, en diversos niveles y de diferentes modos, trabajan en tal sector.
También con la tarea de coordinar las actividades desenvueltas por los diversos dicasterios de la Curia Romana en relación con el mundo sanitario y sus problemas; difundir, extender y defender las enseñanzas de la Iglesia en materia de sanidad, y favorecer su penetración en la práctica sanitaria; mantener contactos con las Iglesias locales y, en particular, con las Comisiones Episcopales para el mundo de la sanidad.
Así como seguir con atención y estudiar orientaciones programáticas y iniciativas concretas de política sanitaria, a nivel tanto internacional como nacional, a fin de percibir su importancia y las implicaciones para la pastoral de la Iglesia.




El Papa envía su pésame por el accidente ferroviario en Italia
Posted by Redaccion on 13 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco se ha hecho cercano a la tragedia que ha golpeado este martes al sur de Italia, por un accidente ferroviario en el que han perdido la vida al menos 23 personas y otras 50 han resultado heridas, 18 de ellas de gravedad.
Por ello, en el telegrama firmado por el cardena Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y dirigido a monseñor Francesco Cacucci, arzobispo de Bari-Bitonto, el Santo Padre expresa “su sentida y cordial participación en el dolor que golpea a tantas familias”. Asimismo el Pontífice “asegura fervientes oraciones por los que han muerto trágicamente” e “invoca al Señor para los heridos una pronta sanación”. Además, encomienda a la protección materna de la Virgen María, “a quienes son golpeados por el dramático luto” y “envía la confortante bendición apostólica”.
La tragedia se produjo cuando dos trenes de la compañía privada Ferrotramviaria, que circulaban en un punto del trayecto en el que existe una única vía, chocaron frontalmente. Un problema técnico podría ser la causa del accidente


La comisión mixta sobre el beato Stepinac ha celebrado su primer encuentro
Posted by Rocío Lancho García on 13 July, 2016



(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La comisión mixta de expertos croatas y serbios que procederá a una relectura en común de la vida del beato cardenal Alojzije Stepinac –antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial– se ha reunido por primera vez en el Vaticano del 12 al 13 de julio. El purpurado, arzobispo de Zagreb, tras la invasión de Yugoslavia fue acusado de colaborar con el nazismo. Y así, fue condenado por el régimen comunista de Tito (Josip Broz) a 16 años de prisión, donde torturado murió por una enfermedad allí contraída. Fue declarado beato por san Juan Pablo II en 1998.
La comisión, indica una nota de sala de prensa de la Santa Sede, se creó por iniciativa del Santo Padre tras diversos encuentros y consultas entre representantes de la Santa Sede, de la Iglesia Ortodoxa Serbia y de la Conferencia Episcopal Croata para responder a la exigencia de clarificar algunas cuestiones de la historia.
Del mismo modo, precisa que la Comisión ha sido encargada de “llevar a cabo un trabajo científico, siguiendo la metodología de las ciencias históricas, basada en la documentación disponible y su contextualización”. La Comisión –añade– no interferirá en el proceso de canonización del beato cardenal Alojzije Stepinac que es de estricta competencia de la Santa Sede.
Se prevé una serie de encuentros que deberían prolongarse durante doce meses. La próxima reunión se celebrará en Zagreb (Croacia) del 17 al 18 de octubre de 2016.
El 28 de mayo de 2015, el papa Francisco recibió Vaticano a la presidenta de la República de Croacia, Kolinda Grabar- Kitarović. Tras dicho encuentro, la mandataria, de fe católica, indicó en rueda de prensa que le había preguntado al Papa por la canonización de cardenal Alojzije Viktor Stepinac.
El Santo Padre –indicó la presidenta– le aseguró que él personalmente no tenía dudas sobre la santidad del cardenal Stepinac, y que para ir adelante en el proceso de canonización se había designado a una comisión integrada por católicos, ortodoxos e historiadores, de manera que si fuera declarado santo, esto no sea visto por los serbios como algo contrario a ellos.
Por su parte, Benedicto XVI en su último encuentro en su viaje a Croacia en 2011, dijo de este beato que “por su firme conciencia cristiana, supo resistir a todo totalitarismo, haciéndose defensor de los judíos, los ortodoxos y todos los perseguidos en el tiempo de la dictadura nazi y fascista, y después, en el período del comunismo, ‘abogado’ de sus fieles, especialmente de tantos sacerdotes perseguidos y asesinados”.
Leer la biografía del cardenal Stepinac aquí



Chile: los obispos levantan su voz contra la despenalización del aborto
Posted by Redaccion on 13 July, 2016



(ZENIT – Roma).- La Conferencia Episcopal Chilena hizo sentir nuevamente su voz contra el proyecto de ley que apunta a despenalizar el aborto en el país en tres casos: riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y violación. El proyecto ya aprobado en la Cámara de Diputados, fue enviado al Senado para su segundo trámite legislativo.
Así lo indica Radio Vaticano precisando que el obispo de San Bernardo, Mons. Juan Ignacio González Errázuriz, se dirigió precisamente en estos días a la Cámara de Senadores en donde tuvo un discurso ante la Comisión para la Salud del Senado, presentando el punto de vista de la Iglesia Católica chilena.
“Estamos en Chile en una situación muy delicada porque está ya en el Senado, luego de pasar por la Cámara de Diputados, un proyecto de ley que permite la interrupción de embarazo en tres casos. Y la Conferencia Episcopal de Chile ha delegado en mons. Fernando Chomalí, arzobispo de Concepción, y también en mí, llevar adelante gestiones para poder impedir que esta ley se concrete” afirmó en estos días el obispo de San Bernardo ante los micrófonos de Radio Vaticano.
“Lo importante es que la gente capte que estamos en un momento difícil y delicado y que hay que tomar un papel activo: no basta decir ‘estoy en contra del aborto’. Llamo a todos los chilenos y a los amigos extranjeros, cristianos y no cristianos – afirmó mons. Errázuriz – a que nos ayuden a parar una cosa que pensamos va a ser el antecedente del aborto libre en Chile”.


El cardenal Vallini denuncia el “degrado inaceptable” en su visita a un campamento gitano
Posted by Redaccion on 13 July, 2016



(ZENIT – Roma).- “Siento un gran sufrimiento al ver a tantas personas, padres y sobre todo niños, en condiciones de degradación inaceptable. También he visto la voluntad de rescate y su deseo de superar esta condición. Se sienten abandonados y lo están. Por tanto, debemos hacernos cargo de ellos”. Es la reflexión que hace el cardenal Agostino Vallini, vicario del Papa para la diócesis de Roma, después de la visita realizada la tarde de este martes al campamento gitano de Castel Romano, a las afueras de Roma, según informa el diario online de la diócesis de Roma, Romasette.it.
La visita al asentamiento que se sitúa a veinte kilómetros de Roma duró más de tres horas y refleja la dramática situación, entre “calles embarradas, ratas y chabolas rematadas con madera y cinta adhesiva”. Un situación que avergüenza al mundo, indigna de una ciudad como Roma –afirma el cardenal vicario– ni siquiera después de la guerra he visto algo parecido.
Vallini, que habló con muchas familias del campamento y se informó sobre su condición, estaba acompañado por monseñor Pierpaolo Felicolo, director de la oficina diocesana para la pastoral de las migraciones, y de algunos voluntarios comprometidos junto a las familias gitanas del campamento.
El rescate –subraya el vicario de Roma– surge del compromiso de quien vive en estos campamentos, haciendo que no se transformen en descargas, sino que las instituciones y los ciudadanos deben liberarse de preconceptos y prejuicios. Así, concluye asegurando que siente el deber de “solicitar a las instituciones superar lo antes posible esta vergüenza”.


Obispos de Venezuela preocupados por el aumento de la militarización del país
Posted by Sergio Mora on 13 July, 2016



(ZENIT – Roma).- Los obispos venezolanos en una declaración emitida este martes al concluir su reunión anual en Caracas, denunciaron un aumento amenazador del poder militar del gobierno de Nicolás Maduro, y atribuyeron la delicada situación del país a la “implantación de un proyecto político totalitario, empobrecedor, rentista y centralizador que el gobierno se empeña en mantener”.
A continuación el texto completo del comunicado
Exhortación de la Conferencia Episcopal Venezolana
Centésima sexta asamblea plenaria ordinaria.
“EL SEÑOR AMA AL QUE BUSCA LA JUSTICIA” (Prov. 15, 9)
1) Los Arzobispos y Obispos de Venezuela, reunidos en la 106ª Asamblea Ordinaria, queremos compartir con el pueblo venezolano las angustias que sufrimos y comunicarle la esperanza de que reconciliados y en diálogo encontraremos soluciones eficaces a la presente crisis.
CLIMA SOCIAL
2) Los venezolanos estamos atravesando por un momento crucial en los campos moral, económico, político y social. Ha disminuido drásticamente la calidad de vida. La escasez y carestía de alimentos, medicinas e insumos hospitalarios nos están llevando al borde de una crisis de seguridad alimentaria y sanitaria, con consecuencias sociales impredecibles. En la vida pública, crecen la inseguridad, la impunidad y la represión militar.
3) El discurso belicista y agresivo de la dirigencia oficial hace cada día más difícil la vida. La prédica constante de odio, la criminalización y castigo a toda disidencia afectan a la familia y a las relaciones sociales. Frente a esta situación, el acrecentamiento del poder militar es una amenaza a la tranquilidad y a la paz.
4) El auge de la delincuencia y de la impunidad entorpecen el ordinario quehacer de la gente y provocan, en ciudades o poblaciones grandes o pequeñas, verdaderos toques de queda. Hace pocos días, en Mérida, fueron agredidos transeúntes, entre ellos un grupo de seminaristas menores de edad. Fueron golpeados y desnudados, violando sus derechos a la dignidad y al respeto, sin que ninguna autoridad pública interviniera para protegerlos. Los recientes desórdenes en Cumaná y Tucupita, así como los intentos de saqueos y cierres de vías por protestas populares, en diferentes regiones del país, constituyen una expresión del creciente malestar social.
UNA DEMOCRACIA RESQUEBRAJADA
5) El Estado de Derecho consagrado en el numeral dos de la Constitución Nacional, se ha debilitado. Vivimos prácticamente al arbitrio de las autoridades y de los funcionarios públicos, quienes tienden a convertirse en los censores de la vida, del pensamiento y de la actuación de los ciudadanos. Tales actitudes y procedimientos son inaceptables. La identidad cultural del venezolano se reduce y hasta se pierde cuando se valora únicamente si está vinculada al proyecto político imperante.
6) La democracia en Venezuela está resquebrajada, y el Gobierno y los otros poderes, que tienen la responsabilidad de oír y concertar con todos los sectores, no están haciendo lo suficiente para reconstruirla. El diálogo sincero y constructivo, el ejercicio de la política en su concepción más noble, como búsqueda del bien común, por más difíciles que parezcan, han de seguir siendo los caminos que debemos transitar. No se puede dialogar si no se reconoce en primer lugar la existencia y la igualdad del otro. Ignorarlo o descalificarlo como interlocutor, cierra toda posibilidad de superar el conflicto.
7) La crisis moral es mayor que la crisis económica y política, porque afecta a toda la población en sus normas de comportamiento. La verdad cede su puesto a la mentira, la transparencia a la corrupción, el diálogo a la intolerancia y la convivencia a la anarquía. La corrupción se ha incrementado en los organismos del Estado y la descomposición moral ha invadido a muchas personas integrantes de instituciones privadas y públicas, civiles y militares, así como a amplios componentes de la sociedad. Un exponente de esta degradación moral es la reventa especulativa de productos, llamada popularmente “bachaqueo”.
8) Desconocer la autoridad legítima de la Asamblea Nacional, deslegitima a quienes así actúan, porque contradice la voluntad soberana expresada en el voto popular. La división, autonomía y colaboración entre los Poderes es un principio democrático irrenunciable.
9) Es tal la indefensión de los ciudadanos ante la delincuencia que se están multiplicando los casos de pobladas enardecidas que toman la justicia por sus propias manos y proceden a inmorales y deplorables ejecuciones colectivas (“linchamientos”). La violencia, en ninguna de sus formas, es solución a los problemas. Como nos dijo San Juan Pablo II: “La justicia social no puede ser conseguida por violencia. La violencia mata lo que intenta crear”.
10) La raíz de los problemas está en la implantación de un proyecto político totalitario, empobrecedor, rentista y centralizador que el Gobierno se empeña en mantener.
PROPUESTAS URGENTES
11) El Consejo Nacional Electoral tiene la obligación de cuidar el proceso del referéndum revocatorio para que se realice este año. Es un camino democrático, un derecho político contemplado en la Constitución. Impedirlo o retrasarlo con múltiples trabas es una medida absurda, pues pone en peligro la estabilidad política y social del país, con fatales consecuencias para personas, instituciones y bienes.
12) Es de urgente prioridad que el Ejecutivo permita la entrada de medicamentos al país, dada su gran escasez. Para su recepción y distribución, la Iglesia ofrece los servicios e infraestructura de Cáritas, y de otras instancias eclesiales abiertas a la cooperación de otras confesiones religiosas e instituciones privadas. Este servicio no es la solución definitiva, pero sí es una ayuda significativa. La caridad nos impulsa a comportarnos como samaritanos compasivos, dispuestos a curar a los heridos del camino (Cf. Lc. 10, 25-37).
13) Es una necesidad que se abra de manera permanente la frontera colombo-venezolana. El haber permitido su apertura el pasado domingo 10 de Julio hizo posible que numerosos hermanos pudieran proveerse de alimentos, medicinas y otros insumos. El paso de miles de ciudadanos al vecino país es prueba evidente de la crisis.
14) Aumenta el número de ciudadanos venezolanos recluidos en las cárceles y en distintos lugares de jurisdicción policial, injustamente privados de libertad, muchos de ellos por razones políticas. La gran mayoría se encuentra en condiciones inhumanas y carece del debido proceso. Estas personas, siendo inocentes, deben salir en libertad plena o al menos, deben ser juzgadas en libertad, tal como lo establece el Código Orgánico Procesal Penal.
“LA ESPERANZA NO DEFRAUDA” (Rm. 5,8)
15) Las angustias y esperanzas del pueblo venezolano son compartidas en estos momentos por numerosas instancias nacionales e internacionales. El gobierno no debe declararlas ajenas a nuestros derechos ni culpar a quienes acuden a ellas legítimamente, denunciando injerencias y aduciendo soberanía e independencia, ya que vivimos en un mundo interconectado y globalizado. Ni los derechos humanos, ni la justicia tienen fronteras. No nos dejemos robar la esperanza que hace posible, con la ayuda de Dios, lo que parece imposible (Cf. Lc. 1, 37).
16) En el nombre de Jesús que nos manda “amarnos unos a otros” (Jn. 13, 34), hacemos un llamado a las autoridades para que frenen el deterioro de la vida de los venezolanos, cualquiera sea su preferencia política, y para que se detenga la actual espiral de violencia, odio y muerte. Movidos exclusivamente por el bien y la paz de todos los venezolanos, reiteramos el ofrecimiento de nuestros buenos oficios para facilitar el encuentro entre los contrarios y el entendimiento en la búsqueda de soluciones efectivas.
17) En la fe tenemos la firme convicción de que Jesucristo, el Señor de la historia, nos acompaña. Como hijos de un mismo Padre y hermanos los unos de los otros, nos comprometemos en la construcción de la unión y de la paz. Invitamos con alegría a todos los creyentes y a las mujeres y hombres de buena voluntad, a unirnos el próximo dos de agosto, a la Jornada de ayuno y oración, convocada por el Papa Francisco en Asís, como una ocasión especial de pedir por la paz y la reconciliación entre los venezolanos. Invitamos a recitar la Oración por Venezuela, y a los párrocos a leer ésta exhortación en la misa dominical. Rogamos a Dios Padre derrame de manera más abundante en este año jubilar su misericordia y su consuelo sobre nuestro pueblo. Colocamos en las manos maternales de Nuestra Señora de Coromoto estas propuestas que expresan el sentir y el anhelo de la inmensa mayoría de los venezolanos,
Con nuestra bendición,
LOS ARZOBISPOS Y OBISPOS DE VENEZUELA
Caracas, 12 de julio de 2016


El ex presidente Uribe se reúne en Roma con el cardenal Parolin
Posted by Sergio Mora on 13 July, 2016



(ZENIT – Roma).- El ex presidente de Colombia y actual senador Álvaro Uribe tuvo un encuentro este martes en el Vaticano con el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin. En rueda de prensa que tuvo lugar después de la reunión, el ex mandatario evitó al menos en tres ocasiones responder a cómo había ido el encuentro.

Rueda prensa del expresidente Uribe en el Bristol Hotel de Roma (Foto ZENIT cc).
Sobre las esperanzas del papa Francisco de que se llegue a un acuerdo de paz se limitó a responder: “Soy inmensamente respetuoso de su Santidad, un católico respetuoso aunque un combatiente político de todas las horas”.
Los diálogos de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), duraron unos cuatro años y se realizaron en Oslo y en La Habana, donde concluyó el último punto de la agenda de negociación el 23 de junio de 2016. El santo padre Francisco en su viaje a Cuba, señaló que “no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación”. Y si todos los colombianos están a favor de que se llegue a un acuerdo de paz, quedan discrepancias.
Presentamos aquí las declaraciones realizadas por el presidente Uribe, exponente de la oposición al actual tratado de paz en esta rueda de prensa organizada por Mediatrends América.
Queremos la paz pero sin impunidad
El presidente que gobernó del 2002 al 2006, durante dos mandados presidenciales, señaló: “Nosotros queremos la paz, quién no la quiere” y precisó que en contraposición al actual acuerdo “nuestro programa de deposición de armas e integración, contemplaban 8 años de cárcel para los dirigentes que se habían manchado con crímenes graves”. Y que gracias a los mismos “se reinsertaron en la sociedad 35 mil paramilitares y 18 mil guerrilleros”.
“Sobre impunidad no pedimos cárcel para el guerrillero común, sí para los cabecillas” dijo y añadió que los responsables de crímenes contra la humanidad no deben tener elegibilidad política, así como entregar el dinero de las actividades ilícitas para reparar a las víctimas.
FARC, delitos contra la humanidad
Señaló además que las FARC cometieron una serie de delitos que violaron los convenios de Ginebra de 1947, como ataques a ambulancias y crímenes de guerra. Y por todos esos delitos “los máximos responsables serán juzgados pero no irán ni un día a la cárcel”. Recordó que ellos dicen que no tienen nada de que arrepentirse.
Las armas de las FARC
El presidente señaló que ninguna organización tiene el inventario de las armas de las FARC, o sea que no se sabrá si en realidad las han entregado. Con el agravante, dijo, de que con los miles de millones de dólares que tienen del narcotráfico cuando quieran “puede reemplazar ese arsenal”.
El plebiscito
Otro de los puntos que cuestionó el ex presidente, es que se haga un plebiscito que se aprueba solo con un 13 por ciento de participación, con una sola pregunta y no punto por punto como requiere la complejidad del tema, y que además el gobierno cuente con todos los recursos y capacidad coactiva de voto por el ‘sí’.
Cultivo de coca
En la conferencia que fue respondiendo a las preguntas de los periodistas, lamentó que en el último período las cultivaciones de coca, según los datos ONU, hayan crecido en un 44 por ciento. Esto, aseguró, se debe a la “indulgencia del actual Gobierno” y a que se “acabaron los programas de cultivos sustitutivos”. Aseguró también que las Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia (FARC) son el mayor cártel del mundo de coca, y lamentó que en los acuerdos de paz el narcotráfico haya sido definido como conectado al delito político.
El ELN
Añadió que el Ejercito de Liberación Nacional, la segunda guerrilla “que fue desarticulada al terminar nuestro gobierno hoy está estimulada por la inmunidad que las FARC reciben desde el Gobierno del presidente Santos y desde Venezuela”. Y señaló una “mutación del uniforme que visten los terroristas”, gracias a lo cual todos los días se registran nuevos hechos como el de la pasada noche en en el municipio de Curumaní, cerca de la frontera con Venezuela.
Fuerzas Armadas
El ex presidente señaló además lo que consideró un principio fundamental: “en Colombia no hubo insurgencia de una guerrilla contra dictaduras militares sino contra gobiernos democráticos”, y calificó como “gravísimo” que se ponga al mismo nivel “a la narco guerrilla que a nuestras Fuerzas Armadas”.
Sobre América Latina indicó: Venezuela es una angustia, Colombia es una preocupación, Macri una esperanza.
Uribe concluyó señalando que si se aprueban los actuales acuerdos de paz en Colombia, “viviremos momentos difíciles”, y aseguró que “no permitiremos el camino castro Chavista que Santos quiere para Colombia”.
Leer también: Los obispos de Colombia presentan su compromiso para firmar la paz


Junio-Julio, tiempo de revisión
Posted by Catholic.net on 13 July, 2016



Otra vez junio y julio, los meses de las notas. Tiempo de descanso escolar, de comienzo de vacaciones, de despedidas, de viajes. Tiempo de cosecha, de alegrías y de desconsuelos, de propósitos de la enmienda. Tiempo de revisión en todo caso.
Y este es el aspecto en el que me quiero fijar para este artículo, en la revisión. Está tan extendido esto de vivir deprisa que no nos da tiempo a pararnos en casi nada. Ya sé que no podemos salirnos de la época en la que nos ha tocado vivir, pero eso de ir siempre contrarreloj a mí me parece una fatalidad a combatir, más aún, un error porque viviendo de manera acelerada no hay manera de que las cosas importantes maduren ni tampoco de saborear la vida. ¿Se sabe de algo que necesitando madurar pueda hacerlo sin tiempo de reposo suficiente? Doy por supuesto que a la respuesta “no” le quedan pocas escapatorias. Aun así, cabe esperar que haya quien se pregunte qué pasa si la vida no se saborea. Si hubiera alguien que se hiciera esta pregunta, hay que responder que pasar, pasar, no pasa nada, solo que una vida sin saboreo es una vida sin sabiduría, que ambas cosas, saboreo y sabiduría, son uno y lo mismo.
He creído necesario hacer este inciso de pasada, pero vamos con lo que nos ocupa y digamos que aunque los tiempos nos impongan este modo de vida rico en ajetreo y esacaso en sosiego, si queremos hacer las cosas bien, no hay más remedio que abrir un paréntesis en medio de las prisas para hacer esta tarea de revisión, la cual es muy aconsejable en todos los campos y especialmente en este de la enseñanza. Las ocupaciones que llenan nuestro tiempo son tan variadas como lo es la vida, pero cualesquiera que sean esas ocupaciones, todas ellas necesitan de ser revisadas despacio, o, si se prefiere, con calma. Como cualquier otro quehacer, este de revisar tiene sus exigencias, las cuales determinan los criterios de revisión. Para lo que nos interesa, que es la revisión del curso escolar, señalamos cuatro criterios:
1. El primero es la edad. Es de experiencia común que durante la infancia el tiempo se percibe de manera muy distinta a como se va percibiendo según avanzamos en edad. En la percepción del tiempo intervienen varias causas, una de las cuales es la edad; no es que sea la única pero sí es decisiva. No deja de ser curioso que la percepción del tiempo dependa de los años que llevamos percibiéndolo. El gran salto psicológico para la percepción del tiempo está en el desarrollo del pensamiento abstracto. En la infancia, al no haber pensamiento abstracto, el tiempo no se puede vivir sino en presente porque el presente no puede ser abstracto; el presente, el aquí y el ahora, son siempre concretos. No tendría ningún sentido, pues, tratar de hacer una revisión global de todo el curso durante cualquiera de los años de la infancia. Revisar, para un niño, es tarea que hay que hacer de cada día y cada día varias veces; también lo es para un joven o para un adulto, pero al echar la vista atrás, estos pueden hacerse una idea global y el niño, en cambio, no puede, no porque no recuerde, que sí recuerda, pero lo que recuerda son cosas concretas que siempre están muy lejanas. Para un niño de Primaria el curso son las notas y por este mismo motivo a las notas las llamamos calificaciones, ya que ‘califican’ a la persona en su rendimiento académico. No es que no lo sean para un adolescente, pero al adolescente hay que iniciarle en una tarea de revisión de mayor hondura.
No quiero abandonar este primer punto sin decir algo que me parece del mayor interés y es sobre las dificultades que tenemos para manejarnos con el tiempo. Decía San Agustín que él tenía la noción de tiempo absolutamente clara siempre que no se le preguntara y tuviera que explicarla. Y yo me barrunto que algo parecido nos pasaría a más de uno si se nos pidiera definir el tiempo. ¿Sabemos qué es el tiempo? Cuando he hecho esta pregunta en clase siempre me he encontrado con alguien respondiendo que el tiempo es lo que miden los relojes. Eso es cierto, pero eso no define y en consecuencia tal respuesta no sirve para nada. Esa es la dimensión objetiva del tiempo ya que cada día lo tenemos dividido en veinticuatro horas exactamente iguales, toda ellas de sesenta minutos, cada uno de los cuales a su vez, son sesenta segundos. Esa es la medición, pero la percepción y la vivencia del tiempo es otra cosa que no entiende mucho de relojes ni cronómetros. Todos sabemos que en la vida práctica no es lo mismo una hora en la sala de espera de un quirófano que una hora de fiesta agradable o de sueño profundo. Y además, los relojes no sirven para los períodos largos, los años no se miden con relojes.

No tengo intención de alargar este asunto que, como se ve, tiene su complejidad, pero baste con esta pincelada para caer en la cuenta de que el tiempo en su dimensión subjetiva no es algo tan fijo ni tan sencillo ni tan fácil de encajar en mediciones ni en aparatos. Y es que en definitiva, el tiempo no es una “cosa” externa a nosotros, como lo pueden ser los objetos que voy sorteando cuando ando por la calle. Mi tiempo soy yo, mi tiempo es mi propia vida y eso podemos decirlo cada uno al tomar conciencia de que nuestro tiempo empezó cuando empezó nuestra vida y llegará a su fin cuando la vida se acabe. Echemos mano de la lógica: Si el fin de la vida es lo que llamamos muerte y el fin de nuestro tiempo es también la misma muerte, entonces es que -entendido en clave personal- el tiempo y la vida son lo mismo.
Fin de la vida = Muerte
Fin del tiempo = Muerte
Siempre ha llamado mucho mi atención, por dos razones, algo que el hombre de fe le pide a Dios con esta oración del salmo 89, 12: “Enséñanos a calcular nuestros años para que adquiramos un corazón sensato”. Lo primero que despierta mi atención es que si la Palabra de Dios nos hace pedirle al Señor que nos enseñe a calcular nuestros años, “y la Escritura no puede fallar” (Jn 10, 35), eso quiere decir que nosotros por nosotros mismos no sabemos. La cuestión no está, ya se entiende, en saber contar; calcular nuestros años no es saber cuántos tenemos, ni cuánto falta para tener uno más, sino saber acerca de nosotros mismos. No es un problema de cómputo, sino de autogobierno. No demos por hecho que lo sabemos porque hayamos vivido ya muchos, no lo sabemos, y por eso hay que pedirlo. Dios, porque nos toma muy en serio, no nos hace pedir cosas innecesarias. Si a través de su Palabra pone en nuestros la petición “enséñanos a calcular nuestros años” es por dos motivos: porque podemos aprender y porque lo necesitamos. Y si nosotros, los adultos, no sabemos, ¿cómo lo va a saber un niño o un adolescente?
Lo segundo que me llama la atención es la finalidad: “Para que adquiramos un corazón sensato”, de donde podemos extraer la idea de que acertar en el manejo de nuestro tiempo personal es prueba de sensatez y buen juicio. Si ahora unimos las dos cosas, una, que el tiempo personal es nuestra propia vida, y dos, que saber calcularlo es prueba de sensatez, hay que concluir que habérselas bien con el tiempo, atinar en su manejo, equivale a vivir prudentemente, con sensatez. Ahora bien, si esto es así, hay que aceptar también lo contrario, lo cual supone que las dificultades para calcular los años, para gestionar su tiempo, es síntoma de insensatez. El gran escollo con el que se encuentra quien no sabe gobernar su tiempo es que no sabe gobernar su vida, su propia persona. Al escribir esto, no quisiera yo que nadie se sintiera incómodo porque este es un arte en el que todos tenemos que aprender y mejorar, ya que en este campo todos somos deficitarios. Lejos de mí incomodar lo más mínimo a nadie con mis palabras, en las cuales no hay otra intención que ofrecer una pista de reflexión y ayuda por si alguien al leerlo y hacer su propia revisión pudiera verse afectado. Si así fuera, como esta cuestión del autogobierno tiene sus dificultades, aquí se le ofrece una vía para poner remedio. Porque lo tiene, empezando por pedirlo en la oración personal, utilizando las propias palabras de la Escritura: “Señor, enséñame a calcular mis años”.
2. El segundo criterio está en el valor que concedamos a las notas. Vaya por delante que tienen mucho. Las notas, dicho en términos generales, son una medida objetiva y muy ajustada a la verdad del rendimiento académico de la persona. Hacemos bien en darles valor porque lo tienen, pero dicho esto, de inmediato hay que añadir que su valor no es absoluto sino relativo y muchas veces, muy relativo. Las notas son mediciones muy precisas, y en según qué cosas, apurando hasta varios decimales, pero el valor que tienen no siempre es medible porque depende de un buen puñado de factores que escapan a la medición.
Para quien suspende por falta de esfuerzo o tiene notas por debajo de sus posibilidades, la revisión no debe ofrecer ningún problema. Ha suspendido porque no ha trabajado lo suficiente, sea poco, muy poco o nada. Si quiere encaminarse bien y actuar como debe, tendrá que asumir su responsabilidad, rectificar en lo que vea que ha fallado, tomar las medidas pertinentes y en adelante a funcionar tratando de desterrar los errores pasados. Estas situaciones, digo, no ofrecen mayores complicaciones. Otra cosa es quien puede presentar unos resultados muy buenos pero por debajo de sus posibilidades. Muy probablemente se verá tentado a justificarse con unas notas que objetivamente son buenas, con lo cual el reproche no tiene cabida. Y en cambio el reproche sí estaría justificado pues cada uno en nuestro campo de actividad debemos hacer rendir nuestras capacidades hasta donde den de sí. Esto no debe confundirse con el perfeccionismo porque no lo es. Rendir todo lo que se pueda, admitiendo los errores y tratando de subsanarlos es trabajar la perfección posible, a lo cual estamos todos obligados, mientras que el perfeccionismo es la búsqueda de una brillantez ideal, que no admite equivocaciones y que todo error lo considera un fracaso. Lo primero es una virtud, la laboriosidad, que, como toda virtud está en medio de dos extremos que son la holgazanería y el activismo. Por ser virtud, los actos derivados de ella producen sosiego, humildad y alegría, mientras que el perfeccionismo no tiene nada de virtud y cuando se cae en él, sus frutos son los contrarios: irritación, soberbia y tristeza.
3. El tercer criterio son las motivaciones. Este punto es muy interesante y debemos volver sobre él una y otra vez. Las motivaciones son las causas que van por delante de la acción, abriéndola camino y por las cuales hacemos lo que hacemos. Normalmente no hay una causa única, sino una principal y otras secundarias. Conviene preguntarse qué nos ha llevado a hacer las cosas de una determinada manera, ya que junto a la causa principal se encuentras adheridas -a veces camufladas- otras más o menos legítimas. En cuanto a la revisión del curso escolar, puede parecer que con aprobar el curso ya está cumplido el objetivo, pero ese logro, siendo muy bueno y muy loable, a la vez se queda corto. Durante la infancia tal vez puede valer, pero en la adolescencia ya no. Aprobar el curso podría ser, si vale el ejemplo, una meta volante, pero las metas volantes no son verdaderas metas; de hecho nadie se para a disfrutarlas. Las metas volantes, por ser volantes vuelan, son muy fugaces y si se disfrutan, se disfrutan sin detenerse. Estudiar para aprobar el curso es una meta, pero meta volante, que está en función de logros de más altura: conseguir una titulación, dar una satisfacción a los demás, sobre todo a los padres, afirmarse en que uno puede aspirar a metas mayores, etc. Y luego hay dos que tienen aún más peso porque su peso es de tipo moral: el cumplimiento de la propia obligación, y, para las personas de fe, la gloria de Dios. Acerca de esta última, que por sí misma es la motivación más alta, reconozcamos que no abunda demasiado. Si esta motivación se quiere someter a revisión, hay que proponer que la revisen en primer lugar los padres cristianos, porque son ellos los primeros responsables de ella.
4. En último lugar, hacer solo una indicación de tipo práctico por cuanto que la revisión no serviría de nada si se quedara en un mero ejercicio teórico. Al contrario, debe traducirse en medidas de confirmación de lo que se viene haciendo, de mejora o de rectificación. Por lo que respecta al curso académico, esas medidas deberán servir sobre todo para organizarse y hacer bien las cosas en el curso siguiente.
Para terminar creo que pueden venir bien unas palabras que hace cien años también sirvieron como conclusión de una exposición sobre el trabajo escolar, aunque no era el final de un artículo, como en este caso, sino una conferencia titulada “Aprendizaje y heroísmo”, dada en 1915 en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Su autor, Eugenio D’Ors, dirigiéndose a los residentes, cerraba así su intervención:
“Todo pasa. Pasan pompas y vanidades. Pasa la nombradía como la oscuridad. Nada quedará a fin de cuentas, de lo que hoy es la dulzura o el dolor de tus horas, su fatiga o su satisfacción. Una sola cosa, Aprendiz, Estudiante, hijo mío, una sola cosa te será contada, y es tu Obra Bien Hecha”.


La sabiduría de dialogar
Posted by Felipe Arizmendi Esquivel on 13 July, 2016



VER
Se han programado mesas de diálogo entre el gobierno federal y los maestros, tanto del Sindicato Nacional (SNTE), como de la Coordinadora (CNTE), para abordar asuntos educativos, políticos y sociales. Es de alabar que se haya llegado a esta decisión, que es el mejor camino para encontrar soluciones a la inestabilidad social que se produjo con las movilizaciones de quienes están inconformes con la llamada reforma educativa, aprobada por el Congreso Federal.
En estos días, disfruté mucho que dos grupos antagónicos de una parroquia, que llevaban 25 años en una actitud de rechazo mutuo por sus diferentes posturas políticas y eclesiales, finalmente pudieron llegar a unos acuerdos básicos para integrar el Consejo Parroquial con 8 personas de cada grupo y empezar a programar acciones conjuntas. Se escucharon con respeto y unos aceptaron las propuestas de los otros. Desde hace 16 años, yo les había insistido en dar este paso. Fue como un milagro, que me parecía imposible. Con humildad de corazón, se avanza; con orgullo y prepotencia, todo se pierde.
Escucharse es abrir la mente y el corazón para ponerse en el lugar del otro y tratar de comprender su posición. Dialogar no es conceder todo lo que se pide, sino analizar qué se puede y qué no se puede hacer. Es “saber perder”, para que ganemos todos. Es hacer a un lado el egoísmo personal y grupal, para el bien social.
Dialogar no es debilidad, sino madurez personal y social. Una persona que se niega a dialogar, se considera como la única poseedora de la verdad; se diviniza, se absolutiza; y todo absolutismo es dictatorial. Sólo Dios es la verdad plena y El no se impone, no es dictador, porque es amor, es cercanía, es misericordia, es perdón, es paciencia. Estos son los atributos de un verdadero diálogo.
PENSAR
El Papa Francisco, en su Exhortación La alegría del amor, en los Nos. 136-141, ofrece unos criterios para el diálogo en la familia, valederos para todo tipo de diálogo:
“El diálogo supone un largo y esforzado aprendizaje. El modo de preguntar, la forma de responder, el tono utilizado, el momento y muchos factores más, pueden condicionar la comunicación. Siempre es necesario desarrollar algunas actitudes que hacen posible el diálogo auténtico:
Darse tiempo, tiempo de calidad, que consiste en escuchar con paciencia y atención, hasta que el otro haya expresado todo lo que necesitaba. Esto requiere la ascesis de no empezar a hablar antes del momento adecuado. En lugar de comenzar a dar opiniones o consejos, hay que asegurarse de haber escuchado todo lo que el otro necesita decir. Esto implica hacer un silencio interior para escuchar sin ruidos en el corazón o en la mente: despojarse de toda prisa, dejar a un lado las propias necesidades y urgencias, hacer espacio.
Desarrollar el hábito de dar importancia real al otro. Se trata de valorar su persona, de reconocer que tiene derecho a existir, a pensar de manera autónoma y a ser feliz. Nunca hay que restarle importancia a lo que diga o reclame, aunque sea necesario expresar el propio punto de vista. Subyace aquí la convicción de que todos tienen algo que aportar. Es posible reconocer la verdad del otro, el valor de sus preocupaciones más hondas y el trasfondo de lo que dice, incluso detrás de palabras agresivas. Para ello hay que tratar de ponerse en su lugar e interpretar el fondo de su corazón.
Amplitud mental, para no encerrarse con obsesión en unas pocas ideas, y flexibilidad para poder modificar o completar las propias opiniones. Es posible que, de mi pensamiento y del pensamiento del otro pueda surgir una nueva síntesis que nos enriquezca a los dos. La unidad a la que hay que aspirar no es uniformidad, sino una unidad en la diversidad, o una diversidad reconciliada. También se necesita astucia para advertir a tiempo las interferencias que puedan aparecer. Es importante la capacidad de expresar lo que uno siente sin lastimar; utilizar un lenguaje y un modo de hablar que pueda ser más fácilmente aceptado o tolerado por el otro, aunque el contenido sea exigente; plantear los propios reclamos pero sin descargar la ira como forma de venganza, y evitar un lenguaje moralizante que sólo busque agredir, ironizar, culpar, herir”.
ACTUAR
Aprendamos a dialogar, que es escuchar, comprender, valorar, aprender, cambiar, controlar impulsos, pedir perdón, agradecer. Con la fuerza del Espíritu, se puede.


San Camilo de Lelis – 14 de julio
Posted by Isabel Orellana Vilches on 13 July, 2016



(ZENIT – Madrid).- «Por este Cristo mío, yo caminaría día y noche hasta el infierno; por lo que digan los hombres, no levantaría la mano», afirmó este fundador de los camilos, lleno de pasión, sin despegar sus ojos de un crucifijo. Cuando nació en Bucchianico, Italia, el 25 de mayo de 1550, su madre era de edad avanzada y había perdido a otro hijo anterior. Volcó toda su ternura en él, enseñándole a amar a Dios y al prójimo, hasta que la muerte los separó cuando el muchacho tenía la difícil edad de 13 años. Tuvo tiempo de constatar que, pese a sus delicadas atenciones, Camilo mostraba un carácter harto pendenciero. Estaba seducido en exceso por ciertos vicios, y realizaba alguna que otra fechoría. Escuchaba sus buenos consejos, pero enseguida los olvidaba. Juan, su padre, quiso encaminarle al estudio de las letras, pero fracasó. El joven quería imitarle en la carrera militar, y no pudo impedirlo.
A los 18 años se embarcó junto a su progenitor y a unos primos buscando gloria y dinero. Iban a enrolarse en una guerra contra el Turco, pero como Juan no tenía ni edad ni salud para esa aventura, tuvieron que retornar a casa. Por el camino, éste perdió la vida. Invadido por la miseria y el hambre, sin nadie en el mundo ni sombra de porvenir, con fiebre y el pie herido, Camilo se encontró frente a sí mismo. De vuelta al hogar paterno, vio unos frailes y de su interior brotó el afán de hacerse franciscano. Al llegar a casa de su tío, que era religioso en L’Aquila, le confió su anhelo. Pero al tiempo que mejoraba, el noble pensamiento se esfumó y nuevamente le sobrevino la idea de implicarse en otras luchas. Antes, se fue a Roma al hospital de Incurables para curarse la llaga que se le había formado en el pie, y allí atendió a los enfermos hospitalizados, pero no enderezó su vida. Desafiando a la suerte de forma temeraria, se convirtió en un ludópata y fue expulsado del hospital. Después, emprendió una frenética carrera alistado en el ejército, que le iba sumiendo en un pozo sin fondo.
Durante cuatro años sus señas de identidad fueron toda clase de pasiones en las que predominaba el vicio del juego, hasta que lo perdió todo y se vio en la disyuntiva de convertirse en un ladrón o en un mendigo. Optó por esto último, y un señor que algo vio en este pordiosero, le propuso trabajar como peón de albañil para los frailes capuchinos. Acarreó borricos venciendo la humillación que eso suponía para alguien que había empuñado las armas. La ayuda que le prestaron los religiosos fue despertando en él elevados sentimientos que reverdecían con el recuerdo de los consejos maternos. Hallándose en peligro de muerte en alta mar, de nuevo había hecho voto de abrazar el carisma franciscano. En ese momento no olvidaba que un fraile le dijo: «Dios lo es todo, lo demás es nada». El padre Angelo lo había acogido en San Giovanni Rotondo hablándole de un amor incomparable: el divino. El 2 de febrero de 1575, yendo en un asno por el Valle del Infierno, camino de Manfredonia, sumido en estos pensamientos, se convirtió. Pidió perdón a Dios con toda su alma, volvió al convento y vistió el hábito capuchino.
A los pocos meses, como la llaga de su pie seguía abierta, los religiosos le sugirieron que la curase; era una condición para poder seguir en la Orden. Se trasladó a Roma al mismo hospital del que fue despedido tiempo atrás, y como no tenía medios para costear su tratamiento se prestó para servir a los enfermos. Durante cuatro años les prodigó ejemplares cuidados. Al cerrarse la llaga, regresó al convento, pese a que su confesor, san Felipe Neri, había querido disuadirlo. Estando allí, otra vez se abrió la herida y partió a Roma dirigiéndose al hospital de Incurables. Fue elegido gerente del mismo. Observaba con pesar que los enfermos no recibían la atención debida, y el 14 de agosto de 1582 pensó en «hombres piadosos y generosos, que no quieran saber nada de salarios o compensaciones de ningún tipo, sino guiados y movidos únicamente por el amor a Dios, y a estos pobres… que los cuiden con el amor que tiene una madre para con su hijo único enfermo…». En ello influyó también haber visto en el muelle a un enfermo desasistido.
Cursó estudios y fue ordenado sacerdote en 1584. Seguía adelante con la idea de contar con lo preciso para asistir a los enfermos convenientemente. Hacía todo lo que estaba a su alcance, llenándoles de ternura. Sencillo, y claro en su compromiso, cuando uno agradeció sus desvelos, advirtió: «Nada de ceremonias, hijo mío, tú eres mi dueño, eres otro Cristo, y yo soy tu esclavo». Algunos de sus cercanos colaboradores seguían sus pasos en esta delicada atención, compartían oraciones, meditación y lectura de textos espirituales. Con ellos puso los cimientos de su fundación ese mismo año, haciendo frente a discordias, rivalidades y envidias. Los problemas, incluidos los eclesiales, arreciaron cuando determinó dejar el centro junto a sus hombres. Hasta san Felipe Neri desaconsejó la nueva fundación. Siguió adelante y su obra fue aprobada por Sixto V en 1586.
Durante 36 años vivió con la llaga del pie abierta considerándola «gracia y misericordia de Dios» y «caricia divina». Nadie podía sospechar que también portaba esa cruz. Atendió a los enfermos heroicamente en medio de muchos contratiempos y epidemias de tifus y peste, en Nápoles, Roma, Milán… También se ocupó de los presos y de los moribundos. En 1613 las muchas fatigas y las enfermedades, que nunca le abandonaron, doblegaron su cuerpo, que no su espíritu. Culminando su vida, visitó a sus enfermos en el hospital con estas conmovedoras palabras: «Hermanos, me sentiría dichoso de morir aquí entre vosotros… me voy con el cuerpo, pero os dejo mi corazón…». Siempre antepuso su cuidado a cualquier otro deber aunque fuese con personas ilustres que acudían a él. Si en ese momento se hallaba atendiendo a alguno de ellos, rogaba: «Decidle que tenga paciencia; estoy ocupado con nuestro Señor Jesucristo». Murió el 14 de julio de 1614. Benedicto XIV lo canonizó el 29 de junio de 1746.