Servicio diario - 11 de julio de 2017


Nuevo criterio para las beatificaciones: perder la vida por el prójimo, por amor de Jesús
Redacción

Texto de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio “maiorem hac dilectionem” sobre el ofrecimiento de la vida
Redacción

Venezuela – Los obispos a Maduro: retirar la convocatoria de una Constituyente
Redacción

El hábito de Madre Teresa es una marca registrada
Redacción

Obispos de Panamá en Plenaria: Los jóvenes ya están viviendo la JMJ
Redacción

San Juan Gualberto – 12 de julio
Sergio Mora

Domingo XV del Tiempo ordinario
Antonio Rivero


 

11 julio 2017
Redacción

Nuevo criterio para las beatificaciones: perder la vida por el prójimo, por amor de Jesús

Lo autoriza el Santo Padre a través del Motu proprio, ‘Maiorem hac dilectionem’ a pedido de la Congregación para la causa de los Santos

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 11 Jul. 2017).- El papa Francisco a través del Motu Proprio “Maiorem hac dilectionem”, ha abierto la posibilidad de abrir la causa de beatificación de “quienes empujados por la caridad han ofrecido heroicamente la propia vida por el prójimo aceptando libremente y voluntariamente una muerte cierta y prematura con la intención de seguir a Jesús”.

Sería por ejemplo el fiel que da su vida en un extremo acto de caridad, al asistir a un enfermo que le acabará contagiando una enfermedad mortal.

Esta nueva se suma a las otras tres causales ya existentes: la del martirio, la de las virtudes heroicas y la de las causas excepcionales, indica el documento pontificio divulgado este martes por la Oficina de prensa de la Santa Sede.

Y si bien estas tres vías están abiertas y se puedan recorrer, parece que no sean suficientes para interpretar todos los casos posibles de santidad canonizable. Por ello últimamente, explica L’Osservatore Romano, la Congregación de la Causa de los Santos se planteó la pregunta “si no merezcan la beatificación aquellos siervos de Dios que inspirados por el ejemplo de Cristo, hayan libremente y voluntariamente ofrecido e inmolado la propia vida por los hermanos en un supremo acto de caridad, que haya sido directamente causa de muerte”.

El diario del Vaticano indica que se trata de “una cuarta vía que podríamos llamar la oferta de la vida. Y si bien tiene elementos que la asemejan a la vía del martirio y a la de las virtudes heroicas, es una nueva vía que quiere valorizar un testimonio heroico cristiano, hasta ahora sin un procedimiento específico, porque no entra plenamente en la tipología del martirio, ni en las de las virtudes heroicas.

La nueva disposición recibió el 27 de septiembre de 2016 en sesión plenaria, el parecer favorable de la Congregación de las Causas de los Santos.

El Motu Proprio establece por tanto que “el ofrecimiento de la vida es una nueva causal en el proceso de beatificación y canonización, distinta de los casos del martirio y de la heroicidad de las virtudes”.

El Motu proprio formula así el ofrecimiento de la vida: “Si resulta probado el ofrecimiento de la vida hasta la muerte debido a la caridad, así como a las virtudes cristianas ejercitadas al menos en grado ordinario”.

 

 

11/07/2017-10:00
Redaccion

Texto de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio “maiorem hac dilectionem” sobre el ofrecimiento de la vida

Carta Apostólica en forma de Motu Proprio “maiorem hac dilectionem” sobre el ofrecimiento de la vida

“Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn 15, 13). Son dignos de consideración y honor especial aquellos cristianos que, siguiendo más de cerca los pasos y las enseñanzas del Señor Jesús, han ofrecido voluntaria y libremente su vida por los demás y perseverado hasta la muerte en este
propósito.
Es cierto que el ofrecimiento heroico de la vida, sugerido y sostenido por la caridad, expresa una imitación verdadera, completa y ejemplar de Cristo y, por tanto, es merecedor de la admiración que la comunidad de los fieles suele reservar a los que han aceptado voluntariamente el martirio de sangre o han
ejercido heroicamente las virtudes cristianas.
Confortado por la opinión favorable de la Congregación para las Causas de los Santos, que en el Pleno del 27 de septiembre de 2016 estudió cuidadosamente si estos cristianos merecen la beatificación, establezco que se observen las siguientes normas:

ART. 1
El ofrecimiento de la vida es un nuevo caso del iter de beatificación y
canonización, distinto del caso de martirio y de heroicidad de las virtudes

ART. 2
El ofrecimiento de la vida, para que sea válido y eficaz para la beatificación de un
Siervo de Dios, debe cumplir los siguientes criterios:

a) ofrecimiento libre y voluntario de la vida y heroica aceptación propter caritatem de una muerte segura, y a corto plazo;
b) relación entre el ofrecimiento de la vida y la muerte prematura;
c) el ejercicio, por lo menos en grado ordinario, de las virtudes cristianas antes
del ofrecimiento de la vida y, después, hasta la muerte;
d) existencia de la fama de santidad y de los signos, al menos después de la
muerte;
e) necesidad del milagro para la beatificación, sucedido después de la muerte del Siervo de Dios y por su intercesión.

ART. 3
La celebración de la encuesta diocesana o eparquial y la relativa Positio están reguladas por la Constitución Apostólica Divinus perfectiones Magister
del 25 de enero de 1983, en Acta Apostolicae Sedis Vol LXXV (1983, 349-355), y por las Normae servandae in inquisitionibus ab Episcopis facendis in Causis Sanctorum de 7 de febrero del mismo año en Acta Apostolicae Sedis
Vol. LXXV (1983, 396-403), excepto en lo siguiente.
ART. 4
La Positio sobre el ofrecimiento de vida debe responder al dubium: An constet de heroica oblatione vitae usque ad mortem propter caritatem necnon de virtutibus christianis, saltem in gradu ordinario, in casu et aa effectum de quo agitur.

ART. 5
Los siguientes artículos de la citada Constitución Apostólica se modifican como sigue:

Art. 1: “Compete a los obispos diocesanos y de más jerarquías equiparadas en derecho, dentro de los límites de su jurisdicción, sea de oficio, sea a instancias de fieles o de grupos legítimamente constituidos o de sus procuradores, el derecho a investigar sobre la vida, virtudes , ofrecimiento de la vida o martirio y fama de santidad , de ofrecimiento de la vida o martirio, milagros atribuidos, y, si se considera necesario, el antiguo culto al Siervo de Dios, cuya canonización se pide “.
Art 2.5.: “Hágase por separado el examen de los milagros atribuidos y el examen de las virtudes, del ofrecimiento de la vida o del martirio. “.
Art. 7.1.: “Estudiar juntamente con los colaboradores externos las causas a ellos encomendadas y preparar las ponencias sobre las virtudes , sobre el ofrecimiento de la vida o sobre el martirio “.
Art 13.2.: “Determínese a qué relator a de ser confiada la causa, si en dicho Congreso se juzgare que dicha causa ha sido instruida conforme a las normas de la ley; el relator junto con un colaborador externo, elabore la ponencia sobre las virtudes, sobre el ofrecimiento de la vida o sobre el martirio según las reglas de la crítica que se observan en hagiografía. “.

ART. 6
Los siguientes artículos de la mencionada Normae servandae in inquisitionibus ab Episcopis facendis in Causis Sanctorumse modifican como sigue:

Art. 7:“La causa puede ser reciente o antigua. Será reciente si el martirio o las virtudes o el ofrecimiento de la vida del Siervo de Dios pueden probarse por las declaraciones orales de testigos oculares; será antigua si las pruebas sobre el martirio o sobre las virtudes sólo pueden fundarse en fuentes escritas. “.

Art. 10.1 °: “tanto en las causas recientes como en las antiguas, una biografía del Siervo de Dios, de cierto rigor histórico, si la hay; o, si no la hubiera, una relación muy cuidada, compuesta cronológicamente, sobre la vida y hechos del mismo Siervo de Dios, sobre sus virtudes o sobre el ofrecimiento de la vida o sobre el martirio, sobre la fama de santidad y de milagros, sin omitir cuanto parezca contrario o menos favorable a la misma causa. ”

Art. 10.3 °: solamente en las causas recientes, una lista de personas que puedan ayudar a esclarecer la verdad sobre las virtudes o sobre el ofrecimiento de la vida o sobre el martirio del Siervo de Dios, sobre la fama de santidad o de milagros y también de las personas que se opongan a ello.”

Art. 15, a: “Recibido este informe, el Obispo haga entrega al promotor de justicia, o a otro experto en estas cosas, de todo lo que hasta ahora ha ido recibiendo, a fin de que prepare unos interrogatorios apropiados para dilucidar la verdad sobre la vida del Siervo de Dios, sobre las virtudes , el ofrecimiento de la vida o el martirio, sobre la fama de santidad, de ofrecimiento de la vida o del martirio.”.

Art. 15, b: “En las causas antiguas, los interrogatorios se referirán únicamente a la fama de santidad, de ofrecimiento de la vida o del martirio que aún se dé en la actualidad y, si fuera el caso, al culto que se haya tributado al Siervo de Dios en los últimos tiempos.”

Art. 19: “Para probar el martirio o el ejercicio de las virtudes, o el ofrecimiento de la vida, así como la fama de milagros de un Siervo de Dios que perteneció a un Instituto de vida consagrada, una parte notable de los testigos debe ser ajena al instituto, salvo que por la vida peculiar del Siervo de Dios eso no sea posible. “.

Art. 32: “La investigación sobre los milagros ha de instruirse separadamente de la de las virtudes, del ofrecimiento de la vida o del martirio y ha de hacerse según las normas que siguen ” .

Art. 36: “Se prohíben las solemnidades o panegíricos en las iglesias acerca de los Siervos de Dios cuya santidad de vida está aún sometida a legítimo examen. Y aun fuera de las iglesias, hay que abstenerse de cualquier acto que pueda inducir a los fieles a la falsa idea de que la investigación hecha por el Obispo sobre la vida y virtudes o el martirio o sobre el ofrecimiento de la vida del Siervo de Dios lleva consigo la certidumbre de su futura canonización “.

Todo lo que he deliberado con esta Carta Apostólica en forma de Motu proprio , ordeno que se observe en todas sus partes, no obstante cualquier disposición contraria, aunque digna de mención, y establezco que se promulgue mediante la publicación en el diario “L ‘ Osservatore Romano”, entrando en vigor el mismo
día de la promulgación y que, sucesivamente, se incorpore al Acta Apostolicae Sedis.

Dado en Roma, en San Pedro, el día 11 de julio, quinto de Nuestro Pontificado.

FRANCISCO

 

 

11/07/2017-09:44
Redacción

Venezuela – Los obispos a Maduro: retirar la convocatoria de una Constituyente

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 11 Jul. 2017).- Los arzobispos y obispos de Venezuela reunidos en la 108º Asamblea Ordinaria Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana, enviaron una carta al Presidente de la República Nicolás Maduro en la que solicitan reconocer la autonomía de los poderes públicos, retirar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente e implementar los acuerdos ya alcanzados.
“Nos anima el propósito de aportar luces y señalar caminos de solución, desde nuestra condición de pastores desde nuestra condición de pastores que caminamos con el pueblo, al que pertenecemos, y acompañando y consolando particularmente a los familiares de las víctimas, y a los más pobres y afligidos”, afirman.
Escriben además que “estamos convencidos de que sí Usted quiere resolver la grave crisis de escasez alimentaria, de medicinas y de inseguridad que está causando incontables víctimas, así como devolverle a Venezuela su plena institucionalidad democrática, contemplada en la Constitución”.
Para ello señalan que es urgente:
— Reconocer la autonomía de todos los poderes públicos y trabajar conjuntamente con ellos, particularmente con la Asamblea Nacional y la Fiscalía General de la República. — Retirar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.
— Asumir e implementar los acuerdos que se alcanzaron en la primera ronda de diálogo con la oposición.
Los obispos citan además los diversos llamados que ha hecho el Papa para que la situación nacional cambie. Entre ellos el del 8 de mayo de este año, cuando Francisco señaló que está persuadido “de que los graves problemas que atraviesa Venezuela, se pueden solucionar si hay voluntad de establecer puentes, de dialogar seriamente y de cumplir los acuerdos alcanzados”.
Los obispos, reunidos hasta mañana en la Centésima Octava Asamblea Ordinaria Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana, se ponen a disposición del presidente para trabajar por el reencuentro de todos los venezolanos.

La carta está firmada por la directiva de la CEV encabezada por su presidente, monseñor Diego Padrón Sánchez y su vicepresidente, José Luis Azuaje Ayala.

 

 

11/07/2017-17:05
Redacción

El hábito de Madre Teresa es una marca registrada

(ZENIT – Roma, 11 Jul. 2017).- El sarí, el vestido típico de la mujer india usado por madre Teresa de Calcuta, de color blanco con bordes azules ahora es una marca registrada. Lo informó hoy la Radio Vaticano citando a la agencia Asia News, precisando que el hábito escogido para las Misioneras de la Caridad, adoptado en el mundo entero desde 1950, ahora es reconocido de exclusiva propiedad intelectual de la congregación fundada por Santa Teresa de Calcuta hace 70 años atrás.
El Registro de Marcas de gobierno de la India permitió el reconocimiento del copyright después de tres años de un examen de los procedimientos legales y en concomitancia con el proceso de canonización de la Santa, que concluyó el 4 de septiembre de 2016 en la plaza de San Pedro, en el Vaticano.
De hecho el registro fue formalmente concedido a inicios del año pasado y sería del primer caso de copyright de una ropa religiosa en el mundo.
De acuerdo al abogado, las misioneras no desean publicidad y por esto no habían divulgado la noticia. Pero como se ve un uso impropio del hábito se quiso informar que está registrado.
El objetivo es proteger la reputación de madre Teresa a través del propio hábito usado
por la primer vez en 1948. Dos años después en 1950, fue reconocido como símbolo de paz y caridad en el mundo.

 

 

11/07/2017-10:38
Redacción

Obispos de Panamá en Plenaria: Los jóvenes ya están viviendo la JMJ

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 11 Jul. 2017).- Los obispos de Panamá reunidos en la Asamblea plenaria ordinaria, del 3 al 7 de julio, han explicado en rueda de prensa y en un comunicado que “con mucha alegría y compromiso ya se está viviendo la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en nuestro país”. Gracias también al himno y logo oficial y la presencia de la cruz peregrina y el icono de la Virgen de la JMJ.
Indican además que es “necesario despertar la alegría para ser anunciadores del Evangelio en el mundo juvenil” e invita a que la JMJ sea “como un encuentro con el Señor y sea el punto de partida para una nueva evangelización del mundo juvenil”.
Hablando de los jóvenes señalan además “las pocas oportunidades que se le ofrecen para su desarrollo personal, profesional y espiritual ante las ofertas de organizaciones delictivas que les proponen una vida sin esfuerzo alguno, sin ética ni moral, teniendo el riesgo de involucrarse con el crimen organizado”.
Por lo que se refiere a la familia, los obispos puntualizan que su promoción y defensa “es una misión y preocupación permanente, no solo cuando está amenazada por sectores que quieren imponer una ideología que va contra la naturaleza humana sino también en las situaciones difíciles para su desarrollo”.
Citando a la Amoris Laetitia indican que la familia “se ve amenazada por una serie de circunstancias”, como “una afectividad narcisista, inestable y cambiante; en una mentalidad antinatalista, el debilitamiento de la fe y la debilidad de las familias; y en una serie de problemas familiares que nacen de situaciones de pobreza, falta de educación, vivienda, salud, empleo; abuso y explotación”.
Los obispos además señalan que “la minería tanto a cielo abierto, como la clandestina, con sus efectos en el medio ambiente, los irreparables daños a la tierra y a las fuentes hídricas ponen al descubierto la necesidad de una legislación que regule con firmeza la explotación de los recursos mineros”.
Esto sumado a la búsqueda de nuevas fuentes de agua potable, optando en algunos casos por la posibilidad de nuevos embalses, exige prever las afectaciones para los habitantes de las zonas implicadas. Y piden se garantice el respeto a los derechos de los campesinos y de sus comunidades a la tierra y a su forma de vida, derecho al sustento. Y se den servicios de agua potable, electricidad, escuelas, centros de salud y carreteras, etc.
Piden además que se promueva una nueva cultura de la responsabilidad en el uso del agua.
Indican además la importancia de la Jornada mundial de los pobres instituida por el papa Francisco, que será este año 19 de noviembre y agradecen al nuncio Andrés Carrascosa Coso, que parte hacia Ecuador, “el servicio al lado de nuestras comunidades”, así como la reciente Visita Ad Limina, en la que se ha manifestado “la comunión de la Iglesia de Panamá con el Sucesor de Pedro, así como la comunión fraterna entre nosotros”.

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11/07/2017-04:10
Sergio Mora

San Juan Gualberto – 12 de julio

(ZENIT – Madrid).- Originario de Florencia, Italia, nació en el siglo X en el seno de una acomodada familia. Eran propietarios del castillo de Petroio, en Val di Pesa, un lugar frecuentado por Juan. Su formación era pésima; fue casi analfabeto, pero suplió esa deficiencia con sus muchas virtudes. Solo tuvo un hermano, Hugo, que era más joven que él. Tratándose del heredero, su padre había depositado en Juan muchos sueños; esperaba que escalase puestos de relevancia en el gobierno. Entonces la sociedad estaba inmersa en continuos conflictos. En medio de ellos, en 1003, el día de Viernes Santo, Hugo fue asesinado sin que haya noticia de la verdadera causa de esta tragedia. Su padre y su hermano Juan, que entonces tenía 18 años, se propusieron tomar la justicia por su mano, hecho frecuente. Pero el asesino huyó. En otra ocasión, Juan se dirigía a Florencia en un caballo acompañado de un grupo de hombres armados, y en las inmediaciones de San Miniato se vio envuelto en una reyerta. Entre los oponentes reconoció al verdugo de su hermano y empuñó un arma para darle muerte cuando la súplica del criminal cayó sobre él como un rayo. El homicida, viéndose objeto de venganza y sin posibilidad alguna de huída, descendió del caballo y rogó hincado de rodillas: «Juan, hoy es Viernes Santo. Por Cristo que murió por nosotros en la cruz, perdóname la vida». Juan no se inmutó. El afán de saldar la deuda era mayor, y se dispuso a ejecutarlo cuando, nuevamente, en ese desesperado y último intento por salvar su vida, el hombre alzó los ojos al cielo con una conmovedora oración: «Jesús, Hijo de Dios, perdóname Tú al menos». Como un fogonazo, el santo recordó el gesto supremo de perdón que Cristo otorgó en la cruz, y envainó la espada. Ese acto de misericordia contra aquél que le había arrebatado a su único hermano, atrajo para sí mismo la gracia de Dios. Y dejando su cabalgadura, lo abrazó: «Por amor a Cristo, por la sangre que hoy derramó Jesús en la cruz, te perdono».
Poco después se dirigió al monasterio benedictino de San Miniato y se postró ante una imagen de Cristo crucificado, llevando en su corazón esta fuerte impresión de lo acontecido. Allí tuvo lugar un hecho extraordinario. La imagen del Redentor se inclinó hacia él y vislumbró en dulce gesto el infinito amor que le profesaba. Después, ya no fue el mismo. Lo primero que hizo en cuanto pudo, una vez abandonó las armas, fue acudir a un monasterio benedictino para ingresar en él. Su padre, profundamente contrariado por la noticia, se trasladó al convento con el firme propósito de disuadirlo. Pero fue inútil. Juan ya había decidido seguir a Cristo hasta el fin de sus días entregándole su vida como religioso. Al constatar su férrea determinación, su padre lo bendijo. Tras la muerte del abad, fue designado para sucederle. La simonía estaba en el aire, y él abandonó la comunidad habiendo denunciado tal práctica en la plaza pública de la localidad. A continuación, junto a otro religioso, eligió un lugar retirado para vivir en Camáldula. No le pareció suficientemente apartado, y se dispuso a partir de nuevo hacia Vallumbrosa. Al momento de la despedida, san Romualdo le vaticinó su misión como fundador. Y, en efecto, en ese lugar instituyó una nueva Orden que se rigió por la regla de san Benito de Nursia, si bien Juan la reformó. Las modificaciones que introdujo afectaban al trabajo manual de los monjes de coro, que suprimió, y además acogió a los hermanos legos siendo probablemente pionero dentro del monacato en la aceptación de estos «conversi».
Su mayor preocupación era mantener indemne la caridad que había de impregnar la vida comunitaria. ¿La clave?: «Para conservar inviolablemente esta virtud, es inmensamente útil la comunión de los hermanos reunidos en torno al gobierno de una sola persona». La atracción por la vida monacal se incrementó y surgieron muchas vocaciones. Con ellas pudo continuar fundando monasterios por la Toscana y regiones colindantes. Construyó escuelas para el estudio de la gramática, la retórica y otras artes. Los bienes que recababa de los ricos los destinaba al auxilio de los pobres. Su presencia y la de sus hermanos constituyeron un faro luminoso en la oscuridad espiritual en la que se hallaban muchos religiosos y laicos. Juan hizo frente a hechos deleznables como la simonía, el cisma, las herejías y el concubinato, poniendo un freno a la corrupción de costumbres. Muchos eclesiásticos, edificados por la vida de entrega que llevaban los monjes de Vallumbrosa, marcada por la oración, la penitencia, el silencio y la pobreza, se convirtieron de todo corazón abrazándose a la vida comunitaria.
En épocas de carencia y hambre, las gentes que acudían a pedir ayuda a Rozzuolo nunca partían con las manos vacías porque Dios obraba el prodigio de colmar sus necesidades sacándolas de las despensas monacales donde apenas había nada. A fuerza de escuchar la lectura de los textos sagrados que otros hacían a demanda suya, Juan se convirtió en un versado conocedor de la ley y de la Escritura. Hubo muchos momentos en los que tuvo que luchar contra el maligno; lo venció con la oración y la penitencia, asistido siempre por la gracia de Dios. Recibió los dones de profecía y de milagros. Los últimos años tuvo que lidiar con distintas enfermedades. Se retiró a Passignano y allí murió el 12 de julio del año 1073. Celestino III lo canonizó el 24 de octubre de 1193. En 1951 Pío XII lo proclamó patrono de los montes de Italia.

 

 

11/07/2017-06:22
Antonio Rivero

Domingo XV del Tiempo ordinario

Ciclo A – Textos: Is 55, 10-11; Rm 8, 18-23; Mt 13, 1-23

P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor de Humanidades Clásicas en el Centro de Noviciado y Humanidades y Ciencias de la Legión de Cristo en Monterrey (México).
Idea principal: Diversos tipos ante la Palabra que Dios siembra a diario en el corazón.
Resumen del mensaje: El primero es el torpe, el segundo es el aerostático; el
tercero es el agobiado; y el último, el bueno. No es problema del sembrador, que es magnífico. No es problema de la semilla, que tiene la potencia de germinar y dar fruto. El problema es el terreno donde cae esa semilla.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar, analicemos al primer tipo, el torpe. Hombre y mujer ligeros, superficiales, baratos. Tipo que no pasa de moda, que siempre se llevó. Es el vulgar, el sensorial que se tira la vida acodado a la venta de los sentidos. Personas fuera de juego, de la realidad, fuera del campo, gentes vereda. Gente que, ante palabras como religión, compromiso, activismo, operación testigo de Dios en el mundo...miran al interlocutor con ojos de pulpo en garaje y se preguntan qué es eso. Van por la vida como payasos de circo por el redondel, haciendo el pino: de cabeza y con los pies por alto. Y entonces la escala de valores se les queda al revés. O sea, arriba el amor, el dinero, el placer, el éxito, etc., y abajo la honradez, el trabajo, la virtud, la fidelidad, Dios. Personas religiosamente torpes. La Palabra de Dios bota, rebota y se la lleva en el pico el primer pájaro en vuelo rasante.
En segundo lugar, analicemos el segundo tipo, el aerostático. Hombre y mujer inconstantes. Ejemplar entusiasta a la primera, triunfalista a la segunda y acabado a la tercera...de cambio. Tampoco pasa de moda. Una idea grande, noble, mesiánica...es hidrógeno que le hincha, como a un globo, globo que, sin sacos terreros ni lastre de constancia en la barquilla, se eleva, se cansa, explota y cae hecho añicos. Peligrosos porque se entusiasman lo mismo para el bien que para el mal, la verdad o el error; son pólvora, ruido y humo pero ni carácter ni voluntad ni personalidad ni constancia ni madurez. Héroes por un día. La inconstancia es una roca tapizada de humus: cae la palabra de Dios y queda, brota espiga triunfal y muere en cuanto le pega el sol en las aristas.
En tercer lugar, analicemos el tercer tipo, el agobiado. Es ese que lee el periódico mientras desayuna, despacha asuntos mientras come, se informa de las noticias mientras cena y, mientras duerme, planifica los asuntos que al día siguiente resolverá mientras desayuna, come y cena. Gentes con tiempo para todo, sin tiempo para nada, sin zonas verdes para el espíritu, barbechos para abrojos y cardos borriqueros. Que caiga ahora, mansa y humilde, la palabra de Dios inspirador, exigente...y ¡a morir! Y nos queda por analizar también el bueno. Tiene la sabiduría reposada. Le da la acogida que el torpe le negó. Le ofrece la seriedad que no le dio el aerostático. Le tiende la dedicación que se escondió el agobiado. Este deberíamos ser todos. Aquí la palabra de Dios fructifica según la capacidad y los talentos de cada uno. Y reparte por doquier migajas de su fruto: en casa, en el trabajo, en la plaza, en la iglesia. Y todos, tan contentos. Y con esas migajas alimentamos a los necesitados, a los pobres y a los enfermos.
Finalmente, analicemos el terreno bueno. Tierra fértil, limpia, preparada, húmeda, buena, como Samaria (cf. Jn 4,35-37; Hech 8,5-12); los 3000 en el día de Pentecostés (Hech 2,41); el eunuco (Hech 8,35-39); Saulo de Tarso (Hech 9,18; 22,16; 26,19); Cornelio (Hech 10,33,48); Lidia (Hech 16,13-15); el carcelero (Hech 16,30-34); los corintios (Hech 18,10); y los efesios (Hech 19,1-
5). Este terreno oye la palabra, la entiende, la obedece y lleva fruto. Riega la semilla en la oración. La escarda con el sacrificio. La cuida con la vigilancia para
que no entren raposas y se la coman. “Son los que con corazón bueno y recto
retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia”. Es el corazón bueno que puede ser conmovido por las grandes verdades del evangelio, y que celosamente las guarda. Oye la palabra atentamente, la estudia, la entiende y la obedece no importa quién la predique, ni con qué motivos la predique, ni quién
más la obedezca, ni cuántas ofensas vengan. Tierra blanda, a diferencia del duro suelo, pedregoso; está limpia, a diferencia del terreno infectado por espinos. Aquí
las semillas se abren a la vida y dan una hermosa cosecha. El modelo perfecto de esta tierra buena es la Virgen María, en cuyo seno germinó Jesús.
Para reflexionar: ¿Cuál de los cuatro tipos soy? ¿Qué fruto estoy dando en mi vida personal, familiar, profesional, laboral, ministerial: cardos, espinas, piedras, pura hoja, ramas secas?
Para rezar: Señor, quiero ser terreno bueno para recibir tu semilla y producir fruto para la vida eterna. Ayúdame a arrancar de mi alma las piedras de mi soberbia, las espinas de mis deseos innobles. Que tome muy en serio tu semilla, pues está llamada a dar excelente fruto de virtudes en mi vida personal, familia, profesional. Que a ejemplo de tu Santísima Madre, yo reciba la semilla en la fe, la interiorice en la oración, me la apropie y me deje transformar por ella. Amén.