Servicio diario - 19 de febrero de 2018


 

Pablo VI será santo este año, confirma el Papa Francisco
Rosa Die Alcolea

Alemania: El Papa nombra a Peter Birkhofer obispo auxiliar de Freiburg im Breisgau
Redacción

EEUU: Católicos hispanos en el Congreso Atlántico Central
Enrique Soros

Nigeria: El Papa acepta la renuncia del obispo de Ahiara
Redacción

Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Sirios: Nuevo obispo de Curia
Redacción

ANÁLISIS: "Tú sigues siendo Pedro"
Redacción

Santos Jacinta y Francisco Marto, 20 de febrero
Isabel Orellana Vilches


 

 

19/02/2018-15:56
Rosa Die Alcolea

Pablo VI será santo este año, confirma el Papa Francisco

(ZENIT — 19 feb. 2018).- "Pablo VI será santo este año" anunció el Papa Francisco.

Durante su discurso en el encuentro con los párrocos de Roma que tuvo lugar el jueves, 15 de febrero de 2108, en la Basílica de san Juan de Letrán.

El Papa anunció que el Beato Pablo VI será canonizado en 2018. Se trata de un gran acontecimiento para la Iglesia Universal, para el cual aún no se ha establecido una fecha oficial.

"Hay dos obispos de Roma (recientes) ya santos (Juan XXIII y Juan Pablo II). Pablo VI será santo este año", declaró el Santo Padre.

Asimismo, el Pontífice Francisco señaló que Juan Pablo I podría ser beatificado, ya que su causa está abierta en la Congregación Pontificia. El Papa argentino añadió bromeando: "Y Benedicto y yo, estamos en lista de espera: recen por nosotros".

 

Milagro

Los cardenales expresaron el pasado 8 de febrero su opinión favorable para el reconocimiento de un milagro debido a la intercesión de Pablo VI.

El 13 de diciembre de 2017, los teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos aprobaron el reconocimiento del "milagro", mientras que la comisión médica había emitido previamente una opinión favorable.

La curación, que se produjo en 2014, se refiere a una niña pequeña de la región de Verona (Italia), Amanda, que, antes de su nacimiento, sobrevivió a un riesgo comprobado de aborto. Ella hará tres años en Navidad.

 

Beatificación

El Papa Francisco beatificó a Pablo VI (1897-1978) el 19 de octubre de 2014, al final del primer sínodo de obispos sobre la familia.

El Papa Benedicto XVI aprobó el decreto reconociendo que Pablo VI vivió las virtudes cristianas y humanas de una manera "heroica", 20 de diciembre de 2012.

Para la Beatificación, el milagro fue la inexplicable curación de un niño en el seno de su madre en California 18 años antes. El niño estaba amenazado de muerte o de graves malformaciones, lo que llevó a los médicos a aconsejar el aborto.

 

 

19/02/2018-18:31
Redacción

Alemania: El Papa nombra a Peter Birkhofer obispo auxiliar de Freiburg im Breisgau

(ZENIT — 19 feb. 2018).- El Santo Padre ha aceptado la renuncia de Monseñor Bernd Joachim Uhl al oficio de auxiliar de la archidiócesis de Freiburg im Breisgau en Alemania.

El Papa ha nombrado obispo auxiliar de la archidiócesis de Freiburg im Breisgau, Alemania, al Revdo. Peter Birkhofer, del clero de la misma archidiócesis, hasta ahora director de la Oficina diocesana de Misiones, Liturgia, Ecumenismo y Diálogo interreligioso, así como canónigo del Capítulo Metropolitano, asignándole la sede titular de Villamagna de Tripolitania.

 

Revdo. Peter Birkhofer

El reverendo Peter Birkhofer nació el 11 de junio de 1964 en Immenstaad am Bodensee, en la archidiócesis de Freiburg im Breisgau.

Completó sus estudios filosófico-teológicos en Friburgo.

Fue ordenado sacerdote el 11 de mayo de 1991 e incardinado en la archidiócesis de Freiburg.

Luego continuó su formación académica, obteniendo un doctorado en Teología en la Universidad de Friburgo.

De 1993 a 1994 fue vice-párroco en el decanato de Hechingen-Hohenzollern.

Desde 1995 ha sido capellán de escuela secundaria y rector del Centro Vocacional de la Conferencia Episcopal Alemana en Friburgo.


En 2003 pasó a ser vice-párroco y ceremoniero de la catedral y Administrador de la Obra de la Catedral.

Desde 2010, ha sido canónigo del Capítulo Metropolitano y director de la Oficina Diocesana para las Misiones, la Liturgia, el Ecumenismo y el Diálogo Interreligioso. También es presidente del círculo ecuménico "Arbeitskreis Christlicher Kirchen" de Baden-Württemberg.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

19/02/2018-18:21
Enrique Soros

EEUU: Católicos hispanos en el Congreso Atlántico Central

(ZENIT — 19 feb. 2018).- El Congreso Atlántico Central en Estados Unidos, dedicado a la formación de líderes católicos, con el objetivo de profundizar la fe y potenciar el liderazgo, tuvo este año su séptima edición.

Está organizado por la arquidiócesis de Baltimore y por la Asociación de Editores Católicos, ACP, por sus siglas en inglés, cuenta con unas cien editoriales católicas que exponen sus publicaciones y la participación de 1.500 líderes católicos, que por tres días tienen acceso a unas 75 charlas y talleres que versan sobre la fe, evangelización, pastoral, catequesis y cuestiones prácticas, como ser la administración parroquial.

Este año, el MAC, abreviatura en inglés de Congreso Atlántico Central, tuvo lugar entre el 15 y el 17 de febrero, y su lema fue "La Esperanza está en el Señor. La esperanza no desanima. La esperanza nos envía." Como siempre, este evento se desarrolla en la ciudad de Baltimore, atrayendo la presencia de líderes de Washington, DC, Maryland, Nueva York, Delaware, Pensilvania y Virginia, entre otros estados.

 

Cardenal Tagle

Una de las conferencias principales estuvo a cargo del Cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila y presidente de Cáritas Internacional, quien presidió la misa del día jueves. Tanto en su charla como en la homilía de la misa se centró en el aspecto de la esperanza cristiana.

El Cardenal Tagle es un promotor de la justicia social de la Iglesia, la cual desde el mismo Cristo, interpela al cristiano a estar junto al más necesitado. Uno de los puntos centrales de su lucha por los que sufren, es proteger al migrante, acogerlo y brindarle la máxima dignidad posible.

La misa del día viernes fue presidida por Mons. William Lori, arzobispo de Baltimore, y fue concelebrada por Mons. Mark Brennan y Mons. Adam Parker, obispos auxiliares de Baltimore, y por Mons. Nelson Pérez, obispo de Cleveland, Ohio.

 

Participación de los hispanos

El sábado fue la gran oportunidad de participación de los hispanos en el MAC. Ese día se ofreció un variado espectro conferencias y talleres en español, aparte de las charlas en inglés.

El Obispo Nelson Pérez, elegido como presidente de la comisión de Diversidad Cultural en la Iglesia por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, tuvo a su cargo la charla principal en español del día sábado. La misma versó sobre la importancia del discipulado, la cual se basa en la esperanza cristiana y la alegría.

A través diversas citas bíblicas y ejemplos bajados a la realidad, recorrió el tema de la esperanza, que debe acompañar al cristiano en todas las etapas de la vida. Así expresó que "Como el sembrador que confía en que la semilla dará sus frutos, así debemos confiar con certeza en la esperanza de salvación que nos ofrece Dios.

Lía Salinas, directora del Ministerio Hispano de la arquidiócesis de Baltimore expresó ante los presentes diversos aspectos relacionados con la misión de los latinos y sobre la pastoral hispana. La Hna. Inma Cuesta, coordinadora de la región episcopal IV por el V Encuentro de Pastoral Hispana, hizo mención a la importancia de participar en este momento clave de evangelización. Lía Salinas co-coordina la región mencionada.

 

Movimientos eclesiales

De entre los más variados talleres, cabe mencionar el de Kathia y Andrés Arango, quienes disertaron sobre la importancia de los movimientos eclesiales como agentes evangelizadores, especialmente en el tiempo en que la Iglesia está abocada a atraer a personas que se encuentran en las periferias, y a abrazar a los que se han alejado, invitándolos a regresar. Remarcaron que muchas organizaciones, programas y
proyectos pastorales fueron desarrollados para responder a este llamado, y acentuaron el rol protagónico que juegan los movimientos eclesiales, guiados por el Espíritu Santo, especialmente en medio de la comunidad hispana, en el camino de la evangelización de la cultura.

 

V Encuentro de Pastoral Hispana

El obispo Nelson Pérez ofreció en la tarde del sábado un taller sobre "Las Semillas del V Encuentro", junto a Javier Bustamante y Kathia Arango, recorriendo los campos que se han potenciado en la pastoral hispana en Estados Unidos gracias al V Encuentro.

Por su parte, Mar Muñoz-Visoso, secretaria ejecutiva de la comisión de Diversidad Cultural en la Iglesia por la Conferencia de Obispos de Estados Unidos, disertó junto a Lía Salinas, y Natasha Wilson, sobre "Mi llamado a ser un Discípulo Misionero: en mi comunidad y en solidaridad global", identificando herramientas y recursos que ayudan a servir a los marginados de la sociedad.

 

 

19/02/2018-18:00
Redacción

Nigeria: El Papa acepta la renuncia del obispo de Ahiara

(ZENIT — 19 feb. 2018).- El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Ahiara (Nigeria), presentada por Mons. Peter Ebere Okpaleke.

Información publicada por la Santa Sede el lunes, 19 de febrero de 2018, en un comunicado.

Al mismo tiempo, ha nombrado a Mons. Lucius lwejuru Ugorji, obispo de Umuahia, como Administrador Apostólico sede vacante et ad nutum Sanctae Sedis de Ahiara.

 

 

19/02/2018-17:24
Redacción

Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Sirios: Nuevo obispo de Curia

(ZENIT — 19 feb. 2018).- El Santo Padre ha dado su consentimiento a la elección efectuada canónicamente por el Sínodo de los Obispos de la Iglesia Patriarcal de Antioquía de los Sirios, del sacerdote Charles Georges Mrad como obispo de Curia, asignándole la sede titular de Zorava.

 

D. Charles Georges Mrad

El reverendo Charles Georges Mrad nació el 15 de abril de 1969 en Beirut (Líbano).

Después de los estudios institucionales en el seminario de Charfet, consiguió la Licencia en Teología en la Universidad Saint-Esprit de Kalish y la de Derecho Civil en la Universidad "La Sagesse", Beirut. En 2003 obtuvo un Doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Lateranense.

Fue ordenado el 18 de julio de 1993 para la Eparquía Patriarcal donde, hasta ahora, ha desempeñado los ministerios de párroco, profesor universitario y juez en el Tribunal Patriarcal.

Habla con fluidez árabe, siríaco, francés, inglés e italiano.

© Librería Editorial Vaticano

 

 

19/02/2018-17:43
Redacción

ANÁLISIS: "Tú sigues siendo Pedro"

Esta semana a través de Internet se difundió una entrevista con el Emérito Papa Benedicto XVI dónde él reconocía y manifestaba "que estaba haciendo el camino a casa" y se le veía un tanto deteriorado, con dificultades para caminar. En fin caminando por ese sendero que a todos nos tocara hacer algún día, con la esperanza y sobre todo la confianza en la resurrección.

Pero a lo largo de estos años, ¿hemos sido conscientes del papel que cumplió el cardenal Ratzinger en nuestra amada Iglesia peregrina en la Tierra?

A fin de este mes se cumple un aniversario más de su renuncia al Papado, algo que nos deja varios mensajes.

Fue elegido Papa en 2005 y como se dice en el lenguaje coloquial venía con el viento en contra, ¿cómo ser Obispo de Roma después de casi 27 años de Juan Pablo II y su enorme legado?.

Pero "el humilde servidor de la viña del Señor", como él mismo lo anunció en aquel cónclave tomó la posta y aceptó el llamado del Señor. Pero lejos de ser un Papa de transición como algunos ahora lo bautizan, tuvo una ardua tarea. Llevó sobre sus espaldas los principales y más tristes escándalos de pedofilia y abuso sexual por parte de sacerdotes, la crisis de las faltas de las vocaciones. Reafirmó el dialogo interreligioso con religiones cristianas y no cristianas. Nos habló del amor de Dios y de la esperanza en sus dos encíclicas y escribió dos brillantes libros de teología.

Puso la casa en orden y cuando ya por su avanzada edad y su plena consciencia no pudo más seguir adelante, renunció, personificando así otra vez al Apóstol San Pedro que como nos muestra la historia de salvación: fue el apóstol más hombre de todos. Y con su renuncia nos regaló a Francisco.

¿Cuántos son capaces de renunciar para retirarse bien en este Mundo de poder?

Pero su vida ya estaba marcada por renuncias. Renunció a ser esposo, padre y abuelo por consagrase a Cristo. Renunció a una vejez tranquila, posiblemente en su Alemania natal, dedicado a sus otras pasiones ; el piano y la lectura, para pilotear la barca de Cristo en uno de los momentos más complejos y tormentosos.

Ahora recogido en oración y silencio nos recuerda las palabras de Juan el Bautista "es mejor que yo crezca y él disminuya", tanto si ese él viene unido al nuevo Pontífice o a Cristo a quién siempre sirvió.

Debemos rezar por Benedicto XVI, por todo lo que hizo y sigue haciendo por nosotros. Rezar para que el Señor lo acompañe en ese regreso a casa.

Gracias Papa Benedicto XVI, ¡tú sigues siendo Pedro!

 

Pablo D'Ellas
Diócesis Maldonado — Rocha de Uruguay

 

 

19/02/2018-18:38
Isabel Orellana Vilches

Santos Jacinta y Francisco Marto, 20 de febrero

«Mundialmente conocidos por ofrendar su vida pensando en los pecadores, bajo el influjo de María, estos pastorcitos portugueses, humildes y sencillos son un ejemplo de abnegación y sacrificio en defensa de la fe».

 

SANTOS JACINTA Y FRANCISCO MARTO

Junto con su hermano, el pequeño Francisco, y su prima Lucía, Jacinta compone la tríada de pastorcitos a los que se les apareció la Virgen María en Fátima. Francisco nació en Ajustrel el 11 de junio de 1908, y Jacinta vino al mundo en esa misma localidad el 11 de marzo de 1910. Lucía era la mayor, nació el 22 de marzo de 1907. Fue la superviviente de los tres. Falleció el 13 de febrero de 2005. Ella y los dos hermanos compartían confidencias, jugaban y rezaban unidos mientras cuidaban del rebaño. Lucía les hablaba de Cristo. El prodigio que aconteció con los niños se produjo entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917. El lugar elegido por la Virgen para hacerse presente ante ellos fue Coya da Iría. Como les sucedió a otros videntes, los pastorcitos también sintieron su corazón henchido de amor por Dios y por la humanidad, disponiéndose a ofrecer sus sufrimientos para rescate de los pecadores.

Sus desdichas aparecieron desde el primer instante en el que hicieron partícipes a otros de la celeste visión. Fueron objeto de malas interpretaciones y calumnias, perseguidos y encarcelados. Pero todo lo soportaron con paciencia y humildad dando pruebas de heroica fortaleza, pese a su corta edad. En particular Francisco actuó con hombría cuando fueron amenazados de muerte, a menos que declararan falsas las apariciones. Él infundió valor a Jacinta y a Lucía. Los tres se mantuvieron firmes: «Si nos matan no importa; vamos al cielo». De forma específica se hizo patente su espíritu martirial cuando le engañaron llevándose a su hermana, a la que supuestamente iban a sacrificar: «No se preocupen, no les diré nada; prefiero morir antes que eso». También fue palpable su inocencia evangélica y candor en el transcurso de su enfermedad. Siempre deseó consolar a Dios y a la Virgen en los que le pareció entrever su tristeza: «¿Nuestro Señor aún estará triste? Tengo tanta pena de que Él este así. Le ofrezco cuanto sacrificio yo puedo», confió a su prima. El Padre se llevó tempranamente junto a Él a este pequeño santo el 4 de abril de 1919.

Su hermana Jacinta, impresionada también por la pavorosa visión del infierno, oraba por la conversión de los pecadores: «¡Qué pena tengo de los pecadores! ¡Si yo pudiera mostrarles el infierno!». Ella, como su hermano y su prima, no ahorró mortificaciones ni sacrificios. Las apariciones pusieron al descubierto su espíritu misionero. Así como Francisco experimentaba inclinación a consolar a Dios y a María, Jacinta quería convertir a las almas rescatándolas del infierno. El amor a Dios la devoraba: «¡Cuánto amo a nuestro Señor! A veces siento que tengo fuego en el corazón pero que no me quema». Obtuvo la gracia de ver los sufrimientos del Santo Padre, que narró a su hermano y a su prima. Entonces unieron sus oraciones y elevaron insistentes plegarias por él, a la par que ofrecían sacrificios.

Los dos hermanos fueron testigos de hechos prodigiosos realizados por mediación de María, que se hizo eco de sus súplicas. Cuando veían que la atención recaía en ellos por haber sido agraciados con las visiones, actuaban con la misma sencillez y humildad de siempre, huyendo de la notoriedad. En concreto Jacinta fue bendecida con apariciones de la Virgen de la que no fueron testigos ni Francisco ni Lucía. Ésta admiraba a su prima; la vio madurar después de haberse comprometido con María a ofrecer su vida y aficiones —como el baile que le agradaba sobremanera— por los pecadores. Antes se había dejado llevar por un carácter voluble y oscilante que según fuesen las circunstancias se tornaba en gozo o en llanto.

Cuando al paso de los años Lucía hizo memoria de su acontecer, manifestó: «Jacinta fue, según me parece, aquella a quien la Santísima Virgen comunicó mayor abundancia de gracia, conocimiento de Dios y de la virtud. Tenía un porte siempre serio, modesto y amable, que parecería traslucir en todos sus actos una presencia de Dios propia de personas avanzadas ya en edad y de gran virtud. Ella era una niña solo en años [...]. Es admirable cómo captó el espíritu de oración y sacrificio que la Virgen nos recomendó. Conservo de ella una gran estima de santidad». Otra de las características de Jacinta fue su devoción por el Sagrado Corazón de Jesús, unida a la que sentía por María, y una especial dilección por el Santo Padre al que tenía presente en su ofrenda personal y en las oraciones compartidas con su hermano y con su prima.

La Virgen había advertido a Francisco y a Jacinta que sus vidas serían breves. Ésta padeció mucho antes de morir por una llaga abierta en el pecho, producto de la pleuresía que se infectó por falta de higiene: «Sufro mucho; pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María», confió a su prima Lucía. En una aparición, María le aseguró que vendría a buscarla. Voló a los brazos del Padre en un centro hospitalario de Lisboa, donde la llevaron casi in extremis esperando que se recuperara, el 20 de febrero de 1920, a los 10 años de edad. Ambos hermanos fueron trasladados al santuario de Fátima. Al abrir el sepulcro de Francisco vieron que el rosario que colocaron sobre su pecho aparecía enredado en sus dedos. En cuanto a Jacinta, al trasladarla al santuario, 15 años después de su muerte, constataron que su cuerpo estaba incorrupto. El 18 de abril de 1989 Juan Pablo II declaró venerables a los dos hermanos. El 13 de mayo de 2000, en el transcurso de su visita a Fátima, los beatificó en presencia de Lucía, la tercera vidente. El 13 de mayo de 2017 Francisco los canonizó.