Servicio diario - 09 de agosto de 2019


 

Francisco habla sobre el futuro de Europa, la situación migratoria y el sentido del Sínodo Amazónico
Larissa I López

Sínodo para la Amazonía y sinodalidad. ¿De qué se trata?
Enrique Soros

Día Internacional de los Pueblos Indígenas: Todos somos responsables de la creación
Anne Kurian

7° año de pontificado de Francisco: El Vaticano estrena una medalla
Redacción

Estados Unidos: Los obispos, preocupados ante el racismo y la xenofobia despertados en el país
Redacción

Irak: Garantizar a los cristianos su libertad civil y religiosa
Héléne Ginabat

Cuba: Comienza el Año Misionero
Redacción

Argentina: Los obispos apoyan el 'Día Internacional de Acción por las 2 vidas'
Larissa I López

República Dominicana: La Conferencia Episcopal lanza la iniciativa "Aprendiendo a querer"
Redacción

Beato Francisco Drzewiecki, 10 de agosto
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

09/08/2019-12:30
Larissa I. López

Francisco habla sobre el futuro de Europa, la situación migratoria y el sentido del Sínodo Amazónico

(ZENIT — 9 agosto 2019).- En una entrevista concedida a Domenico Agasso, periodista de La Stampa y coordinador de Vatican Insider, el Pontífice ha hablado de diversos temas: el futuro de Europa, el problema de los soberanismos y populismos, la situación de la migración, el sentido y finalidad del Sínodo de la Amazonía y la importancia de la región amazónica.

 

Europa

Al ser interrogado sobre su deseo de que Europa vuelva a ser "el sueño de los padres fundadores", el Papa Francisco señaló que "Europa no puede y no debe deshacerse. Es una unidad histórica y cultural, además de geográfica" que, con los años, "se ha visto debilitada" y "hay que salvarla".

Por otra parte, confesó que le gusta la idea de que Úrsula von der Leyen dirija la Comisión europea, ya que "una mujer puede ser adecuada para volver a poner en marcha la fuerza de los padres fundadores".

En cuanto a los desafíos futuros a los que se enfrenta Europa, destacó que el más importante es el diálogo "entre las partes, entre los hombres. El mecanismo mental debe ser 'primero Europa y luego cada uno de nosotros'. El 'cada uno de nosotros' no es secundario, es importante, pero cuenta más Europa. En la Unión Europea se debe hablar, discutir, conocer.

Asimismo, el Papa resaltó que en ocasiones no existe diálogo, solo "monólogos de compromiso" y es necesaria también "la escucha".

 

El peso de las identidades

Para establecer el diálogo, el Santo Padre afirmó que es preciso partir "desde la propia identidad". Ante ello, el periodista le interpeló en torno al peso de dichas identidades en los países, sobre si la exageración en la defensa de las mismas no supone un riesgo de aislamiento y de caer en el extremismo.

Francisco explicó, poniendo como ejemplo el diálogo ecuménico, que cada uno debe partir, efectivamente, de su propia identidad -el "ser católico" en su caso-, pues esta "no es negociable, se integra". Y agregó que el problema de la exageración es que dicha identidad se cierra.

De este modo, estima como decisivo el "abrirse al diálogo" desde la propia identidad "para recibir de las identidades de los demás algo más grande", pues "el todo es superior a las partes" y "la globalización, la unidad, no debe ser concebida como una esfera, sino como un poliedro: cada pueblo conserva la propia identidad en la unidad con los demás".

 

Soberanismos y populismos

En sus declaraciones, el Papa definió el soberanismo como una actitud de aislamiento y confesó su preocupación por ciertos discursos que hoy se emiten y que recuerdan a los de Hitler.
Al mismo tiempo, añadió que el soberanismo es "cerrazón": "Un país debe ser soberano, pero no cerrado. Hay que defender la soberanía, pero también hay que proteger y promover las relaciones con los demás países, con la Comunidad Europea" y concluyó que "el soberanismo es una exageración que siempre acaba mal: lleva a las guerras".

Además, describió que el populismo lleva al soberanismo, al imponer al pueblo dicha actitud populista.

 

Migración

Con respecto a la situación de los migrantes el Obispo de Roma recordó que nunca se debe descuidar el derecho a la vida y aludió a la necesidad de luchar por que se acaben los problemas de guerra y hambre en Medio Oriente y África. Para detener los flujos migratorios, parte de la solución, puntualizó, pasa por resolver las causas de los mismos.

Ante la llegada de los migrantes, propone seguir los criterios de recibir, acompañar, promover e integrar e incita a los gobiernos a actuar "con prudencia", a "razonar sobre la cantidad de emigrantes que se puedan acoger.

También plantea el diálogo entre los países para resolver los problemas de recepción, ya que hay naciones que "necesitan gente", para la agricultura o ante emergencias. Y también se refirió a la "creatividad", aplicada, por ejemplo, a la repoblación de zonas de Europa que están prácticamente vacías y que podrían reactivarse económicamente gracias a estas personas.

 

Sínodo de la Amazonía

El próximo Sínodo de la Amazonía para Francisco "Es 'hijo' de la Laudato si'", que "no es una Encíclica verde, es una Encíclica social, que se basa en una realidad 'verde', la custodia de la Creación".

Dado que el 29 de julio el hombre ya había consumido todos los recursos renovables para el año en curso, el Santo Padre considera que se trata de un Sínodo "de urgencia" y que, no obstante, "no es una reunión de científicos o de políticos", sino que "nace de la Iglesia y tendrá misión y dimensión evangelizadoras". Será un trabajo "guiado por el Espíritu Santo".

Además, el Pontífice aclaró que la posibilidad de ordenar a viri probati a hombres ancianos y casados no será un tema principal, solo un punto más en el plan de trabajo: "Lo importante serán los ministerios de la evangelización y las diferentes maneras de evangelizar.

 

Importancia de la Amazonía

La región amazónica es un lugar "representativo y decisivo" para el Papa, ya que "gran parte del oxígeno que respiramos llega desde allá", comprende 9 naciones y presenta una rica biodiversidad animal y vegetal. Por todo ello, la deforestación de la zona "significa matar a la humanidad".

La Amazonía se encuentra amenazada por "los intereses económicos y políticos de los sectores dominantes de la sociedad", indicó. Frente a ello, los políticos deberían "eliminar los propios contubernios y corrupciones" y "asumir responsabilidades concretas", como, por ejemplo, en el caso de las minas a cielo abierto que envenenan el agua y causan muchas enfermedades.

La pérdida de biodiversidad y la aparición de nuevas enfermedades constituyen dos de los grandes temores del Obispo de Roma, ya que evidencian "una dirección y una devastación de la naturaleza que podrían llevar a la muerte de la humanidad".

Finalmente, Francisco mencionó los numerosos movimientos de jóvenes ecologistas, como el de Greta Thunberg, una muestra de la concienciación de la población con respecto a este tema.

 

 

 

09/08/2019-14:43
Enrique Soros

Sínodo para la Amazonía y sinodalidad. ¿De qué se trata?

(ZENIT — 9 agosto 2019).- "El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio", afirma el Papa Francisco. Cada vez escuchamos más sobre la idea de una Iglesia sinodal, pero ¿qué significa? La sinodalidad es una de las características de la comunión eclesial, a través de la cual el pueblo de Dios, desde comunidades de base, parroquias, diócesis, etc., discierne la voz de Dios a través de realidades concretas, y, en el marco del Magisterio de la Iglesia, de la Palabra de Dios y de la doctrina de la Iglesia, busca dar una respuesta a los desafíos del tiempo. Es fundamental entender que se trata de un don de Dios, un abrirse a la inspiración del Espíritu Santo, que es quien invita a discernir, motivándonos a plantearnos los hechos, la realidad concreta, para responder con audacia con la palabra y con actos ante situaciones concretas que vive la sociedad y la Iglesia.

 

Ante el sínodo para la Amazonía

Entre el 6 y el 27 de octubre tendrá lugar el Sínodo especial para la Amazonía en Roma. El Instrumentum laboris para el Sínodo contiene una vasta riqueza que expresa la vida misma de los pueblos amazónicos y busca dar una respuesta a la complicada realidad que caracteriza a los pueblos originales que habitan la Amazonía. El documento mencionado, como todo proceso de discernimiento, ha generado diversas opiniones, discusiones y críticas, que son valiosas cuando se encuentran dentro de un marco de apertura comunitaria. Por el contrario, cuando parten de una postura monolítica, cuando no están abiertas en humildad, a la inspiración del Espíritu Santo, pueden generar divisiones e impedir importantes corrientes de la gracia. El Papa Francisco afirma que "hay una sola forma de hacer teología: de rodillas". Cada uno tiene razones justificadas para creer que su fuente de verdad es la correcta. El problema es cuando se absolutiza la propia y uno se cierra a comprender que la realidad puede ser más compleja y rica que la concepción que tiene de la misma.

La Iglesia latina estuvo marcada por la sinodalidad en sus primeros siglos y la ha ido recuperando a partir del Concilio Vaticano II. Entre medio, y por muchos siglos, la corriente de comunicación y decisiones en la Iglesia católica estuvo centrada en Roma, y desde allí se distribuía a las periferias. El camino sinodal es a la inversa, va de las periferias al centro. Esto causa inseguridad en muchos que temen que se produzcan cambios radicales en la Iglesia, que lo que fue tradición por tantos siglos, sea fagocitado por el modernismo. Pero en realidad no hay que temer, dado que el Santo Padre sigue siendo quien está a cargo de la Iglesia y ostenta la misma potestad de siempre como Pontífice. Y aquí surge una pregunta clave. Con sinodalidad o sin ella, es el Papa quien está a cargo de las decisiones trascendentales de la Iglesia, por mandato divino (Mt. 16, 18 ss). Si tenemos un espíritu filial, si sabemos que Jesús le ha dado al Papa esa potestad, podemos estar tranquilos que hará buen uso de ella. Y si dudáramos de la conveniencia de alguna decisión que toma, será ese espíritu filial el que nos ayude a recobrar fácilmente la paz.

 

Humildad y unidad están primero

Hemos tocado aquí un punto clave. Con sinodalidad o si ella, nuestra esencia como cristianos debe estar marcada a fuego por la humildad, el espíritu de comunidad, el amor mutuo, el construir una Iglesia fundamentada en la roca, en Pedro. Todos tenemos razones para pensar distinto. Pero solo se puede formar comunidad si somos capaces de abrirnos a la opinión del otro, sin preconceptos, o impidiendo que los mismos nos cieguen; y con el objeto de ser protectores del espíritu cristiano, no vaya a ser que lo perdamos en las acciones. No podemos abandonar el original espíritu cristiano para preservar lo que consideramos que es el original espíritu cristiano. O, no es espíritu cristiano el luchar por lo que consideramos valores, perdiendo justamente nuestros valores en medio de la lucha.

No debemos tener miedo. No podemos ser una Iglesia lejana a la realidad del mundo. Cristo un día nos va a preguntar si conservamos las monedas que nos dio, o si las invertimos, si las arriesgamos, para que den frutos. La vida del profeta está marcada por riesgos. No hay frutos sin que la semilla muera. Dios nos regaló el discernimiento para que lo pongamos en práctica, siempre dentro de una orgánica concepción de las enseñanzas de la Iglesia. Y no olvidemos la frase del Papa: "Prefiero mil veces una Iglesia accidentada, a una Iglesia enferma". El discernimiento, la sinodalidad, traerán consigo dificultades, pero no nos podemos dar el lujo ni de ser una Iglesia estática, ni del pasado. Dios es un Dios de la vida, que nos habla constantemente y que espera de nosotros que demos respuestas acordes a las realidades del mundo de hoy.

 

Ir a la periferia para conocer la realidad

Las realidades en el mundo son muy distintas y la respuesta de la Iglesia no puede ser siempre igual para todos. La Iglesia tiene la obligación de dar respuestas concretas a realidades concretas. Dado que el Papa no tiene en Roma la capacidad de conocer todas las realidades en profundidad, necesita que las distintas corrientes vitales lleguen a Roma, pero no solo para conocerlas y tomar decisiones, sino incluso para aprender de ellas y dejarse enriquecer por las mismas. Por eso, él mismo asevera que cuando quiere conocer la verdad, la realidad, se va del centro a la periferia. Los valores y principios no cambian, pero puede cambiar la forma de ver la realidad y de interactuar con ella.

 

Schoenstatt y el discernimiento

El camino sinodal no es consecuencia de personas que "inventaron" un nuevo sistema para tomar decisiones. Se trata más que nada de una actitud de vida de quienes quieren estar atentos a la guía del Espíritu Santo.

Podemos citar aquí el caso del Movimiento de Schoenstatt, que hace cien años, en este espíritu de discernimiento, definía su expansión al mundo. Poco después de que el padre José Kentenich fundara dicho movimiento con jóvenes seminaristas palotinos en 1914, los muchachos fueron enviados a la guerra. En 1918 regresaron a Schoenstatt con profundo celo apostólico. Habían contagiado del mismo a jóvenes que no eran seminaristas. De esta forma el padre Kentenich percibió que la Divina Providencia le estaba invitando a que no solo seminaristas palotinos formen parte de Schoenstatt, sino que el movimiento se expanda al mundo. Para esto, sería necesaria una nueva fundación, a la que se llamaría Federación Apostólica de Schoenstatt. Hoy podría entenderse como "Schoenstatt en salida", o el Movimiento de Schoenstatt con alcance universal. Esta fundación tuvo lugar el 20 de agosto de 1919, en Hórde, en las afueras de Dortmund, en Alemania. Justamente entre el 16 y el 18 de este mes se reunirán miembros del mencionado movimiento en el valle de Schoenstatt para celebrar el centenario de dicho acontecimiento.

 

El padre Kentenich no aparece

Allí se reunieron 24 muchachos para establecer los estatutos de la nueva fundación. Kentenich era consciente de lo que se jugaba en esta jornada. Él sabía que se estaba gestando un movimiento de alcance internacional, por los ideales que llevaba en su interior. Pero para sorpresa y desilusión de los muchachos, no se hizo presente en este encuentro. No se conformó con no marcarles lo que debían hacer; él quería confirmar que la fundación se tratara de la voluntad de Dios, y que los muchachos desarrollaran liderazgo, y por eso no quiso asistir. Los jóvenes sintieron así que de ellos dependía el éxito y la continuidad de este emprendimiento y trabajaron con entusiasmo para elaborar los estatutos fundacionales del movimiento.

 

Tres fuentes para el discernimiento

Se percibe aquí en forma muy explícita la forma de actuar del padre Kentenich. Él nunca tuvo planes propios. Su única meta fue estar abierto a los planes de Dios y seguirlos. Y para conocer la voluntad de Dios, descubrió que debía estar atento a tres fuentes. Una de ellas es la voz del tiempo: Dios nos habla a través de los grandes acontecimientos y de pequeños aconteceres de la vida diaria. Otra es la voz del alma: Dios nos habla a través de las voces interiores que suscita nuestro propio corazón y a través del alma de los demás. Y la otra es la voz del ser: Se trata del orden objetivo que Dios le da a todo lo creado. Este es un apasionante juego en diálogo con Dios a través de las distintas formas por las que Él se manifiesta a nosotros.

Cae de maduro que si solo nos circunscribiéramos a una fuente, por ejemplo a la voz del ser, al orden objetivo, y no lo pusiéramos en orgánica interrelación con las voces del tiempo y las del alma, nos podríamos estar perdiendo un mensaje esencial de Dios para un momento y lugar concreto.

 

Analogía con la sinodalidad

En un país como Alemania, donde la organización y perfección son características esenciales, hace ya un siglo, surgió el padre Kentenich con un estilo totalmente diferente al de la cultura y la época. Él necesitaba escuchar a los demás para actuar, porque ellos le confirmaban desde sus corazones si un hecho concreto realmente se trataba de la voluntad de Dios. El padre seguía cuatro pasos en sus procesos de acción: observar, discernir, realizar y evaluar. Desde la sinodalidad, se siguen prácticamente los mismos pasos: ver, juzgar y actuar.

El padre Kentenich llamó a la apertura total del corazón a la voluntad de Dios "fe práctica en la Divina Providencia". Práctica, porque no se trata de repetir simplemente lo que está marcado, escrito, sino que se trata de discernir, de ser creativo en el auscultar. La sinodalidad consiste justamente en ese proceso de descubrir el paso del Señor en medio de su pueblo.

 

La sinodalidad como Pueblo de Dios

Rodrigo Guerra López, miembro del Equipo Teológico del Consejo Espicopal Latinoaméricano, CELAM, afirma que "algunos piensan que la sinodalidad es una innovación reciente, un neologismo, con un poco de invención. Desde mi punto de vista, la Comisión Teológica Internacional ha hecho un gran servicio publicando recientemente el documento "La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia". En él se explica con gran rigor cómo la "novedad" del término "sinodalidad" no es tal, ya que esta palabra testimonia una adquisición que se viene madurando en la conciencia eclesial a partir del Magisterio del Concilio Vaticano II y de la experiencia vivida, en las Iglesias locales y en la Iglesia universal, sobre la forma específica de vivir y obrar como Pueblo de Dios que camina en la historia".

 

Abrámonos a las tres fuentes

No tengamos miedo a la sinodalidad. En todo caso, tengamos reticencia a utilizar una sola de las fuentes a través de las cuales Dios quiere hablar a su pueblo. Dios nos sigue hablando, Dios sigue creando en su Iglesia, sigue transformando. La esencia no cambia. La doctrina no cambia. Pero si queremos ser profetas en un mundo que necesita desesperadamente respuestas acordes a los tiempos que corren, no podemos quedarnos en nuestra zona de confort, donde "todo está escrito". Debemos salir a las periferias existenciales a evangelizar. Y para ello, debemos ser primero profetas de la escucha y el discernimiento.

 

Enrique Soros y REPAM

 

 

 

09/08/2019-16:12
Anne Kurian

Día Internacional de los Pueblos Indígenas: Todos somos responsables de la creación

(ZENIT — 9 agosto 2019).- "Los pueblos indígenas, con su variedad de lenguas, culturas, tradiciones y conocimientos ancestrales, nos recuerdan que todos somos responsables del cuidado de la creación que Dios nos ha confiado". Es el tweet del Papa Francisco para el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, el 9 de agosto de 2019.

Según cifras de las Naciones Unidas, los pueblos indígenas suponen unos 370 millones de personas y viven en 90 países. Aunque solo representan el 5% de la población mundial, constituyen actualmente el 15% de los individuos más marginados del planeta. Cuentan con no menos de 5.000 culturas diferentes y hablan la gran mayoría de los aproximadamente 7.000 idiomas del mundo.

El Papa suele alzar su voz a favor de los pueblos indígenas. El 13 de febrero, recibió a los participantes en la 4ª Reunión Mundial del Foro de los Pueblos Indígenas, convocada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola. "Nuestro planeta es rico en recursos naturales", declaró. "Y los pueblos indígenas, con su gran diversidad de lenguas, culturas, tradiciones, conocimientos y métodos ancestrales, se están convirtiendo en una alarma para todos que pone en evidencia el hecho de que el hombre no es el propietario de la naturaleza, sino solo el que la maneja, el que tiene la vocación de velar por ella con cuidado, para que no se pierda su biodiversidad y para que el agua pueda seguir siendo sana y cristalina, el aire puro, los bosques densos y el suelo fértil".

"Los pueblos indígenas son un grito vivo de esperanza", continuó el Papa. Nos recuerdan que nosotros, los seres humanos, tenemos la responsabilidad común de cuidar de nuestra 'casa común"'. Y si algunas de las decisiones tomadas hasta ahora lo han arruinado, nunca es demasiado tarde para aprender la lección y adquirir un nuevo estilo de vida. Se trata de adoptar una forma de proceder que, abandonando los planteamientos superficiales y los hábitos nocivos o explotadores, vaya más allá del individualismo atroz, del consumismo convulsivo y del frío egoísmo".

 

 

 

09/08/2019-09:29
Redacción

7° año de pontificado de Francisco: El Vaticano estrena una medalla

(ZENIT — 9 agosto 2019).- A partir del próximo lunes, 12 de agosto de 2019, la medalla del VII año de pontificado de Su Santidad Francisco estará disponible en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica en la Ciudad del Vaticano y en las instalaciones de la Librería Editorial Vaticana.

La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó del acontecimiento hoy, 9 de agosto de 2019.

La cara de la medalla presenta el Escudo del Santo Padre y el borde incluye la inscripción "E Civitate Vaticana" y el número de la medalla.

En el reverso se ha representado el enfoque misionero en la Amazonía, que requiere más que nunca un magisterio eclesial ejercido en la escucha del Espíritu Santo, capaz de asegurar la unidad y la diversidad y, por tanto, una cultura del encuentro en una armonía multiforme.

Estos aspectos están simbolizados, como en un abrazo, respectivamente, por la paloma y los nativos en primer plano, por el río, la flora y la obra misionera de la Iglesia a través del rito del Bautismo y de la Eucaristía.

La inscripción "Et vidit Deus quod esset bonum ("Y vio Dios que era bueno") pertenece al Génesis (1) y expresa el asombro de Dios por su propia creación, que estamos llamados a aceptar en su originalidad multiforme.

La medalla es obra de Orietta Rossi y cada ejemplar va acompañado de un certificado de garantía numerado con sello seco de la Secretaría de Estado y del Instituto Poligráfico y la Casa de la Moneda del Estado Italiano.

 

 

 

09/08/2019-15:09
Redacción

Estados Unidos: Los obispos, preocupados ante el racismo y la xenofobia despertados en el país

(ZENIT — 9 agosto 2019).- El 8 de agosto de 2019, los obispos de tres comités de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) expresaron su profunda preocupación por el racismo y la xenofobia que aparentemente motivaron la masacre de este fin de semana en El Paso, Texas, y que han motivado otros numerosos tiroteos masivos recientes en los Estados Unidos.

Los presidentes hicieron un llamado a los funcionarios electos para que ejerzan su liderazgo en la búsqueda de curar las heridas que estos tiroteos han causado y para que se ocupen de los flagelos del racismo, la xenofobia y la intolerancia religiosa, incluyendo el abstenerse de expresar una retórica hiriente, dolorosa y divisiva que deshumaniza y polariza a las personas basándose en su raza, religión, etnia, u origen nacional.

Mons. Joe S. Vásquez, obispo de Austin y presidente del Comité de Migración; Mons. Frank J. Dewane, obispo de Venecia, Florida, y presidente del Comité de Desarrollo Social Doméstico; y Mons. Shelton J. Fabre, obispo de Houma-Thibodaux y presidente del Comité Ad Hoc contra el Racismo, ofrecieron los siguientes comentarios:

"La trágica pérdida de 22 vidas este fin de semana en El Paso demuestra que la retórica y las ideas llenas de odio pueden convertirse en la motivación para que algunos cometan actos de violencia. Los sentimientos antiinmigrantes, antirrefugiados, antimusulmanes y antisemitas que se han proclamado públicamente en nuestra sociedad en los últimos años han incitado al odio en nuestras comunidades. El odio y la dura retórica se hicieron eco en la explicación del tirador de El Paso sobre por qué cometió el tiroteo de este fin de semana, así como en la motivación de los tiradores que atacaron la Sinagoga del Árbol de la Vida en Pittsburgh el año pasado y la Iglesia Madre Emanuel AME en Charleston en 2015.

Por lo tanto, renovamos nuestro llamamiento a todos para que actúen rápidamente y dejen de utilizar un lenguaje lleno de odio que nos degrada y nos divide y motiva a algunos a una violencia tan horrible. En cambio, pedimos a nuestros líderes y a todos los estadounidenses que trabajen para unirnos como un pueblo grande, diverso y acogedor.

 

zenit Edición inglesa

 

 

 

09/08/2019-10:38
Héléne Ginabat

Irak: Garantizar a los cristianos su libertad civil y religiosa

(ZENIT — 9 agosto 2019).- "Debemos reconocer el derecho de todas las personas -minorías y mayorías, por supuesto- a vivir en su país y a que se garanticen sus libertades, que son civiles pero también religiosas. Cinco años después de que los iraquíes huyeran de la llanura de Nínive, expulsados por tropas del llamado Estado islámico, el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, analiza la situación actual del país en una entrevista publicada en italiano por Vatican News el 6 de agosto de 2019.

En este momento, explica el cardenal, "Irak busca sobre todo la estabilización política y, evidentemente, legislativa, principalmente en lo que se refiere a la propia ley como inspiración y fuente de derecho, y después respecto a las minorías. Creo que el actual patriarca caldeo está buscando una forma de garantizar todos los derechos, y esto no es fácil, dada la cultura y la mentalidad del lugar; pero este deseo de garantizar a todos los cristianos sus derechos, sin que esto sea considerado como una tolerancia o una concesión, es correcto. Debemos reconocer el derecho de todas las personas -minorías y mayorías, por supuesto- a vivir en su país y a que se garanticen sus libertades, que son civiles pero también religiosas.

 

Los cristianos, una alternativa

El cardenal italiano, que fue nuncio apostólico en Irak y Jordania entre 2001 y 2006, recuerda que los cristianos en Irak "siempre han tenido la reputación" de ser "un elemento de moderación en el interior de la sociedad iraquí, porque representan una alternativa" "que debe tenerse en cuenta con todas las demás minorías". Son, explica, "una riqueza, porque también permite defender los derechos de todos", de lo contrario la sociedad sería "una 'copia al carbón' de una visión típicamente islámica".

A pesar de las persecuciones que han sufrido a lo largo de los siglos, insiste, los cristianos "siempre han tenido una actitud muy abierta hacia el perdón, la reconciliación y la buena convivencia. Han practicado esta realidad durante siglos".

Para el presidente del Dicasterio para la Evangelización de los Pueblos, "la pacificación es lo que todos queremos". Esta "no solo se refiere a la situación actual", sino que "es una cuestión que siempre ha afectado a las relaciones entre cristianos y musulmanes y, en cualquier caso, entre mayorías y minorías".

 

Reconstruir el tejido humano

En cuanto al retorno de los cristianos, que comenzó después de la derrota del Califato en el otoño de 2017, por la llanura de Nínive, "es muy lento", comentó el cardenal. "Los cristianos estaban muy cerca de su tierra", pero, "si no hay garantías legislativas, nacionales e internacionales para que puedan llevar una vida digna y libre, es difícil volver". Y luego, subraya, "podemos reconstruir una casa, un edificio, una plaza, pero ¿podemos reconstruir el tejido humano que vivía en esta zona hasta hace unos años? Ese sigue siendo el gran problema, el gran reto. No podemos volver al pasado, pero sin duda podemos retomar algunos elementos".

 

Lo peor es olvidar

"Nunca debemos olvidar o bajar el nivel de atención", dijo el cardenal Fernando Filoni. "Estas son realidades ricas en historia y cultura; desafortunadamente, muchos son los que han tomado conciencia de ellas después de haber perdido mucho. Lo peor es olvidar". Y el cardenal citó al actual obispo caldeo de Mosul, el padre Najeeb, quien dijo: "He salvado muchos libros (...) de una inmensa importancia desde el punto de vista histórico, cultural y religioso. Y así, no he salvado libros, sino personas, he salvado una cultura, he salvado comunidades".
"Esto me gusta mucho -concluye el cardenal Filoni-, porque significa que es allí donde hay que recrear la atmósfera de la vida de las personas y luego la vida social, civil, arquitectónica, cultural (...)".

 

 

 

09/08/2019-08:20
Redacción

Cuba: Comienza el Año Misionero

(ZENIT — 9 agosto 2019).- Tras la clausura de la Jornada Nacional de la Juventud en cada una de las diócesis cubanas, los obispos han inaugurado el Año Misionero, que tiene como lema "Cuba, ¡anuncia el Evangelio con alegría", convocado por la Comisión Nacional de Misiones de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.

Así informó, a través de una nota publicada el pasado 5 de agosto, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.

Este Año Misionero, en el que se prepara la II Asamblea Nacional de Misiones que tendrá lugar del 3 al 7 de agosto de 2020, tiene como principal objetivo "fortalecer la actividad misionera de todas las comunidades. Quiere que el anuncio de Jesucristo sea difundido en lugares y personas que aún no lo conocen. Quiere que Jesucristo y su Evangelio sea conocido amado y servido en Cuba", expresa el comunicado.

 

Anunciar el Evangelio

Al igual que el Mes Misionero Extraordinario, convocado por el Papa Francisco en octubre, este Año Misionero en Cuba pretende que todos los cristianos católicos "lleven en su corazón el anuncio del Evangelio y la conversión misionera y evangelizadora de las propias comunidades; para que crezca el amor por la misión, que es una pasión por Jesús, pero al mismo tiempo, una pasión por su pueblo" (Carta del Papa Francisco con ocasión del Centenario de la promulgación de la Carta Apostólica Maximum illud).

"El Amor a Jesús y el amor a Cuba, son las dos grandes pasiones que han de mover cada palabra, cada silencio, cada obra y cada omisión en nuestra vida cristiana. Amor a Jesús que nace y crece en la oración diaria, en la lectura de la Palabra, en la celebración de los sacramentos. Amor a Cuba que nace y crece de la convicción de sabernos hijos de una Patria amada y bendecida por Dios, de una Patria que necesita de Dios, y no de cualquier dios, sino del Dios Padre anunciado por Jesús, Camino, Verdad y Vida", explican los obispos.

Por otro lado, la nota también destaca que "como cristianos anunciamos el Evangelio de Jesús, que es Él mismo, revelado en sus palabras y acciones" y define que "la misión no es otra cosa que anunciar a Jesús, y propiciar, con nuestras palabras y gestos, que la gente se encuentre con Jesús. Somos, muchas veces, la puerta que permite que otros se encuentren o alejen de Jesús. Por eso, en este Año Misionero, sin duda somos nosotros mismos, los que formamos la Iglesia en Cuba, los primeros que tenemos que ser evangelizados".

 

Conversión pastoral y misionera

Y, de nuevo, resaltan las palabras de Francisco: "Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una conversión pastoral y misionera, que no puede dejar las cosas como están. Ya no sirve una simple "administración"... Con la confianza en Dios y con mucho ánimo, no tengamos miedo de realizar una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructura que exige la conversión pastoral solo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad" (Ibíd. 11).

 

La misión es para todos

Finalmente, los prelados señalan que "como bautizados y en dependencia del servicio que prestemos dentro de la Iglesia, este tiempo es propicio para evangelizar y animar la misión", de manera que a todos -laicos, consagrados y consagradas y sacerdotes-, "la misión nos espera".

Y ante esta misión universal proponen el testimonio de san Antonio María Claret y el de la beata Dolores Sopeña, patronos de este Año Misionero cubano. "Nos acompaña la certeza de que Jesús, el que nos ha llamado y enviado, y a quien anunciamos, está con nosotros siempre y en todo momento hasta el fin del mundo (Cf Mt 28, 19-20). A la misión no vamos solos, Él va con nosotros", concluyen.

 

 

 

09/08/2019-16:55
Larissa I. López

Argentina: Los obispos apoyan el 'Día Internacional de Acción por las 2 vidas'

(ZENIT — 9 agosto 2019).- Con motivo de la celebración del Día Internacional de Acción por las Dos Vidas, la Conferencia Episcopal Argentina, a través de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia (CEVILAF), expresó su apoyo "a todas las expresiones que defienden, cuidan y promueven las dos Vidas" y alentó "a tener en cuenta, discutir y sancionar los proyectos referidos a las políticas públicas que se orientan en favor de la maternidad vulnerable".

Así informo la Conferencia Episcopal Argentina, a través de un mensaje publicado ayer, 8 de agosto de 2019.

 

"Salvemos las dos vidas"

La campaña "Salvemos las dos vidas" nació en Argentina con motivo del debate provocado alrededor del proyecto legislativo de despenalización del aborto en el país, que, finalmente, fue rechazado el 8 de agosto de 2018.

Un año después, ayer, 8 de agosto, se celebró el primer Día Internacional de Acción por las Dos Vidas, en el que han participado más de 300 organizaciones civiles defensoras de la vida de 12 países, indica Vatican News.

Así, las asociaciones implicadas se concentraron ayer junto al Congreso de la nación en Buenos Aires, a las 18 horas, para hacer oír sus voces a favor de la vida antes de las elecciones. También se celebraron concentraciones en al menos 25 ciudades argentinas.

 

Mensaje de los obispos

En su mensaje, los miembros del episcopado argentino manifiestan: "Defendemos y cuidamos la vida humana en todas sus etapas porque la conciencia humana reconoce que no es lícito quitar la vida de un inocente. Además, como afirma el papa Francisco en Laudato Si', `no parece factible un camino educativo para acoger a los seres débiles que nos rodean, que a veces son molestos o inoportunos, si no se protege a un embrión humano, aunque su llegada sea causa de molestias y dificultades"'.

Igualmente, los prelados se unen "a muchos hombres y mujeres que dan testimonio de la belleza de la vida y el amor humano porque creen que 'Vale Toda Vida'"y valoran el trabajo de los profesionales de la salud "que se entregan para salvar vidas y se mantienen fieles a su conciencia aun en las presiones que buscan soluciones contrarias a los fines de la medicina".

 

Reconocimientos

También dan gracias a los funcionarios judiciales y abogados "que trabajan por garantizar los derechos de las madres y sus hijos por nacer o ya nacidos, en medio de situaciones de privación, violencias o pobreza" y reconocen la labor de los docentes "que se esfuerzan por transmitir el valor de la vida como don y educan en una sexualidad nacida del amor entendido como donación de sí".

Por otro lado, los obispos animan "a quienes educan en el amor a la vida, el respeto por el otro y en los valores del pudor, la pureza, la gratuidad" y agradecen la existencia de "los comunicadores que transmiten la belleza de la vida y el amor, aun en medio de las presiones de quienes quieren una colonización ideológica de nuestros pueblos".

Y concluyen pidiendo: "Dios de la Vida y del Amor, enséñanos a caminar como un pueblo fraterno con todos sin excluir a nadie, y siempre cercano y dispuesto a valorar, cuidar y promover la vida de todos, especialmente allí donde se manifiesta frágil e indefensa".

 

 

 

09/08/2019-15:34
Redacción

República Dominicana: La Conferencia Episcopal lanza la iniciativa "Aprendiendo a querer"

(ZENIT — 9 agosto 2019).- La Comisión Nacional de Pastoral de Vida de la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) y la Fundación Palabra y Vida presentaron ayer, 8 de agosto, en la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD), la propuesta "Aprendiendo a querer", una iniciativa destinada a la educación afectiva y sexual de niños, niñas y adolescentes,

Así informó la CED, a través de una nota, ayer, 8 de agosto de 2019.

"Aprendiendo a querer" surge como un proyecto que pretende contrarrestar los efectos de la ordenanza sobre ideología de género respaldada por el Ministerio de Educación dominicano, que pretende implantar dicha política de género en el ámbito educativo.

 

Presentación

Mons. Jesús Castro, obispo auxiliar de Santo Domingo y rector de la UCSD, dirigió unas palabras de bienvenida y Mons. Víctor Masalles, obispo de Baní y presidente de la Pastoral de Vida, indicó que este proyecto responde a la necesidad de ostentar una propuesta que favorezca el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes.

`El programa trabaja desde una visión integral, para que los niños, niñas y adolescentes desarrollen habilidades y competencias que les permitan tomar las decisiones en cuanto al manejo de la presión de grupo, prevenir el embarazo, hacer una buena selección de su carrera profesional, rechazar la violencia escolar y definir su proyecto de vida", explicó la especialista en educación sexual, Ana Alvarado, quien también señaló que la iniciativa incluye el abordaje de temas como la prevención del VIH y las drogas.

 

Beneficios de la propuesta

Asimismo, Edgar García, experto en educación sexual y representante de la Alianza Latinoamericana para la Familia (ALAFA), expuso que el proyecto, implementado en 24 países, ha beneficiado ya a más de 1 millón de estudiantes a nivel mundial y sensibilizado y capacitado a aproximadamente 28.000 docentes. El programa también ha demostrado que ayuda a disminuir el riesgo de embarazo en la adolescencia, la violencia escolar, el bullying y el abandono escolar en el primer año de aplicación.

En el acto de presentación se congregaron, del mismo modo, representantes del foro "Ciudadanos por la Vida y la Familia" y del foro "Mujeres por la Vida", organizaciones que trabajan a favor de la infancia, la adolescencia, la mujer y la familia dentro de un marco de ciudadanía responsable y de adhesión a la ley natural.

 

 

 

09/08/2019-07:00
Isabel Orellana Vilches

Beato Francisco Drzewiecki, 10 de agosto

«Sacerdote orionita, mártir del genocidio nazi. El hombre que edificaba con su cortesía y premura a los internos del campo de exterminio en Dachau, donde en crueles condiciones siguió desplegando su gran labor apostólica»

Este sacerdote orionita fue uno de los gloriosos mártires que entregaron su vida por Cristo en el campo de exterminio de Dachau. Casi un millar engrosaron las filas, entre otros, y por mencionar algunos: Edith Stein, Maximiliano Kolbe y Tito Brandsma. Su muerte, humanamente una liberación que rescató a todos de la barbarie, espiritualmente les condujo directamente al cielo. En las causas abiertas se ha constatado que más de un centenar ya recorría el camino de la santidad antes de incrementar los terroríficos y nauseabundos barracones. Francisco era uno de ellos.

Nació el 26 de febrero de 1908 en la localidad polaca de Zduny, un entorno en el que la actividad común para sus habitantes era el campo. Tenía cuatro hermanos y seis hermanas, con lo cual los escasos ingresos de su humilde familia apenas cubrían los gastos esenciales. Fue pastor como otros muchachos de su edad. Así, de forma natural, aprendían desde niños el valor del esfuerzo, la disciplina y la generosidad. Fue creciendo en un ambiente afín a la fe y a las prácticas de piedad, acostumbrado al rezo diario de las oraciones que compartía con sus hermanos. Se distinguía por su finura de trato; era dador de paz. Al hecho de que los padres no pudieran costear los estudios que hubieran soñado a su numerosa prole, se unió la muerte del cabeza de familia, obligando a Francisco a dejar las clases en 1923, aunque era aplicado, inteligente y responsable.

Rosalía, su madre, conocía su vocación sacerdotal, y viendo con pesar que su situación económica podía interferir en ella, con toda sencillez y espontaneidad algunas veces comentaba su inquietud con personas cercanas. Fue en una de estas conversaciones cuando le informaron de la existencia de un colegio que no discriminaba a las personas que carecían de recursos económicos. Apuntaron que se hallaba cerca de Zdunska Wola; podía ser la solución. Rosalía, que fervorosamente rogaba la mediación de la Virgen, se puso manos a la obra de inmediato. Y Francisco ingresó en septiembre de 1924 en el seminario de la Pequeña Obra de la Divina Providencia fundada por el beato Luís Orione. Alentada por su director, el padre Aleksander Chwilowiez, estaba asentándose entonces en la ciudad y ofrecía a las clases menos pudientes la oportunidad de formarse con rigor. Rosalía interpretó el hecho viendo en ello la respuesta de María a sus súplicas.

En 1930 Francisco se integró en la fundación. El virtuoso joven, del que ya había oído hablar Don Orione, tenía ante sí un prometedor futuro apostólico. En Zdunska Wola y en lugares aledaños estaban abiertos diversos campos. Además de la parroquia: instituto para niños, cottolengo, cocina para los pobres, tipografía, y otras obras caritativas y acciones pastorales. Era importante que el beato estuviese bien preparado. Con ese fin le enviaron a Italia. Hizo el noviciado en Tortona y en 1936 fue ordenado sacerdote; comenzó su labor en el Pequeño Cottolengo de Génova-Castagna. Todos le estimaban por sus cualidades, su cercanía, y la entrega que percibían en las atenciones que les dispensaba. Él no ocultaba su felicidad. Así lo hizo saber a un amigo: «Tengo trabajo de sobra porque este año la familia del cottolengo aumentó y hay nuevas necesidades. Somos 150 personas. Estoy muy contento de encontrarme aquí, donde se hace la voluntad de Dios». Al año siguiente regresó a Zdunska Wola y ejerció la docencia en la facultad.

En el estío de 1939, cuando la tormenta de la guerra planeaba sobre Europa, y su país ignoraba que sería una de sus grandes víctimas, fue destinado al servicio de la parroquia del Sagrado Corazón y del Pequeño Cottolengo de Wloclawek. En septiembre se produjo la primera invasión alemana. Una vez más, la Iglesia estaba en el punto de mira y el engranaje contra los que la integraban se puso en marcha sin dilación. Todo católico, y especialmente los presbíteros y religiosos, fueron objeto de virulenta persecución.

A primeros de noviembre de ese año Francisco y la casi totalidad del clero de Wloclawek, con su prelado a la cabeza, fueron detenidos y encarcelados. Él sufrió su particular calvario en Lad, Szczyglin, Sachsenhausen y Dachau, donde llegó tras un viaje extenuante y espantoso, sometido a heladoras temperaturas. El número con el que le marcaron ignominiosamente en este último destino fue el 22.666. Esta cifra que le impusieron como un signo más de humillación encerraba las llaves del cielo. No le ocultaron que de allí no volvería a salir. Fue maltratado y obligado a trabajar 15 horas diarias en condiciones inhumanas, apenas sin alimento y descanso. Compartía este cruel e injusto destino con otros obispos, religiosos y sacerdotes; todos con la esperanza dibujada en sus demacrados rostros, haciendo verdaderos esfuerzos para sostener los cuerpos esqueléticos, agotados por continuas vejaciones. A Francisco se le recordaría como «el hombre que edificaba con su cortesía y premura», asumiendo la durísima tarea sin proferir queja alguna, sostenido por la fe y la oración que no cesaba de realizar y que efectuaba explícitamente, a pesar de la prohibición, cuando trabajaba en cuclillas.

Aunque estaba en plena juventud, el esfuerzo extenuante y la continuada violencia en el trato destruyó sus reservas y enfermó de gravedad. De nada le servía a sus verdugos, quienes lo trasladaron al barracón de los «inválidos», los incapaces para trabajar. Su destino era la cámara de gas. Poco antes de ser conducido a la muerte, se arriesgó a ir a otro barracón para despedirse de un compañero, a quien animó, diciéndole: —« iJosefino, no te apenes. Hoy nosotros y tú mañana! [...]. Nosotros vamos..., pero ofreceremos nuestra vida por Dios, por la Iglesia y por la patria». Y el 13 de septiembre de 1942 entregó su alma a Dios. Tenía 34 años y había pasado en aquél infierno tres de ellos. Fue beatificado por Juan Pablo II el 13 de junio de 1999 en Varsovia.