Servicio diario - 27 de agosto de 2019


 

Francisco invita los jóvenes paraguayos a "abrazarse a Jesucristo"
Rosa Die Alcolea

"40 Días por el Río": Navegando Juntos hacia el Sínodo Amazónico
Rosa Die Alcolea

Los obispos de Perú llaman a la "responsabilidad y solidaridad" ante los casos de corrupción
Rosa Die Alcolea

Región amazónica de Venezuela: Al sur del país en la extensión del río Orinoco
Rosa Die Alcolea

España: "Cuestiones teológicas y pedagógicas de actualidad" en la Universidad de Navarra
Redacción

Padre Antonio Rivero: "La humildad es la verdad"
Antonio Rivero

San Agustín, 28 de agosto
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

27/08/2019-14:40
Rosa Die Alcolea

Francisco invita los jóvenes paraguayos a "abrazarse a Jesucristo"

(ZENIT — 27 agosto 2019).- El Papa Francisco ha animado a los jóvenes de Paraguay, en el contexto del Trienio de la Juventud, "a abrazarse a Jesucristo, que los ha llamado a ser sus amigos, para que permanezcan en Él y puedan dar muchos frutos".

A través del cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, el Santo Padre ha enviado un mensaje a monseñor Pierre Laurent Jubinville, obispo de San Pedro, en Paraguay, y responsable de la Pastoral Juvenil de Paraguay, con ocasión de la conclusión del "Trienio de la Juventud", celebrado bajo el lema «Abrazarse a Cristo Jesús»(Jn 15 1-17).

El Pontífice ha saludado cordialmente a los organizadores y participantes en el foro que concluyó el trienio dedicado a los jóvenes de Paraguay y los exhortó a "escuchar la voz del Señor que los envía individualmente y como comunidad a ser discípulos misioneros, testigos de la Buena Noticia de la Salvación entre los más pobres".

"Con estos deseos — escribe Parolin — y a la vez que ruega que recen por él y su servicio a la Iglesia Universal, Su Santidad los encomienda a la materna intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Nuestra Señora de la Pura y Limpia Concepción de Caacupé, y les imparte con afecto la implorada Bendición Apostólica".

 

Trienio de la Juventud

Con motivo del Trienio de la Juventud, se ha celebrado en Paraguay un foro juvenil con la participación de jóvenes de todas las diócesis del país, los días 24 y 25 agosto de 2019, con el objetivo principal de "inspirar, fortalecer y consolidar el compromiso social de los jóvenes, además de reflexionar el caminar del Trienio en la Iglesia por medio del encuentro de las experiencias pastorales".

La iniciativa de los obispos surgió en el aniversario de la visita del Papa al país, con el objetivo de combatir la corrupción y la pobreza.

El Trienio de la Juventud fue presentado durante la Misa por el aniversario de la visita del Papa Francisco a Paraguay, el 10 de julio de 2016, en la Basílica de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, presentó este proyecto ante el cardenal Beniamino Stella.

 

 

 

27/08/2019-14:16
Rosa Die Alcolea

"40 Días por el Río": Navegando Juntos hacia el Sínodo Amazónico

(ZENIT — 27 agosto 2019).- La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) pone en marcha hoy la iniciativa "40 Días por el Río: navegando Juntos la Buena Nueva de Dios hacia el Sínodo Amazónico", una serie de reflexiones diarias dirigidas a todos aquellos que quieran entrar en comunión con el Sínodo, basadas en las lecturas del día, en los testimonios de la gente del territorio amazónico y en las invitaciones del Papa Francisco.

"Cada día, a partir del 27 de agosto, iremos navegando los ríos de la Amazonía a partir de la Palabra, de los testimonios vivos, también del territorio, de las invitaciones del Papa Francisco para sentirnos mucho más en unidad", es la invitación que hace Mauricio López, Secretario ejecutivo de REPAM, a participar en este proyecto.

Durante 40 días, la REPAM compartirá a través de su página web y sus diferentes canales dichas reflexiones, dirigidas a todos los que deseen profundizar en el cuidado de la casa común y el conocimiento sobre la Amazonía, respondiendo al llamado de Jesús para "ir a navegar a aguas más profundas."

Aunque no todas las personas puedan participar en el Sínodo sobre la Amazonía, que tendrá lugar en Roma del 6 al 27 de octubre de 2019, la REPAM ofrece así la manera de hacerlo espiritualmente, por medio de materiales que se pondrán a disposición diariamente, desde el 27 de agosto hasta el 5 de octubre en diversos portales de la Iglesia Católica y también en Vatican News.

"Se ha hecho una preparación enorme para el Sínodo, en temas también organizativos, de escucha, documentos... pero ahora es tiempo de ir adentro, ir a navegar a aguas más profundas, como nos pide el propio Jesús", anima Mauricio López en su video mensaje, publicado ayer, 26 de agosto, por la REPAM.

 

 

 

27/08/2019-12:08
Rosa Die Alcolea

Los obispos de Perú llaman a la "responsabilidad y solidaridad" ante los casos de corrupción

(ZENIT — 27 agosto 2019).- "¿Queremos contribuir al buen entendimiento entre los poderes del Estado, la clase política y la sociedad civil, de modo que prime la ética en la política, por el bien del país?": Los obispos de Perú reflexionan sobre la "prolongada crisis política y social", y hacen un llamamiento a las autoridades del país.

El 26 de agosto de 2019, la Conferencia Episcopal Peruana, difundió un mensaje de los obispos titulado "Caminemos juntos por un Perú mejor para todos", en el que expresan su preocupación por "la gravedad de los casos de corrupción", y también manifiestan que alientan su esperanza "los avances logrados en los procesos de lucha contra ese virus social que `lo corroe todo"'.

 

Responsabilidad y solidaridad

"Llamamos a la responsabilidad y solidaridad de todos los actores y sectores en estos momentos cruciales que vive el país. La Iglesia continuará caminando al lado de su pueblo, compartiendo su destino, para lograr un Perú mejor para todos", es el llamamiento que hacen los pastores de la Iglesia en Perú.

En un país de `todas las sangres', multiétnico y pluricultural —recuerdan los obispos—, hay lugar para todos y "a todos nos toca trabajar por una vida digna, sobre la base de la interculturalidad, para la plena integración social, desde la realidad de nuestra inmensa, variada y rica geografía, cuyas muchas riquezas debemos saber administrar, priorizando las necesidades de los más empobrecidos y marginados".

Así, apuntan a una "perspectiva esperanzadora" que apuesta por los procesos de "integración" y la "construcción de la identidad peruana", a partir del fortalecimiento de las identidades que configuran la patria.

 

Nuevos puntos de equilibrio

En cuanto a los casos de corrupción perpetrados en las clases políticas y sociales del país, los obispos animan a no desmayar "en esta tarea que permitirá revertir los costos que ya impactan negativamente en inversiones, educación, salud y bienestar, con mayor incidencia en los más pobres".

Con frecuencia aparece como problemática, la relación entre la seguridad jurídico-económica requerida por las grandes inversiones, como es el caso de la minería, y las demandas ambientales que priorizan la agricultura y la seguridad de las poblaciones vulnerables, indican.

Frente a esto, "urge encontrar nuevos puntos de equilibrio que tengan como objetivo el bien de todos", solicitan. "Por eso el Estado, las empresas y las organizaciones sociales deben llegar a acuerdos concretos, mediante un diálogo justo y sin violencias de ningún tipo. Los recientes casos emblemáticos de Tía María y otros deben abordarse en esa perspectiva".

 

Preocupación por la Amazonía

En su mensaje, los obispos peruanos manifiestan su preocupación por la Amazonía, "fuente de vida que abarca dos tercios de nuestro territorio nacional; su gran biodiversidad y los pueblos originarios que la habitan y cuidan ejemplarmente desde tiempos inmemoriales deben ser atendidos".

En ese sentido, esperan que el Sínodo Panamazónico, convocado por el Papa Francisco, que se realizará en octubre del presente año y que congregará a los obispos de los nueve países amazónicos y representantes de sus comunidades originarias y de la Iglesia Universal, dé importantes aportes para descubrir nuevos caminos para una ecología integral.

 

 

 

27/08/2019-11:17
Rosa Die Alcolea

Región amazónica de Venezuela: Al sur del país en la extensión del río Orinoco

(ZENIT — 27 agosto 2019).- Venezuela es uno de los nueve países que comprende el vasto territorio amazónico. El territorio de la Amazonía comprende parte de Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Suriname y Guayana Francesa en una extensión de casi 8 millones de kilómetros cuadrados.

Del 6 al 27 de octubre de 2019, se celebrará en el Vaticano la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la región Panamazónica, en la que obispos y expertos de todo el mundo reflexionarán sobre la "Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral".

La mitad de los bosques tropicales del mundo se encuentran en la Amazonía y albergan el 15% de la biodiversidad terrestre. La cuenca del río Amazonas y los bosques tropicales que la circundan nutren los suelos y regulan, a través del reciclado de humedad, los ciclos del agua, energía y carbono a nivel planetario.

 

Bolívar y Amazonas

La región amazónica de Venezuela, está localizada principalmente al sur del país en la extensión del río Orinoco, ocupa principalmente los dos estados más extensos del país: Bolívar y Amazonas, que con el estado de Delta Amacuro al noroeste del país y con una pequeña porción del estado apure al sur-oeste, suman 491.389 km2, conformando más de 50% del territorio nacional.

El Estado Bolívar posee el más grande recurso hidroeléctrico del país, que provee cerca del 80% de la energía al territorio nacional. Venezuela depende del correcto funcionamiento de sus centrales hidroeléctricas y sus redes de distribución.

El Arzobispo de Ciudad Bolívar, Mons. Ulises Gutiérrez, denunció en marzo de 2019, que desde hace más de 12 años y muy especialmente en los últimos días, fueron sido testigos de la incapacidad del régimen a la hora de afrontar crisis eléctricas que son producto de su propia falta de gerencia y desidia, causando apagones en el territorio nacional por más de 5 días, que afectaron a hospitales y clínicas, servicios públicos, comunicaciones, actividades bancarias, paralizando el país como nunca antes en su historia.

Esta región amazónica posee baja densidad de población (aprox. 20 hab / km2), representando sólo el 8,5% de la población total, es decir, aproximadamente de 32 millones, sin embargo, en esta zona habitan 24 pueblos originarios de la totalidad que viven en Venezuela.

 

Yacimientos de oro

La extracción ilegal de oro, especialmente en el estado de Bolívar y Amazonas, donde se encuentran el 60% de los yacimientos de todo el país, atrajo grandes flujos migratorios del interior y de los países vecinos, produciendo grandes daños ambientales e impactos negativos en los pueblos originarios de estos estados.

Además, en los últimos años, el Estado venezolano, ante la baja del petróleo crudo, a través de convenios con diversos países y empresas transnacionales, emprendió una nueva política minera de forma vertiginosa e invasiva. Esto generó consecuencias devastadoras como la destrucción de la naturaleza y la exclusión y agresión a los pueblos que habitan en la región.

 

Iglesia en la Amazonía de Venezuela

La Iglesia católica inició su presencia en el territorio venezolano en el siglo )(VIII con los Padres Jesuitas, Capuchinos y Franciscanos. En 1767, los Jesuitas fueron expulsados ??de la colonia y 50 años después, cuando el Amazonas se liberó del dominio español, los misioneros franciscanos también fueron expulsados. Con la llegada de las fuerzas independentistas en 1817, la actividad de la Iglesia en el territorio prácticamente desapareció por casi un siglo, permaneciendo con la atención de sacerdotes diocesanos y algunos religiosos que aún quedan en el país.

Después de la guerra de la independencia, a principios del siglo )0(, se restauraron las misiones en Venezuela; Siendo los Salesianos, los Capuchinos y los Dominicos quienes se encargaron de las mismas en el territorio amazónico venezolano, posteriormente se les fueron uniendo otras congregaciones como; las Hijas de María Auxiliadora (FMA), Misioneros y Misioneras de la Consolata, Misioneros Claretianos, Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, Misioneras de la Caridad, Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena entre otros.

En un proceso de aproximación cultural y antropológica entre los indígenas Yanomami, se realizaron intentos de formación de un clero autóctono, pero este no se ha podido concretar, sin embargo, actualmente se cuenta con un diacono permanente de la etnia indígena Piaroa, un sacerdote indígena Pemon y 5 Jóvenes seminaristas indígenas Pemon que cursan sus estudios en el Seminario Mayor Jesús Buen Pastor; todo esto con una visión de inculturación del Evangelio, respeto y comunión con las culturas existentes, en busca de un nuevo camino y rostro para la Iglesia en la Amazonía Venezolana.

 

 

 

27/08/2019-15:01
Redacción

España: "Cuestiones teológicas y pedagógicas de actualidad" en la Universidad de Navarra

(ZENIT — 27 agosto 2019).- La Universidad de Navarra celebra los días 28, 29 y 30 de agosto la XVI edición del Curso de Actualización del Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR), cuyo tema central es 'Cuestiones teológicas y pedagógicas de actualidad'. El programa, que comenzará con la bienvenida del director del ISCR, José Manuel Fidalgo, contará con la participación de un centenar de formadores y catequistas.

Inma de Juan, directora de proyectos de Arguments, será la encargada de inaugurar las sesiones el miércoles 28 de agosto con una ponencia sobre 'La Nueva Evangelización en el continente digital'. El profesor Ricardo Piñeiro, catedrático de Estética de la Universidad de Navarra, impartirá la siguiente charla, que tratará sobre la 'La pasión a través del arte'. La última conferencia de la mañana correrá a cargo del escritor José Luis González, quien disertará sobre 'Escribir —hoy- con corazón creyente. Leer con la cabeza en otro sitio (en el sitio del otro)'.

Por la tarde, se ofrecerán sesiones de formación simultáneas para los alumnos de los diplomas de 'Teología Bíblica', 'Teología', 'Teología Moral', 'Filosofía, ciencia y religión' y `Pedagogía de la fe'.

 

Obispo de Ávila

Las sesiones del jueves, 29 de agosto, comenzarán con Elena Arbués, profesora de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, que hablará sobre `Qué es el aprendizaje-servicio'. Raquel Lázaro, profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de este mismo centro, impartirá la segunda sesión centrada en 'Inspiración, mitos y fiestas: redescubriendo las huellas de lo sagrado'. José Manuel Fidalgo, Raquel Lázaro y Juan Luis Caballero, autores del libro Son tus huellas el camino, clausurarán la mañana con una conferencia sobre 'Jóvenes, vocación y libertad'. Ya por la tarde, igual que la jornada anterior, se impartirán sesiones simultáneas para los estudiantes de los diplomas online.

Alfredo Rodríguez, profesor de Sociología de la Universidad de Navarra, dictará la primera lección de la jornada del viernes 30 de agosto, bajo el título `iyersona o personalidad? Horizontes educativos de la fe cristiana'. A continuación, Onésimo Díaz, teólogo e investigador de Historia Contemporánea de la Universidad, explicará cómo `Enseñar historia a través del cine y la literatura'. Por último, a las 12.15 del mediodía se clausura el curso de la mano de Mons. José María Gil-Tamayo, obispo de Ávila.

 

 

 

27/08/2019-12:26
Antonio Rivero

Padre Antonio Rivero: "La humildad es la verdad"

 

VIGÉSIMO SEGUNDO DOMINGO DEL TIEMPO COMÚN

Ciclo C

Textos: Eclesiástico 3, 19-21.31.33; Hbr 12, 18-19.22-24a;Lc 14, 1.7-14

Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y asistente del Centro Sacerdotal Logos en México y Centroamérica, para la formación de sacerdotes diocesanos.

Idea principal: Todo seguidor de Jesús en el "banquete de la vida" debe ser humilde para ponerse en el último lugar y generoso, cuando invite a comer a los demás.

Síntesis del mensaje: No es fácil vivir los dos consejos que Cristo hoy nos invita a poner en práctica: primero, ponernos en el último lugar — ¡qué locura! -, y después, invitar a comer, no a nuestros amigos y familiares, sino a los que no conocemos, — ¡el colmo! — e incluso a quienes nos resultan antipáticos. Razones habrá tenido Jesús al darnos estos dos consejos que no son a primera vista naturales. Ya la 1a lectura nos decía: "Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios".

 

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, toda la liturgia de hoy es una invitación a vivir la virtud de la humildad. Virtud que antes de Cristo no era cotizada, al contrario, era infamia y defecto, porque los grecolatinos siempre buscaban la excelencia, el sobresalir, la "arete". La palabra humildad proviene del latín humilitas, que significa "pegado a la tierra". Es una virtud moral contraria a la soberbia. Virtud que nos hace reconocer nuestras debilidades, cualidades y capacidades, y aprovecharlas para obrar en bien de los demás, sin decirlo. De este modo esta virtud nos hacer mantener los pies en la tierra, sin vanidosas evasiones a las quimeras del orgullo. Santo Tomás estudia la humildad en la 2-2, 161, y dice: "La humildad significa cierto laudable rebajamiento de sí mismo, por convencimiento interior". La humildad es una virtud derivada de la templanza por la que el hombre tiene facilidad para moderar el apetito desordenado de la propia excelencia, porque recibe luces para entender su pequeñez y su miseria, principalmente con relación a Dios. Humildad es ponernos en nuestro sitio exacto: soy pecador, redimido por Cristo. ¿De qué puedo presumir? Y poner a Dios en su lugar, el primero. Por eso, también la humildad es virtud derivada de la justicia, por la que damos a Dios lo que es de Dios: nuestras cualidades y talentos. La humildad es el cimiento de todo el edificio, como escribió santa Teresa en las Moradas Séptimas 4, 9. Sin humildad todas las demás virtudes se derrumban o son postizas.

En segundo lugar, ¿por qué tenemos que ponernos en el último lugar? Metámonos en el corazón de Jesús. Para evitarnos humillaciones en la vida — "oye, amigo, cede ese lugar a otro más importante que tú"-, Cristo nos aconseja humillarnos a nosotros mismos. A nosotros nos resulta difícil seguir este consejo de Cristo. Nos gusta ocupar siempre, en la medida que podemos, los puestos principales, ¿a quién no? Está en nuestra naturaleza humana. No aceptamos de buena gana ser tan modestos que nos pongamos en el último lugar. Lo que hay detrás de este consejo de Jesús es esto: primero, que sólo Dios nos dé honor y gloria, y no los hombres; segundo, que sólo al humilde Dios le da sus gracias y lo quiere (l a lectura), y finalmente, Cristo nos dice que para entrar en el banquete del Reino tenemos que ser humildes. Tenemos hambre y sed de honor y gloria personales; pero si cedemos a esta inclinación caemos en egoísmo, soberbia y vanidad, y no andaremos en la verdad, pues como decía santa Teresa de Jesús: "La humildad es andar en verdad; que lo es muy grande no tener cosa buena de nosotros, sino la miseria y ser nada"(Moradas 6, capítulo 10).Buscar nuestra gloria nos rebaja. Los grandes santos tuvieron que luchar también contra esta tendencia: santa Teresa de Jesús, san Ignacio de Loyola, por poner unos ejemplos. La humildad es una virtud que vino Jesús a enseñárnosla en persona, porque solos no podríamos aprender esta lección. Pero es la humildad la que definitivamente abre el corazón de Dios y el corazón de los hombres. Una persona soberbia y vanidosa cae mal en todas partes. La búsqueda de honores y sillones demuestra una actitud posesiva. Quien busca directamente honores, no los merece. Otro motivo para ser humildes: es que nos hace bien sobre todo a nosotros mismos, pues nos hace conocernos y aceptarnos mejor a nosotros mismos. El que es humilde, se ahorra muchos disgustos y goza de una mayor paz y armonía interior y psicológica.

Finalmente, ¿por qué tenemos que invitar a comer a quienes no conocemos o son pobres, y ser generosos y espléndidos en nuestros dones y regalos? Metámonos en el corazón de Jesús. Cristo nos dio todo: su Iglesia, sus sacramentos, su vicario el Papa, su Madre, sus vestiduras, su evangelio, su testamento. No se quedó ni se reservó nada para Él. Fue siempre generoso. Lo normal es que cuando hacemos un banquete invitemos a parientes y amigos. Es la ley de la "reciprocidad comercial". Ellos nos retribuirán después. Y Jesús nos dice que ahí no hay mérito, y propone la ley de la "generosidad gratuita". Tenemos que buscar la recompensa divina, distinta de la recompensa humana que vicia las relaciones, inoculando el interés personal en una relación que debería ser generosa y gratuita. Invitar a los pobres, sí. En el Salmo de hoy nos dice que Dios prepara casa a los desvalidos y pobres. Ellos, los pobres, serán los mejores guardianes de nuestra humildad. Su indigencia los tiene habituados a considerarse vacíos y despojados, experimentando cada día la necesidad del auxilio ajeno para poder vivir, y así pueden enseñarnos con su ejemplo a practicar esta virtud tan valiosa pero tan ardua. Y no olvidemos lo que nos dice san Pablo: "Hay más alegría en dar que en recibir' (Hech 20, 35).

Para reflexionar: Meditemos este párrafo de santa Teresa de Jesús: "Una vez estaba yo considerando por qué razón era nuestro Señor tan amigo de esta virtud de la humildad, y púsoseme delante a mi parecer sin considerarlo, sino de presto- esto: que es porque Dios es suma Verdad, y la humildad es andar en verdad, que lo es muy grande no tener cosa buena de nosotros, sino la miseria y ser nada; y quien esto no entiende, anda en mentira. A quien más lo entienda agrada más a la suma Verdad, porque anda en ella. Plega a Dios, hermanas, nos haga merced de no salir jamás de este propio conocimiento, amén" (Moradas VI, 10, 7).

Para rezar: Señor Jesús, manso y humilde.Desde el polvo me sube y me domina esta sed de que todos me estimen, de que todos me quieran. Mi corazón es soberbio. Dame la gracia de la humildad, mi Señor manso y humilde de corazón. No sé de donde me vienen estos locos deseos de imponer mi voluntad, no ceder, sentirme más que otros... Hago lo que no quiero. Ten piedad, Señor, y dame la gracia de la humildad. La gracia de mantenerme sereno en los desprecios, olvidos e indiferencias de otros. Dame la gracia de sentirme verdaderamente feliz, cuando no figuro, no resalto ante los demás, con lo que digo, con lo que hago.Ayúdame, Señor, a pensar menos en mi y abrir espacios en mi corazón para que los puedas ocupar Tu y mis hermanos. En fin, mi Señor Jesucristo, dame la gracia de ir adquiriendo, poco a poco un corazón manso, humilde, paciente y bueno (P. Ignacio Larrañaga).

 

Para cualquier duda, pregunta o sugerencia, aquí tienen el email del padre Antonio, arivero@legionaries.org

 

 

 

27/08/2019-06:27
Isabel Orellana Vilches

San Agustín, 28 de agosto

«Obispo de Hipona, Padre y Doctor de la Iglesia. En medio de otros afanes persiguió incansablemente la verdad hasta que dio con ella, encarnada en Cristo. Su excepcional legado es insuperable»

Le guió siempre una sed insaciable por la verdad, y no admitió cualquiera. Es uno de los grandes Padres de la Iglesia; ha dejado tal estela en ella con su vida y con su ingente obra, que continúa siendo inigualado. Es un referente que hallan Oriente y Occidente en la intersección de un mismo camino. Nació en Tagaste el 13 de noviembre del año 354. Tenía un hermano y una hermana. Educado en la fe por su madre santa Mónica, hasta sus 32 años no se convirtió. Antes de cumplir los 17 había emprendido un sendero peligroso que marcó varias décadas de su vida. Engendró un hijo en una relación irregular, defendió las herejías maniqueas, y se aferró a las glorias de este mundo. Su madre jamás claudicó, y, al final, con sus insistentes plegarias obtuvo para él la gracia de la santidad. En las emblemáticas y profundas Confesiones de Agustín se detecta la grandeza de alma y la pureza de corazón que tenía, así como el alcance de su conversión que le confirió una extraordinaria sensibilidad para reflexionar en su pasado confrontándolo con la nueva visión de la vida y del mundo que le dio la fe. Veía el equívoco de ciertos castigos o tácticas pedagógicas recibidas en sus años de formación que luego se tornaron sombríos para su acontecer porque, al menos en su caso, surtieron un efecto contrario al perseguido.

Cuando partió a Cartago a finales del año 370 ya era un experto conocedor del latín. En su nuevo destino, la ambición y la vanidad estimularon más si cabe sus afanes por el estudio, y destacó en la retórica y en otras disciplinas. Allí se apasionó por el Hortensius de Cicerón que comenzó a abrir un sendero de luz en su búsqueda de la verdad. Fue también una época en la que cedió las puertas de su corazón a otras pasiones. Al tiempo que leía y estudiaba con denuedo formándose en la filosofía, las perniciosas compañías le iban conduciendo al abismo. Una de las preocupaciones que le acuciaban es el conocido «problema del mal», y entre la influencia maniquea y la oscuridad en la que malvivía no pudo hallar la respuesta óptima a esta antigua cuestión. No obstante le convenía mantenerse vinculado a esta corriente errónea por distintos motivos en parte relacionados con su futuro profesional, y también le permitía justificar la vida irregular que llevaba siguiendo las reglas del placer.

Tras la muerte de su padre contrajo una enfermedad. Ante el temor de seguir sus pasos determinó hacerse católico siendo instruido convenientemente. Al recobrar la salud, se vinculó a los maniqueos y no enderezó su camino. Durante nueve años rigió la Escuela de Gramática y retórica que abrió en Tagaste y después retornó a Cartago. El año 383 se estableció en Roma temporalmente; el maniqueísmo, que no colmó sus aspiraciones y le dejó insatisfecho, había quedado atrás. De allí se trasladó a Milán para ocuparse de la cátedra de retórica que había obtenido. Era el lugar elegido por la Providencia para dar respuesta a la insistente súplica de su madre por su conversión. Agustín fue fiel a la mujer con la que convivía hasta el año 385. Luego se desembarazó de ella. Al no querer desposarse con él, antes de marcharse a África su compañera dejó bajo su custodia al hijo común, Adeodato, nacido el año 372.

Cuando conoció a san Ambrosio se suscitó en su corazón una profunda admiración por la sabiduría y rigor del obispo, y poco a poco fue adentrándose en el misterio del amor de Dios. Pese a todo, la virtud de la castidad se le resistía, y no terminaba de dar el paso hacia su conversión. Trataba de dilatarlo, diciendo: «Lo haré pronto, poco a poco; dame más tiempo». Al conocer la vida de san Antonio vio que no tenía sentido demorar su respuesta a Cristo: «¿Qué estamos haciendo? —le decía a su estimado Alipio—. Los ignorantes arrebatan el Reino de los Cielos y nosotros, con toda nuestra ciencia, nos quedamos atrás cobardemente, revolcándonos en el pecado. Tenemos vergüenza de seguir el camino por el que los ignorantes nos han precedido, cuando por el contrario, deberíamos avergonzarnos de no avanzar por él».

Releyó con otra óptica el Nuevo Testamento, particularmente las cartas paulinas, y en doloroso e intenso debate interior rogaba la gracia de la conversión y su perdón. Un día oyó la voz de un niño que desde una casa contigua repetía: «toma y lee, toma y lee». Interpretando que debía acudir al evangelio, lo abrió y leyó el pasaje de Rom 13, 13-14. Instantáneamente se disiparon todas las tinieblas y se dio de bruces con esa verdad tan ansiada que había perseguido; comprendió que era Cristo. Después, henchido de amor, diría a ese Dios al que ya había entrañado: «Demasiado tarde, demasiado tarde empecé a amarte [...]. Me llamaste a gritos y acabaste por vencer mi sordera». El año 387 fueron bautizados Alipio, Agustín y su hijo Adeodato, que falleció más tarde.

Tras la muerte de Mónica, que supuso un duro golpe para él, el santo pasó en África tres intensos años de oración, ayuno y penitencia, manteniendo tales pautas hasta el final de sus días. Fue ordenado sacerdote el año 391, y en el 395 lo designaron obispo de Hipona. Fundó un monasterio dedicado a los varones y otro a las mujeres. Predicaba y escribía defendiendo con bravura la fe católica. Humilde y desprendido, con toda sencillez reconocía que no era fácil la misión: «Continuamente predicar, discutir, reprender, edificar, estar a disposición de todos, es una gran carga y un gran peso, una enorme fatiga». Fue azote de herejes y dio una inmensa gloria a la Iglesia en sus treinta y cuatro años como prelado. Ha dejado un legado excepcional e insuperable con obras como Sobre la Ciudad de Dios y las Retractaciones, entre otras. Poco antes de morir, estalló la guerra en el norte de África y atravesó momentos difíciles. Llegado el fin, escribió: «Quien ama a Cristo, no puede tener miedo de encontrarse con Él». Falleció el 28 de agosto del año 430. El 20 de septiembre de 1295 Bonifacio XIII lo proclamó doctor de la Iglesia.