Servicio diario - 11 de mayo de 2020


 

El Papa llama al patriarca copto Tawadros para renovar su hermandad
Redacción

Santa Marta: Coronavirus, el Papa reza por los que sufren “falta de trabajo”
Larissa I. López

Abuelos: El coraje de esperar, el futuro positivo y la alegría de vivir
Redacción

Brasil: Oración del Papa por enfermos y víctimas del coronavirus en San Pablo
Larissa I. López

Chile: Caritas lanza campaña “Nadie se salva solo” frente a COVID-19
Larissa I. López

COVID-19: Arquidiócesis de Panamá abre el ‘Comedor Solidario Santa María del Camino’
Cristhian Alvarenga

Coronavirus: “Más allá de la crisis”, reflexión del padre Federico Lombardi (3)
Redacción

Puerto Rico: El Papa acepta la renuncia del obispo de Mayagüez
Redacción

Teología para Millennials: “Velorio virtual”
Redacción

Píldoras de esperanza: “El que me ama será fiel a mi palabra”
Ricardo Grzona

Santo Domingo de la Calzada, 12 de mayo
Isabel Orellana Vilches


 

 

 

El Papa llama al patriarca copto Tawadros para renovar su hermandad

Día del amor fraterno entre ambas iglesias

mayo 11, 2020 17:35

Iglesia oriental
Papa y Santa Sede

(zenit – 11 mayo 2020).- Con motivo del día del amor fraterno entre la Iglesia copta y la Iglesia de Roma, el Papa llamó por teléfono, ayer, domingo 10 de mayo de 2020, al patriarca copto Tawadros II para confirmar la proximidad a la Iglesia copta y a todo el pueblo egipcio, y renovar la promesa de rezar unos por otros todos los días, informa AICA, Agencia Informativa Católica Argentina.

El día del amor fraterno entre la Iglesia copta y la Iglesia de Roma se celebra cada año en el aniversario del viaje realizado a Roma por el patriarca Tawadros en 2013 para encontrarse por primera vez con Francisco.

Al final de la conversación, indica dicha fuente, ambos líderes pidieron a Dios que se apiade de la Iglesia, de los creyentes y del mundo entero ante la pandemia del coronavirus.

Entre los jefes de las Iglesias Orientales, Tawadros ha sido el más decidido en demostrar su firme apoyo a la búsqueda de una fecha común para celebrar las solemnidades litúrgicas de la Pascua, actualmente celebradas en diferentes días según las diferentes Iglesias y comunidades de bautizados, según apunta la agencia misionera Fides.

 

Unificar la fecha de Pascua

La petición de unificar la fecha de la celebración de la Pascua fue expresada por el patriarca copto en una carta enviada en mayo de 2014 al papa Francisco, con ocasión del primer aniversario de su reunión en el Vaticano.

Tawadros, primado de la iglesia cristiana, numéricamente más consistente entre los presentes en los países árabes, realizó la propuesta nuevamente en noviembre de 2014, durante la celebración del quincuagésimo aniversario de la Fundación Pro-Oriente en Viena.

En junio de 2015, por su parte, el Santo Padre manifestó la voluntad de la Iglesia Católica de fijar una fecha fija para la Pascua, “para que pueda ser celebrada el mismo día por todos los cristianos, ya sean católicos, protestantes u ortodoxos”.

La unificación de las fechas de la celebración de la Pascua de Resurrección es un tema especialmente urgente en el norte de África y en Oriente Medio. En estos lugares, iglesias y comunidades cristianas conviven en un mismo territorio y fijan el día de Pascua de una manera diferente, con el calendario juliano y el calendario gregoriano como puntos de referencia, señala la agencia AICA.

 

 

 

 

Santa Marta: Coronavirus, el Papa reza por los que sufren “falta de trabajo”

El Espíritu “enseña y recuerda” el misterio de la fe

mayo 11, 2020 12:13

Papa y Santa Sede

(zenit – 11 mayo 2020).- En la Misa matutina celebrada y transmitida en vivo en la capilla de la Casa Santa Marta, este lunes de la V Semana de Pascua, el Papa Francisco dirigió su oración a todas las personas que en este periodo han perdido su trabajo.

En estos días mucha gente ha perdido su trabajo; no fueron contratados de nuevo, trabajaban ilegalmente… Oremos por estos hermanos y hermanas nuestros que sufren esta falta de trabajo”, expresó el Santo Padre en su introducción a la celebración.

Además, recordó el 75º aniversario del hallazgo del cuerpo de san Timoteo en la cripta de la catedral de Termoli, Italia, durante los trabajos de restauración de 1945: “Nos unimos a los fieles de Termoli, hoy en la fiesta del hallazgo del cuerpo de san Timoteo”.

Después, en su homilía, Francisco reflexionó en torno al Evangelio de hoy (Jn 14, 21-26) en el que Jesús anuncia a sus discípulos que les enviará al Paráclito, el Espíritu Santo que el Padre enviará en su nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que Él les ha dicho.

 

Promesa del Espíritu Santo

Esta –señaló– “es la promesa del Espíritu Santo el Espíritu Santo que habita en nosotros y que el Padre y el Hijo envían” para “acompañarnos en la vida”.

Se llama Paráclito, es decir, el que “sostiene, el que acompaña para no caer, que te mantiene firme, que está cerca de ti para sostenerte”. El Señor promete este apoyo, “que es Dios como Él: Él es el Espíritu Santo”, aclaró.

El Papa explicó qué es lo que hace el Espíritu Santo en las personas a través de las palabras de el Señor: “Él te enseñará todo y te recordará todo lo que les he dicho”.

 

“Enseña y recuerda”

“Enseña y recuerda”, este es el oficio del Espíritu Santo, apunta, “nos enseña: nos enseña el misterio de la fe, nos enseña a entrar en el misterio, a comprender un poco más el misterio, nos enseña la doctrina de Jesús y nos enseña a desarrollar nuestra fe sin cometer errores, porque la doctrina crece, pero siempre en la misma dirección: crece en comprensión”.

El Espíritu –continúa– ayuda “a crecer en la comprensión de la fe, a entenderla más y a ir más allá para entender lo que dice la fe”, pues esta “no es algo estático; la doctrina no es algo estático: crece”, siempre, “en la misma dirección”.

Asimismo, el Pontífice subraya que el Espíritu Santo “impide que la doctrina se equivoque, impide que se quede quieta allí, sin crecer en nosotros. Nos enseñará las cosas que Jesús nos enseñó, desarrollará en nosotros la comprensión de lo que Jesús nos enseñó, hará crecer en nosotros la doctrina del Señor, hasta la madurez”.

 

El Espíritu Santo como memoria

El espíritu, agregó “les recordará todo lo que les he dicho”, “es como la memoria, nos despierta, nos mantiene siempre despiertos “en las cosas del Señor” y también hace recordar nuestra vida, “cuando nos encontramos con el Señor o cuando lo dejamos”.

En este sentido, el Obispo de Roma, se refirió a una persona que rezó ante el Señor así: “Señor, soy el mismo que de niño, de joven, tuvo estos sueños. Entonces, fui por los caminos equivocados. Ahora me has llamado”.

Esto, describió, “es el recuerdo del Espíritu Santo en la vida de uno. Te lleva a la memoria de la salvación, a la memoria de lo que Jesús te enseñó, pero también a la memoria de tu propia vida”. Es también “una hermosa forma de rezar al Señor: ‘Yo soy el mismo. He caminado mucho, he cometido muchos errores, pero soy el mismo y tú me amas’.  Es “la memoria del camino de la vida”.

 

Guía para discernir

“Y en este recuerdo, el Espíritu Santo nos guía; nos guía para discernir, para discernir lo que debo hacer ahora, cuál es el camino correcto y cuál el equivocado, incluso en las pequeñas decisiones. Si pedimos luz al Espíritu Santo, nos ayudará a discernir para tomar las decisiones correctas, las pequeñas decisiones de cada día y las más grandes”, expuso el Papa Francisco.

El Espíritu, insistió, “nos acompaña, nos sostiene en el discernimiento”, “nos enseñará todo, es decir, hace crecer la fe, nos introduce en el misterio, el Espíritu que nos recuerda: nos recuerda la fe, nos recuerda nuestra propia vida y el Espíritu que en esta enseñanza, en esta memoria, nos enseña a discernir las decisiones que debemos tomar”.

 

Don de Dios

Además del nombre de Paráclito, el Santo Padre se refirió a otro nombre “más hermoso”: es el Don de Dios. “El Espíritu es el don de Dios. El Espíritu es precisamente el Don: ‘No te dejaré solo, te enviaré un Paráclito que te sostendrá’ y nos ayudará a avanzar, a recordar, a discernir y a crecer. El don de Dios es el Espíritu Santo”, puntualizó.

Finalmente, Francisco concluyó: “Que el Señor nos ayude a mantener este don que nos dio en el Bautismo y que todos tenemos dentro de nosotros”.

 

Comunión espiritual, adoración y bendición

Según indica el citado medio vaticano, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración:

“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.

Antes de salir de la capilla de Santa Marta, dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana propia del tiempo pascual, el Regina Coeli.

 

Regína caeli laetáre, allelúia.
Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia.
Ora pro nobis Deum, allelúia.

 

 

 

 

Abuelos: El coraje de esperar, el futuro positivo y la alegría de vivir

Testimonios de España, Italia y Malta

mayo 11, 2020 17:55

Entrevistas
Familia y sociedad

(zenit – 11 mayo 2020).- Los abuelos en muchas culturas siempre han sido considerados como los depositarios y portadores de historia, sabiduría y experiencia. En este momento histórico caracterizado por la aparición violenta del COVID-19, los ancianos se han visto como los más débiles, los más vulnerables, los más indefensos debido a que corren un mayor riesgo de contagio.

Para prevenir esta enfermedad infecciosa, la solución de quedarse en casa tanto cuanto es posible, evitando las visitas de hijos, nietos y amistades, ha llevado a nuestros adultos mayores a vivir un aislamiento y una soledad forzada. Así, al inicio de la emergencia, entre los balcones se han visto abuelos y nietos lanzándose besos y, durante todo este periodo, muchos de ellos han manteniendo contacto con los familiares a través de un smartphone o una tablet.

Dejemos espacio a la voz de los ancianos que “se han quedado en casa” quienes, en estos momentos, tienen mucho que decirnos sobre la separación física, la soledad, la muerte y el sentido de la vida, algo así como una especie de herencia en tiempo de un extraño virus con un extraño nombre.

La periodista mexicana Mayra Novelo (Il settimanale dei latinoamericani, Il secolo XIX) entrevistó para zenit a algunas parejas de ancianos de España, Italia y Malta, preguntando, en momentos como estos,  qué significa la soledad, la muerte, el uso de los medios digitales para estar cerca de la familia y para vivir la fe y la visión al futuro.

***

 

¿Es la soledad un asunto insólito en tiempo del COVID-19?

“La soledad es como el colesterol -dice Immacolata Serafino, de 75 años de edad y 54 de matrimonio- hay el bueno y el malo. Lo mismo para la soledad hay una soledad buena y otra no tan buena que causa dolor, sobre todo para quien no la elige libremente. En el 2001 enviudé, por lo que estoy bastante habituada a vivir sola, en estos momentos lejos físicamente de mis nietos, sí, me siento más sola. Pero uno no debe rendirse. La vida es demasiado corta y tremendamente importante como para perder un solo momento. Tenemos que pensar en el mañana armándose cada nuevo día de paciencia y confiando en la providencia divina”.

“Si no estás bien sola contigo misma, ¿cómo logras sobrevivir? ¡Eres la persona con la cual pasas la mayor parte del tiempo!”, responde de manera simpática Luisa Ferrando, de 79 año de edad y 55 de matrimonio. “La ansiedad por la situación actual a veces nos hace sufrir un poco… pensamos en nuestro nieto y su continuo charlar, lo imaginamos cuando lleva hasta la desesperación a su mamá… Menos mal que mi nuera a menudo llama por videollamada y entonces lo vemos. Y de esta manera estamos muy felices. Mi marido y yo, agradecemos a Dios que aún estamos juntos, podemos decir que la soledad no existe para nosotros.

Hemos perdido varios hábitos como: ir al mercado, comprar el periódico, ir a la Misa… Es verdad, nos falta la relación cercana con familiares y amigos. Echamos de menos la posibilidad de pasear, de ir a la casa de campo y visitar en el hospital a quienes están enfermos. Estamos aprendiendo a vivir otra rutina con menos prisa y haciendo más cosas juntos, cosas que antes no hacíamos porque nos parecía que dividiéndonos las tareas de casa parecía que hacíamos más. Incluso el silencio que a veces se establece entre nosotros no es un vacío, no nos entristece, de hecho relaja y descansa la mente y nos hace descubrir muchas cosas pequeñas que normalmente escapan a nuestra atención y nos predispone a reflexionar sobre aspectos importantes”.

 

La muerte, un proceso natural que esta pandemia ha convertido en un evento dramático, especialmente para muchas personas ancianas. ¿Qué piensan sobre esto? ¿Cómo lidiar con el riesgo de “morir por coronavirus”?

“Es muy triste seguir cotidianamente  el número de las personas que mueren de forma dramática por causa del virus”, refiere Carmine Romano, con 80 años de edad y 56 de matrimonio. “Esperamos que los científicos del mundo trabajen en marcha apresurada para encontrar una vacuna que pueda poner fin a la pandemia. Sin embargo, cuando se trata de abuelos canosos como yo, la muerte no puede pasarse por alto. La muerte en su realidad estremecedora o imprevista, nos enseña a vivir, a apreciar las cosas verdaderas y profundas de la existencia”.

“Bueno, en estos momentos hemos dejado a un lado nuestros achaques de salud y nos hemos concentrado en salir sanos y salvos, -interviene con una sonrisa Beniamino Bardo, de 85 años de edad y 55 de matrimonio-. Desafortunadamente, esta infección se ha llevado a una persona para nosotros muy querida. Ha sido un desprendimiento doloroso sin la posibilidad de participar en el último saludo. Dios ha permitido esto y el inmensa aflicción que llevamos en nuestros corazones quizás nos ayuda a ser más conscientes y diríamos serenos para aceptar lo que tenemos que vivir a diario. Ya que tratar de vivir bien el momento presente nos da la certeza de que todo estará bien”.

 

¿Cómo superar el miedo y dar ejemplo a los hijos?

“La salud es una de nuestras preocupaciones”, comentan Virtudes Monserrat y Filippo Vespa, ambos celebran 52 años de matrimonio. “Y sí, sentimos miedo ante este virus, mucho debido a la falta de información de cómo y en qué medida nos afecta, pero sabemos que hay una manera de superarlo: afrontándolo con valentía y serenidad. Buscamos mantener pensamientos positivos que miran al mañana cambiando un ‘yo’ por un ‘nosotros’”.

“Más allá del miedo, me falta la libertad de salir y poder saludar a mis hijos y nietos cuando lo deseo, dice Onorina Tagliaferro de 80 años y 56 de matrimonio. Pero por amor hacia la vida trato de vivir con prudencia, aceptando de manera positiva la situación. Dado que muchos de nosotros venimos de la experiencia de la guerra y de la posguerra, ciertamente tenemos una mayor disposición a vivir de acuerdo con reglas más restrictivas y, por lo tanto, tratamos de ayudar a nuestros seres queridos con la certeza de que todo mejorará si juntos volvemos a enderezar nuestros hombros, nos remangaremos la camisa y trabajaremos lo mejor posible. A estas alturas de nuestra vida hemos superado tantas dificultades que solo basta creer y desear un futuro mejor en el cuál el sol brillará de nuevo”.

 

Hoy se dice que la casa se convierte en una “Iglesia doméstica”. ¿Por qué? ¿Utilizan los medios de comunicación para seguir las celebraciones y participar en los momentos de oración?

“La Iglesia, considerada solo como un lugar concreto de culto, en estos momentos, tal vez no sería tan importante que estuvieran cerradas por algunas horas. Sí, nos ha faltado la Misa vivida como sacramento de la Eucaristía y celebrada con nuestra comunidad. Pero Dios siempre está presente a nuestro lado, él está con nosotros en su Palabra, si tratamos de vivirla diariamente, en la manera cómo tratamos al otro, sabiendo que Jesús está en él. La caridad es una manera muy concreta de amar y siempre difícil, incluso entre nuestros familiares más cercanos. Lavar los platos, pasar la aspiradora, desempolvar, colocar cuidadosamente las cosas, si todo esto lo hacemos pensando que Jesús nos dice ‘me lo hiciste a mí’, adquiere un sabor que da alegría. Y luego, las nuevas tecnologías, en situaciones como estas, nos brindan muchas oportunidades para participar en momentos de oración muy hermosos, que vivimos como comunidad, porque dan la oportunidad de ser seguidos  por muchas personas y que sin duda son de gran ayuda”, concluyen Luisa y Beniamino.

Cada anciano tiene un mundo de recuerdos, un tesoro de experiencias, una sabiduría madura y siempre fresca. Un tesoro que de alguna manera trasmiten a sus hijos y nietos. Es este amor que viene y va, es lo que da sentido al vivir y morir. Las personas mayores con su clarividencia nos brindan una valiosa ayuda en el arte de superar las dificultades y comprender la esencia de la vida: el amor.

 

Mayra Novelo

 

 

 

 

Brasil: Oración del Papa por enfermos y víctimas del coronavirus en San Pablo

Llamada al arzobispo Scherer

mayo 11, 2020 14:23

Papa y Santa Sede

(zenit – 11 mayo 2020).- El Papa Francisco llamó al cardenal Odilo Pedro Scherer, arzobispo metropolitano de San Pablo en Brasil, para expresarle su preocupación por el creciente número de enfermos y la pérdida de vidas en la arquidiócesis debido a la pandemia del coronavirus, informa Vatican News.

Además, el Santo Padre transmitió su cercanía y solidaridad a toda la población de San Pablo, asegurando que reza constantemente por esta querida población brasileña.

Efectivamente, de acuerdo a la citada fuente, el arzobispo de San Pablo anunció que el sábado 9 de mayo, a las 11:50 horas, recibió la sorpresa de una llamada personal de Francisco.

 

Preocupación del Papa

En una nota, el cardenal indicó que el Papa preguntó sobre la situación en la ciudad de San Pablo, a raíz de la información recibida sobre la grave situación de pandemia experimentada en la capital de Brasil.

De este modo, Francisco manifestó su gran preocupación por el creciente número de enfermos y la pérdida de vidas, prometiendo rezar por todos.

 

Los pobres

El Pontífice también preguntó por la situación los suburbios de los pobres, consciente de que en San Pablo el número de personas necesitadas y vulnerables es muy elevado y de que estas no siempre cuentan con un hogar o las condiciones adecuadas para seguir las medidas preventivas contra el contagio de la COVID-19.

Por último, el cardenal Scherer relató que el Obispo de Roma pidió que se transmita a todos su bendición apostólica y encomendó que se rece por él.

El prelado, por su parte, agradeció al Papa sus palabras, fuente de gran consuelo para los brasileños de San Pablo, a quienes comunicó su cercanía y su bendición apostólica.

 

 

 

 

Chile: Caritas lanza campaña “Nadie se salva solo” frente a COVID-19

Colaboración con donaciones online

mayo 11, 2020 16:49

Conferencias Episcopales

(zenit – 11 mayo 2020).- La Pastoral Social Caritas Chile ha lanzado la plataforma de donaciones en línea a través de la cual se busca apoyar en alimentación, artículos de higiene personal y del hogar a quienes están sufriendo las graves consecuencias del coronavirus.

Junto con lo anterior, tras la atención a la emergencia inmediata, la campaña buscará en los meses siguientes apoyar emprendimientos y proyectos que proporcionen sustento a quienes se han visto afectados por la pandemia, indica la Conferencia Episcopal de Chile en un comunicado publicado hoy, 11 de mayo de 2020.

De este modo, la Pastoral Social Caritas Chile hace un llamado a aportar dinero a la Campaña Nacional de Emergencia que pretende ayudar a algunos de los grupos más necesitados ante el drama humano de la COVID-19: adultos mayores, migrantes y familias vulnerables.

 

“Nadie se salva solo”

La campaña está animada por la frase “nadie se salva solo”, con la cual el Papa Francisco, en el mensaje Urbi et Orbi de marzo pasado, agradeció a todos los que están dando lo mejor de sí para ayudar a otros frente a la epidemia.

Con respecto a los destinatarios de la campaña, Lorenzo Figueroa, director de Caritas Chile, señala que a través del permanente contacto con los equipos diocesanos, “hemos constatado la difícil realidad que están viviendo adultos mayores que viven solos y con recursos muy escasos”.

“Existen muchas familias que han perdido sus fuentes laborales, agravando su situación de pobreza, algo que ha golpeado también con fuerza a la población migrante. Han surgido diversas iniciativas solidarias para apoyar a todas estas personas: comedores, entrega de alimentos y artículos de higiene, entre otras”, describe Figueroa.

“Para mantener estas acciones necesitamos el apoyo de todos quienes estén en condiciones de aportar, para multiplicar la solidaridad y llegar con ayuda a todos aquellos rincones donde la Iglesia está presente con su acción de servicio. Sabiendo que es fundamental respetar las disposiciones de distanciamiento social, hemos dispuesto de una plataforma que permite recibir donaciones de manera online”, añade.

 

Vivir la solidaridad

Los obispos y administradores de Chile, en su última asamblea plenaria realizaron precisamente un llamamiento avivir una solidaridad que nos comprometa y que exprese fuertemente nuestro deber de fraternidad, que brota del Evangelio”.

En esta ocasión, el episcopado chileno anunció que -junto con poner a disposición de la autoridad recintos e instalaciones que se necesiten- toda la pastoral social e instituciones de la Iglesia, a nivel nacional y en cada diócesis, están trabajando en proyectos que permitan una efectiva asistencia a los más afectados por esta situación: “Queremos que nadie se sienta solo en este tiempo, que a nadie le falte una voz esperanzadora”, manifestaron.

 

Visibilización

Al respecto, el portavoz de la Conferencia Episcopal, el diácono Jaime Coiro, declaró que “la campaña solidaria que se lanza también busca visibilizar las acciones solidarias en ejecución desde hace varias semanas en las diversas zonas del país, a través de los equipos de Pastoral Social Caritas en las diócesis”.

“Porque es precisamente en las parroquias y comunidades donde se conocen con más propiedad los rostros sufrientes, la magnitud de las consecuencias de la pandemia y la determinación de cuáles son, en cada lugar y momento, las necesidades más apremiantes”, concluye.

Caritas Chile, como organismo de la Conferencia Episcopal de Chile, tiene entre sus líneas de acción la ayuda humanitaria y la gestión y reducción del riesgo de emergencias, trabajando en redes nacionales con organismo públicos y privados, desde una perspectiva de desarrollo humano integral, solidario y sostenible, con la participación de las comunidades afectadas.

De acuerdo a los datos ofrecidos por el Ministerio de Salud de Chile, el número de casos totales en el país es de 28.866, con 312 fallecidos y 13.112 recuperados en todo el país.

 

 

 

 

COVID-19: Arquidiócesis de Panamá abre el ‘Comedor Solidario Santa María del Camino’

Beneficiará a mil personas

mayo 11, 2020 13:36

Iglesia católica
Medicina y salud

(zenit – 11 mayo 2020).- El arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa inauguró el Comedor Solidario Santa María del Camino, ubicado en Ciudad Radial, en el corregimiento de Juan Díaz, el cual beneficiará a mil personas con platos de comida.

Por el momento, en medio de la pandemia de la COVID-19, estos platos serán distribuidos en la comunidad parroquial casa por casa a las personas necesitadas.

“Una vez superada la pandemia y el Ministerio de Salud permita que las personas puedan estar en contacto social, estas podrán acudir al comedor Solidario Santa María del Camino, a recibir un plato de comida caliente”, informó la Oficina de Prensa de la arquidiócesis panameña.

Monseñor Ulloa Mendieta, explicó que “se está trabajando en la logística de cómo llevar los platos de comida casa por casa, porque no nos podemos desplazar, estamos solicitando la cooperación a los diferentes estamentos de seguridad para trabajar en conjunto y para poder acercarnos a los benefactores”.

Por su parte, el padre Domingo Escobar Chávez, párroco de la parroquia Santa María del Camino, señaló que “la idea del comedor surge por la crisis que hay por la pandemia del coronavirus. A muchas personas les han ofrecido bolsas de comida y bonos, pero en nuestras comunidades parroquiales no les ha llegado esta ayuda”.

“En mi celular tengo cualquier cantidad de llamadas de gente pidiéndome apoyo y de verdad que les creo, porque no considero que sea actuación ni dramatización, sino que es una situación concreta de lo que están viviendo”, aseguró. “Un padre y una madre con tres o cuatro niños… Nosotros los adultos podemos entender que no hay comida, pero un infante de verdad que no”, añadió.

La iniciativa “fue comentada en la parroquia a ciertas personas y hacerlo fue de verdad una gran bendición porque apareció una empresa que puso a disposición todo su personal con todos los insumos necesarios para su construcción, por lo que estamos muy agradecidos”, contó el padre Escobar.

“Este comedor ha sido una forma de responder en algo justamente a esas personas de nuestras comunidades parroquiales con necesidades”. Ante ello, el padre Domingo Escobar pide a los feligreses elevar sus oraciones por este nuevo proyecto social.

 

Ejerciendo la caridad

La Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Panamá, ante la crisis sanitaria y económica que vive el país y el mundo por el coronavirus, realizaron la donación de desinfectante, barras de jabón y gel antibacterial a los centros penitenciarios: la Nueva Joya, la Joya y la Joyita.

De acuerdo con el capellán, fray Francisco Palomares, la Pastoral Penitenciaria entregó la donación de unos 25 mil jabones de barra, que será distribuidas en los seis centros penitenciaras que hacen un total de unos 12.347 reclusos, para entregarles dos jabones a cada uno.

En el pobre está Cristo y lo que le hacemos a los pobres y a los más vulnerables se lo hacemos directamente a Él; en ellos vemos su rostro. Fray Palomares recalca: “Él nos pide que sigamos atendiéndole como aquella mujer de Betania, ungiéndole los pies, porque cuando derramamos todo lo que tenemos, por muy valioso que sea económicamente, para el servicio de los  pobres, se lo estamos dando a Dios y con eso abrimos la puerta del cielo”.

La Pastoral Penitenciaria ejerciendo la caridad, muestra una vez más ser una “Iglesia en salida”, al solidarizarse con los más necesitados.

 

 

 

 

Coronavirus: “Más allá de la crisis”, reflexión del padre Federico Lombardi (3)

“No tengan miedo”

mayo 11, 2020 12:50

Análisis

(zenit – 11 mayo 2020).- Ante la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, el padre Federico Lombardi escribe un ciclo de artículos para mirar más allá, al futuro que nos espera.

En este tercer artículo, el sacerdote analiza la post-pandemia: el mundo también está lleno de buenas noticias. En esta línea, señala que es un deber reconocerlas y darlas a conocer, porque son las que marcan el camino y dirigen la mirada hacia arriba.

A continuación sigue la reflexión completa del padre Lombardi, publicada en Vatican News.

***

 

“¡No temas. Porque, yo estaré contigo!”: Estas son palabras que resuenan muchas veces a través de todas las escrituras. Son las palabras dirigidas por Dios mismo o en su nombre a aquellos que son llamados por Él a una misión determinada e inesperada, por caminos aún desconocidos, como Moisés ante la zarza ardiente o María ante el Ángel. “¡No tengas miedo!” Son palabras dirigidas por los profetas al pueblo oprimido por la angustia, como cuando se siente estrecho sin salida entre el Mar Rojo y los carros de guerra de los egipcios. Jesús también las retoma varias veces, dirigiéndose a sus discípulos, al “pequeño rebaño” que le sigue o a los que sufrirán persecución por su nombre. Para estos, Jesús insiste en que no tendrán que temer a ninguna fuerza humana, porque ésta puede tomar la vida del cuerpo, pero no la del alma, y porque en el tiempo de la prueba, Dios no los abandonará.

La gran palabra “¡No tengas miedo!”, como bien recordamos, fue retomada con insistencia en tiempos más cercanos por san Juan Pablo II desde el inicio de su pontificado y dirigida al mundo entero: “¡No tengan miedo! ¡Abran las puertas a Cristo!”. Después de todo, la fe en Cristo Salvador es precisamente –para todos– la gran y definitiva liberación del miedo.

La pandemia, aunque se supere permanentemente gracias a una vacuna eficaz, nos dejará en cualquier caso un legado de inseguridad, digamos incluso de miedo oculto, listo para resurgir. Ahora sabemos que, a pesar de todos los esfuerzos y de todos los compromisos adecuados para reducir los riesgos, pueden aparecer otros virus u otras fuerzas capaces de tomarnos por sorpresa y socavar nuestra paz y seguridad y escapar al control. Debido a que la seguridad absoluta en esta tierra no existe, no es posible. Y nunca existirá en el futuro.

Ciertamente debemos esperar de la ciencia y de la organización social y política, en general de la racionalidad humana, una ayuda esencial para recuperar la tranquilidad necesaria para una vida personal y social serena y “normal”. Pero sigue habiendo la necesidad de algo más profundo, así que estas respuestas no son suficientes.

¿Podemos vivir libres de los miedos más radicales por nosotros mismos y por nuestros seres queridos, por nuestro futuro? ¿Dónde está la clave para vivir en paz y, por lo tanto, para una vida verdaderamente buena incluso en esta tierra, a pesar de todas las dificultades que inevitablemente surgen cada día? Somos muy conscientes de que cada uno de nosotros tiene su propia personalidad, carácter e historia, que tienen un profundo efecto en sus actitudes. Hay quienes son más ansiosos y frágiles, y no es su culpa; hay quienes son más naturalmente tranquilos y optimistas, y es un don. Pero la palabra del Señor se dirige a todos y es una invitación a todos a confiar en un amor que nos precede, nos mira y nos acompaña.

A menudo hoy en día tenemos la restricción de hablar de la “providencia” de Dios. Nos parece una palabra que pone en riesgo nuestro compromiso cristiano en el mundo, que nos hace pasivos y menos responsables. Pero esto es una trampa. Olvidar la providencia de Dios significa perder el sentido de que el amor de Dios nos envuelve y nos acompaña, aunque a menudo nuestros ojos aún no lo reconozcan. En el Sermón de la Montaña Jesús nos invita a abrir los ojos: –“Miren los pájaros en el cielo, miren los lirios en el campo…”–, y a no dejarnos capturar totalmente por las preocupaciones inmediatas por nuestro bienestar temporal. Además de los pájaros y las flores, los ojos que se abren también pueden ver cada día muchos otros signos de amor y esperanza sembrados a lo largo de nuestro camino, en las circunstancias y en las personas que encontramos, en sus palabras y acciones. Cada uno de nosotros considera una gracia conocer a la gente que sabe verlos y nos ayuda a verlos con un ojo penetrante y una mirada serena. El mundo está lleno no sólo de malas noticias, sino también de buenas noticias. Es nuestro deber reconocerlas y darlas a conocer, porque son las que nos guían más lejos y dirigen nuestra mirada hacia arriba, la fuente del amor, la meta de la esperanza.

Jesús concluye sus palabras sobre la providencia con un consejo muy sabio: “Para cada día basta su dolor”. No debemos dejar que las preocupaciones de hoy y mañana y todo el futuro que nos espera se acumulen todas juntas sobre nosotros: nos aplastarían. Debemos pensar que cada día tiene su ración de castigo, pero también de gracia. Debemos creer que cada día se nos dará la gracia necesaria para soportar el castigo. La gracia necesaria para buscar el reino de Dios y su justicia en esta vida y en la vida eterna. Santa Teresa de Ávila nos lanza una palabra que amplía nuestros corazones y nuestros horizontes más allá de todos los obstáculos: “Nada te moleste, nada te asuste. Todo pasa, Dios no cambia. Con paciencia se consigue todo. Quien tiene a Dios no carece de nada. Solo Dios es suficiente”. ¿Nuestra fe nos inspirará en el largo camino que tenemos por delante, para que sea un camino de inteligencia y sabiduría, verdaderamente libre de los malos consejos de los miedos profundos, libre en la esperanza del miedo a la muerte?.

 

 

 

 

Puerto Rico: El Papa acepta la renuncia del obispo de Mayagüez

Y nombra a su sucesor, padre Ángel A. Ríos

mayo 11, 2020 14:36

Papa y Santa Sede

(zenit – 11 mayo 2020).- El Santo Padre ha aceptado la renuncia de Mons. Álvaro Corrada del Río al gobierno pastoral de la diócesis de Mayagüez (Puerto Rico).

Igualmente, el Papa Francisco ha nombrado obispo de la diócesis de Mayagüez (Puerto Rico) al Rev. Ángel Luis Río Matos, del clero de la misma diócesis, y allí vicario judicial y párroco de San Sebastián Mártir.

Así informó el pasado sábado, 9 de mayo de 2020, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

 

Rev. Ángel Luis Río Matos

Nacido en Aguada, Puerto Rico, el 5 de octubre de 1956, se formó en el Instituto Secular de los Hermanos Misioneros de la Caridad.

Estudió Filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico y Teología en la Universidad “Javeriana” de Bogotá, obteniendo la licenciatura en ambas disciplinas. Fue ordenado sacerdote el 11 de enero de 1985 para la diócesis de Mayagüez.

Después de sus estudios de Derecho Canónico, completados con un Doctorado, ha sido vicario, administrador y párroco en varias parroquias; jefe de la Pastoral Juvenil y Vocacional; director espiritual de los Cursillos de Cristiandad; profesor de la Universidad Interamericana; miembro del Colegio de Consultores y de la Comisión de Seguridad Social del Clero Secular; así como juez del Tribunal Diocesano.

Actualmente es presidente del Tribunal Diocesano; párroco de San Sebastián Mártir y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia.

 

 

 

 

Teología para Millennials: “Velorio virtual”

Por el padre Mario Arroyo

mayo 11, 2020 13:53

Análisis

(zenit – 11 mayo 2020).- El padre Mario Arroyo reflexiona hoy sobre los velorios virtuales, en el marco de la nueva serie de artículos publicados en zenit bajo el lema “Teología para Millennials”, en el contexto de la pandemia de coronavirus.

El doctor en Filosofía aclara que estos velatorios “son doblemente dolorosos, pues a la pérdida de un ser querido se une el dolor de no haberlo podido acompañar en sus últimos momentos, ni poderlo despedir como se merece”.

Cada lunes encontrarán en nuestra página web el análisis del padre Arroyo sobre algún tema de actualidad, dando su sincera opinión o, en algunos casos, para “poner los puntos sobre las íes”, como él mismo escribe en su blog.

Aquí ofrecemos el primer artículo de la serie, con el que el padre Arroyo reflexiona sobre la violencia doméstica, agravada en los hogares a causa del confinamiento por el coronavirus.

***

 

Velorio virtual

Estas semanas me ha tocado participar de una serie de eventos tristes, dolorosos, y paradójicamente esperanzadores, los velorios virtuales. Son doblemente dolorosos, pues a la pérdida de un ser querido se une el dolor de no haberlo podido acompañar en sus últimos momentos, ni poderlo despedir como se merece. A veces se da la dramática situación de que una familia deja a su ser querido en el hospital, para recibir días después sus cenizas y ni siquiera poder ahí darle las honras fúnebres apropiadas. La amargura es total.

En esas circunstancias, como paliativo al dolor y vivencia de fe, he tenido el honor y, ¿por qué no?, el gusto de presidir algunos velorios virtuales. En efecto, varios deudos creativos, intranquilos con dejar ir así, sin más, a su difunto, han metido un poco de creatividad al asunto y han organizado velorios vía zoom. Fe y tecnología se dan la mano para unir en la oración a las familias y despedirse así del ser querido. En este sentido, las sorpresas han sido muchas, pues la participación ha sido desbordante, así como la actitud de oración. Nos unimos para recordar al ser amado, contar sus anécdotas, hacer su elogio póstumo y rezar por su eterno descanso. Al hacerlo, se brinda consuelo a quienes más están sufriendo la partida y el penoso proceso de la muerte.

Pero, además, las posibilidades tecnológicas permiten una participación más intensa en la ceremonia. En efecto, en algunos de los velorios he sido testigo de cómo se conectan simultáneamente, para orar y despedir al ser amado, personas desde todos los ángulos del planeta. Hace poco, por ejemplo, para el velorio de una persona en México, se conectaron familiares y amigos de China, Estados Unidos, Perú y no sé cuántos lados más. Era maravilloso escuchar los testimonios de todos, desde horarios y lugares muy distintos; eso habría sido imposible en una situación normal, pues los deudos que se encontraban en países diversos simplemente no habrían participado de la ceremonia.

La fe y la tecnología se dan la mano, y ambas se unen para unir a las familias entre sí, con su difunto y con Dios. El deseo de comunión que anida en el corazón humano es más fuerte que la adversidad y, con creatividad y fe, puede superar los obstáculos. La tecnología y la oración unen a quienes están distantes, pero la oración puede más, pues la tecnología puede comunicarnos con nuestros amigos y parientes en China, pero la oración nos pone en comunión con quienes ya están en el más allá.

Ahora bien, la dramática situación de quienes sufren en soledad sus últimos momentos, sin poder gozar de la compañía y el consuelo de quienes más quieren, así como la amargura de familiares y amigos por estar obligados a dejarlos partir en soledad, imponen una reflexión más profunda, de amplio respiro. El hecho de morir solos o no poder acompañar a quienes amamos cuando más nos necesitan, requiere una actitud orante y de reflexión. En el fondo nos enfrentan abrupta y descarnadamente frente a una realidad: cuando morimos, estamos solos frente a Dios. No importa que muramos en una tienda de campaña acondicionada para atender enfermos de COVID-19, o en nuestro lecho, acompañados por nuestros seres queridos. Cuando morimos, en realidad, respondemos al llamado de Dios. Él nos creó y Él nos llama; en Él tenemos nuestro origen, pero también nuestro fin, nuestra plenitud. Para que no nos agarre por sorpresa el hecho inevitable de morir cara a Dios, es menester aprender a vivir de cara a Él y no a sus espaldas.

La cotidianidad de la muerte, gracias a la pandemia, ya es parte de nuestra vida y nos invita a pensar en la vida eterna. La soledad con la que se enfrenta la muerte nos invita a buscar ya en esta vida la compañía de Jesús, que será el único que podrá acompañarnos en el difícil trance de la muerte, y ayudarnos a dar, confiados, ese gran salto. Al mismo tiempo, cuando nos vemos forzados a despedirnos a distancia de un ser querido, si nuestra unión no es física, sí es afectiva y espiritual, con el consuelo además de que, del otro lado, en comunión con Dios, encontraremos purificados todos los amores nobles de nuestra vida.

 

P. Mario Arroyo
Doctor en Filosofía
p.marioa@gmail.com

 

 

 

 

Píldoras de esperanza: “El que me ama será fiel a mi palabra”

Lunes de la V Semana de Pascua

mayo 11, 2020 12:17

Espiritualidad y oración

 

Reflexión sobre los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

Espíritu Santo ven a estos momentos donde nos disponemos de corazón y mente para escuchar el mensaje de Dios y ponerlo en acción en nuestra vida. Amén.

 

Evangelio según San Juan 14, 21-26

Jesús dijo a sus discípulos: “El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a Él”.

Judas –no el Iscariote– le dijo: “Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?”.

Jesús le respondió: “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a Él y habitaremos en Él. El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho”.

Palabra del Señor

 

¿Qué dice el texto?

Jesús le respondió: “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a Él y habitaremos en Él”.

 

¿Qué nos dice hoy a nosotros Dios a través de este texto?

Este pasaje también está tomado de la extensa explicación que San Juan, el evangelista, pone dentro de la última cena. Son los grandes mensajes que resumen en parte las enseñanzas de Jesús.

Al principio habla de recibir los mandamientos, para luego cumplirlos. Y Jesús insiste en que el amor no se manifiesta solamente en palabras, sino en el cumplimiento de la voluntad de la otra persona.

Quisiera poner un ejemplo que suelo usar mucho. Imagina un joven que está enamorado de una muchacha con la que desea casarse y le dice que la ama, pero que no le pida a él que cambie nada de su vida. Y le dice, “yo te amo mucho, pero cuando nos casemos tú vas a trabajar porque a mi no me gusta, tú me vas a mantener porque no quiero hacer nada…”. ¿Qué piensas tú de ese muchacho? ¿Su amor por la chica será verdadero? Obviamente que no. Es una farsa (lamentablemente conozco algunos casos muy parecidos…).

De la misma manera que está en el ejemplo de los novios, Jesús nos dice que, si nosotros expresamos un amor a Él, debe manifestarse no solamente en las palabras, sino en el cumplimiento de sus enseñanzas. Por eso la frase que quiero destacar de hoy es: «El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a Él y habitaremos en Él”.

Juan nos presenta esto como un juego de palabras. Es una escalera que va subiendo peldaño a peldaño. El movimiento es:

  1. Si me amas, serás fiel a mis palabras y las cumplirás
  2. Si eres fiel, el Padre te amará
  3. Y si todo esto lo cumples, Jesús y el Padre habitarán en ti

La fidelidad, la fe y las obras respondiendo a la fe, son aquí la clave de todo el mensaje. Y yo te pregunto: ¿cómo estás viviendo en estos tiempos especiales? ¿Cómo cumples tú con la fe que dices tener? Hoy, a pesar de tener que quedarnos en casa, hay muchas posibilidades de hacer muchas obras.

Por ejemplo, animar a los que cuidan a las personas más delicadas, apoyar a los voluntarios que ofrecen comida para las personas que por diferentes situaciones no tienen recursos económicos, publicar en las redes sociales buenas noticias de todos los que hacen la diferencia. Pero lo más importante: ponerte una meta de acción concreta en tu vida para cuando puedas terminar la situación de cuidados de salud, puedas sentirte cumpliendo con el Señor y su Palabra.

Te invito a repetir varias veces para introducir en tu vida y tu corazón:

¡Señor, yo te amo y soy fiel a tu palabra, ven a acompañarme!

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia

 

www.fundacionpane.com
www.cristonautas.com
Facebook: Fundación Ramón Pané
Youtube: 
Fundación Ramón Pané

 

 

 

 

Santo Domingo de la Calzada, 12 de mayo

Patrón de los ingenieros civiles

mayo 11, 2020 09:34

Testimonios de la Fe

 

“Ineludible referente en la Ruta Jacobea a la que dotó de numerosos recursos. Es el patrón de los ingenieros civiles, un gran apóstol al que se le atribuyen numerosos milagros como el de una gallina que cantó después de asada”

Pertenece a una de las épocas que han contribuido a realzar la Ruta Jacobea. Él mismo forma parte de ella con su persona y quehacer. Dejó su impronta en una de las etapas de este Camino, incansablemente recorrido durante siglos por numerosos peregrinos que acuden a orar ante la tumba del Apóstol Santiago. Fue contemporáneo de los santos Domingo de Silos y Juan de Ortega, testigos de su virtud. Sus padres, Ximeno García y Orodulce lo acogieron con gozo cuando vino al mundo en Vitoria de Rioja, Burgos, España, hacia el año 1019. No podían ni imaginar la trascendencia que su retoño iba a tener, pero el impacto de su existencia bendecida con numerosos milagros se ha mantenido viva hasta el día de hoy. Eran dueños de distintas posesiones que pusieron a merced de los demás. Y seguramente la relevancia de lo que vivió en un hogar marcado por el desprendimiento debió insuflar en Domingo una pronta aspiración por la vida religiosa. Desde luego, su etapa de formación durante cuatro años junto a los monjes benedictinos de Nuestra Señora de Valvanera en Logroño, donde llegó hacia 1031, suscitó claro anhelo de formar parte de la comunidad. Allí se había impregnado de la riqueza amasada por estos humildes seguidores de Cristo, curtidos en la oración, en el trabajo y el estudio, conocedores de la ciencia, expertos miniaturistas, artífices de joyas únicas, incunables que continúan poniendo de relieve la fecundidad de la vida monástica y el esplendor de una época que aún perdura.

Con ese gran acervo patrimonial tuvo que partir Domingo sin lograr el propósito de convivir junto a los monjes el resto de sus días. Quizá el abad no quiso ensombrecer el futuro de sus padres que habían depositado sus esperanzas en el heredero y menos, siendo que su padre ya había fallecido, incrementar el pesar de Orodulce. Pero Domingo lo intentó de nuevo acudiendo al monasterio de San Millán de la Cogolla, otro de los bastiones espirituales y culturales colindantes. Tampoco allí tuvieron éxito sus pesquisas. Se ve que Dios había elegido para él la vida eremítica, la soledad, y la fecunda vía purgante del silencio, al menos durante un tiempo, ya que sus planes iban más allá. Y se retiró a la Ayuela o Fayuela, un pequeño monte rodeado de encinas cercano al enclave de lo que hoy se conoce como Domingo de la Calzada, para dar gloria al Altísimo.

Su morada fue una ermita derruida en torno a la cual cultivó la fértil tierra para abastecerse de lo preciso sin depender de la limosna. Era digno heredero de la genuina tradición eremítica y vivió como tal hasta el año 1039. Se sitúa esa fecha como la del inicio de su colaboración con el obispo de Ostia, Gregorio, que se había trasladado a la localidad de Calahorra con un legado papal a efecto de ayudar a la gente a deshacerse de una insidiosa plaga de langosta que invadía sus campos. Fue él quién le ordenó sacerdote. Ambos construyeron un puente de madera para atravesar el río Oja pensando, sobre todo, en paliar las dificultades de acceso que hallaban los peregrinos que se dirigían a Santiago de Compostela.

El prelado falleció en 1044 y Domingo siguió trabajando de manera incansable en solitario. Cuando el río varió su cauce y el puente primitivo dejó de ser viable, inició la compleja tarea de sustituirlo por uno de piedra. Destinó sus bienes a esta importante construcción amén de practicar la limosna para contribuir a los cuantiosos gastos que conllevaban materiales y mano de obra. A finales de 1046 culminó esta obra de ingeniería, un espléndido puente con 24 ojos sobre el río Oja, que facilitaba el constante trasiego de romeros. Aún existe en la actualidad. Pero su aportación a la Ruta Jacobea no había hecho más que comenzar. Después la incrementó con nuevas infraestructuras: albergues, una ermita que puso bajo la advocación de Santa María, un hospital para auxilio de los peregrinos… Y la creación de calzadas. Junto a Juan de Ortega varió el primitivo acceso romano desplazándolo hacia el sur en bien de los caminantes, y así consolidó el tránsito por Nájera y Redecilla del Camino. Por esta acción, la localidad se conoce como Santo Domingo “de la Calzada”.

Contó con el apoyo de nobles y del monarca Alfonso VI de Castilla. Éste supo valorar la importancia del Camino de Santiago (Itinerario Cultural Europeo desde 1998), a todos los niveles. Contribuía al progreso y, además, fue decisivo para implantar el castellano en ese privilegiado entorno. Domingo atrajo allí el patrimonio cultural que acompaña a esta vía, porque la huella de la Ruta se aprecia en el esplendoroso románico que la circunda y en otras artes que florecieron a su paso junto a la arquitectura: música, pintura, escultura, etc. así como otros bienes inmateriales, costumbres, lenguas, pensamiento…

Se le atribuyen incontables milagros. Uno de los más populares puede que sea el acaecido en el siglo XIV en un mesón. Habría sido protagonizado por un matrimonio que transitaba hacia Santiago de Compostela junto a su hijo. Prendada de él la hija del posadero, y viendo que no era correspondida, fraguó su venganza introduciendo en el zurrón del muchacho un objeto de plata. Luego lo denunció, un delito por el que fue condenado a morir ahorcado. Pero no perdió la vida, como constataron sus padres al día siguiente. El joven explicó que la debía a Domingo que le libró del asfixiante cordel. El corregidor fue informado del suceso por los felices progenitores del muchacho. En ese momento tenía frente a sí un plato con un gallo y una gallina asados y se disponía a dar cuenta de las viandas. Así que no se le ocurrió otra comparación que la de las aves, respondiendo escéptico al matrimonio que su hijo estaba tan vivo como ellas. Y al momento cacarearon testificando así la autenticidad del milagro. De ahí el dicho: “Santo Domingo de la Calzada donde cantó la gallina después de asada. Domingo murió el 12 de mayo de 1109. Aunque no existe constancia de su fecha de canonización, en el Martirologio de 1584 ya aparecía inscrito como santo. Es patrón de los ingenieros civiles.