Conferencia Episcopal

 

Han circulado los nombres de los nuevos arzobispos de Burgos y Zaragoza

 

Los nombramientos pontificios se harán públicos mañana y con ellos empieza a dibujarse el nuevo mapa episcopal en España

 

 

05/10/20


 

 

 

 

 

Durante este fin de semana han circulado con toda naturalidad en ámbitos eclesiásticos por España los nombramientos pontificios que se harán públicos mañana, martes, y que se refieren a las diócesis de Burgos y Zaragoza.

El secreto pontificio es el que guarda el Papa, y por lo visto algo de eso habló el Papa Francisco a los miembros de la cúpula de la Conferencia Episcopal en su pasada reunión en Roma.

Un primer dato de ese anticipado anuncio de nombramientos es el interés que han mostrado algunas personalidades de la Iglesia por adelantar la notificación oficial, y en comentar con delectación los nombres a pesar del sigilo material.

Se trata de nombramientos para las archidiócesis metropolitanas de Burgos y Zaragoza de dos obispos de perfiles muy similares, que harán las delicias de esas iglesias que, sin duda, van a contar con pastores de primera división. Nombramientos que llevan la marca del cardenal omnipresente.

 

Herráez no culminará el centenario

El arzobispo de Burgos, Fidel Herráez, no verá cumplido su sueño de concluir el Jubileo del VIII Centenario de la Catedral. ¿Por qué no ha podido culminar el proyecto de fe y cultura más importante de una diócesis española en los últimos años? Parece que al final se ha impuesto la tesis de no se sabe qué revancha.

La clave también está en la persona que va a ser arzobispo de Burgos. Un obispo aún joven, que destaca por su formación intelectual, que ha hecho una magnífica labor en su diócesis de origen.

Se podría decir que sigue los pasos del cardenal Ricardo Blázquez. Burgos cuenta con una histórica Facultad de Teología y con un Seminario que tuvo mejores tiempos. Y con el fenómeno esplendoroso de Iesu Communio, que levanta ampollas en no pocos.

Durante tiempo, y con equivocada insistencia, un arzobispo metropolitano, a punto de jubilarse, hablaba de ese candidato para sucederle, algo que no ha beneficiado al que decía estas cosas. Coloca en una situación complicada a quien se había erigido como su mentor, que puede llevarse una sorpresa no muy grata.

 

Sedes metropolitanas vacantes

Esta segunda derivada, los que están destinados a las más importantes sedes metropolitanas vacantes en un futuro inmediato, puede ser la pieza que falta para explicar lo que acaba de empezar.

Burgos, tal y como está el proyecto cultural y el Plan de Pastoral, demandaba un obispo con capacidad de gestión, con nivel intelectual, con sana doctrina y con trayectoria consolidada. Aunque algunos interpretarán también que se le ha colocado en una “vía lenta”.

Otro de los datos de este cambio es la oportunidad para darle un giro al episcopado actual en el lugar del que sale el que llega a Burgos.

Lo que han hecho los actuales obispos de esa comunidad autónoma –reforma de los seminarios, aumento de vocaciones, reorientación de la eclesialidad, fomento del laicado, adecuada respuesta a la crisis económica, potenciación de la Vida Consagrada…- no parece ser reconocido por ciertas dialécticas, como la de “los del pasado versus los del presente”.

 

El caso de Zaragoza

En el caso de Zaragoza, el arzobispo saliente, Vicente Jiménez Zamora, que hizo todo lo posible e imaginable para salir corriendo de su anterior diócesis, quizá para estar cerca de su casa, llegó a Zaragoza después de que el nuncio anterior le hubiera comunicado a don Fidel Herráez que él iba ser el arzobispo de Zaragoza. Nombramiento que se frustró en Roma.

Cambió el destino de don Fidel, y a la capital del Ebro se fue quien podía solucionar uno de los casos más oscuros y complicados de la Iglesia en España en el presente. No se sabrá si Jiménez Zamora lo ha podido solucionar hasta pasado el tiempo, aunque ya hay alguna sentencia canónica clarificatoria al respecto.

Se da la paradoja de que el nuevo arzobispo de Zaragoza se incardinó originariamente en esa diócesis, en la que llegó a ocupar importantes cargos durante el mandato de monseñor Manuel Ureña desde 2005 hasta 2014. ¿Un reconocimiento tardío, de forma indirecta, a monseñor Manuel Ureña? Ya se verá. ¿Un hombre, de quién, en la Habana? ¿Va a Zaragoza a hacer justicia con Ureña o a hacer que todo se olvide?

Mañana comienza a dibujarse el nuevo mapa episcopal de la Iglesia en España.