Servicio diario - 05 de noviembre de 2020


 

PAPA FRANCISCO
Video del Papa en noviembre: Rezar por una inteligencia artificial que sea humana
Larissa I. López
Intención de oración para este mes

PAPA FRANCISCO
Misa por cardenales y obispos difuntos: Homilía del Papa Francisco
Gabriel Sales Triguero
“Yo soy la resurrección y la vida”

CIUDAD DEL VATICANO
Vaticano: Fondos de la Secretaría de Estado, gestionados por Administración del Patrimonio
Larissa I. López
Y controlados por la Secretaría de Economía

IGLESIA LOCAL
Honduras: Obispos llaman a preservar la vida ante la tormenta Eta
Cristhian Alvarenga
Comunión y cercanía

IGLESIA LOCAL
Entrevista al cardenal Barreto, presidente de la Red Eclesial Panamazónica
Larissa I. López
Ofrecida por la REPAM

IGLESIA LOCAL
Bolivia: Obispos aclaran que las elecciones fueron transparentes
Gabriel Sales Triguero
Reunión en la CVII Asamblea

IGLESIA LOCAL
Estados Unidos: La Asamblea General anual de obispos será virtual
Enrique Soros
Días 16 y 17 de noviembre

TESTIMONIOS
Venerable Doroteo Hernández: Fundador de un carisma fiable
José Antonio Varela Vidal
29 años de su muerte

ESPIRITUALIDAD
Evangelio del 8 de noviembre: Reflexión de Monseñor Enrique Díaz
Enrique Díaz Díaz
“Participar de la fiesta plena de Dios”

TESTIMONIOS
Beato José López Piteira, 6 de noviembre
Isabel Orellana Vilches
Mártir de la Guerra Civil española


 

 

 

Video del Papa en noviembre: Rezar por una inteligencia artificial que sea humana

Intención de oración para este mes

noviembre 05, 2020 17:46

Papa Francisco

(zenit – 8 nov. 2020).- En el Video del Papa de noviembre el Santo Padre llama a rezar para que “el progreso de la robótica y de la inteligencia artificial esté siempre al servicio del ser humano… podemos decir ‘sea humano’”.

Hoy, 5 de noviembre de 2020, ha salido a la luz este video que desvela la intención de oración que Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa.

 

Progreso unido al bien común

En su mensaje, el Pontífice señala que la inteligencia artificialestá en la raíz del cambio de época que estamos viviendo”.

La robótica, afirma, “puede hacer posible un mundo mejor si va unida al bien común. Porque si el progreso tecnológico aumenta las desigualdades, no es un progreso real”. Asimismo, “los futuros avances deben estar orientados al respeto de la dignidad de la persona y de la Creación”.

“Recemos para que el progreso de la robótica y de la inteligencia artificial esté siempre al servicio del ser humano… podemos decir ‘sea humano’”, es la petición final del Obispo de Roma.

Esta edición del Video del Papa contó con el apoyo de Enel, una empresa energética multinacional y uno de los principales actores integrados en los mercados mundiales de la energía, el gas y las energías renovables.

 

Progreso real

De acuerdo a una nota de prensa difundida por la Red Mundial de Oración del Papa, en los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha avanzado a un ritmo exponencial, como lo evidencian sus múltiples aplicaciones en distintos campos del conocimiento. Hoy el 37% de las organizaciones en el mundo ha implementado IA de alguna manera (lo que supone un aumento del 270% en los últimos cuatro años).

En el texto se lee que la IA es capaz de resolver muchas cuestiones que tienen al ser humano en el centro: entre otras, puede evaluar la capacidad de aprendizaje de los estudiantes para detectar oportunidades de mejora; puede ayudar a personas con disminuciones visuales o auditivas para desarrollar mejores herramientas de comunicación (como la traducción de texto a voz o de voz a texto); o puede agilizar la recopilación, el procesamiento y la difusión de datos e información sanitarios para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de pacientes, especialmente en aquellos que viven en zonas remotas.

Lo mismo ocurre en el campo de la ecología: por ejemplo, gracias a la inteligencia artificial es posible analizar datos sobre el cambio climático y elaborar modelos que puedan ayudar a predecir catástrofes naturales.

También sirve para crear ciudades inteligentes y sostenibles: con reducción del gasto urbano, resiliencia de las carreteras y aumento de la eficiencia energética, entre otras cuestiones.

 

Al servicio del ser humano

Según el CEO de Enel, el ingeniero Francesco Starace, la innovación “ha puesto a disposición herramientas extraordinarias que debemos ser capaces de utilizar de la mejor manera posible. Como reafirma el Papa Francisco, es nuestra tarea asegurar que los beneficios resultantes se distribuyan equitativamente y generen oportunidades y bienestar”.

“Para orientar positivamente nuestra acción y nuestras elecciones en relación con el presente y el futuro, es necesario poner en el centro el respeto por las personas y el medio ambiente, adoptando una visión basada en la sostenibilidad. Solo así la evolución tecnológica puede ser aliada de la humanidad y generar oportunidades que hasta hace pocos años no podíamos ni siquiera imaginar”, agrega.

 

Desarrollo de la responsabilidad

Por su parte, el padre Frédéric Fornos, director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, expuso que “la mutación de nuestras sociedades también transforma nuestro trabajo. Son cambios rápidos que hay que acompañar para que sean para el bien de todos”.

Esta intención de oración “refuerza la idea de que el beneficio que la humanidad ha obtenido (y seguirá obteniendo) a partir del progreso tecnológico debe siempre contemplar también, y en paralelo, un ‘desarrollo adecuado de la responsabilidad y los valores’”, apunta.

 

Ética y justicia social

“Así lo manifestó el Papa en sus encíclicas Laudato si’ y ahora en Fratelli tutti: ‘¡Qué bonito sería si al crecimiento de las innovaciones científicas y tecnológicas correspondiera también una equidad y una inclusión social cada vez mayores!’”, continúa el sacerdote.

Y concluye: “Sabemos que la inteligencia artificial, la robótica y otras aplicaciones tecnológicas abren grandes desafíos para la ética y la justicia social. Por eso es importante el pedido último del Papa: rezar para que el progreso siempre ‘sea humano’.

 

 

 

 

 

 

Misa por cardenales y obispos difuntos: Homilía del Papa Francisco

“Yo soy la resurrección y la vida”

noviembre 05, 2020 13:37

Papa Francisco

(zenit – 5 nov. 2020).- En la homilía de la Santa Misa en sufragio de los cardenales y obispos difuntos durante este año, el Papa Francisco ha indicado que la oración por los fallecidos, “extiende sus beneficios también a nosotros, peregrinos aquí en la tierra”, “nos educa para una auténtica visión de la vida” y “nos revela el sentido de las tribulaciones que debemos atravesar para entrar en el Reino de Dios”.

Hoy, 5 de noviembre de 2020, el Santo Padre ha presidido la Eucaristía en la basílica de San Pedro, y ha dirigido la homilía desde el Altar de la Cátedra.

 

169 pastores difuntos

En total han sido 169 pastores de la Iglesia difuntos, de los que 6 son cardenales y 163 obispos o arzobispos. Algunos de estos últimos, 30, formaban parte de jurisdicciones eclesiásticas españolas y latinoamericanas: dos de España, cinco de México, cinco de Argentina, cuatro de Perú, dos de Nicaragua, dos de Chile, dos de Colombia, uno de Paraguay, uno de Venezuela, uno de Panamá, uno de Uruguay, uno de El Salvador, uno de Ecuador, uno de Bolivia y uno de Guatemala.

También estaban incluidos en el sufragio otros dieciséis de jurisidicciones en Estados Unidos y diecisiete en Brasil.

 

Jesús y la muerte de Lázaro

El Papa ha comenzado la homilía resaltando la “solemne autorrevelación” de Jesús en el Evangelio proclamado: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerte, vivirá; y el que está vivo y cree en mí no morirá para siempre”.

La “gran luz” de las palabras recordadas por el Evangelio “prevalece sobre la oscuridad del profundo duelo causado por la muerte de Lázaro”, Marta las acoge y con “firme profesión de fe declara: ‘Sí Señor, yo creo que tú eres el Cristo’”.

El Pontífice describió que estas palabras “traen esperanza a Marta del futuro lejano al presente: la resurrección ya está cerca de ella”. Y remarcó que esta revelación de Jesús “nos interpela a todos”, pues estamos llamados a “creer en la resurrección” como algo que “nos involucra misteriosamente ya desde ahora”, sin ignorar “el desconcierto que humanamente experimentamos ante la muerte”.

Tal y como señala, excepto en el pecado, Jesús es “totalmente solidario con nosotros”, ya que también “experimentó el drama del luto, la amargura de las lágrimas derramadas por el fallecimiento de un ser querido”, su amigo Lázaro.

 

Jesús es la resurrección

Francisco ha explicado que hoy “es a nosotros a quienes el Señor nos repite: Yo soy la resurrección y la vida”, y nos llama a “renovar el gran salto de fe, entrando ya desde ahora en la luz de la resurrección”.

“Cuando se produce este salto, nuestra forma de pensar y ver las cosas cambia”, indicó, “la mirada de la fe, trascendiendo lo visible, ve en cierto modo lo invisible”. Es por esto que, sigue, “cada evento se evalúa entonces a la luz de otra dimensión, la de la eternidad”.

Refiriéndose al Libro de la Sabiduría, el Obispo de Roma ha destacado que, a los ojos de la fe, la “muerte prematura de un justo” no se presenta como “una desgracia, sino como un acto providencial del Señor, cuyos pensamientos no coinciden con los nuestros”.

En este sentido, también ha afirmado, citando al libro sagrado, que “la vejez venerable no son los muchos días”, pues “las canas de un hombre son la prudencia y la edad avanzada, una vida intachable”. “Los amorosos designios de Dios para sus elogios escapan completamente a aquellos que tienen la realidad mundana como único horizonte”.

 

Oración por los difuntos

Recordando a los cardenales y obispos difuntos de este año, el Papa Francisco ha pedido al Señor ayuda para “considerar su parábola existencial de la manera correcta” y que “disuelva esa melancolía negativa que a veces nos penetra, como si todo terminara en la muerte”.

Se trata de un “sentimiento alejado de la fe, que se añade al miedo humano de tener que morir, y del que nadie puede decir que es completamente inmune”. Es por esto, enfatiza, que “incluso el creyente debe convertirse continuamente”.

Después, el Santo Padre ha invitado a “ir más allá de la imagen que instintivamente tenemos de la muerte como aniquilación total de una persona” y “encomendarnos enteramente al Señor que declara: Yo soy la resurrección y la vida”. Esto hace que, acogidos a la fe, “la oración por nuestros hermanos fallecidos sea verdaderamente cristiana” y nos permita “tener una visión más real de su existencia”.

 

El testimonio de cardenales y obispos

Finalmente, Francisco apuntó que la oración en sufragio por los difuntos, “extiende sus beneficios también a nosotros, peregrinos aquí en la tierra”, “nos educa para una auténtica visión de la vida” y “nos revela el sentido de las tribulaciones que debemos atravesar para entrar en el Reino de Dios”.

Del mismo modo, el Papa ha invitado a recordar “con gratitud” el testimonio de los cardenales y obispos difuntos que “vivieron en la fidelidad a la voluntad divina”.

A continuación, sigue la homilía completa del Papa Francisco.

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Homilía del Santo Padre

En el pasaje evangélico que se ha proclamado (cf. Jn 11,17-27) Jesús pronuncia una solemne autorrevelación: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí no morirá para siempre” (vv. 25-26). La gran luz de estas palabras prevalece sobre la oscuridad del profundo duelo causado por la muerte de Lázaro. Marta las acoge y con una firme profesión de fe declara: “Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo” (v. 27).

Las palabras de Jesús traen la esperanza de Marta del futuro lejano al presente: la resurrección ya está cerca de ella, presente en la persona de Cristo. La revelación de Jesús hoy nos interpela a todos. Estamos llamados a creer en la resurrección no como una especie de espejismo en el horizonte, sino como algo que está presente y nos involucra misteriosamente ya desde ahora. Y, sin embargo, esta misma fe en la resurrección no ignora ni enmascara el desconcierto que humanamente experimentamos ante la muerte.

El mismo Señor Jesús, al ver a las hermanas de Lázaro y a los que estaban llorando con ellas, no sólo no ocultó su sentimiento, sino que —añade el evangelista Juan— incluso “se echó a llorar” (Jn 11,35). Excepto en el pecado, es totalmente solidario con nosotros: experimentó también el drama del luto, la amargura de las lágrimas derramadas por el fallecimiento de un ser querido. Pero esto no disminuye la luz de la verdad que emana de su revelación, de la que la resurrección de Lázaro fue un gran signo.

Hoy, por lo tanto, es a nosotros a quienes el Señor nos repite: “Yo soy la resurrección y la vida” (v. 25). Y nos llama a renovar el gran salto de fe, entrando ya desde ahora en la luz de la resurrección: “El que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?” (v. 26). Cuando se produce este salto, nuestra forma de pensar y ver las cosas cambia. La mirada de la fe, trascendiendo lo visible, ve en cierto modo lo invisible (cf. Hb 11,27). Cada evento se evalúa entonces a la luz de otra dimensión, la de la eternidad.

Esto es lo que emerge en el pasaje del Libro de la Sabiduría. La muerte prematura de un justo se considera desde una perspectiva diferente a la común: “Agradó a Dios y Dios lo amó, vivía entre pecadores y Dios se lo llevó… para que la maldad no pervirtiera su inteligencia, ni la perfidia sedujera su alma” (4,10-11). Desde la perspectiva de la fe, esa muerte no se presenta como una desgracia, sino como un acto providencial del Señor, cuyos pensamientos no coinciden con los nuestros.

Por ejemplo, el propio autor sagrado señala que, según la perspectiva de Dios, “una vejez venerable no son los muchos días, ni se mide por el número de años, pues las canas del hombre son la prudencia y la edad avanzada, una vida intachable” (4,8-9). Los amorosos designios de Dios para sus elegidos escapan completamente a aquellos que tienen la realidad mundana como único horizonte.

Por lo tanto, sobre estos —como hemos oído— se dice: “La gente ve la muerte del sabio, pero no comprende los designios divinos sobre él, ni por qué lo pone a salvo el Señor” (4,17). Al rezar por los cardenales y obispos que han fallecido durante este último año, pedimos al Señor que nos ayude a considerar su parábola existencial de la manera correcta. Le pedimos que disuelva esa melancolía negativa que a veces nos penetra, como si todo terminara con la muerte.

Es un sentimiento alejado de la fe, que se añade al miedo humano de tener que morir, y del que nadie puede decir que es completamente inmune. Por esta razón, ante el enigma de la muerte, incluso el creyente debe convertirse continuamente.

Cada día estamos llamados a ir más allá de la imagen que instintivamente tenemos de la muerte como aniquilación total de una persona; a trascender lo evidente, los pensamientos sistemáticos y obvios, las opiniones comunes, a encomendarnos enteramente al Señor que declara: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí no morirá para siempre” (Jn 11,25-26).

Estas palabras, acogidas con fe, hacen que la oración por nuestros hermanos fallecidos sea verdaderamente cristiana. También nos permiten tener una visión más real de su existencia: comprender el sentido y el valor del bien que han hecho, de su fortaleza, de su compromiso y de su amor desinteresados; comprender lo que significa vivir aspirando no a una patria terrena, sino a una mejor, es decir, la patria celestial (cf. Hb 11,16).

La oración en sufragio por los difuntos, elevada en la confianza de que viven con Dios, extiende así sus beneficios también a nosotros, peregrinos aquí en la tierra. Nos educa para una auténtica visión de la vida; nos revela el sentido de las tribulaciones que debemos atravesar para entrar en el Reino de Dios; nos abre a la verdadera libertad, disponiéndonos a la búsqueda continua de los bienes eternos. Haciendo nuestras las palabras del Apóstol, nosotros también nos sentimos “llenos de confianza […].

Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarlo” (2 Co 5,8-9). La vida de un siervo del Evangelio gira en torno al deseo de lograr todo aquello que agrada al Señor. Este es el criterio de cada elección que hace, de cada paso que da. Recordemos, pues, con gratitud el testimonio de los cardenales y obispos difuntos que vivieron en la fidelidad a la voluntad divina; recemos por ellos, tratando de seguir su ejemplo.

Que el Señor derrame siempre sobre nosotros su Espíritu de sabiduría, de manera especial en este tiempo de prueba. Particularmente en los momentos en que el camino se hace más difícil, no nos abandona, permanece con nosotros, fiel a su promesa: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos” (Mt 28,20).

 

© Librería Editorial Vaticana

 

 

 

 

Vaticano: Fondos de la Secretaría de Estado, gestionados por Administración del Patrimonio

Y controlados por la Secretaría de Economía

noviembre 05, 2020 14:47

Ciudad del Vaticano
Papa Francisco

(zenit – 4 nov. 2020).- Los fondos gestionados por la Secretaría de Estado del Vaticano serán próximamente administrados por la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) y controlados por la Secretaría para la Economía (SPE).

Así lo ha indicado hoy, 5 de noviembre de 2020, el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, a través de un comunicado.

De acuerdo al mismo, el miércoles 4 de noviembre el Papa Francisco presidió una reunión cuyo objetivo “era promover la aplicación de lo solicitado por el Santo Padre en la carta (adjunta) al Secretario de Estado, de fecha 25 de agosto de 2020, sobre la transferencia de la gestión administrativa de los fondos de la Secretaría de Estado a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y de su control a la Secretaría para la Economía”.

 

Comisión de paso y control

En esta misma reunión, el Papa constituyó la Comisión de paso y control, “que entra en funcionamiento con efecto inmediato, para completar, en los próximos tres meses, las disposiciones de la carta al Secretario de Estado”, se lee en la nota.

Esta Comisión está integrada por monseñor Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado, monseñor Nunzio Galantino, presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y el padre Juan Antonio Guerrero, prefecto de la Secretaría de Economía.

 

Carta del Papa

Igualmente, en el día de hoy ha sido difundida la carta dirigida al cardenal Parolin con la que el Papa dispuso esta medida, el pasado mes de agosto: “En el marco de la reforma de la Curia he reflexionado y orado por la oportunidad de dar un impulso que permita una organización cada vez mejor de las actividades económicas y financieras, continuando en la línea de una gestión que es, según los deseos de todos, más evangélica”.

El Pontífice describe como “de suma importancia” que la misión de cada entidad económica y financiera esté claramente definida “a fin de evitar la superposición, la fragmentación o la duplicación innecesaria y perjudicial”.

La misiva expone que “la Secretaría de Estado es sin duda alguna el Dicasterio que más estrecha y directamente apoya la acción” del Obispo de Roma en su misión, “representando un punto de referencia esencial en la vida de la Curia y de los Dicasterios que forman parte de ella”.

No parece, sin embargo, “necesario ni oportuno que la Secretaría de Estado desempeñe todas las funciones que están ya atribuidas a otros dicasterios”.

En consecuencia, es preferible “que el principio de subsidiariedad se aplique también en los asuntos económicos y financieros, sin perjuicio de la función específica de la Secretaría de Estado y la tarea indispensable que desempeña”.

Con todo ello, Francisco establece que la Secretaría de Estado transfiera “al APSA la gestión y administración de todos los fondos financieros y activos inmobiliarios, que en todo caso mantendrán su finalidad actual”.

Una atención particular, continúa la carta, merece las inversiones realizadas en Londres y el fondo Centurión, “de los cuales hay que salir lo antes posible, o al menos, disponer de ellas de manera que se eliminen todos los riesgos reputacionales”.

 

 

 

 

Honduras: Obispos llaman a preservar la vida ante la tormenta Eta

Comunión y cercanía

noviembre 05, 2020 18:17

Iglesia Local

(zenit – 5 nov. 2020).- La Conferencia Episcopal de Honduras, emitió el día de hoy, 5 de noviembre de 2020, un comunicado en el que hace un “llamado a la población a no arriesgarse y a seguir las instrucciones de las autoridades para evitar todo tipo de desgracias debido al desastre natural de la tormenta tropical Eta”.

 

Ríos desbordados

Ríos desbordados, carreteras destruidas y casas bajo el agua, es el resultado del paso de Eta por Nicaragua y Honduras. Las autoridades ayudan a quienes se han quedado sin hogar o atrapados por las fuertes lluvias en sus comunidades. Al menos una persona murió en Honduras y miles han sido evacuadas, según la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO).

El jefe de alerta temprana de la Comisión Permanente de Contingencias, Juan José Reyes, dijo a la Radio Progreso que los niveles de los ríos en el Valle de Sula se mantienen a tope, y si las lluvias siguen, los problemas podrán aumentar.

“El río Ulúa aumentó casi seis metros en su condición normal y el río Chamelecón aumentó tres metros. Esto hace que estemos en las capacidades máximas en el Valle de Sula”, dijo Reyes.

 

Obispos cercanos con las familias

En el mensaje el episcopado hondureño expresó su “comunión y cercanía espiritual en estos momentos de sufrimiento y preocupación, debido a los graves daños causados por el huracán Eta en la naturaleza, en las estructuras viales y habitacionales, así como los daños causados en las personas, especialmente en aquellas que han debido dejar su vivienda y ser recogidas en albergues”.

Los obispos invitan a los fieles, en la medida de lo posible, a tener “el cuidado necesario para cumplir las disposiciones básicas de bioseguridad” y de esa forma “prevenir los contagios” que se viven producto de la pandemia de la COVID-19.

 

Llamado a activar la pastoral social

En el mensaje, los obispos agradecen a los “párrocos su solicitud pastoral por las comunidades y les pedimos que en estas circunstancias incrementen su diligencia, juntamente con los equipos de pastoral social, para conocer los desastres que el huracán esté produciendo en su parroquia”.

Además, declaran que “será conveniente organizar las formas de ayuda ante las necesidades más apremiantes, juntamente con las autoridades locales, y coordinar estas actividades en el ámbito diocesano”.

 

 

 

 

Entrevista al cardenal Barreto, presidente de la Red Eclesial Panamazónica

Ofrecida por la REPAM

noviembre 05, 2020 12:02

Iglesia Local

(zenit – 5 nov. 2020).- El próximo 9 de noviembre se desarrollará de manera virtual la Asamblea de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), y su nuevo presidente, el cardenal Pedro Barreto, comenzará oficialmente su nuevo encargo.

A continuación, sigue una síntesis de la entrevista que realizó Luis Miguel Modina, misionero en Brasil, al purpurado peruano, publicada por la propia REPAM.

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En los últimos días ha sido dado a conocer que usted asumirá un nuevo servicio en la Iglesia de la Amazonía, pasando a ser el presidente de la REPAM. ¿Cómo encara este nuevo servicio en algo que es conocido, pues desde la fundación de la REPAM es vicepresidente de esta red?

En primer lugar, veo una continuidad de mi servicio, por la tradición que hay en este caminar juntos desde 2014, cuando ya teníamos el respaldo inicial del Papa Francisco, cuando tuvimos la experiencia más directa de comenzar algo inédito, porque hablar de una red eclesial que abarcase los siete millones y medio de kilómetros cuadrados del bioma amazónico, no teníamos ni idea de cómo hacerlo.

Sin embargo, en este camino juntos, hemos ido descubriendo nuevos rostros, nuevas personas, especialmente rostros de pueblos originarios amazónicos. Por lo tanto, mi experiencia es continuidad, y continuidad en la novedad, porque en realidad la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) ya es una realidad, por mandato expreso del Sínodo realizado hace un año en Roma, y también con el respaldo, yo diría pleno y total, del Papa Francisco. Es la continuidad de una novedad en la CEAMA.

El pasado día 28 de octubre, la REPAM organizaba un webinar para hablar los avances y perspectivas del Sínodo un año después. Ante una de las preguntas de los participantes, el cardenal Hummes, hasta ahora presidente de la REPAM y presidente de la CEAMA, decía que ambas son parte de un todo, que no hay cómo separarlas, y que a través de la REPAM es como la CEAMA se hace presente en el territorio. ¿Cómo se va a organizar ese trabajo en común entre la REPAM, que tiene seis años de vida y tuve un papel muy destacado en el proceso del Sínodo para la Amazonía, sobretodo en la preparación, y este nuevo organismo, que como usted ha dicho, el Sínodo pidió para la Iglesia de la Amazonía?

La CEAMA es inédita en la historia de la Iglesia, de alguna manera es un cauce sinodal, de escucha, de discernimiento y de puesta en práctica de estas 177 precisiones, que como nuevo camino para la Iglesia y para una ecología integral, están precisadas en el Documento Final del Sínodo. Yo diría que ahí está la clave de todo lo que la CEAMA es en realidad. En la Querida Amazonía, que es un signo de amor y de servicio de la Iglesia a este bioma tan importante para la humanidad, en ella el Papa Francisco formula cuatro sueños que la Amazonía le inspira, y el cuarto sueño le alienta a profundizar este camino pastoral para regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos.

La REPAM debe continuar muy de cerca su misión de acompañar las poblaciones indígenas y ribereñas de la Amazonía, escuchar sus gritos y el clamor de la tierra. La REPAM es una complementación de la CEAMA, y aquí está la gran riqueza de este proceso sinodal. La CEAMA ya tiene un espacio de articulación, de coordinación, muy estrecho con el territorio, y desde ella con las poblaciones indígenas.

 

El Papa Francisco es alguien que insiste mucho en los procesos. En el encuentro que tuvo con los obispos, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro, en 2013, dijo que la Amazonía era un banco de pruebas para la misión de la Iglesia. Teniendo en cuenta que el próximo sínodo, en 2022, va a ser sobre la sinodalidad, ¿esta nueva Conferencia Eclesial de la Amazonía puede ser entendida como un banco de pruebas que pueda ayudar a crear nuevas estructuras en función de la sinodalidad en otras partes del mundo, dentro de la Iglesia universal?

Sí, la CEAMA es inédita, como ya hemos indicado, es una conferencia eclesial, y una conferencia eclesial expresa con nitidez la realidad de una Iglesia conformada por todos los bautizados y bautizadas. Esta conferencia eclesial surge en un proceso renovador. De alguna manera, esta primera conferencia eclesial de una región precisa, como es la Amazonía, tiene para la Iglesia también un rebrote de una nueva imagen de una Iglesia renovada, una Iglesia que quiere escuchar a Dios, quiere a escuchar a los hermanos y quiere escuchar también a la naturaleza, para poder buscar juntos la voluntad de Dios y ponerla en práctica.

Me parece que no es que no es que sea un banco de prueba, es una realidad eclesial nueva, única en la historia de la Iglesia y que definitivamente está abriendo paso para una renovación de la Iglesia en la Amazonía y lógicamente es un aporte para la renovación de la Iglesia universal.

En la Asamblea Sinodal fue muy destacado el reconocimiento de la aportación que tuvieron tanto las mujeres cuanto los pueblos indígenas en el desarrollo de la asamblea. En la nueva Conferencia Eclesial de la Amazonía están presentes las mujeres y también los pueblos indígenas como una muestra de esa Iglesia Pueblo de Dios de la que usted hablaba. ¿Esa presencia de la realidad local y de las mujeres ayuda a hacer realidad aquello que el Papa Francisco desea y coloca en Querida Amazonía, como ha dicho en otros momentos, que las mujeres asuman papeles de protagonismos y ocupen espacios de decisión en el caminar de la Iglesia?

En realidad, no solamente la presencia de la mujer y de los pueblos originarios se dieron en el Sínodo, sino también a lo largo y ancho de la Amazonía en la participación destacada de las mujeres y de los pueblos originarios durante la preparación. No olvidemos que 45 asambleas territoriales se realizaron en el proceso preparatorio y todos los insumos del Documento de Trabajo tenían una riqueza muy grande, porque recogía la voz de los pueblos originarios y, de manera especial, la mujer. Por mi propia experiencia personal recuerdo los rostros de mujeres indígenas que aportaron mucho, no solamente en el proceso sinodal, sino también a mi propia experiencia personal.

Su discurso brotaba, no tanto de una reflexión racional, sino más bien de una experiencia, que pasaba por la razón lógicamente, pero que tenía un contenido afectivo y decisivo en la lucha por la vida y la dignidad de los pueblos originarios. La asamblea primera que se ha realizado el 26 y 27 de octubre, ha quedado demostrado también la importancia de escuchar a las mujeres y a los pueblos originarios en este proceso de renovación de la Iglesia y de este proceso de inculturación más a fondo en la realidad amazónica.

 

Usted habla de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Eclesial de la Amazonía. En este mes de noviembre, en los próximos días, se va a reunir el comité ejecutivo de la REPAM, donde va a intentar, como se ha hecho por parte de la CEAMA, ir concretizando esas propuestas del Documento Final del Sínodo que harían más referencia explícita a la REPAM. Como nuevo presidente de la REPAM, ¿qué es lo que espera de este momento y cuáles son los desafíos que se presentan para la red de cara al futuro?

La REPAM deba continuar su misión de acompañar muy de cerca a las poblaciones indígenas de la Amazonía. Segundo, estoy muy convencido que ahondará mucho más la REPAM en su espacio articulador, en este proceso evangelizador de la Iglesia. Tercero, ofrecer estos puentes de comunicación con la CEAMA. Esta comunicación con la CEAMA yo diría que es la identidad propia de la REPAM.

La REPAM por sí sola, simplemente ha sido este caminar juntos desde el territorio, y definitivamente tenemos que buscar la mejor forma de que la Iglesia sea aliada de los pueblos originarios para que podamos responder a ese deseo profundo que fue expresado en el aula sinodal, una Iglesia compañera de camino, una Iglesia que recoge todo lo mejor de los pueblos originarios, y que definitivamente nos ayuda a vivir una experiencia, yo diría eclesial, y que puede dar mucho fruto para poder dignificar la persona humana, dignificar también la cultura y todo el proceso de reconocimiento de nuestra tierra y del bioma amazónico, no como un recurso natural para explotar por la avidez del sistema económico imperante, sino que ha de tenerla como casa de todos y cada uno de nosotros.

 

El cardenal Hummes decía en estos días que estamos ante un proceso de cambio que puede durar generaciones. De hecho, el Papa Francisco, en un encuentro que tuvo con sus compañeros jesuitas en su viaje a Chile en 2018, decía que el Concilio Vaticano II tardaría cien años en ser asumido por la Iglesia. La sinodalidad, una Iglesia inculturada, que intenta responder a la realidad local, son elementos propios del Vaticano II. Pero al mismo tiempo, vemos que eso provoca ciertas resistencias, ¿cómo ayudar a hacer realidad esa sinodalidad, esa inculturación, esa interculturalidad, especialmente en la Amazonía?

Hay experiencias en la Iglesia que podemos decir que es un kairós, una experiencia de Dios presente en la historia, en la Iglesia, al servicio de la humanidad, como es el caso del Vaticano II. También al servicio de la Iglesia latinoamericana, que es el Documento de Aparecida, en 2007. Estoy convencido que, así como el Concilio Vaticano II era un proceso renovador, de una Iglesia renovadora, servidora de la humanidad, fiel al mandato de Cristo, así también el Documento de Aparecida, de la V Conferencia Episcopal Latinoamerica, es la respuesta de Dios a esta necesidad muy sentida de una Iglesia que quiere renovarse desde el corazón del Evangelio. Podemos decir que todo proceso es un avance cualitativo en la evangelización.

Aquí tenemos una experiencia también inédita, porque Francisco es el primer Papa de la historia de la Iglesia que viene del continente latinoamericano. En este sentido, escuché también, ya hace algunos años, que el Documento de Aparecida, al igual que el del Concilio Vaticano II, tienen que pasar décadas para su asimilación y puesta en práctica en la Iglesia latinoamericana, y lógicamente en un aporte a la Iglesia universal. Nadie imaginaba hace diez años, en su sano juicio, que íbamos a tener un papa latinoamericano, nadie se imaginaba que ese papa, el 266 sucesor del apóstol Pedro, era el responsable de coordinar la comisión de redacción del Documento Final de la V Conferencia Episcopal del CELAM.

En este sentido, podríamos decir que cuando se habla de procesos, se habla de experiencias muy profundas del kairós que vive la Iglesia en su renovación, a pesar de que surjan también dificultades, obstáculos, para evitar, aunque es incontenible, que este proceso avance conforme Dios quiere. No tenemos que asustarnos, tenemos que buscar estos nuevos caminos para la Iglesia, y así lo puso el Papa en el tema del Sínodo sobre la Amazonía. Es muy importante este aporte eclesial de este proceso sinodal, que continua con fuerza y que, gracias a Dios, a todos nos mantiene viva la esperanza.

 

Usted es cardenal, que son considerados los hombres de confianza del Papa. ¿Qué le anima a continuar apoyando las reformas del Papa Francisco, especialmente en la Iglesia de la Amazonía?

Lo que más me entusiasma es esta propuesta de caminar juntos, que llamamos la sinodalidad. Ya el Papa Francisco dijo que la reforma de la Iglesia, a la luz del Vaticano II, a la luz de la Evangelii Gaudium, a la luz de estas dos encíclicas fundamentales del Magisterio Social de Francisco, que es la Laudato si’ y Fratelli Tutti, recientemente dada a conocer, son, sin duda alguna, experiencias vitales para mi persona. De alguna manera, como soy hijo del Concilio Vaticano II, uno se entusiasma al leerlo, pero se entusiasma mucho más al experimentarlo, en esta fragilidad, pero al mismo tiempo fortaleza del Espíritu de Dios, que nos anima a renovar nuestro rostro y a enriquecerlo con nuevos rostros, en este caso amazónicos, para la Iglesia.

 

 

 

 

Bolivia: Obispos aclaran que las elecciones fueron transparentes

Reunión en la CVII Asamblea

noviembre 05, 2020 17:07

Iglesia Local

(zenit – 5 nov. 2020)-. Los obispos de la Conferencia Episcopal de Bolivia han aclarado que consideran “que todo el proceso de las elecciones nacionales del 18 de octubre se ha desarrollado en paz y en forma transparente”.

Ante la situación de “incertidumbre que vive una parte de la población boliviana”, los prelados, reunidos en su CVII Asamblea, han emitido una nota aclaratoria a los ciudadanos sobre cómo percibieron el desarrollo de las elecciones del mes pasado, difundida por Iglesia Viva el 4 de noviembre de 2020.

 

Elecciones “vividas en paz”

La Conferencia Episcopal de Bolivia ha señalado que, junto a representantes de las Naciones Unidas, la Unión Europea y la OEA, han acompañado el actuar del Órgano Electoral Plurinacional y que “los observadores de las organizaciones políticas participaron del cómputo de los tribunales departamentales y no presentaron observaciones sobre el proceso electoral y sus diferentes etapas”.

No obstante, dado el “ambiente de duda que se ha creado en algunos sectores de la población y tomando en cuenta la transparencia que debe regir en todas las instituciones públicas”, también han sugerido “implementar mecanismos de diálogo e información para generar un clima de certidumbre y confiabilidad en el proceso electoral y contribuir a la consolidación de la democracia y la paz social”.

 

Felicitaciones

Tras la celebración de las elecciones, el pasado 18 de octubre, la Secretaría General del episcopado boliviano expresó sus “felicitaciones al pueblo boliviano por la jornada electoral vivida en paz y respeto para todos, con gran participación, expresando libremente su voluntad soberana para el futuro de Bolivia”.

Los prelados describieron que la jornada electoral constituyó “un gran día, expresión de la vocación democrática de nuestro pueblo, una jornada electoral llamada a normalizar la democracia y las elecciones, como expresión libre de la voluntad popular”.

 

 

 

 

Estados Unidos: La Asamblea General anual de obispos será virtual

Días 16 y 17 de noviembre

noviembre 05, 2020 10:10

Iglesia Local

(zenit – 5 nov. 2020).- La Asamblea General de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) de otoño de este año será de forma virtual los días lunes 16 y martes 17 de noviembre de 2020, según ha informado en su web la USCCB.

Sus estatutos les exigen realizar una sesión al menos una vez por año y suelen hacerlo dos veces, una en primavera y otra en otoño. Siendo que la primera se suspendió por razones de la COVID-19, y tras consultar a la Santa Sede, han decidido por votación mantener la de noviembre pero de forma virtual (normalmente se celebra en Baltimore, Maryland).

 

Programa de la Conferencia de Obispos

La asamblea comenzará con un discurso del nuncio en los Estados Unidos, el francés Christophe Pierre. El arzobispo José Gómez, primer presidente latino de la USCBB, por su parte, dará su primera alocución en calidad de máxima autoridad del cuerpo.

La Junta Nacional de Revisión que asesora al Comité de Protección de Niños y Jóvenes dará una presentación sobre la protección de menores. Se espera que el orden del día de la reunión incluya un diálogo de los obispos sobre una respuesta pastoral a la pandemia COVID-19 y otra al racismo.

Se debatirán y votarán las prioridades estratégicas revisadas del Plan Estratégico 2021-2024 de la USCCB, la renovación del Comité Especial contra el racismo y el presupuesto de la USCCB para 2021.

Para facilitar la votación de los nuevos presidentes de los ocho comités permanentes, el nuevo secretario general de la USCCB y los nuevos miembros de la junta de Catholic Relief Services (CRS), los obispos han decidido emitir su sufragio por correo en forma anticipada.

Esos resultados se anunciarán durante la sesión plenaria. Los mismos incluyen a un nuevo presidente del Comité de Libertad Religiosa para reemplazar al obispo George V. Murry, fallecido el pasado mes de junio.

Los otros siete comités tendrán nuevos presidentes electos: Prioridades y Planes, Educación Católica, Comunicaciones, Diversidad Cultural en la Iglesia, Doctrina, Colectas Nacionales y Actividades Pro-Vida.

Al concluir la asamblea de este año, el obispo elegido para el Comité de Libertad Religiosa asumirá el rol de presidente, y los obispos elegidos para los siete comités restantes servirán durante un año como presidentes electos antes de comenzar un período de tres años como presidentes efectivos, al concluir la Asamblea General de otoño de 2021.

 

Seguimiento de la conferencia

Las sesiones públicas de los debates y votaciones de la Asamblea General estarán disponibles a través de livestream. Las actualizaciones de las noticias, los resultados de las votaciones, los textos de los discursos y las presentaciones y otros materiales se publicarán en www.usccb.org/meetings.

La transmisión en vivo se llevará a cabo el lunes 16 de noviembre (1:00-5:00 pm hora del este), y el martes 17 de noviembre (1:00 pm hasta aproximadamente 3:00 pm, hora del este).

 

Con información de USCCB: Chieko Noguchi y Miguel Guilarte.

 

 

 

 

Venerable Doroteo Hernández: Fundador de un carisma fiable

29 años de su muerte

noviembre 05, 2020 11:01

Testimonios

(zenit – 5 nov. 2020).- En el contexto de la reciente publicación del Motu proprio Authenticum charismatis del Papa Francisco, referido a la fundación de Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, surge la figura indiscutible del venerable sacerdote español, Doroteo Hernández Vera, quien este 6 de noviembre cumplirá 29 años de su partida al cielo.

Como fundador en diciembre de 1937 del Instituto Secular Cruzada Evangélica, actualmente presente en siete países de tres continentes, respondió en su momento a la voluntad del santo padre, expresada en la carta descrita líneas arriba: “Los fieles tienen derecho a ser advertidos por los pastores sobre la autenticidad de los carismas y la fiabilidad de los que se presentan como fundadores”.

 

Un río desbordado

Nacido en la ciudad española de Soria, Matute,  el 28 de marzo de 1901, la vida del niño Doroteo transcurrió en una familia muy religiosa y abnegada.

Después de terminar sus estudios, que él mismo ayudó a solventar con su trabajo, fue ordenado sacerdote diocesano el 23 de marzo de 1926, a la joven edad de 25 años. Algún tiempo después, sería probado en su fe y fidelidad a la Iglesia…

Como todos sabemos, en plena Guerra Civil española, la Iglesia y sus ministros fueron perseguidos y martirizados. Uno de estos valientes fue el padre Doroteo, quien de modo clandestino -y con la identidad cambiada-, se las ingeniaba para celebrar la Misa a diversas comunidades de católicos.

Por ello, en abril de 1937 fue apresado, torturado y conducido a la prisión de Santander. Allí, junto a otros cinco detenidos compartió una pequeña celda acondicionada en un pasillo, en la que tuvo que acomodarse dentro de un espacio de 4.25 metros de largo por 1.80 de ancho.

 

Una cruzada de amor

Librado de la prisión de modo milagroso en agosto del mismo año 1937, sacó fuerzas y, a modo de recuperación del tiempo perdido, ejerció con pasión el apostolado de visita a los reclusos, en especial a los condenados a muerte.

Retomó también el seguimiento pastoral y espiritual de un grupo de jóvenes españolas, a quienes invitaba a vivir una vida sencilla, donde la Eucaristía fuese el centro de sus vidas. El fin era hacer llegar el amor de Dios a los ambientes más difíciles y necesitados del anuncio del Evangelio.

Brotó entonces la semilla de lo que sería un instituto de laicas consagradas, llamado Cruzada Evangélica, el cual cuenta entre sus destacadas historias a la hoy sierva de Dios, Ascensión Sánchez, joven española fallecida en 1946.

Fue así que, probado en el sufrimiento, la persecución y las privaciones, el fundador dejó un invalorable legado a la Iglesia. La inspiración de este hombre santo se ha visto cristalizado con obras en el campo sanitario, educativo y social, en países siempre misioneros como el Perú, Bolivia, Guatemala, República Democrática del Congo, Zambia y España.

Quienes viajen a Madrid, pueden visitar en la ciudad de Coslada la tumba del venerable Doroteo Hernández, ante la cual se puede orar por su pronta beatificación.

Para conocer más del Instituto Secular Cruzada Evangélica, haga clic aquí.

 

 

 

 

Evangelio del 8 de noviembre: Reflexión de Monseñor Enrique Díaz

“Participar de la fiesta plena de Dios”

noviembre 05, 2020 09:00

Espiritualidad

(zenit – 05 nov. 2020).- Monseñor Enrique Díaz Díaz comparte con los lectores de zenit su reflexión en torno al Evangelio del próximo 8 de noviembre, XXXII Domingo del Tiempo Ordinario.

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Sabiduría 6, 12-16: “Encuentran la sabiduría aquellos que la buscan”

Salmo 62: “Señor, mi alma tiene sed de ti”

I Tesalonicenses 4, 13-18: “A los que mueren con Jesús, Dios los llevará con Él”

 

Parábola polémica

Muchas veces me cuestiono la razón de las parábolas de Jesús y en particular de esta parábola que conocemos como de las vírgenes prudentes y de las vírgenes necias. La invitación a un banquete, en el caso concreto a una fiesta de bodas, es un tema de los favoritos de Jesús. Entiende el Reino de los Cielos siempre como la plenitud del amor y como la participación de la alegría.

Y no es difícil imaginarnos que esa boda podría significar los desposorios del Dios Amante con su pueblo, la novia esperada. Siempre Jesús hablándonos del amor y siempre invitándonos a la participación de esa fiesta plena. Ya con esta enseñanza bastaría para hacer de esta parábola una de las favoritas nuestras, dejándonos cuestionar sobre la forma que estamos respondiendo a esta llamada de amor.

Parece continuar esta parábola el ambiente de la polémica, donde Jesús recrimina a los escribas y fariseos su inconstancia y falta de coherencia en la búsqueda de Dios. Ellos habían sido invitados los primeros, ellos tenían en sus manos las lámparas encendidas; ahora se ven rechazados porque no han tenido en sus lámparas el aceite de la fe, de la misericordia y de la fraternidad. Se han olvidado de lo más importante y se han llenado sólo de apariencias y de vanagloria.

A muchos estudiosos les llama la atención que no se recrimine a las vírgenes prudentes su egoísmo al no querer dar un poco de su aceite a las que carecían de él. Pero es que la llamada y la respuesta tienen primeramente un sentido personal. Dios nos llama a su amor de una manera tan personal, tan concreta, que nadie puede responder por nosotros.

La respuesta no sólo debe ser de un momento sino siempre será actual y actualizada. Como el amor, no basta haber dicho alguna vez “te quiero”, se debe manifestar en palabras y obras a cada momento. Ese es el pecado de los fariseos: creerse ya salvados. ¿Será también nuestro pecado?

 

Vigilancia y esperanza

Pero al mismo tiempo que Jesús establece la polémica contra los fariseos y sus aires de grandeza, nos manifiesta también  la urgencia de la vigilancia. Al describirnos el Reino de Dios como una de las fiestas más alegres y participativas, quedar excluidos es perder lo más importante.

El relato de las vírgenes nos pone en un ambiente de crisis que los oyentes captarían fácilmente como una llamada de atención para no perder la oportunidad de participar en la gran fiesta del Reino. En estos relatos de la Venida del Hijo siempre nos encontramos la doble intención: contemplan al mismo tiempo el presente y el futuro.

Están dirigidos al momento presente: “estén atentos, vigilen, no saben a qué hora va a venir…” pero con una mirada al futuro. La futura venida compromete la vida actual, hoy se preparan los cambios del mañana, la actualidad engendra el futuro. La propuesta requiere esta doble atención.

Jesús vendrá: mantengamos los ojos fijos en esta venida; pero también Jesús viene hoy: estemos atentos y preparados para acogerlo. Para San Mateo, estar preparado significa escuchar y poner en práctica las palabras de Jesús hoy.

Significa estar siempre renovando “el aceite” del amor y del servicio. ¡Qué diferente de las actitudes altaneras de seguridad que a veces manifestamos! El aceite del amor de Jesús es siempre inquietud, siempre es búsqueda y es siempre atención. Se puede llegar al cansancio y quedarse dormidos, pero no se permite el adormilamiento ni la pasividad. No se permiten la indiferencia ni la dejadez.

 

Lámparas que iluminan

A algunos les causa inquietud el que al retrasarse el novio, sería éste quien tendría que asumir las consecuencias y no las pobres jóvenes que estuvieron largas horas esperándolo. Pero no es actitud evangélica calcular y acomodarse a situaciones sin la presencia del Señor.

El peligro es doble, por una parte despreocuparse y darse a la buena vida, porque el Señor tarda; o por la otra, no tener la paciencia para esperar su venida. La vigilancia ha de ser continua. El amor, el servicio y la entrega no se improvisan, son actitudes que se asumen de por vida y nadie puede “llenar” nuestro corazón con el amor ajeno.

Ya la primera lectura nos ponía en estado de búsqueda e inquietud para encontrarnos con la sabiduría.  Y se pedía un corazón digno de dejarse encontrar por ella, más que alcanzarla con las propias fuerzas, pues ella se encuentra sentada a la puerta de quien la busca sinceramente.

Es muy bella esta descripción paradójica que nos hace el libro de la Sabiduría del encuentro del hombre y Dios; del hombre que vaga y se desvela por Quien ya lo ha encontrado, y del hombre que encuentra a Aquel  que no cesa de buscarlo.

Cuando nos estacionamos, cuando nos sentimos satisfechos y llenos de nosotros mismos, cuando nos saturamos de nuestros propios aceites, nadie puede llenar nuestros vacíos. Nos quedamos como lámparas inútiles, oscuras e inservibles, como lámparas sin luz.

 

Sin miedos pero sin apatías

No se trata de infundir miedos y angustias. La parábola nos pone en la dinámica del encuentro, de un encuentro festivo en el banquete de bodas. Hemos de abrirnos a la realidad del Dios de Jesús: un Dios alegre, que prepara un banquete para recibirnos, capaz de comprender nuestros cansancios, nuestros sueños y nuestras debilidades, que quiere que nuestra felicidad sea siempre más grande en nuestro corazón y que la compartamos en la fiesta universal.

Quien deja seca su lámpara o la llena de egoísmo, él solo se autoexcluye de la fiesta.  No temamos las fatigas, el sueño, la frustración que siempre se dan en nuestras comunidades. Aprendamos a vivir en una espera vigilante, con el aceite del amor y del servicio en nuestras lámparas, con la ilusión dinámica de encontrarnos con el Señor.

¿Cuántas veces me dejo llevar por la indiferencia y la apatía? ¿Aguardo con ilusión y esperanza la Venida del Señor o estoy adormilado y frustrado? ¿En qué cosas prácticas de amor y servicio manifiesto que estoy esperando al Señor?

 

 

 

 

Beato José López Piteira, 6 de noviembre

Mártir de la Guerra Civil española

noviembre 05, 2020 09:00

Testimonios

 

“Joven cubano de ascendencia española. El beato José López Piteira fue un agustino que pudo haberse liberado de la muerte que pendía sobre él por su condición religiosa, pero eligió derramar su sangre por Cristo siendo mártir en la guerra española de 1936”

La divina Providencia quiso que este joven, primer beato cubano, defendiendo su fe en Cristo viniese a derramar su sangre en España, la tierra de sus antepasados, aunque llevó clavada en su corazón hasta su postrer aliento la isla caribeña que le vio nacer.

Pero un apóstol es ciudadano del mundo, un vastísimo territorio que se conquista palmo a palmo entregándolo todo, como Cristo exige en el evangelio, de modo que cualquier lugar al que se vea conducido en aras de la voluntad divina se convierte en un destino amado e irrenunciable.

Y esto que el beato José López Piteira tuvo presente en todo momento, unido a la gracia divina que le alumbró, hizo que no tambalease lo más mínimo justamente cuando se enfrentó a la muerte brutal que otros le impusieron.

No es tan mundialmente conocido como otros mártires, pero forma parte por derecho propio de quienes supieron hacer frente con toda valentía a ese cruel instante que se cernía sobre ellos, y que generosamente dieron su vida dejando tras de sí un admirable legado de amor.

Un día de primeros del siglo XX su humilde familia abandonó la noble tierra gallega para ganarse el sustento, como hicieron tantos compatriotas. Allí quedaron, bajo la custodia de los abuelos, dos de sus hijos, de los que se despedirían con inmenso dolor.

En su equipaje portaban la fe heredada de sus padres como un preciado tesoro que habrían de transmitir a su numerosa prole. José nació en Jatibonico, Cuba, el 2 de febrero de 1912. Fue el quinto de los hijos que vinieron al mundo en ese hogar creado por Emilio y Lucinda, y segundo de los varones; después nacerían cinco vástagos más.

En plena niñez, poco antes de cumplir sus cinco primeros años de vida, el beato José López Piteira regresó junto a sus progenitores a España. Aunque apenas existen datos de su infancia, debió ser uno de esos niños que no crean problemas. Cursó estudios en régimen de internado con los benedictinos de Santa María de San Clodio, del municipio de Leiro, Orense, dando así sus primeros pasos hacia la vida religiosa.

A buen seguro que sus padres habrían puesto grandes esperanzas en él. Finalizados sus estudios, se integró con los agustinos de Leganés, Madrid. Profesó con ellos en 1929, y prosiguió su formación en el monasterio de san Lorenzo del Escorial. Se han destacado las cualidades que apreciaron en él en esa época de su vida subrayando su “carácter bondadoso y tratable, entusiasta y observante”.

Y efectivamente no sería mal religioso cuando un año antes de convertirse en sacerdote, momento que aguardaba gozoso, ya estaba decidido su futuro como vicario apostólico de Hai Phòng, en Vietnam. Sus superiores habían vislumbrado en él las cualidades y virtudes que iban configurándole como un gran apóstol. No llegó a partir y tampoco pudo recibir el sacramento del orden.

Sus sueños se truncaron violentamente al ser apresado el 6 de agosto de 1936 junto a sus hermanos religiosos en medio de la fratricida contienda española. El antiguo colegio madrileño de San Antón, que había sido propiedad de los padres escolapios, donde tantos alumnos fraguaron y compartieron su fe –entre otros Fernando Rielo, fundador de los misioneros y misioneras identes–, convertido entonces en cárcel, fue el escenario donde se desenvolvieron los preámbulos del particular calvario de José.

Cuando llegaron a buen puerto las gestiones realizadas por sus atribulados familiares ante las autoridades cubanas, en un gesto de valentía y coherencia, el beato José López Piteira declinó la oferta de su liberación. Y su temple apostólico, lleno de caridad, se puso de manifiesto en su inquebrantable voluntad de dar hasta el final los mismos pasos de sus hermanos de comunidad:

“Están aquí todos ustedes que han sido mis educadores, mis maestros y mis superiores, ¿qué voy a hacer yo en la ciudad? ¡Prefiero seguir la suerte de todos, y sea lo que Dios quiera!”. Así lo determinó, con rotundidad, dispuesto a cumplir la voluntad divina. Los rostros de sus superiores y formadores le contemplaban conmovidos.

Y con ellos compartió numerosos sufrimientos en cerca de cuatro meses marcados por las privaciones y la angustia, hasta que entregó su alma a Dios en Paracuellos del Jarama, Madrid.

Fue ajusticiado el 30 de noviembre de 1936, junto a otros 50 religiosos agustinos, exclamando: “¡Viva Cristo Rey!”, al tiempo que renovaba el supremo acto de perdón aprendido del Redentor hacia quienes le privaban de su vida; así le franqueaban las puertas del cielo. Tenía 24 años.

El beato José López Piteira fue beatificado el 28 de octubre de 2007, junto a 497 mártires de la persecución, por el cardenal Saraiva, como Delegado de Benedicto XVI.